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“ESCUELA DE EDUCACIÓN SUPERIOR PEDAGÓGICA PÚBLICA-TARAPOTO”

DESARROLLO PERSONAL II CICLO VI-A 2020-II


INCLUSIÓN EDUCATIVA: LA DIVERSIDAD COMO PILAR DE UNA CULTURA DE
PAZ
La integración social hace referencia a un cambio de valores que lleva a apreciar el carácter
inherente de la diversidad humana, y a considerar que una sociedad democrática no sólo ha de
ofrecer las mismas oportunidades a todos sus miembros, sino que puede beneficiarse de todos
ellos (Parrilla 1992).

El movimiento por la inclusión educativa tuvo su origen en la educación especial, sin embargo,
se desprende de ese marco inicial para abarcar la totalidad de las necesidades de los
educandos, y con más énfasis la de aquéllos más vulnerables a la exclusión y marginalización.
La educación inclusiva es una nueva visión de la educación basada en la diversidad.

La UNESCO define la inclusión como “una estrategia dinámica para responder en forma
proactiva a la diversidad de los estudiantes y concebir las diferencias individuales no como
problema sino como oportunidades para enriquecer el aprendizaje”

Si la educación es un derecho, todos debieran poder ejercer este derecho. Esto implica que es
exigible y justiciable, y que el Estado está obligado a respetarlo, asegurarlo, protegerlo y
promoverlo.
Tres principios sustentan el enfoque basado en derechos:
a) acceso a una educación obligatoria y gratuita
b) el derecho a una educación de calidad y
c) la garantía de igualdad, inclusión y no discriminación (UNESCO, Op. cit.).

En este sentido, no discriminar implica que los individuos y grupos accedan a una educación de
calidad en cualquier nivel educativo, sea donde fuere que estén escolarizados, la zona
geográfica en la que habiten, sus características personales, o su procedencia social y cultural.
La no discriminación en educación exige eliminar las prácticas que limitan no sólo el acceso a
la educación, sino también la continuidad de estudios y el pleno desarrollo y aprendizaje de
cada persona. Asimismo, implica no segregar mediante sistemas de enseñanza separados, y
educar juntos a los niños y niñas de la comunidad, independientemente de su condición social,
cultural o individual. En definitiva, la no discriminación exige el desarrollo de escuelas inclusivas
(UNESCO, 2007a:33).

Pero también es posible considerar la perspectiva de que factores pedagógicos, prácticas


educativas, aspectos propios del sistema, pueden producir el fenómeno, ya sea de manera
unilateral, o por la interacción de éstos con las características personales de los alumnos. La
inclusión pone la mirada en la evaluación de las necesidades individuales, sociales y colectivas

Prof. José León Lozano Vásquez-2020


DOCENTE
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de las niñas y niños, y el acento en sus potencialidades, en lo que puede llegar a hacer un
niño, niña o joven mediante la eliminación de barreras contextuales y el apoyo necesario. Ello,
puesto que este enfoque parte de la premisa que las dificultades de aprendizaje y participación
experimentadas por los estudiantes son de naturaleza interactiva, es decir: no son únicamente
adjudicables a sus características personales, sino que a menudo son el resultado de la
organización de las escuelas y de la enseñanza; son relativas y varían en función de las
características de las escuelas y de los docentes; son cambiantes y pueden variar en función
de los avances del estudiante, y los cambios en la enseñanza y el entorno educativo; pueden
ser de carácter transitorio o permanente.

Prof. José León Lozano Vásquez-2020


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