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ANTONIO lABRIOLA

!Jel
materialismo
histórico
I CUATRO R I~A LES

P. SEl\\PERE y COl\iPARíA, EDITORE S


Callodel Palomar, número 10 1I Sucursal: Mesonero Romanos, 42
VALENC IA MADRID
ANTONIO LÁBRIOLA

Del materialismo histórico


(DILUCIDACiÓN PRELIMINAR)

ANTONIO AUNÓS
AB O G AD O

TRADUOOIÓN DE JOSÉ PRAT

.
F. BI!HPEIllI: y CO>lPüú. EnrrolUl8
Calle del Palomar, náld. 10
VALENCIA.

~-
r;¿-:ut'
11
La primera edición italiana de este trabajo, de
.,.
(echa 10 de 1l1a1'ZO de 1896, llevaba la siguiente AD'
YERTENCIA:

«El lector ve,'á PO?' sí mismo, desde las primeras


lineas de este escrito, que entro en seguicllt en materia
sin preámbltlos de ll'ingltna clase,
»¡lfe parece que ya el primer ensayo (1), que p,'e-
cede" éste, ofrece PO?' si solo una suficiente j1?'epa?'a·
ción elemental para quien tenga necesidad de ella.
»A decir verdad, no ((.!Jl'ada al conocimiento ptWO
JJ sencillo de las cuestiones cientificas aquel tonillo
de Literato« que emplean algunos, los cuales) casi \
situándose PO?' encima de las cosas, de éstas hablan
como si estuviesen fuera de ellas, Lo que más importa
:«,
en este géne,'o de tratados, es colarse directamente
, ,, dentro de las mismas cosas con aquel mo do de dis-
.. ~-
cusi6n que forma un sélo Ctte1'11o con la exposición
doctrinal, Únicamente á este precio podemos lleva?'
la pe¡'sttasión V la convicción á Zas mentes. Única-
mente con este procedimiento vence?'emos posUiva-
mente todas las dificultades y eliminaremos de he-
cho las opinionee en contrario que otros prulie,'an
aducir,
Imp. de la Casa. Editorial F. Sempere y Comp.--V ALlI:lICU.
(1) In 1I1e'1ltal'fa del 'lllanifesto deL comunisti. Ermanno
L0611cher editor, Roma,

-
VI
DEL MATERIALISMO HISTÓRICO
"E l título de dilucidación preliminar que empleo,
no es eX1J1'esi6n ni de cautela ni de modestia. Designa
simplemente la índole de este escrito y senala sus con-
filies precisos,»

En esta segunda edición me he limitado á cm','egi,'


algunas palabras y algún que otro gi,'o de (1'ase. Á 1
decir verdad, de querer responder á toda~ las criti-
cas y á todas las objecione s que en estos últimos años
se levantaron cont7'a las doctrinas aquí representa-
das, tendria qlte transformar en enciclopedia este En este, como en tantos otros géneros de consi-
simple y corriente tomito. i Y dónde iria á pa/'a1' en- d era ciones, pero en este m ás que en cualquier otro,
tonces el carácter de la dilucidación preliminar? no es pequ e ño impedimen to, antesvu élveae Iastldio-
Para aquellos lectores que tengan deseos de co- s o estorbo,aquel vicio de las mentes adoctrinadas
1wce7' de ce1'ca el tenor de las polémicas referentes sola mente con los medios literarios 40 la cult ura
al materialismo histórico suscitadas dlwante estos que suelen llamarse eerbalismo, Esta mala costum-
últimos tiempos, reproduzco al fitlal, en forma de bre se insinúa y se extiende por todos los campos
apéndice, un articulo mío de critica, que se publicó del saber; pero en los tratados que se refieren al
en la. Rlvista di Sociología de Junio de 1899. llamado mundo moral, al complejo histórico-social,
sucede á menudo que el cul to y el imperio de las
A NTONIO LAnRIOLA. palabras llegan á corroeros y á apagaros el sen-
tido vivo y real de las cosas.
Allí donde la prolongada observaciQn, el reite-
Roma 20 de :a-Ia yo de 1902. rado experimento, el seguro manejo de refinados
instrumentos, la aplicación dotal 6 al menos par-
cial del cálculo, dispusieron la mente en una
metódica relación con las cosas y con SUB varia-
c íones, como sucede en las ciencias naturales pro-
piamente dichas, el mito y el culto de las palabl'as
8 ANrmuo LAERIOLA DEL MATERIALISUO HISTÓRICO

quedaron superados ~T vencidos, y las cuestiones naturaleza de la historia, é intriga la creencia de


terminológicas no tienen ya más valor que el su- que es cosa. hacedera tener ante los ojos el multi-
bordinado de una mera convención. 'En cambio, forme y corupliflcado entrelazamiento de las cau-
en el estudio de las relaciones y de las vicisitu- sas y de los efectos, como si estu viéramos en 11n
des humanas, las pasiones y los intereses y los teatrito , para decirlo de modo m{LS 1)['13\-'3, anula
ó

prejuicios de escuela, de secta, de clase, de reli- el sentido del problema porque no ve más que de-
gión, y después el abuso literario ele los medios nominaciones.
tradicionales de representación del pensamiento,
:::
y la escolástica] nunca vencida, antes siempre re- ;:: :::
naciente, ó velan las cosas efectivas, Ó sin adver-
tirlo las transforman en términos, en palabras y y si por añndídura se da el caso de que el ver-
modos de decir abstractos y convencionales. balismo encuentre apoyo en tales ó cuales otras
De tales dificultades es necesario que ante todo suposiciones teóricas, como la de que materia quie-
se dé cuenta quien lanza al público la expresión ó re decir alguna cosa que está por debajo ó frente
.I ór mula de concepción materialista de la historia. á otra cosa más alta ~T más noble llamada espíritu,
l muchos ha parecido, parece y parecerá que es ó si se da. el caso de que se confunda éste con el
obvio sacar su sentido del simple análísis de las hábito literario de contraponer la palabra mate-
palabras que la componen, antes que del tejido ' rtalismo, entendida en senti.do despreciativo, á
de una exposición. del estudio genésico de cómo
ó todo lo que compendtosarnente Ilámase idealismo]
se ha producido la doctrina (1), de la polémica
ó Ó sea al conjunto de toda inclinación y acto nn-
con que sus sostenedores rebaten las objeciones tiegoíatico, entonces sí que estamos perdldos. Y he
de los adversarios. Tiende siempre el verbalismo aquí que oímos decir que con esta doctrina se in-
á encerrarse en definiciones puramente formales; tenta explicar todo el hombre con el solo cálculo
lleva la mente hacia el error de creer que es COSlt de los intoresss materiales, negando cualquier va-
fácil reducir á términos y expresiones simples y lar á todo interés ideal. Semejantes confusiones
palpables la intrincada y cruel complicación de la son en gran parte hijas de la inexperiencia, de la
íncapucidud y del apresuramiento de ciertos ad-
(1) Este estudio ge nésico fué el ergumento y el objeto
principal de mi primer ensayo: In llUJ11lol'la del manife.!io dei
versarios y propagadores de esta doctrina, los cua-
comw~isti, el cual es pr ecisam ente el preámbulo indispensa- les, con el afán de explicar á otros lo que ellos
ble para inteligencia de todo lo demás. mismos no entendían por completo, mientras. la
10
11
misma. doctrina eata aún en BUB balbuceos y tiene
necesidad de mucho deeerrollo, han "roeta.do apli- Dados, de loa elemental de la formación á la C09110
carla tal cual al primer case 6 hecho hiBtórico que formada,
les cayere en manos, y la han caeí reducido' ml- ,',
gaju, exponiéndola " la vida critica tA.cil y " l.
burla de loe que eceehan novedades oientificaa y Conatruyan tantos caatillos como quieran en el
de otros desocupados por el estilo. aire 108 1'1!l1'baZida, sobre el valer de la palabra
matsl"a, en cuanto ee eeñal 11 recuerde de metafi-
, sie& excogitaclón, ó en cuanto es expresión del
•• último resultado hípotetteo de 1& experiencia na-
Por cuanto ea lícito aquí en catas primeras pA- • turaUsta.. Aqui no estamca en el campo de la tiBies,
ginas rechazar, aunque g.jJo Be& preliminarmente, de la. quimica ó de la btologta; buscamos eolemen-
estos prejuicios y redargütr 1118 intenciones y 1608 te lal condiciones e.xpl1citae del vivir ha.mano en
tendcncíaa qua las apoyan, precíee recordar; que cuanto éste no ea ya aimplemente animal. No se
el sentido de BSm. doctrina S8 Infiere aute todo de trata. ya de inducir ó de deducir nada de loa datoa
la posición que esta doctrina. aeume y 'ocupa. en- de la bíolcgta, sino de reconocer antes que nada
frenta de aquellas contra 188 cuales efectivamente las peculiaridades del vivir humano, que se forma
88 lev&utó, y especialmente contra toda claBe de y desarrolle con el eucedcree y perfeeeíonerse
idwlogia.; que la aeñal de BU valor conetaee eseíu. de 1&8 activfdadca del mleme hombre en dadae
aívamente en la explicación ro!s conveniente y y variables eondiciones, y de encontrar las rala-
congrua del eucederae de las víeíaítudea humanas, cícnea cl,e coordinación y de eubordínacíén de lea
que de esta. mismo explicación deriv&¡ ql1e .ceta ueceeídadee, que son el resultado del querer y del
misma doctrin& no implica una preterencta .ubje- obrar. Yo ee tr&ta de descubrir una intención, ni
liva por una cierta calíded y suma de Intereees se trata de enunciar una valu&eión de precio; S8
humance contrapuestos l\ otros ínteeeeee por elec- quiere evidenciar eelernente la. neceaidad de heehe.
ción de arbitrio, sino que enuncia solamente 1. y como loa hombres, no por eleceión, sino por-
objetiva. coordina.ción y subordina.ción do todos 101 que no pueden obrar de otro modo, satíetacen pri-
Intereses en el desarrollo de eualquler sociedad, y mero ciertas necealdedee elementales y de éstas
lo euuncíe por medIo do aquel proCC80 genésico, deepuea S8 deurroll&n OUaI, rcfinj,ndol!le, y como
consi8tente en ir de las condiciones t\ 108 condiclo- para latiafac.ar estas neceetdadea, eeeu laa que
~an, encuentran y emplean ciertos medíos é ins·
12 AN'.rUNIO LABmQLA

trurnentoa y se asocinn en ciertos determinados


modos, el materialismo de la interpretación histó- II
rica no es otra cosa que la tentativa de rehacer
mentalmente, con método, la génesis y la compli-
cación del vivir humano desarrollado á tr av és de
tI los siglos. LI1 novedad de tal doctrina no es dife-
rente de la de todas las demás doctrinas, que des- De una, cierta afinidad, por lo monos en las
pu és de muchas peripecias en el campo de la Ian- apariencias, con este vicio formal del verbalismo,
tasia, hall llegado por fin penosamente i hacer existe otro defecto, que se deriva en las mentes
presa en la prosa de la. realidad ~r á detenerse en por diversos caminos. Teniendo en cuenta los efec-
ésta. tos suyos más comu nes y populares, lo llamar é
ll'aseológico, por más que esta palabra no exprese
aq ui por entero la cosa ni dec lare su origen.
Hace mucho s siglos que se está escribiend o,
exp oniendo ilust rando la hiatori ü. Los más var ia- .

li
é

dos intereses, desde los inmediatamente prácticos


á los puramente estéticos, empujaron á los diversos
escritores á idear y segui r este góne ro de composi-
ciones' las que.ssín emba rgo, nacieron siempre en
los di versos paises mucho desp ués de los orígenes
de la el vilización, del desar rollo del Estado y de l
traspaso de ' la primit iva sociedad comunístíca á
esta. que podríamos llamar nuestra, y que se a po-
ya en las diferencias X en las antíteeis de clase.
Los historiadores, a unque hayan sido tan ingenuos
como lo rué IIerodoto, nacieron y se formaron
siempre en una sociedad nada ingenua, antes bien,
muy complicada y compleja, ignorante y olvidadiza
de la! razones y del origen de talce eomplíeacloaee
OBL llArlCaULllUID IU8TÓKlCO ,.
y complejidades. Etsta complejidad, COQ todos 108 todas eetaa excogitaelcnes fueron encontra.das y
contrsetea que lleva consigo, y que después revela Han expedientes de un peneam íento Ingenuo, de un
y hace estallar en BUS díversea vtciaítudea, S6 pre- pensamícutc que no puede [uatíücersc á. si mlamc
sentaba. A los nerradorea como elgo misterioso que su procedimiento y sus productos ni por medio de
requiere explíeacíén, y por poco que el híetortador- la. crltíca ni con 109 modios del experimento. Lle-
quisiera dar una continuación y un cíerto naxo A nnr con 8UjetoS convencíonalee (por ejemplo, la
las COSll8 narradas, debla enContrar complementos (OI·tUlla), 6 con una. cac uctectón de apariencia
de VLsta generales al simple relato. Deede Ia llnvi. teórica (por ejemplo, el fala~ andal' de ltJ6 r:oaa.,
día dl! Zolt dio,e, dd padl'~ Herodoto alamtrie1lte del que algunas veces se contunde en las mentes con
señor 'I'elue, se han impuesto A los narradores, por la noclón del progrese) las Ieguuee de la. eonclen-
las vias naturales del pensamiento inmediato, un cía respecto al modo cómo las cceae Be han efecti-
número infinito de conceptos, enteadídoe eomo me- vamente procedido por su propia necesidad, y fueru
dios de expllescíéu y do complemento de la.s eoaae de nuestro arbttrío y de nuestro agrado, he aquí el
narradas, Tendencias de clase, precouceptoa re- mctlvo y la. SUIDa. de esto. ñloeoña popular, Iatente
Hgioeoa, prejuicioa populares, ínñuenclsa Ó imi- Ó explícíta en los históricos uarradurea, y que, por
taciones de une filo80fia. corriente, expedientes de 8U car ácter ínmedíetc, 8:: deevauece tan pronto

ta.ntasJa y sngestiones de artístico complemento de surge lo. critica del conocimiento .


los hechos fragmentariamente conocidos: todas
estas y otrae tantna causas concurrieron en la toe-
mecíón del reettltado de aquella teoría mée ó me -
.•.
'

001 ingenua de 108 euceece, que, Ó estA Implícita- En todos estos conceptos y en todas eataa Idea-
mento eu el fondo del relato, Ó se emplea. por lo clones, que t\ la luz de la. critica parecen simp les
menee para. aderezarlo y adornarlo. Que 815 bable medica provisionales y expedientee de un peusa-
del cala, 6 del hado, Ó de la di,'eceidn prorJid8ncinl miento no maduro todavía, pero que 8.la g!flltl CtlUa
de las cosas humanas, Ó que se acentúe el nombro parecen á. menudo el flc:l11 plu8 ull¡'Q de la íuteligen-
y el concepto de la. {Q1'tuna-Ia divinida.d que so- eta, Be revela también y se refleja una no pequeña
brevivia á. medias toda'1a en la rígfda y á menudo porte del proeeao humano, y por esto no deben
craeSo concepeión de lfaquiavelo-, ó que se hable, coneídcraree como invenciones gratuitas ni como
como ahora. es frecuente l de 1. ldgica d, la, cOlal, produetoa de momentánea ilusión. Son partes y
jucmentoa de 1& form.a.ción de esto que llamemos


16
ANTONIO LAIlUIOLA
DEI, l\IAT}jlRlAL[S~1O HISTÓRICO 17
.esprríeu humano. y si se da el caso de que semo-
Jantes conceptos ideaciones se mezclen y con-
é
turales relaciones de consanguinidad, Ó por artifi-
fUl1d~n en la comnmnis opinio de las personas cul- cios y costumbres de parentesco y de afinidad~ 6
tas, o de aquellas que pasan por tales acaban por razones de estable vecindad; un pueblo CIr-
~onsti~uyendo una masa de prejuicios y f~rman la cunscrito y limitado á un dado territorio, fértil en
lmpedmlellta qu e la ignora ncia Opone á la visl ón tal 6 cual modo, productivo de tal Ó cual ?tro, y
c~a!'a y plena de las cosas efectivas. Estos prejui- en determinadas formas entregado al trabajo con-
CiOS corren como de7'ivados (l'a seológicos en boca
tinuativo' un pueblo distribuido de modo tal en
de los })oIíticos de oficio, de los llamados cscr itor es tal i.errit~rio, ó separado y articulado ~or efecto
y periodistas de toda cl ase y color, y ofrec en el de una determinada divisi6n del trabajo, la cual
fulgor de la retórica A la llamada opinión pública. tenza ó apenas iniciada ó desarrollada ya y ma-
dur: una tal ó cual otra división de clases, ó que
de las clases haya ya roído y transformado algunas;
un pueblo que posee tales 6 cuales, ins,trumentos,
," Opone~l y d.espUés sustituir, á semejnntes esps-
desde la piedra de chispa á la luz eléctrtca ~T desde
,/lsmos de IdeacIOnes noeJ'itica s, á semejantes ido- el arco y la flecha al fusil de repetición, y que pro-
duce de cierto modo, y que conforme al moelo ele
los ele .la imagina ción, á semejantes expedientes
~el artificio literario, lt semejan tes convenciona~ producir reparte consiguientemente los produ.ctos;
Iismos, suje tos reales, ó sea las fuerzas positiva- un pueblo que en virtud de todas est~s relaciones
m ente actuantes, ó más bien aún , los hombres en es una sociedad, en la cual, ó por hábitos de mutuo
. consentimiento, 6 por convenios explicitas, ó por
sus varras y circunstanciadas situaciones sociales
violencias cometidas y sufridas, han nacido ya Ó
• propias de ellos: he aquí la empresa revolucionaria
): l~ meta .ci entífica de la nueva doctl'ina que obje-
están por nacer lazos jurídico-políticos que luego
tioiza, y dIré que casi natU1'aliza la explicación de recaen en el Estado; un pueblo en el cual, una vez
los procesos históricos. nacido el órgauo del Estado, que es la tentativa de
fijar, de defender ~T de perpetuar las ~esi~ualdad~s,
y que, en virtud de las nuevas antítesís que PlO-
*** duce dentro ele este pueblo, hace que cada vez sea
. ,.U~l pueblo, ó sea, no una masa cualquiera de
más inestable el orden social, se determinen los
movimicntos y las revoluciones politicas, y de aquí
lllCíIVIduos, sino de hombres organizados, ó por na-
las razones del progreso y del regreso: he aquí la
2
18 ANTONIO LAB I:Jor, A

suma de ]0 que está en la base de cualquí cr histo-


ri a. Y he aqu í la victo r ia de la prosa realis ta sob r e
cua lq uier combinación fa ntás tic a ideológi ca.
é

Cier ta mente q ue se necesit a r esign a ci ón para IJI


v er la s cosas como son, de jando á un lado los fan-
t asmas qu e durant e sig los impidieron su visi ón di-
r ecta. P er o esta revela ció n ele doctrina r ealista no
Iué ni quiere ser la r eb eli ón del hombre ma teri al
contr a el hombre ideal. Ha sid o y es, en ca mbio,
Seria mu y er ró neo creer q ue los históri cos na-
el ha llazgo de los vordaderos y propi os pri ncipios
rra dor es, expo sit ores ó iluetradores han in ventado
y motores de cualq uier desa rrollo hum an o, incluso
m ot u p i' OjJl'i o y dado vida á es ta. masa. no pequ e ña
el de todo esto q ue llamamos ideal, en det ermina-
de pr ccon ccp tos, de ideaci ones y de ex plica ciones
das condicion es positivas ele hecho , las cua les Ile-
no ma duras qu e con la fuer za del prejuicio velaron
van consi go las r azon es, las leyes y el ri tmo ele su
propio formarse. d urau te sig los Ja verdad efecti v a . Puede darse, y se
da vordaderamente; el caso de qu e al gunos de estos
precon cepto s sean el frut o y el prO?Tecto d~ p er~o­
nn.l es excogit a cione s ó de las corri entes Iiterarias
qu e se forman dentro del au gu sto recinto pr?fesio-
nal de la s universidades y de la s aca de mia s: de
es to no sa be nada el pu eblo. P er o el he ch o impor-
- -- tan te es q ue la histori a se ha puesto ell a misma
estos ve los) quiero decir, que los mismos a ctores y
operador es ele las vi cisitudes hist óri cas, tanto si
fueron las gra nde s ma sas de pu eb lo como las cla -
ses dire ctoras, Ó los man ejadores del Estado, ó las
sectas, ó los partidos en el se nt ido más restringi do
de la palabra, haciendo abstra cción de al gún qu e
otro momento de l úcido in terval o , no tuvieron,
ha sta fines del siglo pa sa do, concie nc ia de su pro-
pia obra sino á trav és de al gún involucro ideol ógi-
T
20 Alo.'TO~IO LABRIOLA DEL M.\TERIAI,IS~1O HISTÓRICO 21

co que impedía la visión de las causas reales. Ya de la interpretación ideológica pudo ser reciente-
en los tiempos obscuros en que se efectuó el paso mente superado y el conjunto de las relaciones
de la barbarie á la civilización, cuando los prime- reales y realmente actuantes pudo separárselas
ros descubrimientos de la agricultura, con la pri- claramente de los reflejos ingenuos del mito y de
mera resistencia estable de una población sobre los demás artificios de la religión y de la metafísi-
un territorio dado, con la primera división del tra- ca, nuestra doctrina entraña un nuevo problema y
bajo en la sociedad y con las primeras alianzas de lleva consigo no leves dificultades para el que
diversas gentes, se establecieron las condiciones quiera hacerla apta para comprender especifica-
en que se desarrolla la propiedad y el Estado, ó damente la historia del pasado.
por lo menos la ciudad; en los tiempos, en suma,
de las primeras revoluciones sociales, los hombres
transformaron ya su obra en acciones . milagrosas
: :* *
de imaginarios dioses é ídolos, de tal modo que El problema consiste en esto: que nuestra doc-
actuando aquéllos como podían y como debían por trina dé ocasión para una nueva crítica de las
necesidad y hecho de su relativo desarrollo econó- fuentes históricas. No me refiero exclusivamente á
mico, idearon una explicación de su propia obra la critica de los documentos en el sentido propio y
como si de ellos mismos no fuese. Esta envoltura común de la palabra, porque respecto á esta criti-
ideológica de las obras humanas ha cambiado mu- ca podemos contentarnos con que nos la suminis-
chas veces de forma, de apariencia, de combina- tren hecha los críticos, los eruditos y los filólogos
ción y de relación en el curso de los siglos, desde de profesión. Antes entiendo decir aquella fuente
la producción inmedinta de los ingenuos mitos inmediata, que está más allá de los documentos
hasta los complicados sistemas teológicos y la Cin- propiamente dichos, y que antes de expresarse y
dad de Dios de San Agustin; desde la supersticiosa de fijarse en éstos, cousiste en el ánimo y en la
credulidad en los milagros hasta el deslumbrante forma de conocimiento con el que los operadores se
milagro de los milagree metafísicos, ó sea la Idea, dieron cuenta á si mismos de los motivos de su
que en los decadentes del hegelísmo engendra por propia obra. Este ánimo, ó sea este conocimiento,
sí en sí misma, por propia tlirempeioue, todas las á menudo es incongruo á las causas que ahora es-
más disparatadas variedades del vivir humano en tamos en grado de descubrir y de fijar, de modo
el curso de la historia. que los operadores nos aparecen como envueltos
Ahora, precisamente porque el ángulo visual en un círculo de ilusiones. Despojar los hechos

- -
22 ANTONIO LABRIOLA DEL )IATERIALIS~lO HISTÓRICO 23

históricos de tales envolturas, que los mismos he- tra la explotación de la corte papal. Fué Lutero lo
chos invisten mientras se desarrollan, equivaldrá que Iué, como agitador y como político, porque
á hacer una nueva crítica de las fuentes, en el creyó que el impulso de clases que movió la agita-
sentido realista de la palabra y no en el formal del ción era un retorno al verdadero cristianismo y una
documento; será, en suma, hacer reaccionar sobre divina necesidad en el curso vulgar de las cosas.
la noticia de las condiciones pasadas el conoci- El estudio de los efectos á no breve plazo, y el co-
miento de que ahora somos capaces, para después rroborarse de la burguesía de ciudad contra los
reconstruir nuevamente aquéllas á fondo. señores feudales, y el crecimiento de la señorla
territorial de los principes á costas del poder ínter-
* territorial y sobreterrítorial del emperador y del'
** Papa, y la violenta represión del movimiento de los
Pero esta revisión de las fuentes directisimas, campesinos y del más explícitamente proletario de
mientras señala el extremo límite de autoconscien- los anabaptistas, nos permiten actualmente reha-
cía histórica á que puede llegarse, puede ser oca- cer la genuina historia de las causas económicas
sión de que se caiga en un grave error. Porque de la Reforma, sobre todo de su buen éxito, que es
como nosotros nos colocamos en un punto de vista la prueba máxima, Pero esto no quiere decir que á
que está al otro lado de las vistas ideológicas, por nosotros nos sea dado separar el hecho acaecido
virtud de las cuales los actores de la historia tu- del modo como acaeció, y desanudar su integralí-
vieron conciencia de su obra, yen la cual dema- dad circunstancial por medio de un análisis pós-
siado á menudo encontraron el móvil y la justifica- tumo que resulte subjetivo y simplista. Las causas
cíón del obrar, nosotros podriamos incurrir en la intimas, ó como ahora se diria, los motivos profa-
errónea opinión de que aquellas vistas ideológicas nos y prosaicos de la Reforma, nos aparecen más
fueron una pura apariencia, un simple artificio, claros en Francia, donde no salió victoriosa; cla-
una mera ilusión, en el sentido vulgar de esta pa- ros también en los Paises Bajos, donde, además
labra. Martín Lutero, para dar un ejemplo de esto, de las diferencias de nacionalidad, se evidencian
como los demás grandes reformadores contemporá- en la lucha contra España los contrastes de los in-
neos suyos, no supo nunca, como sabemos ahora tereses económicos; y clarisimos, en fin, en Ingla-
nosotros, que la impulsión de la Reforma fué un terra, donde la renovación religiosa, efectuada por
estadio de la formación del tercer estado y una re- medio de la violencia política, saca á plena luz el
belión económica de la nacionalídad alemana con- traspaso en aquellas condiciones que son para la
24 DEL MATI~R1ALJS~IO IIISTÓRICO 25

burguesía moderna los prodromos del capitalismo. En primer lugar, es claro que en el campo del
Post factnm, y á largo plazo de no premeditados determinismo histórico-social la mediación de las
efectos, la historia de los móviles efectivos que causas á los efectos, de las condiciones á los con-
fueron causas íntimas de la Reforma, en gran par- dicionados, de los precedentes á las consecuencias,
te desconocidos de los mismos actores, aparece no es nunca evidente al primer vistazo, de igual
clara. Pero que el hecho sucediese como precisa- modo que todas estas relaciones no son nunca
mente sucedió, que asumiese aquellas determina- evidentes en seguida en el determinismo subjetivo
das formas, que se vistiese con aquel ropaje, que de la psicología individual. En este segundo campo
se colorease con aquel color, que moviese aquellas hace tiempo que le rué fácil relativamente á la
pasiones, que se explicase en aquel fanatismo: cn filosofia abstracta y formal, pasando por encima
esto consiste su especificada circunstancialidad, del fatalismo y del libre albedrío, la evidencia del
que ninguna presunción de análisis puede hacer motivo en cualquier volición, porque, en suma,
que deje de ser lo que fué. Solamente' el amor á la tanto es querer cuanto es motivada determinación.
paradoja, inseparable siempre del celo de los apa- Pero más abajo de los motivos y del querer está la
sionados divulgadores de una doctrina nueva, génesis de aquéllos y de éste, y para rehacer esta
puede haber inducido á algunos á la creencia. de que génesis necesitamos salirnos del cerrado campo de
para escribir la historia basta poner en evidencia la conciencia para llegar al análisis de las simples
tan sólo el momento económico Cá menudo no muy necesidades, las cuales por un camino derivan de
seguro, y á menudo de ningún modo asegurable), las condiciones sociales y por otro se pierden en
arrojando todo el resto como inútil fardo, con que el obscuro fondo de las condiciones orgánicas,
los hombres se cargaron á capricho, como acceso- hasta la descendencia y el atavismo. No de otro
rio, en suma, ó como simple bagatela, ó como un modo ocurre con el determinismo histórico, donde
no-ente. de igual modo se comienza en los motivos, sean
...**
.to
religiosos, políticos, estéticos, pasionales, etcéte-
ra, y después de tales motivos debemos sacar las
Por tal reparo, ó sea que la historia hay que causas en las condiciones de hecho que están de-
entenderla toda integralmente, y que en ésta hueso bajo. El estudio de estas condiciones debe ser tan
y corteza forman una sola cosa, como decía Goethe especificado que se ponga bien en claro, no sola-
de las universales cosas, se nos presentan eviden- mente que éstas son las causas, sino por qué me-
tes tres ilusiones. diación llegan á la forma con la cual se revelan á
26 ANTONIO LAllRWLA DEL ;'IATElUAI,1 8 ~1O HISTÓ R IC O

la conciencia como motivos, cuyo origen á menu- y semi psicológicas, por las que el ente socied ad,
do es tá anulado. al modo de Schaffle, a dq uiere ce rebro, médula es-
y por esto es ev idente esta segunda ilación, ó
pinal, sensibilidad, sen timie nto, conscie ncia , vo-
sea que en nu estra doctrina no se trata de tradu- luntad, y así por el estilo. E ntie nd o hablar de cosa
cir nuevamente en catego r ía s económicas todas las más mod esta y prosai ca, ó se a de aquellas con-
complicadas manif es taciones de la historia, sino cret as y precisas formas de espíritu, por las qu e
de ex pli ca r en ú lt ima in st an cia (Engels) cua lquie r se nos a pa re ce n tales como eran hechos los plebe-
h echo históri co por medio de la estructura económi- yos de Rom a de un a det ermin a da época, ó los ar te -
ca qu e est á debajo (Marx), lo qu e implica a ná lisis y sanos de Florencia de c ua ndo es ta lló el movimien-
reducción, y despu és mediación y composici ón. to de los Ciompi, ó de aquellos campesinos de
De esto r esulta en tercer lugar que para proce- Fran ci a en los cuales se engen d ró, según la expre-
der de la estructura que está debajo al conjunto sión ele Taine, la anarquia esp ontánea del 89 (1),
configurativo de una determinada historia, se neo aq uellos campesinos qué, con vertidos después en
cesita el subsidio de aquella complejidad de necio- libres trabajadores y pequ e ños propietarios aspi- ó

• nes y de conocimientos que, á falta de otro térmi- rantes á la propiedad, desd e vencedores más allá
no, puede llamarse psicoloqia social. Con esto no de los confines á plazo br eve se transformaron en
entiendo aludir á la fantaseada existen cia de una automáti cos instrumentos de la r ea cci ón . Esta psi-
psiquis social, ni á la excog i ta cí ón de un preten- cología soci al, que n adie puede r educir á abstra c-
dido espíritu colectivo, que por propias ley es, in- tos cánones, porque en la mayor parte de los casos
dependientes de la con cien cia de los individuos y es sol am ente descriptiva , es lo que los históricos
de sus material es y señalables r elaciones, se ex - narradores y los novelista s y los ideólogos de toda
plique y manifieste en 'l a vida social. Esto es puro cl as e basta a hora vier on y con oci eron como ex clu-
misticismo. Ni tampoco pretendo referirm e á a qu e- sivo obj eto de su estudio y de sus in vencíones. A
11as tentativas de gene r a liza ción combinatoria por esta psi cología, que es la especifica da conciencia
las que se escribieron tratados de psicología social, de los hombres en condi cion es sociales dadas, se
y cu ya idea consiste en transferir y aplicar á un r efieren los agita dore s, los or ad ores y los difund í-
excogitado sujeto , q ue se llama la concien cia dores de ideas. Nosotros sab emos que esta psí eolo-
social, las categorías y las formas seguras de la
psicología individual. Y tampoco aludo á aquel (1) Véas e L os oriqenes ele la Fmncia con tempo r ánea , 1m-
amontonamiento de denominaciones ~emiorgánicas blic ad a por esta Casa Editorial.
28 AI':TO}¡IO LABRIOLA

gía es el aporte, el derivado, el efecto de determi-


nadas condiciones sociales de hecho; una clase
determinada, en una determinada situación, por
los servicios que presta, por la sujeción á que está IV
mantenida, por el dominio que ejerce, y después
clase, servicios, sujeción y dominio suponen ésta ó
aquélla determinada forma de producción y de dís-
tríbución de los medios inmediatos de la vida, ósea
una específica estructura económica. Esta psicolo- Decía poco antes que nuestra doctrína objeti-
gía social, por naturaleza siempre circunstancial, víza y en cierto modo naiuraiiza la historia, invir-
no es expresión del proceso abstracto y genérico tiendo la explicación de los datos al primer vistazo
del llamado espíritu humano: es siempre formación evidentes de la voluntad actuante ú designío, y de
especificada de especificadas condiciones. las ideaciones auxiliares de la obra, á las causas y
Para nosotros es indiscutido el principio de que á las im pulsiones del querer y del obrar para en-
las formas de la conciencia no determinan el ser del contrar después la coordinación de tales causas é

hombre, sino que este modo de ser determina pre- impulsos en los procesos elementales de la produc-
cisamente la conciencia (Marx). Pero estas formas ción de los medios inmediatos de la vida.
de la conciencia, como que están determinadas por En este término de naiuraiizar se oculta para
las 'condiciones de vida, son también historia. Ésta muchos una fuerte seducción á confundir este or-
no es solamente la anatomía económica, sino todo den de problemas con otro orden de problemas;
aquello junto que esta anatomía reviste y cubre, esto es, á hacer extensivas á la hístoria las leyes
hasta los reflejos multicolores de la fantasía. Ó di- y los modos del pensamiento que parecieron ya
ciéndolo de otro modo, no hay un hecho en la his- apropiados y convenientes al estudio y á la expli-
toria que no tenga su origen en las condiciones de cación dcl mundo natural en general y del mundo
la inferior estructura económica; pero no hay un animal en particular. Y porque el darwinismo ha
hecho en la historia que no esté precedido, acam- conseguido expugnar, con el principio del transfor-
panado y seguido de determinadas formas de con- mismo de la especie, la última ciudadela de la fija-
ciencia, sea ésta supersticiosa ó experimentada, ción metal'isica de las cosas, de donde después los
ingenua ó refleja, madura o incongrua, impulsiva organismos se han convertido para nosotros en
ó amaestrada, caprichosa ó razonadora. fases y momentos de una verdadera y propia histo-
80 Ai>T OXIO [, AmaOLA D EL ;llATFm! A LIs ~ ro IlI STÓm CO 31

