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Marina A. Drahe
con la colaboración de Teresa Torralva
Si iJiEm las FE han sido asociadas históricamente como dependien. 1. Aspectos metodológicos de la evaluación
tes del lóbulo frontal (más específicamente la región prefrontal), lle- de las funciones ejecutivas
gando incluso en ocasiones él utilizarse "función ejecutiva" y "función
frontal" como términos intercambiables, su correcto funcionamiento Requisitos y limitaciones de los tests
depende también de otras regiones cerebrales en conexión con ellóbu-
lo frontal (como los ganglios basales, por ejemplo). Como muchos auto- De todas las funciones cognitivas, probablemente sean las FE las
res han señalado, no es una buena práctica sustituir términos neuroa- que suscitan más dificultades a la hora de la evaluación y de la cons-
natómicos por términos funcionales. Por otra parte, además de las trucción de técnicas apropiadas.
contribuciones no frontales a las FE, el lóbulo prefrontal interviene en 1 En principio, todo test que pretenda evaluar FE debería poseer, en
otras funciones que no se ajustan a lo que se describe como FE. mayor o menor grado, las siguientes características: ser.nouedoso, de-
Si bien la definición de funciones ejecutivas varia de un autor a mandar esfuerzo cognitivo, e implicar memoria de trabajo (Phillips,
otro, la mayoría considera que los siguientes procesos forman parte 1997).
del funcionamiento ejecutivo (Burgess, 1997; Pennington, Bennetto, El requerimiento de ser una tarea novedosa para el sujeto es cen-
McAleer y Roberts, 1996; Eslinger, 1996): tral, ya que un aspecto clave de las FE es que se ponen en juego en si-
tuaciones no habituales. Cualquier actividad que haya sido practicada
formulación de un objetivo o meta; probablemente requiera un procesamiento automático más que con-
planificación (elaboración de un plan basado en una estrategia trolado; esto es, una tarea previamente practicada o conocida podría
autogencrada, incluyendo la elección cntre secuencias de con- utilizar para su resolución estrategias previamente aprendidas (rela-
ducta alternativas); tivamente automáticas), desvirtuando el concepto mismo de FE. La
iniciación de la respuesta; necesidad de que sean recursos novedosos se extiende no sólo al conte-
inhibición de la producción de respuestas automáticas inapro- nido, sino esencialmente a la forma. Esto hace' problemática la crea-
piadas en un contexto particular; ción de formas alternativas para utilizar en reevaluaciones, y hace di-
flexibilidad (capacidad de cambio o corrección de la respuesta, en fícilla validez test-retest.
base a la información obtenida por el medio); En directa relación con este aspecto, está la demanda de que sean
automonitoreo de la conducta; tareas exigentes en cuanto al esfuerzo cognitivo, ya que tanto la pla-
organización del pensamiento; nificación de los objetivos como las etapas subsiguientes para la re-
capacidad de razonamiento abstracto y conceptual; solución, deberían incluir algún grado de complejidad de resolución,
control de la atención (mantener la atención durante largos pe- implicar un automonitoreo, y requerir la inhibición de respuestas au-
ríodos de tiempo para asegurarse el desarrollo de largas secuen- tomáticas, que empujan para imponerse, y a las que el sujeto debe
cias de comportamientos); oponer resistencia.
memoria de trabajo (mantenimiento en memoria de trabajo de Cuando un sujeto se enfrenta a una tarea nueva, tiende natural-
los datos con que se cuenta para su logro y del plan de respues- mente a utilizar estrategias efectivas para maximizar el desempeño
ta). con un esfuerzo mínimo, intentando hacerlas menos esforzadas y más
automáticas. El propósito de los tests ejecutivos es, en cambio, evitar
Dado el amplio abanico de habilidades englobadas en las FE, no es este paso a lo automático y provocar un I)rocesamiento nuevo y esfor-
esperable que un único test pueda evaluar el funcionamiento ejecuti- zado. Por eso, como señala Denckla (1994), "los tests que son fáciles y
vo de un individuo. Se requiere una multiplicidad de técnicas que per- agradables de realizar no son buenos candidatos para evaluar funcio-
mitan poner en evidencia los distintos componentes, ya que el déficit nes ejecutivas", 10 cual hace que su administración genere cierta inco-
no necesariamente afccta a todas los procesos ejecutivos, sino que pue- modidad en algunos pacientes, particularmente en aquellos que pre-
de ser selectivo y presentarse en sólo algunos de ellos. sentan disfunción ejecutiva.
Las pruebas ejecutivas también deberían incluir demandas de me-
moria de trabajo para coordinar el mantenimiento de las consignas y
EVALUACiÓN DE LAS FUNCIONES EJECUTIVAS
~[ARINA DRAKE Y TERESA TORRALVA
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Denckla refiere una correlación entre un test clásico de FE, COlllOel
reglas de la prueba, con los procesos cognitivos y la manipulación de Test de Clasificación de Cartas de Wisconsin Y el Cl verbal. Muchos
los datos necesarios para su adecuada resolución. trabajos que refieren ausencia de correlación entre la presencia de da-
Shallice y Burgess (1991) señalan que muchas veces las caracterís- ño frontal Y algunas pruebas ejecutivas no suelen tonlar en cuenta la
ticas de las técnicas y de la propia situación de evaluación hacen que posibilidad de la interacción del Cl en ese desempeño.
