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El duende

que vive en ti
II concurso internacional
de dramaturgia infantil

FESTIVAL ARTECALLE 2021

colección
las alas del escorpión

la caída
Los textos que componen la presente antología resultaron ganadores del II
concurso internacional de dramaturgia infantil El duende que vive en ti y han
sido cedidos por sus autores explícitamente para su uso en esta edición.
______________________________________________________________

© Javier Pérez Álvarez


© de la edición, La caída, 2022
© de la edición, Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo del Azuay, 2022

Edición: Germán Gacio Baquiola y Alejo Hernández Puga.


Coordinación editorial: David Larriva R.
Ilustración de tapa: Javier Pérez Álvarez
Diseño de portada: Juan Contreras Falconi

Textos:
Julian Garzón Vélez
Erduyn Maza Morgado

e-ISBN: 978-9942-755-32-2

La caída editorial es miembro fundador de la Asociación


de Editores Independientes de Ecuador.
Impreso en Ecuador.
El duende
que vive en ti

FESTIVAL ARTECALLE 2021


PRÓLOGO

El Festival Internacional de las Artes Callejeras Arte-


Calle, surge en el año 2001, en La Habana, Cuba, con la nece-
sidad de difundir, promover y desarrollar diferentes discipli-
nas en espacios alternativos y no convencionales, dándole la
oportunidad del disfrute a toda la comunidad donde se presen-
tase dicho evento artístico. Representado por el teatro, los títe-
res, las artes plásticas y visuales, la música, el circo, la danza,
y todas las artes escénicas en su gran diapasón de expresiones,
surgió también el Concurso internacional de dramaturgia infan-
til El duende que vive en ti, dándole la oportunidad a todos los
dramaturgos del mundo a exponer sus obras y luego que sean
promocionadas en un libro, distribuido en gran parte de modo
gratuito a la población.
A 20 años de su fundación y en su edición número once, la
fiesta de las Artes Callejeras ArteCalle 2021, publica este libro
con las obras ganadoras del II concurso internacional de
dramaturgia infantil, dando una nueva oportunidad a sus
lectores y seguidores, y continuando la labor de difundir tex-
tos teatrales y dar a conocer nuevos dramaturgos.
Agradecemos a todo el equipo de realización de este gran
evento: concursantes, jurado, editores, imprenta, productores,
auspiciantes y todos los que han hecho posible la realización,
una vez más, de este sueño.
Abrazos fraternales y bendiciones,

Javier Pérez Álvarez


Director y productor Festival Internacional
de las Artes Callejeras ArteCalle
MAULLANDO SIN LADRAR

Julián Garzón Vélez

PERSONAJES:

Narrador
Gato perezoso
Gato garoso
Gata amargada
Gato juguetón
Gato dormilón
Gata amistosa
Perro
Perro Viejo

Reino de los gatos.

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NARRADOR:

En reino hermoso y singular


De Felinos mil por habitar.
Vivian Gatos por doquier
Escuchen bien, venga a ver.

Cada uno es tan igual
Pero a la vez tan diferente
Unos de garras mortal,
Otros de cara sonriente.

Estaba el gato perezoso


Y también el más goloso,
Vivía la gata Amargada
Que poco era visitada.

También estaba juguetón,


Gata Amistosa y Dormilón,
Todos juntos, se juntaban
Y no les digo, hasta cantaban,

Los gatos y gatas en coro cantan.


GATOS:

Somos gatas y gatas

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Hermosos sin razón
Movemos nuestras patas
y garras con amor.

Gustamos de dormir
Gustamos de llorar.
Y si algo no nos gusta
Comenzamos a maullar
Miau…

NARRADOR:

Tiernos y tranquilos
Estos gatos convivían
Así hubiera conflictos
Ellos nunca se irían

Mas un día, a este reino
Un lindo perro llegó,
Y hasta el gato más fino
Su pelaje despeinó.

El perro estaba perdido


Tal vez un poco extraviado
Andaba sólo, distraído,
Su familia no ha encontrado.
PERRO:

Buen día y perdón

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Me disculpo gatitos.
Estoy perdido, hambriento,
Parecen angelitos.

GATOS:

¡Un perro! ¡un perro!


Sálvenos por favor,
De un tiro nos muerde
Un chandoso llegó.

NARRADOR:

El animal suplicó,
Temblaron, y maullaron
Al pobre can ignoraron,
Su situación no importó

PERRO:

Por favor un hueso viejo


O un techo para dormir.
¡Mírenme! ando cojo,
Tengo miedo de morir.

NARRADOR:

Aunque el perro estaba triste

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Y nunca el pobre ladró.
Al perro por diferente
Todo el mundo ignoró

Los gatos y gatas cantan asqueados

GATOS:

Los perros son ruidosos


Y ladran por doquier
Los perros tienen dientes
Y muerden sin saber.

Los perros huelen raro


Babean sin querer,
Los perros nos persiguen
Aunque se vean bien.

Los perros comen y comen


Y no saben parar,
Necesitan que los cuiden,
Nos ponen a llorar.

NARRADOR:

Entonces yo les pregunto

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¿Podemos al perro dejar?
¿Aunque sea alimentar?
¡Que se quede el perro y punto!

NARRADOR:

El gato perezoso
No se quiso ni mover

PEREZOSO:

Los perros nos hacen correr


Prefiero mejor un oso.

NARRADOR:

Entonces el gato garoso


Se dispuso él a comer.

GAROSO:

Si ensucia hay recoger,


Compartir es fastidioso.

NARRADOR:

Y así desilusionado

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Miro a la gata amargada.

AMARGADA:

A mí no me gusta un gato
Un perro, me pone brava.

NARRADOR:

¿Será tal vez juguetón?


Es un gato muy risueño.

JUGUETÓN:

Un perro es como un dragón


Y más, si no tiene dueño

NARRADOR:

A ver ¿Y tú dormilón?
Despierta ya, no bosteces

DORMILÓN:

Dejen dormir, quiero peces


Me ensuciaría el sillón
NARRADOR:

¿Amistosa y tú que dices?

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AMISTOSA:

Que claro, me gustaría,


sería un nuevo amigo
Todo el día jugaría
Se quedaría conmigo.

NARRADOR:

Los gatos mal la miraron


Algunos hasta bufaron
A ella la intimidaron,
Pensar igual obligaron.

AMISTOSA:

Mejor no, no me gustaría


Me iría mal con el perro
Mi comida comería,
Y hay olor en encierro.

NARRADOR:

El perro solito quedó


Y se acostó en una esquina
De todos él se apartó
Entre periódicos camina.

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En la oscura media noche
Gata amistosa no aguantó
Salió donde el perro, lo miró
Y le hablo un poco en sottovoce

AMISTOSA:

¡Oye perro!, despierta.


Traje una cobija abierta,
Para darte calor y abrigo
Y si quieres, habla conmigo.

PERRO:

Muchas gracias gatita


No sabes lo que se siente
Estar perdido o ausente
Es usted muy bonita.

NARRADOR:

Perro y gata se quedaron


Hablaron, mas no durmieron
De entre todos, se entendieron
De su vida se contaron.

La gata fue maltratada


El perro perdió familia
Los dos tenían tristezas

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Y juntaron alegrías.

Poco a poco apareció
Entre ellos, sentimientos
El amor de ellos fluyó
Se sentían muy contentos.

Pero los gatos miraron
Y les vieron muy felices.
Pues metieron sus narices
Amargada echó veneno.

AMARGADA:

¿Que tienen en común


una gata y un perrito?
El perro es muy feíto
Nadie lo lleva a tuntún.

Los gatos y gatas cantan envidiosos.

GATOS:
Los gatos y los perros
tienen sus diferencias
Los gatos saltan alto,
los perros olfatean

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Los gatos son felinos,
los perros son caninos
ambos son diferentes,
no pueden ser amigos.

Especies diferentes
que no pueden hablar
Como gatos y perros
empieza a pelear.

NARRADOR:

Y así pasaron los días,


Los meses y hasta los años.
Y los gatos por huraños
No buscaron las salidas.

El perro se fue quedando


Aunque siempre de ignorado
De prejuicio es enredado
Por felinos rechazado.

Mas después de tantos días


Perro y gata enamoraron.
Y de pronto lo informaron
A las gatas y a sus tías.

Decidieron pues, casarse

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AMARGADA:

Casarse, ni se le ocurra
No vayan ni abrazarse
Eso es una locura.

Gatos y gatas cantan burlándose.

GATOS:

Uno de estos animales


No es como los otros,
Es diferente de todos los demás.
Adivina quién es diferente de los otros
Hay un perro aquí que ha de ladrar.

PERRO:

¿Y por qué soy diferente?


Si tengo cuatro patas,
Cabeza, ojos, dientes
¿Por qué así me tratas?

NARRADOR:

Pero ningún gato o gata


Había querido conocerle.

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Era diferente,
debían de temerle.

Gata y perro se sintieron rechazados
Sus sentimientos, para nada han importado
Juntos pero tristes se han quedado
Tal vez como flores, marchitados.

Ladridos y aullidos.

NARRADOR:

Esa noche se escucharon


Ladridos y gruñidos
Los felinos se alertaron
Estaban sorprendidos.

Había entrado otro perro,
Mas no se oía tranquilo.
Tenía dientes de hierro
Y no entraba con sigilo.

PERRO VIEJO:

¿Dónde están los gatos malolientes?


Dejen el miedo no se escondan,

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Les arrancaré la cola con mis dientes
Huelo su aroma, ¡respondan!

NARRADOR:

Los gatos al ver


a este perro mayor,
Maullaron más duro,
Temblaban de horror

El perro tranquilo,
Salió de la nada
Saltó sobre el otro
Como una camada.

PERRO:

El reino de los gatos


Ha sido mi hogar
No lo interrumpas
No le hagas mal.

NARRADOR:

Se armó una pelea


De perros ladrando
Los gatos se esconden
Temiendo y llorando

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Aunque perro tierno
Fue rechazado,
Defendía el reino
Cómo hogar soñado.

Gatos y gatas cantan alentando al perro.

GATOS:

¡Dale perro!, ¡dale!


Dale con las patas
Muerde con colmillos
Gruñe con más ganas.

¡Él es nuestro perro!


Él es nuestro amigo
Dale con más ganas
Estamos contigo.

NARRADOR:

En medio del miedo


Los gatos le amaron
Al perro quisieron
También apoyaron

Pero en eso, los perros

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Que juntos peleaban
Se vieron de frente
Olieron sus patas.

Se dieron abrazo
También sonrieron
¿Qué extraños esto era?
¿Coincidencia dieron?

PERRO VIEJO:

Te he estado buscando
Hijo de mis patas
Te estamos extrañado
También tus garrapatas.

PERRO:

Padre cuando tiempo,


Pensé no verte más,
Estás un poco viejo
Por fin te quedarás.

NARRADOR:

Perro padre y perro hijo


Por fin se reunieron
Había regocijo,
Los dos lo comprendieron.

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Su padre le contó
Lo mucho que buscó
El rastro que siguió
Los días que insistió.

El hijo le narró
Que se había enamorado.
No se iría de este reino
Hasta no haberse casado.

Pero también comentó


Lo terrible del rechazo
De una gata enamoró
Y a todos parece raro.

NARRADOR:

La gata amargada,
Aprovechó a decir

AMARGADA:

Bien pueda, se pueden ir


Aquí no les queda nada.

NARRADOR:

El padre del perro


Mucho se enojó

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Sus dientes apretó
Gruño y hasta ladró.

PERRO PADRE:

No me gustan sus malos tratos.


Por mirar las diferencias,
Los perros y los gatos
Son puras apariencias.

Todos los animales


Son igual de iguales
Lo importante es ser feliz
Ver más allá de la nariz.

NARRADOR:

Y les dijo que criticaban


¿Qué porque discriminaban?
Que sólo un ser eso hacía,
Y A LOS HUMANOS PARECÍAN.

GATOS:

No, ¡A los humanos jamás!

NARRADOR:

Y así los felinos reaccionaron

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Todos ellos hasta pensaron,
No quisieran parecerse a los humanos
Que rechazan hasta sus hermanos.

Y el perro abrazó a la gata,


Amistosa fue bien recibida.
Los felinos alzaron pata
Prometieron mejor vida.