-ria natural, ha pa recido a muchos qu e er a fá cil y es to derivaro n las condi ci ones imperiosas iuevi- é

simpl e empresa la do acept a r para explicación del ta bles el e la lu cha por la ex iste ncia , con las cons i-
formarse y del viv ir hum ano histórico los concep - g uientes form as ele a comoda ci ón. De aquí se origi -
t os y los princi pios y los modos de ver por los que naron las raza s, en el verda dero y ge n uino sentido
se subordinó la v id a animal, que por las cond i- ele In palabra, en cu a nto so n d etermi naciones in-
ci one s inmedia ta s de la lucha por la ex istencia se medi a tas de negr os, ele bl ancos, de ul ótricos, de
d es arrolla en los ám bito s top ográfi cos de la ti e- li s ótrí cos, e tc " y no form a ci ones sec undarlas his-
rr a, no modifi ca dos por obra de tra bajo. El da a-ui i- tóric o-soc ia les, ó sea los pu ebl os y las na ciones.
nismo político y socia l ha inva dido, como una epi- D e a q uí los primit ivo s in stin tos de soc iab ili dad, y
d emia, por no breve c urs o de afias, las men tes ele por el modo ele viv ir en pr omi scu id ad , los pr irnero s
varios Investi gadores, y a lg o más la s de los aboga - ru dimen tos de la sel ecci ón sexual.
dos y declamador es ele la sociologia, y ha venido P ero del hombre [ eru e priuueo us , que pod em os
I
á reflejarse, como un vestido de moda y co mo una r econst rui r caprichosamente por combina cion es de
corriente fras cológi ca, hasta en el lenguaje diario conjeturas, no nos es dado tener una intuición em-
de los poli tica.ntes. píri ca, como no nos es dado det erminar la génesis
de aquel Iiiatu«, ósea cJ.e aqu ell a discontinuidad
:¡:*::: por la c ual el ge ner o hu man o se en con tr ó como
desta ca elo d e] v iv ir de los nuimalos y despué s sie m-
Alguna cosa de inmediatamente ev iden te y de pre s upe r ior á dicho vi vir , Todos los hombre s qu e'
instintivamente plau sibl e parece qu e hay, á prime- ah or a v iv en en la superfic ie de la tie r ra, y tod os
ra vista, e n es te modo de razonar, el cu al después aq uellos que vivier on en ella duran te el pasado y
se contradistingu e pr inc ipal men te por el abu so de fueron obj eto ele al gu na ap reciab le observa ción,
la analo gía y por la pri sa de la con clusi ón. El horn- está n y esta ba n bien distan tes elelmom ento en qu e
hre es sin duela un animal y está unci do por r e- cesó el v iv ir puram ente a ni mal. Algún h ábito ele
laciones de descen den cia y de afinidad á otr os con vive nc ia "que t en ga a lgo de costumbre y de
animales. No tiene privilegio de ori g en ni de es - in sti tu ción, a u nq ue te nga l a for ma más eleme n ta l
tructura elem ental , y su or ganismo n o es más qu e de nosotros a hor a cono cida, ó sea de la tribu a us-
un caso particular de la ñsíolog ía ge ne ral. Su pri- trali an a , di vi dida en clas es y con el cas a mie nto
mero inmediato terreno fue el de la simple n atu-
é de "todos los hombres de u na cla se con todas las
ral eza no modifi cada por artificio de trab aj o, y de muj eres de otra clase, sep ara con gran de intervalo
32 ANTONIO LAB!<IOLA DEL ~[ATEIUALIS~[O IIlSTÓHl CO 3U

el v iv ir hum a n o del v iv ir a nimal. Llegando á la. ción co nsis te lo que ha dado en llamarse prehis-
consideración de la gens materna, cuyo tipo clá- tod a.
sico íroqués, por obra de Margan, ha r evolucio- La historia, según el uso literario de la pala-
n a do la prehistoria, dándonos al mismo ti empo la bra, es aquella parte del proceso humano q ue ti ene
c lave de los or igenes de la histor ia prop iame nte una precisa cons is te ncia d e tradicion es en la me -
di ch a , nos encontramos con un a forma de sociedad mor ia y com ienza cuando ya el t erre no a r tificial
muy avanzada por lo complejo de las r elacion es. ha ce tiempo que se ha formado. Por ejemplo, la
Ahora bi en; en el grado de convivencia qu e e l) el canalizaci ón de la Mesopotamia, y hétenos con la
cí rculo de nues tros conocimientos nos parec e ele- a nti gua Babilonia presemltica; la de rivación de l
men ta l ísim o, c omo el nusu-aliano, no solam ente la Nilo con objeto de cultivar los campos, y de a hí
l en g ua bastante compli cada diferencia ya ú los el antiquísimo Egi pto h am ítico. Sob re este terreno
h om bres de todos los dem ás an imales (y lengua artificial, q ue asoma en el extremo hori zo n te de la
quiere decir condi ci ón inst.rumento, causa Y efec-
é
hi stor ia recordada, no vivieron , como no vi ven
to de so cia bilida d ), sino que la especificación del a ho ra, masas informes de indi vidu os , sin o aso ci a-
vivir hu m a n o está íijn.dn., ademá s que por el d es- cio nes organiza da s , qu e r epetía n , c omo repiten
cu brimien to del fu ego, en el uso de muc hos otros a hora, su organizac í óu de distribució n de servi -
m e di os artifi cial es para v ivi r. Un ámbito de terro- cios, sea de trabajo, y de consiguiente, r a zon es
ó

n o destinado al vagabundaje de una tribu, un y moelos de coordinación y de subordinací ón. Ta-


m odo de C11,%U1', el uso perfecto de ei ertos in stru - les relaciones, vínc ulos y modos de vida no r esult a-
mentos de defen sa 6 de ataque, 1[1" pos esión de ci er- ron, como no resultan, de repeticion es y fija ci ones
tos utensilios para conservar Ias cosas adquirid as, ele hábitos bajo la acción inmediata ele la lucha
los adornos del c uer po, etc ., es decir, e n e l [ando, animal por la existencia. Antes suponen el hallaz-
aq uella vicia sita sobre un terreno a rtifi cial, por go de c iertos instru men tos, y por ejem plo, la do-
elc mentalís imo qu e sea, sob re el cual los hombres m e s ~i c a ci ón de cie rtos animal es} e l traba jo de los
p roc uran fijarse y acomodarse, sobre un terreno minerales hasta el hi er ro , la i n tr od ucci ón de la
q ue en fin de cu en tas -es la cond ición de cu alq uier esclavitud} e tc., i nstr u me ntos y modos de econo-
u lt er ior desarrollo. S'eg ún que este terreno artifi- mía qu e primeramente diferencian las comunida-
ci a l sea más ó menos formado , los hombres que lo des unas de otras y despu és diferencian en las
han pr odu ci do y viv en sob re (Ú son más lU OllOS
ó
comunidades á sus componentes . Dicho de otro
salvajes ó bárbaros, y en aquella primera forma - m odo, las obras de los hombres , en cuanto congre-
3
ANTONIO LARUIOLA DEr, )[AT E RI.-IT, 1fi ) [Q JlISTÓ mCO 35

ga dos, r e a c ci on aron sobre los mi sm os ho mbres . D ecir q ue t odo es to n o es más q ue p arte y prolon-
Su s adquisi cion es é in ventos, creando modos de cncí óu de la Na turaleza, es decir, u na cosa que por
v ivir sob re nat urales, prod ujer on n o tan sól o háb i - ~er de masi a do a bstra cta y ge né r ica, en fin de cuen -
to s y costumb res (vestidos , cocimien to de la c omi- ta s es poco conc lu yente .
da y d em ás), si q ue tam bié n r elaci on es y vin culas El gé ne r o huma no vive sola me n te en las con-
de coexist enc ia, propo rcio na dos y con ven ien tes al dici on es telúricas y n o puede s upo u érsele traspl au-
moelo de producir y de r ep rodu cir los medi os de , tad o ú ot ro sitio. En tal es con dic iones h a enco n tra -
vida inmedi ata. do, deade los primer isi mos oríge nes h ast a nuestros
Cua ndo comi en za la histori a transm it ida de me- días, 103 medi os in me dia tos pa r a el d esarrollo del
moria , la economía está ya Iun cio n nudo. Los hom- trabajo, es de cir , tanto para. el progreso material
bres t'l'abaja n po r la ex isten cia sobre un ca mpo qu e como pa ra s u formaci ón in terior. T ales condicio-
en gran pa rte rué modiñca do por obr a suya y con n es n a tura les f uer on y son sie mp re indísp ensabl es,
instrum ent os q ue por comple to son obra d e e llos . tanto par a la es por á dica cultura de los . n óm a da a,
y ele aqu el punto en ad elante han lu chado por la qu e al g'ulU¡,S veces cultivan la ti erra para riasto de
posición em ine n te de unos sobre otros en el uso de los anim al es, como para los 're fin a dos productos
tales m edios artifi ciales, y han lu chado en tre ellos, de la nt cn siva horticultura mod er na. Semejantes
í

en cuanto siervos y dueños, súbditos y señores , con dic io nes telúricas, a si co mo ofrec ier on las va-
conqui st a dos y conq uis tadore s , ex plota dos y exp lo- ri as d a ses ele piedra apta para la elabor a ción de
tadores; y en tal par te han progresado, e n ot ra las pri meras a r ma s, ofrece n ahor a co n el carbón
r egresado, en ot ra se han detenido en una fo rma fósil el a lim ento de la g ra nde in d us tria ; co mo ofre -
que no fue r on capaces de superar, pero nun ca han ci eron á las pr ime ras ge ntes los junc os y l os mim-
r etornado al v iv ir animal con la completa pérdida bres para te jer, así ofrecen a hora todos los medios
del t erreno artificial. de qu e se deriva la comp licada técni ca de la ele c -
., tri eiciad .
::: * No es qu e sean los mi sm os m e dio s natural es
qui en es h an progr esado; antes bi en, so n los hombres
Por cons ig uien te , la cie n cia hi stóri ca ti en e por so la me n te los que han progresa do, hallando en la
primer y principal obje to la de terminación y la Natur al eza las condicion es para produci r con nue-
investiga ci ón del terreno artificial, de su orige n y vas y cada v ez más co m ple jas formas, por medio
composición y de su alteración y transformación. del trabajo a cumulado, qu e es l a exper ien cia . Ni
36 ANTONIO LABHIOLA
DEl, )IATERIALI ::DIO HISTÓRI CO 37
este progreso es solamente aquel á qu e se r efieren
los subjetivistas de la psicología, ó sea una modifi- na, ni para confundirse con el darwínismo ni para
cación interior qu e se ría desarrollo propio y directo r cevocar la concepción de una forma cualquiera, ó
del intelecto, de la raz ón y del p ensamiento. An- mítica, ó mística, ó metafórica de fatalismo. Por-
tes bi en, tal progreso interior está en linea sec un da- qu e si es verdad que la hístoria se levanta ante
ria y derivada, en cuanto que ya hay prOOTeso en todo sobre el desarrollo de la t écnica, es decir, si
el terreno artificial , qu e es la suma de la s brelacio_ es v erdad que por . efecto del sucesivo descubri-
nes so ciales r esultantes de las formas y divi si on es mi ento de los instrumentos se generan las sucesi-
del trabajo. Por es to sería vacía de sentido la a fír - vas divisiones del trabajo, y con éstas después las
ma~ión de qu e todo esto no es una simple prolon- desigualdades, en cuyo concurso más ó menos es-
gación de la Naturaleza; aunqu e iaualm en te no se table consiste el llamado or ganismo social, también
• • b
q.UlSlere en~ p l~ a r es ta palabra en .sentido ta n ge n é- es verdad que el descubrimiento de tales instru-
rrco de no indi car ya nada ele preciso y de distinto mentos es causa y efecto á un mismo tiempo de
como es lo qu e en te n de mos por div erso d el hecho aqu ellas condiciones y formas de la vida interior
del hombre progresivamente operante. que nosotros, aislándolas en la abstracción psico-
La historia es el he cho elel hombre, en cua n to lógica, llamamos fantasía, intelecto, razón, pensa-
que el hombre pu ed e cre ar y perfeccionar sus ins- miento y demás. Produciendo sucesivamente los
trumentos de trab aj o, y con tales in strument os pu e- varios ambientes sociales, ó sea los sucesivos te-
d: crearse un a mb ie n te artifici al qu e despu és r ea c- rrenos artificiales, el hombre ha producido al mis-
cion a en s us compl ic ados efectos sob r e él v as i mo ti empo las modificaciones de si mismo, y en

como es, y poco a poco se modifi ca es ocasi ón y
' v
esto consis te el hueso serio l la razón concreta, el
condición de s u desarrollo . F a lt a n p~r esto todas la s fundamento positivo de lo qu e, por varias combi-
razone~ p a~'a a tribuir este he ch o del h om bre, qu e naciones fantásticas y con varias arquitecturas ló-
es la h~stona, á la lu ch a pura por la exis te nc ia, la gicas, da lugar en los id eólo gos á la noción del
cual, 81 r efina y altera los ór ganos de los anim al es progreso del espíritu humano.
~~ en dad as circuns ta nc ia s y en dados modos oca-
:::
siena se ge ne re n y se desar ro ll en ór gan os nu e vos :}: *
no produce, empero, aq ue l mo vimiento continua ti :
va, perfec ci on ati v o y tra di ci onal qu e es el progreso Sin embargo, la expresión naturalizar la histo-
humano. No hay lugar a q u í, en nu estra do ctrí- ria, qu e en te n dida en sentido demasiado lato y ge-
nérico pu ede dar ocasión para los indicados equí-
ss A NTO ~JO L AIlHIULA D E L ~rA'l'EIUALl S~lO u rsrónrco 3D

voces, cuando se emple a con la debida cautela y siempre una misma cosa, en el curso de la historia ,
de, modo aproximativo, compendia brev emente la con la voluntad que opera con designio , con planes
crítica ,de toda s las vi stas ideológica s, las cua les en preconcebidos y con la libre elec ci ón ele los m edios ,
la interpretación de la his tori a parten de la presu- ó sea qu e no es una y misma COSlL con la razón ra-
posición de qu e obra ó acti vi dad hu mana es lo mis- zonante. 'roda lo que ha sucedido en la historia es
mo qu e a lbedrí o, elección y. designio. obra del hombre; pero no Iué ni es , sino muy raras
Ji los teólo gos se les hacia fácil y cómodo atri - veces, por el ec ci ón crít ic a ó por albedrí o r azo-
buir el curso de las cosas humana s á un plan ó de- nante; antes Iué y es por n ecesidad, que, determi-:
signio, porque saltaban á pi es juntos de la ex pe- nad a por las n ecesidades y ocasiones externas, ge-
riencia á una mente presunta que reglamenta el nera experiencia y desarrollo de órganos internos
universo .. Los juristas, que fueron los primeros en y externos. Entre esto s órganos están también el
tener oca sión de descubr ir en las ins tituci ones q ue intelecto y la r azón, resultados y -consecuencias
form an el objeto de sus es tud ios un cierto hilo con- . también éstos de experiencia rep etida y acumu-
ductor de formas qu e se s uceden, con al gun a ev i- lada. La formación integral del hombre, dentro del
dencia, transfirieron, como aun a hora transfier en
I
desarrollo histórico, no es ya un dato hipotético, ni
sin g ran embarazo, la r azón r azonan te , qu e es su una simple con jetura , sino una v erdad intuitiva y
oficio, ¿'.. la exp lica ción, de toda la vas ta materia palmaria. Las condi ciones del proceso qu e ge ne r a
social , qu e tan complicada es. Los politicos, que progreso pu eden ya r educirse á una ser ie de expli-
naturalmente toman sus movimien tos de la expe- caciones, y nosotros, ha sta cierto puntó, tenemos
rien cia de 10 que los directores del Es ta.do, por ó
ante la vista el esquema de todos los desarrollos
con sen timiento do las ma sas suj etas, 6 a prove- históricos ente n didos morfológicamente. Esta doc-
chándose de la antltesis <J o los intereses de los va - trina es la negación concisa y definitiva de toda
rios gr upos sociales, pu ed en qu erer ~' r ealizar de id eología, porque es la negación exp licit a de toda
propósito y con intención, están inclinados á ver forma de racionalismo, entendiéndose por este
en la sucesión de las cosas hum a nas solamente la nombre el preconcepto que las cosas en su existen-
variación de tales deaígníos, propósitos inten cio-
é
cia y explica ción r esponden á una horma, á un
nes. P ero a hora nuestra concepció n, revolu cionan- ideal, á un escote, á un fin, sea de modo explicito
do en s us fundamentos las presuposiciones de los ó implícito. Todo el curso de Ias cosas humanas es
t eólogos, de los juristas y de los políticos, afir ma una suma, ó mejor, es tantas series de condiciones
que 'obr a y actividad humana en general no -son como los hombres se han hecho y puesto por si por

I •
40
r
ANTONIO LABRIOLA

la experiencia acumulada en la variable conviven-


cia social; pero no presenta ni la aproximación á
una prese.i1alada meta ni la. desviación de un pri-
mer principio de perfección y de felicidad. El mis- v
mo progreso no implica sino la noción de cosa em-
pírica y circunstanciada, que actualmente se hace
clara y precisa eú nuestras mentes, porque, por el
'desarrollo hasta ahora efectuado, estamos en grado
de valuar el pasado, y de prever, ó sea de entrever, De este modo queda esclarecido un grave equi-
en cierto sentido y en cierta medida, el porvenir, voco y el peligro que se deríva queda apartado,
. Razonable y fundada es la tendencia de los que
tratan de subordinar todo el conjunto de las cosas
humanas, consideradas en su curso, á la rigurosa
concepción del determinismo, Privada, al contra-
rio, de todo fundamento, está la identificación de
tal determinismo derivado, reflejo y complejo, con
el de la inmediata lucha por la existencia, la cual
se ejerce y desarrolla sobre un campo no modifi-
cado por obra continuativa de trabajo. Legítima y
fundada, de modo absoluto, es la explicación his-
tórica, la cual procede invirtiendo de los presuntos
quereres por designío, que habrían reglamentado
de propósito las fases varias ele la vida, á los mó-
viles y á las causas objetivas de cualquier querer
que han de encontrarse en las condiciones de am-
biente, de terreno, de medios disponibles, de cir-
cunstancialídad de la experiencia. Pero en cambio
está privada de cualquier fundamento la opinión
que tiende á la negación de toda voluntad, por
medio de una vista teórica, que quisiera sustituir
42 ANTONIO LARRIULA DEL lIIA'J'EHIALISMO lllSTÓRICO 43
al »olaniarismo el automatismo; ésta es mejor una propósitos políticos, las ciencias, los sistemas de
simple y pura fatuidad. derecho, etc., antes que ser el medio y el instru-
Allí donde los medíos técnicos estén desarrolla- mento de la explicación elela historia, son precisa-
dos hasta cierto punto, allí donde el terreno artifi- mente la cosa que es necesario explicar, porque
cial haya adquirido cierta consistencia, y allí donde deri van de determinadas condiciones y situacio-
las diferenciaciones sociales y las antítesis con si- nes. Pero esto no quiere decir que sean meras apa-
guíen tes hayan creado la necesidad, la posibilidad riencias y burbujas de jabón . Que aquellas cosas
y las condiciones de una organización más ó menos hayan sido derivadas de otras, no implica que no
estable ó inestable, siempre y necesariamente bro- son cosas efectivas, y tanto es así que durante
tan los meditados designios, los propósitos políticos, siglos han parecido á la conciencia no científica y
los planes de conducta. vlos sistemas de derecho y á la COnciencia científica aun en vías de forma-
luego las máximas y los principios generales y ción, como las únicas verdaderamente efectivas.
abstractos. En el ámbito de tales productos y de
tales desarrollos derivados ' y complejos, y diré de
segundo grado, nacen también la ciencia, las artes, ***
la filosofía, la erudición y la historia como género Pero con esto no está dicho todo.
literario de produccíón. Este ámbito es el que ra- También nuestra doctrina puede dar lugar á la
cionalistas é ideólogos, ignorando sus fundamentos tentación de fantasear y puede ofrecer ocasión y
reales, llamaron y llaman todavia, de modo exclu- argumento para una nueva ideología al revés.
sivo, la civilización. Porque de hecho se ha dado y Ésta ha nacido en el campo de batalla del comu-
se da el caso de que algunos'hornbres, y sobre todo nismo. Supone la aparición del proletariado mo-
los adoctrinados de oficio, laicos sacornotes, ha-
ó
derno en la arena política, y supone aquella orien-
llaron y hallan modo de vivir intelectualmente en tación, sobre los orígenes ele la sociedad actual,
el cerrado cercado de los productos reflejos y secun- que nos ha permitido rehacer críticamente toda la,
darios de la civilización y pudieron y pueden luego génesis de la burguesía. Es doctrina revolucionaria
someter todo lo demás á la mira subjetí va q ue en por dos motivos: porque ha encontrado las razo-
tal situación se forman, y en esto está el origen y nes y los modos de desarrollo, de la revolución pro-
la explicación de toda ideo logia. Nuestra doctrina letaria, que es in fieri, y porque de cualquiera otra
ha superado de modo definitivo el ángulo visual de revolución pasada, se argumenta para hallar las
cualquier ideologia. Los meditados designios, los causas y las condiciones de desarrollo en aquellos
DEL )IATERIAI,umo msrónrco 45
44 AN'l'ONIO LAllRIOLA

una palabra, también la concepción materialista


contrastes de clase que llegaron á cierto punto
puede convertirse en forma de argumentación de
critico por la contradicción entre las formas de
tesis y servir para forj ar nu evos prejuicios anti-
producción y el d~sarrollo de las fuerzas producti-
guos, como el de una historia demostrada, demos-
vas. y hay más. A la luz de esta doctrina lo esen-
iratioa y deducida,
cial de la historia consiste precisamente en tales
Para que no suceda esto, y especialmente para
momentos críticos, y lo que está en medio de uno
que no reaparezca por caminos indirectos y por
y otro de estos momentos pensamos abandonarlo,
modos disimulados una forma de finalidad cual-
p0,r lo menos ahora, á las eruditas tareas cíe los
quiera, precisa poner bi en en claro dos puntos: que
narradores y expositores de oficio. Como doctrina
las condiciones históricas de nosotros conocidas
revolucionaria, ésta es, ante todo, la consciencia
son todas circunstanc iadas, y que hasta el presen-
intelectual del movimiento proletario presente, en
te, el progreso estuvo circunscrito por múltiples
el cual, según nuestro asunto, se prepara hace
impedim entes y por esto Iué siempre parcial y lí-
tiempo el atrevimiento del comunismo, y tanto es
mitado.
así, que los decisivos adversarios del socialismo la
rechazan como opinión que, con apariencias de
ciencia; no hace más que repetir la bien conocida ***
utopía socialistica,
Una sola parte, y hasta ti empos r ecientisimos ,
Por tales condiciones de cosas puede muy bien
una parte no muy grande del gén ero humano , r e-
darse el caso, y de hecho se ha dado en parte, de
corrió por ente r o todos los es ta dios del proceso
que la fantasia de los inexpertos en materia de in-
por efec to del cual las nacion es más avanzadas
vestigación histórica y el celo de los fanáticos ha-
han llegado á la sociedad civilizada moderna, con
llen estímulo y ocasión hasta en el materialismo
las formas de la técnica ad elantada, fundada en
histórico para forjar una nueva ideología y á sacar
los descubrimientos de la cien cia y con todas las
de aquél una nueva filosofia de la historia sistemáti-
consecu encias políticas, intelectuales, morales y
ca, es decir, esquemática, ó sea de tendei-tcia y de
demás r espectivas ;,' conveni entes á semejante des-
designio. No hay cautela que baste. Nuestro íute-
arrollo, Al lado de los ingles es, para no citar más
lecto raramente se satisface con la investigación
que el ej emplo más vi sible, que transportando
puramente critica, y siempre está propenso á con-
consigo á Nueva Holanda los medios europeos han
vertir en elemento de pedantería y en novela es-
creado allí un centro de producción que ocupa ya
colástica cualquier hallazgo del pensamiento. En
AXT ONIO LA llRrOLA DEL ~I ATE RI ALrs~ ro IlISTÓRICO 47
un notable lu gar en la competencia 'del me rcado insi núan el ferrocarril y tel égra to, a vanzadas Va-
mundial, vi ven todavía como fósil es de la prehi s- lie ntes de la conquis ta dora banca e ur opea. Toda
t oria los indigen as a ustralianos, ca pa ces sola mente aquella rí gi da musa no tiene espera nz as de r ead-
de extinguirse, pero in cap a ces de adaptarse . á la q uírír vida , calor y mov im iento si no con la r uina
ci vilización qu e rué importada alZado} pero no so- del lominio turco, sustit uido poco ti. poco, en s us
bre ellos. En la Améri ca , y espe cialmente e n la div ersos posi b les modos de conquista directa ó in .
del Norte, la serie do los procedimie ntos que han directa, por el seño r ío ó el protectorado de In bu r -
dado lugar a l desarrollo de la soci ed a d modern a, g ues ía europea . Que un pr oceso de transfor mación
comenzó con la import a ción desd e E uropa de las de los p uebl os atrasados ó d ten idos en s u cam ino
pl antas, de los an imales y de los in strum entos de puede Ieot ua rse y ap res urarse debido á externas
la agricult ura, cuyo uso ab antico ge ne ró la secul ar iI~ftuencias, .aqui está la I nd ia para pro bado, que
civilización del Mediterráneo; pero dich o movi- VIVI1Z todavía por propia v ida, ba jo la a cc ión de
miento qu edó encer rado en el circulo de los deseen- I ng laterra, entra do nue vo vigor osam en te en la cir-
dientes de los conquistadores y de los colonos, culación de la la boriosidad in tC l'llaci on aJ, hasta
mientras los indígenas se pierden en la masa de ,en sus productos intelectuales. y no son éstos los
nueva formación, por el camino natural de la mez- únicos cont rast3s de la fisonomía histórica de los
cla de raza, ó per ecen y desaparecen del todo, El contcmporá naos, Mientras en el Japón, por un fenó-
Asia anti gua y el Eg ipto, que ya en tiemp os anti- meno agudo ~r espontáneo de imitación, se desa rro -
q uisimos , como pr ime ra cuna de toda nu estra .civ í lla en menos de tre inta años una cierta rela tiva as i-
lí zacióu, di er on lugar á las grandes Jorm a c.íones mila ción de la civiliza ción occ ide ntal, qu e mueve
semipoliticas , las 'cuales siguen la primera fase de ya normalmente las energias propias de l mismo
la hi storia aseg urada y r ecordada, hace sigl os que pn ís, el de recho y 111. imposición de la conqu is ta
se nos ap arec en como cristalizaciones de formas ru sa a rrastra en el círculo de la indu stria modero
sociales in capaces de moverse por sí mismas con na, y au n de la g rande Indusn-ía, 1\ a lg ún qu e otro
nuevas fa ses de desarrollo. Por enc ima de ellas plinto no table de los paises del ot ro lado de l Oas -
es t á la secul ar pr esión del bárbaro cam pam ento P!o. La mole gig untescaAe la China nos ha a pa re -
que ti en e por nombre dominac ión turca. En aquella cido hasta pocos a ños hace casi in móvil en el atá -
masa rí gida ó se in cuba por disimuladas vías una vi co ajus te de sus instituciones, tan lento es a llí
admínistr ación alg ún tanto moderni za da, ó en cualqui er movimie n to: mientras por razones ét ni-
nombre explicito de los intereses comercial es se cas y ge ográficas casi todo el África permanecía
48 ANTONIO LAllRIOLA DEL MATERIALISM O HI ST ÓRICO 49

impermeable, y hasta las últimas tentativas de e?n- cial, considerada en los modos internos de su de-
quista y de colonización parecía que no debían »enir, en los entrelazamientos y en las complica-
ofrecer á la acción de la civilización sino el solo ciones de los varios pu eblos, sobre aquel terreno
p erimetro de cu ando los ti empos, no de l~s por- que su ele llamarse arena de las luchas históricas.
tugueses, sino de los grie gos y de les oartagtneses. Esta misma Europa civilizada · que por conti-
Semejantes djferen ciaciones de los h~mbr.es, por nuidad de tradi ción presenta el esq ue ma más com-
el camino de la historia. y de la prehistoria, nos pleto de proceso, tanto que sobre este modelo se
parecen muy explicables cuando hay mo.do ele .atri- idearon y hasta el presente construido todos los
buirlas á las condiciones naturales -é inmedi atas sistem as de filosofía histórica; esta misma Europa
qu e imponen limites al desar rollo del traba.jo: Este occidental y medi ana qu e ha producido la época
es el ca so de Am érica, que hasta la apar ici ón de de los burgu eses y ha tr a tado y trata de imponer
los europeos no t enia mas qu e un solo gran o, el á todo el mundo su forma de sociedad por medio
maíz, y un solo animal dom esti ca bl e para el tra- de varios modos de conq uista directa ó indirecta,
. , la lama', y nosotros podemos alegrarnos . ele
bajo no es del todo uniforme en su grado de desarrollo,
que los europeos, llevando consigo y con sn.s lUS- y sus diversas conglome r a cione s nacionales, regio-
trumentos al bu ey el asno, el caballo, el trtgo, el nales y politicas aparecen como distribuidas sobre
al god ón, la ca ña d~ azúcar y el ca fé, y por último, una escala muy graduada. De tales dif erencias
la vid y el naranjo, ha yan crea do a ll í un nuevo dependen las c ondicione s de relati va superioridad
mundo de la gloriosa soc ie dad que produ ce las ó inferioridad de país á país y las razon es más ó

m ercancías, cuya sociedad, con inaudita rapid ez menos ventajosas desventajo sas del cambio eco-
ó

de movimiento ha recorrido ya las dos fases de la nómico, y de aquí dep endieron y dependen en gran
más ne gra escla vit ud y del mas demo crático sal~. parte toda vía las luchas, los tratados y las guer r as
riado. P ero allí donde hu bo una verdade ra parali - y todo lo demás que con mayor menor precisión
ó

zación , a n te s mejor, un documentado r egr eso, como supieron narrarnos los históricos políticos desde
en el Asia anterior, en Egipto, en la p enínsula de el Renacimiento acá, y con mayor evide nc ia desde
los Balkalles y en el África septentrional, y sem e- Luis X IV y desde Colbert hasta nuestros días.
jante detención no pu ed e atribuirse á la diferen- Esta misma Europa es muy variada . He aquí
ciación de las condiciones naturales, nos encon- Inglaterra, con su flore ciente máximo de la pro-
tramos ante un problema qu e esper a su solución ducción industrial y capitalista; en otros puntos
del estudio directo y explic ito de la estructura so- vive, rebosante ó raquítico, el artesan ado , como
4
50 ANTONIO LAIHUOLA DEL MATERIALIS~IO IIISTÓRICO 51

desde París á Nápoles, para no citar el hecho más de nuestra historia. Rusia no ha podido encami-
que en sus dos extremos. Aquí la campiña está narse, como ahora de hecho se encamina, hacia la
casi por entero industrializada, como nuevamente grande industria, sino sacando de la Europa occi-
en Inglaterra; más allá. vegeta, en múltiples for- dental, y especialmente del gracioso chauvinisme
mas tradicionales, el idiota aldeanato, como ~n francés, aquel dinero que en vano habría intenta-
Italia y Austria, en este último más ~~e en Italia. do sacar de si misma, ó sea de las condiciones de
Mientras en un país la hacienda politíca del Esta- BU gran masa territorial, sobre la cual, con viejas
do, que sabe arreglárselas, porque el p~e~to que formas económicas, vegetan cincuenta millones de
ocupa ha sabido conquistárselo, s~ ~dnllnt~tl:a de campesinos. Ahora, Rusia, para convertirse en una
modo seguro y evidente por nn explícito dom~lllo de sociedad económicamente moderna, probablemen-
clase (se comprenderá que hablo de Francia), ~n te preparandosele las condiciones de una correspon-
en otras partes , y particularmente en Germallla,, diente revolución política, ha tenido que destruir
las viejas costumbres feudales, la hipocresla pro- los últimos residuos del comunismo agrario, que
testante y la vileza de una burguesia que explota hasta hace poco se habían conservado allí en for-
las favorablos contingencias económicas sin llevar mas tan características y con tanta extensión .(no
dentro ni espiritu , ni coraje
.
revolucionario,
• o'
man- importa decidir aquí si era comunismo primitivo ó
tienen en el ente Estado las mentidas apanenClas secundario, corno pretenden algunos). Rusia debe
de una misión ética á cumplir (¡oh calvudos y pa- . aburguesarse, y para esto tiene que convertir ante
pagayescos profesores alemanes, q ue ~on t~ntas todo la tierra en mercancías, debe hacerse capaz
sa.lsas poco apetitosas y digeribles habél~ guísado de producirlas, y al propio tiempo transformar en
esta ética del Estado, por añadidura p¡'uswnol) La proletarios y pordioseros á los ex comunistas del
moderna producción capitalista se incuba en algu- campo. y he aquí que, en cambio, en la Europa
nos paises q ue por otros aspectos no entran en occidental y central nos encontramos en el punto
nuestro movimiento, especialmente en el de la po- opuesto de la serie de desarrollo que en Rusia ape-
lítica como es el caso de la infeliz Polonia, ó tal nas comienza. Entre nosotros, donde la burguesia,
form~ de producción se insinúa indirectamente, con ~uerte varia y venciendo impedimentos tan
como en la meridional Eslavia. diversos, ha recorrido ya tantos estadios de su des-
Pero he aqui el contraste más agudo, que pare': arrollo, no la memoria del comunismo primitivo,
ce destinado á ponernos como en compendio ante que á duras penas revive, gracias á eruditas com-
los ojos todas las fases, ó mejor dicho, los extremos binaciones en la cabeza de los doctos, sino la mis-
DEL ~[ATERIALIS~lO HISTÓRICO 53
&2 AKT O:SIO LABRlOLA
vari os, por qu e varias fu eron las obras realizadas
ma forma de la producción burguesa, engen dra el , e n un a mi sma unidad de ti empo. En tre tales for-
los proletarios la tenden cia al socialismo, qu e en mas vari as de desarrollo h ay a fin idad, mejor aún,
sus generales contornos se presenta com o indicio hay similaridad de móviles, ó más bi en dicho, hay
de una nu ev a fase de la historia, y no como la r e- anal ogí a de tipo, es decir, hom ologín; y tanto es así,
petición de lo qu e fat alm ente concluye en Eslavia qu e las formas avanzadas pu ed en , por simple con-
ante nuestros ojos. tacto con la v iolen cia , ace lerar el des arrollo de las
ó

* *::: form as r e trasadas. Per o lo importa n te es compren-


der qu e el progres o, cuy a noción no sola me nte es
¿Quién será el qu e no v ea en esta e je mplific a- emp irl ca , sino si empre circ u nsta nc ia da , y por est o
ción, qu e no he bu scado ex pr ofeso, y qu e a nte s m e limitad a , n o insta sobre el curso de las cosas hu-
vino á la punta de la pluma por azar y desordena- manas como un d estino ó un h ado ni como un
damente, en esta e jemplificación , r epito, que pu ed e manda to ele ley. Y por es to nu estra doctrina no
prolongarse indefinidamente en un li bro de ge o- puede r epres entar toda la historia elel humano gé-
grafia eeonómico -politica del mundo a ctual, la nero en una vista de perspectiva ó unitaria que
prueba evidente de c ómo las condici on es históri cas repita, nuüatis nuaandis, la filosofía historica ele
están todas c lrc uuatancia das en las form as el e su designi o como desde San Agustín á He g el se repre-
desarrollo? No sola me n te las razas y los pu ebl os, senta, ó mej or, desde el profeta Daniel al se ñor
y las naci on es y los Estados, si qu e tambi én las par - De-Rougcmont.
t es de la s n a ci ones y las div ersas r egi on es de los Nu estra doctri na n o pretende ser la v isión int e-
Es tados, y lu ego las clases son como otros tan tos lectu al ele un gran plan design io, pero sí es sola-
ó

pelda ños de una larg a escala , pun tos div ersos el e


ó
mente un método de Inves ti ga ei ón y de con ce pción .
una cur va de g rande y complicado desarr ollo. El No h a bl ó Ma r x porqu e si de s u des cubrimiento
ti empo hi stórico n o h a trans curr ido unifor me para como ele un hilo conduc t or, Y por tal r az ón es pre-
toelos los h ombres, El simp le suc ede rse de la s ge ne - cisa mente a n áloga al darwini smo, qu e es tambi én
r aciones no fué nun ca el indicio de la co nsta nc ia un mé todo, y no es ni pu ede se r un a mod ernizada
y de la inten si dad del proceso. El tie mpo ~o mo r ep eti ci ón de la cons tr uída y constructiva Nai ur-
a bst r acta medida de cro n ología y las g ene raciones philosophl e de Sc he lli ng y ca mp aner os suyos.
sucediéndose en térmi nos a pr ox ima ti vos de a fias ,
no dan c r iter io ni aportan indicaci ón de ley de
***
ó

proceso. Hasta el presente, los desarrollos fue ro n


54 ANTONIO T.AIlRIOLA DEL MATERIALIS~lO msr ómco 55

El primero en apercibirse de que en la noción dimen tos á la uniformidad del progreso han de bus-
del progreso hay la indicación de algo circunstan- carse en las condiciones propias é intrínsecas de la
ciado y relativo fué el genial Saint-Simón, que misma estructura social.
opuso su pensamiento á la doctrina del síalo
tl
XVIII , Esta estruct ur a ha sido hasta ahora en forma
en buena parte dominante en Condorcet. Á esta de organiza'ción política, cuyo fin es mantener en
doctrina, que podría llamarse unitaria , iaualítaria
b ,
equilibrio las desigualdades económicas, lo que ~a
formal, porque considera al género humano como por resultado que esta organización, como ya dlJ~
desarrollándose sobre una linea procesal, Saint- varias veces sea continuam ente in estable. De aqui
Simón opuso el concepto de las facultades y de las que. si hay historia recordada es historia de la so-
actitudes, que se subrogan ~T se compensan, y por ciedad que tiende á formar el Estado l~ ha ~or­
ó ó

esto fué ideólogo. mado ya. Y el Estado es la lu cha en el lnten~r,


Otra cosa se necesitaba para penetrar las razo- tanto si es viva y actúa, como si está por algun
nes efectivas de la relatividad del progreso. Se tiempo aletargada. y el Estado es también la lucha
necesitaba ante todo renunciar á aquellos prejui- en el exterior, para sujetar otros pueblos, ó para
ó

cios implicitos en la creencia de que los obstáculos colonizar otros países, para exportar los produc-
ó

á la uniformidad del devenir humano descanaan tos á otros mercados, ó para descargar el exceso
exclusivamente sobre causas naturales é inmedia- de población, etc. Y el Estado es una lucha tal en
tas. Estos impedimentos naturales ó son bastante el interior y exterior, porque es , ante todo, el ór-
problemáticos, como en el caso de las razas, que gano y el instrumento de una parte más ó menos
ninguna tiene en si el ing énito privilegio de la his- gra~de de la sociedad contra todo el resto de la
toria, ó son, como en el caso de las diferencias misma soci edad, en cuanto que ésta se afianza
geográficas, insuficientes para explicar el desarro- esen cialmente en el se ñorío económico de los ho~­
llo de condiciones histórico-sociales del todo defor- bres sobre los hombres, en modos más ó menos di-
mes sobre un mismo terreno topográfico. y como rectos y explícitos, según qu e el div ersO? grado de
el movimiento histórico nace precisamente cuando desarrollo de la producción y de sus medios natura-
los impedimentos naturales fueron ya en gran parte les y de sus instrumentos artificiales exija la es-
ó

ó superados ó notablemente circunscritos por medio clavitud inmediata, ó la servidumbre de la gleb.a,


de la creación de un terreno artificial, sobre el cual ó ellibj'e salariado. Esta sociedad de las antítesis , '1
los hombres pueden ulteriormente irse desarrollan-
do, resulta de esto claro que los consecutivos ímpe -
regida por el Estado, es si empre, por difereu,tcs
que sean sus formas y modos, la oposición de la I
56
ANTONIO LAnmOLA
DEL ~[ATERIALIS~[Q msrómco 57
ciudad y del campo, del artesano y del campesino
no S . L os progresos de ta técnica, que enriquecen
del p~oletario y. del patrono, del capitalista y deÍ
o

de comodidades las poblaciones, hacen que sea más


trabajador, y aSI hasta lo infinito, y va siempre á
misera y abyecta la condición de los ca,rnpesi~os,
parar en una jerarquía, tanto si es el privileo'io fijo
yen las mismas ciudades se vuelve más humilde
de la Edad Media, como si con las disinlUlad:s foro '
la condición de los humildes. Todos los progresos
mas del derecho presunto igual para todos se reve-
del saber sir\'ier¿n hasta ahora para diferenciar el
la en la acción automática de la competencia eco-
nómica del presente. grupo de los adoctrinados y para distanciar cada
vez más las masas de la cultura., estas masas q,ue,
Á esta. jerarquía económica corresponde de mo-
consagradas al incesante trabajo de todos los días,
do vario un los diferentes paises, tiempos y lugares,
alimentan con él A la entera sociedad.
una: estoy por decir, jerarquía de los ánililOs, de
l~s mte1ectos, de los espíritus. Esto equivale á de- El progreso fué y es aún parcial y unilateral.
Las minorías que salen beneficiadas sostienen que
~Ir que la cultura, en la cual precisamente los
esto es el progreso humano, y los soberbiosos evo-
Idealistas sitúan la SUma del progreso, estuvo y
lucionistas llaman á esto naturaleza humana .que
está por necesidad de becho bastante desio'ual-
se desarrolla. Todo este progreso parcial, que basta
mente distribuída. La mayor parte de los bOln~res
el presente se ha desarrollado en la presión de 108
por. l~ cualidad de sus ccupaciones, son así CO!ll~
índí víduos desintegrados, incapaces de Un desarro-
hombres sobre los hombres, tiene su fundamento
en las condiciones de oposición por la cual las an-
llo completo y normal. Á la económica de las cla-
títesis económicas han engendrado todas las antí-
ses y á 1~ jerarquia de las situaciones, correspon-
tesis sociales, y de la relatí va libertad de algunos
de la Pszcología de las clases. La relatividad del
ha nacido la servidumbre de muchísimos, y el de-
prog~'eso es, pues, para nosotros, la consecuencia
recho ha sido 01 protector de la injusticia. Visto
me.vItable de las antítesis de clase. En estas antt-
t~S.IS están 108 impedimentos que explican la posí- así el progreso y enseñado en su clara noción, nos
bílídad del relativo regreso, hasta la deo'eIleración parece como el compendio moral é intelectual .de·
y disolución de una entera unidad. Las ~náqUillaS todas las humanas miserias y de todas las materia-
que significan el triunfo de la ciencia, se convie/ les desígualrlades. . .
ten,. por la~ condiciones antitéticas de la Compagi-
Para descubrir en sus entrnüns la inevitable
n~Clón SOCIal, en instrumentos para proletarizar relatividad precisaba que el comunismo, surgido
, á .
mIllones y millones de libres artesanos y eampesi- al principio como movimiento instintivo e~ el . m-
mo de los oprimidos, se convirtiese en cieucia y
58 ANTO~IO LABRIOLA