las dificultades ejecutivas del paciente no se manifiesten en el exa-
men. En los tests neuropsicológicos el paciente tiene habitualmente
un único problema explícito que resolver por vez, la duración de cada 2. Las técnicas de evaluación
sub prueba tiende a ser muy corta, la iniciación de la tarea está fuerte-
mente estimulada por el examinador y 10 que constituye una resolu- Como ya se mencionó, la gama de procesos implicados en las FE
ción exitosa de la tarea está claramente caracterizado y explicitado. hace difícil que un único test pueda objetivarlos a todos. Y, por otro h;:
Es habitualmente el evaluador quien determina qué actividad debe do, dada la naturaleza misma de las FE es muy difícil también que un
realizar el sujeto, con qué materiales, dónde, cómo y cuándo (Lezak, test pueda aislar un único proceso ejecutivo. La mayoría de las prue-
1995). Es muy raro que los tests neuropsicológicos exijan que el bas implican varias habilidades Ycomponentes ejecutivos para su rea-
paciente organice o planifique su conducta en tiempos relativamente
lización exitosa
largos, o que establezcan prioridades entre dos o más tareas competi- Existen numerosos instrumentos que han demostrado eficacia y
tivas. Sin embargo, son este tipo de tareas ejecutivas las que forman sensibilidad para la evaluación de las FE. Se detallan a continuación
el gran componente de varias actividades diarias (Shallice y Burgess, aquellos procesos fundamentales del funcionamiento ejecutivo y los
1991). tests, que han probado ser más útiles para su medición (véase Tabla 1),
Como refieren Delis, Kaplan y Kramer (2001) la mayoría de los La capacidad de planificación se puede medir con la Torre de Lon-
tests de FE fueron desarrollados a mitad del siglo pasado, antes de la dres (TOL), la Torre de Hanoi, los Laberintos de Porteus, la tarea de
revolución en la investigación cognitiva, la neuropsicología y las neu- búsqueda de la llave del BADS, Behavioural Assessment of the Dyse-
rociencias. Por ello, suelen no cumplir con todos los requisitos que se xecutive Syndrome (Wilson et al., 1996).
acaban de mencionar. Para el mantenimiento de la información Yla manipulación de los
Esto se ve reflejado, por ejemplo, en la modalidad de puntuación de datos, es decir, la memoria de trabajo, pueden utilizarse el PASAT y la
muchos tests. Como fue señalado en el capítulo 1, el uso de un único subprueba Ordenamiento de Números y Letras, del WAlS-llI (ya des-
puntaje para cuantificar el desempeño en un test suele enmascarar la criptos en el capítulo 3) .
naturaleza multivariada de las funciones cognitivas requeridas para La flexibilidad cognitiva, en lo que se refiere a la capacidad de
su desempeño exitoso. El puntaje único es particularmente problemá- cambio de patrón de respuesta, puede ser evaluada a través del Test
tico con las tareas ejecutivas debido a que tales tests habitualmente de Clasificación de Cartas de Wisconsin (WCST), el Trail Making Test
cubren una serie de habilidades básicas (no ejecutivas) y complejas (TMT), y diferentes pruebas de secuencias motoras y gráficas.
(ejecutivas). Los pacientes pueden desempeñarse pobremente en los La flexibilidad cognitiva implica también la capacidad de creativi-
tests de funciones ejecutivas por una amplia variedad de razones Yel dad y productividad cognitiva, y la capacidad de abstracción. La pri-
puntaje único que proveen la mayoría de los instrumentos no permite mera característica es medida por tests de fluencia verbal, el Test de
obtener datos útiles que capturen los mecanismos neurocognitivos del Fluencia Figural de Ruff, y la subprueba de Fluencia de Diseños de
trastorno. Las competencias en dominios cognitivos básicos (memoria, la batería Delis-Kaplan para la evaluaci<}fide funciones ejecutivas,
percepción, habilidades lingüísticas) plantean efectos de techo y de pi- D-KEFS (Delis, Kaplan y Kramer, 2001). La capacidad de abstracción
so para la especificidad y sensibilidad de la medición de FE. puede observarse a través de la prueba de Analogias del WAlS-llI ya
En esta misma línea, Denckla (1996) menciona que al momento de descripta en el capítulo sobre Inteligencia (véase capítulo 3).
valorar los rendimientos en pruebas ejecutivas se debe tener en cuen- La inhibición de respuestas no pertinentes Y la resistencia a la in-
ta la inteligencia general del sujeto, dado que la existencia de un alto terferencia pueden ser estudiadas a través del Test de Stroop, del
Cl en algunos sujetos puede hacer que ciertas tareas sean demasiado WCST y de la TOL.
fáciles para ellos y por eso no ser sensibles a la disfunción ejecutiva.
MARINA DHAKE Y TEm::St\ TORRALVA EVALUACIÓN DE LAS ¡"UNCIONES l';JECUTIVAS 305
TEST DE CLASIFICACIÓN DE CAIlTAS DE WISCONSlN En la actualidad existen diferentes versiones de este test, pero la más di.
Wiseonsin Card Sorting Test [WCSTl (lIeaton el al., 199:l) fundida es la que corresponde a la sistematización"y normatización llevada a
cabo por Heaton (Heaton,1981; Heaton, Chelune, Talley, Kay y Curtiss, 1993;
El Test de Clasificación de Cartas de Wisconsin, WCST (del inglés: Wis- Heaton, Chelune, TalJey, Kay y Curtíss, 1997). .
consm Card Sortmg Test), ha sido muchas veces considerado corno el patrón Recientemente ha sido publicada una versión abreviada, que l?-tiliza sólo
o~o de l~s ~ruebas destinadas a evaluar funciones ejecutivas. Fue original- 64 cartas (Kongs, Thompson, Iverson y Heaton, 2000) lo cual acorta sustan-
mente dlsenado por Berg (1948) como una medida para evaluar razonamien- cialmente el tiempo de administración, reteniendo los mismos requerimientos
to ab~tracto y flexibilidad de pensamiento, evidenciada como la capacidad de que la versión extensa.
cambiar de estrategias cognitivas en respuesta a eventuales modificaciones El sujeto debe colocar cada una de las cartas del mazo debajo de la carta
ambientales. Su inclusión en la batería neuropsicológica como una de las he- clave y debe corregírsele cualquier otra ubicación~ Si se advierte que pierde la
rra~ientas má~ útiles ?afa la detección de disfunción ejecutiva se produjo a consigna de agrupar con las 4 superiores, se le deber recordar. En ocasiones,
partIr del trabajo de MIlner (1963) quien observó alteraciones en este test en con determinados pacientes (niños, pacientes impulsivos, etc.) convendrá que
pacientes con lesiones corticales frontales. sea el evaluador quien tenga el mazo y las vaya colocando de a una, en la ubio
En esta prueba el sujeto cuenta con una serie de 128 cartas (dos mazos de cación que indique el paciente.
