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UN ARTÍCULO CIENTÍFICO

En este sentido, los apartados fundamentales que debe presentar un artículo científico del
campo de la biomedicina experimental son los siguientes:

1.- Título

2.- Autores

3.- Resumen y palabras clave

4.- Summary

5.- Introducción

6.- Material y métodos

7.- Resultados

8.- Discusión

9.- Bibliografía

• Título

    La primera recomendación en este apartado es que el título debe ponerse una vez escrito
el artículo, y no al principio de la redacción. Un título debe siempre expresar el contenido
del escrito, siendo lo más preciso posible. En un artículo científico esto tiene una
importancia mucho mayor que en otro tipo de comunicaciones escritas, ya que muchos
índices (empezando por el de la propia revista) únicamente hacen referencia al título del
trabajo, sin incluir ningún comentario ni resumen. Por ello, un lector que se encuentre con
nuestro título, deberá poder conocer con exactitud el contenido de nuestro artículo; no
debemos hacerle perder tiempo en conseguir una copia para que luego no recoja nada de su
interés. Ahora bien, deberemos evitar poner un resumen como título, no siendo
aconsejables más de 10 o 15 palabras de extensión.

    Ambos aspectos, precisión y concisión, hacen que la elección del título no sea nada fácil
en la mayor parte de las ocasiones, por lo que deberemos dedicarle el tiempo suficiente
hasta encontrar la fórmula óptima.
    Supongamos que hemos realizado una investigación sobre las especies de escarabeidos
coprófagos que aparecen en Sierra Nevada, estudiando su distribución según la altitud y la
estación del año, obteniendo unos modelos teóricos (Ávila & Pascual, 1990). Un título
como “Escarabeidos de Granada” sería corto, pero a todas luces impreciso y engañoso,
cualquier lector esperaría encontrar un catálogo de los escarabeidos granadinos.
“Escarabeidos coprófagos de Sierra Nevada” sigue siendo corto, y sin duda más preciso
que el anterior pero no nos indica que se ha estudiado concretamente en estos escarabajos.
El título “Modelos de distribución espacio-temporal de los escarabeidos coprófagos en
Sierra Nevada” refleja exactamente el contenido del trabajo en doce palabras.

    Estos errores son más comunes de lo deseable en trabajos faunísticos, donde se utilizan
títulos tan rimbombantes como “Los homópteros de Galicia”, para los resultados de un
único muestreo en una pequeña comarca de Orense.

    Un hábito que contribuye a aumentar la extensión del título sin aportar ninguna
información adicional consiste en utilizar expresiones vagas del tipo “Contribución al
estudio de...”, “Algunos datos sobre...” o “En torno a...”

• Autores

    Aunque éste parezca un apartado sin ninguna complicación (tendrá claro el autor quien
ha realizado el trabajo) es motivo de equivocaciones e, incluso, enemistades que deben ser
previstas con la suficiente antelación.

    En España es común firmar con los dos apellidos y, en el caso de tener varios nombres
de pila, como mucho con dos de ellos. Desgraciadamente, esta no es la norma habitual en
otros países donde solo se utiliza el apellido paterno, y pueden existir varios nombres de
pila detrás del primero que se suelen abreviar (middle names); esto incluye a los países de
habla inglesa que, por otro lado, es el idioma que se impone en las ciencias experimentales.
Cuando un editor español lee “Juan Miguel López Pérez” alfabetiza como “López Pérez,
Juan Miguel” y si tuviera que reducir espacio, lo dejaría en “López, J.M.” Un americano, en
cambio, entendería en nuestro ejemplo que Juan, Miguel y López son nombres de pila y
que Pérez es el apellido paterno (a nosotros nos puede parecer ridículo pensar que López es
un nombre de pila, pero no a un entomólogo de Arkansas); por ello, alfabetizaría como
“Pérez, Juan Miguel López” y abreviaría como “Pérez, J.M.L.” o, con un poco de suerte
como “Pérez, Juan M.L.”

    Es, por lo tanto, aconsejable firmar únicamente con un apellido o, en el caso de hacerlo
con dos, unirlos con un guión (López-Pérez) y hacerlo siempre de la misma manera,
publiquemos donde publiquemos, so pena de que el asunto acabe en un problema grave de
desdoblamiento de la personalidad.

    Un segundo aspecto importante de este apartado lo representa la autoría compartida de


un artículo científico. Por convenio, el primer autor es siempre considerado como autor
principal, y en algunos índices el trabajo es citado únicamente por este autor. El asunto se
agrava si son más de tres los firmantes, ya que entonces es muy común utilizar el nombre
del primero seguido de la expresión “et al.”, abreviatura de la expresión latina “et a látere”
con la que se designa a otras personas que trabajan con el interesado. Por ello, en un
artículo en colaboración resulta indispensable dejar muy claro desde el principio quien será
el primer firmante, con objeto de evitar malentendidos de última hora.

    Por otro lado, existe una costumbre muy arraigada en ciertos grupos, originada también
por la urgente necesidad de un currículum abultado en publicaciones, que consiste en la
inclusión de un co-autor por el poco más que haber hablado con el investigador principal.
Recordaremos, aunque no sea objeto de este artículo, que ceder material, identificarlo,
revisar el manuscrito o proporcionar bibliografía no justifican la inclusión entre los autores
del trabajo.