En el perro reconocieron
A un ser muy valioso
Los defendió y entendieron
que el amor es poderoso

Gato, gatas, y perros cantan juntos.

GATOS:

Somos gatos y gatas


Y un perro con amor,
Familia diferente
Pero está mucho mejor.

El perro ya nos cuida


Y nosotros lo cuidamos.
La gata y el perrito
Unidos se quedaron.

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No importan diferencias
Importa lo que sientes
Maullamos y ladramos
Aunque seamos diferentes.

Somos gatos y gatas


Y un perro con amor
Familia diferente
Pero está mucho mejor….

NARRADOR:

Y así, mirando unos a otros


Se notaron como iguales
Pero también de diferentes
Se vieron felices, algo sonrientes

Entendieron que el prejuicio


Más que proteger, condena
Que el rechazo es como un juicio
Que mejor ir en la buena.

Los gatos, perros y gatas
Todos juntos se abrazaron
También se disculparon
Chocaron hasta las patas

Y juntos prometieron pactos,


De no ser nunca como humanos;

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que a veces son tan insanos
Que pelean, como perro y como gatos.

Mejor que comience fiesta


Y que empiece ya esta boda
De una gata bien apuesta
Y un perrito de rapsoda

Marcha nupcial de Mendelson.


Gato, gatas y el perro padre aplauden a los novios
mientras salen en su marcha.

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AMELIA SUEÑA MARIPOSAS

Boceto para figuras en una región inventada

Erduyn Maza Morgado

A mi sobrinos Jennifer y Eddyto.


A Arneldy para que sus sueños
siempre cobren vida
como esta obra en sus manos.

HABITANTES DEL DIBUJO:

Amelia. Niña de siete años.


Víctor. Hermano de Amelia, de once años.
Justino, el legislador.
Espía1.
Espía 2.
La masa: Grupo deforme de personas.
Yacamelón1 1
Yacamelón 2

1 .  Yacamelón: depredador endémico de la región.

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I
La niña

Casas despintadas, edificios a medio derrumbe, algunos en


ruina total. La noche. Pocas luces en las calles de la ciudad,
algunas titilan.
Se abre una ventana y de una de las casas sale una mariposa
y otra y otra… son muchas de diferentes tamaños y colores.
Inundan el pueblo.
Las personas comienzan a salir de sus viviendas. Se asus-
tan, gritan. Algunos se esconden, otros señalan espantados.

LA MASA- (Comentan) ¡Allí están! ¡Son lindas! ¿Qué son?


¡Mariposas!. Es ella otra vez. ¿Quién? ¡La niña! ¿Qué pasará?
Yo no hablo. Ni yo, ni yo, ni yo. Mejor miremos las mariposas
.
Se escucha el sonido de una sirena de policía.

LA MASA- ¡La policía! ¡Vamos! ¡Ahora sí la descubrieron! Al-


guien la denunció. Más tarde o más temprano iba a suceder.

La masa se dispersa. Huye.


Aparecen los dos espías. Miran las mariposas, atrapan una,
la matan. Las persiguen y toman algunas muestras. Se per-
catan de que salen de una de las casas. Rodean la vivienda.
Miran por las ventanas. Hacen fotos. Graban videos. Ha-
blan por teléfono. Se mantienen por fuera.

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ESPÍA 1- Es allí.

Amelia y Víctor dentro de la casa.

VÍCTOR- Te dije que no podías hacer eso, Amelia.

El Espía 1 y El Espía 2 escuchan la conversación pegados a


la ventana.

AMELIA- No tiene nada de malo.

Amelia saca los materiales de dibujo y comienza a dibujar


otra mariposa grande y hermosa. Al terminar, el dibujo se
eleva, se transforma y la mariposa cobra vida. Amelia sube
en la mariposa.

AMELIA- (Sobre la mariposa) Vamos a volar, mi hermano.

VÍCTOR- Estás loca!

AMELIA- Dale, Víctor, no seas pesado.

Víctor sube con Amelia y vuelan. Los espías hacen fotos. La


masa sale a observar, miran estupefactos.

LA MASA- (Comentan entre ellos) ¡Miren! ¿Qué va a pasar aquí?


¡Se va a formar la grande! ¡Esto pinta feo!

Amelia y Víctor aterrizan. La masa se acerca un poco.

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VÍCTOR- No podemos volver a hacer esto.

Víctor entra a la casa.


Amelia queda sola, hace un nuevo dibujo. Ahora es una casa,
grande, linda. Al terminar todo se mueve, el dibujo se eleva.
El dibujo se transforma en la casa lujosa y nueva. Los espías
están en el techo. Entra Víctor alarmado.

AMELIA- ¡Me salió lindísima! No me regañes por favor, no me


regañes.

VÍCTOR- ¿Qué hiciste, Amelia?

AMELIA- ¿No te gusta?

VÍCTOR- Está muy linda pero…

LA MASA- ¡Una casa nueva! ¡Sí, una casa… y no es como las


de nosotros!

El Espía 1 baja del techo de la casa e interrumpe la conver-


sación.

ESPÍA 1- ¿Qué es esto? Ahora mismo muéstrenme el docu-


mento AX 11.

La masa se esconde. La mariposa gigante se queda cerca de


los niños.
VÍCTOR- ¿Qué?

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ESPÍA 1- ¡No sabes qué cosa es el AX 11!

VÍCTOR- No.

ESPÍA 2- (Mira de cerca la mariposa gigante) Lo, lo que suponía.


(Al Espía 1) Oye, ¿Va, va, vamos a subirnos en el bicho?

ESPÍA 1- No. (A Amelia) Ahora mismo nos llevamos los lápices


de colores.

AMELIA- ¡Mis lápices!

VÍCTOR- ¿Quiénes son ustedes?

ESPÍA 2- La, la, la, ley, (Finalmente se sube en la mariposa, vuela.


La mariposa sube, baja, hace piruetas y el espía grita asustado
sobre ella)

ESPÍA 1- ¡Esto se va con nosotros! (Al Espía 2 que vuela en la


mariposa) Bájate de ahí.

El Espía 2 cae desde el cielo.


La masa mira a escondidas desde sus casas. El Espía 1 recoge
los lápices de dibujos.

AMELIA- Devuélvame mis lápices. ¡Son míos!

Amelia y el Espía 1 forcejean por uno de los lápices de colores.


El lápiz se parte. La mariposa gigante desaparece y el Espía
2 cae desde el cielo.

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ESPÍA 1- (Al Espía 2) ¿Qué pasó?

ESPÍA 2- No lo sé, se, se, se desapareció el bicho.

VÍCTOR- Desapareció por culpa de ustedes.

ESPÍA 1- ¿Culpa de nosotros?

ESPÍA 2- ¿Qué, qué, qué hicimos nosotros?

VÍCTOR- ¡Partieron el lápiz con el que se dibujó la mariposa


gigante!

ESPÍA 1- ¡Entonces… ya entiendo!

El Espía 1 parte otro lápiz, se desaparece otra mariposa, par-


te otro y se desaparece otra. Parte todos los lápices, desaparecen
todas las mariposas y hasta la casa que Amelia dibujó.
Suena el teléfono. El teléfono tiene la cara del Legislador.

JUSTINO- (Por teléfono) ¿Por qué se demoran tanto? Ya saben


cómo me llaman: Justino, el de la corta paciencia.

ESPÍA 2- Es que.. que.. que...


JUSTINO- (Por teléfono igual) ¡Un minuto para estar aquí!

ESPÍA 1- ¡Un minuto! Tienen que acompañarnos.

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VÍCTOR- (Se asusta) ¿A dónde? ¿Por qué?

ESPÍA 2- No, no, no preguntes. ¡Vamos!

ESPÍA 1- ¡Condúcelos!

El Espía 2 empuja a Víctor. Amelia va detrás de él. La masa


se asoma por las ventanas de las casas. Cuando todos se han
ido salen poco a poco y cantan.

LA MASA-
Una niña muy extraña
De poder muy singular
La hemos visto dibujar
Esta historia se enmaraña

Amelia sueña mariposas


Así canta la alegría
Dibuja la poesía
Renacen miles de rosas

La pobre ya está perdida


La cosa pinta muy fea
La alegría ya escasea
Lloraremos su partida

Amelia sueña mariposas


Así canta la alegría
Dibuja la poesía
Renacen miles de rosas

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II
El legislador

En la sala de gobierno Amelia y Víctor solos.

VÍCTOR- ¡Te lo dije! ¡No debes dibujar! ¿Por qué nunca me


haces caso?

AMELIA- No va a pasar nada.

VÍCTOR- ¿Qué sabes tú?

AMELIA- ¿Y tú? ¡Tampoco sabes nada! ¡Pesado!

Entra el Legislador. Lleva siempre consigo su silla, muchas


veces la lleva pegada al trasero.

JUSTINO- ¡Qué bueno! Tenía muchos deseos de conocer a la


niña que dibuja… y a su hermano.

Amelia y Víctor callan.

JUSTINO- Eres muy famosa. ¿Quieres darme tu autógrafo?


Los pobladores hasta te cantan canciones. (Le hace muecas)
(…) Amelia sueña mariposas, así canta la alegría…

VÍCTOR- Amelia es una niña muy…

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JUSTINO- ¡Cállate! (Pausa) Yo también soy tu admirador, te
admiro mucho, mucho, mucho. A pesar de que ustedes dos
violan la ley y por eso van a pagar.

Víctor calla. Entran los dos espías con una mesa llena de co-
mida y el Legislador come y bebe mientras conversa con los
niños.

JUSTINO- (Mientras come) ¡No puedo creer lo que has hecho,


niña! ¿Qué es eso de andar dibujando por ahí sin mi permiso?
(Come y bebe) ¿Yo me merezco algo así? ¿Sabes cómo me lla-
man? ¡Justino, el de sentimientos ligeros! ¡Me haces llorar!
(Llora) ¿Por qué me haces esto, Amelia?

VÍCTOR- Amelia no…

JUSTINO- ¡Cállate! (Transición, continúa comiendo) ¡Oh la


traición! ¡Mala consejera! ¿Tú no eres una niña mala verdad?

AMELIA- No.

JUSTINO- ¿Sabes? Yo te quiero mucho. ¡Adoro a los niños! Me


gusta ese poder tuyo… es increíble eso de dibujar y que se haga
realidad lo que haces. ¿Es lindo eso?

AMELIA- ¡Sí!

JUSTINO- Por eso te quiero, Amelia, porque eres especial. Te


quiero tanto, tanto, pero tanto... que te quiero para mí.

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AMELIA- Yo no soy de nadie.

JUSTINO- (Deja de comer, ríe muy suave) No vas a volver a di-


bujar. (Transición) A menos que yo te lo pida.

VÍCTOR- ¡Cómo!

JUSTINO- (Mira a Víctor) Si vuelves a hablar… (Le señala las


sobras a Amelia) ¿Quieres algo?

AMELIA- No.

JUSTINO- Se sube a la mesa con su silla) Quiero que dibujes algo


para mí.

AMELIA- Está prohibido, señor.

JUSTINO- Para mí, nada está prohibido. ¡Te lo ordeno!

AMELIA- (Mira a Víctor) No tengo deseos de dibujar.

JUSTINO- ¿Te niegas a hacerme un regalo?

AMELIA- Usted es malo.

JUSTINO- ¿Me desobedeces?

Amelia calla, baja la cabeza.

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JUSTINO- (A los Espías) ¡Desaparézcanlo!

Los dos espías toman a Víctor y lo zarandean.

VÍCTOR- Cuídate, hermanita… cuídate mucho. (Al Legisla-


dor) ¡Abusador!

JUSTINO- Pobre Víctor... ¡Al yacamelón!

Aparece el yacamelón y abre la boca muy grande. Víctor llo-


ra, Amelia llora. Casi el yacamelón se lo va a comer.

AMELIA- No… ¡para!

El Legislador hace una señal y el yacamelón se congela.

JUSTINO- ¿Qué pasa, Amelia?

AMELIA- ¿Qué quiere que le dibuje?

JUSTINO- (Se pone exageradamente feliz) ¡Lo sabía! ¡Lo sabía!


¡Lo sabía! (Transición) Después de tanta comida tengo deseos
de tomar un helado, pero no un helado normal. Quiero uno
gigante, muy grande, el más grande del mundo, de vainilla y
chocolate. ¡Lo quiero ahora!

