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Grupos para

pacientes
con antecedentes
de trauma
catastrófico
• Las experiencias que trastornan la capacidad de
una persona para enfrentarse y que destruyen el
propio sentido de seguridad y pronosticación,
tienen efectos a largo plazo en el
funcionamiento psicológico y social. El trastorno
por estrés postraumático (TEPT), el síndrome en
el que se reviven de manera involuntaria los
elementos del trauma en sentimientos,
imágenes o acciones que se alternan con
aturdimiento y falta de emociones positivas, con
frecuencia prosigue a estresantes abrumadores
como la violencia intrafamiliar, trauma por
guerra, incesto y violación, asaltos, tiroteos,
explosiones, accidentes y otros ataques físicos y
sexuales. El desamparo e ira que acompañan a
estas experiencias alteran el sentido de
seguridad y confianza de una persona y afectan
de modo inevitable su capacidad para buscar y
disfrutar relaciones mutuamente satisfactorias.
EFECTOS SOBRE EL
FUNCIONAMIENTO INTERPERSONAL

• Es difícil reconocer que las respuestas psicológicas a largo plazo de la traumatización:


disociación ("alejamiento"), búsqueda de sensación, constricción emocional y abuso de
droga y alcohol, son, de hecho, maneras de enfrentarse a los recuerdos relativos al trauma.
Las consecuencias psicológicas de tal trauma no resuelto abarcan una variedad de
problemas psiquiátricos. Los más comunes son:
• Distorsión en la regulación del afecto. Esto produce reactividad extrema a la estimulación
interna y externa, depresión, automutilación, dependencia ansiosa y pasividad en el control
de estados afectivos.
• Concepto distorsionado del sí mismo. Esto conduce a culparse a sí mismo (le las
circunstancias incontrolables, ponerse como voluntario para el papel de chivo expiatorio,
fenómenos disociativos y amnesias y mezcla confusa de placer y dolor.
• Relaciones interpersonales distorsionadas que tienden a tener una cualidad de todo o
nada. En otras palabras, la agresión, sexualidad e intimidad se exageran o inhiben.
Autorrevelación descuidada que alterna con vigilancia paranoide y se enfocan las
necesidades de los demás con sensibilidad o insensibilidad extraordinarias.
• Temor a los compromisos interpersonales estables y a largo plazo y falta de confianza en
que los conflictos se pueden resolver de manera pacífica
TRAUMA INFANTIL
• El primer trauma psicológico y quizás el más catastrófico sucede
cuando las personas que proporcionan cuidado y que se supone
son fuentes de seguridad y alimentación, atacan sexual o
físicamente a sus hijos. Cuando esto sucede, el niño se vincula
de manera temerosa y enojada y es obediente involuntaria o
ansiosamente. El niño se atemoriza al mismo tiempo de que la
persona que le proporciona los cuidados lo atacará, no estará
disponible para protegerlo, o ambas cosas. Bowlby lo
denominó "un patrón de conducta en el que la evitación
compite con el deseo de proximidad y cuidado y en él que es
probable que sea promitente el enojo contra sí mismo o de
otros". Los adultos traumatizados desarrollan en ocasiones las
mismas reacciones psicológicas que los niños víctimas de
maltrato, pero en general están mejor protegidos contra los
efectos a largo plazo. Saben que han sido capaces de tomar una
acción efectiva contra el estrés en el pasado y que han
desarrollado una variedad de recursos de enfrentamiento.
TERAPIA INDIVIDUAL
CONTRA GRUPAL
• Sin embargo, en terapia individual existe una desigualdad
inherente. Es una relación entre el terapeuta, la persona que
"ayuda", que de manera implícita tiene respuestas y no está
indefenso, y el paciente, que necesita ayuda. En este entorno, el
paciente se ve confrontado de manera continua por su propia
pasividad, dependencia y desamparo. Por tanto, la relación de
terapia individual tiene fortalezas así como limitaciones. De inicio,
promueve un sentido de seguridad, alienta la fantasía de nueva
fortaleza a medida que la relación con el terapeuta todopoderoso
confiere un renovado sentido de control para el paciente. Pero tal
dependencia emocional inhibe también el crecimiento a etapas
posteriores. Se vuelve difícil la exploración madura de la
ambivalencia y de la decepción, en especial para las personas
cuyas confrontaciones con adultos poderosos se han asociado con
temores de aniquilación. Debido a que, con frecuencia, las
víctimas de trauma tienen dificultarles para encontrar el correcto
equilibrio entre iniciativa y dependencia, el apoyo por sí solo
(como en una relación con el terapeuta individual) puede alentar
la pasividad e interferir con la confrontación de la agresión.
GRUPOS DE INTERVENCIÓN
EN CRISIS AGUDA
• La mecánica para formar estos grupos requiere de cuidadosa
consideración porque toda comunidad tiene estructuras jerárquicas y
relaciones informales de poder que necesitan respetarse. Sin la asistencia
de estas estructuras, las personas externas que proporcionan la terapia
están condenadas al fracaso. Los terapeutas de intervención en crisis
deben colocarse como asesores para las estructuras jerárquicas
existentes. No pueden rivalizar por el liderazgo con el vocero natural de la
comunidad. Más que ello, los líderes naturales, al asumir su rol, colocan el
ejemplo al compartir los hechos y sentimientos relativos al desastre.
• Los líderes identificados dentro de la comunidad necesitan ser
responsables de la disposición del tiempo y lugar de la reunión para todas
las personas afectadas. A fin de determinar el marco para la intervención
en crisis, también son responsables de explicar los detalles de los eventos
traumáticos y de presentar al personal de intervención en crisis. Una vez
que este personal toma la batuta, necesita resumir lo que han dicho los
líderes comunitarios y proporcionar una plática introductoria sencilla
acerca de las reacciones psicológicas esperadas ante las experiencias
traumáticas. Esta plática se acompaña de mejor manera con literatura de
fácil comprensión que ayude a los individuos afectados a comprender que
no se están volviendo locos, sino que sus reacciones psicológicas son
respuestas normales ante eventos patológicos.
GRUPOS DE AUTOAYUDA