64 cartas) que debe ir dando vuelta de a una por vez, y aparearlas o asoci~r. La administración de este test no es tarea sencilla, y exige cierta destreza y
las con una de las 4 cartas de referencia que se encuentran sobre la mesa. Las experiencia del evaluador, ya que debe ir codificando las respuestas a medida
cartas presentan combinaciones de 4 formas geométricas diferentes (círculos, que el sujeto va colocando cada carta, dar el refor.lamiento positivo ("'correcto")
306 MARINA DRAKE Y TERESA TOI{RALVA
EVALUACiÓN DE L\S FUNCIONES EJECUTIVAS 307
o negativo ("incorrecto") según corresponde, y llevar la cuenta de la cantidad de
respuestas correclas consecutivas, para cambiar de criterio categorial al arri-
_. e) capacidad de razonamiento abstracto y conceptual (para poder recono-
cer las diferentes categorías posibles);
bar a las 10 correctas. Esto es particularmente dificil en pacientes ansiosos o O mantenimento de la atención; y
que realizan la larca a gran velocidad. Cuando ello ocurre, se le debe pedir al g) capacidad de inhibición de respuestas no pertinentes o incorrectas (ya
paciente que .vaya más despacio para permitir la anolación de las respuestas. sea resistencia a la pcrseveración o porque la carta posee ciertas carac-
La interrupción del test sólo se produce cuando el sujeto alcnnza 6 catego- terísticas imperativas, cuando coi~cide en dos aspectos con alguna de
rías; no existe criterio de interrupción para el sujeto que fracasa consistente- las cartas de referencia).
mente a lo largo de la prueba, lo cual la hace una prueba incómoda para aque-
llos pacientes que presentan dificultad en su realización y no logran siquiera Desde el trabajo publicado por rvlilner (1963), diferentes estudios confirmar~n
deducir la primera categoría esperada, ya que durante 128 intentos recibe la sensibilidad del WCST al daño frontal, aunque también se ha demostrado que
mayoritariamente un reforzamiento negativo.
el daño difuso o en regiones posteriores puede alterar su desempeño, lo cual ha
La versión abreviada reduce algo esta incomodidad. Además, se cuenta con puesto en cuestión su especificidad (Stuss y Levine, 2002). Sin embargo, se ha
una versión computarizada para ambas versiones, que en cierto sentido alivia visto que existen algunos patrones diferenciales con respecto al tipo de errores
la tensión que pueda generarse con el evaluador, puesto que ya no es más es- cometidos e investigaciones recientes han permitido observar el uso justificado
te último quien califica permanentemente como incorrecta a las respuestas del WCST como medida de déficit frontal, pero con algunas precauciones.
del sujeto, sino una máquina.
Se ha visto que la corteza prefrontal dorsolateral está preferencial mente
Si el paciente se muestra frustrado y comienza a "distribuir" las cartas al implicada en el aspecto de cambio de patrón de respuesta de la prueba. Los
azar, en lugar de hacer un esfuerzo para emparejarlas con las cartas referen- pacientes con lesiones prefrontales vcntrales en cambio estarían relativamen.
cia, se detiene la prueba momentáneamente y se le pide que observe los estí.
mulos de referencia e intente emparejar las cartas del mazo con ellos. .. te indemnes en este aspecto central del test, pero tienen mayor tendencia a
cometer errores de mantenimiento del criterio de respuesta en curso, posible •
La interpretación de este test toma en consideración no sólo el éxito o el mente debido a la susceptibilidad a la interferencia. La pérdida del manteni~
fracaso en la resolución general de la prueba (es decir, el logro de la deducción miento de la categoría vigente también se observó en pacientes con daño en la
de las categorías esperadas) sino las características del rlesempeilO del sujeto corteza dorsolateral derecha, en relación a dificultades en la atención sosteni.
en la tarea. Los índices que proveen información más relevante toman en da (Stuss y Levine, 2002).
cuenta el número de categorías alcanzadas, los errores y respuestas perscve- Un minucioso trabajo de Monchi, Petrides, Petre, \Vorsley y Dagher (2001)
rativas, y las fallas en mantener la categoría.
mostró también una participación específica de diferentes áreas prefrontales
Por categ'orías alcanzadas se entiende el número de veces que el examina- durante etapas diferentes de la realización de la tarea. La corteza prefrontal
dor cambió el criterio debido a que el paciente dio 10 respuestas correctas de dorsolateral media (área 9/46) mostró mayor implicación en aspectos que im.
acuerdo a la categoría esperada.
plican memoria de trabajo, más específicamente en. el ~?mento en ~ue la in-
Cuando un paciente continúa emparejando las cartas de acuerdo a una rc- formación actual dada por el examinador (refuerzo POSitIVO o negatIvo en re-
gla anterior, incluso luego de que la regla ha cambiado, se considera un error ~-;
lación con la respuesta del sujeto) debía ser relacionada con los eventos
perseverativo.
anteriores almacenados en la memoria de trabajo. Un c~rcuito córtico-subcor-
La falla o pérdida de la categoría se refiere a la dificultad del paciente de tical que comprendía a la corteza prefrontal ventrolateral media (área 47/12)
mantener en memoria de trabajo el criterio o categoría vigente, pasando a una el núcleo caudado y el tálamo mediodorsal aumentó la actividad durante la re-
categoría diferente antes de haber completado 10 respuestas consccutivas co- cepción del feedback negativo, lo que indica la necesidad de un cambio ~ental
rrectas.