• Resumen y palabras clave

    Actualmente la mayoría de las revistas exigen un resumen en varios idiomas sobre el
contenido del artículo. La importancia que ha adquirido el famoso “Abstract” se refleja en
la existencia de bases de datos donde únicamente aparece el título y el resumen del artículo.
Con la proliferación de bases de datos digitales, esta característica se ha convertido en
universal.

    Éste es uno de los aspectos que suelen estar limitados por las normas editoriales.
Normalmente no debe superar las 150 palabras e incluir una traducción a otro idioma,
generalmente inglés o francés, si no es ninguno de éstos el utilizado en el artículo.

    Deberemos pues, cuidar en extremo la redacción del resumen, así como su traducción,
teniendo en cuenta que va a ser sin duda alguna la parte más leída de nuestro artículo y, en
muchas ocasiones, la única. Debe hacerse referencia a los objetivos, metodología,
resultados y conclusiones, lo que unido a las limitaciones de extensión hacen que debamos
dedicarle una atención especial.

    Al final (o al principio, dependiendo de la revista) deben incluirse una serie de términos
denominados “Palabras clave” (Key words) por las que nuestro artículo será incluido en
los Thesaurus y bases de datos. La búsqueda en los bancos de bibliografía suele realizarse
precisamente por estas palabras clave, por lo que es importante elegirlas adecuadamente.
Habitualmente se incluyen los taxones estudiados (de mayor a menor rango), el campo de
estudio y las regiones geográficas estudiadas (de menor a mayor rango). El número
indicado es de 3 a 10 palabras clave o frases cortas (lexemas). Así, un trabajo sobre el ciclo
reproductor de Iberodorcadion perezi, endémico de la Sierra de Guadarrama, podría llevar
las siguientes palabras claves y por este orden:

    Coleoptera, Cerambycidae, Iberodorcadion perezi, ciclo biológico, reproducción, Sierra


de Guadarrama, España.
    Evidentemente, las palabras clave deben ir en el resumen redactado en el idioma del
trabajo y convenientemente traducidas en el otro u otros resúmenes.

    Siempre que sea posible, utilizaremos términos del Medical Subject Headings, del Index
Medicus. Únicamente cuando los términos a incluir no existen ni tienen en este índice
ningún sinónimo apropiado, podremos utilizar otros términos que sean de uso común y
aceptado en la disciplina a la que pertenece nuestro trabajo.

• Introducción

    El objetivo de la introducción es presentar de forma concisa los objetivos del trabajo, así
como una breve reseña del estado actual de los conocimientos en este campo, incluyendo
las referencias bibliográficas más importantes.

    No debe confundirse la introducción de un trabajo científico con la de un escrito más


extenso, como un libro o una memoria de licenciatura, donde puede justificarse una mayor
extensión, incluyendo muchos aspectos que no tienen cabida en un artículo breve. Así, en
un trabajo sobre el valor taxonómico del edeago de cierto grupo de tenebriónidos,
mencionaremos con sus correspondientes citas bibliográficas cual es la importancia actual
de los caracteres genitales en la sistemática del grupo, indicando lo que pretendemos
demostrar con el presente estudio. Dependiendo de nuestros potenciales lectores, podremos
describir los caracteres genitales de la familia, ya que pueden ayudar a comprender los
resultados que expondremos en el cuerpo del artículo. Sin embargo, no tendría sentido
incluir un listado de las especies ibéricas de Tenebrionidae o una revisión de los
conocimientos actuales sobre sus hábitos alimenticios.

    Por otro lado, y al contrario que en el resumen, habrá que cuidar el no adelantar los
resultados ni, mucho menos, las conclusiones del trabajo.

• Material y métodos.

    En este apartado se deben reseñar los ejemplares utilizados en el trabajo. En Entomología
debe citarse la especie, categorías subespecíficas si las hubiera y si son consideradas, la
localidad de recolección, el recolector o legatario, la fecha de recolección, el número de
individuos de iguales datos y el sexo si es posible. En el caso de ser importante (por
ejemplo en trabajos sobre ciclos biológicos o hábitos alimenticios) se aportará la planta o el
medio en el que el individuo fue capturado. Por último, se indicará la colección en la que se
encuentran depositados, siendo recomendable que ésta sea una colección pública
(universidad, museo), donde pueden ser universalmente consultados. Esta última
recomendación es especialmente importante cuando se trata de la serie típica de una nueva
especie.
    También deben describirse los métodos y técnicas utilizadas (preparación, extracción de
genitalias, fotografías, bioensayos, técnica y periodo exacto de muestreo) excepto los que
sean de común conocimiento o banales para el asunto a tratar (por ejemplo el lugar del
cuerpo en el que se pinchó el alfiler a los ejemplares).

    Deben señalarse los aparatos utilizados (tipo, marca y modelo) así como las sustancias
químicas empleadas.

    Por último, se incluirán los métodos estadísticos empleados, justificando su elección
cuando existen varias alternativas (índices de diversidad, técnicas de agrupamiento).

    En todos estos aspectos deberán incluirse las oportunas referencias bibliográficas cuando
citemos metodologías o fórmulas ya publicadas y describirse detalladamente aquellas que
sean nuevas.