P~litic~. Y se necesitaba después que nuestra doc-


trina diese la medida del valor de toda la hí t .
P d d . ' lS orra
as~ a,. escubnendo en cualquier forma de 01'-
ga~lzaClón social, fuese de origen y de ajuste antí-
VI
~ét~co.co~o han sido todas hasta el presente, la
Ingénita incapacidad para producir las condicio-
nes de. un progreso h umano universal
. y uniforme-
es de~l~, desc~briendo los impedimentos que hace~
que e ~neficlO se convierta en maleficio.
Nosotros no podemos sustraernos á una pregun-
ta: ¿dónde se originó la creencia en los [actores
histÓ1'icos? Esta expresión corre muy á menudo en
boca y cruza, ¡por la mente de muchos eruditos,
hombres de ciencia y filósofos, y de aquellos expo-
sitores que razonando ó combinando se apartan
ó

algún tanto de la mera narración, y de tal opinión


se aprovechan, como de exprofeso para orientarse
en la ingente masa de los hechos humanos, que,
al primer vistazo y en la inmediata consideración,
aparecen bastante confusos éirreductibles. Esta
creencia, esta opinión corriente, se ha vuelto en los
historiadores razonadores, ó en los historiadores
racionalistas, una semidoct1'ina, que recientemente
Iué adoptada varias veces como argumento deci-
sivo contra la teoria unitaria de la concepción
materialista. Antes está tan arraigada la creencia
y está tan difundida la opinión de que no puede en-
tenderse la historia sino como un encuentro inci-
é

dencia de diversos factores, que muchos de aque-


llos que hablan de materialismo social, sea en favor
no ANTONIO LABRIOLA

DEL MATERIALIS)W HISTÓRICO 61


ó en contra, creen salir de cualquier apuro cuando
afirman qu~ toda esta doctrina consiste en último de hechos sucedidos y de hechos que están para
término en atribuir la superioridad ó la acción de- sucederse, los cuales, en su conjunto, aparecen
cisiva al factor económico. como una configuración. En semejante gesto suyo
Ciertamente que es importante darse cuenta de se origina el modo de ser y el origen de cualquier
cómo se originó esta creencia, opinión ó semidoc- narración, porque para urdírla precisa recoger el
trina, porque la veraz y efectiva critica consiste movimiento de cosas que ya han sido para luego
principalmente en conocer y comprender los moti- ver cómo continúan en lo sucesi vo.
vos de esto que llamamos error. No basta con re- y aun en aquel complejo es necesario introdu-
chazar una opinión, con afirmar rotundamente que cir un cierto sentimiento de análisis, resolviéndolo
es errónea. El error doctrinal ha nacido siernprr, en varios grupos, en varios aspectos de hechos ó
~e algún lado mal entendido de una experiencia en elementos concurrentes que á cierto punto pa-
íucompleta Ó de alguna imperfección. No basta recen como categorias por sí presentes. Véase: qué
con rechazar el error: es necesario vencerle y su- es el Estado en una cierta forma y con ciertos
perarlo, explicándolo . poderes; qué son las leyes que determinan, por
mandato y por prohibición, ciertas relaciones) y
qué son los usos y costumbres que revelan tenden-
cias, necesidades y modos de pensar, de creer, de
Todo histórico que comienza narrando efectúa fantasear; yen el conjunto se ve á una multitud de
por así llamarlo, un acto de abstracción. Ante todo hombres convivientes y colaboradores, con dí vi-
ejecuta un corte en una serie continuativa de su- siones de ' oficios y ele ocupaciones; y después se
cesos,. )~ luego prescinde de muchas y diversas pre- observan los pensamientos, las ideas, las inclina-
Sup~slClOnes y precedentes, rompiendo y descom- ciones, las pasiones, los deseos, las aspiraciones
poniendo una intrincada tela. Para comenzar es que de este multicolor modo de coexistencia y de
necesario que fije un punto, una línea un término sus conflictos se desprenden y desarrollan en de-
ú elección suya, y diga por ejemplo: «Queremos na~ terminadas maneras. Sobreviene un cambio, y éste
rrar cómo se inició la guerra entre griegos y per- se revela en uno de los lados ó aspectos del comple-
sas; veamos cómo Luis XVI fué á parar á la re- jo empírico, ó en todos en mayor ó menor espacio
solución de convocar los Estados Generales.s El de tiempo: por ejemplo, el Estado ensancha sus con-
narrador se encuentra, en suma, ante un complejo fines externos, ó altera sus límites internos hacia
la sor-íedad, creciendo ó disminuyendo de poderes
62 A~TONIO LABRIOLA DEL MATERIALISMO llISTÓRICO
63
y de atribuciones, cambiando de forma en el ejer-
ó una doctrina teórica sobre las fuentes verdaderas
cicio de aquéllos y de éstas; ó bien el derecho cam- del movimiento histórico, por el mismo gesto que
bia sus disposiciones, ó se expresa y afirma por nue- asume ante las cosas que aferra en las apariencias
vos órgauos; bien, por último, detrás del cambio
ó de su porvenir, no puede reducir éste á unidad
de los hábitos externos y diarios se revela un cam- sino en el aspecto de la sola intuición inmediata, y
bio en los sentimientos, en los pensamientos, en las si es artista, esta intuición se le colorea en su áni-
inclinaciones de los hombres varíadamente distri- mo y se muda en acción dramática. Llenará su
buidos en diversas clases sociales, las cuales se mez- cometido si consigue encuadrar cierto número de
clan, se alternan, cambian de lugar, se fusionan ó hechos y de sucesos dentro de términos y confines
se renuevan. Para comprender todo esto, en cuanto sobre los cuales la mirada pueda moverse como
por el modo como aparece á primera vista y se di- sobre una clara perspectiva, al modo que el geó-
buja a la ordinaria atención, bastan las comunes grafo puramente descriptivo ha llenado el SU~TO si
dotes de la inteligencia normal, quiero decir, de encierra en vivo y perspicaz dibujo la competencia
aquella que no esta subsidiada ni corregida com-
ó de las causas físicas que determinan el intuitivo
pletada por la ciencia propiamente dicha. Encerrar aspecto, pongamos por ejemplo, del golfo de Ná-
dentro de precisos confines un conjunto de serne- poles, sin remontarse á su génesis.
[antes mutaciones, he aquí el objeto verdadero y En esta necesiclad de la configuración narrativa
propio de la narración, que resultará tanto más está la ocasión primera, intuitiva, palpable, y diré
perspicaz, eficaz y plasmada cuanto más monográ- casi estética y artística, de todas aquellas abstrac-
fica, por ejemplo: 'I'ucídídes en la Guerra del Pelo- ciones y generalizaciones que al fin van á parar á
poneso, la sem ídoctrína de los llamados [actores,
La sociedad en cierto modo ya formada, la so- ¿Quiénes son los dos hombres insignes, los Gra-
ciedad llegada ya a un cierto grado de desarrollo, c~s, que quisieron .detener el proceso de apropia-
la sociedad ya tan complicada que esconde el fondo ción del aqer publzws impedir la aglomeración
ó

económico que apuntala el resto, no se ha reve- del latifundio, con el cual disminuye ó cesa del
lado á los puros narradores sino en aquellos ápices t?do ~e existir la clase de los pequeños propieta-
visibles, en aquellos resultados más aparentes, en rIOS, o sea de los hombres libres que son funda-
aquellos sintomas más significativos, como son las mento y condición de la vida democrática de la
formas políticas, las disposiciones de ley y las pa- ciudad antigua? ¿Cuáles fueron las causas de su
siones de parte. El narrador, además de carecer de fracaso? Su propósito es claro: su ánimo, su origen,
A NTO~IO LABRIOLA DEL MATERTA LI s~r o IlI Sr ÓRTCO G5
su carácter, su heroismo, lo dicen de sobra. Con tr a. un conjunto, y gener aliza dos, co nd uce n luego á la
ellos están otros hombres, otros intereses y con doctrin a de los presuntos fa ctor es.
otros ánimos. La conti enda n o se dibuja en un prin-
cipio á la mente sino como lucha de prop ósito~ y *-':'*
de pasiones, la cual se desarrolla y ll ega á término
con aquellos medios qu e consie n te n las formas po- Estos fa ctores, en otros t érminos, se origman
líticas del Estado y el uso el abuso de los pode-
ó en la mente por medía de la a bs trac ción y de la
r es públicos. H e ah í el ambiente: la ci uda d domi- gen eralización de los a sp ectos inmediatos del mo-
nadora en di v ersos mod os, sobr e otras ciuda des ó vimien to aparen te, y and an á la par con todo s los
sobre t erritorios desprovistos de todo ca r ácte r de dem ás co ncep tos e mpír ic os que, un a vez ban salido
autonomía; y dentro de aqu ella ciudad una a dela n - de cualq uier otro campo del sa be r, se mantienen
tada diferen ciaci ón de ricos y de pobres; y en- en la mente basta que qu eda n r educidos yelimi-
frente de la compa ñia no numerosa de los op reso- nad es por una nueva expe rie nc ia se encuentran
ó

res y ' de los prepotentes la inmensa ma sa de los reabsorbidos por una concepción más gen er al, sea
proletarios, qu e están por perder han perdido ya
ó ge nés ica} e vol utiva dial écti ca.
ó

la conci encia y la fu erza política de una pleb e de No en~ n ec esario qu e en el a nálisis empír ico y
ciudadanos la masa qu e por esto se dej a engalla r en el est ud io inm ediato de las causas y de los efec-
y corrompe~' y á brev e plazo acabará pud ri éndose, tos de cie rtos det ermina dos fen ómen os, por eje m-
serv il a ccesori o de los ex plotadores.de ma yor grado. plo, de los calor ífe r os, la men te se cletu vier a en pri-
E sta es la m a teria del narrador , al cual ll O le es mer lug ar en la presunci ón y en la pers uasión de
dable darse cue n ta del hech o si no en la s cond icio - poder y deber los a tr ibuir á un sujeto , que} si nun ca
n es inmediatas del mi smo hecho. La un idad intui- pareció á ni ngún físico un verdade ro en te su bs ta n -
tiva es el escena r io so b re el cual se clesa rrollan los cia l, pa r eció ciertame nte un a fue rza determinada
casos, y para qu e el r elato tenga r eli eve , enlace y ~y espec ífica, q ue sería el calor . Y he a quí qu e á
perspectiva, preci san puntos de or ientación y me- cierto pun to, debido á nu eva s com binacione s de
dios de r educci ón. expe r ime n tos, es te excogitado calor se r esu elv e, en
En esto cons is te el prim er or igen de aquella s cond iciones dadas, en un a ci erta can tida d de mo-
absh'a cciones, por la s qu e los var ios lados de una vimie nto. Y el pen samiento es tá a hora en camino
d eterminada complejidad social van poc o á po co de r esolver bu en número de excogi ta dos [actor es
separándose de su cualidad de simples as pec tos de [isicos en el flujo de una univer sal E nergética·, en la
5
66 A};TO;'lJO I,ABlUOLA
DEL MATERIAI,lS)!O mSTóRICO
~7
cual la hipótesis de los átomos, por cuanto ésta es
pretación de los procesos histórico-sociales, y hasta
necesaria . y un'1'Iza bl 0, ptíerde todo residuo de so-
ésta ha tenido que detenerse también en la vista
brevi vida metafisica. . ' provisional de los factores. y por esto nos es ahora
¿No era acaso inevitable, como primer est~dlO
cosa fácil entrelazar la primera ocasión de seme-
del conocimiento respecto al proble.~a de la vida,
jan te opí nión con la necesidad que tienen los his-
retardarse mucho tiempo en el estu~lO de los órga-
tóricos narradores de encontrar, en el acto que
nos y reducirlos luego á sistemas'? .Slll esta ~~ato:
narran con más ó menos capacidad artística y
: 'a que al final parece demasiado material :i
ml , . h 1. ' 'd con diverso modo de ensenar, puntos de orienta-
grosera, ningún progreso de estudios auna SI .0
ción inmediata, tales corso puede ofrecérselos el
síble y entretanto, sobre la desconocida génesl,s
~ocoor<Íinación de semejante multiplicidad analí- estudio del movimiento aparente de las cosas hu-
manas.
tica revoloteaban inciertos y vagos los conceptos
~.
genencos de· VI' da , de alma y similares. En
. estas
creaciones mentales se, buscó por expediente de ***
excogitación, y durante mucho tiempo, aquella
Pero en aquel movimiento aparente hay tam-
unidad biológica que al fin ha encontrado su com-
bién indicaciones que nos restituyen á otro. A:q ue -
paración intuitiva en el princiyi? de .111, célula y en
Has fac tores concurrentes que la abstracción ex co-
su proceso de inmanente multlp11caCl?n.
gita y después nos p ermite ai slados, nun ca se vió
Más dificil Iu é ciertamente el camino q.ue tuv.o
qu e obraran cada uno por si, porque antes operan
que recorrer el pensamiento para reducl~ á ev~­
por modo.do efica cia qu e da lugar al conce pto de
dencia de génesis todos los datos de la vId~ PSl-
la a cc ión r eciproca. Por añadidura, aquellos fa cto-
quica, desde los simplicísimos de las sen~aClones
res también tuvieron su mom ento de na cimiento y
elementales hasta los productos muy den vados y
llegaron después á tener aquella flsonomla que re-
comp leieJos. No tan t"sólo por razones de dificultad •
vela n en la particular narración. Se sabtu que un
teórica, sino por otros prejuicios popula~es, la un~­
dado Estado nació en tal ó cualmomenLo. D9 cual-
dad y continuidad incesante de los fenom.e~o~ PSl-
qui er derecho ó se conservaba la memoria ó se
quicos apareció, hasta Herbart, como dividida y
conjeturaba que en tró en vigor en tales ó c ua les
rota en muchos factores, ó sea en las llamadas fa-
circunstancias. De muchas costumbres se conser-
cultades del alma. . vaba el recuerdo do que se "introdujeron un d ía, y
Por las mismas dificultades ha pasado la ínter-
la más simple comparación dé los hechos asegura-
DEL MATEmALIS~1O I1ISTÓRICO 69
68 AN'l'ONIO LABRIOLA
quier otro campo, en el de la jurisprudencia y en
dos, con respecto á diversos tiempos y lugares, sus varias generalizaciones hasta la filosofía del
hacia ver de qué modo la sociedad en su conjunto, derecho. Por virtud de semejantes abstracciones ,
en cuanto es suma de diversas clases, revistió y que son inevitables en el análisis parcial y empí-
reviste continuamente formas diversas. rico, y por efecto de la división del trabajo, los
Tanto la acción recíproca de los diferentes fac- diversos lados y las diversas manifestaciones del
tores, sin la cual ni es posible el más simple relato, complejo social fueron de tanto en tanto fijados é

como las noticias más ó menos seguras sobre los inmovilizados en conceptos generales y en eatego-
orígenes y las variaciones de los mismos factores, rías. Las obras, los efectos, las emanaciones, los
solicitaban la investigación y el pensamiento mu- eflujos de la actividad humana-derecho, formas
cho más de lo que la solicitaban la narración con- económicas, principios de conducta, etc.-queda-
figurativa de aquellos grandes historiadores que ron como traducidos y convertidos en leyes, en im-
son verdaderos y propios artistas . Y de hecho, los perativos y en principios que estuviesen por en-
problemas que resultan espontáneos de los datos cima del mismo hombre. Y de tanto en tanto se
de la historia, cuando fueron combinados con otros ha tenido que descubrir después esta simple ver-
elementos teóricos, dieron lugar á las diversas dis- dad: que el sólo hecho permanente y seguro, ósea
ciplinas llamadas prácticas, que con' rapidez varia el único dato del cual parte á él se refiere cual-
ó

de movimiento y con éxito vario, se desarrollaron quiera disciplina práctica, es este: los hombres
desde los tiempos antiguos hasta los modernos, congregados en una determinada forma social, por
desde la ética ti la filosofía del derecho, desde la medio de determinados vinculas, Las varias disci-
política á la sociología, desde la [uriaprudencla a plinas analíticas que ilustran los hechos que se
la economía. desarrollan en la historia, han acabado por traer
y he aquí que con el nacimiento y formación finalmente la necesidad de una común y general
de tantas disciplinas, se multiplicaron, por la mis- ciencia social, que haga posible la unificación de
ma inevitable' división del trabajo, fuera de medida los procesos históricos. Y de tal unificación, la doc-
los puntos de vista. Cierto es que en el primero é trina materialista señala precisamente el último
inmediato análisis de los multiformes aspectos em- término, y mejor, el ápice.
píricos del complejo social, precisaba un largo tra-
bajo de parcial abstracción, hijo de la inevitable :;:

consecuencia del ver unilateral. Esto ha sucedido, **


de modo más agudo y más visible que en cual-
70 ANTONIO LABRIOLA DEL MATElUALlS~IO HISTÓRlUO 71

Pero no fué, como no será nunca, tiempo per- cía generalizada y con la filosofía del derecho,
dido el empleado en el análisis preliminar y late- tantos problemas en que germína por último la
ral de los hechos complejos. Á lametódica división sociología?
del trabajo, debemos la erudición precisa, ó sea la
masa de conocimientos declarados, cribados, siste-
matizados, sin los cuales toda historia social vaga-
***
,
ría siempre por lo puramente abstracto, formal y Así es que los factores históricos que corren por
terminológico. El estudio, aparte de los presuntos la mente y por los escritos de muchos, indícan al-
factores históricos sociales, ha ayudado, como ayu- guna cosa que es mucho menos de la verdad, pero
da cualquier otro estudio empirico que se atenga que es mucho más que el símple error, en el sentí-
al movimiento aparente de las cosas, á refinar los do grosero de deslumbramiento, de ilusión y de
instrumentos de la observación y á encontrar en equívocación. Son el producto necesario de un co-
los mismos hechos, que artificialmente fueron se- nocimiento que está en camino de desarrollarse y
parados del conjunto, los adentellados que les unen de formarse. Nacen de la necesídad de orientarse
al complejo social. Las diversas disciplinas mante- ante el espectáculo confuso que presentan las co-
nidas aisladas é índependientes por medio de la sas humanas á quien quiere narrarlas, y sirven
presuposición de los factores concurrentes en la después, por asi decirlo, 'de título, de categoría, de
formación histórica, por el grado de desarrollo.á índice á aquella ínevitable divísión del trabajo,
que han llegado, por el material que han recogido con la que hasta ahora teóricamente se elabora la
y por los métodos que han producido, ahora nos materia histórico-social. En este campo de conoci-
son todos indispensables cuando queremos recons- miento, así como en el de las ciencias naturales, la
truir una parte cualquiera de los tiempos pasados. unidad de principio real y la unidad de tratamien-
¿Qué sería de nuestra ciencia histórica, sin la uni- to formal no se encuentran nunca al principio,
lateralidad de la filología, que es el subsidio instru- sino al final de largo camino; de modo que hasta
mental de toda invesügución.Y ¿dónde se habría sobre este particular, nos parece exacta la analo-
dado con el hilo del ovillo de una historia de las gía establecida por Engels entre el descubrimiento
instituciones [urídícas, que á tantas otras cosas y del materialismo histórico y el de la conservación
combinaciones nos lleva, sin la obstínada fe de los de la energía.
romanistas en la excelencia universal del derecho
romano, que ha engendrado, con la [urispruden-
***
72 ANTONIO LABRIOLA DEL MATERIAI.ISMO H1STORICO 73

La provisorla orientación, según el común es- continuamente inestable, si bien esto no aparezca
quema de esto que llaman factores, puede en cier- evidente á todos sino cuando la inestabilidad entra
tas circunstancias ser necesaria también á nosotros en aquel período agudo que llamamos revolución.
que profesamos un principio del todo unitario de Esta inestabilidad, con las continuas luchas en el
la interpretación histórica. Quiero decir cuando seno de la misma sociedad organizada, excluye la
queremos, no simplemente teorizar, sino cuando posibilidad de que los hombres entren en una con-
queremos con nuestra prop!5t investigación ilustrar dición de continuado eonsentimiento ó acomoda-
un determinado período de la historia. Como en este miento que podría dar lugar á que volvieran al
caso nos incumbe la obligación de la minuciosa vivir animal. En las antítesis está la causa precí-
y directa investigación, nos es también forzoso pua del progreso (Marx). Pero también es verdad,
atenernos primero á los grupos de hechos que pa- empero, que en esta organización inestable, en la
recen ó prominentes, independientes,
ó ó destaca- cual se da la forma inevitable del dominio y de la
dos, en los aspectos de la inmediata experiencia. sujeción, la inteligencia se ha desarrollado siem-
Porque no estamos verdaderamente en el caso de pre, no sólo con desigualdad, sino bastante im-
creer que el principio unitario de máxima eviden- perfecta, incongrua y parcialmente. Hubo y hay
cia y transparencia á que hemos llegado en la con- toda vía en la sociedad como una jerarquía del
cepción general de la historia, pueda, á modo de intelecto, y después de los sentimientos y de las
talismán, valer de continuo y á primera vista, ideaciones. Suponer que los hombres, siempre y
como de medio infalible para resolver en elemen- en todos los casos, hayan tenido una conciencia
tos simples el cruel aparato y el complicado engra- aproximadamente clara de la propia situación y
naje de la sociedad. La estructura económica que de aquello que más les conviniere racionalmente
está en el fondo, y que determina todo lo demás, no hacer, es suponer lo inverosímil, mejor dicho, lo
es un simple mecanismo del cual salten afuera, á insubsistente.
guisa de inmediatos efectos automáticos ~T maqui- Las formas de derecho, las acciones políticas y
nales, las instituciones, leyes, costumbres, pensa- las tentativas de ordenación social, fueron, y son
mientos, sentimientos ideologías. De aquel fondo
é todavía, á veces cosas adivínadas, á veces equi -
á todo lo demás, el proceso de derivación y de me- vocadas, es decir, desproporcionadas y fuera del
diación es bastante complicado, á menudo sutil y caso. La historia está llena de errores, lo cual
tortuoso, no siempre descifrable. quiere decir que si todo tué necesario, dada la re-
La organización social es, como ya sabemos, lativa inteligencia de aquellos que tuvieron que
74 ANTONIO I,AIHUuLA DEL ;lIATERIALIS)!O lIlSTÓHlCO 75

resolver una dificultad encontrar una solución á


ó
sociedad que, desarrollándose del presente, "':;T me-
un problema dado, etc., si todo tuvo su razón su- jor de sus contrastes, por las leyes inmanentes de
ficiente, no todo rué razonable, según el sentido la futura formación histórica, va á parar á una
que dan á esta palabra los optimistas que racioci- asociación sin antítesis de clase: lo que lleva con-
nan. Á la larga las causas que determinan las sigo que la reglamentada producción eliminaria lo
mutaciones, ó sea las cambiadas condiciones ec01 aleatorio de la vida que en la historia se revela
nómicas, acabarán y acaban por hacer encontrar, hasta ahora como multiforme entrelazamiento de
aunque sea por caminos bastante tortuosos, las accidentes y de incidencias. Pero esto es el porve-
convenientes formas de derecho, los órdenes poli- nir, y no es ni el presente 'ni el pasado. Si en
ticos adaptados y las maneras más menos conve-
ó
cambio nos proponemos penetrar en los pasados
nientes del ajuste social. Pero no es de creer que sucesos histórícos, destajando, como destajamos,
la instintiva sabiduria del animal razonable se el variar de las formas de la estructura económica
manifestase se manifieste sic et simplicite1') 'e n la
ó que está debajo) hasta el dato más simple del va-
plena y clara inteligencia de cualquier situación, riar de los instrumentos, debemos tener la plena
y que á nosotros no nos toca ahora sino rehacer conciencia de la dificultad del problema que nos
simplicisticamente el camino deductivo de la si- proponemos, porque aquí no se trata ya de abrir
tuación económica de todo el resto. La ignoran- los ojos y do ver, sino de un esfuerzo máximo del
cia-que á su vez también puede ser explicada- pensamiento que va recto á vencer el multiforme
es no pequeña causa del modo como la historia ha espectáculo de la experiencia inmediata para re-
procedido; y á la ignorancia es necesario agregar ducir sus elementos á una serie genésica. Y por
la bestialidad, nunca enteramente vencida, y todas esto decíu que en la iuvestígacíón particular nos-
las pasiones y las malicias y las variadas formas otros también debemos coger los movimientos de
de corrupción que fueron y son el aporte necesario aquellos grupos de hechos aparentemente aislados
de una sociedad de tal modo organizada, que el do- y de aquel multicolor entrelazamiento, del estudio
minio del hombre sobre el hombre es inevitable y empírico, en suma, del cual ha nacido la creencia
de semejante dominio fueron y son inseparables la en los factores que después se ha transformado en
mentira, la hipocresía, la prepotencia y la vileza. una semidoctrina.
Nosotros podemos, sin ser utopistas) pero solamen- y no vale oponer á estas dificultades de hecho
te en cuanto somos comunistas criiicos, prever) la presunción algún tanto metafísica, á menudo
como de hecho prevemos, el advenimiento de una equívoca y enteramente de un valor puramente
ANTONIO LABRIOI,A
76
.
analógico, del llamado O1'ganismo social. Hasta para
esta suposición, que en poco tiempo se ha vuelto
también mera Y vulgar fraseología, se necesitaba
asimismo que pasase el pensamiento. Porque esta
VII
suposición sombrea la comprensión del movimien-
to histórico, como si naciese de las leyes inmanen-
tes de la misma sociedad, y excluye con esto lo
arbitrario, lo trascendente y lo irracional. Pero
más allá de esto la metáfora no se aguanta, y la
investigación 'especificada, critica y ciI'cunstan- Las ideas no caen del cielo, ni recibimos el bien
ciada de los hechos históricos, es la única fuente de Dios mientras dormimos.
de aquel saber concreto ~' positivo necesario al La mutación en los modos de pensar que al úl-
desarr~llo completo del materialismo económico. timo ha producido la doctrina histórica, de la cual
aquí se hace el examen y la exposición preliminar,
ha venido desarrollándose, al principio con lenti-
tud y después con creciente rapidez, precisamente
en este periodo del denenir humano en el cual se
confirmaron las grandes revoluciones político-eco-
nómicas, ó sea en esta época que mirada en sus
formas políticas llámase líberal, pero' que mirada
en su fondo, por efecto del dominio del capital
sobre la mas,a proletaria, es la época de la produc-
ción anárquica. La mutación en las ideas , hasta la
creación de nuevos métodos de concepción, ha ve-
nido reflejando paso á paso la experiencia de una
nueva vida. Así como ésta, en las revoluciones de
estos dos últimos siglos, se ha ido poco á poco des-
pojando de las envolturas míticas, místicas y reli-
giosas á medida que ha ido adquiriendo la concien-
cia práctica y precisa de sus condiciones inmediatas
y directas, así también el p~nsamíento, que resu-
78 A~TONIO I,.\nRIOr,.-\
DEL )IATERIALISMO HISTÓRICO 79

me y teoriza esta vida, se ha despojado á su vez que remontarnos á toda la formación de la socie-
de las presuposiciones teológicas y metafísicas, dad moderna y declarar por último triunfalmente
para encerrarse al fin en esta prosaica exigencia: que la teoría es un plagio de las cosas que explica.
en la interpretación de la historia es necesario Porq ue, á decir verdad, los precursores efecti-
restringirse á la coordinación objetiva de las con- vos de la nueva doctrina fueron los hechos de la
diciones determinantes y de los efectos determina- historia moderna, que se ha vuelto perspicaz y re-
dos. La concepción materialistica señala el colmo veladora de si misma desde que se operó en Ingla-
de esta nueva dirección en el descubrimiento de terra la gran revolución industrial de á fines del
las leyes histórico-sociales, en cuanto no es un siglo pasado, y desde que en Francia se produjo
caso particular de una genérica sociología ó de aquella gran laceración social que todos conoce-
una genérica filosofía del Estado, sino el resol ven- mos, cuyas cosas, mutatis mutandis, se han ido ·
te de todas las dudas y de todas las incertidumbres después reproduciendo, con diversas combinacio-
que acompañan las demás formas de filosofar sobre nes y formas más benignas, en todo el mundo ci-
las cosas humanas, y principio de la interpretación vilizado. ¿Y qué otra cosa es el pensamiento en el
integral de éstas. fondo, sino el consciente y sistemático complemen-
Es, por consiguiente, cosa fácil, especialmente, to de la experiencia? ¿y qué es ésta, sino el reflejo
como han hecho algunos vulgares criticastros, ir y la elaboración mental de las cosas y de los pro-
descubriendo los precursores de Marx y de Engels, cesos que nacen y Be desarrollan ó fuera de nues-
que por primera vez precisaron los fundamentos tra voluntad ó por obra de nuestra actividad? ¿y
de esta doctrina. Jamás se le ocurrió á ninguno de qué otra cosa es el genio, sino la individuada
sus 'secua ces, ni siquiera á los de la observación y consiguiente y aguzada forma de aquel pensa-
más estrecha, hacer pasar ti aquellos dos pensa- miento que por sugestión de la experiencia surge
dores por fabricantes de milagros . Antes bien, en muchos hombres de la misma ápoca, pero que
si hay que andar buscando las premisas de la crea- en la mayor parte de ellos permanece fragmenta-
ción doctrinal de Marx y de Engels, no bastará rio, incompleto, incierto, oscilante y parcial?
con detenerse en aquellos que Ilámanse precurso-
res del socialismo hasta Saint-Simón y más allá, ***
ni en los filósofos, y especialmente en Hegel, ni en
las economistas que declararon la anatomia de la Las ideas no caen del cielo, antes bien, como
sociedad que produce las mercancías; tendriamos cualquier otro producto de la actividad huma-
80 ANTONIO LABRIOLA DEL IlAl'ERIALI8MO HISTÓRICO 81

na, se forman en dadas circunstancias, en tal ¿Por qué no imagi nar al mismo tiempo que la
precisa madurez de los tiempos, por la acción de ciudad antigua, en la cual nacieron el arte y la
determinadas necesidades y por las reiteradas ten- ciencia g ri ega y el derecho romano, continuando
tativas de dar satisfacción á éstas, ,y con el des- si endo, no obstan te, ciudad antigu a de democracia
cubrimiento de tales y cuales medios de prueba, con los esclavos, podía adquirir y desarrollar todas
que son como los instrumentos de su producción y las condiciones de la. técnica moderna? ¿Por qué
elaboración. Las ideas suponen también un terreno no creer que la corporación artesana medíoeval,
de condiciones sociales y tienen su técnica, ' y el continuando siendo tal cual era en su cuadro fijo,
pensamiento es también una forma del trabajo. podía encaminarse á la conquista del mercado
Apartar aquéllas y éste, ó sea las ideas y el pen- mundial, ni las condiciones de la competencia des-
samiento, de las condiciones y del ámbito de su confinada, que comenza!on precisamente cuando
propio nacimiento y desarrollo, es desfigurar su se principió á negarla? ¿Por qué no conjeturar un
naturaleza y significado. feudo que continuando siendo feudo fuese fábrica
El tema de mi primer ensayo consistió en ense - de producción exclusiva de mercancías? ¿Por qué
ñar cómo la concepción materialística de la histo - no habría debido escribir Miguel de Latido el Ma-
ria nació precisamente en dadas condiciones, es ni/testo de los Comunistas? ¿Por qué 110 pensar que
decir, no como personal y discutible opinión de los descu brimien tos do la cienc ia modern a podí an
dos escritores, sino como una nueva conquista del salir del ce re bro de' los hombr es do otro lugar y
pensamiento por la ínevíta ble sugestión de un nue- tiempo, es decir, a ntes que de term ina das condi-
vo mundo que ~Ta se está engendrando, ó sea la ciones hiciesen nacer determínadas necesidades
revolución proletaria. Lo que es como decir que y á la satisfac~i6n de éstas se debiese proveer con
una nueva situación histórica se ha completado una reiterada y acumulada experiencia?
con un congruo instrumento mental. Nuestra doctrlna supone el desarrollo amplio,
Imagínar ahora que esta producción intelectual claro, consciente, de la técnica moderna, y con
podía confirmarse en cualquier tiempo y lugar, es ésta la sociedad que produce las mercancías con
como dar el absurdo por regla de las propias inves- los antagonismos de la competencia: la sociedad
tigaciones. Transferir las ideas, á c~pricho, del que supone como cond ición ini cial suya y como
terreno y de las condiciones históricas en que na- med io indispensable para perpetuarse la acumu-
cieron á cualquier otro terreno, es como si torná- la ción capital lstlca en forma de propiedad prí va-
ramos por base del raciocinio el simple irracional. da¡ la socieda 1 que produce y reprod uce de con ti-
G
D.IILo J.l4TIl1U4LI9lll.0 IDIITÓIUCO 8B

nuo los proletarias, y que para. maatenerae tiene to el desarr.DUo de las Ideae eccíelee contsnidllll ou
necesidad de revclueíonar ínceaentemente SUB fna- los documentos de los escritores, es COsa muy fue-
truwentoa, incluso el Estado y 101 engrallAjes jan· tructiVA y IIJuda, eobre todo, p&ra aumentar en
dicus de ésto. Ee~ eccíedad, que por la DlislJUt, ley nOlotros el conocimiento critico de nueetroa con-
de 111 movimiento ha. puesto al deacubíertc su pro- ceptoa tanto como do nuestros procedimientos . Elite
pis. anato.m1a, produce de rechazo la. concepción retorno de las mentes " sus premísea bietóricaa
Dl&terlaUstiea.. !.B1 como ha. prcduetdc con el eocte- cuando no DOS lleva A e~t.ra.viarn08 en el empirism~
Iísmo eu negación poeitiva, igualmente ha engen- de Qna, deeecuñusda erudición, 6 no n08 lleva á la.
dra.do con la nueve doctrina hi8iórica I!IU negación tentación de establecer apresuradamente VlInall
ideal. Si la historia es el producto, no s.rbitra.rio, analogfas, aYllda Bin duda. A dar flexibilidad. y eñ -
pero el necesario y normal, de loe hombrea en c~fa d~ pereuaetén A las formas de nueatra act{.
cuanto Be deearrcllau, y se desarrollan ex¡ cuan- v.ldllod cumUlica. En el conjunto de nueatraa cíen-
to eocíalmente experimentan, y experimentan en C1&8 se deriva ahora, por vlas de hecho y por
cuanto perfeccionan y refinan el trabajo y acumu- aproximada continuidad de tradición, lo Óptimo de
lan y guardan los productos y reeultadce de éste, cuanto ee deecubrtó, e~cogitó y probó, no tan sólo
1& f&8e de desarrollo en que ahora vivimol no en los tiempos modernos, sIno en loa de la antigua.
puede ser la última. y deftnltiva., y los contraatee Grecia , con la cual precisamente comienza de mo-
íntímoe inherentes de esta. faso son fuerzas pro-
é do definitivo para todo el género humano el des-
ductivas de uuevaa condiciones. Y he aquí como arrollo ordenado del pensamiento consciente, re.
el periodo de 1&8 grand68 revoluciones económieu fiexiv? y metódico. No podria. darse Un 1010 paao
y poliUcaB de eetoe dos últimos siglos ha madurado en la lllvestigación eíencíñca sin el uso de 108 me.
en las mentes estos 408 eoneeptce. la. inm&Dencia dios que hace tiempo estAD A nuestra. diaposJci6n
y constancia del proceao en loa hechos hlBtóriCOB, como son la. lógica 7 lae matemAtic&l!l. Do PBDSll;
y la docteína meteríaliattca, que en 01 fondo es la. contrariamente equivaldria A decir que cada. gene.
hOl'ÚJ objetifXJ tk Za.r r&!70Zvcionu ,ociak6. ración debe comenzar de nuevo SUiJ trabaJoiJ bam-
boleando. I