para un nuevo criterio de respuesta. La respuesta de ,la corteza prefront~l p.o,s-
Las características de la prueba explican por qué se ha convertido en el terior fue menos específica y se interpretó que po~eIa un rol en la aSOCJaClOn
metro patrón de la evaluación de las funciones ejecutivas, puesto que su co- de acciones específicas a los estímulos. Finalmente, el putamen mostró mayor
rrecta resolución requiere de la participación de varios procesos claves: aumento de actividad al aparear tras reforzamiento negativo, pero no luego
del positivo, interpretándose como señal de ~ayo~ participación en las ta~eas
a) flexibilidad COb'Tlitiva;
novedosas que en las rutinarias. Otro estucho reclCnte de Nagahama, Okma,
b) capacidad de cambio o corrección de la respuesta, en base a la informa. Suzuki Nabatame y Matsuda (2005) halló implicación diferencial de distintas
ción obtenida del evaluador;
region:s prefrontales según el tipo de error perse.verativo. I •
c) capacidad de evitar respuestas perseverativas; Una gran cantidad de trabajos realizados en dIferentes gru~os chmcos (pa-
d) memoria de trabajo (para recordar la categoría vigente y las respuestas cientes con epilepsia, esclerosis múltiple, enfermedad de Parkmson, trauma-
a las cartas previas);
tismo de cráneo y esquizofrenia) muestran niveles de realización deteriorados
EVALUACIÓN DE 1,,\5 FUNCIONES EJECUTIVAS
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:lOS MARINA Dl{AKE Y TERESA TotW.ALVA
en el desempeño de esta tarea, si se comparan con 10$de los adultos normales examinador posee una estructura tridimensional, igual a aquella en la cual
(Beaton el al., ~99?). Se requieren estudios comparativos para comparar lo trabaja el paciente, la cual muestra la disposición-meta para cada ensayo.
pcr~les de rend1l1l1cnto y tipos de errores diferenciales entre estos grupos d~ En las instrucciones se le dice al sujeto que debe llevar las esferas de su ta.
paCIentes t~~ndisímiles. blero de numera que queden en la misma disposición o configuración que las
del tablero del examinador, en la menor cantidad de movimientos posibles.
Para ello debe seguir dos reglas: a) debe mover las esferas de a una por vez (es
decir, no puede tomar dos al mismo tiempo) y, cada vez que retira una debe in.
sertarln en alguna de las otras clavijas (no puede retenerla en la mano y sacar
TORRE DE LONDIIES [TOL] otra, o apoyarla en la mesa y sacar otra) y b) no puede superar la cantidad de
esferas permitida para cada clavija. Los ejes o clavijas en que se insertan las
(Culberston y Zillrncr, 2005)
esferas son de diferente lonbritud, la prilnera clavija posee una longitud tal que
puede albergar tres esferas, la segunda puede alojar dos, y la tercera una. Sin
La Torr~ de Londre~ (TOL) fue diseñada orib.;naimenle por Shallice (1982)
embargo, todas las clavijas exceden 1 cm de la longitud requerida, por lo cual
p~ra estudiar 1~ca~a~l~ad de planificación en pacientes con daño frontal. Si
debe aclarársele al paciente la cantidad de esferas permitidas por cada clavi-
~len ~u~.concclllda In.lcJalmente como una prueba experimental, la creciente
ja. No ajustarse a ello implica una violación a las reglas.
.lceptaclOn :omo .~edlda de evaluación de las funciones ejecutivas en general,
Se brindan dos ensayos de práctica para comprobar que se entendieron las
y de la plan~(j~a:lOn :n particular, llevó a su estandarización y normatización.
instrucciones, Y en caso de que el sujeto cometa algún error, se le señala el
Se descr~blra aqUl la versión de la Universidad de Drexel (TOL-Dx) de Cul-
bertson y ZIllmer (2005), b~sada. en la prueba original de Shallicc, pero que mismo y se le repiten las reglas.
Al comenzar cada uno de los 10 ensayos de la prueba, el evaluador coloca
pres~nta algunas leves modIficacIOnes respecto a la administración y al grado
las esferas del tablero del paciente en la configuración de partida (que es
de dificultad de los problemas.
siempre la misma en los 10 problemas) y luego coloca las de su tablero en la
La TOL.Dx co.n:iste e.n 10 problemas de creciente dificultad. A partir de
disposición-meta que corresponde a cada ensayo, y se le-indica al paciente que
una estructur~ tndlmenslOnal que posee tres clavijas verticales con tres esfe.
mueva las esferas de su tablero de manera que queden como las del modelo
ras de colores
1 . msertas en ellas (véase Figur'\"le2) se le p'd a 1 examma
' d o que
del evaluador. Inmediatamente de terminada la consibrna, se comienza a to-
mueva a~ mlsm~s para que coincidan con la configuración del modelo presen-
mar el tiempo, debiendo registrarse el tiempo transcurrido hasta que el pa-
tado: A dIferencIa de otras versiones, en la TOL Dx, en vez de presentársele
ciente realiza el primer movimiento y el tiempo total, hasta la resolución del
una Imagen con la representación del modelo al que el sujeto debe llegar, el
problema. Se permiten dos minutos para realizar cada problema (aunque es.
to no se le explicita al paciente), luego de los cuales se interrumpe Y se pasa al
siguiente problema. Si el paciente utiliza más de un minuto para realizarlo se
lo registra como "tiempo excedido", pero no se lo interrumpe sino hasta llegar
= a los dos minutos. Si a los dos minutos el paciente no hubiere completado la
prueba. se interrumpe Y se consideran como 20 movimientos (independiente-
mente de los que hubiere realizado).De igual manera, si hubiera utilizado más
de 20 movidas dentro del tiempo permitido, se le asignan 20 solámente. Vale
decir, la máxima cantidad de movidas computables es de 20 en todos los casos.