Amelia dibuja el helado gigante. El Legislador, los espías y


hasta el yacamelón bailan y comen encima del helado.

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JUSTINO- Que rico sabe este helado
De vainilla y chocolate
No quiero más aguacate
Mucho menos mantecado

Y bate, bate este helado


De vainilla y chocolate
¡Uy! Que rico el cacahuate
Y lo quiero bien tostado

Ya yo quiero esta receta


Para poder repetirla
No hace falta ni pedirla
Solo dar una perreta

Y bate, bate este helado


De vainilla y chocolate
¡Uy! Que rico el cacahuate
Y lo quiero bien tostado

Amelia y Víctor miran el espectáculo.

JUSTINO- ¿Quieres probar Amelia?

Amelia calla.
Todos terminan el helado y bajan. El Legislador parte el lá-
piz con el que Amelia dibujó y el helado desaparece.

47
VÍCTOR- ¿Podemos irnos?
JUSTINO- ¿A dónde?

VÍCTOR- A nuestra casa.

JUSTINO- ¡Amelia se queda! Dibujará para mí desde ahora.

VÍCTOR- No puede esclavizar a mi hermana.

AMELIA- No voy a dibujar para usted.

JUSTINO- Llévense al niño.

Los espías sacan a Víctor a la fuerza de la sala. Amelia llora.

JUSTINO- ¿Sabes cómo me dicen? Justino, el domador de gi-


gantes. ¡No te querrás quedar sin tu hermano! ¿Verdad? ¿Qué
le vas a decir a tus padres cuando regresen? ¿Qué no lo pudiste
salvar del yacamelón, porque no quisiste dibujar para tu Legis-
lador? ¡Qué pena van a sentir! ¡Te van a llamar asesina!

AMELIA- Está bien, voy a dibujar para usted.

JUSTINO- ¡Oh! Estrujas mi corazón. ¡Me haces llorar! Tengo


que prepararme. Hoy discursaré un discurso, discursito, dicur-
són, poetón sin discusión. ¡Adiós!

El Legislador parte con su silla pegada al trasero. Amelia


queda sola. Canta.

48
AMELIA- Soy una pluma en prisión
Y lejos de mi hermano estoy
¡Ay! Locura, tristeza soy
Odio esta mi canción

Sola vivo en este mundo


De mentiras y dibujos.
¡Doble cara, medio brujo!
Que te trague el inframundo.

49
III
El discurso

La masa se congrega para ver al Legislador, siempre con su


silla. Aparece el Espía 1. El Espía 2, arrastra al yacamelón
que viene amarrado.

ESPÍA 1- Con ustedes el Legislador en su discurso titulado: La


brujería, mala consejera.

La masa, aplaude. Sale el Legislador al balcón y La masa se


pone eufórica.

LA MASA- ¡Qué viva el Legislador! ¡Qué viva el de sentimien-


tos ligeros! ¡Viva! (El Legislador levanta la mano y la masa calla.
El Legislador baja la mano y La masa continúa con los vivas. Esta
acción se repite tres veces) ¡Viva! ¡Viva!

JUSTINO- ¡Masa! ¡Había una vez… una bruja fea, bruja, bru-
jería, brujita, brujota, brabucona, cabezona, cabezaduría, carni-
cería, inmadura insoportable de mirada socarrona! (Melodra-
mático) ¡Oh! ¡Amo esta región única en el mundo!

LA MASA- ¡Qué viva la única en el mundo!

El Legislador levanta la mano y la masa calla, gira la mano


y la masa da una vuelta completa.

51
JUSTINO- ¿Saben cómo me dice? ¡Justino, el de corazón de
melón! Sana, sana, sanito, ladito, lada, me da igual. Lo enfer-
mo hay que sanar, sanaremos la región.

La masa aplaude, el Legislador percute la mano y se ponen


como perritos.

JUSTINO- Niña, niñata, niñería, ni caso me hace, por su bru-


jería. ¡Aquí está!

Los espías traen a Amelia.

JUSTINO- Pobre. ¡Pobrecita! ¡De eso nadita! Bruja la niña y de


socarronería, de poderes extraños y de… de… fanfarronería.
¡Pobrecita la niña! Desobediente como mosca atraída por el
azúcar, azuquita, azucona, azucarero, azulejo. A su mentira de
la realidad. ¡Queda prohibido la brujería! Las brujas, las men-
tiritas, mentironas, mentizuelas. Suela de zapato en cazuela.
¿Saben cómo me dicen? ¡Justino, el del puño de roble!

La masa calla, piensa. El yacamelón los amenaza.

LA MASA- (Al ver al yacamelón con la boca abierta. Se repiten


los epítetos) ¡Que viva el Legislador! ¡Que viva el del puño de
roble! ¡Abajo la brujería! ¡Abajo la niña pintora!

JUSTINO- Apresada, presa, apresadita, asadita la brujita, con su


brujería por siempre y nunca más volverá a molestar. ¡Fuera la
bruja! ¡Fuera la niña pintora!

52
LA MASA- Fuera la niña pintora, fuera… que la tiren al Yaca-
melón.

El Legislador levanta la mano. Todos callan.

JUSTINO- Convoco, convocatoria de boca en boca, toca, toca


la cola loca ¡A producir por el premio!

LA MASA- ¡A producir!

JUSTINO- ¡Al premio!

La masa comienza a cantar su marcha.

LA MASA- ¡A producir! ¡Producir!


Será esta región
En llamas como un fogón
No más el hazme reír

¡A producir! ¡Producir!
Justino el Legislador
¡Habla, oh! Cual cantaor.
Bien galante en su…

JUSTINO- Decir.

Aparece una gran máquina con ruedas dentadas, palancas


y luces. Todos mueven la máquina, para hacerla producir.
La máquina genera estatuas del Legislador sentado en su

53
silla. Las estatuas salen y el pueblo pone velas encendidas
ante ellas.

JUSTINO- Mi decir, tú decir, yo decir ¿Nosotros? Bueno…


¡Decimos! Ustedes…. Mejor me callo.

LA MASA- ¡A producir! ¡A producir!


Verde nuestra esperanza
Es larga nuestra labranza
¡Ay! ¡Nos vamos a…

JUSTINO- ¡Derretir! No, no… consumir, no, divertir.

El pueblo continúa cantando su marcha. La máquina conti-


núa produciendo estatuas. La masa enarbola carteles con los
epítetos del Legislador, otros dicen ¡Abajo la brujería! ¡Abajo
la niña pintora!

JUSTINO- Un paso adelante, tres pasos hacia atrás, eso es lo


de ustedes, cinco, tres dos, hacia atrás, adelante. ¡Adelante re-
gionarios!

LA MASA- ¡A producir! ¡Producir!


Te amamos Legislador
¡Ay! Lindo y fiel protector
¡Sí! Vamos a sonreír.

54
Amelia canta triste.

AMELIA- ¡A producir! ¡Producir!


¡Ay! ¡Qué triste es esta historia!
Y es muy falsa esta euforia
Tengo ganas de partir.

La canción termina.

Aparecen dos helicópteros y desde el cielo lanzan a La masa


productos de todo tipo: papel sanitario, carne, aceite, granos,
medicinas. La masa enloquece y se pelean como perros por
aquellos productos.

LA MASA- ¡Qué viva el Legislador! ¡Qué viva!

El Legislador mira como todos se pelean por los productos


Amelia a su lado.

55
IV
¡A su orden!

JUSTINO- ¿Qué te parece, Amelita?

AMELIA- Quiero ver a mi hermano.

JUSTINO- Yo quiero muchos dibujos. Te voy a enseñar tu ha-


bitación. (El Legislador, siempre con su silla, camina con Amelia
al interior del palacio) Amelia, debes considerarte dichosa, mu-
chas de esas personas quisieran estar en tu lugar.

Se detienen. La niña está cabizbaja.

JUSTINO- ¡Pobrecita mi niña!

AMELIA- Yo no soy su niña.

El Legislador la va tocar y ella se aleja. El Legislador, busca


una hoja de papel y los colores. Los pone delante de ella. El
Espía 2 le ordena a la niña que dibuje.

JUSTINO- (Con euforia desmedida) Quiero un auto nuevo, con


alas de avión. Quiero que vuele y corra más rápido que la ve-
locidad de la luz. Yo, yo, yo… quiero el carro más bello del
mundo.

AMELIA- ¿Qué pasa si no lo hago?

57
JUSTINO- Ya sabes que el yacamelón tiene mucha hambre y tu
hermano será su plato predilecto.

Amelia comienza a dibujar el auto. El Legislador a su lado.


La mira, le pide detalles. Hasta que finalmente termina el
auto. Muestran el dibujo y por arte de magia el dibujo cobra
vida delante de los ojos.

JUSTINO- ¡Lo sabía! ¡Tengo el carro más hermoso del mundo!

ESPÍA 1- Podemos hacer una industria de estos autos para ex-


portarlos.

JUSTINO- ¡Cállate! ¡No! Este auto es único. ¡Es mío! Nadie


más lo puede tener. Es solo para mí. ¿Entiendes?

ESPÍA 1- Entiendo.

El Espía 1 recoge los colores. El Legislador monta, con su


silla, en el auto. Primero corre por toda la sala, luego vuela.
Se abre una ventana y el Legislador vuela por su región, la
ve desde el aire: edificios destruidos, mendigos por las calles,
niños desnutridos, robos, largas filas para adquirir alimen-
tos. Todos miran al Legislador asombrados. El Legislador
vuelve a la sala de gobierno.

JUSTINO- Eres lo que siempre soñé, Amelia.

AMELIA- Déjeme ir con mi hermano.

58
JUSTINO- No te irás. Vivirás para siempre en mi palacio. No te
preocupes por tu hermano, mientras dibujes para mí, él estará
vivo y no le faltará nada. Pórtate bien y verás que tu vida y la
de tu hermano serán muy tranquilas.

AMELIA- Pero quiero verlo.

JUSTINO- No lo verás.

AMELIA- ¿Por qué?

JUSTINO- Todo no se puede tener en la vida.

El Legislador se va. Unas rejas caen sobre Amelia y canta.

AMELIA- Quiero volver a mi casa


Quiero volver al hogar
No quiero volver a pintar.
Porque el tiempo nunca pasa.

Sueño mariposas tristemente


Por eso fui condenada
Me encuentro aquí apresada
Tengo que ser muy valiente

La masa observa por todas partes. Comentan en susurro.

LA MASA- Entra ya el Espía dos


Con el encargo del día

59
Caprichos de señoría.
Para complacer al dios

Llegan el Espía 2 y el Legislador al cuarto de Amelia.

ESPÍA 2- Pinta un caballo gigante


Bien claro dice aquí
Y lo quiere azul turquí.
Lo ordena tu gobernante

LA MASA- Pinta el caballo gigante


Y el Legislador cabalga
Salga el sol por donde salga
Eternamente triunfante.

JUSTINO- Me cansé de este caballo


Otro dibujo yo quiero
Parto el lápiz con esmero
Pediré otro al vasallo

LA MASA- Amelia pinta sin parar


Trabaja, canta y dibuja
¡Claro! ¡Como es una bruja!
No. Nunca podrá descansar.

AMELIA- Un encargo cada noche


Celular con patas quiere
Hago lo que él prefiere
No lanzo un solo reproche.

60
LA MASA- La niña pinta el celular
Con patas, ¡Horror! ¡Con vida!
Casi alista la partida.
Será muy particular.

La masa se mantiene atenta a todo cuanto sucede cerca de la


sala de gobierno.

61
V
El mejor dibujo

Amelia sola en su cuarto. Mira los lápices de colores. Está


rodeada de ellos.

AMELIA- Siempre llega el Legislador


En busca de sus caprichos
¡Sí! Casi parece un bicho.
Con cara de dictador.

Tengo que salvarme a mí


Y a mi hermano también
Tengo que hacerlo muy bien.
La idea ya comprendí.

La niña esconde un lápiz de color en el bolsillo. Llega el Le-


gislador hasta donde está Amelia. Tiene su silla siempre con él.

JUSTINO- ¡Estoy feliz niña! Has sido muy obediente. Te falta


pintar algo importante.