• Resultados

    En este apartado deberemos reseñar las observaciones, experimentos y datos obtenidos a
lo largo de la investigación. Deberá extremarse la concisión, ya que se trata de un apartado
que se presta a la «redacción literaria» por poco que nos dejemos llevar por el entusiasmo.

    La secuencia de redacción no tiene por que ser necesariamente cronológica, sino la que
permita una exposición más coherente y clara de los resultados obtenidos.

    Siempre que sea posible, compondremos los datos presentados en forma de tablas o
figuras, que aportan una mayor claridad sobre todo en los casos de datos numéricos y
descripciones de formas. En el texto no deberán repetirse los datos incluidos en las
ilustraciones o tablas, sino únicamente el comentario de éstas, haciendo referencia al
número de figura correspondiente.

• Discusión

    La discusión puede encontrarse de forma independiente o integrada en un apartado


general de «Resultados y discusión» con el punto anterior. Nosotros consideramos más
adecuada su separación del resto, ya que aporta una mayor estructuración al cuerpo del
artículo y facilita su lectura. En muchas ocasiones, el lector se dirige directamente a la
discusión para valorar rápidamente el trabajo.

    En cualquier caso, deberán incluirse los aspectos más importantes y novedosos del
estudio, así como las conclusiones que se desprenden de los mismos. Se contrastarán con
los resultados obtenidos en otras publicaciones sobre el tema y finalmente pueden
avanzarse futuras líneas de investigación. Aquí, el aspecto que deberá cuidarse
especialmente será el que comentamos bajo el calificativo de «Imprecisiones»: es
lamentable leer una discusión en la que autor únicamente justifica lo que no tiene claro y
solamente aporta ambigüedades. En el extremo contrario, no aportaremos conclusiones no
justificadas por los resultados o elucubraciones sin base consistente.

• Agradecimientos

    Este apartado es optativo, por lo que no ha sido reseñado en la estructura del trabajo y
suele situarse al final del cuerpo del artículo (tras los resultados y discusión) y precediendo
a la bibliografía. En él se incluyen todas las aportaciones de aquellas personas que no han
firmado el artículo y que han colaborado de alguna manera con él: ayuda técnica, revisiones
y sugerencias, apoyo en muestreos o experimentos y facilidad de acceso a colecciones y
bibliotecas. También se incluyen los agradecimientos por las ayudas financieras (proyectos,
subvenciones, becas) que han sido concedidas para la realización del trabajo.

    Es importante señalar la diferencia entre un apartado de agradecimientos y la dedicatoria


de un libro. En el primero, huelgan los agradecimientos morales o a la «infinita
comprensión y paciencia» de nuestros seres queridos. De igual forma, no es necesario
halagar exageradamente a un colega o maestro para mostrarle nuestro agradecimiento;
frases del tipo “a nuestro querido colega el Dr. Montes por su inestimable ayuda en la
recopilación bibliográfica” son menos aconsejables que algo del tipo “al Dr. Montes por
facilitarnos el acceso a muchas de las fuentes bibliográficas”. No obstante, este es un
aspecto variable según los autores, ya que muchos consideran a este apartado como algo
más personal, donde pueden soslayarse algunas de estas recomendaciones.

• Bibliografía

    No vamos a detenernos en este capítulo, dado que ha sido extensamente tratado en un
volumen anterior (González Peña, 1998) y a él remitimos al lector.

    Únicamente recordaremos que, a diferencia de otras publicaciones, en un artículo


científico únicamente se admite relacionar bajo este epígrafe aquellas referencias
bibliográficas que han sido directamente citadas en el texto. Dado que este artículo no
pertenece a esa categoría, nosotros nos hemos permitido reflejar otras obras no citadas en el
texto y que permiten profundizar mucho más en el tema que estamos tratando.

 
EJEMPLO DE UN ARTÍCULO CIENTÍFICO ACEPTADO EN TERRA
LATINOAMERICANA

EL ÁCIDO BENZOICO Y POLIÁCIDO ACRÍLICO-QUITOSÁN EN LA CALIDAD


Y EL RENDIMIENTO DEL TOMATE CULTIVADO EN SUELO CALCÁREO
Benzoic acid and poly(acrylic acid)-chitosan in tomato quality and yield in calcareous
soil

A. Benavides-Mendoza1, D. Burgos-Limón1, H. Ortega-Ortiz2, H. Ramírez1.


1
Departamento de Horticultura, Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, Buenavista,
Saltillo 25315 México. Email: abenmen@uaaan.mx
2
Departamento de Plásticos en la Agricultura, Centro de Investigación en Química
Aplicada, Blvd.. E. Reyna No. 140. CP 25100. Saltillo Coahuila, México.