w
• •
Figura 5a. Ejemplo de estrategia enumerativa en una tarea similar
• • • • a la del Test de Fluencia Figural de Rúff
• • •
• •
Figura 4. Ejemplo de una actividad similar al Test de los Cinco Puntos
y el Test de Fluencia Figural de Rufr
•
• •
~~gún, e~autor, el RFFT fue desarrollado con el objetivo de proveer infor-
ma~l~n chmca respecto a la capacidad verbal para el pensamiento divergente, II Figura 5b. Ejemplo de estrategia rotacional en el
habIl~~ad para cam?iar de patrón de respuesta de manera flexible y capacidad
de utilizar estrateglas de planificación para maximizar la producción de res- Test de Fluencia Figural de Ruff
puestas. Para cada uno de los ensayos se cuentan los diseños correctos (dise-
~os únicos). Si un diseño se repite se puntúa como error perseverativo. Se ob-
tiene luego una puntuación del total de diseños correctos en los 5 ensayos y
i La reducción de la velocidad de fluencia figura! parece estar primariamen-
del total de errores perseverativos. Se calcula un índice de error dividiendo el te relacionada con la falta de flexibilidad en el procesamiento (esto es, el pa~
cien te se estanca utilizando una o dos estrategias o nunca desarrolla ningu-
I
número total de perseveraciones por el número total de diseño~ únicos Este
índice re~l~ja.la eficiencia de planificación. Evalúa el grado en que el pa~iente na), que inhibe la producción de diseños nuevos. Esta presunción s~ .apoya en
puede mmJnllzar la repetición mientras maximiza la producción. el hecho de que los pacientes con daño frontal se hallan comprometidos en su
Una valor~ción cualitativa toma en cuenta también si el sujeto utiliza al- capacidad de pensar fluida y flexiblemente.
guna estrategIa de producción para ayudarlo a realizar más eficientemente la Diversos estudios han demostrado la sensibilidad de esta prueba al com-
tarea y no repetir diseiios. Estas estrategias pueden ser básicamente de dos ti- promiso frontal derecho, permitiendo incluso dif,erenciar entre pacientes con
pos: estrategias de rotación y estrategias enumerativas. La existencia de es- lesiones frontales derechas o izquierdas en base al desempeño en el RFFT
trategia se r~fleja en la realización de 3 ó más diseños sucesivos que se pre- (Foster, Williamson y Harrison,2005; RufT,Allen, Farrow, Niemann y Wylie,
sentan orga~lzados ,en secuencia lógica. La estrategia de rotación implica que 1994).
se ~~an el mlsm~ nume~o de puntos y/o de líneas durante la estrategia, la ro- Una versión modificada de esta prueba es la desarrollada por Delis, Ka-
taclO~ debe ser slstem~tlca (es decir, rotar en la misma dirección a lo largo de plan, y Kramer (2001), que forma parte de la bateria D-KFES. Entre las mo-
la sene. En la estrategIa enumerativa la misma figura básica consistente en dificaciones producidas se encuentra la reducción de ensayos (3 en vez de 5),
dos o más puntos unidos, debe csta~ presente en todos los disc60s. Debe hnoer la consigna de que debe usar en todos los casos sólo 4 líneas (a diferencia del
RFFT, en donde no se pone restricción al número de lineas a utilizar) y la in-
316 MAHINA DRAKE y TERESA l'ORRALVA EVALUAC1ÓN DE LAS FUNCIONES EJECUTIVAS 317
corporación de una condición de "cambio", en donde hay puntos blancos y ne- I planteado que, si bien la parte A y la parte 13poseen la misma cantidad de es~
I
gros y el sujeto debe alternar las líneas entre un punto blanco y uno negro. Un tímulos. presentan algunas diferencias estructurales. Se ha visto que la longi~
estudio de Baldo, Shimnmura. Delis, Kramer y Kaplan (2001) mostró la sen- - I tud t~tal de las líneas trazadas en la parte B es un 32% mayor que en la par-
sibilidad de la prueba a pacientes con déficit frontal, pero no halló diferencias te A (Rossini y Karl, 1994) y que la parte 13requiere una búsqueda visual más
entre compromiso frontal derecho o izquierdo. Los autores concluyen, por tan- compleja, ya que hay m<Í.sestímulos interpuestos entre los ítems que deben
to, que la cOl're~ta realización de la prueba requiere de la participación de pro-
cesos frontales derechos e izquierdos.
I ser unidos (Gaudino, Geisler y Squires, 1995).
Un trabajo de Arbuthnott y Frank (2000) que investiga la capacidad del
TMT como medida del factor de cambio ejecutivo determinó que la relación
B:A (esto es, la proporción de 13 respecto a A) correlacionaba positivamente
con otra tarea de alternancia y cambio ejecutivo de validez comprobada. Esto
fue interpretado por los autores como indicación de que, a pesar de las diferen-
TEST DEL TRAZO
cias entre la parte B y la A con respecto a factores motores y perceptivos, la
proporción B:A permite reflejar eficazmente un funcionamiento ejecutivo, es~
Traill\Iaking Test [TMT] (Reitan y Wolfson, 1!193) pecíficamente el factor de cambio.