AMELIA- ¿Aún quiere más?

JUSTINO- Quiero el mejor equipo de fútbol.

AMELIA- Lo tendrá, señor.

63
JUSTINO- Un equipo de fútbol excelente. El mejor del mundo.
¡Qué gane siempre y nunca pierda! ¡Qué me traiga premios,
diplomas y medallas!

AMELIA- ¡Lo tendrá, señor!

JUSTINO- Tráiganle más colores a esta niña.

Amelia pinta el equipo de fútbol y todos cobran vida y se van


mientras patean la pelota y gritan – gooooooooooool –. El Le-
gislador aplaude, brinca de felicidad siempre aferrado a su
silla. Amelia con sumo cuidado esconde otro lápiz de color en
su bolsillo. Nadie se percata. Sale el Legislador, con su nueva
silla, eufórico del cuarto de la niña. Detrás de él, el Espía 2.

Amelia queda sola. Saca uno de los lápices que escondió y


una hoja de papel. Dibuja una niña igual a ella. Es otra
Amelia que cobra vida. Son idénticas.

AMELIA- Eres idéntica a mí.

AMELIA 2- Eres idéntica a mí.

AMELIA- Así es, somos igualitas.

AMELIA 2- Así es, somos igualitas.

AMELIA- ¿Por qué repites todo lo que yo digo?

64
AMELIA 2- ¿Por qué repites todo lo que yo digo?

AMELIA- Ya entiendo. Siéntate.

AMELIA 2- ¡Siéntate! (Se sienta).

AMELIA- Párate.

AMELIA 2- ¡Párate! (Se para)

AMELIA- Acuéstate.

AMELIA 2- ¡Acuéstate! (Se acuesta)

AMELIA- ¡Muy bien! Servirás para lo que quiero.

AMELIA 2- ¡Muy bien! Servirás para lo que quiero.

AMELIA- ¡Vamos conmigo!

Amelia dibuja una llave. Abre la puerta y escapa con su do-


ble.

65
VI
La valentía

En la sala de gobierno el Legislador come otra vez un gran


banquete, muy cerca de él, el Espía 1. Las dos Amelias están
escondidas detrás de las grandes columnas. No se dejan ver.

La Amelia real empuja a la Amelia 2 delante del Legislador.

JUSTINO- ¡Qué tú haces aquí! ¿Cómo te escapaste?

AMELIA 2- ¿Cómo te escapaste?

JUSTINO- Yo no me he escapado de ningún… pero qué hago


yo hablando con esta estúpida. ¡Vuelve inmediatamente a tu
habitación!

AMELIA 2- ¡Vuelve inmediatamente a tu habitación!

JUSTINO- ¿Qué está pasando aquí? (Para sí) ¿Estará enferma?


(La toca, nuca deja su silla) ¡Uy! ¡Qué miedo! ¡Está fría! ¡Sus
ojos están muy raros! ¡Tal vez está muriendo de depresión!
¡Tranquila, Amelita, tranquila! Muy pronto te dejaré ver a tu
hermano.

AMELIA 2- Te dejaré ver a tu hermano.

JUSTINO- ¡Ay! ¡Está medio trastornada! ¡No puede pasar! ¡La


necesito sana! ¡Espía!

67
Aparece el Espía 1 delante del Legislador.

JUSTINO- ¡Traigan a Víctor! Lo quiero aquí lo antes posible.


¡Tienes que estar bien! Te necesito para mis planes. ¿Quieres
dibujar? Dibuja lo que desees. (Le entrega un color y Amelia 2,
ni lo mira) ¿No quiere colores? ¡La cosa está fea!

Entra el Espía 1 con Víctor.

ESPÍA 1- ¡Aquí está!

Víctor corre y abraza a su hermana. El Legislador observa.

VÍCTOR- ¿Qué te pasa, hermanita? (Víctor se percata que no es


su hermana, pero calla) ¿Qué le han hecho a mi hermana?

JUSTINO- ¡Pídele un dibujo! ¡La necesito sana!

VÍCTOR- Amelia, dibuja algo para mí.

AMELIA 2- Dibuja algo para mí.

VÍCTOR- ¡Por favor, te lo pido! Dibuja una de tus mariposas.

AMELIA 2- Dibuja una de tus mariposas.

VÍCTOR- (Al Legislador) ¡Es imposible! ¡Está muy enferma!

JUSTINO- ¡Estúpida niña! ¿Cómo es posible? ¡Enferma no me


sirve! ¡Fuera de mi vista!

68
Amelia y Víctor caminan, casi al salir de la sala, el Legisla-
dor los detiene. La Amelia real observa desde su escondite.

JUSTINO- ¡Un momento! (Va hasta ellos. Los rodea, siempre con
su silla. De pronto golpea a Amelia. Víctor ni se inmuta) ¿Por qué
no la defiendes? ¿Eh? (La vuelve a golpear) ¡Claro, porque no
es la verdadera Amelia! ( Justino se ríe y Amelia 2 se ríe) ¡Mira!
Esta repite como un perico.

AMELIA 2- Repite como un perico.

JUSTINO- ¡Lo sabía! (Ríe como un loco) ¡Cómo es posible! ¡Tú


no eres Amelia! ¡Eres un dibujo!

Rápidamente la Amelia real dibuja una tercera Amelia.

AMELIA- (Le sopla al oído a la Amelia 3) ¡Yo soy Amelia! (La


empuja afuera)

La Amelia 3 sale ante el Legislador.

AMELIA 3- ¡Yo soy Amelia!

JUSTINO- Así que tú eres Amelia.

AMELIA 3- Así que tú eres Amelia.

JUSTINO- ¡Qué interesante!

69
La Amelia real sale de su escondite delante del Legislador.
Imita el hablar de las Amelias dibujos.

AMELIA- ¡Yo soy Amelia!

JUSTINO- ¡Vaya otra más!

LAS TRES AMELIA- (A coro) ¡Vaya otra más!

JUSTINO- Me gusta este jueguito. ¿No habrá una cuarta?


Parece que no. ¡Traigan al yacamelón! Y vamos al balcón,
quiero que todo el mundo sea testigo.

El Legislador arrastra a todos detrás de él.

70
VII
El gran duelo

Se abre el balcón. La masa comienza a congregarse. Entra el


Espía 2 con el yacamelón.

LA MASA- ¡El yacamelón! ¡Qué horror! ¡Hay algún condenado


al yacamelón!

JUSTINO- (A la masa) Hoy no escucharán, escucharemos, es-


cuchar un discurso, discursito. ¡Me aburrí! Hoy me van a ver
jugar algo divertidito… y como soy tan bueno, quiero que me
vean ganar.

La masa calla. El Legislador levanta la mano y obedecen.

LA MASA- ¡Qué viva el Legislador! (Repiten los epítetos) ¡Qué


viva! ¡Qué viva!

JUSTINO- (Enseña a las tres Amelias) Esto que ven aquí es obra
de la brujería. Ahora me toca saber cuál es la verdadera Ame-
lia, o si las tres son dibujos… y el juego comienza ahora... (Al
yacamelón) ¡Cómete al hermano!

LA MASA- (En susurros) ¡Qué horror! ¡No! ¡Es un niño!

El yacamelón se pone muy contento. Corre a comerse a Víc-

71
tor, abre muy grande la boca. Amelia no se inmuta, se man-
tiene igual a sus copias, aguanta la arremetida del Legisla-
dor. La masa está helada.

JUSTINO- ¡Para!

El yacamelón se congela. Todos respiran. Víctor sale de las fau-


ces del bicho. Las tres Amelias están en hilera, no se mueven.

JUSTINO- (A La masa) ¡El yacamelón no se comerá al hermano!

La masa aplaude.

JUSTINO- (A Víctor) Si te come a ti, ¿cómo voy a presionar a


Amelia? (A La masa) Mejor cambiemos el juego. (Al yacame-
lón) ¿Te gustaría comerte a una niña muy sabrosa de cabellos
sedosos y de piel muy blanca?

El yacamelón asiente con la cabeza.

JUSTINO- ¡Escoge a cualquiera de ellas!

LAS TRES AMELIAS- ¡Escoge a cualquiera de ellas!

Víctor está muy nervioso, La masa igual. El yacamelón es-


coge a la Amelia 2.

JUSTINO- Ahora veremos… ¡Atentos todos!

72
Víctor aguanta, sabe que no es su hermana.

JUSTINO- ¡Cómetela!

El yacamelón abre la boca muy grande y se come a la Amelia


2. Salen mariposas de la boca del monstruo mientras mastica.

LA MASA- (A sottovoce) ¡Está loco! ¡Miren las mariposas!

JUSTINO- (A Víctor) ¡Mariposas! ¡Esta era un dibujo! ¿Verdad?


¡Dime! ¿Cuál es la verdadera Amelia?

Amelia, por detrás y sin ser vista por el Legislador, le hace


una seña a Víctor de silencio.

VÍCTOR- ¡No!

LA MASA- ¡Por suerte no era la niña, era un dibujo! ¡Silencio


todos!

JUSTINO- (A la masa) ¡Más jueguito! (Víctor no contesta) Debe


ser una de estas dos, o tal vez no es ninguna… ya lo veremos.
¿No me vas a decir? ¡Tin marín de dos pingüe cúcara mácara
títere fue…! ¡Ésta!

El yacamelón abre la boca muy grande otra vez y se come a


la Amelia 3. Vuelven a salir las mariposas mientras el bicho
mastica.

73
LA MASA- (Asustada se van acalorando, pero no gritan) ¡Es un
dictador! ¡Más mariposas! ¡Era otro dibujo! ¡Nos matará a to-
dos! ¡Silencio!

JUSTINO- ¡Vaya! ¡Vaya! (A Víctor) Esa tampoco era Amelia.


¿Será esta? ¿A qué sí? ¿A qué no? ¡Qué caiga un chaparrón!
(A La masa) ¡Más juego! (Víctor calla) ¡Solo queda una señoras
y señores! ¿Qué pasará en esta noche de juegos y diversión?

De pronto Amelia dibuja muy rápido otro yacamelón más


grande e imponente que el primero.

LA MASA- ¡Otro yacamelón! ¡Estamos perdidos! ¡Tranquilos!


¡Miren!

JUSTINO- ¡Lo sabía! ¡Este dibujo será lo último de tu vida,


niña! (A su yacamelón) ¡Cómete al otro bicho!

AMELIA- (A su yacamelón) ¡No te dejes vencer!

Las dos bestias se miden, se calculan. Comienzan una bata-


lla sangrienta. Se muerden, saltan pedazos. La masa grita.
Cada bando anima a su yacamelón. Hasta que el bicho de
Amelia mata por completo al del Legislador. Los dos espías
huyen. La masa hace silencio total.

JUSTINO- ¡Noooooooooo! ¡Amelia! ¡Voy a acabar contigo!

AMELIA- (Con el lápiz de color en su mano y el yacamelón a su


lado) Si das un paso más, mueres.
El Legislador se congela. Al ver el bicho al lado de la niña se
da cuenta de su situación.

JUSTINO- ¡Eh! ¡Amelita! ¿Sabes qué es la política? ¡Te voy a


explicar: es…!

AMELIA- ¡Cállate!

JUSTINO- Amelia, tú y yo podemos ser grandes. ¡Vamos a do-


minar el mundo!

LA MASA- ¡La brujería está prohibida!

JUSTINO- ¡Cállense!

VÍCTOR- ¡Cállate tú!

JUSTINO- Víctor, convence a tu hermana. Yo puedo hacer que


sus padres regresen en unos días.

Amelia y Víctor, se miran.

JUSTINO- ¡Puedo hacerlo! Van a tener todo lo que necesiten,


van a ser ricos… podemos vivir juntos y ser poderosos.

LA MASA- ¡Es un tirano! ¡Tirano! ¡Tirano! Muerte al Legis-


lador.

Amelia mira a su yacamelón. El yacamelón camina amena-


zante hacia el Legislador.

75
JUSTINO- No los escuches, Amelita. No, Amelita, no… no me
puedes hacer esto.

Amelia le ordena a su yacamelón que se trague al Legislador,


el yacamelón obedece. El Legislador corre perseguido por el
yacamelón, pero es inútil. El bicho lo alcanza, lo agarra con
su boca, lo mastica entre gritos y llanto. La masa en silencio.

