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INGENIERÍA

INDUSTRIAL

SIETE PRINCIPIOS DE LA CALIDAD

NOMBRE: Ariel Cubillos


CARRERA: Ingeniería Industrial
ASIGNATURA: Herramienta de gestión de ingeniería
PROFESOR: Magali Galleguillos
FECHA: 07-11-2022
SIETE PRINCIPIOS DE LA CALIDAD

1.- Enfoque al cliente: El enfoque principal de la gestión de la calidad es cumplir con los
requisitos del cliente y tratar de exceder sus expectativas, es el reflejo del rendimiento de una
empresa y el requisito más importante para el éxito sostenible. Por ello, el primero de los siete
principios de la gestión de la calidad (QM) exige una orientación constante al cliente. Al fin y al
cabo, anticipar y superar las expectativas de los clientes es lo que distingue a los mejores de la
clase. Y este es precisamente el núcleo de la gestión de la calidad. Toda la organización de su
empresa debe estar orientada a ello. Sólo quien goza de la confianza duradera de sus clientes y
partes interesadas puede tener éxito a largo plazo. Cada contacto con el cliente le ofrece la
oportunidad de crear un valor añadido tangible satisfaciendo las expectativas actuales de sus
clientes y comprendiendo las futuras. Esto contribuye de forma significativa a generar confianza y
fidelizar a los clientes.

2.- Liderazgo: El grado de alineación entre el propósito, la dirección y el entorno interno de su


empresa es una cuestión de liderazgo. Por eso el segundo de los siete principios de la gestión de la
calidad se dirige a los líderes. Ellos garantizan que el propósito y la alineación sean uno en su
organización. Las decisiones sobre los recursos se toman en el nivel superior de la dirección, y la
responsabilidad puede delegarse aquí. En la mayoría de las empresas y organizaciones, estas
características van de la mano de una función de gestión empresarial y la correspondiente
autoridad para actuar. La tarea de la alta dirección consiste igualmente en crear un entorno de
trabajo en el que cada empleado pueda desarrollar sus capacidades y utilizarlas en beneficio de la
empresa. Sólo así se pueden adaptar en todo momento las estrategias, las políticas, los procesos y
los recursos para garantizar la consecución de los objetivos previstos. Y: Esto se aplica igualmente
a la gestión de la calidad. Sólo funciona si es entendida por las personas responsables y
comprometidas de su organización y se integra en los procesos cotidianos.

3.- Compromiso de las personas: Toda empresa es tan buena como sus empleados, incluidos sus
directivos. Así, las personas comprometidas conforman la naturaleza y las acciones de su
organización a todos los niveles. Por lo tanto, es importante que todos los individuos que actúan
sean competentes, estén capacitados y se comprometan a vivir las actividades y los valores de su
organización. Esto, a su vez, mejora la capacidad de crear valor. Implicarles en la toma de
decisiones, reconocer sus logros individuales y promover sus habilidades y conocimientos son, por
tanto, signos de un liderazgo centrado en la eficacia y la eficiencia. Para lograrlo, es necesario
fomentar el compromiso y la implicación de personas comprometidas a todos los niveles.

4.- Enfoque a procesos: La norma de gestión de la calidad exige, por tanto, una gestión de
procesos exhaustivamente documentada para todos los procesos relevantes de su empresa u
organización. Esto se debe a que sólo una buena comprensión de los procesos relevantes, así como
su control e interacciones, permite a una empresa optimizar su rendimiento y alcanzar los
objetivos previstos. Para ello, hay que definir los pasos individuales del proceso, determinar las
entradas y salidas e identificar las interfaces con las funciones de la empresa. Por último, hay que
identificar las posibles fuentes de error y definir las responsabilidades para garantizar el buen
funcionamiento de los procesos. La identificación de "indicadores de rendimiento" para el control
de los procesos (incluidos los indicadores clave de rendimiento adecuados) es también otro
requisito importante. De este modo, los resultados deseados pueden alcanzarse con mayor eficacia
y eficiencia.
5.- Mejora: "Si dejas de mejorar, has dejado de ser bueno". Detrás de esta sencilla afirmación está
la constatación de que la competencia y la calidad no son variables estáticas sino dinámicas. Por
tanto, el reto es siempre mantener y mejorar los niveles de rendimiento. Para ello, es fundamental
estar al tanto de los cambios internos y externos y reaccionar ante ellos para crear nuevas
oportunidades. Esto se aplica tanto a la empresa como a las personas que trabajan en ella. Por lo
tanto, es importante para el éxito empresarial sostenible centrarse en la mejora continua. De este
modo, una empresa estabiliza su rendimiento, puede responder adecuadamente a los cambios en
las condiciones internas y externas, y crea las mejores condiciones para identificar nuevas
oportunidades.

6.- Toma de decisiones basada en la evidencia: Las decisiones eficientes se basan en el análisis
y la evaluación de datos e información. Sólo si estos datos e información se recogen y revisan
constantemente se pueden tomar decisiones basadas en hechos. En este contexto, es importante
comprender e interpretar las relaciones entre causa y efecto, así como las posibles consecuencias
imprevistas.

7.- Gestión de las relaciones: Las empresas de éxito duradero mantienen relaciones intensas con
sus partes interesadas, por ejemplo, los inversores o los proveedores externos, porque influyen en
los resultados de la empresa. Para optimizar el impacto de esta influencia, es necesario establecer
una gestión de las relaciones como herramienta para guiarlas. Para ello, es esencial la
comunicación transparente, el acuerdo sobre objetivos comunes en cuanto al interés del cliente y
la cooperación con las partes interesadas relevantes en el desarrollo y la mejora continua de los
productos.

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