• Las organizaciones para personas con trauma sufrido en la


adultez o la infancia, incluso adicciones de los padres, han
elaborado modelos de tratamiento que atienden a muchos
de los aspectos nucleares de traumatización repetitiva.
Estos grupos le proporcionan a las personas un marco
cognoscitivo para lidiar con el sentido residual de
desamparo en los vínculos humanos ritualizados y fáciles
de predecir. Este proceso alienta de manera poderosa un
sentido de significado y pertenencia en los miembros.
Estos grupos se enfocan en el desarrollo de la "serenidad".
un estado de estabilidad y paz autónomas con el propio
medio circundante. El grupo enseña que la serenidad se
obtiene mediante desarrollar valores espirituales; es decir,
nuevos sistemas de significado que trasciendan las
preocupaciones cotidianas y promuevan la
interdependencia ayudando a las personas a (re)aprender
la confianza mediante la entrega y haciendo contacto y
desarrollando compromisos interpersonales. Se forma una
red de apoyo que evita las barreras que crean las personas
para sostener sus diferencias individuales y perpetuar el
aislamiento social.
GRUPOS HOMOGÉNEOS
DE TIEMPO LIMITADO
• Lo que es más, estos grupos alientan a los pacientes a utilizarse unos a
otros como espejos que reflejen los recuerdos y sentimientos
traumáticos. Los grupos se caracterizan por la dependencia más que por
la confrontación. Una vez que los miembros del grupo se sobreponen a su
desconfianza y vergüenza iniciales, con rapidez establecen un alto grado
de cohesión: una sensación de nosotros contra ellos. El grupo se beneficia
en gran medida de una estructura y límites claros. Debido a que, con
frecuencia, los grupos son bastante estresantes, se requiere que los
miembros tengan algún tipo de apoyo social, un psicoterapeuta individual
o ambas cosas y no deben utilizar drogas y alcohol. Los miembros se
comprometen a estar presentes toda la duración del grupo, en general de
10 a 12 sesiones, y se les pide que especifiquen una tarea realista que
intentarán lograr durante este periodo. Con frecuencia, se les asignan
tareas para realizar en casa.
• Se alienta de manera activa a los miembros a compartir completamente
los recuerdos del trauma y el progreso de sus tareas autoimpuestas
dentro del grupo. La exploración del proceso grupal: inclusive agresión,
competencia e idealización, se interpreta como una resistencia al trabajo,
que consiste en la revelación y participación de los recuerdos relativos al
trauma
CONCLUSIONES
• El estrés postraumático no tiene que ver principalmente con los conflictos
intrapsíquicos inconscientes, sino más bien con los recuerdos perturbadores
que pueden afectar la capacidad de esperanza, intimidad, confianza,
competencia y agresión de las víctimas. A pesar de que con frecuencia se
arrastra al terapeuta a satisfacer las necesidades dependientes y narcisistas de
los pacientes, los síntomas postraumáticos en sí no aportan ganancia
secundaria. La interpretación por sí solo no puede deshacer el daño causado
por las experiencias traumáticas, a pesar de que puede aclarar el pasado y
ayudar al paciente a lidiar con las consecuencias del trauma. La psicoterapia de
grupo restablece un grupo de compañeros en el que compartir y revivir las
experiencias comunes puede facilitar la autoeficacia y las promesas y
limitaciones de la confianza. Mediante experimentar los efectos de los otros
sobre sí mismos y viceversa, los pacientes pueden aprender a modular sus
respuestas ante otros de acuerdo con los requerimientos del presente, más
que con base en las demandas del trauma pasado. Esto facilita el proceso de
crecimiento que interrumpió el trauma.

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