JUSTINO- (Continúa hablando desde la barriga del yacamelón)


¡Sácame de aquí, Amelia, te voy a hacer rica! (Se abre la ba-
rriga del yacamelón y se ve al Legislador luchando por su libertad)
¡Sálvame niña estúpida! Sabes cómo me dicen: ¡Justino, el del
tesoro grande! ¡Te lo ordeno! ¡Sálvame! ¡Nunca te voy a per-
donar! ¡Sácame de aquí!

Amelia saca el lápiz de color con el que dibujó al yacamelón,


mira a Víctor. Mira a La masa.

LA MASA- (Completamente enardecida) ¡Fuera el Legisla-


dor, abajo el Legislador, muerte al tirano! ¡Muerte! ¡Muerte!
¡Muerte!

JUSTINO- No, Amelia, no…

Amelia parte el lápiz y desaparece el bicho con el Legislador


en la barriga. Silencio.
VÍCTOR- ¡Terminó hermanita!

Amelia y Víctor se abrazan.

76
VIII
La verdad

Todos observan a las niñas. La masa está en silencio.

AMELIA- (A la masa) ¡Somos libres!

Todos se abrazan.

LA MASA- ¡Qué viva la niña! ¡Qué viva la niña pintora!

VÍCTOR- Amelia no es una bruja, es simplemente una niña, una


niña pintora.

LA MASA- Queremos la mejor región del mundo.

AMELIA- Hagamos la mejor región del mundo.

Amelia toma los lápices de colores y los reparte entre la masa.


Todos dibujan. Juntos transforman la ciudad.

LA MASA- Cantemos a la belleza


La región ya levantemos
Y juntos al fin pintaremos
Sin temor por las cabezas.

Ya somos gente muy grande


La niña nos transformó

77
¡El tirano se esfumó!
Que la niña feliz ande

TODOS- La región de la niña


Ahora sí, vive sin riña.

AMELIA- En nuestra ciudad hay luces


Florece el pasto sincero
Florecen los pregoneros
Ya no andaremos de bruces

ESPÍAS- Qué hacemos sin Legislador


Perdimos esta pelea
Nos dieron con la correa
Por el gusano hablador.

LA MASA- Bella es la paz en la ciudad


Todo color se renueva
La luz salió en la cueva
Y con toda tranquilidad

TODOS- La región de la niña


Ahora sí vive sin riña

Todos bailan y festejan mientras renace una nueva ciudad


mientras cae el telón.

FIN

78
EL DESEO DEL OCÉANO ÍNDICO

Juego con la realidad para niños y abuelas

Erduyn Maza Morgado

A Meca, mi abuela de mis días y mis sueños.


A Eddyto y a Jennifer,
sobrinos de mis alegrías y mis miedos.
A mi madre, el amor de todos, y la abuela de hoy.

PERSONAJES:

Eddyto. Niño de ocho años. Viste un traje de cualquiera


de sus superhéroes y lleva un inmenso reloj de juguete.
Jennifer. Su hermana seis años. Niña de pelo negro y
rizado y ojos negros inmensos. Lleva una trenza amarilla que
imita a Elsa, la princesa de Frozzen.
Meca. La abuela, 80 años.
La Kraki. Calamar gigante tomado prestado de una
novela de Julio Verne.
Una boa gigante.
Otros animales de la selva africana.

81
I
El lugar preferido

Eddyto llaga con su mochila. Entra al cuarto de su abuela.


Luz amarilla de una lámpara de mesa muy antigua, una
jarra con agua y vasos. Un candelabro con una vela por la
mitad, apagada. Su abuela duerme tranquila en su cama.

EDDYTO- (Al público en susurro para no despertar a la abuela)


Todos los días cuando llego de la escuela vengo al cuarto de
mi abuela. Es mi lugar preferido. Aquí mi abuela y yo somos
muy felices. Ella ya está viejita, pero no siempre fue así. (Saca
de su mochila un álbum de fotos) Esta es mi abuela. Es costurera
(enseña la máquina de coser en el cuarto) y esta es su máquina
de coser.
Mi abuela con la máquina de coser es como una bruja, porque
hace magia: de sus manos salen títeres, ropas, regalos para to-
das las familias del barrio. Mi abuela pone parches a las triste-
zas, es una remendadora de alegría, pero lo que más me gusta
de las costuras de mi abuela son sus cuentos. Mi abuela cose
cuentos. ¡De verdad! Cuenta mientras cose y sus cuentos me
los regala. Miren… (Saca de la mochila un tapiz de parche con la
caperucita roja) Este es el cuento de la Caperucita Roja y este
(Saca un tapiz de una inundación) Y este cuento es sobre una
inundación que hubo en su pueblo cuando era niña. Bueno, ya
mi abuela no cose mucho, ahora está enferma. No se acuerda
de usar la máquina de coser. Escuché a mi papá decir que su

83
enfermedad se llama demencia senil y por eso se lo olvidan
cosas del pasado y a veces, piensa que yo soy mi papá cuando
era niño.
Por eso quiero encontrar la máquina de los deseos. Es una má-
quina que le cumple un deseo a cada persona una vez en la
vida. Solo mi abuela sabe dónde está, pero no hemos logrado
encontrarla. Estamos tratando hace mucho tiempo, pero cada
vez que estamos cerquita pasa algo: o me mandan a comer, o
me mandan a bañar, o a mi abuela se lo olvida quién soy yo o
se olvida de la historia, pero hoy sí la vamos a encontrar.

Entra Jennifer con su toalla en la mano, se para delante de


la cama de la abuela. No se relaciona con el niño.

EDDYTO- (Al público) Ella es mi hermana. Siempre viene para


pedirle a mi abuela que la bañe.

JENNIFER- ¡Cómo duerme! ¿La despierto o no la despierto?


¡Si la despierto me castigan! ¡Mejor no la despierto!

Eddyto pone música de los años 50 por un radio de los años 80.

EDDYTO- Esta es la música que a mi abuela le gusta. ¡Vamos


a jugar!

Eddyto se para en la puerta de la habitación y grita.

EDDYTO- ¡Llegué!

84
Jennifer se asusta y se esconde debajo de la cama.
En el cuarto de Meca todos los muebles son de madera e im-
pregnan la habitación con el olor del recuerdo: olor a lluvia,
a ternura, a campo recién cultivado.
Eddyto saca de su mochila un avión de juguete, parte de su
merienda, una jaba con varias guayabas, colores y el álbum
de fotos de la familia.

EDDYTO- (Al público) ¿Ven? Mi hermana está escondida de-


bajo de la cama y piensa que yo no sé qué ella está ahí.

JENNIFER- Yo no soy boba, ni ciega. ¡Comienza el juego antes


de que me arrepienta!

EDDYTO- Entonces cállate y déjame contar la historia para


ver si logramos terminarla.

El niño va hasta la cama. Mira a la abuela mientras duer-


me y canta en susurro al oído.

El día ya casi termina


Te espero, abu, desde ayer
Despierta cosita linda
No es el amanecer.

Eres la bella durmiente


Seré un príncipe encantado
Te voy a salvar abuela
De ese sueño malvado

85
El niño besa a la abuela en la mejilla.

Pastillas no quiero ver


Hoy no la vas a tomar
Solo vamos a jugar
hasta ver el anochecer

Meca abre los ojos y se sienta en la cama.

EDDYTO- ¡Te despertaste! ¡Qué rico!

MECA- ¿Qué hora es?

EDDYTO- Por la tarde, ahora mismo llegué de la escuela.

Eddyto canta.

La alegría de abrazarte
No sé con quién se compara
Y de solo con mirarte
El día cambia de cara

Eddyto la abraza y disfruta por unos segundos el olor a vio-


letas de la abuela. Su hermana sigue debajo de la cama.

Meca canta.

¡Cuidado! ¡Todo me duele!


Los años son más de ochenta

86
¡Ojalá fueran sesenta!
Veinte menos ya no duelen

Pastillas no quiero ver


Hoy no la vas a tomar
Solo vamos a jugar
Para ver el anochecer

Jennifer saca la cabeza y observa.

EDDYTO- ¿Quieres seguir durmiendo?

MECA- Sí.

EDDYTO- Mami no se puede enterar que te desperté si no…

JENNIFER- (Al público en susurro) Lo castigan.

MECA- ¡Alcánzame mis pastillas! ¡Quiero volver a dormir!

EDDYTO- No abuela. Si te vuelves a dormir no podemos jugar.


Por la noche te las doy. El día es para jugar y la noche para
dormir. ¡Viste mi avión! ¡Siempre te ha gustado!

MECA- ¿Y tú hermana?

JENNIFER- Estoy debajo de la cama. (Sale de su escondite) Esta


parte del juego es la que menos me gusta ¿Por qué me tengo
que esconder debajo de la cama cuando tú llegas de la escuela?
¡Yo no te tengo miedo!

EDDYTO- Te escondes porque, porque... tu secreto es que


Meca te bañe.
JENNIFER- Eso lo inventaste tú.
EDDYTO- Claro, porque el juego lo inventé yo.
MECA- (Interviene) No discutan. ¡Es muy bonito tu avión!
Jennifer vuelve para debajo de la cama.
EDDYTO- ¡Hoy nos vamos a buscar la máquina de los deseos!
¿Te acuerdas que me hablaste de la máquina de los deseos?
MECA- ¡Me acuerdo muy bien!
EDDYTO- Traje merienda para ti y para mí.
JENNIFER- (Desde debajo de la cama) Yo no quiero merienda.
MECA- ¿No te comiste la merienda en la escuela?
EDDYTO- Eran dos panes y te dejé uno (Enseña la merienda)
Lo que te gusta: pan con jamoncito y queso, jugo de naranja
y un montón de guayabas. ( Jennifer sigue atenta debajo de la
cama, pero no dice nada) ¡Mira lo que tengo aquí! ¡El álbum
de fotos!

Eddyto le enseña una foto. Meca reconoce las fotos y canta.

MECA- Esta cara gorda y linda


Tu papi el mejor del mundo
¿Y esta con sonrisa bella?
¡Mami, tu amor más profundo!

EDDYTO- Las fotos de mi familia


Son recuerdos de colores

88
Somos un arcoíris,
Un jardín de muchas flores.

JENNIFER- Sin salir de su escondite


Papi verde, todos flores
Tulipanes, buganvilias
Aquí llegan sus olores

MECA-¿Y este chino criollito?

EDDYTO-¡Soy yo hace unos añitos!

MECA-Y la niña de ricitos?

EDDYTO- Mi hermana con sus moñitos

EDDYTO- Las fotos de mi familia


Son recuerdos de colores
Somos un arcoíris,
Un jardín de muchas flores.

JENNIFER- Sin salir de su escondite


Papi verde, todos flores
Tulipanes, buganvilias
Acá llegan sus olores

EDDYTO-(Enseña una foto de ella misma) ¡Te faltó esta! ¿Quién


es?

89
MECA- Yo.

Eddyto besa y abraza a su abuela.

EDDYTO- (Al público) Todo marcha muy bien. Mi abuela hoy


se acuerda de todo el mundo, pero tenemos que apurarnos.
¡Nos vamos, abuelita linda! Abuela, te dije linda.

MECA- Gracias, Eddyto.

EDDYTO- ¡Eres la mejor del mundo! Hoy es el mejor día para


salir de viaje. ¡Vamos!

MECA- Estoy cansada, mi nieto.

EDDYTO- Descansa cinco minutos. (El niño juega con el avión


al lado de la abuela. Salta encima de la cama y golpea con los
muelles a la niña que está debajo. Jennifer está incómoda) Estás
ráfagas de vientos son muy traicioneras. Yo las voy a vencer.
¡Fuera! ¡Fuera! Si al menos no hubiera lluvia. La lluvia me
deja ciego. Tengo que tratar de salir de esta tormenta. ¡Meca,
ayúdame!

JENNIFER- (Sale de su escondite con su toalla en la mano) No


quiere jugar. ¡Déjala ya!

EDDYTO- Jennifer, esto es necesario acuérdate de...

JENNIFER-Es que eres un pesado.