RESUMEN

Se documentó el cambio en el crecimiento y la producción de fruto del tomate en suelo

calcáreo, al utilizar ácido benzoico (AB) en una concentración 10-4 M y el complejo de

poliácido acrílico-quitosán (PAA-Q) en una concentración del 0.1%, aplicados con solución

nutritiva Douglas utilizada como agua de riego. Estos tratamientos se compararon con un

mejorador comercial (Sinerva Líquido Plus) y un testigo absoluto (T). Las plantas crecieron

en macetas de plástico con suelo calcáreo como sustrato. Las aplicaciones de PAA-Q y AB

ejercieron un efecto positivo en el número de hojas y en el rendimiento, en el cual el PAA-

Q fue superior al testigo en poco más de un 60 %. En lo que respecta a la calidad del fruto,

tanto el PAA-Q como el AB produjeron frutos más grandes, mientras que el PAA-Q

influyó positivamente en la firmeza y la vida de anaquel. Al comparar la composición

inicial del suelo con la obtenida al terminar el experimento se encontró en general un

aumento para el fósforo, el manganeso y el potasio. Mientras que las aplicaciones de AB y

PAA-Q se asociaron con aumento en el contenido de hierro remanente en el suelo.


Palabras clave: ácido orgánico, biopolímero, complejos interpolielectrolíticos,

Lycopersicon esculentum.

SUMMARY

This work focuses on verified changes in growth and yield of tomato in calcareous soils,

using benzoic acid (AB) in a concentration of 10-4 M and the complex of poly(acrylic acid)-

chitosan (PAA-Q) in a concentration of 0.1%, mixed with Douglas fertilizer solution used

as irrigation water. These treatments were compared with a commercial soil amendment

(Sinerva Líquido Plus) and an absolute test (T). Plants were growed in plastic pots with

calcareous soil as substrate. The applications of PAA-Q and AB exerted a positive effect on

leaf number and yield, in which the PAA-Q treatment was superior over the test in more

than 60 %. On the other hand, the treatments with PAA-Q and AB produced larger fruits,

while the PAA-Q influenced positively in the fruit firmness and the shelf life. Upon

comparing the initial composition of the soil with it obtained upon finishing the experiment

it was found an increase for phosphorous, manganese and potassium, while the applications

of AB and PAA-Q were associated with increase in the final iron content of the soil.

Index words: organic acid, biopolymer, inter(poly)electrolytic complex, Lycopersicon

esculentum.

INTRODUCCIÓN

Los suelos calcáreos cubren aproximadamente un tercio de la superficie terrestre y

se presentan predominantemente en regiones que reciben menos de 500 mm de


precipitación anual. Las características importantes de un suelo calcáreo son un pH de 7 a 9

y un contenido significativo de carbonatos libres (Gildersleeve y Ocampaugh, 1989) que

limitan la absorción de algunos nutrimentos como el hierro (Emery, 1982; Brown y Jolley,

1989) el zinc, manganeso y fósforo.

El ácido benzoico es un compuesto encontrado de manera natural en las plantas y

clasificado como ácido carboxílico (o específicamente ácido monocarboxílico). Algunas

plantas acumulan ácido benzoico en el suelo en donde funciona como un aleloquímico

(Kaur et al., 2005), es decir, como un compuesto emitido al medio por las plantas y que

interfiere con el crecimiento de organismos competidores. Sin embargo, asperjado en baja

concentración el ácido benzoico induce tolerancia al estrés salino en repollo y tomate

(Benavides-Mendoza, 2002).

La quitina y su derivado el quitosán, [poly(2-amino-2-deoxi-D-glucosa)] o (poli-D-

glucosamina) (Rathke y Hudson 1994; Saitó y Tabeta 1987), constituyen después de la

celulosa, los polisacáridos más abundantes en la naturaleza. El quitosán es un polímero

natural que presenta características importantes desde el punto de vista de su aplicación

entre las que destacan la biocompatibilidad (Ben-Shalom y Pinto, 2003), el alto poder

quelante (Kaplan et al, 1989) y la biodegradabilidad (Sawayanagi et al, 1982). Se puede

utilizar para múltiples fines prácticos como son el recubrimiento de frutas, el empaque de

alimentos, la purificación de aguas, la diálisis, la recuperación de metales preciosos,

fabricación de películas de fotografía y muchas otras aplicaciones de interés en la

agricultura, medicina y cosmetología.

Los complejos interpolielectrolíticos no-estequiométricos (CPEN) son compuestos

macromoleculares amfifílicos, ya que contienen sitios hidrofóbicos e hidrofílicos (Kabanov

y Zezin 1984). Por la reversibilidad de la formación del CPEN, los sitios hidrofóbicos e
hidrofílicos son capaces de intercambiar espontáneamente su localización en los CPEN.

Estas peculiaridades de la estructura del CPEN proveen una oportunidad única para las

interacciones de los CPEN con partículas coloidales y superficies de naturaleza diferente.

Debido a tales propiedades, los CPEN han sido aplicados como aglomerantes para la

prevención de la erosión de los suelos por viento y por agua (Kabanov et al., 1991).

Los complejos de poliácido acrílico-quitosán (PAA-Q) son CEPN que además de

poseer las propiedades de éstos, tienen la ventaja de ser solubles en agua y mejorar las

propiedades que posee individualmente cada polímero. Pueden aplicarse al suelo o al agua,

con el objetivo de quelatar metales, inducir tolerancia al estrés en plantas, aglomerar

partículas de suelo, entre otras, sin riesgo de contaminación ya que son totalmente

biodegradables.

El objetivo de este trabajo es determinar el efecto del ácido benzoico y del complejo

de poliácido acrílico-quitosán aplicados al suelo sobre la calidad del fruto y el crecimiento

de plantas de tomate cultivadas en suelo calcáreo con dos niveles de fertilización férrica.