••• Pero ni A. 101 autores antiguos en IIUS aUg'UIlta8


repúblteaa do ciudad, ni A los es~ritores del Rene-
No hay duda de que remontarse & traTA! de 108 cimiento, inseguros siempre entre un imagiQ.ado
siglos y rehacer eetndi&d&mente con el pcueemten- retorno" 10 antiguo y la necOIidAd do Aforrar in.
Si . ~~:1O ~RlOLA
DlfL XA.TJlau,LTSlIU nurl'ÓalCO 85
telectu el menta el nuevo mundo que estaba 811 g es-
tación les ru é dado llega.r al anA.1isia preeíso de era autor, y después 10B privUegiOll del comercio,
108 ú1tÍmoa elementos de los CUAles resulta la 110- de Iaa ertes, del trabajo Y' de la cfencf•. De ahí
c íedad, que el genio Ineuperado de Aristótel,es no que se mirara. al hombre en abstracto, ó lea. á 108
v!ó y no comprendió al otro lado de los couñaea en particulares individuol emaneípadee y libertados,
que Be expltca la vida dol hombn ciudadano . . por virtud do abBtracción lógica, de BUS vinculo.
La investigación sobre la. estructura. eocfal, históricos y do neceaerfa dependencia Bocial¡ y en
considerada en BUIl modos de origen y de p ro 008 0 , la meute de muebca el concepto de la sociedad se
Be hizo viva y aguda y asumió aspectos mul tifor- redujo Jo Atamol, 1 A los mA! pareció natural creer
mes en los siglos XVII yxvm, cu ando 80 formó que la. BOc!edad no era. mé.s que una Ruma de Indí-
la Economla , y [unto con ésta, con 1011 div ers os víduoe. Las categor.la.8 abstra.ctas de la r-icologia
nombres de derecho d e natareleae, do ensayos individu&l Be enecntreron de eete modo eituadaa
sobre el esp íritu de 1&8 leyes y de eoutratc socia l, delante ó en la cumbre do la explio&ción de todoe
Be abrió camíuc la t entativa de resolver en cau- los hechos human08; y he aquí como en todos eetos
sa8, en factores, en 'da tos lóglcoa y psi cológicos, eistemas y exccgttacíonea no se habla Bino del
el multiforme y n o siempre clnrc espec t áculo de miedo, del amor propio, deL egoísmo, de la. obedíen-
una vIda en la que S6 prepa raba la. Revolución cia voluntaria, de la tendencia Ala felicidad, de la.
mAs. grande que Be cono zca. Estas doctrtn ea, sea. ol1giDR.ria bondad del hombre, de la libertad de
cual tuero 1& in tención su bje tiva y el Animo de contratar, y luego de la conciencia moral, y del
los a utores--como en el caso antitético de l con- Inetíntc ó del sentido moral. de Duaa tantas COIa.s
eervedcr Hob bea y del proletario Bcueeeeu c- , fue- abstrBeta.a y genérícae, como lJ1 fuesen lufieiente.
ron todas r evolucionarias en JEl eubetenefa yen para explicar la concreta biltDria. 8xlatente y para
los erectos. En el foudo de todas Be enc uentra. crear otra de nueva. y eana planta.
aíempre como oetímulc y COU10 motivo las nece- En el mcrncutc en que toda la sDeieda.d entraba
o eídsdce materiales y morales de la edad llueva, en una' crie!. eetrepttcea, el borror A lo antiguo,
que por Iaa condiciones hi stóri.cas eran Iae de a.Bejo y tradtolonal, organizado ha.cta eiglos, y el
la burguesía: y por este conve nía combati r, en preeeutlmlente de una. renovación de toda la exis-
nombre de la llbcrtad, la tra.dición, 1& Igleele, el tencia humADD, engendraron al tin un.. tota.l ebe-
privi legio , 1M claaea fij&B, 6 sea 108 ór den es, y p o~ eurid&d en 1&1 ideas de neeel!lidad hiatórica y de
conece ucncía, el Estado que de ÓBtoB parecía ser neeeeldad IOCi&1, ó aea en &qnellaa tdeaa que,
apWltaifaa apon.as por 101 tuÓSOfOi antlguOl, y t&n.
ss D.IIIL JUTIlIIlI.6U8.uO 108rólll00

• deaarrolladaa en nuestro siglo, DO tuvieron en aquel gobierno de pura administración, come e¡ eran di-
pertcdc revolucionario Bino raros repreeeutantes, rectamente democrAticos ó hasta. comunistas. El
como Vico, Montesquteu. y en parte Quesoay. F.in reino de la próxima felicidad Citaba ante 108 ojos
esta situación · histórica, que da nacimiento A una de tedoe, BU advenimiento no ora dudoec, ecn tal
I1turatura aguda, I\gJl, eubveretve, penetrante y que se auprimleran 108 víuculoa y los impedimentos
popularisima, estA la razón de lo que Luis Blano, que al hombre, bueuo por naturaleza, hablan ím-
con cierto énfa.sis, llamO iudioirlualillmo, con cuya. puesto la forzada ignorancia yel deepcñemo de la
palabra, otros deapuéa de él han creído dar expre- Iglesia y del Eatado. Estos impedimentos no pare.
mOn A un hecho permanente de la. naturaleza hu- clan condiciones y térmlnoe en los cuales los hum-
mana, que pueda sobre todo servir como de argu- bree se hubíeece encontrado por l&s leyes de sa
mento decisivo contra el eccíalíamo. desarrollo y por los entrelazamientos inevitables
¡Singular eepectéeulo¡ mejor dioho, contraste del moVimiento entagéníco, y por esto, incierto y
singularl El eapltal, formado como fuese, tendfa • dobladíao de la historia, Como al fin nos parece "
vencer cualquier otra precedente lurma do produc- nosotroe, por el prevalecer del historic18mo objeti~
ción, rompíendc BUB vínculos y 8U8 impedimentos; vo, antea parecían limpies cbetáculce, de los cua-
es decir, tendía A ser el seftor directo Iadtrecte
ó

de l. accíedad, como de hecho lo es en gran parte


.. lee iba 1. libertarnos el uso recto de 1& raaén. En cete
Idealismo, que lleg6 á IU ápice en algunos héroes
del mundo, de Jo cual Be ha eeguídc que, ademú de la gran Revolaci6n, germinó una fe deamedida
de todos 101 ruodoe de moderna miseria y de nueva en el seguro progreso de todo 01 género humano.
jerarquia en que ahora. nos debatimos, adviniese Por primera. vez, el concepto de humanid/Jd apare-
la mAl eetrídente autitea:1s de toda la h1storía, 6 sea ció en toda su extensión y aln mezcolanza de ideas
la presento entre la anarquía de 1& producción en y de preeupceíctcnes rallgtceea . Loe mAs resueltoi
eloomplejo de la sociedad y 01 férreo despotismo entre el!ltos idealistas fueron precisamente loa ma-
del modo de producir en las pa.rtloularea Ofle1DaI, terlaJtiltas extremos, como aquellos que, negando
fiLbricaa y talleres. ¡Y 108 pensadores y til6BOtoll, todo objeto A la fantasía roligio8a., aslgna.ban Ala. '
101 economistas y los. divulgadores de Ide&l del necesídad de feUcidlld Cl!lta tierra como seguro do-
siglo XVID, no Tefan B1no libertad é Igualdadl minio, ecn Al que la razón abriese el camino.
Todos razonaban del mismo modo, todos partlan
do las misml4.premi8U1 tanto ri llegaban A la ecn - ,',
alusión de que la libertad debía obtenerse de un
ss DlIL IU,TERLUdl:110 utnÓRIQO ...
Nunca fueron Iaa idlWl' tan bA.rharamente mal- ra, de la que Bed licito n:traer loyei!l de peoceeo y
tratad&s por laa pro8fJicru trmu, como sucedi6 en- de deurrollo', paro t\ lA cual no poddn Imponéeae-
tre últímoa del puado ligIo y el principio 'de este. la8. y con esta. ecnveraién de las mentes, el si-
Baatante dura fIJé la lección de loa heehoe, • 1. ~lo XIX se &Dunció con la. vocación de deber eee el
enal siguieron lBoa mAs tristes deaílualonee y des- ligIo de la. ciencia. histórica y de 1& IOciolog1a..
pués una radical reecelén en 108 espiritoll. l.oa he-- De hecho el pensamiento ha Invadido,. pene-
oboe, en nna palabra, uUeron eontrsriOl!l • todo 10 trado tod08los campos de 1& actividad humana con
que 86 esperaba, lo cual, ai al principio produjo el principio del desarrollo. En este ligIo 86 deecu-
eao&&Dcio y desilUIJionea, n~ pudo menos de eeU· brIó ]a gramAtica histórica y 18 dió 600 la. clave
mular el d6860 y la neceelded de ntleV&8 (nV6lJti-- pa.ra explorar la génesis de los mitos. En este siglo
ga.ciones. Sabido es como Sllint·Sim6n y Fourfer, ee di6 ecn lu huellae embriogénJeaa de la prehis-
en 108 cuales á príneípíee del siglo Be confirma, en toria. y por primero. vez el' pusieron en serie de pro-
las tOrnl&8 unilaterales de la genialidad prematu- oeec ]al formaB politicas T jurldicae. El siglo XIX
re, la reacción contra loa resultados inmediatos de 80 anunció como siglo de 1" loclologia. en 1110 per-
la. grl:m revolución politioo -económica, Be levanta- eona de Saint-Simón, en el Dual, como sucede con
ron resueltamente, el primero contra loa juríBtaa y todol 101 aulodidácticos y precureorea generales,
el segundo contra 1011 economistas. so eueuentran ccnfueoa [antamente los gérmenes
De hecho, removídoa loe obatAeuloa que 88 opo· dc muchu tendeneíaa contradictoriaa. Por caso la.
nían A la libertad, que fueron propios de otro ttem- concepcíún materiailstica es UD resultado, pero ei
po, alzArouse otrOEl nueves y A. menudo mAf gra.vel aquel resultado que ea perfección de todo un pro-
y m.A& delcrcece, y como la to)iaidad igurJ pllt1lo oeeo de foruu¡,ei6n, y como l"56ultado y perfeceiéu
todas no SI' conftrmó, eeí la eceíeded quedó Blenda ea también la Bimpliftcaci6n de toda 1& oiencia his-
en I!IU torm. antigua., tal como antes, una organi- tórica y de toda 1& BOcjologia, porque nos lleva de
zación de la8 dee:Igualdade&. lA sociedad debe 108 derivados y de 1&8 condicione. ~mpleja8 " 1&11
ser, pues, alguna coaa de por sí, un cierto qué natu- funciones elemeutalee. Y eeto ha. eucedídc gracial
ral, un semoviente complejo de relaciones y de con- • la. directa sugeBti6n de Una nucva y estrepitosa.
dtetonee que deaañe 101 buenos propóa1tos IJUbjetl-- experiencia.
VOl de los individWlolee componentes Sl1yoe, y peee
por encima de 1&8 llUBiones ,. de 101 deelgnice de
loa ideali.8ta.I. Éiltalfguo, pues, BU propia eudedu-
•••
!lO AKTOlllO LADRtOL'\
DIIlL MATBRI4 LIlUIO HIIIT'ÓKICO
Las leyes de la economía, tal como por el. &On y
por si Be expltcen, hablan triunfado de todas las la vez MUdos de uoa Ignorada. exíetenete, para.
ilusiones y Be mostraron dírectcrae de la vida so- figurar en el escenario de la blstoria como nna si-
cial. La gran revolución induBtrla.1 qUD primero 116 niestra Iluetraeíón de 1& aoetedad de los 19u1IoleB.
efectuó en lng1J4terra A la luz del sol, ó mejor, en el ¿Y quién no BeuUm-exÍftio80 6 no la eedlcente teo-
siglo de 1881u081, daba. • entender que las claBes nlll. del reverendo HaUhulI-quB el número de
eocíalea, 8i no BOn naturales, tampoco ecn una con- convivientes que puede contener este modo de or-
eecneaeís del sesee ó del arbítrlo, antea bien, nacen ganización econ6mica, e¡ A vecee ea Iaeuñctente &
h1stórica y socialmente dentro y en torno de una quien por el éxito f&vorable de la. preducctén tiene
determinada forma de producción. y .. decir ver- necesidad. do braaoa, otras veeee es exuberante y
dad, .¿quién no vió surgIr; bajo SUB Ojo8, " J08 nue- por CIto no ocupablo y pavoroso? Bacrase, edemés,
TOS prcletaríoe, de la rutna eccnémiea de tantas evidente que 1. rApida y violenta traDl!ltormaclón
cJases d~ pequeños propfetarfoa, de pequeños cam- eeon6miea realizada estrepitofl9.mento en lnglate-
pesinos y erteeenoe, y quién no S6 hallabe en grado rra, tuvo éxito porque en dicho pala Be pudo crear,
de descubrir el método de eecrejsnte nueva Cl'C&- trente A Europlilo, un monopolio h&ata entonces
ci6n de UD nuevo eetadc lJOCirJ A qUB iban j, quedar nunca visto, y para apuntalar elite monopolio hubo
reducidos por tuerza tantos hombres? ¿Quián no se necesidad de una pcllñea sin eecrépulce, que per-
hallaba en grAdo de descubrir que el dinero, vuel- mitfa A todos traducir en prosa el mito ideológico
to capital, iba en breves dos l\ hacer el gran del Estado, que tenia que eer tutor y pedagogo del
señor, por la atraccMn que ejerce sobre el trabajo pueblo.
do 10B hombres libres, en 108 Duales la necesidad En la visióu inmedia.ta. de tales consecuencias
de entregarse libremente Amerced estaba prepa- de la nueva vida SG originó el peaímíamo, máa Ó
rada con tantos cuidadoeoe tnétodoe do derecho 1 menos romántico, dol UJutialo,." tempOl'ÍI acU,
por medio de una violentA Ó indirecta expropia.ción? desde De Maistre l\ Ca.rlyle. La 8Atira del libera-
¿Quién DO viii surgir 1&8 nuevas cJudade8 en torno llamo invade lILB mentes y la lItera.tur& Aprincipios
de las r'bricas y atane .. BU perlmetro de desole- do este eíglo. Comtenza aquella critica. de la. socie-
dora miseria, que no era ya un CMO de particu1a.r dad en la cual estA el prfaclpío de toda la soclolo-
desventura, sino la condición y la fuente de la ri- gía. So ueeesíte ante todo vencerla idoologiar que se
queJla? Y en aquella mi8eria de nuevo eetilo apare- habla acumula.do yexprea&do en 1&8 doctrinas del
cian numercece las majeres y 101 nttiOl, por prime- derecho natural y del contrato social. Habia que
aUuarBe trente á los hechos que Iea rApids.liI víclfli-
,
D.L IlU.TItlU.l.Lli:lW WI'tó:aIOD
~:1"10 LAJlJUOr.¿

, rodea de un procese tan iD.tenlivo ImJlGnh,n " la critica. verdadera de la sociedad 61 1& miam& eocíe-
ateaelén en tormaa tan nD.evas 7 pavorosu. dad, que por lAa ccndicíoeee antitéticas de loa
He aqu1 j, Owea, el sin rivat bajl muehcs &8~ contraltell en que B8 basa, en ge ndra por si en lIi
pect08; pero especialmente porque fué tao. clarivi. millma la contradicci6n, y ésta vence después por
dente en laa C&l18&8 de la nueva miseria, fuil ingenuo 1:r&apaso en una nueva forma. El resolvente de las
en la investigación de 108 modos da vencerlea. Pro- presentes antítesis es el proletariado, tanto Bi asto
cilaba llegar" la critica objetiva de la Eoonom.fa. lo saben como lo ignoran loe mismDB proletarioa
que con , Siamondi ap&roeió por primera vez 8~ .ABi como en éstos su mi8eria S8 ha convertido en
formlUl unilaterales y J'O&Ccllmariaa. En aquel pe- condici6n evidente del la eocleded presente, igual·
riodo de tiempo en que 10 mudaban 1&8 ecedíelc- mente 6D éatce '1 en BU miseria. eetA l~ razón de
nel de una nueva ciencia histórica, nacen yatraeu ser de la nueva razón eocíal. ».1 ceee tzaspaso de
eobre al la atención tanta! dtverase formas de ac- la critica del peneamfcnt o subjetivo, que exa.m.ina.
clallamo utópico, unilateral ó emavaga.nte, que desde tuera lae cosa! é Imagina poder corregirlas,
DO llegaron nunca halta 101 proletarios, ó porque á la inteligencia de la autocrática. que la eocíeded
éltos no tenían-ninguna ecncleneía poUtioa, 6 por- ejerce sobre eí misma en la inmanencia de su Pi"O-
que, teniéndola, se movían 11 saltos, como en lall pío proceso, consiste aolamentc la aiaUctica ae la
eenepíraclonea-y motlnElrll franceses de 1880·48, Ó hutada que Marx y Engel., eolemente en enante
daban vueltas lobre el terreno prictico de las re- eran materlali8tas, aaceron del Idealíamo de Hegel,
Jcrmaa inmediatas, como 88 el cese de 101 mutis- Yen fin da cue nt as , poco importa si de tales res-
tas, Y no obBt&n~ todo cate lJOCi&UlmO, por utó~ pU 88W'y complícadu form ae del peuaamíentc DO
pleo, f&.DtUt1co é ldeol6g1co que fuese era ung, ~ eaben da r cuenta ni las lfteratoe, que no ccaeecn
, critica inmediata y A menado genial de ia Econo. otra elgu íñ eactén de la palabra díaléctic.a q ue lo.
míaj una erltica unilateral, en luma "1& que del urtltíclo 80tlStiCO, n i 108 doetoe y los eruditos,
el
eclameate fa ltaba complemento cienÚftco de UDS, que' no son nunca aptos para sobrepujar el conoci-
general concepción histórica. miento emptríeamente diagrega.do de 108 eímplea
Todas estas tormas de critica par~al, unllate- partícularee.
ral é incompleta, fueron á parar efectivamente al •••
lIOCialismo cientlftco. Éste no C8 ya la crítica eub-
jeu.va aplia&d.a á 1&& COIlAl, aleo el descubrimiento Pero la. gran revoluci6n económica que h~ arre -
de la autocrlnca que elltA. en 1&8 m!smas cosas. L. cldo 108 materiales de que eaU compnesta la 10-

A!(TUX[U L.l.BBIOr.., MI. ::I.[ATBRULIIIIO mlTÓWOo ••
cieda.d moderna, en la cual ha llegado al6.n á. Sil y érgance intelectuales de poseer en la. teoda de
casi completo deearrcllc el Importo del capítalísmo, la. propia. obra la ecncíencta reflexiva de IIU moví- o
no habrla eidc de tan rApida. y sugestiva eneeñenaa miento.
si no hublcee ido ilustrada por el movimiento ver- La violenta expropíacléu de una no pequeña
tiginoso y catalltrófico de la Revolución Iraueeea . parta dala vieja propiedad, es decir, de aquella
Ésta puso en evideneia., como en una trágica re- que estaba inmovilizada en el feudo, en los r6g{08
preeeutacíéa, todas l~ futuza.e ant&goDÍsLic&l:I de y prtncípeeece dominios y en l. maucmuerta, con
la. ecctedsd D1odern&J porque ést& se &brió pa8D por los derechos realee y personales que derivaban por
entre Iae ruinM y 1~16 en breve espacio de tiem- mil caminos, pueo á dlepcelctén del JlAtadO, con-
po precipitadamente laa faaea de su uaeímíente y vertido por neeeaídad de las C08&8 en un terrible y
de IIUaJuatc. omnipotente gobierno de exeepcíén, una Dl&8a ex-
La revoluci6n naeié de 1011 obstáculoe que la traordinaria de medtce eccuémícce, f éetoe por un
burguesía tuvo que vencer con 1& violencia, dos- lado dieron lugar 8. la alngular hacienda de 108
puée de que Be biza evidente que la transición de asignadol, que ecebaron anulándose é. et IJÚ8m08,
la vieja Ala nueva forma de 1& prodnceién-s-é de y por otro lado dieron lugar A la formaci6n de 101
la propiedad, como dicen, por necesidad del argot nuevos propíetaríce, deudcrea de las cAancu del
profesional, los jurtJtas-no podJa realizaI'Bc por agiot&je, y AIae contlngencías de la lDtriga.y de la
108 cam1nOl mAl! tranqulloe de las euceelvee y gra- especulación de 9U'onURa. ¿Y quién habria nun-
dualee retormaa, Y por esto Iné sublevación y mes- ca. oaedc jurar despuéll sobre la cabeza. de 1& saera
colanza de todas las viejas cJa.aee del anUpo "t- y atA.vica institución de la propied&d, desde que
gimen, '1 rApida y Ve.rti.gi.n08a formación • un el titulo reciente y eeeguredu de Óllta 8C s.poyabl.
tiempo de nuevas cluea en el brel'J.simo pero elu- tan evidente sobre la noticia de hu arortunadaa
gularmente intensivo perlado de diez &D.l)S tan sólo, contingencias' Si ·' lguna 1'6Z p&ltÓ por la caben
que parllDgooa.dos con la ordin.a.ria historia de otroe do tantos molestos fU6&otoa, eomeeaeude por los
pa.ísea, parecen ligloB. En eete compreei6n de vicio sofista!, que el derecho fuese una '6.tU y cómoda.
eítudes de Biglo8 en tan breve número de al108, 80 hechura del hombre, esta propoaícíén de ma.lvilltoB
ejempli11caron 1011 momentos y 101' IlBPectos mAa herejes podía. parecer en lo sucesivo verdad simple
caraotorísticUII do la eccíeded nueva, ó moderna, é intuitivBo hasta. é. las últimos 'deaharrepedce de
.con tanta mayor evidencillo cuanto que la belíco- 101' arrll.balea de Paría, ¿N o hablan 811t08 proletarios
11& burguellía habia ya creado' eí mtema medial' dado el impulso, con todo él reato del pueblo me-
..
nudo, .. la Revolución en general con 108 motines
DIIL K.IonRU.LlSlllO
I

mnóaIoo 91

precipitada. y eínuoea poUtica, y desvergonzado so-


anticipados de Abril del 89, Y no se encontraron. bre todo en S&car partido do la guerra. y de BUB
como &rfOjad08 nuevamente de 1& escena de la hía- gioriOlOIJ éxitos. Por fln los rApido. progre~B de
toril. deepuée del fracaso do 1& rebelión del Prairilll una técnica acelerada por 1M urgentes ciibnns-
del 961 ¿No hab1an llevado sobre BUI eepalda. á tllDciaa dieron mataria. y ocasIón al prosperar de
todoa 108 fogosos oradores de la libertad y de la los n~gocio'.
igualdAd? ¿No hablan tenido en lOS manos la Cow- Las leyes de la. economla burguesa, que 80n 18.8
muno que dur&llw aJgtm tiempo lué el
pa.rilJ~n, de ~ producción individual en el campo Ilntago_
~rgano lmpulllivo de 1& Aeamb1ea. y de toda. ¡. níatico de la competencia, rebelércnee furiosas,
Francia, y DO acababan aJ final en la amarga des- COn todos loa mediDa de la vioJencia. y de la insi-
Iluelén de haberse creado con BUI propias manol dia, contra el arbitrarlo Ideal ístíco de un gobierno
los nuevos emes. En la conciencia fulmines. de revolucionario, el cual, fuerte con la. certidumbre
deBilu.ei6n tal esté. el Impulso pBioo16gico, rApido é de salvH.r ~a patria, y más fuerte aún con lB. ílu-
inmediato, de la compil'ac16n de Babeut, la cual, aióo de tlmdar en eteruo la libertad do los Jguatea,
preel.a&mente por eetc, e. UIl gran hecho hiJ!ltórico oreyó fuese cola .poai ble suprimir el agio Con la
que !leva en ai todos loe elcmentoa de la trAgedJa guillotina, la ellminaclóo del negocio con la alau-
objetiva. eura de la Bolsa, y asegurar al pueblo menudo la.
La tierra, que el feudo y 1.8 meuomuerta hablan e:xlstencla fijando el mar.c'mum de 108 preotoa de
como atado t un cuerpo, IJ. una familia, á un titulo, 108 géneros de primera neceaídad. Las m5rcanc1BI,
una vez libertada de SUB vínculce S8 había vuelto loa precios y los negocios reivindicaron COn la
mercancía para que fuese base é instrumento de violencia la propia Ubertad contra equeüoe que
producción de- mercenetee, "1 Be habla vuelto de querían leer ó Imponer su moral.
golpe mercancía tan flex\ble, dócil y adaptable El Tormi~or, fues.en las que fueaeu las perlo-
de poder prestarse para. poder circular en loa elm- nalea Intencíonea de los termldoria.uos 6 viles ó
bolos de tanto papel-moneda. Y en torno de eeece miedosos, Ó ilU80B J fué, tanto en laa cau~a8 oeuI~
atmbolos tan mnltipllcad08 sobre las cosas que de- eomo. en 80S no remo~ efectos, el triunfo de los
blan representar, que al liltlmo BcablU'on en nada, nt!JOC101 sobre elldeallamo aemoarA.tico. Lo. CoIlBti-
Burgló gigante el negocio, como salió de todas par- tución del 93, que se.D.nla. el extremo límite á que
tes, eobre las espaldas de la miseria de los m¡\s puede llegar 01 pensamiento democrAtico, no ee
. míeerce, '1 entre todos loe parajes obBeuros de J& reaI1zó nunca. La grave preetén de 1&8 circunstan-
7
.8 DIlLo lI .. TdIAIoII»O IUITOIlIOO 9.
clu la amenaza. del extranjero, la. vari•• formu gigr:mlnca, porque en él DO hJt.bfa ni lambr&!1 ni
de rebelíén en el interior, dude 1& girondina Á la hl1eUaa de eecro.pulOl mora1.el.
vendcau a, hicieron necesar io un go bierno excepclo - De todo se vi6 en aquella. rapib de evento..
nal que rué el Terror, nacido del m iedo. Á medida LOI Cil1dadan08 armados en defensa de 1& patria,
que iban cesando los peligros c686 180 necesidad del victoriosOl al oteo- lado de 101 confines de la. eír-
Ter ror; pero la de mocracia se quebrantó ante IOíJ cunetante Europa, trccáronee en soldadesca. para
negocios con los cuales Dacia la propiedad de 103 oprimir lalllbertadea patrias. Los campeeínoa, que
11lIaYOS propietarios. La Cons titución del año ·111 en un impetu de imperlOl& BllgeBti6n produjaron
consagró el principio del moder antismo li be ral, en tierras de leudo la auarquíe del 89, oonvertidoa
del cua l procedió todo el cons tituciona lismo del en lold&dOl 6 en pequeñce propietarioll 6 arreada-
continente europeo, pero ante todo fué el camIno tarloe y después de haber eldo 1011 centínelae avan-
Ilttrlo llegar A la garantt& de la nueva propiedad . zados de la Revolnción, roca.ycron en la allencloea
Cambiar 108 propietarios salvando la propiedad, y tonta quíetud de BU. tra.dioional vida, que, cam-
esto fub el movimiento, 1& palabra de orden, ¡a biada. de ca.ea. y de movimiento, sirvi6 .de segura
blindara qua deBatió durante &ftos, desde el 10 do base al llamado orden eocíal, LOI pequeños bur-
A.gOBto del 92,' tanto las lublevaciones violentall gueeoe de la ciudad, y ya míembroa de las corpn-
como 108 atrevidos deelguíoa de 1011 que intentaren cacionclI, fueron couvírñéndcee, en el campo de la.
fundar la. sociedad sobre la. virtud, sobre la igual- contienda eccuóuüce, en libree díepeneadcrea de
dad labre la espartana. abnegación. El Directorio lo. mano de obra. La libertad dw. comercio exigia
lué ~l trámite é. travél del Dual la. Revolución llegó que eada producto se volviese libremente comer-
A negano 1. si mi.lma como conato idealliJt1eo, y ciable, '1 euperebe, por coosIguiente, el tlltimo
con el Directorio, que tu6 la eorrtrpcíéu eonteaad3 obrtAoulo, obteniendo que el tl'Dobajo 88 convirtiese
y profesada, el movimiento tro~e en realidad: también en mercancía libre.
[cambíñronee, al, los propietario., pero la. prcpíe- Todo cambió entcneee. El E!Jta.do, que durante
dad quedó A salvol Y por último, precisaba lacar siglos tué para millonee de UOIOI una. inlltU:ución
de tanta.l mínaa un edlficio estable, la verdaderA sagrada ó un divino m.a.ndato, dejando la cabeza
fueren, y éata B6 encontr6 on un lingular aTCntu· de IQ soberano bajo ]a fria aGClón de un instru-
rerc de 1nBuper&4:1lo gonialldB4, Bl que DOmó la tor- mento técnico, quedó por cato deaaonsagrado y
tUD&, y el únieo que poaeia 11 virtud de poner la. prot&na.dD. El m1smo le convertf.a. en un apllolato
cerca de la conveniente moral A aquella fdlJulG toon.1oo que sustitui& la buroeraeía Ala. jel'arqula•
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100 AIllTOIhO LABlUOL"- DIDL HATBIlU.I.olIWO HlU'ÓBlOO 101

y puesto qua no eX[BUan ya títuloa antiguos que bajo fondo econ6mico epareaca como dillmumda
díeaen raz6n al privUegio para ocupar un pueeto por los ideales, de 108 ooales salen actol de maldad
en aquella burccrecíe, este nuevo Estado pedía ser y de herolsmo inaudito, y corríentee de ílueícnea y
preaa. de quien la cogí8I'&¡ se encontraba, en suma, duras pruebas'de deeengañoe. Nunca. como enton-
aaeado " eubeete, con tal que loa afortunados am - ces se deeeaeedené de 10B humano! peches tan pe-
btcioece fuesen sólida gaJ'llotfa de la propiedad y tente 1& fe en el ideal del progreso. Libertar al gé-
auevce Ó viej08 propietarios. El nueve ElItado, que oero humano de la Buperatict6n, mAa blea de la.
tuvo neceeldad del 18 BrumlUio para convertirle religión, hacer de cada individuo un ciudadano y
en una ordenada bwoerscla asentada sobre el ml- de cada pa.rticuJar un hombre pábltec: Ulto el peln-
JitalUmo VICtorlO6O, este Esta.do que completaba la. ctpíc, y deepuée, sobre la linea de este programa,
Revolución en el momento que la negaba, no pudo compendiar, en la breve acción . de poco. ano_
menoa de tener BU texto, Y lo tuvo en el Cddigo ej. aquella evolución q ue " los mAl ideAlistas de aho-
flil, qu e ea ell1bro de oro de la socíeded que pro- ra aparece como obra de muchos siglos ~veDlde1'Ol:
duce y vende mercancías. No en vano la. jurispru- sto el idealismo de entoneee. ¿Por qué iba " re-
dencia generalíaeda había guardado y comentado pugnarlee la pedagogía de 1& guillotina?
durante sIglos, en forma de dis ciplina ctentíñce, Semejante poesía, grecdtoea cíertamente, ya
aquel derecho romano que rué, es y Berá la forma que no agradable, dejó detrA._ lUYO una proea baa-
típica. y clAaica del derecho de cualqoiera eceledad tanta dure. Y filé la prosa de 101 propietarlce que
á las mercencíaa hasta. que el comuníamc DO euprt- debían 1110 propiedad "la for-tuna¡ toé la prou. de
mala posibilidad de veoder¡aa y comprarlas. la alta banca y de loi proveedores enriquecidos,
La burgueeíe, quepor la incidencia de tAntM de 10B mariscales, de lee prereetce, de loa peetcdte-
Bingularee circunstancias hizo 1& eetrepitOBA Revo- tas, de 109 IU'tiSt&E1 y de 108 Iitaratoe meroonarlos;
lución con el CODC\l1'VO de tantas otrM cJ&8e& Y 86- toé la pmea de la. corte del IIwgular mortal cuya_
miclascs t deeaparecldee deepué8 en corto tiempo cual1dadee de genio militar injert&d&S en 1& tndoIe
caai todas de la escena políñea, apareció eu los bandidescllo, hablanle sin duda ccnferidc el derecho
momentos máe vivos como empujada. por motivos de burlarle de IOEl ide6logo. que no admlraeen el
I!J inspirada por UIl& Ideología que serian del todo heoho nudo y crudo que en la vida puedeecr, como
disformes de 108 efectos que eobrevtvíeron y posi- fu.é para él, la simple brutalidad del éxito.
tivamente' se perpetuaron. Y esto hace que en el La gran Revolución apresuró el auno de la
c&1or de la. luchas la vertiginosa mutación del hlltoria en buena parte de Europa.. De ésta. partió
DEL MATB:RIALIS310 HISTÓRICO 103
102 ANTO~lO LABllIOLA

todo lo que llamarnos liberalismo y democracia. y aqu í, por las cosas por mi dichas y por aque-
moderna, salvo el caso de equivocada imitación llas generalmente sabidas y resabidas, seria inútil
de Inglaterra y hasta el establecimiento de la uni- recordar de nuevo cómo á Owen se comparan
dad de Italia, que fué y será tal vez el último acto Saint-Sim6n y Fourien, y repetir por qué caminos
de la burguesia revolucionaria. Aquella Revolución se ha originado el socialismo científico. Lo impor-
fué el ejemplo más vivo y más instructivo de cómo tante está en dos puntos solos: que el materialismo
se transforma una sociedad y de cómo se desarro- histórico no podía nacer sino de la concieucía teó-
llan las nuevas condiciones económicas, y desarro- rica del socialismo, y que éste puede ya explicar
llándose, coordinan en grupos y clases los miem- su propio origen, con BUS propios principios, lo
bros de la sociedad. Fué la prueba palpable de cual es prueba de su madurez.
c6mo se encuentra el derecho, cuando se necesita No estaba, pues, fuera de lugar la frase con que
para expresíón y defensa de determinadas relacio- comencé este capitulo: las ideas no caen del cielo.
nes, y de cómo se crea el estado y se disponen sus
medios, las fuerzas y los órganos. Y se vió c6mo A NTONIO AUN ÓS
las ideas germinan en el terreno de las necesidades ABOGADO
sociales, y c6mo los caracteres, las tendencias, los
sentimientos y las voluntades, ó sea, en pocas pa-
labras, las fuerzas morales, se producen y se des-
arrollan en circunstanciadas condiciones. En una
palabra, los datos de la ciencia social fueron, por
así decir, hermoseados por la misma sociedad; y no
hay por qué maravillarse si la Revolución, que
Iué precedida Ideológicamente por las formas más
agudas de doctrinarismo racionalistico que se co-
nozca, acabó por dejar detrás de si la necesidad
intelectual de una ciencia histórica y sociológica
antidocirinaria, como en buena parte ha resuelto
nuestro siglo, que toca ya á su término.