EDDYTO- ¿No será que tú eres una espía de mami y papi? (Al

90
público) Es que mami y papi no me dejan entrar al cuarto para
jugar con mi abuela. Dicen que yo la altero, por eso esta ope-
ración es secreta. (A su hermana) Mami y Papi te mandaron a
vigilarme. Te voy a desaparecer con mi reloj. ¡Desaparécete!
(Aprieta el reloj y no pasa nada)

JENNIFER- Más “aspía” eres tú. Meca, me dijo “aspía”.

MECA- No le digas esas cosas a la niña.

EDDYTO- Espía, espía.

JENNIFER- Yo no soy eso. ¿Verdad, Meca?

MECA- ¡Claro que no! No peleen más, porque si no llamo a su


mamá.

EDDYTO- ¡Habla, rápido! ¿Qué haces aquí?

JENNIFER- ¡No grites! Vine para que Meca me bañara, no me


gusta bañarme sola.

EDDYTO- ¡Tú eres más cochina!

JENNIFER- Yo no soy cochina. (Meca se ríe. Los tres se ríen) No


me gusta como mami me baña. (Le entrega su toalla a la abuela)
¡Meca, báñame tú!

MECA- ¡Nos vamos a bañar en la playa!

91
EDDYTO- ¡Qué rico!

JENNIFER- ¿En qué playa? ¿En la playa de verdad o en la


playa inventada por ustedes?

EDDYTO- En el Océano Índico, “mija”.

JENNIFER- Ese océano no existe.

MECA- ¡Sí existe el Océano Índico, mi nieta!

JENNIFER- Vete tú solo. ¿Por qué tiene que ir ella contigo?

MECA- Yo soy la única que sabe dónde está la máquina de los


deseos.

JENNIFER- Eso tampoco existe.

MECA- ¿Nos estás diciendo mentirosos?

JENNIFER- ¡Sí!

EDDYTO- ¿Nos estás diciendo mentirosos?

JENNIFER-¡Sí!

MECA- Nosotros no somos unos mentirosos. Mira, te voy a


enseñar donde está la máquina de los deseos.

92
La abuela va a la máquina de coser y saca un tapiz de par-
che. Es un mapa, tiene un bosque, el continente africano, un
mar, una isla y altos muros ruinas de un castillo.

MECA- Esta es África, por aquí tenemos que pasar…

EDDYTO- Este es el Océano Índico. ¡Me lo aprendí!

MECA- Y en esta isla, está la máquina de los deseos.

La abuela se quita el camisón de dormir, se pone una gorra,


ropa de exploradora y busca unos anteojos.

EDDYTO- ¡Mira los elefantes!

El cuarto comienza a llenarse de animales, leones, jirafas,


elefantes, serpientes. La abuela y el niño arman los animales
con los objetos del cuarto. Las lámparas de pies son jirafas,
un televisor viejo es un león. La abuela saca más tapices y
recortes de tela de la máquina de coser y con ello apoya la
transformación de los objetos y el espacio. La habitación se
llena de animales.

MECA- ¡Cuidado! En la selva africana tenemos que caminar


con mucho cuidado.

JENNIFER- Yo prefiero los animales en el zoológico. Estos no


están vivos.

93
EDDYTO- Pero la selva africana puede ser más peligrosa que el
zoológico. ¡Mira! ¡Allá hay un león! No hagan ruido, se puede
despertar.

JENNIFER- (Con un oso de tela en la mano) ¡A mí me gusta este


oso!

EDDYTO- Estamos en África. ¡Aquí no hay osos!

JENNIFER- En África sí hay osos.

EDDYTO- No hay osos.

JENNIFER- Total, de todas maneras no es la selva de verdad.

EDDYTO- En África hay serpientes que se tragan niñas ente-


ras de un solo bocado.

Viene por detrás de la niña una inmensa serpiente.

EDDYTO- ¡Cuidado Jennifer! ¡Detrás de ti hay una serpiente!


JENNIFER- Yo no le tengo miedo a las serpientes.

La niña y la serpiente se enfrentan. La serpiente gigante


se traga a la niña. Se ve a la niña en sombras dentro de la
barriga de la serpiente.

EDDYTO- A ver ahora que vas a decir ¿Eh?

94
JENNIFER- (Con ironía) ¡Ay que rico! ¡Cómo me gusta estar
en la barriga de la serpiente!

EDDYTO- ¿Qué es eso, chica? ¿Tú no tienes miedo de estar en


la barriga de la serpiente?

JENNIFER- ¡No!

EDDYTO- Pues te quedas ahí, como Pinocho en la barriga de


la ballena.

La niña saca la cabeza de la barriga del bicho.

JENNIFER- Yo no digo mentiras como Pinocho. Tú sí eres


mentiroso.

EDDYTO- Yo no soy mentiroso. Yo soy imaginativo, lo dice la


maestra.

JENNIFER- Yo quisiera ver qué tu harías si te traga una ballena


o una serpiente.

EDDYTO- ¡Pelear! O desaparecer al bicho con mi reloj antes


de que me trague.

Jennifer termina por rajar la barriga de la serpiente y sale


como toda una heroína. La abuela la aplaude.

MECA- ¡Aplausos para Jennifer! ¡Se libró de una boa gigante!

95
JENNIFER- Si a ti te traga una serpiente te mueres de miedo.
¿Sabes cómo es estar en la barriga de una serpiente?

EDDYTO- No.

JENNIFER- Es como estar en un pomo de pintura negro.

EDDYTO- ¿Negro?

JENNIFER- Negro porque es oscuro.

EDDYTO- ¿Oscuro?

JENNIFER- Sí, oscuro. Ju, ju, ju… Eddyto, le tiene miedo a la


oscuridad.

EDDYTO- Yo tengo una linterna para la barriga de la serpiente


igual que Pinocho que tenía una vela en la barriga de la ba-
llena.

JENNIFER- Las velas y las linternas no funcionan en la barriga


de la serpiente.

EDDYTO- ¿Quieres ver cómo te quedas y no vas con nosotros?

MECA- Tú no eres el jefe. La jefa es Meca.

EDDYTO- Meca, verdad que podemos dejar a Jennifer por ser


tan pesada.

96
MECA- Vamos a llevarla, puede sernos útil.

EDDYTO- No, Meca, dile que no.

JENNIFER- ¡Yo soy fuerte! Puedo ser tu guardaespaldas, te


puedo defender.

EDDYTO- ¿Una niña guardaespaldas?

MECA- ¿Por qué una niña no puede ser guardaespaldas?

EDDYTO- Porque los guardaespaldas son fuertes.

MECA- ¡Jennifer, enséñale tus músculos a tu hermano!

JENNIFER- (Lo hace) ¿Viste?

EDDYTO- ¿Tú puedes con mi mochila?

JENNIFER- ¡Mira! (Carga la mochila) ¿Viste? ¡Soy útil!

EDDYTO-¡Perfecto! ¡Carga mi mochila y cállate!

MECA-Tenemos que salir de esta selva, antes de que aparezca


otro bicho.

EDDYTO- ¡Vámonos en mi avión!

JENNIFER- Pero estaba roto ¿No?

97
EDDYTO- Ya lo arreglé.

El niño toma el avión. La niña y su abuela se ponen detrás de


él como si fueran un tren, abren las manos como si volaran.

TODOS CANTAN- Nos vamos al lejano Índico


Una misión ya tenemos
La máquina buscaremos
No está en el Pacífico

JENNIFER- ¿Es muy lejos esa playa?


Yo prefiero Varadero
Eso es un viejo florero
La vista a ustedes les falla

EDDYTO- Tú no sabes nada, niña.


Es un camino peligroso
Abre bien tus ojos negros
Porque sale algo monstruoso

TODOS CANTAN- Nos vamos al lejano Índico


Una misión ya tenemos
La máquina buscaremos
No está en el Pacífico

Se suben en la cama. Desaparece la selva africana, ahora


vuelan entre nubes, aves, montañas.

MECA- Mira allí hay una loma.

98
JENNIFER- Abuela, esa es tu mesita de noche.

EDDYTO- Es una loma, fíjate bien.

La niña se sube en la mesita de noche.

EDDYTO-¿Qué ves tú?

JENNIFER- La mesa de la abuela con una jarra de agua, la


pared del cuarto, la ventana…

Eddyto sube al lado de ella y señala la jarra con agua.

EDDYTO- ¡Jennifer, mira! ¡Ese el Océano Índico!

JENNIFER- ¿La jarra de agua?

EDDYTO- Es el Océano Índico, Jennifer.

JENNIFER- ¡Al fin llegamos! ¿Dónde vamos a aterrizar si es-


tamos rodeados de agua?

EDDYTO- Tenemos que buscar una isla.

Aun vuelan en el avión.

EDDYTO- ¿El avión? Tiene un problema. ¡Se apaga! El motor


está echando humo, nos matamoooooooooosssssss.

99
Los tres caen entre las olas del Océano Índico.

EDDYTO- ¡Miren! ¡Un bote! ¡Vamos, naden!

MECA- Jennifer, sube a ese bote abandonado.

JENNIFER- ¡Ahora la cama es un bote!

MECA- Es un bote de algún pescador. La marea lo arrastró


hasta acá.

Los tres nadan y suben al bote.

MECA- (La abuela usa sus manos como anteojo y busca a lo lejos)
Ya estamos cerca de la isla Port Mathurin.

EDDYTO- (Busca el mapa) Ya hemos atravesado todo esto des-


de nuestra casa hasta el Índico. ¡Ay mi madre! Ya estamos en
este punto.

Eddyto se agarra del brazo de la abuela muy fuerte.

JENNIFER- ¿Qué te pasa? ¿Tienes miedo?

Eddyto no dice nada. Siguen encima del bote, todo se oscurece


se alumbran con linternas.

MECA- ¡Tranquilo! Hay que estar atentos.

100
JENNIFER- (Al público) Él se hace mucho el guapo pero en
realidad es tremendo cobarde, le tiene miedo a las ranas…

EDDYTO- ¡Cállate!

JENNIFER- A los ratones.

EDDYTO- Te dije que te calles.

JENNIFER- ¡Y al calamar gigante!

EDDYTO- ¿Por qué siempre se hace oscuro en esta parte del


cuento?

MECA- Porque se hace de noche.

EDDYTO- No me gusta que se haga de noche.

MECA- Pero la noche es necesaria tanto como el día.

JENNIFER- La noche tiene criaturas extrañas. (Al público)


¿Ven? ¡Está muerto de miedo!

EDDYTO- (Al público) ¡Sí! Tengo algunos miedos, pero mi


papá me dijo que eso no es tan malo, que cuando crezca se
me van a quitar. Mi mayor miedo es al calamar gigante. Es la
bestia más impresionante de todos los mares.

JENNIFER- Mijo, eso es mentira. Los calamares gigantes solo

101
existen en las novelas que la abuela nos lee.

EDDYTO- Los calamares gigantes sí existen.

MECA- Se han fotografiados calares gigantes de hasta…


(Muestra una cinta con una merca) 18 metros de largo.

JENNIFER- (Al público) Yo no lo creo, (señala a su hermano)


pero él sí.

EDDYTO- ¿No podemos saltarnos esta parte de la historia?

MECA- No, es necesario. Ese monstruo es quien custodia la


máquina de los deseos.

EDDYTO- ¿Jennifer, no será mejor que vayas a bañarte?

JENNIFER- ¿Bañarme? ¡Ni loca! Ahora menos.

EDDYTO- Meca, dile a Jennifer que se vaya.

JENNIFER- No me voy, no me voy y no me voy… ahora me


toca a mí divertirme.

EDDYTO- Si a ti este cuento no te gusta.

JENNIFER- ¿Y por qué crees que juego? Esta es mi parte fa-


vorita de la historia.

102
EDDYTO- ¡Vete! ¡No te quiero aquí!

JENNIFER- ¡No me voy!

EDDYTO- ¡Te voy a desaparecer otra vez con mi reloj!

JENNIFER- ¡Desaparéceme! ¡Dale!

EDDYTO- (Apunta a Jennifer con el reloj) ¡Desaparécete!

No pasa nada.

JENNIFER- El reloj es mentira también.

EDDYTO- ¡Más mentira es esa trenza amarilla!

JENNIFER- Esta trenza es de verdad y… (Le mete miedo) la


Kraki también.

EDDYTO- Meca, no quiero que venga la Kraki.