Ya trabajos previos (Golden, Osmon, Moses y Berg, 1981; Corrigan y Hin-
El Test del Trazo o Trail Making Test (T1\1T)ya ha sido tratado entre las keldey, 1987) habían señalado la utilidad de emplear un índice que refleje la
técnicas de evaluación de la atención, por lo que se remite al capítulo 4 para proporción del tiempo requerido en la parte B respecto al de la parte A (B:A).
su descripción detallada. Este apartado se centra sobre los aspectos relevan- Postulaban que un puntaje índice menor a 2 demDstraría mayor dificultad en
tes para las FE. el TMT-A; un puntaje índice mayor a 3 sugeriría una dificultad mayor en el
En el TMT, que consta de dos partes (A y B), la que presenta el componen- TMT-B; y un puntaje entre 2 y 3 indicaría un desempeño homologable en nm~
te ejecutivo es la parte B, puesto que una resolución eficiente implica cambio bas subpruebas (Golden el al.. 1981).
y alternancia de respuesta, y memoria de trabajo. Posee también un clemen~ Con referencia a la correlación neuroanatómica, esta prueba ha sido tradi-
to de novedad, ya que no es una tarea habitual para el sujeto realizar secuen- cionalmente utilizada como directa expresión de afectación del lóbulo frontal,
cias alternas entre números y letras, y de inhibición (ya que debe inhibir la pero algunos estudios posteriores no pudieron confirmar esta suposición (Rei~
tendencia automática, hiperaprendida, de realizar las series numéricas o al- tan y \Volfson, 1995, Stuss el al., 1981). Stuss el al. (2001) en un estudio sobre
fabéticas sin interrupción ni alternancias). Por ello, los errores que suelen In relación del TMT con el lóbulo frontal, realizado a través de la comparación
considerarse informativos de disfunción ejecutiva son los errores persevera ti- de pacientes con lesiones en regiones frontales y no frontales y sujetos sanos,
vos (es decir, cuando el sujeto pasa de un número a otro número, o de una le~ encontraron que si bien el tiempo para completar la parte B era sensible a pa~
tra a otra letra, sin respetar la alternancia: 1, A, 2, J........). Los errores "no per- tolobría frontal, este efecto diferencial se perdía cuando este puntaje era corre-
severa ti vos" (esto es, si bien hace el cambio de número a letra, o de letra a gido con el desempeño en la parte A. Sin embargo, los pacientes con lesiones
número, no lo hace en el orden correcto, como por ejemplo: 1, A, 2, a...) pue- en la corteza prefrontal dorsolateral se diferenciaron de los otros pacientes en
den ser considerados como reflejo de un componente de tipo atencional, pues- base a los errores atribuibles a dificultades en el proceso de cambio y en el
to que puede realizar el cambio requerido, sólo que equivoca el elemento. mantenimiento de la atención. Los pacientes con lesiones prefrontale's ventra-
Una crítica recurrente a este test ha sido que en su puntuación sólo se con~ les, en cambio, no mostraron alteración respecto a los errores. Los .autores
sidera el tiempo utilizado, y no se contabilizan los errores que pudiera haber concluyen entonces respecto de la utilidad del TMT B como medida de disfun-
cometido. Además, dado que los errores deben ser advertidos por el evaluador ción de la corteza prefrontal dorsolateral, pero con la precaución de utilizar la
y corregidos por el paciente, este tiempo adicional incluye no sólo el desempe- existencia de errores y no el uso del tiempo (como en la puntuación original).
ño del paciente sino también el tiempo que el evaluador emplea para realizar Lamentablemente se carece de normas que permitap determinar alb'Ún pará-
la advertencia del error Y.la invitación a corregirlo. Por otro lado, como inclu- metro del número de errores requeridos para que un desempeño pueda ser
ye un factor de destreza motora y de búsqueda visual importante, un puntaje considerado como significativo de tal implicación neuroanatómica.
alto en la parte B podría reflejar solamente la intervención de estos aspectos
y no una dificultad ejecutiva relacionada con la dificultad para el cambio de
modalidad de secuencia. Se ha propuesto que una manera de filtrar este com-
ponente motor y de búsqueda visual sería restando el tiempo insumido en rea-
lizar la parte A del correspondiente a la parte B, lo cual estaría reflejando el
plus que demanda el componente ejecutivo. Sin embargo, varios autores han
:118 MARINA DHAKE Y TEHr~SA TORHr\I.VA
El Test de Struap (véase capítulo 4) es una de las pruebas más ampliamen- Las tareas secuenciales, son tareas de menor complejidad que las pruebas
te utilizndas para medir funciones ejecutivas, probablemente por su fácil y rá- descriptas previamente, y permiten ver la capacidad del sujeto de cambiar al.
pida administración. Evalúa la capacidad del sujeto para inhibir una respues- ternadamente de una respuesta motora a otra. Clásicamente se utilizan las
ta automática (lectura de las palabras) a favor de una poco habitual pruebas que fueran creadas por Luria para evaluar las funciones del lóbulo
(denominar el color de la tinta con que está escrita la palabra), de acuerdo a frontal (Chrístensen, 1987).
las demandas del medio, en una situación conflictiva (la palabra corresponde Una de las pruebas posibles implica pedirle al sujeto que coloque ambas
al nombre de un color, el cual es diferente al de la tinta con que esa palabra manos sobre el escritorio, una con el puño cerrado y la otra con 1m;dedos csti.
está es~rita) . Se considera, por tanto, que es útil para medir los aspectos cje- rados (véase Figura 6) y que vaya cambianuo simultáneamente la posición de
cutivos de flexibilidad cognitiva, inhibición de respuesta automática y control ambas manos, estirando una y cerrando la otra. Debe repetir la secuencia va.
atenciona1.
rias veces seguidas.