...
*' *
r

davia la resolución de la. sociedad en 10B elementos


del ma.teria.lismo económico. De otro modo: la '0-
ciol0U'a 8S de invención butBnte reciente, '1 espe-
ro que 61 lector ha. brA comprendido por al mismo
vrn que empleo Beta palabra, br"l'ilqlil caK,a, para
Indicar en general la ciencia d/J kI, fUfJCitnJll' y
cld Lu Nnallwnu ,ocitJJu, y no para. referirme al
cuo eepecíñcc del modo como la tratan loa PON;-
wtcu.
Por el camino que baata· aquí hemos recorrido Por lo demAa, ea CON resabida que haata 'prin-
debe parecer clAro A todo el mundo cllAl ea el valor cipios de eate siglo Iaa Doticla.a reforont08 á loa
preciso y rela.t1vo de la llamada doctrina. de los usos, • las COBtUJUbres y á las creencias, '1 huta
h.ctDrea, y de qué modo ee llega & eliminar obje~{­ laa referentes á Iae c01IfUdrmu Qaturalu, que ac-
vamento estos concepto. provisionales, que fueron 7 túan de subsuelo y de circuito en las tormlU eo-
80n B1mple expresión de un pensamiento no madu- eíalee, aparecieron en lal historias pollticu como
ro aún. 81mpl6B curiosidades, ó como eeceecríce '1 ecmple-
Sin embargo, sobre esta doctrina ea neoeeertc mentos de la narración.
hablar de nUeVO A fin de declarar mejor y mM par- Todo esto no puede ser eecídental, y 110 lo es.
ttcularmente de qué l'azon6B dependi6 y depende D&r'86 cuenta. de la tardJa. aparición de la hutoNa
que do, de 108 llamad08 factoru J ó eea el Ettaflo y .oda! tendd. un doble interés: primero porque una
el Dencho, ha.yan llegado. Iler el prinoipal ó n- vez mAs nueetra. doctrina iasUo'ca por Cite camino
clUIIIvo ,ui'fo dtl la hú~oria. I!ILl razón de ser, y juego porque Ele el1mina.n de modo
La. hilltoriOgratta., de hecbc, he. pueetc durante dellnWvo loa llamados tactorel.
liglol CD cstAll tOnn&! de la. vida social 10 eaencilll
del de.&.rrol1o humano, y aun no ha vilto eete des- ,',
arrollo eínc en el modl..ftcane de telea formAl. La
hístorla ha. Elido trata.da durante siglos como díecí- Exceptuando algunos momentos crítíeoe en que
plína afecta. al movimiento jurid1co-polltico, al pe- 1801 clases ecctelee, por extrema. inca.pacidad para
litico principalmente. La inversión de la pol1tica • mentenerae en una condición de relativo equilibrio
la .ocudad ea cosa recIente, y mas reciente el to- por adaptaeión, entran en una mas 6 menea pro-
10ll 101

longada criais de anarquia, y haciendo excepcíén ob8ervadoreB de la. vida. colectlva, natural era que
de aquellas singulares catMtrotell ha.cia. la' cualee la. poUtica apareefeae como lJuto"a del orden eccíal
Be precIpita. t<ldo un mundo, como cuando 111. oaid& y oomo cl índice de la. continuidad en la aucesft1n
del imperio rom&DO de Occídeate, 6 cuando la dí- de 1&1 10rmas históric&ll. Quien díee politica, dioo
solucIón del Califato; d esde que tenemoa memort&o actividad, que huta cjerto punto no! ecnduee cón
de historia. escrita, el EBtado aparece, no 8010 como designio, 68 decir, hasta. que 10& cAlculas no chocan
el ápice y como el vértice de la aoeledad, sino como Con ignoradaB 6 inellperadaB reslstencíae. COJ).ver-
el regidor do és1&. El primer pEUiD que el íngenuc ttdo el Estado, por lo que lIugeria 1& imperfecta ex-
pensamiento ha. dado en orden tal de coueldera- periencia, en autor de la eccfedad, y la. polítíce en
ciOD88, consíate en este enuneíade: el regidor 68 el autora. del orden soDip.l, era consiguiente que 1011 .
lJMtor. históricol lIa.rradO",1I Ó rasouadorea 81tovieaen in-
Haciendo adem1s abstracción de ciertos breves clinados "reponer lo esencial de la .historia. en el
períodos de democracia ejercida con la. viva COD- aueederee de la8 formas, de laH instituciones y de
ciencIa de la IOberanfa popular, como sucedió en 1.. Id... poUt.lC&8.
algunas ciudadu gríegae, y seft.aladamente de Ate- No importaba al común racioDinio asber dónde
nU, "'1 ep. algunol comunu itali&nOl, de Florenoia. Be habla. originado el Estado y en dónde se encon-
sobre todo (que eran, DO obsta.nte, de hombrea U· traba. el fundamento de IIU perpetuaci6n. Es sabido
brea, duenll8 de 8BOlavoB las prlmeras,.y 10B ee- que los problema.s de índole genésica. surgen bas-
gundoe de clud&daoos privilegiados qua explotablLD tante tarde. Edite el Ertado y encu entra BIJ razón,
al torutero y 1& eampi.D..&). la lOcled&d regida. por eu 811 a Dtoal neeeaídadt y tan verdad BB esto, que
el ~t&do fu6li.empre de uoa mayori& 6D manOl de la. fantallla no ha podldo adaptuse á la idea de IIU
tina minada. De modo que la mayoda do los hom- dellap&ricfón, y ha. prolongado IU uf.teneía oonje-
bree ha a.parecido en 1& histori& como una malla. lLll'al halta los primeros origenell del género huma-
regida, gobornada, guiad&, explotada y maltrata.- no. Dícees ó semídioaee y héroes fueren BUS inBtl.
da, ó por lo menea, 00100 una multicolor conglo· tutoree, por lo meno! en la. mitología; como en la.
meración de intereses "que uno. poco. indi'Oiduow teologfa mediooval, el Papa acUla. de Iuente prima,
debl&D. reglament&l, manteniendo en equilibrio 1u y por esto dJvtna ,. perpetua, de toda I:atori~. En
divcrgene1all, por presión ó por compensación. uueetrca tiempos actual13S aun hay viajeros Inex-
De equí Ia neceeíded do un arte de gobernar, y perios y misioneros idiotas quo en todas partes en-
como este arte ea lo primero que le evidenc.ia Aloe cuentran el EBtado, alli donde, como entre 101 bAr-

1'"
""
bAros T Jos sa.lvajes, no es mas que la ,em, Ó 1& ción del trabajo, ó bien d&daa IILl reteetcnee que
tz1bu de las geru, h 1& .U.nza de 1&8 ~. coordinan y vinculan 1011 hembree en una determi-
nada tonoa de prcdaecíon.
,, , Á eete punto, el coneeptn del E8t&do ha eeeado
de r8prcl1entar la ca.UIA directa del movimiento
DO! cosas han ocurrido que han permitido ven- histórico, en cuantD presunto autor de la eocíedad,
cer tales prejuicios del r&Clocinio. En primer Iu.. porque le ha visto qu e en cada formaci6n , varia.
gar, tué necesario que Be reconociese que 1&8 Iun- ción lUya no es más que la ordenecíen positiva y
e10DC6 del :Elrtado nacen, Cl'9CIJD, disminuyen , ae torz&d& de un determinado dorulnfo de clase Ó de
alteran y Be suceden con el variar de c.iertaa ecadl- un detennlnado de divonllloB cla9a1. y después, por
CiOD06 eoclalee. En segundo lugar, S8 ha compren- ulterior Consecuencia de tales premisas, se ha Ile-
dido que el Estado exíste y S8 aguanta en cuanto gado por ultimo á. reconocer que la política, en
destinado' defender ciertos determina.dos ínterceee cuanto arte de obrar con designio, ea una parte
de una. parte do la. eocíedad, contra. todo el relto bastante pequeña del movimiento general de la.
, de la misma sociedad, 1& cual, en 8D conjunto, debo hlltorb., y ca una parte no grande de la formaeíén
Diltar tormada de tal modo, que la resistenci& do y del dosarrollo del mismo EBtado, en el cual mu-
108 BujetoB, de los maltrstadoe, de los explotados, Ó ohas cosas, Ó lea muehee relaciones, nacen y ae
Be pierda en BUII múltiples engranajes 6 encuentre desarrollen por neceaarío &jUlto, por tAcita con.
UDa. oompeuaación en 1011 parciales, merced 8 mí- ~entimiento, por BIlCrida. ó tolerada violencia, por
seras ventajaa de 108 m1amol eprescree. El mllagrc- lotuftjvo expediente. El reino de lo deecenccíde
80 y admir&do arte poUtlco se resuelve por eato Otl en al BSoUdo de lo que no es querido A propósito, ó•
un enunciad.o butante 81mple: apliaa.r una. fue9 por elección ó deaígnío, sino que Be determina Y le
ó un sistema de fuel'Za8 & un oonjunto de resis- ha.ce por euceeíén de hibltoe , de eoatambrea de
tencias. acomodamientoB, ete., Be ha enaancb&do hal!ltante •
El primero y mAl ditlcil paso Be ha dado cuando en el campo de 1011 conooimiento. que forihan ob-
M logra resolver el Datado en. lAs condleíonee 10· jeto de la ciencia histórica., '1 la polltiea, que era
c1alee de donde Be origina. Pero Bltaa milma8 con- regla de axplicación, te ha convertido en cos8o &
dicionee eoci&les 118 han preoJl&do deepa.éa con la explicar.
teorla de las clases, cu,.. génee18 elIti en la mane- o' ,
ra de 11.1 varl.u ccrapceíclenee, dada l. dI. teíbu-
1\0 oUIrw!IIo LASBlOLA DJ:t. U"'l'J:RlALIIII_O mercaroo 111

Se ha hecho. PQeI, evidente por qué l&.Zoneala El ElIt&do, que SIl y debe ser potencia econémí-
historia le presentab& con exc1ueivo ropaje poU- ca, , fin de que para defender 6. las claaea directo.
tíeo.
Per o no por es to el Estado es una simp le ex-
.
RS tenga. medíos de repreaión, de gobierno , de
administraCIón y de guerrear, crea, directa ó indi-
c reencia, 6 un puro accesorio del cuerpo social ó rectamente, un conjunto de nQeV-08 y particulares
de la libre asociación, como ha parecido ¡\ muchos intereses, los cLl.&lell reaccionan nece!lariamente
utopistas y ultrallberal es a narquiza ntes. Si hasta eobre la sociedad. De modo que el Eetado, en el
a hora la sociedad ha ido á parar hacia el Estado, memento que surge y se mantiene como garante
es porque h a tenido necesidad de este complemcn - de Iaa antitesis sociales, que Son ccnsecueneta de
to de fuer za ~. de autor idad talos, por ser precisa- In díferenc íaclouea econémfcee, forma en torno
men te soc iedad do desigua les por efecto do las dl - 8UYO UD circulo de interesados díreetamente en eu
Jereneíucí ones económicas . El Estado, no cabo existencia.
duda qu e es un a cosa r eal, como sistema de Iue r - Da esto derivan dos conaecuencíaa. Como la
zas que mantienen el equilibrio, 6 lo imponen con eoeíedad no ea un todo homogéneo, antes bien, ea un
la. violcucín ~' con la r epres ión . Y para existir cuerpo de particularIzadu ertíeulealcnea, un mul-
como tal sistema de fuerza, ha tenido que conver- tirarme complejo de intereses antitétlcos, sucede.
tirse en un a pote ncia económica, qu e descanse veces que loo re gt dor ea del Eetado tiendan A &.is-
ósta en la r a zzia , e n la presa, en la. imposición de terse, yen tal alshuulenlo se oponen A toda la en-
g uerra , qu e consista en la directa pro piedad de-
ó tera. sociedad. Y después, en segundo lugar, sucede
maníal, ó se forme gradualmente, como en clm é- que órganos y funchmes Cl"6&d&8 al principio A
tod o moderno de la pública hacienda, qu e asume beneficio de todos, degeneran en abusos de cama.':
lna eímulades for mas constitucion ales de una pre- rUJa., de ccnventículoa y de camorra. Do aquí las
te nd ida a utota sación . Eneata pote ncia económica, aristocracias y las [erarquíaa nacidas del U!lO de
tan g ra nde en los Estados mode rn os, con siste el JOIf poderes políticos y de aqa.f las dloast(a.a cayas
fundamento de su capa cidad para obrar. De ósta formaciones, vistas A la. luz de la simple 'lórlca.
o •
deriv a que , por medio de una n ue va división de l parecen del todo irracionales.
tr a ba jo, en torno de las fun ciones del mismo Esta- Desde que existe historia segura el Ei!lbJ.do ha.
do, se varan for ma ndo órdenes espe ciales, ósea. crecido 6 dlsminufdo de poderes, pero no ha. des-
clases partlculurisímae, sin exclui r la de los par á- a.parecldo nunca; porque nunca. deaaparecieron en
.sitos. 1& sociedad de los dellllgualea por económica dile•
.üI'l'OIfIO L&BlUOL.A.
DJaL IlU.TIlRIALlllllO Bd'1"6RlOO 118

renctaeíén, las razone8 para mantener y defender por ejemplo, el ID3tado que es la. Idea, el Eetado
'con la tuerza. 6 1110 conquista Ó la eaclavítud, Ó 108 IrJ.8tJ que tiene BU explicación en la historia, el Ea-
mencpolíoe, Ó el predominio de una forma. de pro- tedo que el 1& plena actulloción de Ie, perllonaJidad,
ducción, mediante la Beliona del hombre acbre 108 y otrae tantas peperruchee aímílarea. El lMta.do ee
bombree. Por eatc üeepués el E8ta.do se ha conver- una real ordena.ción de tuerzB.B pa.ra gara.ntizar y
tido en la. ereue de una Iaceeaate guerra oivll perpetuar un método de convIvencia, cuyo Iunde-
contínua, aunque no aparezca con las tormas ea- mento 68 Ó una. tOrDIllo de producción ecoo;ómlca,
trepitoilli8 do 106 Mario '1 de los SilA, de las [or- ó un acuerdo y una. trllons&eclón entre d.1VBrlas Ier-
nadas de Junio y do la Secesión a.mericana. Dentro ma•. MM breve: el EBtado supone ó un 81.stema de
del Estado b" florecido eíempre la corrupción del propiedad Ó un acuerdo entre variclI &ist&m&ll de
hombre por medio del hombre, porque si n o hay propiedad.. ,En esto eatá el fundamento de su arte,
for ma de dominio que no encuentre reeíeteneíe, para ouyo ejercicio es necesario que el mIamo Ea-
tampoco hay resistencia que por las urgeutee ne- tado Be convierta en una potencia. económica y
eee ídadee do la vida n o pu eda degenerar en resig- tenga también loe med.lOEl y los modos de hacer
nado acomodamiento. puar 1& propiedad de unas m&DOB Aotras. Cuando,
Por talell rsacnee, 1&8 vícíaítndee históricas, vis" por efecto de UD;I. renovación aguda y violenta de
tas con 1& euperñctelídad de la monótona. narra- las tormaa de 1& producción, es necesario proveer
ción ordíneríe, perecen como la. repetición mlJY .. un impreviBto yextraordinario cambio de lugar
poco variad& de un mi8WO tipo, como una especie de laa relaciones de 1110, propieda.d (por ejemplo, abo-
de retornelo ó de configuración de calctdcacopío. I1clón de 1& manomuerta y del feudo, abolición de
No es de extra1ia.r que el conceptualista Herb&rt y los monopclfoe comercial8ll), entonces 1& vieja
el malioloso pesimista Sehopenhau er llegaran A la forma poUtic& ce iosu1lciente y 1& revolución ee
conclurión de que DO hay historia como A verda- hsee neoeelUia pan ere&r el Duevo 6rgano que
I
dero prceeeu, lo Dual en lengaajo vulgar viene A efcctñe la transformación económica.
deelr que 1110 liliItorla es una. canción fastid1OE1I1..
Reducida la hletoría poUtica. A 8U quíntaeaen- ,',
cíe, el Estllldo Be presenta. elara y totalmente pro-
eaíco, sin h uellas de teológica trunehumanacíén ní Ahora bien; haciendo abetrs.cción do 108 tíem-
de aquella metllot1s1ca transubstB.ncia.ción que tan pOI antiquisimos, desconocidos de nOBotros, toda la
en boga. 6BtuvO entre ctertoa filósofos alemanes: hi.torla le ha desenvuelto en los contacto. y en

los CODtrutas de v&rl&s tribus, comunidades, '1 l'8IIoltad06 de las tuerzas actaantea en 1& ' eccíeded,
dBlfpu6B de variu uaeioD6lIJ y de vanoll EBtad06, &1 acaba. 1101 fin' venelende lB. cenfllBl6n de la. lII61tiple
decir, las raZODOS de l,as anUtesis internas en el é incierta impr8llión empirioa, y en el lugar de la.
circulo de cada aceledad, se han ·ido siempre com- linea cronológica, del sincronismo y de la perspec-
plicando con las del exterior. Estatl dos razones de tiva, Iliria la serie concreta. de un proceso real.
contralto se condIcionan reclprocamonte, pero eu
modos siempre VILrl&d08. Á menudo es la neceeíded
interior lo que empuja' una comunidad ó un Es·
tado • enir&r en extern.aa colisionea¡ otras veces
.'.
BOO 68ta.1I ooli.sioneallL8 que &1ter&n Iee relacloDeJ Ante este género de reanatital conlllderaciones
interiores. ceea todas la.8 ideologías funda.wentaJes en la mi-
La causa motrbi precipua de las varias relecíc- si6n ética del Estado ó baBadall en eualquter otra
nes entre las divellullI comunldadee ruó desde los fraa!ll semejante. El Elta.do, por aai deetno, queda
erígenee, como 68 aún actualmente, el Clunarc1!J en en su lugar y como eaccadesdc en 108 ooatornotl
ella.to aentido de la palabra, 6 BeH. el clImbio r 86& de dnenir 100ial,· en cuanto fonna que ea efecto de
que Be trataBe de ceder, como en una b:lbll pobre, otn&a condiciones, y que • su vez, ya que emte,
el terreno exuberante A cambio de otraa co...., reacciona nllotllr&Imente eebee el reeto.
Bello que Be trate, como hoy, de 1& gra.n produ.cci6n y aquf apunta otra. eueetíén.
en ml:l8&, que Be ha 1orma.do con el exclusivo obje· ¿Se superarll. alguna vez esta forma.\' 6 8ea:
to de vender, para lacar del dinero el dinero au.. ¿puede haber una eccledad sín Eiltado? Ó bien:
mentado en tanto 6 cuanto. Esta enorme mua de ¿puede .emUr un. eocledad eíu elallM? l' 8i agrada
auceeoe exlmnoil é íntemce que Be acumulan y explte&r&a mejor: ¿podrá. elgun a. vea wstlr UDa
aobrepujan uno sobre otro en la ordinaria ceceo- forma de producci6n comunilta, con tal di visión
historia, turban tanto .. 101 hiBtoriadorel expDlito· de trabajo que no pueda dar lugar al desarrollo de
re! y compendi&dorea, que cMi f6 extravian un I•• desígua,1d.a.del, de 1&1 eu.a.lell se genera. el domi-
l.aa in6nit&8 tentativas de artlfic1&les agrupamien.. nio del hombre sobre el hombre?
toa cronológicos y perspectivos. El que por el con- En 1& re.puesta afirmativa i talea preguntas
trario Biga el desarrollo interno de 101 varios tipos CODBlllta la luma del .ocill'ilrno citJ_Uflco, en euanto
tlOCialee en cuanto A. BU CltruCtur. económica,' y otel eDuncia el advenlmieoto de la prcduccléu ce-
eenstdere 1&8 vic1altudee poUtleaa como parttcula.rea maniata, no como poatll1ado de critica Di DOmo
118

meta de una volantma. elección, sino como el re ...


eultadc del Inmanente prceeao de 1& hIstoria. de la inteligencia Berilio el único orden de la BO-
Como es ya Habido, la. premisa de tal provillión e íedad.
estA en 1&1 mJsmas ecndíelcnee de la presenw pro- Por este camino, el aoci&l1amo eíecuñeo, por lo
ducción oapitaJiIta.. :Éeta Bociallza de continuo el menol idealmente, ha superado al FAtado, y supe-
modo do prodnoIr, envuelve cada VOz mAs el tra- rAndolo 10 ha comprendido 4. fondo, tanto en IU
ba.jo vivo y reglamentado Alas condicione! objeti- modo de origen como en 1808 raacnee de S11 natural
vas de la técnica, conC9ntra cada di& m's la pro- ap&rición. Y lo ha entendido precisamente porque
piodad. do los medios de producción 6D manDe de no se le levanta en COntrI. en modo u.n.ilater&1 y
unOll POCOS, que como &ccionistaa y negooiadores .ubjetivo, como hicieron en otro. tiempos ctnícce,
de acciones 16 encuentran e&da TeZ mAs ac.sentes eetoiOOf y epíeúrece de toda c1Me, dBlpu68 lol!l
del trabajo inmediato cuya dirección pasa" l. in- sectarios religios08, ct)nobitas vision&dos '1 utopie ·
teUgen~a. Con el crecer de la conciencia de tal. taos de ecuventrculo, y por último 108 anarquista8
litua~fón en 108 proletarios, cuy&! Bll8eflanzaa de de toda clase y color. Mejor a.ÚD, en lugar de le-
la solidaridad. lUl'anc.a.n. de la. miBm.as condicIones v&ntane contra. el socialismo elentiflco, ha. proeu-
do BU regimentación, '1 con el decrecer de la capa- rada enseflar que el EJtado Be aubleva eontinua-
cidad. en ]09 dereutado1"e1 del capit&I plU'a ecnaer- mente contra. si mismo, creando en 108 med10lJ de
var la priv&da dirección del trabajo produotivo, se que no puede prescindir) por ejemplo, haeíenda
llegará" un punto en que, de Uno ó do otro modo ecloael, mUitarllJmo, lufragio univen&l, extensión
ecn 1& eJimlnliCf6n de todt. torma de rmla inler~ de la cuItura, eto., las ccndícícaea de tu propia
y 1Jm~ prifHldo, la produccl6n pasarA la aso-¡ ratna.. La eocíeded que lo ha producido lo reabeur-
ciación colectlv&, el dedr, Ileri eomuDÍlIta. De Bite beri, ó &6& que 811 eOIDO la lJOcied&d., en cuanto
modo celarAn toda. lae desiguald.des que no lean forma de prcducctén, elímínará lae antltesis de ca-
l.a& naturales do! sexo, de la edad, del tempera- pita! '1 trlLbajo, de Igual modo con la desap&rieión
mento y de la ea.pacida.d; es decir eotarAn todaa de loa proletario! y eeseudo 1M condicioDN que
1&1 deliguald&d.ea que se retleren;' las clase! 000- ha.cen posible el proletariado, deea.pareeert toda
n6IDic&l, ante. mAs bien son por 6Btae en~Ddra­ dependencia dI) hombre A hombre en eualquler foro
da., y deuparecidaa la. cIasee, de8aP&rec~" la ma. de jcruqufa.. •
poBiblltdad del btado Como dominio del hombre Los término. entre 108 cuales gira. la. géneslB y
80bre el hombre. El gobierno Ulcnf.o~ y peda.g6gf.co el desarrollo del Estado, desde 8U punto inicIal do
apariolón dentro de una determin&da comunidad,
118
ANTONIO LABRIOLA
DEL MATERIALIS~IO HISTÓRICO 119
en la que comenzó la diferenciación económica derechos bárbaros y en buena parte en oposición
h.a~ta est~ m.omento, en que su desaparición prin~ al derecho canónico, era evidentemente, en tal
cipia á dibujarse en las mentes, nos lo hacen de reflorecimiento suyo, una forma del pensamiento
aquí en adelante comprensible.
que más respondía á las necesidades de la burgue-
y por tal comprensibilidad, que lo reduce á ne- sía que comenzaba á desarrollarse.
cesario complemento de determinadas formas eco- De hecho, frente al particularismo de los dere-
n.ómicas, queda eliminada para siempre la presun- chos, que eran costumbres de pueblos bárbaros,
c~ón ~e considerarlo como factor autónomo de la
ó

hIstOrIa. ó privílegios
, 1:> de un cuerpo, ó concesiones papales é

imperiales, aquel derecho aparecía como la univer-


salidad de la razón escrita, ¿Acaso no babia llega-
do á considerar la personalidad humana en sus más
De aquí en adelante es relativamente fácil dar- abstractas y generales relaciones, en cuanto un
se cuenta de cómo el derecho se ha elevado á Iac- Fulano cualquiera es capaz de obligarse y de obli-
t~r de.cisivo de la sociedad, y después de la histo- gar, de vender y de comprar, de ceder, dar, etcé-
ria, directa Ó indirectamente.
tera? El derecho romano, como elaborado en sn
Ante todo, bueno es recordar por qué caminos última redacción por la autoridad de emperador de
se ha formado aquella concepción filosófica del juristas serviles, aparecía, pues, cuando declina-
derecho generalizado,' en la cual radica principal- ban las instituciones medioevales, como una fuerza
mente la consideración de la historia como domi- revolucionaria, y como tal un gran progreso. Este
nada por el progreso legislativo, por si presente. derecho tan universal, que daba los medios para
conmover y derribar los derechos bárbaros, era
ciertamente un derecho que respondía mejor á la
naturaleza humana mirada en sus relaciones gené-
Con la precoz disolución de la sociedad feudal ricas, y en su oposición á los derechos particu-
en algunos puntos de la Italia central y septentrio- lares y de privilegio aparecía como un derecho
nal y con el nacimiento de las comunas que fue- natural.
ron rep~blicas de productores cooperati~os y de Por lo demás, es sabido cómo nació la ideología
corporacIOnes de mercaderes, volvió á estar en del derecho natural. Su máximo florecimiento lo
au?"e el. derecho romano. Refloreció éste en las alcanzó en los siglos XVII y XVIII, pero estuvo
ulllversldades, y como renacía en oposición á 10B largamente preparado por la jurisprudencia, que
120 ANTONIO LABRIOLA DEL MATERIALISMO mSTÓRlOO 121

tenja en su fundamento el derecho romano adop- ha servido de arma de critica y de instrumento


tado, arreglado 6 comentado. para dar forma jurídica al orden económico de la
En la formación de la Ideolog ía del derecho na- sociedad moderna.
tural concurrió otro elemento, ó sea la filosofía Sin embargo, en el hecho, esta ideologia jurí-
griega de las épocas posteriores. Los griegos, que dica refleja, en la lucha por el derecho y contra el
fueron los inventores de aquellas deternlinadas derecho el período revolucionario de la inteligen-
artes del pensamiento llamadas ciencias, no saca- cia burguesa, Y por más que primero los impulsos
ron nunca, como es sabido, de sus múltiples .leyes doctrinarios son el retorno á la tradición filosófica
locales, una disciplina que corresponda á esto que antigua y la generalización de la jurispruden- .
nosotl:os Ilumamos jurisprudencia. En cambio, por cía romana, en todo el resto y en todo su genuino
el rápido progreso de la ciencin abstracta en el desarrollo es completamente nueva Y moderna. El
ámbito de las democracias, llegaron á las más atre- derecho romano, por mucho que 10 hayan genera-
vidas contiendas lógicas, retóricas y pedag'ógicas lizado la escuela y la elaboración moderna, conti-
sobre la na turaleza del derecho, del Estado, de las núa siendo siempre en sí mismo una recolección
leyes y ~e I ~ pena, y por esto se enc uentran luego de casos no deducidos de preconcepciones de siste-
en su ñlosoñn las fuerzas rudimentarias de todas ma ni preordenados por la mente sistemática de
las disc usiones posteriores. POl'O solamente má s un iegislador. y por otr-a parte, el racionalismo de
tarde, es decir, en los tiempos del helenismo, cuan- los estoícoay de sus contemporáneos y secuaces
do los confines de la vida griega se habían ensan- fué de mera contemplación y no produjo en torno
chado tanto que se confundian con los del mund o suyo un movimiento revolucionario. L~ ideología
civil, nació en el ámbito de aquel cosmopolitislUo del derecho de naturaleza, que al final di6sele el
que llevaba consigo la necesidad de buscar el hom- nombre de filosofía del derecho, fué en cambio
bro en cada hombre, el racionalismo del derecho
ó el derecho natural, en la [arma que lo impr im ió
.
sistemática , partió siempre de enunciados genera-
les, y tué, además, batallona y pasajera, antes
la filosofía estoica. Este racionalismo O'l'ie(ro que más bien en lucha con la ortodoxia, con la intole-
bí . b b'
ya 1la la ofrecido algún elemento formal tÍ la codi- rancia con el privilegio, con los cuerpos; comba-
ficación logica del derecho romano resureíó en el tió, en'suma, por las libertades que ahora consti-
siglo XVII en la doctrlna que Iué 'precis:mente el tuyen los fundamentos de la. sociedad moderna.
derecho natural. En el ámbito de esta ideología, que era un mé-
De varias fuentes, pues, deriv6la ideologia que todo de combate, germinó por primera vez, en
'20 DeL IUTEaI.\.LlIXO BIlTÓR1CO lOS

torma tlpica. y decieiya., el pensamiento de qee poUtJ.eas y A1& ecceteneíe, todos 101 lfmIte& Ytodos
hay un derecho que torm a. una. BOla COila. con 1& 10B imped.t~entoB que moleBtAn lla libre ccmpe-
7&zón..Los derechos contra loa euelee Be combati&. teneía. En el a.nterior capítulo ya he . dicho cómo
pareeian como una. desviación, como un regreso, . 16 hizo la experíencía con la. gran Revolución fran-
como un error. eMa. Y Iri. ahora hay quien Be abstiene en hablar de
De esta te en el derecho racional n&e1a' la un derecha racional que domine la. hlatoria, de un
creencia ciega en la tu erza del legialador l ' que derecho, en SUlDa., que eería un (deJO,. antes que
aparece tan enroaeada en In forma8 del faDatil- un almple Aec1w de la. evolución hiet.óriM, querrá
mo en 108 momentos agudoll de lii. Revolución [no.. decIr que el tal vive fue~ de nuestro tiempo, y no
ceee. ha comprendido eómo la OOtUncae16n liberal e
De aquila pereuaaíén de qUB toda la sociedad igualitaria. hn. senalado ya en "fu de hecho el fin
debe eatar como investida de un Bolo derecho, y término de toda eBta escuela del derecho na-
igual para. todos, sistemático, lógico, ccneecuente, tura.1. I
De aquí la. convicción de que un derecho que ga·
rantíee é. todos la igualdad juridica, que C8 1&
*• Ifl

facultad de contratar, garantiza también A todoe Por díveraoe caminos Be he llegado en este aí-
la l1bertad. iY abajo todo el reato! ¡Con el triunfo glo Areducir el derecho, de cosa. racíoual A cosa.
del verdadero derecho triunfa la. razón, y la eccíe- de hecho. y por esto en cosa correspondiente A
dad reglamentada por el derecho igual para todo. determinadas condiciones eoctalea .
el una aoeledad perfeeta! . Ante todo, el interés histórlco, eOB&nehAnd08e
. In6.til reseñar 1118 llusloue& qUD eaíabeu en el y profUDcfu.A.nd0ge, ha. llevado 1u mentea & recono-
fondo de tales tendenciaa . Sabemos ya adónde te- cer que para. comprender los orlgones del derecho,
nía que ir á perar esta liberación. universal del no bastaba ni comenzar por la rea érí ni pararse en
·hombre. Pero lo que aquí mAs nOB importa ea que el examen del derecho romano , Los dere choa bárba-
tales pereueeíenea partfan de un concepto del de- ros y loa OBoe y costumbree de loa pueblos y de las
recho por el cual CIte último quedaba como eepa- IIOciedades, tan despreciados por 10B racionaJiBtaB,
rado de las ceueae sociales que lo producen. De vuelven' estar en auge, digo, te6rlc.amente. Era
modo que la reeóu, tras 1& cual se parapetaban el eníee modo de obtener del eetudíc dalas formal
eatollo Ideélcgoe, le reducía A quitAr al trabajo, a mAs antigtlu, III guia para comprender c6mo se
1& asociación, al trAfico, al comercio, A las forma& produjeron laa més recientes.
DEL lUTDULlAllO ml'l'ÓlUOO ".
124
les puede boniftcAnele BU intención, en cuanto rue-
El derecho romane, codificado, es tma forma ron preCDrtlOre8 ideales de ~ ~an Be.vo1uci6n • •
bastante moderna; la peraonalídad que aquél aupo- i1& idoo1ogl& necesitaba sustituir la hiltoria de
no, como sujeto unlvcl'8ai, el una elaboración de 1a8instituciones jurídicas. La filoBOfia. del derecho
108 tiempos a.vanzad06, en loa oualOi, eobre el coa- murió con Hegel, y si hay quien quiera objetar en
mopolítismo de la8 relaeiouee eocíalee, domíneba nombre de losllbros pubUcadOl después, ~iré que el
una conltituci6n burocrAtieo-mi11ta.l. En aquel Y1?P1O de loa profesores uo es propIamente y
papellm~- . tu 1.&
mundo que habla realizado la razón escrita, DO 1l1empre indicio del progreso del penallomum •
hAbla ya ni huellal da eepoutenelded de vida po- :6losofia. del derecho se convierte de este modo en
pular ni demecraeía. A.quel mismo derecho, a.ntoa un tratado Blosófico de la h1etoria del derecho . y
• de llegar t\ eemejeete críetetísectón, babir. nacido no es necesario repetir otra vez de qué modo la
y Be habia desarrollado, y mirado en sUB orIgenes tUoeofiahistórica va "parar al materialismo eCO-
y en BUS desarrollos, sobre todo 8i en semeJ&nte ee- D6mioo, Y en qué eentído el comunlamo critico eB
tudio en.tra 1& comparación, nos parece en varios liL inveni6n de Hegel.
puntal ann COll las insti tuciones de la. 8Ocied&d Y
do 10& pueblos c rctdos inferiores . B.e8ultab&, puee,
claro que la verdadera ciencia del derecho no pe-
•••
díe, 8,er alno la histori a gen er al del mismo derecho. Esta :revolución, que parece únicamente de
Ahora bien; mientr&& 01 continente OUlVpeO ha- ideal, no ee mis que el reflejo intelect.ual de las
bla. creado con la. codificación del dereebc civil el revolucionelJ BDcedidu en la. vida prActica.
tipo y el te:xto de la raZÓn pr.6.cUca burgaeea, ¿no En lluBatro eig10, e11egiBlu Be ha. o.onvartido
permanecía ecaac en Inglaterra. otra rorma auto- en UD80 enfermedad, Y la razón imperante en la
genésle& de derecho, nacida y desarrollada de ideología jurídica ha. quedado destronada ~r 1011
modo por complete prA.etico de 1a.s mismaa condl- parlamento e. En ésto., las anttt6BiB de 10B Intere-
ciones de 1& sociedad. que lo ha producido, sin BiB· ses de clase hAn uumldo 1& forma de pa.rti.dos, "J
tema, y sin que la e.ec16n del racloualíamo metédl- lDII partldol Be dilponen en pro y en contra de de-
ec hubiese tenido influencia.? terminadol derechos J de donde todo el derecho
El derecho que verdaderamente oxiste y tiene spereee 6 como UD limpIe h~o 6 eom.o 001& que
valor ea, pues, con bastante mAs simple 'Y modDllta es ñtU 6 inutil hacer. da
de lo que parece" 108 entusiastas deeantadcree de El proletariAdo 18 ha leva.ntado, "J en to l ·
la raz6n escrita, de la razón imperante, & los eua-
- - --- - - - - -- -- - - - - - - - - - - -

126 ANTONIO L.-\BRIOLA DEL MATERIALJSM9 HISTÓRICO 127

partes donde seha precisado la lucha obrera, los á la reducción á la economía, no hay más que
• códigos burgueses han quedado aturdidos y descon- un paso.
certados. La razón escrlta se ha mostrado impo- Si la concepción materialística ha venido últi-
tente para salvar los sala{'ios de las oscilaciones' mamente á sellar estas tendencias con una vista
del mercado, para garantizar mujeres y niños de explícita y sistemática, es porque su orientación
los horarios vejatorios de las fábricas, y para en- ha estado determinada por el ángulo visual del
contrar uno solo de sus agudos expedientes que re- proletariado. Éste es el producto necesario y al
suelva el problema de la desocupación. Solamente mismo tiempo la condición indispensable de una
la limitación parcial de las horas de trabajo ha sociedad en la que todas las personas en abstracto
dado materia y ocasión para una lucha gigante. son iguales en derecho, pero las condiciones mate-
Pequeños y grandes burgueses, agrarios é indus- riales del desarrollo y de la libertad de los indivi-
triales, abogados de los -pobr es y defensores de la duos son desiguales. Los proletarios son las fuerzas
riqueza acumulada, monárquicos y demócratas, por cuyo ejercicio los medios de producciónacu-
socialistas y reaccionarios, se han afanado para muladas se reproducen y se rehacen en nuevas ri-
atraer la acción de 103 poderes públicos y explotar quezas; pero estos mismos proletarios no viven
las contingencias de la política y la intriga parla- sino regimentándose en torno del capital, y de un
mentaria para hallar garantías y defensas á deter- día á otro pasan á la condición de desocupados, de
minados intereses en la interpretación de un dere- pobres y de emigrantee. Son el ejército del trabajo,
cho existente ó en la creación de un derecho. pero los patronos son sus jefes. Son la negación
Buena parte de éste se rehizo varias veces, y se de lo justo en el reino del derecho, sea son lo
ó

vieron las oscilaciones más extrañas, desde el hu- irracional dentro del pretendido dominio de la
manitarismo que defiende también á los pobres y razón.
hasta á los animales, á la proclamación de las le- Por consiguiente, la historia no fué el proceso
yes de Estado. Se quitó la careta al derecho y que- para llegar al imperio de la razón en el derecho;
dó profanado. . no fué otra cosa, hasta el presente, que la serie de
y hete que entra en liza el sentimiento de la los cambios en las. formas de la sujeción y de la
experiencia, y que de ésta deriva una enuncia- servidumbre. Por lo tanto, toda la historia consiste
ción tan precisa como modesta: todo derecho fué en la lucha de los intereses, y el derecho no es más
y es la defensa IÓ consuetudinaria, ó autoritaria, que la expresión autoritaria de aquellos intereses
ó judiciaria, de un determinado interés; y de aquí que han triunfado. Con tales enunciaciones no se
128 ANT ONIO LA BRI OLA

ll ega ciertamen te á ex plicar t odo particular dere-


ch o q.ue hay a ap arecid o en la histori a por m edio
de la mmediata visió n de l r esp ectivo inte 'é L
ca hi tó . 1 s. as
. sas is rr cas so n bas tan te complic ad as' pe
esta s en unciaciones g ener a les bastan pa<' . ' d" r o
1 ". l a III ic ar IX
e e~tll? y el m~todo d~ la in v estigación q ue se ha
su stItmdo á la íd eologl a jur ídi ca,

No v en drá n mal al gunas fór m ulas de r esum en.


D a das las con di cione s de desarroll o del tr a b a jo
y de s us a pro piados congruos in strumentos, la es-
tructura eco nó mica de la so ci ed a d, ó sea la forma
de la producción de los m edios inmediatos de la
vida, determina sobre un terr eno artifi cial, en pri-
me}' l~l gct1 ' y di rectamente, toda la r est ante activi-
dad prá ctica de los coasocia dos y el var ia r de tal
activi dad en el pro ceso que ll am am os hi st oria .; es
de cir, la fo rmación , la s lu ch as y la er osión de las
clases, el desar ro llo correspon di en te de la s r ela-
ci on es r eg ul a tiv as, tan to d el derecho como de la
mor al, y la s r a zon es y los m odos de s ubo rd ina ció n
y de s ujeció n de los hombres á los ho mbres, con
el cor r es pon die n te e jercic io del do min io y de la
au torida d; en s uma, lo que por ú lti mo se or ig in a y
cons is te en el Es ta do; y determi na en sequaulo l'U ga1'
la dire c ci ón , y en bu ena par te é ind ir ectamente los
objetos de la fantasia y del pe nsamiento e n la pro-
du c ci ón de l arte , de la r eligió n y de la cie ncia ,
Los productos de primer o y de segúndo g/'ado,
9
180 ANTOKIO L ABRlOLA DEL ~¡ATf!]RIALIS~[Q m ST Ó¡UCO 131
p or l os in te reses qu e crean ) 0 1' ~ ,
gendran, por l a s person'ts , 1 los h,á bl tOS q ue e n - y en fin de cu entas, tales r elaciones en tr e la
e q ue co ordIn a n ~ ' fi productividad de l trabajo y la co ordinación de los
cando su án imo é í 1" t: ,e~pec l -
n c lll a C10lles ti e d . coope ra ntes se a lter a n con el cambiar de los ins-
Y á a islars" y de ' L() u l ' n en á .fi jarse
. J, V
o
e ' 1 1 nace a visió n el' o o
trumentos (en el la to se n tido de l a p al abra) nece-
gou 11 la cual di ver sos.'; f ac . t
or es inde > Ií 11pirica se -
'
e ficu cia propí a \T COll ' , , p en e l en tes , co n sarios para la p ro ducció n . E l pro ceso y e l progreso
oJ PlOPlO ritm o d " de la t écnica, a s í co mo son el indice , son la condi-
conc urrid"u ll d1. f ar mar el e. m OVl nll en to '
r esp ecu vas c onfímn-, Cl' O lI O>SPro ~efl; o lu stól'Íco y las ci ón de tod o otr o pro ceso y progreso.
o <. '" SOCIa es ql ' La soci edad es para n osotros un dato que no
m ente r eSl11t,
nll . F (L" e t or es-si lo'
v<.
le Suceslva -
p ien r so es ta pa labrn d a gun a v ez deb e em - po demo s r esolv er sil1o co n aque l a nális is qu e r educe
. ' <.-V8r aderos v ' ' las for mas complejas á las m ás si mples, las mo-
ti ITOS el e l a h istoria -1 el oJ pi OplOS y pos i-

e omun ismo 1)ri 1n itivol t


, '- es e la eleS[ll)[1, " ' .
e <l< l1ClOn del dernas a las más anti guas, lo cual eq ui vale, sin
c!ases sociates , ' en cual~~: ~oab~ra, fu eron, y Son las embargo , a perm a necer sie mp re en e l h echo de
cr on es ele i ntercses nSl~ ten en dIferencia- u na soc iedad q ue ex iste . La hi storia n o es más que
ue
dos modos y [ orm fl'~ qel se e,X~)~ lCan on determina- la hi storia de la socie da d, sea la hi st oria de la
ó

o' , 1 , ' , , ( ~ e OPOSlcl on (de los va,riación de la cooperación humana, desde la


b el ~ U a e! movllni en to 01 . qu e se en ·
L _ ," ,plO ceso yel pro o'1' e80) horda primitiva hasta el E stado moderno, desde la
• •
a s , aua c10nes ele 1ea ínf e1'1.01' estr to ·
lucha inmediata contra la Naturaleza, con pocos y
110 .u íca) ele la s oc i erl. 1 , nc .ur a (eco-
m ,w ifies tml intuiti v ,¡a (I C)11qt e á Plnmer~t vi sta se n os elc me n talís imos instrumentos, hasta la es tr uc tur a
1lC
e 11 en a a O'l t · o. d eco nóm ica p r ese nte, qu e c ul mina en la pola rida d
p asioncs , se (1"S"I'I'o11 a l1 co n ca b
' ." C1On e las
v u
l uch a s contr a un (le ' 1 . n OCll11lCnto en la s en tre tr a ba jo acumulad o (c a pita l) y tra bajo vivo
1 cc la o po r el d (los prole tari os). R esolver el comple jo socia l en
confir nwn en la S" Cl1 1' 1 ere cho, y se
" ( re a y en l a 1" 1 simples in di vidu os y r ec ompou erld después con
t crm inado or den lítí , mn a ( e un de -
p011 !Co, tienen e . lO excogitados a ctos el e elecci ón y ele v olunta d ; cons-
ad ccua ela eXl)r esio' ll s 1 J n 1 ea ídad, s u
" o am en te en 1 Jt o truir, en s uma , la so ci eda d co n los r a ciocinios,
l a s r elacione s exíst t a a eramó n de
., en es entre 1 dí siguí fíca desconocer la natural ez a obj eti va y la
s 8c iales , y es tas r ol ' as 1 ye rs as clases
ción de l a s r ela ci a ci on ss cam bia n Con la a lter a- inmanen ci a del proc eso hi stórico,
v~e.n, entre la P~'Od~ll~~~~id~~ r~~~el~n~el11ente pr o- L as r e volu cion es , en el se n tido más ex te n dido
de la pala bra, y despué s en el sen tid o es pe cifico
dí ci ones (j nri eli co-p l ' t' e la a jo y la s con -
o 1 í cas) de c oa -d' ió de ruina de un or de n polí tico, señala n las verda-
1os coope r a n tes en 1 _ el ' 1 lll a cl n en tre
o
a p10 UCClOU. deras y propi a s te ch as de las époc as históricas.
182
ANTONIO LABRIOLA

l\firadas
. de lejos , en sus el ementos en
racíonss y en sus efectos á Iarz sus prepa-
a
parecer como los moment d b fecha, pueden
tan te, minimos de " ~s e una evolución cans-
en si mismas son caVtaálltaClfones; pero consideradas
. , s ro es definid '
y unlCamente como tal as y precIsas,
ter de Suceso histór' es catástrofes tienen carác- x
ICO.