MATERIALES Y MÉTODOS

La presente investigación se llevó a cabo con macetas de polietileno de 30 x 40 cm,

con 6 kilogramos de suelo calcáreo cribado como sustrato y un kilogramo de grava de 0.5

cm de diámetro para ayudar al drenaje en cada bolsa.

El suelo fue analizado antes del trasplante y al finalizar el experimento en cada uno

de los tratamientos. Los métodos empleados para el análisis del suelo fueron los requeridos

por la NOM-021-SEMARNAT-2000. Los análisis se realizaron en el Laboratorio del


Patronato para la Investigación Agrícola del Estado de Coahuila; tomando 1 kg de suelo de

5 macetas diferentes por cada tratamiento, previo al transplante y al finalizar el trabajo de

investigación. Las sales se determinaron por colorimetría y volumetría en un equipo Perkin

Elmer modelo Lambda 20; la textura se midió por el método de Bouyoucos; la materia

orgánica, por digestión en húmedo con dicromato de potasio y ácido sulfúrico; los

carbonatos, por ácido clorhídrico. Los microelementos y macroelementos se determinaron

por absorción atómica en un equipo Perkin Elmer 2100; el fósforo por el método de Olsen;

el azufre se midió por colorimetría y el nitrógeno por el método Kjeldahl. Después del

análisis del suelo, este fue cribado para luego proceder al llenado de las bolsas.

El complejo de poliácido acrílico-quitosán (PAA-Q) con una composición igual a 2 y

a un pH igual a 4.5 se sintetizó en el Centro de Investigación en Química Aplicada, usando

poliácido acrílico de peso molecular 200,000 y quitosán marca Aldrich con peso molecular

65,000 según el procedimiento descrito anteriormente (Ortega-Ortíz et al., 2003).

Se utilizó ácido benzoico grado reactivo marca Fisher.

Se utilizaron semillas de tomate bola de la variedad Jerónimo (De Ruiter Seeds), con

hábito de crecimiento indeterminado, las cuales se sembraron en charolas germinadoras de

poliestireno expandido con 200 cavidades rellenas con turba canadiense Pro-Mix PGX

como sustrato.

El transplante en las macetas se llevó a cabo 40 días después de la siembra, cuando

el suelo se encontraba a capacidad de campo.

Se utilizaron dos tipos de solución nutritiva Douglas (Douglas, 1976) que se

diferenciaron en contener 1 ó 2 mg L-1 de sulfato de hierro (Fe2(SO4)3 · H2O). Las

concentraciones resultantes de Fe y S fueron 0.13/22.06 y 0.26/22.14 mg L -1,


respectivamente. La concentración en mg L-1 de los restantes elementos en ambas

soluciones fue N (91.0), P (5.61), K (164.0), Ca (117.0), Mg (2.47), Na (4.17), Mn (0.08),

Zn (0.06), B (0.04), Cu (0.013) y Mo (0.0001). Dichas soluciones se aplicaron como agua

de riego tres veces por semana en cada tratamiento. En el caso de los tratamientos PAA-Q

(0.1%) y AB (10-4 M) éstos se aplicaron cada 15 días mezclándose con la solución nutritiva

antes de su aplicación al suelo. En total se realizaron 7 aplicaciones de AB y PAA-Q. El

producto usado como testigo comercial fue Sinerba Liquido Plus  (SLP), elaborado a base

de ácidos húmicos y fúlvicos, nutrimentos y extractos de fermentación, por la compañía

Intrakam. Este producto se aplicó en tres ocasiones, la primera inmediatamente antes del

trasplante y posteriormente a los 15 y 30 días después del mismo. De acuerdo a las

recomendaciones del fabricante se utilizaron 1, 1.5 y 2 L, respectivamente, por cada 200 L

de agua. Los testigos absolutos fueron cada una de las soluciones Douglas sin aplicar algún

compuesto o producto mejorador.

Los tratamientos se acomodaron siguiendo un diseño completamente al azar con 20

repeticiones tomando una maceta como unidad experimental. Los tratamientos se

dividieron con dos niveles de fertilización férrica y se describen en el esquema de la Figura

1.

Posterior al trasplante cada 10 días se tomaron datos del diámetro de tallo con un

vernier simple y se contaron el número de hojas de 5 plantas seleccionadas al azar de cada

tratamiento.

Se realizaron 3 determinaciones de biomasa fresca y seca a los 33, 86 y 105 días

después del transplante (DDT), en la etapa previa a la floración, en la floración y el llenado

de fruto. En cada muestreo se tomaron dos plantas al azar de cada tratamiento, separando la
parte aérea de la raíz y lavando perfectamente los restos de suelo. Para la determinación de

biomasa fresca se utilizó una balanza analítica y posteriormente las muestras se colocaron

en una estufa a 60oC durante 48 h para obtener la biomasa seca.

Figura 1. Distribución de los tratamientos para evaluar la aplicación de AB y PAAQ en


tomate en suelo calcáreo.