Al interpretar los resultados en esta prueba, se deben tener ciertas precau.
ciones. En sujetos con baja capacidad de lectura (cuasi analfabetos) o que no
están acostumbrados a estar expuestos permanentemente a estímulos que de-
sencadenan la lectura automática (por ejemplo, sujetos que habitan en medios
rurales, con escaso o nulo hábito lector), la ausencia de un índice de ¡nterfe.
e B~J¡~~
rencia no es cvidencia de indemnidad de las FE, sino simplemente que la
prueba no es válida en ese sujeto. Al no ser la lectura una respuesta automá.
tica en este sujeto, no existe conflicto entrc lectura de la palabra y designación
del color de la tinta. Esto es, se debe conocer la capacidad de lectura del suje- 1/ J
I
to y el b'Tado de automaticidad que éste ha desarrollado, para poder inferir la
validez o invalidez de los resultados. f I . I I
En relación con las áreas cerebrales implicadas, los estudios lesionales ha.
bían enfatizado el rol de la corteza prefrontal dorso lateral derecha o izquier- Figura 6. Secuencias Moto~as de Luria.
da sobre el desempeño en este test (Perret, 1974, Stuss el al., 1981, Vendrell
el al., 1995), mientras que los estudios de neuroirnagen funcional han señala-
do el rol de la región frontal medial (específicamente la región. cingular ante- Otra prueba que implica también un acto motor, pero de mayor compleji-
rior) (Bench el al., 1993, Pardo el al., 1990). Un estudio con resonancia funcio- "dad, consiste en pedirle al paciente que coloque la mano sucesivamente en
nal que investigó las regiones cerebrales implicadas en la 'tarea de Stroop tres posiciones distintas: formando un puño, con los dedos extendidos y de
(McDonald, Cohen, Sterger y Carter, 2000) mostró que las áreas prefrontales canto, y con la palma extendida sobre el escritorio (véase Figura 7). Debe re-
dorslaterales estarían implicadas en el mantenimiento de la información es-
~1
petir la secuencia en idéntico orden durante varias series. I
pecífica de la tarea (memoria de trabajo) en tanto que las áreas mediales es.
tarÍan más relacionadas con la detección del conflicto. En consonancia con es-
ta última afirmación se encuentra el trabajo de Stuss, Floden, Alexander,
Levine y Katz (2001), quienes encontraron que la presencia de daño frontal
superior medial bilateral estaba asociado con mayor número de errores y len.
tituc1 en el tiempo de respuesta para la condición de interferencia.
I
..J
320 MARINA DlL\KE Y TEHfo:SA TORHALVA
F.VALUACION DE LAS FUNCIONES E.JECUTIVAS 321
. Las secuencias gráticns implican el copiado de una guarda en donde se re.
piten dos elementos (véansc Figuras 8a y 8 b). El sujeto debe e t" 1 vida. Así, uno de los objetivos de los tests neuropsicológicos estándar
guarida hasta el. f~~al de la hoja, de manera de dar posibilidad de
ca a guna repctlclOll.
~:cl:pU:;e:~ es captar las dificultades que presenta el paciente en su funciona-
miento cotidiano. En otras palabras, se supone que las pruebas neu-
ropsicológicas tienen lo que se denomina "validez ecológica", es decir,
la existencia de una relación funcional y predictiva entre el desempe-
ño de una persona en una serie de tests neuropsicológicos y su conduc-
ta real en una variedad de situaciones de la vida, tales como el hogar,
el trabajo, el estudio o la comunidad (Sbordone, 1996).
Sin embargo, históricamente la evaluación neuropsicológica, y en
especial la evaluación de las funciones ejecutivas, ha presentado pre~
cisamente la gran limitación de presentar una baja correlación entre
el desempeño en pruebas ejecutivas realizadas en el laboratorio y las
Figura 8a. Secuencias grá(iCfls conductas que se observan en la vida cotidiana (Manchester el al.,
2004). El.objetivo final de quienes trabajamos en el campo de la eva-
luación y/o rehabilitación de las funciones cognitivas es deternlinar si
la condición que presenta el paciente ha afectado su capacidad de ma-
nejar sus actividades, o de vivir en forma independiente o ha limitado
su retorno al trabajo (Sbordone, 1996). Es por esto que contar con he-
OXOx rramientas capaces de captar esta relación, entre las pruebas de labo-
ratorio y el funcionamiento cotidiano, es de fundamental importancia.
iVluchosde los instrumentos utilizados frecuentemente por los neu-
ropsicólogos no han sido diseñados con este propósito ni tuvieron en
cuenta el concepto de validez ecológica, y probablemente sean éstas
las razones por las que se discute frecuentemente su limitación.
Figura 8b. Secuencias gráficas Como ya se ha mencionado, la evaluación de las funciones ejecuti-
vas ha sido históricamente difícil (Lezak, 1982). Mientras que muchos
pacientes con lesiones frontales y disfunción ejecutiva en la vida coti-
1 !o~~sestaspruebas tienen como objetivo ver si el pacien te persevera en diana presentan un bajo rendimiento en pruebas formales ejecutivas
a]gun Ipa d~ respuesta, con dificultad para realizar la secuencia de
a terna y flu d e d h' manera que pretenden ser sensibles a esta disfunción, existe otro grupo cuyo
t tia. uan o ay compromiso frontal severo, los pacientes encuen.
ran es as pruebas, particularmente las motoras, extremadamente difíciles.
desempeño es normal (Cripe, 1998). Uno de los problemas más fre-
cuentes de la evaluación de las funciones ejecutivas es la nat~raleza
de las evaluaciones formales: el ámbito de evaluación, las característi-
cas del ambiente y las exigencias son muy diferentes a las que un
individuo generalmente se enfrenta en el lugar donde realiza efectiva-
3. Pruebas ejecutivas con validez ecológica mente sus tareas. Allí, los estímulos distractor.es abundan y las condi-
ciones muchas veces son poco confortables.
Varios autores (Wood, 1987) han resaltado la gran discrepancia
Teresa Torra/va que existe entre el desempeño obtenido en pruebas de laboratorio en
comparación con situaciones de la vida cotidiana en la que se requie-
. dGeneralrnente se asume que aquellos procesos que producen un ba-
J,O eSlem~eno en las I~ruebas neuropsicológicas en una evaluación de ren las mismas habilidades.
consu tono, conllevaran un baJ'odesempeño en ot ras 51.t uaclOnes
. Una posibilidad para resolver este problema es utilizar nuevas
de la pruebas que tengan mayor validez ecológica. Esta aproximación re.