MECA- Ya es tarde. En cualquier momento aparece, hay que


vigilar. Vigila tú por aquella parte del bote y yo vigilo por esta
parte.

Jennifer se esconde de su hermano.

EDDYTO- ¡Jennifer! ¿Dónde estás?

La niña no contesta y no se ve por ningún lugar.

103
EDDYTO- Jennifer… ¿Meca, dónde está mi hermana? No la
veo.
MECA- Ahora mismo estaba aquí, busca debajo del bote.
EDDYTO- ¿Debajo del bote?

El niño con mucho sigilo y miedo se baja de la cama y busca.


La hermana aparece por detrás y lo asusta. El niño pega tre-
mendo brinco. Jennifer se muere de la risa.

EDDYTO- ¡No te rías de mí!

Jennifer no para de reír.

EDDYTO- Te dije que no te rías de mí.

Jennifer no le hace caso. El niño empuja a la niña y esta cae.


La abuela interviene.

MECA- ¡Oye! (Levanta a su nieta y regaña a Eddyto) Nunca más


vuelvas a empujar a tu hermana. ¡Es una niña!

JENNIFER- ¡Ay, mijo! Ahora sí no juego más. Me voy y se lo


voy a decir mami.

Sale Jennifer. Todos quedan en silencio. La niña vuelve.

JENNIFER- (Les grita) Tú estás tan loco como Meca. (Se va


otra vez)

104
EDDYTO- ¡Mi abuela no está loca! Meca, dijo que estamos
locos.

MECA- Tú no estás loco, Robe. (La abuela le pasa la mano por la


cabeza al nieto)

EDDYTO- (Al público) ¿Ven? ¡Me dijo Robe! Ese es el nombre


de mi papá. Antes yo siempre le decía que yo no era Robe y
me ponía muy bravo, pero ya no me molesto. Me gusta que
me confunda con mi papá, miren (Saca una foto de él y otra del
padre) Yo soy hijo de mi papá, por eso los dos nos parecemos
cantidad (Pone una foto al lado de la otra) Los mismos ojos, la
misma nariz y sobre todo mi papá camina así… (Demuestra
como camina su papá) y yo camino así (camina igual) ¿No ven?
¿Nos parecemos o no? Todo el mundo me lo dice: tienes el
mismo caminado de tu padre y eso me gusta. Por eso no me
molesta cuando mi abuela me dice Robe… en definitiva yo soy
un pedacito de mi papá.

MECA- (Señala las dos fotos) ¡Eddyto! ¡Robe! ¡Eddyto! ¡Robe!

Eddyto queda pensativo. Meca recupera la memoria mien-


tras mira las fotos.
II
El monstruo

Jennifer entra sin ser vista. Saca de la máquina de coser


un inmenso tapiz que es el cuerpo de la Kraki. Un calamar
gigante y usa un ventilador para conformar la cabeza del
bicho raro.

EDDYTO- ¡El monstruo!


MECA- ¡La Kraki!

El niño queda aterrado en una esquina del bote. La mons-


trua ataca por todos lados, persigue a la abuela.

MECA- ¡Auxilio, auxilio! ¡El bicho me quiere comer! ¡Qué boca


tan grande tienes!

KRAKI- Para comerte mejor.

La Kraki continúa con la persecución el niño sigue aterrado.

MECA- ¡Aléjate de mí, bicho raro!

Meca huye.

KRAKI- Te voy a comer.

107
MECA- ¿Me vas a comer?

KRAKI- ¡Sí!

MECA- Ya veremos quién me va a comer. ¡Pelea!

La abuela pelea con la Kraki, pero la monstrua atrapa a la


abuela con sus tentáculos y la inmoviliza.

KRAKI- ¡Estás perdida!

MECA- Eddyto, sálvame.

KRAKI- Ese niño es un cobarde.

Eddyto está aterrado, se mueve de un lado a otro, mira para


todos lados.

MECA- Me lleva la Kraki.

Poco a poco la Kraki se lleva a la abuela fuera del bote, pero


Eddyto reacciona.

EDDYTO- Te voy matar bicho feo.

Eddyto le cae encima a la Kraki y le hace cosquillas a su


hermana. Las risas escandalosas de Jennifer inundan todo.
Jennifer se debilita y la batalla termina.

108
EDDYTO- ¡Vencí a la Kraki, abuela! ¡Ganamos! ¡Eh!
La niña vuelve a incorporar a la monstrua.

KRAKI- ¡Aún estoy viva! ¡Cuando recupere mis energías, me


los voy a comer!

MECA- No nos comas. Yo estoy vieja y doy dolor de barriga y


él…

KRAKI- No me importa, a mí me gustan las abuelas con arru-


gas.

MECA- No nos comas y te regalo mi penca de echarme fresco.


KRAKI- ¡No tengo calor!

MECA- Te regalo mi agujeta de tejer.

KRAKI- Yo no soy una araña.

MECA- Te regalo mis espejuelos.

KRAKI- Están muy feos y yo veo muy bien.

MECA- Entonces toma un caramelo.

EDDYTO- ¡Ay no! ¡Los caramelos son para mí!

MECA- Todo por la máquina.

109
KRAKI- ¿Son de chocolate?

MECA- No, son para la garganta.

KRAKI- ¡Caramelitos de menta! ¡Qué rico!

Jennifer coge un caramelo y se lo come.

MECA- Ya nos podemos ir.

KRAKI- De eso nada, para pasar por aquí tienen que pagar tres
caramelos por persona.

EDDYTO- ¡Seis caramelos! (Al público) ¡Es una acaparadora!

KRAKI- ¿Te parecen mucho? Te puedo rebajar a cinco.

KRAKI- Está bien, aquí hay seis caramelos más.

MECA- Ya nos vamos

KRAKI- Todavía no pueden pasar.

EDDYTO- Ya pagamos los caramelos ¿Qué falta ahora?

KRAKI- Me quieren robar mi máquina de los deseos. ¡Me los


voy a comer!

MECA- ¡No nos comas!

110
KRAKI- A ustedes no, a los caramelos.

EDDYTO- ¡Qué graciosa! Esa máquina no es tuya.

KRAKI- No voy a dejar que nadie se la lleve.

EDDYTO- ¿Y si te damos más caramelos? ¡Mira! ¡Tenemos un


paquete completo!

KRAKI- Mejor dame un besito.

EDDYTO- (Al público) Esta parte de la historia siempre me ha


parecido extraña. ¿Por qué yo tengo que besar a la monstrua?

JENNIFER- Por lo mismo que yo tengo que jugar contigo.

MECA- Yo estoy de acuerdo con que la bese.

JENNIFER- (Sale fuera del bicho) Ella también tiene derecho,


te toca besarla.
EDDYTO- No la voy a besar.

MECA- ¡Un besito no se le niega a nadie!

EDDYTO- No me gusta besar.

MECA- La tienes que besar para poder llegar a la isla.

EDDYTO- Eso no es verdad.

111
JENNIFER- ¡Claro!

Jennifer pregunta al público.

JENNIFER- ¿La besa o no?

Se crea un juego de respuestas positivas y negativas con el


público.

EDDYTO- ¡Está bien! La voy a besar, pero ella nos tiene que
llevar hasta la isla.

KRAKI- De acuerdo.

EDDYTO- (Se prepara para besarla) ¡Qué remedio!

Eddyto besa a la Kraki.

MECA- Ya sé cuál es el deseo de la Kraki. ¡Lo descubrí!

EDDYTO- ¿Lo descubriste, abuela?

MECA- Creo que sí.

EDDYTO- Dímelo.

KRAKI- (A Meca) ¡Imposible! Tú no eres adivina.

MECA- Sí soy adivina...


KRAKI- No eres adivina.

112
EDDYTO- Sí lo es.

KRAKI- ¡Mentira!

MECA- ¿Si lo adivino me devuelves los caramelos?

KRAKI- (Piensa un poco) Está bien.

MECA- Tú deseo es… tener una amiga para no sentirte tan sola
en medio del Océano Índico.

KRAKI- Tibio, tibio…

MECA- ¿No es ese? ¿Entonces cuál es?

Jennifer agacha la cabeza con timidez y canta con la voz del


monstruo.

KRAKI- ¡Ay! ¡Muy rara y fea soy!


No sé bailar, calcular
Tremendo problema tengo
Solo me queda cantar.

¡Ay! El viento no me quiere


Y los corales se encierran
Si los toco en la mañana
O en la oscura noche,
Ni me miran y se entierran
JENNIFER- Pobrecita de mi Kraki

113
Un novio ella necesita
Alguien para las visitas
Alguien que la toque aquí.

MECA- ¿Quiere un novio?

EDDYTO- ¡Jennifer quiere un novio! ¡Jennifer quiere un novio!

MECA- ¿Tú quieres un novio?

JENNIFER- Yo no, la Kraki.

EDDYTO- ¡Ah!

MECA- ¡Claro! ¡Claro! ¿Ya tú… digo, ella le pidió el deseo a la


máquina? (A la Kraki) ¿Ya tú le pediste el deseo a la máquina?

KRAKI- ¡No! ¿Cómo se lo voy a pedir, si nunca la he encontra-


do? A veces creo que esa máquina no existe. Nadie la ha visto
nunca.

MECA- ¡Sí existe!

EDDYTO- (A la monstrua) Tú eres boba, cómo vas a decir que


no existe. Si la máquina no existe te quedas sin tu deseo.

KRAKI- ¡No! ¡Yo quiero mi novio!

MECA- Entonces vamos con nosotros y cuando encontremos la


máquina, pides el deseo.

114
KRAKI- stedes no van a ningún lugar. ¡Son mis prisioneros!
¡Me los quiero comer!

EDDYTO- ¿Otra vez?

MECA- No seas bruta. Mira, vas con nosotros, encontramos la


máquina juntos, pides el deseo y luego nos comes.

EDDYTO- ¡Abuela! ¡Tremenda idea!

KRAKI- Sí. ¡Tremenda idea! ¡Me voy con ustedes! ¿Oye y cuál
es el deseo de ustedes?

MECA- ¿El mío? Yo… (La abuela se queda en blanco) Yo…

EDDYTO- Sí, Meca, ¿Cuál es tu deseo? Ese es el más impor-


tante de este cuento.

MECA- Robe… mi deseo es que crezcas sano y fuerte.

EDDYTO- (Al público) ¿Ven ya perdió la memoria otra vez? (El


niño se pone muy cariñoso) No abuela, no. ¡Ese no es tu deseo!
Acuérdate lo que me dijiste ayer.

MECA- ¿Ayer? ¿Qué dije ayer?

EDDYTO- Ayer cuando jugábamos, acuérdate.

MECA- ¡Robe!

115
EDDYTO- Sí. ¡Yo soy Robe!

JENNIFER- Tú no eres Robe, tú eres Eddyto.

EDDYTO- ¡Cállate, Jennifer! (A la abuela) ¡Ayer nosotros juga-


mos a buscar la máquina de los deseos!

MECA- ¿Ayer?

EDDYTO- Sí, ayer…

MECA- ¿La máquina de los deseos?

EDDYTO- ¡Acuérdate! ¡Tienes que pedir tu deseo!

MECA- ¿Qué deseo Robe…?

Eddyto saca el álbum de fotos.

EDDYTO- Mira este es Robe… ¿Y este quién es?

MECA- ¡Eddyto!

MECA- (Señala las fotos) ¡Eddyto! ¡Robe! ¡Eddyto! ¡Robe!

Meca recupera la memoria otra vez.

EDDYTO- ¡Qué bueno! ¡Te acordaste! Ahora dime ¿Cuál es tu


deseo cuando encontremos la máquina de los deseos?

116
MECA- (Cae en cuenta) ¡La máquina de los deseos! ¡Está muy
cerca!

EDDYTO- ¡Vamos a buscarla!

MECA- ¡Llegamos a la isla Port Mathurin!

EDDYTO- (Al público, saca el mapa) Llegamos a esta parte del


mapa. Esta isla está en medio del Océano Índico. Como ven
estamos lejísimos de nuestra casa, pero en esta isla también
hay guayabas, cocos y un montón de frutas.

JENNIFER- Qué tú sabes, nunca has ido allá.

EDDYTO- Ahora estoy allá y lo más importante: estamos casi


en el final del cuento. Todo marcha bien.