Se llevaron a cabo 6 recolecciones de frutos cuando estos mostraban del 30% al

60% de la superficie con una coloración rosa o roja, a los 93, 96, 99, 102, 107 y 110 DDT,

con las cuales se determinó el rendimiento por planta y se eligieron al azar 17 frutos de

cada tratamiento para el análisis de calidad. Estos últimos frutos se dividieron en dos

grupos: el primero, para medir el diámetro polar, el diámetro ecuatorial, los sólidos solubles

y la firmeza al momento de la cosecha; el segundo, para el análisis del cambio en la firmeza

a través del tiempo. Para ello los frutos se almacenaron a temperatura ambiente y se
tomaron al azar tres frutos de cada tratamiento a los tres, seis, nueve y 12 días después de la

cosecha (DDC). El diámetro se midió con un vernier simple. Los sólidos solubles (ºBrix)

fueron cuantificados en un refractómetro manual marca ATAGO con compensación

automática de temperatura modelo ATC-IE. La firmeza se midió en un penetrómetro

manual marca EFFEGI modelo FT327 con una puntilla de 8 mm.

Para cada parámetro evaluado se analizaron los datos aplicando análisis de varianza

y la prueba de comparación de medias de Tukey (=0.05).

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Análisis de suelos

El análisis del suelo previo al trasplante (Cuadro 1) indicó un suelo calcáreo,

moderadamente alcalino, ligeramente salino y con niveles medianamente bajos de

nutrimentos minerales.

Extracto de saturación. Al compararlo con el análisis del suelo previo al transplante la

aplicación de AB y PAA-Q se asoció con disminución en la conductividad eléctrica (CE),

con respecto al resto de los tratamientos. En cuanto al pH del extracto de saturación

ninguno de los tratamientos mostró cambios sustanciales, a excepción de la solución con la

concentración mayor de hierro.

En general la aplicación de las soluciones nutritivas Douglas se asoció con menor

concentración de sales en el extracto de saturación. En los tratamientos con PAA-Q y AB

se observó una disminución todavía más amplia en el calcio, magnesio, sodio, sulfatos y

cloruros en el extracto de saturación, presentándose lo contrario para el potasio. Los niveles


de estos elementos evaluados en el suelo se mantienen dentro de los intervalos de

moderadamente bajo a medio (Castellanos et al., 2000).

Aunque no se encontró algún antecedente en la literatura, la explicación de la

disminución observada en la CE y en la concentración de sales tal vez se relacione con la

capacidad quelatante del AB y del PAA-Q, en combinación con el efecto de lavado del

sustrato.

Fertilidad. El azufre remanente al terminar el experimento mostró una disminución

considerable en todos los tratamientos; en el caso del calcio y el magnesio la mayor caída

en la concentración se asoció con la aplicación de PAA-Q. El SLP mantuvo en la

concentración de nitrógeno inorgánico más alta que los restantes tratamientos,

manteniéndose en los niveles normales según Tiesdale et al (1993).

Cuadro 1. Análisis de suelos previo al transplante y al final de la cosecha para cada


tratamiento
Tratamiento
Fe2(SO4)3·H2O 1 mg L-1 Fe2(SO4)3·H2O 2 mg L-1
Análisis Previo al
PAA- PAA-
transplant T1 AB SLP T2 AB SLP
Q Q
e
Salinidad y sodicidad en extracto de saturación†

CE 2.1 1.7 1.2 1.0 1.7 1.3 1.2 1.4 2.0


pH 8.1 8.0 7.9 7.8 8.1 7.3 7.9 8.2 8.1
Ca+2 9.1 6.8 4.7 3.7 7.7 4.3 5.4 5.0 9.1
Mg+2 5.9 4.9 2.6 1.4 5.4 3.7 2.3 3.0 6.0
Na+ 4.3 3.6 2.3 1.9 2.9 3.9 2.4 3.5 3.7
K+ 2.1 2.0 2.5 2.8 1.3 1.8 2.3 2.6 1.9
HCO3- 2.3 1.5 1.9 1.8 3.5 1.7 1.7 2.2 3.6
SO4-2 7.2 6.9 2.8 2.8 3.7 4.8 4.6 4.8 7.0
Cl- 11.9 8.6 8.2 5.9 9.7 6.8 5.9 7.6 9.5
Fertilidad (mg kg )-1

S 9.3 5.5 6.3 6.3 6.1 5.4 5.4 6.6 5.5


P 3.7 5.0 5.2 4.0 4.2 6.1 4.9 5.0 6.3
Ca 2052.5 1812.5 1860.0 1768.8 1845.0 1872.5 1687.5 1668.7 1802.5
Zn 3.8 3.8 4.0 4.0 4.1 4.0 4.0 3.9 4.1
Cu 0.7 0.6 0.6 0.8 0.6 0.7 0.6 0.6 0.6
Mn 4.0 4.8 5.0 5.4 4.8 4.7 5.1 4.2 4.3
Fe 2.8 5.2 6.3 6.1 5.9 5.2 5.3 5.6 5.3
Mg 192.5 185.0 188.7 186.2 187.5 185.0 187.5 183.7 190.0
K 191.5 202.5 210.0 203.5 206.0 204.5 205.0 210.5 207.5
N 48.6 33.4 35.8 31.8 42.2 23.9 39.8 27.9 40.6

La concentración de iones en el extracto de saturación se expresa en mmol L (meq L-1).
-1

Tratamientos: T1 testigo con 1 mg L-1 de sulfato de hierro; T2 testigo con 2 mg L -1 de


sulfato de hierro; AB ácido benzoico; PAA-Q complejo de poliácido acrílico-quitosán; SLP
Sinerba Líquido Plus®.