¿Por último, pues, la moral, el arte, la religión


y la ciencia serían productos de las condiciones
económicas, más bien exponentes de las catego-
rías de estas mismas condiciones, ó bien eflujos,
adornos, irradiaciones y espejismos de materiales
intereses.
Enunciados de este género, ó aproximadamen-
te, y tan crudos y mulos) corren bace tiempo en
boca de muchos y son de cómodo auxilio á los ad-
versarios del materialismo, que los emplean cual
pudieran un espantajo, Los perezosos, que son mu-
chísimos hasta entre los intelectuales, se reconci-
lian voluntariamente con la grosera aceptación de
tales pronunciados, como quien se retira con la
mente á un nuevo asilo de la iqnorancia, i Qué
bella fiesta y cuánta alegría para todos los indo-
lentes, es decir, tener compendiado' en poquisimas
proposiciones todo lo escible para después abrir
todos los decretos de la vida con una sola y única
llave! ¡Todos los problemas de la ética, de la esté-
tica, de la filologia, de la crítica histórica y de la
134
ANTONIO LABUIOLA
DEL ~[ATERIALIS)IO HISTÓRICO 135
filosofía reducidos á un solo
cleros de cabeza' y p t problema, sin quebra- no es vida. T es ciencia [ormal, como la lógica, la
l'~
amados
. al' es e camino t d
simplazos p d , o os los des- geomet ria y la, g ramática . El últi mo agudo descu -
A o rian reducir tod 1 . bridor y definidor de tales r ela ciones ét icas, Her-
u una aritmética ' a a hIstoria
. comerCIal y por 'lt· bart, sabia muy bien qu e las ideas, ó sea los puntos
nu ev a in terpretación autón ~ u ll110, una
darnos la Divina r» d ' , tICa de Dante podría de vista for males del jui cio moral, son por si in,llJO-
come za llust, d
de las piezas de pafio la a con la cuenta teni es. y por esto r epuso en las circunstau clnlíd a-
florentinos vendían ca qute los astutos mercaderes des de la vida y en la for mac ión. pedagógi ca del
L n anta beneficio carácter la r ealidad de la ética , cual pud iera ha-
a verdad es que 1 ' '
problemas se convi ert os enuncIados que implican cerl o un Owen.
vulgares parad' . en bastante fácilmente en Hablar é, en cambio, de aquella mor al que exis-
< ajas en la cab· d
están :a costumbr ad á . eza e los que no te pros ai cam ente, y de modo empí rico y obvio, en
pensar Con el uso mO~ód,vcllcer las dificultades del las íncl ínnclones, en los usos, en las costurn bres,
dos. De los preciso: téICP. de los medios apropia- en los consej os, en los juicios y en los cá lculos de
hablaré aquí en O' rnunos de tales problemas Jos hombres de todos los tiem pos. Dé aqu ~lla moral
, beneral pero d d
tleO, porque , á d ' verdad
ecir ' e mo o casi aforís- que como sugestión, corno empuje y como rémor a,
el fondo del un' , no pretendo desc1'ibir se íor ma en var ios grados de des arrollo, y con ma-
tverso en este br 1
ha de ser una enciclo'Ped' re , e ensayo, que no yor ó menor evide ncia , pero en Iragm entos, en
za.
todos los hombres, por el hecho mismo de que con-
viviendo y ocupando cada uno una posición deter-
*** . minada en el árnbito de la convivencia" r eflexionan
La moral ante todo, natural y ne cesariamente sobre las obras pro pias
.N.0 me refiero á los sistemas y . 1 " . y sobre las aj enas y conci ben es peras y apreci a-
relIgIOSOS ó filosófi V a os catecismos ciones y priní íaimos elem ento s de m áxi ma s ge ne-
COSo nos y ozr . 7
están por encima d 1 los estuvIeron v rales,
e curso ordí . ol
las cosas humanas e 1 mano y profano de Esto es el [actum, y lo que más imp or ta es que
como las utopías e~tlÍ~ ao~a~1o.r parte de los casos, este [aciwm se nos presenta vario y múltiple en las
tampoco á aquellos an~' . encírna de las cosas. Ni di versas condiciones de la vida , y varia ble á tra-
ciones éticas que tanto lS~S forma.les de las rela- vés de la 'historia . Este [acttun es el dato de la in -
desde los sofistas hast H an vemdo refinándose vestígactón. Los hechos no son verdaderos ni falsos,
. a erbart. Esto es ciencia y como ya sab íalo Aristóteles. Los sistemas , en cam-
136
ANTONIO LABRIOLA
DEL MATERIALISMO IlISTÓRICO 137
bio, sean teológicos ó racionalisticos, pueden ser
verdaderos ó falsos, como aquellos que argumen- semejante género de excogitacíones pertenece la
tan comprender, explicar y completar el hecho llamada conciencia morai, que Iué el~vada. á .pre-
reconduciéndolo integTándolo con otro.
ó ' suposición de las condicionadas valuaclOI~es éticas.
Algunos puntos de teoría perjudicial sitúanse La conciencia moral que realmente existe es un
ahora en sólido por respeto á la interpretación de hecho empírico; es un indice, ósea un r~s~men
este factum . ' de la relativa formación ética de cada indIvIdu~.
El querer no quiere él mismo, por si mismo Si aquí ha de haber ciencia, ésta .no puede ex:ph-
como parecióles á los inventores de aquel lib1'~ .cal' las relaciones éticas por medio de la concien-
albedrío que revelaba la impotencia de un 'a nálisis cia, pero debe comprender cómo se va formando
psicológico no maduro toda vía. Las voliciones en tal conciencia.
,
cua~to hecho con conocimiento, son expresiones Si los q uereres derivan y si la moral resul.ta de
partIculares del mecanismo psíquico Son result edo las condiciones de la vida, la ética, en su conjunto,
• ' i : t ,
prunero, de las necesidades, y después de todo 10 no es más que una formación, sea que su proble-
ó

que las precede hasta la elementalísima motilidad ma se resuelve en el de la pedagogía.


orgánica. Hay una pedagogía, que yo llamaré individua-
La moral 110 se engendra á si misma. No está lista y subjetiva) la cual, supuestas las condiciones
en el fundamento universal de las varias y varia- genéricas de la perfectibilidad humana', construye
bles :elacion~s é~icas aquel ente espiritual que se reo-las abstractas, por medio de las cuales los hom-
llamo la conczencla m01'al) una y única para todos br~s'que está n en vías de formación se.veria~I con-
los hombres. Este ente abstracto fué eliminado ducidos á ser fuertes, valerosos, verídlcos, Justos,
por la: crítica, corno todos los demás enies sími- benévolos, y así por toda la extensión de las virtudes
les, Ó s~a Como todas las llamadas facultades del cardinales y secundarias, ¿Pero puede esta peda-
alma. A la verdad, explicación de los hechos era gogia su bjetiva construir por si misma el terreno
aquella q ue supouía la generalización del mismo social sobre el cual deberían realizarse todas estas
l1echo como medio para explicarlo cuando por bellas cosas? Si lo construye) dibuja simplemente
. 1 "
e~emp o, se raciocinaba de este modo: las sensa- una utopia.
Clones, las percepciones, las intuiciones se encuen- Porque á decir verdad, el género humano, en
tran á cierto punto fantaseadas, ósea alteradas' el rígido curso de su formarse, no tuvo nunca
por consiguiente, la fantasía las ha trasmudado. ¡ tiempo y modo para ir á la escuela de Platón de
Owen , de Pestalozzi ó
ó

de Herbart. Ha hecho más


138
ANTONIO LAllHIOLA
DEL MA'l'ERIAC.IS.IO HISTÓRICO 139
bien lo que ha sido forzoso 'que hiciera, Los hom-
bres, que tomados en abstracto Son todos educa- duetos á buen precio, debería sacar ,las condicio-
bles y perfectibles, se han perfeccionado y educado nes de serenidad y de elevación espirltual que con-
aquel poco, y ú medida que han podido, dadas las ferían al ateniense las dotes del hombre bello !( bue-
condiciones de vida en que necesariamente tuvie- , o y al ciois 1'omanU8 la dignidad dol heroísmo?
I! . . , t'
ron que desarrollarse, Aqui está precisamente el ¿Q.ué potencia de dóciles persuasiones cns lanas
caso en que la palabra ambiente no es una metá- arrancará del ánimo de los prolet.arios ll1?dernos
fora y en que el empleo del término adaptación no las razones naturales del odio contra los .m deter -
es traslaticio. La moral efectiva se nos presenta nínados ó determinados opresores suyos? Po~que
siempre como algo condicionnclo y limitado que 111 ~~ querer que baya y se baga justicia, lleces1t~~
fantasía ha intentado después superar, ó excogi- acudir á la violencia, y para qu e el amor .al prójí-
tanda las utopias, ó creando un pedagogo sobrena- mo como ley universal, les parezca plausí ble, de-
tural, ó una milagrosa re'dención, ben imaginar una vida bastante diferente de la
¿Por qué el esclavo habría debido tenor los en- presente, que del odio hace una necesidad, cO,mo
tendimientos, las pasÍ0nes y los sentimientos de su a deuda á saldar, En esta sociedad de las díf'e-
un , . 1
temido señor> ¿Cómo arreglárselas el campesino . renciaciones, el odio, el orgullo, la 11lpOCreSI~, a
para Iibertar~e de las invencibles supersticiones á mentira, la vilezn, la injusticia ~T todo e! catecísmo
que le condenaban la inmediata dependencia de la de los vicios cardinaJesy sus accesortoa, forman
N aturaleza, la mediata dependencia del ignorado triste parangón, mejor dicho) sátira, con la moral
mecanismo social y la fe ciega en el sacerdote, igual para todos. .
que hace de mago y de brujo? ¿Por qué caminos el Por consígutente, la ética se resuelvo á, ~lerto
proletario moderno de las grandes ciudades indus- punto en el estudio histórico de las condiciones
triales, expuesto como está de continuo á las Va- subjetivas y obj etivas de cómo se desarrolla la mo-
riables vicisitudes de la miseria y de la sujeción, ral Ó encuentra impedimento para desarroll~rse.
podria alcanzar el ordenado y monótono tenor de En esto tan sólo, sea dentro de estos térml~os,
ó

vida que fué propio de los miembros de las corpo- tiene valor el enunciado de que la moral es rela~l~a
raciones artesanas, cuya existencia parecía como á. las situaciones sociales, ó sea, en último a?lálzs~s,
encuadrada en providencial designio? ¿Dé qué ele. á las condiciones económicas. Solamente ¿\ algún
mentas intuitivos de experiencia el mercader de cretino puede haberle pasado por la ~abeza que la
cerdos de Chicago, que reg'ala á Europa tantos pro- moral individua de cada hombre es rlgurosam~nte
proporcional á su individua situación eeonómíca.
DEL MATERIALISMO lliSTÓRICO 141
14.0 ANTONIO LABUIOLA
En otros términos: el hombre desa1'1'olla, ósea
Esto no es tan sólo empíricamente falso, sino in- se produce, no como ente genéricamente provisto
trins~camente írracional. Dada la elasticidad del de ciertos atributos que se repiten se desarrollan
ó

mecanismo psíquíco, no es nunca posible reducir el según un ritmo racional, sino que se produce y des-
desarrollo de los particulares individuos exclusiva- arrolla á sí mismo como causa y efecto, como autor
mente al tipo de la clase del estado social. Aquí
ó
y consecuencia á un tiempo de determinadas con.
se trata de fenómenos de masa, de aquellos fenó- diciones, en las cuales se engendran también de-
menos que forman deberían formar el objeto de
ó
erminadas corrientes de ideas, de opiniones, de
la estadística moral: disciplina que hasta el presen- creencias, de fantasías, de esperanzas, de máxi-
te ha quedado incompleta, porque ha tomado por mas. De aquí nacen las ídeologías de toda clases
objeto de sus combinaciones los grupos que ella como también las generalizaciones de la moral en
misma crea, sumando el número de los casos (por catecismos, en cánones y sistemas. No es, pues, ex-
ejemplo, adulterios, hurtos, homicidios), y no aque- traño si estas ideologías, una vez nacídas, que se
llos grupos que como clases, concliciones y situa- cultiven luego aparte en fuerza de abstracción,
ciones existen realmente, sea socialmente.
ó
tanto que al fin parecen como destacadas del terre-
Recomendar la moral á los hombres suponiendo no de vida de que han salido "jT como si estuviesen
ó ignorando sus condiciones, fué hasta el presente por encima de los hombres, á guisa de imperativos
la mira y el género de argumentación de todos los y de modelos. Sacerdotes y adoctrinados de toda
catequistas. Reconocer que estas condiciones son clase trabajaron durante siglos en este trabajo de
dadas por el circunstanciado ambiente social, he abstracción y para mantener las ilusiones que de
aquí lo que los comunistas oponen á la utopía y á él resultan. Ahora que se descubrieron las fuentes
la hipocresia de los predicadores ele moral. Y en positivas de todas las ideologías en el mecanismo-
cuanto ven en la moral, no un privilegio de pre- de la misma vida, se trata de explicar realística-
destinados ni un don de la Naturaleza, sino una mente su modo de engendrarse. Y así como esto es
resultante de la experiencia y de la educación, re- válido en todas las ideologías, también es aplica-
conocen la perfectibilidad humana por razones y ble á aquellas que consisten en proyectar fuera de
argumentos que son más morales ideales de aque-
é
sus términos naturales y directos las valuaciones
llos que sin meditarlos alegan los ideólogos. éticas para convertirlas en anticipos de divinos
mandatos en presuposíciones de universales su-
ó

**: : gestiones 'de la conciencia.


142 ANTONIO LABRIOLA DEL )[AT¡';B.IALIS}lO mSTóRICO 143

Esto constituye el objeto de especiales proble- dio en los manuales y en las enciclopedias, parecía
mas históricos. No siempre se encuentra el hilo que bastaba descubrir cronológicamente la apari-
que liza ciertas id eaciones éticas á determinadas ción de los particulares enunciados, resol viendo el
o , .
condiciones prácticas. A menudo nos resulta impe- conjunto del resumen sistemático en los elementos
netrable la concreta psicología social de los tiem- de qu e éste se ha ido componiendo sucesivamente.
pos pasados. Á menudo, las cosas más triviales re- La presuposición general era igualmente simple:
sultan ininteligibles, por ej emplo, los animales que e n el fondo de esta cronología esta la razón que
se consideraron inmundos ó el origen de la r epug- se desarrolla y progresa.
nancia al matrimonio, entre personas de lejano Este método, si método puede llamarse, tenia el
grado de parentesco. Un cauto procedimiento nos - pequeño Inconveuiente de que á lo sumo dejaba
lleva á concluir que de muchos particulares queda- entender que de ciencia qu e ya existe se deriva
rán siempre ignorados los moti vos. Ignorancia, su- otra ci encia, pero no dejaba en trever de ningún
perstición, particulares ilusiones, simbolismos: he modo por qué condicion es de hecho los hombres
aquí, entre otras, las causas de aquel incons- se veían impulsados á encontrar por primera vez
ciente que á menudo se encuentra en las costum- la ciencia, ó sea á reducir á una determinada y
bres, que para nosotros constituye lo desconocido nueva forma la meditada experiencia. Se trataba,
y lo desconocible. en suma, de descubrir, para qu e haya historia
La causa precipua de todas las díficultades está efectiva de la ci encia, el origen de la necesidad
precisamente en la tardía aparición de esto que científica, lo cual liga después genésicamente esta
llamamos .razón , de modo que las huellas de los necesidad á otras en la continuidad del proceso-
motivos próximos de las ideaciones se han perdi- social.
do ó quedaron envueltas en las mismas ideacio- . Los grandes progresos de la técni ca moderna,
nes. en la cual verdaderamente consiste la substancia
intelectual de la época burguesa, en tre otros han
:;: ** hecho el milagro de revelarnos por primera vez el
origen práctico de la tentativa científi ca. (¡Oh tú,
Más visible es el raciocinio sobre la ciencia. inol vidable Academia florentina, que sacaste tu
De ésta se escribió la historia durante mucho nombre del arriesqarse, cuando la Italia estaba en
tiempo, de modo muy, ingenuo. Dado y admitido el crepúsculo de su pasada grandeza y la sociedad
.que las particulares ciencias tuviesen su campen- moderna estaba en la aurora de la nueva época de
ANTONIO I.ABRIOLA

DEI. MATERIALISMO HISTÓRICO 145


la industrlal) En adelante, estamos ya en grado de
dar con el hilo conductor de esto que por abstrac- es el Renacimiento sino la reuni ón del inicial mo-
ción se-llama espíritu científico: ya nadie se mara- vimiento de la burguesía COl~ la tradición del saber
villa de que en los descubrimientos científicos, todo antiguo, vuelto otra vez usable, y por lo tanto
haya procedido como en los primísimos tiempos, capaz de declaración? ¿Q,ué es todo el acelerado
cuando la tosca y elemental geometría de los egip- movimiento
• .
del saber científico, desde el sizlo
o
XVII
cios originóse en la necesidad de medir los campos aca, S1110 la serie de los actos realizados por el in-
expuestos á la anual inundación del Nilo, y la pe- telecto ~,mailado por la experiencia para asegurar
riodicidad de tales inundaciones sugirió en Egipto el trabajo humano en las formas de una refinada
y en Babilonia descubrir los rudimentos de los gi- técnica, el dominio sobre las condiciones y fuerzas
ros astronómicos. naturales?1?e aquí la guerra al obscurantismo, á
Es ciertamente verdadero que ya aviada yen la superstr.Clón, á la Iglesia, á la religión; de aquí
parte madurada la ciencia, como sucede en el pe- el naturalismo, el ateísmo, el materialismo' de
ríodo helénico, el trabajo de abstracción, de deduc- aqu í el inaugurado dominio de la razón. La é~oca
ción y de combinación se continuó en el círculo bU~'guesa es la época de las mentes desplegadas
de los adoctrinados) de modo que aparentemente (VICO). Bueno es recordar que aquel gobierno del
anularon la conciencia de las causas sociales del Directorio, que Iué el, prototipo y el compendio de
primer producirse de la misma cíencia. Pero si nos- toda la ~orru~ción liberalesca, fu é el primero que
otros echamos un gran vistazo á las épocas del en la Universídad yen la Academia, formal y so-
desarrollo de la ciencia y comparamos los períodos lemnemente, la ciencia de la libre ínvestigación.
que los ideólogos llamarían de progreso y de regre- ¡Y entró Lamarck! Esta ciencia, que la época bur-
so de la inteligencia, se nos hace evidente la razón gu~sa por sus mismas condiciones ha fomentado y
social de los impulsos, tan pronto crecientes como agigantado, es la única herencia de los siglos pa-
decrecientes) de la actividad científica. ¿Q,ué nece- sados que el comunismo acepta ~T hace suya sin
sidad tenía la sociedad feudal del Occidente de reservas.
Europa de aquellas ciencias antiguas que los bi- No es ocasión de detenerse aquí en declarar la
zantinos conservaban, al menos materialmente, pretendida antítesis entre ciencia y filosofía. Ex-
mientras los ára bes, en sus varios dominios, libres ceptuando aquellos modos de filosofar que' se con-
agricultores, ó índustriosos artesanos, ó activos funden• con la mística y con la teoloaía b ,
filosofía
comerciantes, tenían interés en aumentar? ¿Y qué no quiere decir ciencia doctrina aparte de cosas
ó

propias y particulares, sino que es simplemente


10
146 ANTONIO LABRIOLA
DEL MATERIALISMO HISTÓRICO
147
un grado, una forma, un estadio del pensamiento cone~i~~ por la cual cualquier hecho del arte y de
con respecto á las mismas cosas que entran en el la 1·ehg zon. es el exponente sentimental, caprichoso,
campo de la experiencia, La filosofía es, por esto, ósea denvado, de determinadas condiciones so-
ó anticipo genérico de problemas que la ciencia ciales. Si dígo en segundo lugar, es para distínguir
tiene que elaborar aún específicamente, es resu-
ó
estos productos de los hechos de orden jurídico-
men y elaboración conceptual de los resultados á político, que son verdadera y propia objetivación
que la ciencia llegó ya. De aquellos individuos de las relaciones económicas. Y si digo en buena
que, para no parecer anticuados, hablan de filoso- parte indirectamente de los objetos de tales acti-
é

fia cientifica-no queriendo tener en cuenta la vidades, es para indicar dos cosas: primera, que ,
punta humorística de esta expresión que rechaza en la producción artistica y religiosa la mediación
toda forma de teología y de mero tradícionalismo-, de las condiciones á los productos es bastante eom-
precisa decir que serían unos fatuos si creyesen plicad~, y segunda, que los hombres, aun vivíendo
que representan una escuela ó una tendencia en SOCIedad, no cesan por esto de vivir en la Natu-
aparte. raleza ~r de recibir de ésta ocasión y matería para
Decía poco antes, al enunciar las fórmulas, la curiQsidad y el fantasear.
que la estructura económica determina en segundo Todo esto se reduce á una enunciación más ge-
lugar la dirección, y en buena parte é indirecta- neral: el hombre no recorre varias historias á un
mente los objetos de la fantasía y del pensamiento mismo tiempo; pero todas las pretendidas díversas
en la producción del arte, de la 1'eligión y de la historias (arte, religión, etc., etc.) forman una
ciencia. Diciendo diferentemente de este modo y sola. Y esto no puede verse perspicazmente sino
fuera de este modo, seria como meterse voluntaria- en los momentos caracteristicos y significativos de
mente por el camino de lo absurdo. la producción de nuevas cosas, ó sea en los perío-
Ante todo, con tal enunciado se combate la ca- dos que llamaré revolucionarios. Más tarde el
prichosa aserción ideológica de que arte, 1'eligión ". . ,
c?nSentll1~1~nto en las cosas producidas y la repetí-
y ciencia sean explicaciones subjetivas históricas
é
cíón tradícíonaj de un determinado tipo anularán
de un pretendido espíritu art.ístíco, religioso ó el sentido de los orígenes.
científico, el cual se manifestaría sucesivamente Intente alguno separar la ideo logia de las fá-
por un propio ritmo de evolución, subsidiado ím-
ó
bulas que están en el fondo de los poemas homé-
pedido por las condiciones materiales. Con tal ricos de aquel momento de la evolución histórica
enunciado se quiere afirmar, además, la necesaria en que apunta la aurora de la civilización aria en
DEL MATERIALIS~lO HISTÓRICO 149
148 ANTONIO LABRIOLA

la cuenca del Mediterráneo, es decir, de aque lla. mitológícas, cristianas ó paganas. El hombre se
fase de la barbarie super ior en la cua l n a ce, tan to s~ntía mucho má~ en su casa en la Naturaleza, por
en Grecia como en otra s par tes , el epos ge n uino. virtud del ex peT1 ~l e n to , y se sentía más apto para
Procuren otros Ima ginar q ue el cristia nis mo na ció penetrar el engr a n a je de la sociedad, de la que en
y se desarrolló en otra parte muy diferente d ~l parte poseía la ciencia. Lo mil agroso se le adelga-
círculo del cosmopoli ti sm o romano, y no por obra zaba en la mente, tanto qu e después el materíalis-
de aquellos proletarios, ele a qu ellos escla vos , de mo y el criticismo han po dido eliminar este pobre
a que ll os abandon ad os, ele a qu ellos elesesperados r esiduo de trascenden ci a sin declarar guerra á los
dioses.
q ue nec esitaban la r ed en ci ón , el apo cali psis y la
promesa del r eino de Di os. F in ja quien quiera qu e Hay, sí, una historia de las id eas, p ero ésta no
á mediados del Rena cimi en to ap un tase e11'oman - consiste en .el círculo vicioso de las ideas que se
ti cismo ; qu e ap en as se insinúa en el decaden te explican á sí mismas, Se trata de r emontarse desde
'I'orcuato, Tasso, ó atribuy a á Richardson ó á Di- las cosas á 10 ideado. Esto es un problema' más
derot la novela de Balza c, en el cual asom a, como bíen, es una multitud de problemas, tan varias
si fuese contemporáneo ele la primera generación múltiples, multiformes é intrincadas son las pro~
del socialismo y de la soc io logía , la psicologia de yeccion es que los hombres han hecho de sí y de
las clases. En los primeros ori gen es de las id eaci o- sus condiciones económíco -sociales, y por 10 tanto,
nes míticas, claro está q ue Zeu s no revistió los de sus es per a n za s y de sus temores, de sus deseos
ca r a cter es de padre de los hombres y de los dio ses y ~e ,sus des en g~fios en las id eaciones artísticas y
sino cuando la patria potesta d est uvo ya estable - religiosas. La línea de método se ha en con tr a do ,
cida y comenzó el princi pío de aquella se r ie ele pero la ejec ución particular no es fá cil. Sobre todo
pro cesos que van á pa rar en el Estado. Zeus ce só es n ecesarío g ua r da r se de la tenta ción escolástica
de este moelo de se r lo q ue er a al principlo , es á deducir los productos de la actividad histórica
, '
decir, el simple di vo ( ó sea luminoso ) ó el tonante. qu e se exp 1ica en arte y en r eligión. Es de esperar
y he aquí en un punto op ues to ele la evolu ción que los filósofos á lo Krug, que deducía díaléctíca-
histórica á gran número ele pensadores del si glo mente la pluma con la cual escr ibía , hayan que-
pasado que reduce á u n solo di os abstra cto, qu e es dado para si empre sepultados en la noche de la
simple r egulador del mun do, toda la multicolor lógica de H eg el, donde se alude á semejante sin-
imagen de lo desconocid o y de lo trascendente qu e gularidad.
se había explicado con tanto lujo de creaciones ***
DEL MATERIALISMO IJISTÓRICO 151
150 ANTomo LABRIOLA

Es necesario precisar aqui algunas dificultades. dencias se perpetúan como obstinadas superviven-
En toda tentativa de reducción de los produc- cias.
tos secundarios (por ejemplo, arte y religión) á las ' En tercer lugar, como ya dije, viviendo los
condiciones sociales, que en aquéllos se idealizan, hombres socialmente, no cesan de vivir en la Na-
solemos formarnos un hábito acerca de la psicología tura1ez,a. Á ésta no están ciertamente atados como
social especificada, en la cual se confirma la trans- los animales, porque viven sobre un terreno artifi-
formación. En esto consiste la razón de ser de cial. Por 10 demás, todo el mundo comprende que
aquel conjunto de relaciones que con otros modos la casa no es la caverna, que la agricultura no es
de decir vienen designadas, por ejemplo, como el pasto natural y que la farmacia no es el exor-
mundo egipcio} conciencia griega, espíritu del 'Re- cismo . Pero la Naturaleza es siempre el subsuelo
nacimiento, ideas dominantes} psicología de los pue- inmediato del terreno artificial y es el ámbito que
blos, de la sociedad de las clases. Cuando se han
ó
á todos nos aprisiona. La técnica ha puesto entre
constituído estas relaciones y los hombres acos- nosotros, animales sociales, y la Naturaleza; los
tumbrado á ciertas ideaciones y á ciertos modos modificadores} los desviadores de las influencias
de creencia ó de fantasía, las ideologías transmi- naturales; pero no por esto ha destruído la eficacia
tidas por tradición tienden á cristalizarse. Y por de estas influencias y continuamente las estamos
esto parecen como una fuerza que se resiste á 10 sintiendo. Y así como nosotros nacemos natural-
nuevo, y así como esta resistencia se manifiesta mente machos y hembras, morimos á pesar nuestro
en las palabras, en los escritos, en la intolerancia, y estamos dominados por el instinto de la genera-
en la polémica, en la persecución, igualmente la ción, igualmente llevamos en el temperamento con-
lucha entre las nuevas y las viejas condiciones diciones específicas, que la educación, en el lato
sociales reviste la forma de una contienda por las sentido de la palabra, ó sea el convenio social,
ideas. puede modificar, sí, dentro de ciertos límites, pero
En segundo lugar, á través de los siglos de la no puede destruir nunca. Estas condiciones de tem-
historia propiamente dicha, tanto por la herencia peramento, repetidas en varios ejemplares y deri-
de la salvaje prehistoria como por las condiciones vadas en varios ejemplares á través de los siglos,
de sujeción, y por tanto de inferioridad, á que es- constituyen lo que se llama carácter étnico. Por
tuvieron y están sometidos la mayor parte de los todas estas razones nuestra independencia de la
hombres, se ha producido un consentimiento en Naturaleza, por dísminuída que esté desde los tiem-
lo tradicional, por medio del cual las viejas ten- pos de la prehistoria acá, continúa en nuestro vivir
162 ANTO~IO LADRIOLA

social; como en éste se continúa también el ali-


mento que del espectáculo de la misma Naturaleza
va á la curiosidad y á la fantasia. Ahora bien',
estos efectos de la Naturaleza, con los sentimientos
inmediatos mediatos resultantes, por cuanto vis-
ó

tos desde que hay historia sólo á través del ánzulo


o
visual que nos ofrece las condiciones de la socie-
dad, no dejan nunca de reflejarse en los productos
del arte y ele la religión, lo que complica las difi-
cultades de la interpretación realística y plena del Empl eando es ta doctrina como un nuevo prin-
uno y de la otra.
cipio de investigación, como meelio preciso de
orientación y como determinado ángulo visual,
¿podremos al fin conseguir una r estam;ación narra-
tiva y expositiva de la historia?
Á la pregunta genérica no se puede menos de
dar, en general, una respuesta afirmativa. Porque,
en efecto, si se da el caso de que e~ comunista
crítico, sea el sociólogo del materialismo económi-
ó

co, ó como vulgarmente se dice ahora, el marxista,


tenga la uecesarla preparación critica y el hábito
elel tratamiento histórico, y luego las dot es de expo-
sición que necesita la narración ordenada y eficaz,
no hay razón para afirmar que no puede escribir
. la historia como hasta ahora la escribieron los se-
cuaces ele otras escuelas políticas.
Aquí está el ejemplo de Marx en persona, en el
cual hay un argumento de hecho que no admite
réplica. Marx, que fué el primero y principal des-
cubridor de los conceptos decisivos de esta doctri-
na, pronto la redujo á instrumento de orientación
1
154 . ANTONIO LABRIOLA DEL MATERIALISMO HISTÓRICO 155

política, como verdadero publicista insuperado que sente se escribieron hay siempre en el f~ndo, si no
era, durante el período revolucionario de 1848-50. en las explícitas intenciones de los e,scntores,. po.l'
y después la plasmó con máxima precisión en lo menos en su ánimo, una tendenCIa, un prmer-
aquel ensayo que se titula Diez y ocho Brumario pio una vista general de la vida, igualmente esta
de Luis Bonaparte, del cual ahora pu ede decirse, do~trina, que definitivamente ha puesto orden, en
á tantos años de distancia y después de tantas pu- la consideración objetiva de la estru~tura ~ocI~lt
blicaciones, que, excepción hecha de algún parti- debe al fin dirigir con precisión las Investígacío-
cular y de alguna equivocada pr ecisión, no hay nes históricas é ir á parar á una narración plena,
modo de introducir ni correcciones ni complemen- transparente é integral.
tos notables. Ni repetiré aquí, á guisa de bibliógra-
fo, el elenco de los varios escritos referentes á las
aplicaciones de la doctrina, ó del mismo Marx ó de
Engels-el último de los cuales, descle la Guerra de No faltan ciertamente los subsidios.
los campesinos (1850) hasta el escrito póstumo sobre La Economia, que como todos reconocen ya!
los Oriqenee de la presente unidad de Ge1'mania, nació y se desarrolló como ciencia de la produc-
tantos ensayos ha dejado escritos-, ó de sus inme- ción burguesa, después de haberse animado con
diatos continuadores y de los vulgarizadores del la ilusión de representar las leyes absolut,as de
socialismo científico. Hasta en la prensa socialista toda forma de producción, por la dura lecci ón de
se encuentran, de tanto en tanto, preciosos ensayos las cosas entró después, hasta cierto punto, como to-
de explicación de los sucesos políticos actuales, en dos saben en un período de autocrítica. y así como
los cuales, precisamente por efecto del materialis- de esta a~tocritica ha nacido el comunismo crítico
mo histórico, se reconoce una clariviclencia y una por un lado, igualmente por otro lado, por obl:a.~e
perspicacia que en vano buscaríamos en los escri- los más tibios, sabios y discretos d~ la tradIClOn
tores y polemistas que no han descorrido aún los académica, ha nacido la escuela ieorica ele los fen6-
velos y roto las envolturas ideológicas de la hís- menos teorices, Por hecho y mérito de esta escuela,
toria. y por efecto de esta aplicación de los métodos d,es-
No ha llegado el caso, en suma, de emprender criptivos y comparativos, estamos.y~ en posesión
la defensa de una tesis abstracta, como haría cual- de un vastísímo material de conOC1l11lentos de las
quier causídico. Es, sin embargo, evidentisimo, que varias formas históricas de la economía, desde los
así como en todas las historias que hasta el pre- hechos más complejos y especificados por díteren-
156 ANTONIO LABRIOLA
DEL IIlATERIALIS~O HISTÓRICO 157
das esenciales de tipo, hasta la particularizada
hacienda de un monasterio ó de una corporación sidad de decir: «Aquí conviene recomenzar de nue-
artesana medioeval. Igual ha ocurrido cOJ?- la Es- vo.» Pero lo indudable es el hecho de que pr~sente­
tadística qu e, empleando muchos métodos de com- mente toda la historiografía tiende ~ c~n~ertlrse.e~
binación de las fuentes, consigue ahora hacer luz, ciencia mejor dicho, en una discíplina social;
ó
una, h ,. t
con suficiente aproximación, sobre el movimiento Y cuando este movimiento, por a ora meter o y
de la población en siglos pasados. multiforme, se lleve á cabo , los .esfuerzos de ~os
Estos estudios no se hacen, ciertamente, en in- . ditos
eru 1
y de los investigadores Irán ' á parar
, li
m-
terés de nuestra doctrina, antes al contrario, mu- evitablemente á la aceptación del matena ismo
chas veces con ánimo hostil al socialismo, lo cual onómíco. Por tal incidencia de esfuerzos y de
no ven aquellos asnales lectores de impresos que ec
trabajos cientificos, que de tan di1versos pun tú" <J

tan á menudo confunden la historia económ.ica, la arten la concepción materialística de toda la


economía histórica y el materiaüemo histórico. Pero ~istori~ acabará por penetrar en las ,mentes como
estos estudios, además del material que recogen y una definitiva conquista del pensamíento, lo .cual,
declaran, son notables en cuanto documentan el al fin, quitará á los fautores y á los adversarios la
progreso, que va siempre haciendo la historia in- tentación de hablar de ella, pro y contra, como
terna, la cual, poco á poco, se sustituye á aquella usada tesis de partido.
historia externa que durante siglos trataron de
modo tan exclusivo literatos y artistas,
Buena parte de estos materiales recogidos se ***
sujeta
• continuamente á nueva corrección, como,
por lo demás, sucede en cualquier campo de cono- Además de los subsidios directos, antes indica-
cimientos empíricos, los cuales oscilan de continuo dos nuestra doctrina ti ene otros muchos ind.irec-
entre lo creido cierto, lo simplemente probado y lo tos,' como tiene también instructivas compal~acIO~l~s
que más tarde debe ser ó integrado ó eliminado. en muchas disciplinas que, por la mayor sl~pl~Cl­
Ni las ilaciones y las combinaciones de los histo- dad de las relaciones, fué más fácil la aplicación
riadores de la economía ó de aq uellos que narran del método genésico. El caso tópico está en la .glo-
la historia en general siguiendo el hilo conductor
, tologia, y de modo especial en aquella que tiene
de los fenómenos económicos, son siempre tan por objeto las lenguas arias. . . .
plausibles y concluyentes que no se sienta la nece- De la evidencia y perspicacia de proceso, de
análisis y de reconstrucción propia de tales disci-
DEL ~[ATERIALIS~[Q HISTÓlUCO
169
158 ANTONIO LABRIOLA