El cuarto se transforma en una selva del interior de la isla.

117
III
Los nombre de las arrugas

Tienden una sábana en el piso y ponen la merienda, las


guayabas, el pan, el refresco y comen.

EDDYTO- (Al público) Nunca habíamos llegado tan lejos. No


sé cómo va a terminar esto, pero no quiero parar ni de contar
la historia, ni de comer guayabas. ¡Están riquísimas!

El fresco de la isla y la tarde abrazan a los tres aventure-


ros. La tierra húmeda está pegada a los pies de los personajes
mientras saborean las guayabas. Están rodeados del verde y
los olores de las frutas maduras.

EDDYTO- ¿Vamos a ver quién come más guayaba?

JENNIFER- ¡Despacio que me embarro!

MECA- Seguro que tú ganas.

JENNIFER- Siempre tienes hambre.

EDDYTO- Ya me he comido como cinco.

MECA- Yo solo puedo con una.

EDDYTO- Eso es porque no tienes dientes.

119
MECA- Por comer tantas guayabas mañana no vas a poder ir
al baño.

EDDYTO- ¿De verdad? ¿Por qué?

Meca les dice un secreto que nadie escucha. Los tres se ríen

EDDYTO- ¡Cochina!

JENNIFER- ¡Asco!

MECA- ¿No me creen? Ya verán…

JENNIFER- Yo me he comido una sola.

MECA- Eddyto, mañana cuando eso pase, te comes tres man-


gos, luego tomas tres vasos de agua y problema resuelto.

JENNIFER- ¿Qué le va a pasar cuando coma tanto mango y


tome tanta agua?

La abuela dice un nuevo secreto a sus nietos. Los tres se ríen.

LOS NIETOS- ¡Cochina, Meca!

MECA- Y si no se te quita, te hago un cocimiento de mejorana.

EDDYTO- Abuela, cómo tú sabes de remedios.

120
Meca canta

Un brotecito de tilo
Para nervios de las pruebas.
Las flores de pasifloras
También sirven si son nuevas.

La sábila es la gran reina


Sirve para muchas cosas:
quita dolores de estómago,
y deja las feas caras
como pétalos de rosas.

La salvia te aclara la voz


¡Sí! Igual que el romerillo
Una pareja excelente
Juntos “tiran” un pasillo.

Son mucho más los remedios


Las plantas son infinitas
Y el conocimiento eterno
En esta canción bonita.

EDDYTO- Y el miedo cómo se quita.

JENNIFER- Yo no tengo miedo.

MECA- ¿El miedo?

121
MECA- El miedo a qué.

EDDYTO- Al perro negro de Eloína, a la oscuridad, a bailar


delante de todo el mundo en el aula, a levantar la mano, a que
tú te mueras.

MECA- ¿A que yo me muera?

EDDYTO- Sí, yo no quiero que te mueras nunca.

JENNIFER- Ni yo.

Los dos nietos abrazan a la abuela.

MECA- Tener miedo no es malo.

JENNIFER- El miedo, es no pesar en el miedo, cuando tienes


miedo.

EDDYTO- ¿No entiendo?

MECA- Sí, mi niño. El miedo es amigo y enemigo a la vez.

JENNIFER- Es tomar el aire por la nariz y botarlo por la boca,


eso dice mami.

MECA- El miedo es, como el sol o como el mar con sus olas.
EDDYTO- ¿El mar y el sol son mis amigos y mis enemigos?

122
MECA- ¡Claro! El sol es necesario para vivir, pero nos quema si
lo desafiamos por mucho tiempo y el mar te enseña lo inmen-
so de lo profundo cuando está cristalino pero si está furioso
nos puede ahogar con sus olas gigantescas y por eso no deja-
mos de ir a la playa. Lo malo es cuando por culpa del miedo
nos convertimos en cobardes. Eso no puede ser.

EDDYTO- (Agacha la cabeza y se aleja un poco) ¡Yo soy cobarde!

Jennifer va hacia él y le pasa la mano por arriba.

MECA- No. ¡Tú eres muy valiente!

JENNIFER- ¡Tú venciste a la Kraki!

MECA- ¡Y nadaste en medio de las olas!

JENNIFER- Y no le tuviste miedo a la serpiente africana.

MECA- Y nos trajiste hasta esta isla del Océano Índico para
pedir un deseo.

Se abrazan nuevamente.

EDDYTO- ¿Algún día nosotros seremos viejitos igual que tú?

JENNIFER- Yo no quiero ser vieja. Los viejos son feos.

EDDYTO- Meca no es fea.

123
JENNIFER- Meca no, pero los otros viejos sí.

MECA- Miren mi cara.

Los dos niños se acercan a la abuela.

EDDYTO- ¿Qué tiene?

MECA- ¿No ven mis arrugas?

LOS NIÑOS- ¡Sí!

MECA- (Busca un espejo) Las arrugas tienen nombres. ¡Miren!


Esta arruga se llama Robe…

EDDYTO- ¿Cómo papi?

MECA- Sí, todo lo que he vivido con tu papá está contenido en


esta arruga, con él he llorado, pero también he reído por eso es
profunda y misteriosa. Esta arruga se llama 1994, porque ese
año sufrí mucho…

JENNIFER- ¿Y esta arruga cómo se llama?

MECA- Esa se llama Jennifer, me salió el día que naciste porque


me puse muy feliz. Yo siempre quise tener una nieta así como tú.

EDDYTO- ¿Y dónde está la arruga que se llama Eddyto?

MECA- (La enseña en el espejo) ¡Es esta! Esta arruga se llama

124
Eddyto. Es una arruga alegre y curiosa como el mejor nieto
del mundo.

EDDYTO- Son infinitos los nombres de tu cara.

MECA- Porque he vivido mucho años y he conocido a mucha


gente buena y mala. (Busca el álbum de fotos y muestra una foto
de ella joven) Esta soy yo…

JENNIFER- Eras una niña.

EDDYTO- Sin arrugas.

JENNIFER- Ahora estás más bonita.

Los tres se ríen.

JENNIFER- Cuando yo sea viejita quiero ser como tú, Meca.

MECA- ¿Con muchas arrugas?

JENNIFER- Bonita y con dos nietos.

MECA- ¡Lo serás! Bueno… ya merendamos. Vamos a buscar la


máquina que tenemos que pedir un deseo. Ayúdenme a subir
en esta mata de guayabas, necesito ver a lo lejos.

Meca pone una silla encima de una mesita de noche. Sube


primero en la cama y luego en la silla. Está muy alta.
JENNIFER- Meca, no te subas ahí, eso no es una mata de gua-

125
yaba eso es…

EDDYTO- Meca, yo me subo. ¡Baja!

MECA- Y a subir yo.

EDDYTO- Bueno, entonces sube con cuidado.

JENNIFER- Voy a buscar a mami y a papi.

EDDYTO- No vas a buscar a nadie.

JENNIFER- ¡Se va a caer!

MECA- Desde aquí todo se ve mejor. ¡Vengan! ¡Suban!

Los niños suben a la mata de guayaba con la abuela.

MECA- Cierren los ojos.

Los tres cierran los ojos.

MECA- ¡Llegamos! Disfruten, el viento y olor a playa. ¿Dónde


estamos, Jennifer?

JENNIFER- En una isla del Océanos Índico.

Se escucha levemente el ulular del viento, del atardecer y la


lluvia lejana.

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EDDYTO- Estamos muy altos, abuela.

JENNIFER- ¡Cobarde! ¡Tienes miedo!

EDDYTO- ¡Yo no tengo miedo!

JENNIFER- ¡Sí tienes miedo!

MECA- Allí está la máquina, Eddyto.

EDDYTO- ¿Dónde?

MECA- (Señala la máquina de coser) ¡Aquella!

JENNIFER- Esa es tu máquina de coser.

MECA- ¡Es la máquina de los deseos!

JENNIFER- Tanto lio por la vieja máquina de coser.

EDDYTO- ¡Es la máquina de los deseos! ¡La encontramos, mi


hermana!

MECA- ¡Lo logramos!

EDDYTO- ¡Meca, recuerda! Tu deseo es no morirte nunca,


quedarte para siempre con nosotros.

MECA- ¡Ese es mi deseo! Lo recuerdo muy bien.


EDDYTO- El mío es ser el niño más valiente del mundo. ¿Y el

127
tuyo, Jennifer?

JENNIFER- Cuando vea que esa máquina funciona les digo.

MECA- Vamos a bajar.

JENNIFER- Yo primero.

EDDYTO- Voy detrás de ti...

Jennifer baja de la mata y detrás Eddyto.

EDDYTO- Ahora te toca, Meca.

MECA- ¡Voy!

La abuela comienza a bajar. Pone un pie primero, otro después. Siem-


pre con mucho cuidado pero se resbala y cae. Queda inconsciente.

EDDYTO- ¡Abuela! ¡No! ¡Abuela! ¿Qué te pasó? ¡Meca, des-


pierta!

JENNIFER- No abuela… desierta. No te mueras, Meca. ¡Des-


pierta!

Meca se mantiene en el suelo y no abre los ojos.

EDDYTO- Abuela, no me hagas esto. No me dejes. Vamos a


pedir tu deseo. No me dejes, Meca. Mi viejita linda, no nos

128
dejes. Yo te quiero mucho, no nos dejes, yo no quiero que te
mueras nunca.

JENNIFER- ¿Por qué no abre los ojos? ¿Se murió Meca, Eddy?
¿Se murió?

Lloran desconsoladamente. Eddyto canta.

Es triste y grande este abrazo.


No sé si te vuelva a ver
Solo nos queda el poder
Jugar siempre en el ocaso

Abuela donde estaré yo


Si en la tarde no te encuentro
A donde iré sin color
No te vayas de mi cuento

La abuela en el piso.

EDDYTO- Voy a buscar a mami y a papi.

JENNIFER- Espera, ya llegamos hasta aquí. Vamos a pedir


nuestro deseo.

Los dos niños se acercan a la máquina, la llevan a proscenio.


La máquina se ilumina. Los niños se toman de las manos.

EDDYTO- ¡Tengo miedo!

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JENNIFER- Yo también.

EDDYTO- ¿Y si no funciona?

JENNIFER- Cierra los ojos.

Los dos niños cierran los ojos. La máquina se eleva y baja.


Sacan un inmenso tapiz que tiene a los tres personajes. Es el
mapa anterior pero esta vez con los tres personajes. Los tres
muñequitos cobran vida en la tela y hacen el recorrido desde
su casa hasta el Océano Índico. Bajan el tapiz y la abuela
está sentada en el suelo.

LOS NIÑOS- ¡Abuela!

MECA- ¿Dónde estoy?

EDDYTO- En..

LOS DOS- En el Océano Índico.

LOS TRES- ¡Lo logramos!

Se abrazan y lentamente se oscurece todo hasta terminar en el apagón.

Fin.

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EPÍLOGO

La dramaturgia de teatro para niños no es muy considerada ni


promocionada a nivel latinoamericano, por lo que se hace nece-
sario crear espacios y eventos como este, los cuales ayuden a su
buena evolución.
En el II concurso internacional de dramaturgia infantil El
duende que vive en ti se acogieron varias obras de diferentes paí-
ses de América Latina, Europa y el Caribe, estos trabajos fueron
analizados por un jurado integrado por dramaturgos de Ecuador,
Colombia y España, los cuales otorgaron los siguientes premios:

1er premio
Obra: Maullando sin ladrar
Autor: Julián Garzón Vélez - Colombia

2do Premio
Obra: Amelia sueña Mariposas
Autor: Erduyn Maza Morgado - Cuba

3er Premio
Obra: El deseo del Océano Índico
Autor: Erduyn Maza Morgado - Cuba

Felicidades a los ganadores del concurso, que continúen la noble


y afanosa labor de colgar sonrisas, ilusiones y reflexiones a toda la
comunidad, en especial a los niños y niñas de todo el mundo.
ÍNDICE

Maullando sin ladrar............................................. 11


Amelia sueña mariposas......................................35
El deseo del Océano Índico..................................81
Esta edición de El duende que vive en
ti fue publicada en formato digital por
la Casa de la Cultura Ecuatoriana «Benjamín
Carrión» Núcleo del Azuay en septiembre de 2022

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