Para el fósforo, el manganeso y el potasio, todos los tratamientos mostraron

aumento en la cantidad remanente de estos elementos, mientras que para el hierro,

solamente las aplicaciones de AB y PAA-Q dieron lugar a un incremento del contenido de

hierro en el suelo al terminar el experimento. Los valores reportados de concentración de

hierro (Cuadro 1) se encontraron en un termino medio y moderadamente bajo, según

Castellanos et al (2000).

En cuanto al zinc y el cobre no se observó algún cambio sustancial entre la

concentración inicial y la final.

Variables morfológicas

El diámetro del tallo y el número de hojas de las plantas tratadas con PAA-Q en las

dos soluciones nutritivas fueron superiores al resto de los tratamientos (Cuadro 2). Esto

confirma lo obtenido por Hirano y Nagao (1989) quienes comprobaron que las plantas

tratadas con quitosán presentaron mayor grosor de tallo. Por otra parte, Hadwiger (1992)
desarrolló un método para tratar semillas de cereales con quitosán y comprobó que de las

semillas tratadas se obtuvieron plantas con tallos más gruesos y fuertes. Asimismo

Freepons (1987) al aplicar una solución acuosa de quitosán con ácido glutámico a semillas

de cereales, obtuvo un efecto positivo en el crecimiento de la planta. Este efecto positivo

del quitosán y sus derivados, aún no totalmente entendido, parece relacionarse con la

habilidad de estos compuestos para promover la síntesis de especies activas de oxígeno

capaces de activar los genes relacionados con la tolerancia al estrés y la adaptación al

ambiente (Lee et al., 1999).

Cuadro 2. Efecto de los tratamientos aplicados al suelo sobre el diámetro del tallo y el
número de hojas de plantas de tomate cultivadas en suelo calcáreo.
Tratamiento Diámetro del tallo Número de
(cm) hojas
Fe2(SO4)3·H2O 1 mg L -1
T1 0.77 b †
14.90 bc
AB 0.75 b 15.22 bc
PAA-Q 0.95 a 16.66 ab
SLP 0.74 b 13.82 c

Fe2(SO4)3·H2O 2 mg L-1 T2 0.78 b 15.24 bc


AB 0.78 b 15.78 abc
PAA-Q 0.93 a 17.54 a
SLP 0.76 b 14.72 c

Valores con la misma letra dentro de las columnas son estadísticamente iguales, de
acuerdo a la prueba de Tukey (P=0.05). Tratamientos: T1 testigo con 1 mg L -1 de sulfato de
hierro; T2 testigo con 2 mg L-1 de sulfato de hierro; AB ácido benzoico; PAA-Q complejo
de poliácido acrílico-quitosán; SLP Sinerba Líquido Plus®.

Los valores promedio de biomasa fresca y seca, tanto aérea como de raíces no

mostraron diferencias estadísticamente significativas en ninguno de los tratamientos. Los

resultados para la biomasa fresca aérea se encontraron en el intervalo de 123.6 g y 87.86 g,

mientras que para el peso fresco de raíces, los valores se encontraron entre 5.24 g y 3.54 g.

Para la biomasa seca aérea el intervalo fue de 22.04 g y 14.68 g. Para la biomasa seca de
raíces los valores se encontraron entre 0.74 g y 0.43 g; observándose los promedios más

altos en donde se aplicó PAA-Q y el menor valor para el tratamiento comercial SLP. En

otros trabajos realizados con complejos PAA-Q se encontró un efecto positivo de este

compuesto sobre la biomasa al someterse las plantas a un déficit de agua o exceso de

cloruro de sodio, mientras que en ausencia de estos estímulos negativos el PAA-Q ejerció

un efecto negativo sobre la biomasa (Benavides-Mendoza et al, 2004).

Aunque no se tiene una explicación aceptada del efecto o efectos fisiológicos del

quitosán y de los complejos PAA-Q sobre las plantas, es posible que al aplicarse al suelo

funcionen como quelatantes o formadores de complejos con iones esenciales facilitando

con esto su disponibilidad (Kaplan et al, 1989).

Rendimiento

El rendimiento obtenido con la aplicación de PAA-Q en las dos soluciones

nutritivas, así como con la aplicación de AB en la dosis más alta de fertilización férrica

mostró ser estadísticamente diferente al resto de los tratamientos (Figura 2), confirmando

los resultados de Hadwiger et al (1984) quienes indujeron con quitosán un mayor

rendimiento en cereales y tomate. En cuanto al AB se sabe que las plantas de manera

natural producen ácidos orgánicos que forman complejos con metales y aumentan la

tolerancia al estrés (López-Bucio et al. 2000). Los resultados indican la factibilidad de

aplicar estos compuestos de manera exógena, tal como fue demostrado para el ácido cítrico

(Benavides-Mendoza et al., 2003), que al añadirlo en la solución nutritiva en concentración

10-4 M aumentó la calidad del fruto y el crecimiento de la planta de tomate.


