Está en la página 1de 4

II.

LA ESCUELA AL CENTRO DEL SISTEMA EDUCATIVO


La Escuela al Centro del Sistema Educativo, busca mejorar la organización de las escuelas
para que todos los miembros de la comunidad se involucren en la mejora continua de las
escuelas y se logren los aprendizajes esperados.
La normatividad señala cuatro condiciones mínimas que deben cumplirse para poner la
escuela al centro del sistema educativo: el fortalecimiento de los Consejos Técnicos
Escolares y de zona, la descarga administrativa, el fortalecimiento de la supervisión escolar
y la participación social.
Un modelo con la escuela al centro permite a maestros, directores, supervisores y demás
autoridades identificar retos y fortalezas y crear colectivamente soluciones a sus
problemas educativos con mayor autonomía y pertinencia. Por ello, las normas deben
otorgar facultades adicionales a los actores escolares y delimitar con claridad las
responsabilidades de los demás actores del sistema educativo.
III. FORMACIÓN Y DESARROLLO PROFESIONAL DE LOS MAESTROS (YUNA)
Los factores que inciden en la calidad de la educación son múltiples: externos e internos a
la escuela. Los docentes cumplen un rol esencial para que los estudiantes aprendan y
logren trascender los obstáculos de su contexto. Los maestros que cuentan con
conocimientos disciplinares y pedagógicos adecuados, las habilidades para aprender por sí
mismos, y las actitudes y valores para comprender las múltiples necesidades y contextos
de sus estudiantes, hacen una enorme diferencia en el éxito del aprendizaje de las niñas,
niños y jóvenes.
1. Desafíos para los docentes del siglo XXI

 Avances científicos y tecnológicos. Este mundo cambiante requiere personas que


puedan adaptarse a él, no con conocimientos adquiridos de una sola vez, sino con
capacidades para aprender permanentemente nuevas habilidades.
 Falta de confianza hacia el profesorado. Se requiere reforzar la confianza en el
profesionalismo de los maestros y dejar de considerarlos principalmente como
transmisores de conocimiento como se ha visto con el paso del tiempo, poco
abierto a la creatividad y la adaptación a diferentes entornos.
 Aceptar el nuevo rol del docente. Los maestros deben ser agentes capaces de
comprender la aplicación de su propio currículo frente a estudiantes con
características heterogéneas y participantes activos en el proceso de aprendizaje.
2. Formación continua para docentes
El principal objetivo de la función docente es acompañar los procesos de formación de los
estudiantes para lograr los aprendizajes esperados y debe guiar su formación continua.
Es clave que la formación continua se imparta mediante dos mecanismos
complementarios.
El primero consiste en el aprovechamiento de la oferta con que cuentan actores e
instancias nacionales, estatales y locales para generar opciones educativas relevantes y
pertinentes, que atiendan los problemas específicos de las escuelas y los maestros.

 En el primer caso, la estrategia de formación continua debe atender las


necesidades que el Modelo Educativo y el currículo plantea a supervisores,
directores y docentes, así como las particularidades de los niveles educativos y sus
distintas modalidades, tanto en la educación básica como en la media superior.
 Una oferta de formación continua, amplia y adecuada, permite a los maestros
apropiarse del proceso y tomar decisiones hacia la materialización de la visión que
el currículo plantea y alentarlos para que, a su vez, motiven e impulsen la
superación de los estudiantes.
 La formación debe estar orientada a la renovación de los ambientes de
aprendizaje, y a que en las aulas se propicie un aprendizaje activo, situado,
autorregulado, dirigido a metas, colaborativo, y que facilite los procesos sociales
de conocimiento y de construcción de significado. La oferta debe ser amplia,
focalizada y heterogénea, e incluir modalidades escolarizadas, virtuales, mixtas y
abiertas con acceso a materiales adecuados y diversos.
 En los procesos de formación docente se debe impulsar la participación de las
instituciones de educación superior y las escuelas normales, con el fin de ampliar
las opciones de capacitación, actualización y desarrollo profesional, siempre
orientadas a atender las necesidades de reforzamiento para la práctica educativa.
La formación continua con un alcance nacional debe aprovechar el potencial de las
Tecnologías de la Información y la Comunicación para cerrar brechas en el acceso a
materiales y contenidos de calidad para todos. El objetivo debe ser superar las
limitaciones de la formación descontextualizada y en “cascada” que ha probado
ser poco efectiva.
El segundo mecanismo de formación continua se sitúa directamente en las escuelas.