plínas, y especialmente de la glotología, cierta- cuando declinaba la Edad Media, donde no sería
mente es bastante remota la aplicación del mate- díñ cil encontrar por ejemplo, en el individuado
1l ' .
rialismo histórico. Sería por esto vana tentativa desarrollo de la ciudad de Florencia, una serie
.q uer er desde ahora escribir una sinopsis de la his- documentada de aclaraciones en las cuales el mo-
toria universal que explicara todas las varias for- vimiento económico y estadístico encuentra com-
mas de la producción para después inferir todo el . pleta comparación en el desarrollo contempor~neo
resto de la actividad humana de modo particular y de la inteligencia reducida ya á prosa Y despOJada
circunstancial. Con el estado presente de los estu- en buena parte de ilusiones ideológicas. Ni estaría
dios, aquel que intentase este compendio de nueva fuera de toda probabilidad reducir desde ahora,
Kultui'geschíchte no haría otra cosa que' traducir bajo el determinado Y preciso ángulo vi.sual del
de nuevo en Iraseología económica los puntos de materialismo toda la historia romana antígua. En
-or íeuta cí ón general que en otros libros, por ejem- ésta, y especialmente en el periodo primitivo, fal-
plo, en los de Hellwald , son fraseología darwi- tan las fuentes directas, que tanto abundan en
niana. Grecia desde la tradición popular y del epos, Y
Hay mucha distancia de la aceptación de un desde la auténtica inscripción jurídica hasta la
principio á la aplicación completa y particulari- tratación pragmática de las conexiones histórico-
zada suya á toda una vasta provincia de hechos ó sociales. Pero en Roma, en cambio, las luchas por
. un gran entrelazamiento de fenómenos.
á
los derechos políticos llevan casi siempre consigo
Por esto la aplicación de nuestra doctrina debe las razones económicas sobre que se apoyan, de lo
limitarse por ahora á la exposición y tratado de c ual procede que el perecimiento de determinadas
..
determinadas partes de la historia. Mucho más clases, la formación de otras nuevas, el movnmen-
claras que todas las demás son las formaciones to de la. conquista, el cambio de las leyes y de las
modernas, para cuya comprensión concurren con formas del aparato político, resulten tan evidentes.
igual evidencia, tanto los desarrollos económicos Esta historia romana es dura y prosaica; no se viste
de la burguesia, como el declarado coriocimiento nunca con aquellos complementos ideológicos que
de los varios impedimentos que ésta tuvo que supe- fueron propios de la vida g-riega. La pl:osa. ~ígida
rar en los diversos paises, y por lo tanto el des- de la conquista, de la estudiada c010lllz aclOn, de
arrollo de las varias revoluciones, entendida esta las instituciones Y de las formas de derecho, exco-
palabra en su más lato sentido. Casi igual claridad gitadas y encontradas para resolver ~ete~minadoB
.n os ofrece la prehistoria próxima de la burguesía conflictos y contrasteB, hacen de la hístorta roma-
DEL 1IlATElUALISMO DISTÓRICO 161
160 ANTONIO LABRIOLA
dientes en vario modo unos de otros. Se trata, en
na una cadena de sucesos que se siguen con singu- suma, de la historia y no de su esqueleto. Se trata
lar y cruda evidencia. de la narración y no de la abstracción; se trata de
exponer el conjunto y no de resolverlo y de anali-
zarlo solamente; se trata, en una palabra, ahora,
como antes y como siempre, de un arte.
Porque el verdadero problema es éste: que no Puede darse el caso de que el sociólogo, el cual
se trata ya de sustituir la sociología á la historia, siga los principios del materialismo económico, se
como si ésta hubiese sido una apariencia que ocul- proponga circuDscribirse al sólo análisis, ponga-
taba una realidad repuesta; se trata de comprender mos por ejemplo, de lo que eran las clases en el mo-
integralmente la historia en todas sus intuitivas mento en que estalló la Revolución francesa, para.
manifestaciones y comprenderla por medio de la llegar después á las clases que de la Revoluciónro-
sociología económica. No se trata de separar el sultan y de ésta sobreviven. En este caso, los títu-
accidente de la substancia, la parvedad de la reali- los las indicaciones y las clasificaciones 'ele la ma-
dad, el fenómeno del hueso intrínseco, como dirian teria analizable son precisos: por ejemplo, la eluda d
de otro modo los secuaces de cualquier otro esco- y el campo, el artesano y el obrero, los nobles y
lasticismo; se trata de explicar el entrelazamiento los siervos, la tierra que se liberta ele las cargue
y el complejo, precisamente en cuanto es entrela- feudales y los pequeños propietarios que se forman,
zamiento y complejidad. No se trata de descubrir el comercio que se emancipa de todas las restric-
y de determinar solamente el terreno social para ciones , el dinero que se acumula, la industria
. que
después hacer aparecer los hombres sobre él; como prospera, y así todo. Nada hay que objetar á l.a
polichinelas cuyos hilos tiene y mueve la Providen- elección de tal método, el cual, como aquel que SI-
cia, sino de las categorías económicas. Estas mis- gue la huella embriogenésica, es indispensable
mas categorías han nacido y se han formado, como para la prepar ación de la investigación histórica,
todo lo demáse porque los hombres cambian en lo soaún la dirección de la nueva do ctrina (1).
tocante á la capacidad y arte de vencer, subyugar, o Pero nosotros sabemos que la embriogenia no
transformar y utilizar las condiciones naturales; basta para darnos noti cia de la vida. animal, la cual
porque los hombres cambian de ánimo ~T de actitud no es de esquemas, sino de seres vivos y vivientes
por las reacciones de sus instrumentos sobre sí mis-
(1\ Aludo aquí al apreciable escrito de K. Kautsky, Die
mos; porque los hombres cambian en sus respecti- Klaseenqeqensatee von 1789.
vas relaciones de convíventes, y por esto de depen- 11
162 ANTONIO I,ABRIOI,A
DEL MATERIALISMO HISTÓRICO 163
que luchan, y ejercitan en esta lucha fuerzas, ins-
tintos y pasiones. y así pasa, mutatis mutandis, con y como no me gusta ímitar al escolástico que
los hombres, en cuanto viven históricamente. en la orilla del mar enseñaba. á nadar con la defi-
La historia efecti va de la Revolución francesa nición de la natación, ruego al lector que espere
es: unos determinados hombres, movidos por cier- que yo ejemplifique en otros ensayos mi pensa-
tos intereses, empujados por ciertas pasiones, for- miento, aportando una efectiva narracíón históri-
talecidos por ciertas circunstancias) con tales de- ca; es decir, rehaciendo con el escrito una parte de
signios, con tales propósitos, que obran con tales lo que hace ya tiempo estoy haciendo verbalmente,
esperas, por tal ilusión propia ó por tal engallo enseñando-

***
ajeno, que mártires de sí ó de los demás, entran en
ruda colisión y se eliminan recíprocamente. Por-
que si es verdad que toda historia es la explicación De este modó quedan aclaradas algunas cues-
de determinadas condiciones económicas, también tiones secundarias ó derivadas.
es verdad que ésta no se desenvuelve sino en de- ¿Cuál es, por ejemplo, el significado de la bio-
terminadas formas de actividad humana, sea ésta grafía de los llamados grandes hombres?
apasionada reflexiva, con ó sin éxito, ciegamen-
ó En los últimos tiempos, hemos oído dar á seme-
te instintiva dcliber.rdamente heroica .
ó jante pregunta respuestas que, en uno ó en otro
Comprender el entrelazamiento y la compleji- sentido, son de carácter extremo. De una parte es-
dad en su intima conexión y en sus manifestacio- tán los sociólogos extremos, de otra los individua-
nes inferiores; descender de la superficie al fondo listas) que al modo de Carlyle, nos hablan de la
y después rehacer la superficie desde el fondo; re- historia de los héroes. Según los unos, basta probar
sol ver las pasiones y los designios en sus moví- I cuáles eran, por ejemplo, las razones del cesaris-
mientas, desde los más próximos á los más remotos mo, sin que nos importe nada César. Según los
y después reducir los datos de la pasión, de los de- otros, no hay razones subjetivas de clase y de inte-
signios y de los movimientos á los más remotos, reses sociales que basten para explicar nada: son
elementos de una determinada situación económi- los grandes espíritus, que dan impulso á todo el
ca: he aquí el arte difícil que debe ejemplificar la movimiento histórico, y la historia tiene, por así
concepción ¡mater ialística . decir, sus sellares y monarcas. Los empiristas del
relato, salen de apuros de modo simple, barajando,
*** venga ó no á cuenta, hombres y cosas, las necesi-
dades de hecho y las influencias subjetivas.
164 ANTONIO LABRIOLA DEL MATERIALIS~IO HISTÓRICO 165

El materialismo histórico supera las vistas an- ningún modo. Hay el entrelazamiento mismo de las
titéticas de los sociólogos y de los individualistas condiciones antitéticas que hace que determinados
y al mismo tiempo elimina el eclecticismo de lo~ individuos, ó geniales, heroicos, afortunados, Ó
ó ó

narradores empíricos. malvados, sean llamados en momentos críticos á


Ante todo el [actum; decir la última palabra. Mientras los intereses par-
Que aquel determinado César que se llamó Na- ticulares de los singulares grupos sociales están en
poleón nacie~e el afio tal, hiciese tal carrera y se tal estado de tensión que todas las partes conten-
encontr~se afortunadamente en buen punto el 18 dientes se paralizan recíprocamente, para mover
Brumarío... todo esto es completamente accidental el engranaje político se necesita la individual con-
respecto al curso general de las cosas que empuja- ciencia de una determinada persona.
ba á la nueva clase, due üa del campo, á salvar de Las antítesis sociales que hacen de cada con-
la Revolución lo que le parecía necesarío salvar, y vivencia humana una organización inestable, dan
que. para salvarlo precisábale la creación de un ¿\ la-historia, esp ecialmente cuando se mira y exa-
gobierno burocrático-militar. El hombre ó los hom- mina rápidamente y á grandes rasgos, el carácter
bres aptos era necesario hallarlos lo mismo. Pero del drama. Este drama se repite en las relaciones
que aquello que sucedió efectivamente sucedió del de comunidad á comunidad, de nación á nación,
modo que sabemos, dependió del hecho de que Na- de Estado á Estado, porque las internas desigualda-
poleón llevó á cabo la empresa, y no un pobre Monk . des, concurriendo con las diferenciaciones exter-
ó un ridículo Boulanger. y de este punto en ade- nas, han producido y producen todo el movimiento
lante el accidente deja de ser accidente, precisa- de las guerras, de las conquistas, de los tratados,
mente porque aquella determinada persona es la dc las colonizaciones y demás. En esto drama apa-
que da el sello y la fisonomía á los sucesos en el recieron siempre como cond uctor es de la sociedad
modo y por el modo como ocurrieron. los hombros que se llaman eminentes ó grandes, y
El mismo hecho de que toda la historia se apo- de su presencia el empirismo ha argumentado que
ya sobre.las antítesis, los contrastes, las luchas y éstos fueron los principales autores de la misma
las g?erras, explica la influencia decisiva de de- historia. Remontar la explicación de su aparición
terminados hombres en determinadas ocasiones. á las causas generales y á las condiciones comunes
Estos hombres no son ni un accídente desdeñable de la estructura social, es una cosa que se armoni-
del mecanismo social, ni milagrosos creadores de za perfectamente con los datos de nuestra doctrina;
lo que la sociedad, sin ellos, no habría hecho de poro intentar eliminarlos, como de buena gana ha-
166
ANTONIO LABRIOLA

rían ciertos objetivistas del socÍologismo, es una


verdadera fatuidad.

***
Yen conclusión, el secuaz del materialismo hís - XII
tórico que quiera exponer ~r relatar, no debe ha-
cerlo esquematizando.
La historÍa es siempre determinada, configura-
da, infinitamente accidentada y multicolora. Tiene
combinatoria y perspectiva. '
En el sucesivo con~~~~~o~ históricos, ¿no hay,
. en la continuativa
No basta haber eliminado preventivamente la
presuposición de los factores, porque el que narra necesidad de todos los íue ún sentido, ninguna
Pues preguntan algunos, mng i ó e parta del
se encuentra continuamente frente á cosas que pa- ' E ' terrocací n qu
recen disparatadas, independientes, y que son por significación? I sta ID . b 11eO"u'e de boca de los
id li tas ó nos . e
, rtamente,. ~' en
campo de los 1 ea lS todos los ca-
si mismas, Tomar el conjunto como conjunto y des- ' .
más cautos crltícos, me tención exige
cubrir las relaciones continuativas de sucesos ce- sos así como s,e impone á nuesn a a e ,
rrados, he aqui la dificultad, . sta adecuada, ,
también una re~pue
, .
La suma de los sucesos estrechamente COllsecu- a atención en las prenn -
tivos y cerrados, es toda la historia, lo que viene á De hecho, SI ~o se par\ de lnscuales deriva
sas, intuitivas Ó íntelectua es, o una idea que con.
decir que es todo aquello que nosotros sabemos de ió d 1 p,'og"eso com
nuestro ser en cuanto seres sociales y no ya sim- la concepci n e líd d e
del proceso humano, se
plemente animales. tenga y abrace la tot~ l. ~eSdeSCallSan todas sobre
ve que tales presuPoSlClO d atribuir á la serie, ó
nuestra necesidad mental e (cierto sentido y un
á las series de los sucesos, unto de progreso, para
cierto SIgUI c~ ' .
' 'fi do El concep .b
d tro en BU naturaleza
qui énlo examl~e b~en aree~UiCiOS de valuación, y
especifica, implica s~emp 3 confundirlo con la
hay quien pue da 1
por esto no . del simple desarrollo I e
noción muda y crud~ , modo aquel elemento
cual no incluye de nmgun
168 ANTONIO LABRIOLA
DEL l\lATERIALIS.\IO HISTÓRICO 169
de valor por el cual decimos de una cosa que pro-
gresa. los siglos, sino que también existe el hecho de que
los medios, los descubrimientos, los resultados y los
*** impulsos de una determinada civil~zaci6n .q u.e se
haya desarrollado, son, dentro de CI ertos Iimites,
Ya dij e antes, y me parece que con suficiente
comunicables á todos los hombres en gene ral. Más
exteneíon, que el progreso no es á guisa de impera-
breve, progreso sr regreso son inherentes á las con-
tivo ó de mandato sobre el sucederse natural in-
é
diciones y al ritmo de desarrollo social en general.
mediato de las humanas generaciones. Esto es tan
intuitivo, por cuanto es intuitiva la coexistencia
actual de pueblos, naciones y Estados, que se ha -
Ilan, á un mismo tiempo, en diverso estadio de
Por consiguiente, la fe en la universalidad del
desa~'r?llo, por cuanto es innegable la presente progreso, qu e con tanto ímpetu apareció en el si-
condicIón de r elativa y de r espectiva superioridad
glo XVIII, tiene este primer mojón de espera: que
é inferioridad de pueblo á pueblo, y por último,
los hombres, cuando no encuentran obstáculos en
por cuanto está el regreso parcial y relativo con-
las condiciones externas ó cuando no los encuen-
firmado varias veces en la historia, como sucedió
tran en las que derívau de su propia obra en el
durante siglos en Italia. Antes al contrario, si al.
ámbito social, son todos capaces de progresar.
guna vez existió prueba concluyente de cómo el
Además, en el fondo de esta supuesta, imagi-
ó

progreso no deb e comprenderse en el sentido de


nada creída unidad de la historia, por la cual el
ó
una ley inmediata, y hasta diré de una ley física ó
proceso de las varias sociedades formaría como
fatal, es precisamente esta: de que el desarrollo
una sola serie de progreso, hay otro hecho, que ha
soci~l, por las mismas razones de proceso que le
ofrecido motivo y ocasión para muchas fantasías
son lllmallentes, fué á parar al regreso, Es por
ideológicas. Si todos los pueblos no han progresado
otra parte claro y seguro que tanto la facultad de
igualmente, antes bien, algunos se detuvieron ó re-
progresar como la posibilidad de regresar no cons-
tituyen ni inmediato privilegio, ni ingéni~o defecto
gresaron, sí el proceso de desarrollo social no tuvo
siempre en todos lugar y tiempo, el mismo ritmo y
d.e raza, ni son emanaciones directas de las condí-
la misma intensidad, es de todos modos seguro el
ClOnes geográficas. Porque no sólo los primitivos
hecho ele que en el pasaje ele la acción decisiva de
c~ntros de civilización fueron múltiples y no tan
solo tales centros cambiaron de sitio en el curso de pueblo á pueblo en el curso de la historia, los pro-
ductos útiles, adquiridos por aquellos pueblos que
J',/
I
líO ANTONIO LAllmOLA DEI, MATERIALISMO HISTÓRICO 171

decaían} pasaron á aquellos que progresaban. Esto He aquí la Italia del siglo XVI que evidente-
no es tan valedero por lo que atañe á los productos mente decae; pero mientras decae transmite á la
que llamaré del sentimiento y de la fantasía, que restante Europa sus armas intelectuales. Y no son
se conservan y perpetúan, no obstante en la tra- éstas la única herencia para la civilización que
dición literaria, pero es valedero por l~ que atañe continúa; también el mercado mundial se establece
á los re~ul~ados del pensamiento, y sobre todo del sobre los cimientos de aquellos descubrimientos
descubrImIento y de la producción de los medios geográficos y náuticos que fueron obra de los mer-
técnicos que allí donde se adquieren se comunican caderes, de los viajeros y marineros de Italia. Y
y transmiten directamente. no fueron solamente los ruados de hacer la guerra
¿Es necesario recordar que la escritura no se y los refinamientos de la astucia política que pasa-
perdió nunca por más que hayan desaparecido los ron de Italia (de lo cual solamente se ocupan los
pueblos que la inventaron? ¿Es necesario recordar literatos), sino también el arte de hacer dinero
que nosotros llevamos aún en nuestros bolsillos con toda la evidencia de una elaborada disciplina
sobre nuestros relojes, el cuadrante babilónico, ; comercial, y los rudimentos de la ciencia, sobre
que usamos el álgebra que introdujeron aquellos los cuales está fundada la técnica moderna, y las
árabes cuya actividad histórica se dispersó más leyes generales de la hidráulica. Tan verdadero
tarde como la arena del Desierto? Es ocioso multi- es todo esto, que á un amateur de tesis conjetura-
plicar íncidentalé indefinidamente los ejemplos les podria ocurrirsele proponerse esta pregunta:
p?rqu~ basta tener á la vista la tecnología y l~ ¿qué habria sido de Italia, en esta moderna época
hístoría de los descubrímientos en el lato sentido burguesa, si, confirmándose el proyecto del Senado
de la palabra, en la cual resulta evidente la trans- Veneto (1504) de hacer algo que habria asemejado
misión casi continuativa de los medios instrumen- en sus efectos á la apertura del canal de Suez,
tales del trabajo y de la producción. la marina italiana hubiese tenido que contender
Yen último término, las sinopsis provisionales, directamente con los portugueses en el Océano
~ue llám~nse historias universales, por más que Índico, precisamente en el momento en que la
1 evelen SIempre, tanto en la intención como en la transferencia de la acción histórica del Mediterrá-
ejecución, un algo forzado y artificial no se ha- neo al Océano preparaba nuestra decadencia? Pero
brian intentado nunca si las vicisitudes humanas basta de fantasias.
no ofreciesen al empirismo de los narradores un
hilo, por sutil que sea, de continuidad.
***
172 ANTONIO LAllRIOLA
DEL MATERTAT.TSMO HISTÓRICO 173
Es, pues, indiscutible que es un hecho real una ria. Y así como ésta ha engendrado, en el orden
C~Qrta co.ntilluidad histórica, en el sentido empí- de las obras, el período más intensivo de historia
rico y circunstanciado de la transmisión y del que se conozca, también ha producido al mismo
sucesivo incremento de los medios de civilización. tiempo su propia ideologia en la noción del pro-
y si bien este hecho excluye toda idea de precon- greso. Esta ideologia quiere decir, por el momento
cepto designio, de finalidad intencional latente
ó
y en su substancia, que el capitalismo es la única
de preestablecida armonía, y todas aquellas otra~ forma de producción capaz de extenderse por toda
fantasias sobre las cuales tanto se ha especulado, la tierra, y de reducir todo el género humano <.\
no por esto excluye la idea del proqreso, que nos- condiciones que se asemejen en todas partes. Si la,
otros podemos emplear como de valoración del técnica moderna puede llevarse donde se quiera,
curso del devenir humano. Es, sl, indudable, que si todo el género humano parece como un solo cam-
el progreso no abraza nuüerialmente la sucesión po de competencia y toda la tierra como un solo
de las generaciones, y que su noción no implica mercado, ¿qué de extraño tiene que la ideologia,
nada de categórico, ya que las sociedades también que refleja intelectualmente estas condiciones de
regr~sal:, per~ esto no quita que esta idea pueda hecho, haya llegado á la afirmación de que la pre-
dar aignificación al proceso histórico. De tales eau- sente unidad histórica la ha pre]Ja1'aclo todo lo que
tela.s, criticas, tanto en el uso de los conceptos es- la precede? Traducid este I concepto de pretendida
pecífícos como en su modo de aplicarlos, no saben p¡'epm'ación en aquel concepto del todo natural de
nada aquellos pobres evolucionistas á más no poder ve¡'ificables sucesivas condiciones, y tendréis abierto
que son doctos sin la gramática y sin la lógica, el camino por el cual SEI llega de la ideología del
Como yo dije varias veces, las ideas no caen del progreso al materialismo histórico; y se llega asi-
cielo, y hasta aquellas que en dados momentos sur- mismo á la afirmación de Marx: que esta forma
gen de determinadas situaciones con ímpetu de fe de la producción burguesa es la última forma an-:
y con vestidura metafísica, llevan siempre en si el tagonistica del proceso de la sociedad.
indicio de que corresponden á un orden de hechos ' Los milagros de la época burguesa, en la unífl-
cuya explicación se intenta ó se busca. La idea ficación del proeeso social, no tienen comparación
del progreso, como de unificación de la histo- en el pasado. He aquí todo el Nuevo Mundo, y des-
ria, apareció con violencia y se egígantó en el pués Australia, y el África Meridional, y Nueva
siglo XVIII, sea en el período heroic~ de la vida
ó
Zelanda; todos son como nosotros. Y después de
política é intelectual de la burguesía revoluciona- rechazo el Extremo Oriente, por la imitación, y en
DEL MATERIALlS:'W lIISTÓmCO 175
174 ANTONIO LABRIOLA
y del ku.ltuI·geschichte. La unidad de forma social,
el África por la conquista. Ante tal universalidad Ó sea la unidad de forma capitalística de la produc-
y tal cosmopolitismo, la adq uísicióu de los celtas y ción á que hace siglos tiende la burguesía, ha ve-
de los iberos ganados á la civilización romana, nido á reflejarse en el concepto de la unidad de
y la de los germanos Y de los eslavos ganados al la historia, en forma tan sugestiva como nunca
ciclo de la civilización romano-bizantino-cristiana, podía dar al pensamiento el augusto cosmopolitis-
quedan pequeilisimos. Esta unificación siempre cre- mo del imperio romano ni el unilateral de la Igle-
ciente se refleja cada día más en el mecanismo po- sia católica. \
lítico de Europa: este mecanismo, por estar funda-
do en la conquista económica de las otras partes
*
>.: ::: I
del mundo, oscila ya por los flujos y reflujos ~ue Pero esta unificacíón de la vida social, por obra
vienen de remotísimas regiones. En este complica- de la forma capitalística burguesa, se desarrolló
.d ísimo entrelazamiento de acciones y de reaccio- al principio y continúa ahora desarrollándose, no
nes, la guerra entre el Japón y la China, q.ue Iué según reglas , planos y preconceptos - designios,
guerreada con los medios, ó imitados, ó directa- antes más bien por medio de conflictos y de luchas
mente tomados á préstamo de la técnica europea, que en su conjunto forman un colosal intrinca.mien-
deja to de antítesis. Guerra en el exterior, guerra en el
. sus huellas 'nioIieeras ni de breve duración,
en las relaciones diplomáticas de Europea, y las interior. Lucha incesante entre las naciones, y lu-
deja más vivas en la Bolsa, que es la fiel interpre- cha incesante entre los componente s de cada na-
tación de la conciencia de nuestros tiempos. Esta ción. Y es tan complicado el entrelazamiento de
Europa, maestra de todo el r esto del mundo, ha las obras y de las accion es de tantos émulos, con-
visto oscilar recientemente las relaciones de la po- currentes y contendientes, que á m enudo la coor-
lítica de los Estados de que consta por una rebe- dinación de los sucesos escapa á la atención, por
lión en el Transvaal y por una derrota de las ar- ser cosa poco fácil coger el nexo íntimo. La con-
mas italianas en Abisinia.. tienda actual entre hombres, la lucha que ahora
Los siglos, que han preparado y llevado á su con varios métodos se desenvuelve entre naciones
forma actual el dominio económico de la produc- y naciones, nos han becho comprender mejor por
ci ón burguesa
o , han desarrollado asimismo la ten-
entre qué dificultades se ha movido la hístoria del
dencia á unificar la historia bajo una vista general; pasado. Y si la ideología burguesa, reflejando la
esto explica y justifica la ideología del progreso, tendencia á la unificación capítalístíca, ha procla-
que informa tantos libros de filosofía de la historia
ANTONIO L ADRI OLA D EL MATERIALI SMO HI ST ÓRI CO 177
176
mado el progreso del género humano. .el materia- ¿Cesará al guna vez esta ir onía de las humanas
lismo histórico, invirtiendo Y sin proclamaciones, suert es? Es "decir, ¿será al gun a vez posible una for-
ha descubierto que en las antlteaís estuvo hasta ma tal de convi vencia, qu e dé lu gar a l desarrollo
ahora la causa de todo suceso histórico, econó mi co é int egral de todas las ac titudes, de modo
y por esto el movimiento de la historia, tomado qu e el proceso ult erior dela historia sea ve r dader a
en general, se nos revela como oscilante, ó mejor y efectiva ev olución? ¿Ser á posible, si así place á
dicho, empleando una imagen más propia, nos pare- los qu e gusta n de redondead as fra ses , la huma-
ce que se desarrolla sobre una linea quebrada, qu e niz ací óu de todos los hom br es'? Eliminadas con
ú menudo cambia de direc ción Y de nuevo se qui e- el coniu nismo de la p1'oducción, las an titesis qu e
bra, yen al gunos momontos parece qu e v uelve so- ahora son ca usa y efe cto de las difer en ciaciones
bre sus pasos, y al gun as veces se extiende , sepa- económi cas, ¿no conquista r ía n to das las ener gías
rúndose mucho del punto inicial: un verdadero hum an as un altísimo grad o de eficacia v de inten-
zig-zag. sid ad en los efectos cooperativos, y a l n;ismo tiem-
Dada la complicación interna de cada soci edad, po no se desarrollarían con la máxima libertad de
y dado el choque de varias sociedades en el campo individuación en cada persona?
de la competencia (desdo las ingenuas formas de In. En las r espuestas afirmati vas á tal es preguntas
razzia, de la rapiña y do la pirn.teria, has ta los re- está la sum a de lo que el comunis mo crítico dice ó
finados medíos del elegante juego de Bolsa), es na- sea pr edi ce del porvenir. Y no dice y pr edic e co:Uo
tural que todo resultado histórico, cuando se mida para discutir una ab stracta posibilidad, ó como si
con el sólo escote de la espera individual, parezca por antojo quisier e r ealizar un estado de cosas que
bastante á menudo como un caso, y eonsiderüdo desee y suene, Dice y pr edi ce como quie n enunc ia
después teóricamente) vuelvo. á la men te más in - lo que es inevitable que suceda , por la inman ente
ex tr ícable por las contingencias meteóricas. necesid ad de la historia, vista y estudia da ahora
Por ésto no es una simple frase el dicho de la. en el fond o de su sub eetructvra económica ,
il'onia que preside sobel'alll' sobre la historia; por- «Las evoll¿ciones sociales cesarán de ser re v olu -
que, de hecho, si nin gún dios de Epicnro se rie ciones p olíticas cuando adven ga un or den de cosas
desde lo alto de las cosas humanas, aquí las cosas en que no haya y a ni cla ses ni antagoni smo de
humanas tejen por si mismas una divina comedia, clases» (1).

*** \
i1) lUarx,
"H .Ali seda d e la filosofía, París, 1847, pág. 178.
12
178 ANTONIO LAB RIO L A
DEL MATERIALJS~m ffiSTÓRICO 179
a.A la vi eja sociedad burgu esa, con sus clases y \
COIl sus antagoniamos de clase, se sustituye una animal á las de existencia humana. Todo el ámbito
asociación en la que el libre desarrollo de cada uno de las condiciones de la vida, que hasta el presen-
es condición del libre desarrollo de todos » (1). te ha dominado á los hombres, pasará bajo el man-
«Las relaciones burguesas de la producción son do y la revisión de los mismos hombres, que de
la última form a antagonistica del pro ceso social este modo convertíránse, por primera vez, en efec-
de la producción-.- antagonistica, no en el sentido tivos señores de la Naturaleza, porque serán seño-
del antag onismo individual, sino de un a ntagonis- res de la propia coasociación. Las leyes de su pro-
mo qu e surge de las condi ciones social es de la vi- pia actividad social, que antes les eran contrarias
da de los individuos-; pero las fuerzas producti- como leyes extrañas que les dominaban, serán
v as qu e se desarrollan en el seno de la sociedad aplicadas y adueñadas por los mismos hombres
burgu esa, est án ya forjando las condicion es mate- con pleno conocimiento de causa. La misma co-
ri ales para la r esolu ción de tal antagonismo. Con asociación, que contraria á los hombres, trocaráse
t al formación de sociedad cesa la prehistoria del en libre y propia obra suya. Las fuerzas extrañas
género humano » (2). y objetivas, que hasta el presente dominaban la
"Con la toma de posesión de los medios de pro- historia, estarán bajo la vigilancia de los hom-
du cción por parte de la sociedad, qu eda excluida bres. Únicamente desde este punto en adelante,
la producción de las mer can cías, y con és ta queda los hombres harán con plena consciencia su propia
excluido el señorlo del producto sobre el productor. historia; únicamente desde este punto en adelante,
Á la anarquía dominante en la producción social las causas sociales que pondrán en movimiento po-
se sust i tuir á la cons ciente organización deliberada. drán lograr en gran parte y en razón siempre cre-
La luc ha por la ex istencia individu al cesar á . Úni- ciente los esperados efectos. Esto es, el salto del gé·
cam ente de est e modo el hombre se desta cará , en nero humano del r eino de la necesidad al de la
cierto sentido, del mundo a nimal, de modo definí - libertad . La misión histórica del proletariado mo-
ti va, y ' pasará de las condiciones de existencia derno consiste en realizar esta acción libertadora
del mundo » (1).
Si Marx y Engels hubieran sido alguna vez fa- .
.(1) Manifest del' Kommunistischen. Partei , London , 1848,
pago 16. bricantes de frases, si su mente no hubiese sido
(2) Mar x, Zu» Kritik del' politischen Oekonomie , Berlín,
1859, pág. VI del prefacio. (1) Engels, E. Dilhring's Umwlilzung del' Wissenschaft,
R." edición. Stuttg art , 1894, págs. 305·806.
180 ANTONIO LADRIOLA

cauta, hasta la escrupulosidad, por el uso y la apli-


cación diaria y exacta de los medios cientíñcos,
si el contacto asiduo con tantos conspiradores y
visionarios no les hubiese alejado de toda utopia,
hasta llegar á la pedanteria de lo opuesto, seme-
jantes enunciados podrían ser tenidos por geniales-
paradojas que escapan al examen de la critica.
Pero aquellos enunciados son como el cerrojazo
final, la efectiva con clusión de la doctrina del ma-
terialismo histórico. Son resultado directo de la
crítica de la economía y de la dialéctica histórica.
En tales enunciados, por lo demás desarrolla- APÉNDICE
bles, como tendré ocasión de demostrar en otra
parte, se resume toda la previsión del porvenir qu e
no sea y no quiera ser novela ó utopia. Y en estos
mismos enunciados hay una adecuada y concluyen-
te respuesta á la pregunta con que se comenzó est o-
capítulo: si; es decir, en la serie de los sucesos his-
tóricos hay por último y efectivamente un sentido-
ó significación.
***
y aqui hago punto, pareciéndome que para,
una dilucidación preliminar ya es bastante.

Roma 10 de Marzo do 1896.


A propósito de la crisis del marxismo

Me refi er o aquí á un libro, ni breve ni de cómo -


da Iectura, de 'I'h , G. Masaryk, prof esor ele la Uni-
versidad tcheque de Praga. Cuánto ~ea volnmino -
so puede ímngiuáraelo el lector con leer el titu lo
que doy al pie de página (1). No me propon go, em-
pero, escribir su cenSlwa pum y simple. Y si pare-
ciere que exp resar la propia opinión ti propósito de
un libro imp lica que de aquél se haga In censura ,
diré que ésta asumirá necesari a mente las propor -
ciones y la Iorma de un cas i-articulo .
Mi nombre y el titulo al frente de la página po-
dría inducir la sospecha de que yo pretendo situar-
me como en una polémica do partido. Que el lector
esté tranquilo. No confundiré las páginas de la

(1) D le pli ílaeoptuseh ea 1md soctoloqts ehen. Gruiullaqen.des


M al'x isnlus.- Slud i cn Zltl· socialen Fra!Jc, von Th . G. Ma-
saryk , pr ofeasor an del' bohmischen U niversitat P rag, W íen ,
C. Konegen, págs. XV y 600, in-B.", gr.
APÉNDICE 185
184 ANTONIO LABRIOLA

Rivista Italiana di Sociologia con las columnas del en este país se ha recorrido todo el vía crucis de
periódico político diario (1). las transformaciones económicas, al final de las
Diré solamente, en passant, como se ha dado el , cuales se confirma en otros lugares lo que llámase
caso bastante curioso del gran afán con que la sistema capitalístico, del cual á su vez el marxismo
prensa política italíana, sea no diaria, durante
ó
es el rechazo crítico? .
meses ha proclamado la muerte del socialismo, El que se hubiese propuesto estas pregunta~ y
empleando la etiqueta de crisis del marxismo, ha- otras semejantes habría honradamente concluido
biéndome parecido esto un nuevo documento de que no puede existir la crisis de lo que .. , no existe
aquel vicio orgánicamente nacional que puede de- aún,
finirse derecho á la ignorancia, A ninguno de estos :1: **
egregios roedores del socialismo, que tanto para
amontonar multitud en torno de la crisis, baraja- Puede da rse, y se da el caso, de que todos estos
ban nombres incompatibles de varios escritores, se necrologistas del socialismo igno rasen qu e la frase
le ocurrió proponerse estas simples y honradas pre- crisis del marxismo púsola pr ecisamente en circu-
guntas: ¿La crisis que en torno del marxismo ha es- lación .e l propio profesor Másaryk, al cual (ig no-
tallado en otros paises, puede afectar directamente rante, como todos los extranjeros, de las. cosas de
á Italia? ¿Tuvo alguna vez tiene esta doctrina
ó Italia) le ha cabido la insi gne suerte de aportar á
alguna sólida base y segura difusión en nuestro nuestro país un nuevo éillesperado tributo á. la
país? Y en todo caso, ¿el partido socialista italiano, fortuna de la s p alabras. Y así es. La expresión
tiene tanta fuerza ya y tal extensión sobre las ma- c risis del ma?'xismo rué inventada por Masar~Tk en
sas y entre las masas, y tiene en sí tal desarrollo y los números 177-79 de la Zeit de Viena, de Febrero
tal complejidad de condiciones y de referencias de 1898, Y aquellos articulas suyos fueron recopi-
políticas, para que pueda revelar aquellos caracte- lados después en folleto (1) con fecha del 10 de
res precisos y claros de estable y duradera organi- Marzo' y téngase bien en cuenta que no es porque
zación proletaria, dada la cual el discutir á fondo el aut~r de semejante descubrimiento Literario tu-
la doctrina es discutir de cosas y no de palabras? viese el ánimo de declarar la muerte del marxismo,
y yendo más á fondo, ¿hay quien pueda decir que sino porque parecióle constatar (permítase esta pa-