Figura 2. Rendimiento promedio de fruto por planta para los diferentes tratamientos
aplicados al suelo. Los valores con la misma letra dentro de las barras son
estadísticamente iguales, de acuerdo a la prueba de Tukey (P=0.05). Tratamientos:
T1 testigo con 1 mg L-1 de sulfato de hierro; T2 testigo con 2 mg L -1 de sulfato de
hierro; AB_1 ácido benzoico en solución T1; PAA-Q_1 complejo de poliácido
acrílico-quitosán en solución T1; SLP_1 Sinerba Líquido Plus® en solución T1;
AB_2 ácido benzoico en solución T2; PAA-Q_2 complejo de poliácido acrílico-
quitosán en solución T2; SLP_2 Sinerba Líquido Plus® en solución T2.

Calidad de frutos

Tanto para el diámetro polar, como para el ecuatorial del fruto en los tratamientos

con PAA-Q en las dos dosis de fertilización férrica, fueron superiores en relación al resto

de los demás tratamientos y estadísticamente diferentes (Cuadro 3). En cuanto a la

determinación de la firmeza de fruto en la cosecha se encontró también un efecto positivo

de los tratamientos con PAA-Q, contrastando con el análisis hecho para determinar la vida
de anaquel, en el que los mismos tratamientos mostraron menor firmeza a los 3, 6, 9 y 12

DDC (Figura 3).

En la variable de sólidos solubles (ºBrix), el tratamiento con AB en la dosis de

hierro menor, fue superior en relación al resto de los tratamientos y estadísticamente

diferente con un nivel de significancia de P0.05. Estos resultados se mantuvieron dentro

de los intervalos establecidos pata tomate, según Prado (2002), el cual comenta que en la

mayor parte de las variedades se sitúa entre 4,5 y 5,5 º Brix.

Cuadro 3. Efecto de los tratamientos aplicados como mejoradores del suelo sobre la
calidad de frutos de tomate en plantas en suelos calcáreos.
Diámetro Diámetro Firmeza Sólidos
Tratamiento polar (cm) ecuatorial (kg) solubles
(cm) (%)
Fe2(SO4)3·H2O 1 mg T1 4.25 bc †
5.20 bc 2.09 c 5.53 bc
L -1

AB 4.12 c 4.44 e 2.15 bc 5.95 a


PAA- 4.61 a 5.54 a 2.53 a 5.70 b
Q
SLP 4.18 bc 4.99 cd 2.29 b 5.48 c

Fe2(SO4)3·H2O 2 mg T2 4.29 b 5.27 b 2.19 bc 5.24 d


L-1
AB 4.30 b 5.05 bcd 2.30 b 5.56 bc
PAA- 4.62 a 5.28 b 2.64 a 5.27 d
Q
SLP 4.23 bc 4.80 cd 2.25 bc 5.39 cd

Valores con la misma letra dentro de las columnas son estadísticamente iguales, de
acuerdo a la prueba de Tukey (P=0.05). Tratamientos: T1 testigo con 1 mg L -1 de sulfato de
hierro; T2 testigo con 2 mg L-1 de sulfato de hierro; AB ácido benzoico; PAA-Q complejo
de poliácido acrílico-quitosán; SLP Sinerba Líquido Plus®.

Vida de anaquel, considerando la firmeza de los frutos

Según el ANVA los tratamientos aplicados como mejoradores al suelo y los días

después de la cosecha (DDC) mostraron un efecto estadísticamente significativo (=0.05)


sobre la firmeza del fruto. La prueba de Tukey (=0.05) por su parte indicó que la

aplicación de PAA-Q, con ambas concentraciones de hierro, resultó en la mayor firmeza

del fruto a los tres y seis DDC. El resto de los tratamientos no mostró diferencias

estadísticamente significativas en ninguno de los tiempos posteriores al corte. Estos

resultados se aprecian en la Figura 3. Es evidente que a medida que el fruto avanza en su

estado de madurez desciende la firmeza del mismo, y es sabido que las principales causas

de ello son los cambios en la estructura y composición de las paredes celulares (Laguado et

al, 1999), así mismo Carvalho (2003) menciona que las causas que condicionan la firmeza

del fruto además de las características genéticas son la nutrición, la disponibilidad de agua

y el estado de maduración.

Figura 3. Valores promedio de vida de anaquel considerando la firmeza del fruto a los 3, 6,
9 y 12 días después de la cosecha (DDC). Las barras indican el intervalo de
confianza para la media (P=0.95). Tratamientos: T1 testigo con 1 mg L -1 de sulfato
de hierro; T2 testigo con 2 mg L -1 de sulfato de hierro; AB_1 ácido benzoico en
solución T1; PAA-Q_1 complejo de poliácido acrílico-quitosán en solución T1;
SLP_1 Sinerba Líquido Plus® en solución T1; AB_2 ácido benzoico en solución
T2; PAA-Q_2 complejo de poliácido acrílico-quitosán en solución T2; SLP_2
Sinerba Líquido Plus® en solución T2.

CONCLUSIONES

Se observó un efecto positivo tanto del complejo de poliácido acrílico-quitosán (PAA-Q)

como del ácido benzoico sobre el crecimiento y la producción de fruto. En cuanto a la

calidad del fruto en términos de mantener la firmeza en el transcurso de varios días, los

mejores resultados se obtuvieron con el PAA-Q.

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