 El segundo mecanismo de formación continua se centra en la escuela. El objetivo


de esta estrategia in situ consiste en que las escuelas se conviertan en
comunidades de aprendizaje que hagan de la reflexión colectiva sobre la vida
escolar y la práctica pedagógica un trabajo inherente a la profesión docente y al
quehacer diario de las escuelas. Esto, a través de reuniones presenciales de
academias, círculos y grupos de estudio o consejo técnico para reflexión,
contextualización y solución de dudas.
 En este mecanismo es de vital importancia el papel de los maestros y los
directores. De la misma manera en que el estudiante debe tener una participación
activa en su propio aprendizaje, los maestros y los directores deben involucrarse
activamente en su proceso de mejora continua como protagonistas, al planear,
implementar, reflexionar y perfeccionar su propia práctica.
 “Las ventajas de la formación […] centrada en la escuela son: mayor transferencia
de lo aprendido en la práctica; el protagonismo de los docentes para su propio
desarrollo profesional; mayor compromiso; mayor pertinencia; el incremento en la
posibilidad de innovar y mejorar en la práctica; y la capitalización de la experiencia
profesional”.
 El aprendizaje del docente debe partir de su propia práctica y las experiencias de
sus pares relacionadas con la enseñanza y la didáctica, así como de la actualización
individual de conocimientos y competencias para su mejora permanente.
 Como un reconocimiento a los maestros con alto nivel de desempeño, se les debe
invitar a colaborar en actividades de tutoría y trabajo conjunto con sus pares, en la
propia escuela o en la zona escolar.
3. Formación inicial
La formación inicial de los docentes es tan importante como la formación continua. La
búsqueda de una educación que permita atender los nuevos retos de las sociedades del
conocimiento, que propicie en las niñas, niños y jóvenes la formación integral y los
aprendizajes significativos útiles para la vida no puede desvincularse del compromiso con
la propia formación de quienes han optado por prepararse en el desarrollo de su vocación
y con sus formadores.

 Enriquecer los perfiles de los profesionales docentes. Esto permite al sistema


educativo cubrir la alta demanda de nuevos maestros que ha resultado de los
cambios en la composición del magisterio.
 Apoyo por parte de las escuelas normales. Es indispensable que las escuelas
normales impulsen los cambios necesarios para actualizarse y seguir siendo el pilar
de la formación inicial de los docentes de educación básica.
 La formación inicial debe alinearse al planteamiento pedagógico del Modelo
Educativo. Los tres componentes que estructuran el currículo de la educación
básica —los campos formativos, el desarrollo personal y social y la autonomía
curricular— representan grandes cambios. Por un lado, se definen aprendizajes
clave que deben desarrollarse con profundidad. Por otro, se hace un énfasis
importante en el desarrollo de habilidades socioemocionales. Finalmente, las
escuelas tienen nuevas facultades para definir parte de su currículo en función de
su contexto y las características de sus estudiantes. Para que los docentes puedan
dar vida a este nuevo planteamiento pedagógico y guiar el aprendizaje de todos
sus estudiantes, es preciso actualizar las licenciaturas en educación que ofrecen las
escuelas normales, así como los planes y programas de estudios afines de otras
instituciones de educación superior.
 La formación inicial debe equipar a los maestros con las bases pedagógicas y
didácticas que les permitan poner en práctica los principios pedagógicos en que se
sustenta el Modelo Educativo. Los docentes tienen que ser capaces de diseñar
ambientes de aprendizaje en los que se valore la heterogeneidad de los
estudiantes y fomente su participación activa y motivada, promoviendo el trabajo
colaborativo con empatía y respeto. Asimismo, deben construir proyectos
colaborativos basados en problemáticas reales de su contexto, e interrelacionar
asignaturas, áreas de conocimiento y trayectos formativos con el fin de que, desde
una visión integradora, propicien aprendizajes para la vida.
 La formación inicial debe desarrollar en los maestros la capacidad para aprender a
aprender. Al igual que a los estudiantes, el vertiginoso avance en el conocimiento y
el acelerado cambio social en el que vivimos obliga a los docentes a seguir
aprendiendo a lo largo de sus vidas. Ser maestro implica aprender constantemente
para poder ofrecer lo mejor a sus estudiantes.

V. LA GOBERNANZA DEL SISTEMA EDUCATIVO


El Modelo Educativo requiere de una gobernanza distinta a la tradicional. Para que las
niñas, niños y jóvenes del país adquieran los aprendizajes que el siglo XXI exige y se
formen integralmente, el sistema educativo nacional debe modificar su gobernanza.
El principio de autoridad que rige la gobernanza del sistema educativo se encuentra
alimentado por valores éticos, jurídicos y políticos que nacen en la escuela y alcanzan los
niveles de más alta responsabilidad en dicha estructura. Los principales valores que deben
nutrirlo son el respeto, la confianza, la honestidad y la responsabilidad.
El nuevo esquema que coloca la escuela al centro del sistema educativo no solo supone un
cambio en la gestión y en la pedagogía, sino que implica una transformación cultural de la
mayor relevancia, en la cual se subordina todo ejercicio de la autoridad al aprendizaje de
los estudiantes.

También podría gustarte