(1) Esta polémica publioóseen el cuaderno III del año III (1) Die wissenschaftliche urul philosophische s-u« inner-
(1899). halb des gegenwiiatigen Marxismus. Wien, 1898, pago 24,
APÉNDICE 187
186 ANTONIO LABlUOLA

labra del argot periodístico) la crisis dentro del ~n 600-digo 600-, lo que es demasiado para la.
marxismo, y de hecho concluía así: «Qulsiera ad- entidad que se va exponiendo y para la paciencia.
de los lectores?
vertir á los enemigos del socialismo que no se forjen
vanas esperanzas en pro de sus partidos por esta
crisis del marxismo, que mejor puede dar fuerza ***
al socialismo cuando sus jefes quieran criticar
libremente sus fundamentos y superar sus defec- El profesor Masaryk es un positivista, palabra.
tos. Como todos los de mas partidos de reforma so- que aquí en Italia es de uso subersivamente exten-
cial, el socialismo tiene su fuente viva en las ma- sivo y elástico, pero que para el profesor quiere
nifiestas imperfecciones del presente orden social, decir, y sea, también con varías modificaciones,
en su injusticia éinmoralidad, y sobre todo en la que se encuentra en la línea que va desde Comte á,
miseria material, moral intelectual de la gran
é
Spencer... ó al mismo Masaryk. No estoy en grado
masa de todos los pueblos» (1), de tributarle toda la admiración de que segura-
En aquellas 2"1 páginas, que á decir verdad mente es digno, porque tiene la costumbre, para
eran muy pocas, dada la gravedad del asunto, los mí incómoda, de escribir en lengua tcheque. Hasta.
datos de la cl'isis-por lo que se refiere á la Sozial- ahora no conocía sino su Lógica concreta en la
demokraiic alemana y con alguna pequeña ref'e- traducción alemana. 'I'ampoco qulsiora sutilizar-
rencia á la literatura francesa inglesa-venían
é
sobre el tenor tasativo de sus expresiones, porque
resumidos, enumerados, caracterizados, algo a pre- este libro ha sido traducido por el señor Kalandra
suradamente por cierto, en los consiguientes [e- en un alemán bastante cancilleresco. La obra, en
fes .. , ¿Pero qué más da este folleto del 10 de "Marzo su conjunto, como dice el mismo autor en el pref'a-
de 1898, si en el libro de fecha del 27 de Marzo cio, no ha de considerarse bajo el aspecto de la
de 1899 aquellas 24 páginas se han transformado composicíón y del estilo. Es un parto enteramente'
ultraacadémico; con su obvia división en introduc-
(1) Idem, pág. 24.-Esta misma declaración se repite am-
ción y secciones, y éstas, que son cinco v• sesuídas
to

pliamente al final del libro, y especialmente en las páginas del resumen, acarrean la subdivisión en capítulos,
ól.lL·!12. ¡Otra pequeña nota en favor de la suerte que tienen con la subfigura del A, 13, e y demás, hasta llegar
las palabras! La crisis dentro se ha convertido en el'isis elel á la reaubdívísión del todo en 162 parágrafos, con
?na1'xismo en la traducción francesa de aquel folleto, hecha
varias bibliografías en orden separado y en orden
por Bngiel, París, 1898 (extraído ele la Reoue Lnternationale
de Socioloqia, número del mes de Julic.)
concentrado, con un índice-sumaría verdadera-
188 AN1'ONIO LABRIOLA

mente admirable, que hace pensar en muchas cosas


APÉNDICIU 18¡)
Alas que el libro no responde, y con el inevitable
registro. Son, en suma, apuntes de lecciones ilus- y principal defecto de su libro, en el -cual se dis-
trativas y declarativas, en tono mesurado y tenue, curre de muchas é infinitas cosas, pero á la reali-
redactadas en esquema de enciclopedia, y no todas dad, al hecho, no se llega nunca. El autor ha como-
identificables en igual fecha. De hecho, mientras interceptado la vista del impreso y de las sombras
el libro, compuesto originariamente en lengua de los escritores, entre los cuales gira obsequioso-
tcheque y preanunciado en el folletito del afio con todos, como si su mirada careciese de virtud
anterior, que al que quiera puede ahorrarle leer perspectiva.
las 600 páginas, se iba publicando en alemán, apa-
reció al mismo tiempo el libro de Bernstein (véase ** *
nota pág. 590), Y con esto el autor ha tenido que
ajustar sus partes en otro lugar (1). ¿No es acaso el principal deber del que quiere-
La actitud de Masaryk es verdaderamente sui discutir los fundamentos del marxismo estar en
gene1'is. Él no es socialista, conoce extensamente grado de poder responder á esta pregunta: ¿creéis·
la literatura del socialismo, no es adversario pro- Ó no creéis en la posibilidad de una transforma-
fesional del socialismo, lo juzga desde lo alto, en ción de la sociedad de los países civilizados, por'
nombre de la ciencia. Fué diputado en el Reichs- la cual cesarían las causas y los efectos de las
rath de la Cisleitania, y por más que era naciona- presentes luchas de clase? Frente á tal problema.
lista y progresista, que yo sepa, no se confundió general resulta verdaderamente ele secundaria im-
nunca con los jóvenes tchequee, Me parece' que portancia el modo de la transición á aquel estado·
ahora está apartado de la polémica. Publica una futuro, deseado previsto; porque aquel modo es-
ó

revista, que es casi un símil de nuestra Nuova An- capa á nuestro albedrio y ciertamente no depende
tologia, y es doctor de oficio, es decir, gran legis- de nuestras definiciones. Respecto á esta tesis ge-
lador y narrador agudo de lo que lee, hasta en sus neral es, no diré indiferente, pero ciertamente de '
más mínimas minuciosidades. Y este es el primer valor bastante subordinado, saber qué parte del
pensamiento y de las opiniones (muchos confunden
(1) Ó sea en los números 239 y 240 del 20 de Abril y del 6
de Mayo ele 1899 de la Zeit de Viena. Y as! hizo tambi én en malditamente aquél y éstas) de Marx y de aus-
Octubre del año pasado, á propósito del mensaje de Berusteiu próximos secuaces intérpretes lindan
é ó no con
al Congreso de Stuttgart. las presentes y con las futuras condiciones del mo-
vimiento proletario; porque no se necesita ser se-
cuaces rabiosos del materialismo histórico para-
AP}\JNDICE 191
ANTONIO LABRIOLA
lIJO cía histórico-social, y con la conveniente revisión
.conlDrender cómo las doctrinas valen en cuanto de los conceptos que hayan sufrido ó sufran co-
doct~'ína,s, es decir, en cuanto son una luz intelec- rrección por el curso na tural del pensamiento. Las
tual proyectada sobre un valor de he chos, pero que doctrinas q úe 'est á n á punto de desarrollarse y de
en cuanto son doctrinas no son causa de nada. Pero progresar no admiten la tratacióu eriuliia y filolá-
el se ñor Masaryk es, en cambio, un doctrinario, qica como se emplea en las superadas formas del
.es decir, un creyente en la virtud de las ideas, pensamiento, y que llamamos antiguas. ¡Pero los
un académico, para el cual todo consiste en la temperamentos intelectuales de los hombres son
lucha por la concepción gene)'a~ del. mundo (Wel- bastante diferentes unos de otros! Algunos-y son
tansehauung); Y no es de extrañar que rechace pocos-presentan al público el r esultado del pro-
con soberano desprecio (passim) la expresión ins- pio trabajo y no creen deber añadir la historia
tinto de las masas. Esta crítica, que descansa toda íntima de sus lecturas hasta la fotografía de la
entera sobre la i)resunción de un juicio soberana- pluma con que escrib en. Otros-e-y son el mayor
mente imparcial de las luchas prácticas de la vida número-sienten vi va la necesidad de dar á las
en nombre de la ciencia, y que ignora la, resigna- prensas todo el fruto de sus lecturas. Son meticu-
.e i ón del pensamiento al curso natural de la histo- losos custodios de sus cuadernos, á fin de qu e no se
ria, es y queda siendo intrínsecamente caduca, pierda ni para el pres ente ni para el futuro nin-
porque gira en torno del marxismo, sin aferrar su guna parte de sus fatigas. El pro fesor Masaryk,
verbo, que es la concepción general del desarrollo que disuel ve en 600 páginas esta tesis de oca-
histórico bajo el augusto visual de la revolución sión, ¿qué juicio puede formarse ahora del marxis-
proletaria. mo, teniendo en cuenta que se discute también
D emorando definir la actitud general de Ma- dentro del partido? El profesor Masaryk, que tanto
saryk, me parece que no le hago ninguna ofensa ha leído, no puede menos de considerar el marxis-
diciendo que desconoce mis escritos sobre la ma- mo mismo según las sacramentales rúbricas de la
teria de que trata. Si alguna los lee, verá quizá fi~osofía" de la 1 'e~igión, de la ética, de la poliiica, y
que sin descender á las minucias de la polémi- así hasta el infinito; y caso curioso, jel hombre que
ca con la prensa corriente del partido, sin pro- tan obsequioso es con la burocracia universitaria
clamarse descubridores 6 autores de la crisis del y con los fetiches de la ciencia, acaba al fin de-
marxismo, se puede ser también presentemente clarando que el marxismo es un sistema síncrético!
partidario del materialismo histórico, después. de (passim. en todo el libro y esplícitamente en la pá-
haber hecho la debida parte á la nueva experien-
APÉNDICE 193
ANTONIO LABRIOLA
192
a cialistas (pág". 591) atenerse al programa de Engels
587). Á. mi me habia parecido que .aquell
gina . ente todo lo contrano, Y un de 1895, es decir, á la táctica parlamentaria; lo
doctrin~ er~ pr~C1~al: íntimamente unitario, que que, á decir verdad, ya lo están haciendo en todo el
algo, mas bien, (e a vencer no tan sólo la mundo, y según mi humilde opinión, por la simple
era cuestión de procurar .. 'a" v filosMía sino razón de que no podrían hacerlo de otro modo sin
. 1 ntre eIenCl J '
oposición doctrllla.6 t '6 práctica Y teoría. Pero demostrar que son locos Ó estúpidos, con la sola
también la,más ObvIa enn hay que seguirle en diferencia de que Masaryk insiste en el consejo con
el señor 1\íasaryk es como es, y- la advertencia de que también debe abandonarse la
sus rúbricas. ideología martcieia, No es el curso natural de los
sucesos políticos de la Europa civilizada lo que ha
*** inducido á los socialistas á cambiar de táctica (ni
dei ue otros se ocupen el autor sabría decirnos cuánto tiempo esto durará
:Muy voluntariamente eJa q d " (á estilo ó podrá durar), sino que son las ideas las que carn-
. " cuanto es ten encía
del sOClalIsmo en . ídicas; declara HO . bian y deben cambiar. Todo se compendia en la
A. Menger) ~ las ref~:m:: JI:: cues'tiones de la lucha por la Weltanschauung (véase págs. 586-592),
mezclar~e d1fectam:~ci lina me parece que :Qjea lo que es natural en un escritor que tiene tanto
Econornw (en cuya "P bre todo empeno en apego al sacramental concepto de la clasificación
. ) y tíene so
de amb~s pler~as ia de Marx,la cual existe, por de las ciencias (pág. 4) Y al puesto supereminente
evidenClar la filosof . ado en obras de taxativa de la filosofía.
más qu~ ~~ se haya ~xP~::u~ia en todas las 600 pá- El Philister, en su subespecíe profesional, se nos
compoSlClO~ ~d hoc, c~anto ésta es estrechamente revela aquí por entero en su propia naturaleza.
g in as la CrISIS en
6fi a (ág 5).
N O pI"dá"s1,
pues al
,
¡Conocer extensamente la literatura del socialismo,
científica Y filos LC P . -et de las condiciones y de éste desconocer lo Íntimo, el sentido, el alma!
. un examen conCle o ' . Dado este ánimo-es cosa que salta á la vista-,
autor, m Ó • o sacado de lo VIVO,
ndo econ mic .
actuales d eI mu u de política socwl. la orientación científica cambia del todo, antes
. á t' o y amp la '
ni un con~eJ? pI' c l~ roletarización continúa ó bien, cambia el sitio de la ciencia en la economía
Si el movlmlCnto de a P , no exacta estas y de nuestros intereses. Pero á esto no llega nunca
no, si la tearia del valor l~sc~anto son d~ máxima Masaryk, porque para llegar debería traspasar los
otras cues:iones ~fines~s~: al filósofo (pág. 4). El confines de las definiciones. Por esto su libro, por
importanCla, no lUte: este' aconsejar á los so- cuanto sea rico de concienzudas informaciones y
único reBultado práctico es . 13
194 ANTONIO LABRIOLA APÉNDIOE 195

de ajeno desprecio profesional al socialismo, se re- quino. «En la constante mutación del orden social
duce en la intención yen los efectos, á un enorme encontró al fin Marx la raz6n histórica del comu-
plat; de positivismo contra el n~arxismo .. ~quí se nismo, como imponiéndose por sí.-Según Marx, la
me ocurren dos observaciones. MI añrmaeíón reso- filosofia es la copia natura.lística del proceso del
nará extranamente en Italia, donde es costumbre mundo.-El comunismo nos lo da la misma hísto-
signíficar con la palabra positivismo todo y toda ria.-El materialismo de Marx es un materialismo
cosa. Además, así como ya dije varias veces que histórico. » Proposiciones como estas, que reprodu-
aquella intuición de la vida y del mundo que se cen aproximadamente el pensamiento fundamental
compendia con el nombre de materialismo h.istóri- del escritor qu e tenemos entre manos, deberían in-
co no ha llezado á su perfección en los escritos de ducir, paréceme, al crítico á rehacerse los funda-
' o .
Marx y de Engels y de sus próximos contmuadore~, mentes de tales concepciones, para derribarlas
as! ahora afirmo más rotundamente que la contí- con una crítica ab irnis. ¿Y qué hace el señor Ma-
nuación de aquella doctrina procede aún lenta- saryk? Pocas lineas después escribe: «Su filosofía
mente y acaso procederá igual durante tiemp? y la de Engels tienen el carácter del eclecticismo,.
Pero los libros como el de Masaryk no SIrven y después nos regala, en la letra D del capítulo II,
para nada. He aquí un mont6n de objeciones en una ensalada rusa de las opiniones contradictorias
nombre del positivismo, si, pero no en nombre de de Bax, K. Schmidt, Stern, Bernstein, Plekanoff,
la revisión directa y auténtica de los problemas de Merhiug, en cuanto han discutido si tal filosofía,
la ciencia histórica, y no en nombre de las cuestio- llamémosla marxista, es conciliable ó no con el re-
nea políticas actuales. La llamada crisis no se. c.a n- torno á Kant, á Spinoza, y no se acuerda del poeta
vierte ni en un sujeto de un examen de publicista que presenci6 la fundaci6n de la Universidad de
ni en objeto de un estudio de sociólogo, sino que Praga, para exclamar con él:
es como un espacio va cío 6 una pausa en que el Pooera e nuda vai filosofia; _
autor va á recitar sus filosóficas protestas.
Algo inconexa es la tratación que el autor de-
dica al materialismo histórico (págs. 92-168), titu-
*** beando primero en las definiciones, para llegar
Un estudio, ni vano ni privado de interés, está al fin á una crítica fundada en el viejo estribillo
dedicado á la formaci6n primera del libro de Marx de la doctrina de los factores, más ó menos disimu-
(págs. 17-89). Pero el fa cit es al fin bastante mez- lado con una fraseología sociológica y psicológica
APÉNDICE 197
196 ANTONIO LABRIOLA
en medio de sus comparaciones se contradice y
algo dudosa incierta. En conclusión, al autor le
é sentencia (pág. 166): «De hecho, Marx viene á for-
repugna el pensamiento de una concepción objeti- mular lo que, como suele decirse, se hallaba en el
vamente unitaria de la historia, y le sucede á me- aire, y por esto no he dado gran importancia á las
nudo que confunde la explicación del complejo singulares influencias sobre su formación intelec-
histórico mediante el variar ante todo de la esiruc- tual." E¡'go-diria yo -recomenzáis de nuevo, ,y
tura económica, con la explicación illico et inme- aun invertís. En el autor de que tratáis, se ha con-
diate del hecho histórico determinado por medio firmado precisamente esta inversión, que desde la
de las respectivas individuadas condiciones eco-
é crítica de la economía y del dato de las luchas de
nómicas. No debe, pues, extrañar ver de qué modo clase remontóse á una llueva concepción histórica
considera á Marx como una especie de Comte adul- (y no para modificar, entiéndase bien, lo que téc-
terado, transformado después en un inconsciente nicamente se llama disciplina de la investigación
continuador de Schopenhauer, aceptando el prima- histórica), y por aquel camino después á una nue-
do de la voluntad, doctrina que contradice la sa- va orientación sobre los problemas generales del
cramental tricotomía psicológica de inteligencia, conocimiento. Pero el señor Masaryk fuerza las
sentimiento y voluntad. Es posible que el pobre cosas, las altera del todo, metiéndose por un eamí-
Marx ignorase que el hombre está provisto, ade-' no que no es el seguido por el objeto de su examen.
más de un intelecto, también de un hígado (sic), Pero se comprende: filósofo profesional, desciende
cosa, sorprendente, porque tenía muchos hígados de lo alto de las definiciones á los pnrticulares del
(sic), por cuyas buenas razones puede deducirse que materialismo histórico, y con todo el debido respe-
no viese que sobreoalor es un concepto principul- to á la metodología, llega á la ieoria de las luchas
mente ético (sic). Al profesor de la Universidad, de clase (págs, 168-234) cual pudiera á un corolario,
que trata su materia como su oficio, puede venirte Aquí también la fidelidad de la exposición ma-
fácilmente la tentación de hacer pasar á un deter- terial hace más sensible la incapacidad para la
minado autor bajo el escrutinio de todas aquellas comprensión intima y viva. Aquí ó allá, algunas
otras doctrinas que el critico tengala costumbre de útiles observaciones sobre la imprecisión de los
estudiar y de manejar, Y entonces, por una extra términos bltl'gllesía,p1'oleta1'iado y otros semejan-
ña ilusión de erudito, sucede que los términos de tes, y después de las de mayor valor sobre la irre-
parangón, que están en el hábito subjetivo del crí- ductibilidad de toda la sociedad presente á las dos
tico, se truecan en términos de efectiva derivación. famosas clases, dada su varia y compleja articula-
Así estaba sucediendo á Masaryk, cuando hete que
198 ANTONIO LABRIOLA APÉNDICE 199

cíón. En comparación de todo esto, hete una sin- rehacer brevemente los puntos principales de la
gular ineptitud para aferrar un concepto tan sim- historia de la civilización. El devenir del Estado,
ple como este: dado el entrelazamiento de la vida ó sea de la sociedad ordenada en clases, con las
social, todos los propósitos individuales pueden ser razones del dominio y de la autoridad, supuesta la
equivocados, lo cual induce al autor á decir que en I propiedad privada y supuesta la familia monogá-
el marxismo la conciencia individual se resuelve en mica, tuvo varios modos de desarrollo en la histo-
puro ilusionismo (!) Le repugna creer que las leyes ria especializada y concreta, y no hay nada que
económicas sigan un proceso natural. Pues que valga para hacer plausibles los esquemas demasia-
pruebe á cambiar su sucesión histórica por medio do simples. Puede darse que los socialistas vean
de actos de albedrío. Reivindicada la espontanei- demasiado simplificado el entrelazamiento de la
dad (¿pero cuál?) de las fuerzas que dan impulso á historia, reduciéndola á breve volumen, lo que les
la historia y la aristocracia del espiritu filosófico, induce á simplificar al mismo tiempo con demasia-
está dicho como el determinismo marxístíco es una do albedrío el entrelazamiento de la presente so-
sola cosa con el fatalismo, y el autor se confiesa ciedad. Ni ayuda ciertamente parapetarse en la
así: «Yo explico el mundo y la historía teístíca- neqacion de la negación, que no es in~t~'ul11en.t~ de
mente» (pág. 234). ¡Deo qratias! investio'ación
b ,
silla sólo fórmula resumitíva., •válida,•
si acaso, post {actttm. Cierto que el comumsmo, o
sea el más ó menos lejano aborde de la sociedad
***
presente hacia una nueva forma de la producción,
Llegamos finalmente á lo más gordo, es decir, no será un parto mental de la dialéctica subjetiva.
á la exposición del musulo capitalístico (págínas y por esto creo-son corteses de armas los adve~­
235-313), y á la critica del comunismo y del proceso sarios-que no hay más que un modo de combatlr
de la civilización (págs. 313-386). Para los socialis- seriamente el socialismo, y es el de demostrar cómo
tas, este es el punto principal, y únícamente sobre el sistema capitalista lleva en sí-por ahora al
este terreno es preciso combatirles. Pero el autor menos - tal indefinida fuerza de adaptabilidad,
descendió de las alturas, y sea en buena hora. No se que todos los movimientos proletarios se reduzcan
habria de negarle-tanto da comenzar por las con- en el fondo á meteóricas agitaciones, sin formar
clusiones-una discreta parte de razón alli donde nunca un proceso ascensivo, que acarree á lo últi-
habla de subversivo p rimiiioismo y simplicismo, es- mo con la eliminación del salariado, también la
pecialmente refiriéndose á la tentativa de Engels en de todo dominio de clase. En esta intención critico-
200 ANTONIO LABRIOLA APB;-¡DICE 201

demostrati va se resume, por ejemplo, la fuerza de sí tarin y contra el comercio engañador, postula
la escuela de Brentauo y sus discípulos. Pero esto pa- una ética que enseñe á cada uno la parte de su de-
rece que no es pan para los dientes del señor Masa- ber. Se alegrn, por último, de que Marx haya des-
ryk, el cual revela toda su ineptitud para aferrar cubierto la importancia social de los trabajadores
el nexo económico de la materia que se trae entre menudos, por más que hubiese caído en aquel dis-
manos, en el capítulo que dedica á la critica del creto número do despropósitos que nuestro autor
sobreeale« (págs. 260 313). va haciendo notar; por ejemplo, la reducción del
Á través de una reseña bibliográfica 'e n torno de trabajo complicado al trabajo simple, y sobre todo,
la vexata qucesiio de la variedad fundamental que la extraña opinión de creer en' la lucha de clase
correría en ere el I y el III volumen del Capital, el cuaudo no hay más que lucha entre individuos.
autor rechaza
I
por inexacta la doctrina del calor-

***
trabajo, y después afirma que Marx no podía partir
del concepto de la ntilidad, porque su objeti vísmo
extremo le apartaba de la consideración psicoló- Per'o si tan fácil cosa es reducir á pol va el ma-
gica (1). Declara después su opinión sobre el sitio terialismo histórico; si las luchas de clase en cuan-
que debería ocupar la economía en el sistema de to principio ele dinámica no son más que la errónea
las cíen cías, dada su dependencia de las presupo- generalización de hechos mal comprendidos; si la
siciones de una sociología general. Rechazado el espera del comunismo es del todo utópica; si las
concepto de la economía en cuanto ciencia históri- doctrinas del Capital son tan evidentemente erró-
ca, salta con la pretensión de una ciencia de la ncas: si todos los fundamentos quedan ya destruí-
economía q ue, sin confundirse con la étíca , abra- dos, ¿por qué el autor se afana después escribiendo
ce todo el hombre, y no solamente el hombre lavo- otras 200 páginas sobre el derecho, la ética, la re-
rante, Sofistica sobre la imposibilidad de encontrar ligión, ctc., ó sea sobre aquellos sistemas que
una medida del trabajo, en cuanto éste, ú su vez, llama ideológi ca s? A mí me habría bastado, por
cleba medir el calor, y considera el sobreoalor como ejemplo, lo que se c1ice e11 las págs. 509-519, en
una excogitación sacada de la hipótesis construc- una especie de pausa interpuesta entre la cerrada.
tiva de las dos clases en lucha. Por medio de mu- red de los pnrúgra.los, como para llegar á una
chos expedíeu tes escribe la apología del capitalista, cierta manera ele juicio final, al cual, por defecto
en cuanto es empresario, es decir, ti'abajadoi' y de estilo, fáltale demasiado la concentración del
director; y mientras se lanza contra la clase para- pensamiento en la concisión de los enunciados. En

J
202 ANTONIO LABRIOLA APÉNDICE 203
este intentado resumen está la caracteristica del incompleto. Hay en Marx una á modo de t?'ágica
marxismo, lo que da mayor realce á las tesis del filosófica. Utilizó para nuevos ideales las ideas vie-
autor. Marx (esto es el jugo de la característica) jas, no supo encontrar otros moldes para el revo-
señala el extremo limite de la reacción contra el lucionarismo sino en los impulsos del edonisrno, y
subjetivismo, en cuanto que para él la Naturaleza por esto se mantuvo aristocrático y absolutista en
es el priu» y la cqncíencia no es más que resultado, sus pasiones revolucionarias.
y por tanto objetioismo positivo absoluto; para él la Estos rasgos, que serian pinceladas en quien
historia es el antecedente y el individuo, y el con- dispusiere de la facultad del estilo', estos ras:'os
o ,
siguien te, por tanto, negación absoluta del indivi- que pueden advertirnos ele cómo corre á través de
dualismo, La cuestión del conocimiento es pura- toda la historia una continua gran tragedia del ira-
mente práctica. Entre naturaleza del hombre é bajo (1), dejan impasible á nuestro autor en su
historia humana, la ecuación es perfecta. No hay académica pedantería. -No opone concepción á con.
otra fuente de conocimiento del hombre que aque- cepción en el rápido mirar hacia una nueva inter-
lla que nos ofrece la historia. El hombre está todo pretación de los destinos humanos, pero objeta
en lo que el hombre hace. De aquí la persuasión de sólo en nombre «de la misión de nuestro tiempo
que las varias formas sociales no son sino formas buscando una nueva síntesis de las ciencias» (pá-
varias de la organización del trabajo, De aqui la gina 513) . Y aquí de nuevo Hume y Kant y la pre-
vista del socialismo, no ya como simple deseo ó gunta: ¿qué es la verdad? Y después discurre so bre
aspiración. De aquí el concepto del comunismo, la nueva neoética, que debe descender científica-
no como simple sistema de relaciones económicas, mente á la crítica de la sociedad. La nueva filoso-
sino corno de una innovación ele toda la concien- fía debe resolver el problema de la religión, que
cia, más allá de los límites de todas las presentes Marx creyó haber superado, haciendo de aquélla
ilusiones y en el ajuste del humanismo positivo. una forma ilusional. El pesimismo es la nota do-
Pero este extremo objetivismo choca ahora con el minante de nuestro tiempo. Schopenhauer se acer-
retorno á Kant, sea con el criticismo. l\Iarx fué
ó có en parte á la verdad cuando hizo de la voluntad
incompleto. No supo superar á Hegel, no encontró la raiz del mundo. El marxismo quedóse errónea-
la expresión adecuada de sus tendencias, recayó mente en la negación. ,,'El Capital no es más que la
en el romanticismo de Rousseau, en vano procuró
separarse ele Ricardo y de Smith, de los cuales (1) Mo permito aquí enviar el lector á mi Discorrendo e t-
intentó la critica, y quedóse autor de un sistema, cétera, carta novena. '
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transcrición económica del Mefístófele de Faust»
(sic)' en la pág. 516, (Y el que no quiera creerme . sado ya para siempre y que hemos definitivamente
que lo consulte.) Por último, sabemos-si no he entrado en el de las lentas evoluciones, más bien
ó

comprendido mal-que en el retorno á Kant y en dicho, en el idilio de la quieta y resignada razón.


el declinar del espíritu revolucionario hacia el Volvamos á su casillario.
parlamentarismo, consiste lo esencial de la crisis,
Ó sea el comienzo de la época Masaryk en la histo-
**:-:
ria del mundo.
La excursión por la doctrina del Estado y del
** * derecho (págs. 387-426) está principalmente enca-
minada á combatir la vista según la cual aquél y
[Por lo tanto, Kant y el Parlamento! Pero ¿qué éste son como formaciones secundarias y derivadas
Kant? ¿El de la privadísiva vida privada del señor con respecto á la sociedad en general. El Estado
Philisier, de Konígsberg, aquel otro, autor revo-
ó existe desde los orígenes de la evolución, y existirá
lucionario de escritos subversivos, que á Reine siempre por razones que la inteligencia y la moral
parecióle uno de los héroes de la g¡'an j'evol'llción? aprueban (pág. 405); Y después, el hombre, "por
¿Y qué Parlamento de ordinaria y consuetudinaria natural disposición suya, no solamente manda de
hechura será el llamado á transformar la historia? buen grado, sino que se deja también mandar y
Entonces diremos á Kant y á la Convención: "Pero voluntariamente obedece". Las desigualdades na-
esta historia sucedió á la Revolución, es decir, al turales legitiman la jerarquía (pág. 406). Está muy
desmenuzamien to de todo un sistema social, á la bien. Pero dado esto, ¿por qué afanarse después
ruina de todo un ardan político, al desencadena- demostrando que el derecho no es deri vable de las
miento de todas las pasiones de clase ... y basta.» El condiciones económicas? ¿Para qué perder tiempo
señor Masaryk, como que es profesionista de socio- combatiendo las doctrinas igualitarias de Engels,
logía académica, tiene el derecho de ignorar aque- y por qué escudarse en la solemne autoridad de
lla historia viva, agitada, impulsiva, apasionada, Bernstein (pág. 409), que habría devuelto su auge
que place á aquellos otros mortales que tienen el al Estado (¡precisamente en un artículo de la Nene
sentido simpatético de la realidad humana, y por Zeiit ), puesto que los socialistas no quieren abolir-
esto puede cómodamente solazarse con la persua- lo, sino simplemente reformarlo? Pero es tan fácil
sión de que el períódo ele las revoluciones ha P:1- andar de acuerdo con el vulgar sentido común, que
no se niega á admitir, precisamente como hace el
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s ellar Masaryk, que hay desigualdades justas y las atendido q ue «la fe es el más alto objetioismo del
hay injustas (s ic). ¡Per o si quiera nos diese el señor homb~'e :l~rmalJ y por esto ip so fa cto sociats-:- , pero
Ma saryk la medida justa! el objetívísmo de Marx es dem asiado bilioso (pá -
Salt o por encima del capitulo titulado Naciona- gina 480) .
lidad ti internacionalidad (p ágs . 4~6-465)-donde el Si la r eli gión es perenne, si el Estado es inmor-
autor, además de mostrarse indignado por la esla- tal, sí el derecho es natural, figuraos sí la ética
vafobi a de Marx, ha ce útil es obs ervaciones sobre (págs. 482 -500) no ha de ser supere terna. El autor
aquellos obstá culos al internacionalismo que nacen rei vin dica pa ra la concie ncia m ora l el carácter del
espontáneos del es píritu nacional-, para dete- dato índíscu tible é inmediato. No me detengo en
nerme un poco sobre las insignes paradojas qu e declarar qu c no se n ecesita ser ni materíalistas de
pronuncia á propósito de la r eligión (págs. 455- la hi stori a ni simples materíalistas, p ara relegar á
48 1). Aquí se nos revela como un verdadero dec a- la categoría d~ fábula esta opinión infantil, y por
dente. ¡Catolicismo y proteatautísmo son hechos esto hago gra cia al autor do las citaciones de los
todavía archivivos y decisivos, además, sobre la artículos de revistas, en los cuales Bernstein los
suerte del mundo! Mejor aún, todos somos una Ú Schmidt y símiles socialistas habrían reívindi~ado
otra cosa; toda la filosol'ía moderna es protestante, y las razones de la ética contra el amoralismo de
no existe filoso fía católica sino por nefas (¿y vu es- Ma ro: (pág. 49 7). No digo nada del socialismo con
tro Comte?). En Marx hay un eleme nto católico, no respecto al arte (págs . 500 -508).
sólo por haber adoptado e l socialismo fran cés, que
es católico y r epugn a á la conciencia protestante,
sino porque fué autoritario, e nemigo de la indivi-
dualidad internacionalista y secuaz del obj etivismo Por tod as estas razon es, leyendo lo que el a utor
absoluto (pág . 47 6). Como la Revolución francesa escribe en la quinta sección (págs, 520-585) en torno
fué en gran parte un movimiento religioso, hay de la política práctica del socialismo, tratándola en
un algo de religioso é implícito en todo el socia- dos capítulos titulados el uno Re volución y reforma
lismo contemporáneo . En v arios puntos del libro y el otro Ma roiismo y parlamentarismo, nos encon-
se insinúa la idea de qu e protestantismo y catoli- tramos en presencia de un ar tefacto doctrinal de
cismo en cierto modo r ecíprocamente se completan la más bell a especie verbali stica. Que el soc ía lis-
-y puede darse que el autor piense que se prepara n~o se haya ido desarrollando, en estos últimos
ahora en el socialismo la r eligión del porvenir, cincuenta años, de la secta al partido; es cosa bas-
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palubras y los actos de todos los dem \s. Pero pa-
tanto sabida. Que el comunismo imperativo y ca- r ce qu e la Némesis ha llegado -porque aquel bcn-
togórico de algún tiempo se haya c~~vertido en dito Marx quiso ser demasiad as cosa s diferentes ¡\
democracia social, sabidísimo es también . Que los un mismo tiempo, es decir, filósofo a lemán y re -
partidos socialistas expliquen prese~1tem en te una vo lucionario latino, protest an te y ca lólico-, y la
acción práctica varia y circunstanCiada, como es venganza del protestantismo ha llegado (p ág . 56()),
un hecho histórico, es también por su parte hacer de mo 10 qu e aquí es tá el definitivo quid de la crí -
la historia. Que en todas estas cosas se cometan sís, el sentido puro del nu evo n 'I'ermidor de '\ Iaxi -
errores y haya prácticas ineertidull1bres, .es un mili ano Carlos Robespierre Marx .
hecho humanamente in evitablc; pero tambión es No valdria la pena de seguir al autor allí donde
verdad que para comprender estas cosas es ne~ e­ va vendimiando en toda la prensa soc ialista y en
sario vivir dentro de ellas y con mirada y sentido los actos de los partidos la prueba de la disolu-
de histórico observador . ¿Y qué hace el señor Ma- ción del marxismo por obra de los marxistas, que
saryk? No ve más que categoremas, Y he aquí serían como un l\Iarx prolongado, Para la tesis todo
como el pasaje es todo, del reyolucionarisll1o sis.te- es bueno, hasta invoca r el testimonio de E. Fenr},
mático á la neaaclón de la posibilidad de cuulqu ter el cual habria dicho, no sé verdaderamente en
revolución del romanticismo á la experiencia, de dónde, que la r epública es un interés privado de
la aristocr~cia revolucionaria á la ética democrá- los partidoa burgu eses. ¡Por consiguiente, nada de
tica, del i mper a ti vo categórico al empiri~mo~ del repúbllcul r la esp eranza del autor os «que) per-
obj etivismo puro á la autoeriti cic1ac1, del títantsmo diendo el socialismo los caracteres agudos dol atela-
al no sé qué, pero se sabe sólo que «F aust ·lIIal'x se mo, del materialismo y del r cvolucionarísmo , se
convierte en elector > (pág, 662 ). ¡Afor tunados vos llegue al fin á un veraz democrutismo qu e adquie-
otros, electores socialistas, que completáis á 80e- ra las proporciones de una universal concepción
the! Y despu és he aquí un especioso método: co ;n ~ de la v ida y del mundo. La polltíca de semejante
prender la persona de Marx (del ~uall~~ sé por q.ue dem ocratismo sería la verdadera política de la v ída
el autor dice que desconoce la biogrnf'ia) como m - y de l mundo, una política sub specie ceternitatis»
definidarnente prolongada á través ele los actos y (p ág. 585). Y yo, por mi parte, confieso no haber
de todas las manifestacion es de los partidos y de comprendido nada de todo est o.
la prensa socialista y pon er luego ú cargo del mar-
xismo del señor Carlos Marx, como si fuesen rec - -..
tificaciones Y arrepentimi entos propios de él las **
14
210 ANTONIO LAIIRIOI,A
APfDNDICE 211
He seguido, con insólita premura y paciencia
dorado. La cuestión social es un dato-también lo
-dado q ue el género de mis ocupaciones no me
es el'socialismo-: socialismo y marxismo forman
permite leer un solo libro todo de un tirón-las
~7n una sola cosa (el autor lo repite varias veces, ~T
600 páginas del señor Masaryk. Muy curioso an-
me parece que se equivoca grandemente), pero la
duve cuando lo vi anunciado. Se ha hin hablado
cuestión social debe tener soluciones diversas do
tanto de crisis del marxismo por tan gran número
las que espera el sociaiismo -maroiismc; por cousi-
de personas do media íuñma, y casi siempre in-
ó

guíente, r etoquemos, rehagamos, desbaratemos la


congrua cultura, que pareció me podio, aprender
Wettanschauunq que está en la base del marxismo,
mucho del opus rnagnu'Tn del autor de la nueva pa-
y puesto que los mismos marxistas estánlo discu-
labra de orden de la ciencia social. La desilusión
tiendo, metámonos como árbitros en la crisis.
que he sufrido, puede verse en lo que hasta aquí
Lo que en la práctica quiere verdaderamente
he venido notando. el señor Masaryk, tal vez lo sepamos otra vez, y yo
Cierto que el señor Masaryk no tiene nada que
confieso que, por mi parte, no siento el afán de sa-
ver con las varias especies de profesional ignoran-
berlo. Pero esta lectura me ha hecho pensar nueva-
cia v de atrevida truhanería que han hecho flore-
c~r,· en pocas horas, tantos críticos definitivos del mente en todo un siglo de hístoría de las ideas.
Desde sus orígenes que el positivismo anda ro-
socialismo en nuestro feliz país, donde vegetan
yendo los talones.al socialismo. Ideológicamente,
tantas clases de anarquismo moral éintelectual,
ambas cosas nacieron casi á un mismo tiempo en
Entre el autor de que me ocupo y esta llamada cri-
la mente indistintamente genial de Saint-Bimón ,
sis del marxismo en Italia, no hay de común otra
Fueron como el complemento, por antítesis, de los
cosa que la externa etiqueta, y esta etiqueta nos
principios de la Revolución. La oposición entre los
ha llegado ciertamente por mediación de la prensa
dos términos se viene desarrollando en la multíco-
francesa.
lora descendencia sansimoniana, y á cierto punto,
La honrada y modesta intención de Masaryk
Comte convirtióse en el representante de la reac-
fué recitar el elogio fúnebre del marxismo en nom-
ción (aristocrática, diria Masaryk) que señala á
bre precisamente de otra filosofia, La materia á
los hombres, en el cuadro fijo del sistema, el pues-
criticar la ha recogido cn notas de pacienzuda y
to y el destino, en nombre de la ciencia clasificada
minuciosa elaboración, y en nombre de qué y á qué
y omnisciente. Á medida que el socialismo se ha
intención ha conducido su crítica, resulta claro de
vuelto consciencia de la lucha de clases dentro de
todo el contenido y hasta el tono humilde y mo-
la órbita de la producción capitalista, y á medida
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que fu sociología, varias veces mal intentada, se este problema verdaderamente intrincado y difí-
hu ido consolidando en el materialismo histórico, el cil: que mientras debe huir de perderse en las va-
pos#'Ívismo, heredero infiel del espíritu revolucio- nas tentativas de una. romántica reproducción del
nario, se ha encerrado en el orgullo de la super- revolucionarismo tradicional (ó sea, diría "Masa-
eminente clasiflcacióu de las ciencias, que despre- ryk, debe huir de la ideología), debe guardarse
cia el concepto materialístico de la misma ciencia asimismo de aquellos modos de adaptación y de
como cosa mutablemente conforme al variar de las consentimiento que, por los caminos de la tran-
condiciones prácticas, sea del trabajo. Masaryk
ó sacción, haría nlo desaparecer en el elástico meca-
es un hombre demasiado modesto para volver á nismo del mundo burgués. Hay el deseo, la espe-
poner en escena el papado científico de Comte, ra, la esperanza de tal consentimiento por parte
pero es bastante profesor para creer todavía en la del socialismo, que han inducido recientemente
lVeZttanschaU1lng como algo superior á la cuestión tantos y tantos portavoces del orden social pre-
social de los humildes trabajadores . Míradlo como sente á dar una extraordinaria importancia al mo-
queráis, en todo profesor hay siempre algo de cura desto libro de Bernstein, que de golpe y porrazo
que crea al dios que después adora, sea fetiche ú tué elevado á los honores .de un síntoma hístóri-
hostia consagrada. ca (1). En este hecho está la característica y la
y ahora si que podemos decir que hemos com- condenación, á un mismo tiempo, tanto de aquel
prendido. libro como de tantas otras manifestaciones afines;
::: *::: pero en todo esto, el señor Masaryk no entra para
nada, EL señor Masaryk, corno' verdadero profesor
Tendría la tentación de citar aquí algunos pá- en ejercicio, ha hecho filología á través del papel
rrafos de mis escritos, de los cuales resultaría cla- impreso,
ro en qué estriba la varíación entre la critica y la
c1,z.sis','Pero al punto á que he llegado me parece Roma 18 de Junio de 1899.
que basta.
Como la política no puede ser sino la interpre- FIN
tación práctica y factible de un dado momento his-
tórico, hoy tiene precisamente ante sí el socialis-
mo-hablo en términos generales) y sin tener en (1) A propósito del libro de Bernatein, véase mi articulo
cuenta las diferencias que van de país á país- en el 1l101tvement Socialiste, Mayo 1899.

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