1
322 ~IARINA DRAKE)' TERESA TORRALVA EVALUACIÚN DE LAS FUNCIONES EJECUTIVAS 323
quiere crear nuevos instrumentos con este nuevo objetivo ecológico en zar son: ordenar facturas por cliente, ordenar monedas, buscar errores de ti-
mente: simular actividades cognitivas que sean críticas para la vida peo, buscar números telefónicos, ordenar alfabéticamente invitaciones, y abrir
del individuo. El propósito primordial de estas pruebas -a diferencia y cerrar las puertas del garaje a un hora determinada. Evalúa la organización
de las pruebas clásicas de funciones ejecutivas- es identificar aquellas y planificación de las tareas en un tiempo determinado.
personas gue tienen dificultades en el desempeño de tareas de la vida Estudios de investigación (Manl)' el al., 2002; Torralva el al., 2005) y nues-
diaria, independientemente de la etiología del problema. tra experiencia clínica han demostrado su utilidad en la detección de déficit
ejecutivos en tareas de la vida diaria en pacientes con injuria cerebral o en pa-
Esta aproximación ha llevado al desarrollo de algunas pruebas
cientes con patologías frontales en comparación con un grupo control.
neuropsicológícas clínicas tales como: el Test de Everyday Attention
(TEA; Robertson el al., 1996), el Rivermead Behavioural Memory Test
(RBMT, Wilson el al., 1985), el Test del Hotel (Manly el al., 2002), el
----......."~...o-"...--
Multiple Errands Test (MET, Knight el al., 2002), y el Behavioral As- MULTIPLE EmtANDS TEST (VEIlSIÓN HOSPITAL) [MET]
sessment ofthe Dysexecutive Síndrome (BADS; Wilson el al., 1996),
(Knigbt el al., 2002)
entre otras.
Estas pruebas intentan simular tareas de la vida cotidiana que re- Esta prueba captura una gama de actividades "de la vida diaria" en el con-
quieren atención (por ejemplo, buscar una dirección en un mapa, bus- texto de un ambiente de la vida real. El individuo tiene que realizar 12 tareas
car un teléfono en una guía y escuchar números en una lotería), ejer- simples respetando nueve reglas explícitas. La prueba consiste en: comprar
citar la memoria (por ejemplo, asociar nombres con caras, recordar la tres objetos, buscar un sobre en la recepción, utilizar el teléfono del hospital y
ubicación de un objeto personal o recordar una cita) y funciones ejecu- mandar una carta a una dirección determinada. Además debe recolectar cier-
tivas (por ejemplo, organizar diversas actividades, mantener reglas ta información, recordar encontrarse con el examinador a los 20 minutos de
explícitas e implícitas, planificar la resolución de un problema). comenzada la tarea y avisarle una vez finalizada la misma. El test requiere
A continuación describiremos algunos de los instrumentos "ecológi- planificación, organización, desarrollo de múltiples tareas en períodos de
cos" que evalúan funciones ejecutivas: tiempo mayores y mantenimiento de reglas implícitas y explícitas. Una vez co-
menzada la tarea, el evaluador a una distancia prudente toma nota del de~
sempeño del individuo en relación a errores de interpretación, rupturas de re-
glas (explícitas o implícitas), fallas en las tareas o presencia de ineficiencias al
TEST OF EVERYDAYATIENTION [TEA]
realizar las mismas.
Este test ha demostrado su poder de discriminación entre individuos con
(Robertson el al., 1996) injuria cerebral y controles normales en el número de errores cometidos
(Knight, 2002), Asimismo, en nuestra experiencia ha sido el test de mayor de-
Este test ya fue descripto en el capítulo 4. Algunas subpruebas, particular- tección de disfunción ejecutiva en pacientes con patologías frontales (trauma-
mente las tareas del "ascensor" visual y auditivo, presentan demandas ejecu- tismo de cráneo, lesiones frontales, DIT variante frontal) aun en individuos
tivas y de flexibilidad cognitiva. Este test ha demostrado ser válido en prede- donde la evaluación neuropsicológica clásica reportó valores normales (Torral-
cir qué individuos tendrán dificultades en tareas de la vida diaria como va el al., 2005).
consecuencia de desórdenes específicos de la atención.
I
1
EVALUACIÓN DE LAS FU!'OCIONES EJECUTIVAS 325
324 MARiNA DRAKE Y TERESA TORRALVA
Cohen, N. J.; Eichenbaum, n.; Deacado, B. S. y Corkin, S. (1985): "Different
ras). Además sc le entrega a cada individuo y a su acompañante el cuestiona- memory systems undcrlying acquisition of procedural and declarative
rio disejecutivo (DEX). Éste contiene 20 preguntas relacionadas con los pro- knowledgc", en Olton, D.S.; Gamzu, E. y Corkin, S. (eds.): Memory dys-
blemas cognitivos, emocionales y conuuctuales asociados frecuentemente al jimctions: An integration of animal ami human resl!arch (rom preclinical
and clinical perspectiues, Nueva York, Annals of New York Academy of
síndrome ai"sejecutivo.
Nuevos estudios de investigación serán necesarios para determinar con Sciencc, 444, 54.71.
mayor precisión el grado de validez ecológica que presentan estos nuevos ins. Corrigan, J.D. y Hinkeldey, N. S. (1987): "Lationships betwccn parts A ami
trumentos. Sin embargo, es importante resaltar que un gran beneficio de este Bof the Trnil Making Test", Journal of Clinical Psychology, 43, 402-409.
tipo de pruebas es que, independientemente de poseer una mayor validez eco. Cripc, L.l. (1998): "The ecologicnl validity of executive funetion testing", en
lógica que los c1ásic'ostests de funciones ejecutivas, brindan información, cua- Sbordone, R. y Long, C. (eds.), Ecological Validily of Neuropsyclwlogical
li y cuantitativa, que resulta de gran valor para la comprensión de las dificul. Testing, Nueva York, St. Lucie Press.
tades del paciente y que son, por lo tanto, de vital importancia para el diseño Culbertson, \V.C. y Zillmer, E.A. (2005): Tower of London. Drexel University.
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