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Acta Psiquiátr Psicol Am Lat.

2020; 66(3): 197-206

Nota
Suicidio y clínica psicológica existencial: el debate sobre si es un acto
de violencia, crisis y sinrazón
ANA MARIA LOPEZ CALVO DE FEIJOO, VICTOR PORTAVALES SILVA

ANA MARIA LOPEZ CALVO DE FEIJOO Objetivo: en este artículo presentamos una investigación sobre el sui-
Doctora en Psicología. cido desde una perspectiva fenomenológica y hermenéutica. Método:
Universidade do Estado do Rio partimos del pensamiento del filósofo Martin Heidegger para llevar a
de Janeiro (UERJ).
cabo una destrucción fenomenológica (Destruktion) de nociones
Rio de Janeiro, R.F.de Brasil.
comúnmente asociadas con el suicidio, tales como: la violencia con-
VICTOR PORTAVALES SILVA tra uno mismo, la crisis y la falta de razón. asimismo, presentamos
Máster en Psicología Social. una situación clínica basada en el análisis existencial
Universidade do Estado do Rio (Daseinsanalyse), que muestra cómo la situación concreta escapa a
de Janeiro (UERJ). las postulaciones científicas actuales, que ven la ideación suicida
Rio de Janeiro, R.F.de Brasil. como una manifestación sintomática de un trastorno mental.
Conclusiones: el suicidio puede entenderse existencialmente, entre-
mezclado con los sentidos que están presentes en el horizonte de
FECHA DE RECEPCIÓN: 29/06/2020
FECHA DE ACEPTACIÓN: 14/08/2020
aquellos que piensan en terminar con su propia vida.

Palabras clave: Fenomenología – Psicología clínica – Análisis


existencial.

Existential Psychological Clinic and Suicide and the Debate on


whether it is an Act of Violence, Crisis and Unreason
Objective This article presents an investigation about suicide from a
phenomenological-hermeneutical perspective. Methods: It is inspired
by the philosopher Martin Heidegger's thought to carry out a phenom-
enological destruction (Destruktion) of notions commonly associated
with suicide, such as: Violence against oneself, crisis and unreason.
Likewise, a clinical situation is presented based on daseinsanalyse,
which shows how the concrete situation escapes the current scientific
postulations, which view suicidal ideation as a symptomatic manifes-
CORRESPONDENCIA
tation of a mental disorder. Conclusions: Suicide can be understood
Mg. Victor Portavales Silva.
Rua Barão de Mesquita 787,
existentially, interspersed with the senses that are present on the hori-
ap 405, Andaraí. Rio de Janeiro, zon of those who think of ending their own life.
RJ 20540-215, Brazil;
victorportavales@hotmail.com Keywords: Hermenéutica – Clinical Psychology – Daseinsanalyse
198 ANA MARIA LOPEZ CALVO DE FEIJOO, VICTOR PORTAVALES SILVA

Introducción to de nuestra investigación sobre el suicidio,


Este artículo es parte de las investigaciones realizada en la Universidad del Estado de
sobre suicidio llevadas a cabo en la Río de Janeiro (UERJ), con el objetivo de
Universidad de Estado del Rio de Janeiro inaugurar una forma de clínica psicológica
(UERJ). Dichas investigaciones empezaron que no se rigiera por los parámetros técnicos,
en 2016 cuando defendimos la idea de crear tan comunes en la psicología científica de
con urgencia un núcleo de asistencia a las carácter positivista.
personas que pensaban poner un fin a sus
vidas. Así desarrollamos un primer proyecto Simultáneamente al desarrollo de los temas
llamado Hacia a un núcleo de atención clíni- sobre el suicidio, pasamos al segundo
ca a personas en riesgo de suicidio: un aná- momento de la investigación: cuestionamos
lisis fenomenológico del acto de decidir sus verdades científicas, que casi siempre
poner fin a la vida, con eso creamos un espa- eran tomadas como referencias absolutas en
cio para la actuación clínica y también publi- estudios y prácticas clínicas. En el transcurso
camos nuestros trabajos en forma de libros de nuestra investigación, con el propósito de
[4, 5] y artículos [6]. proceder a una destrucción fenomenológica,
recurrimos a estudios e investigaciones cien-
El objetivo de este estudio fue presentar la tíficas sobre el tema. Fue así como apareció
perspectiva fenomenológica hermenéutica una comprensión más original, anterior a las
sobre el suicidio que fue la base teórica de formulaciones morales provenientes de la
nuestra investigación. Empezamos aclaran- religión, el Estado o la ciencia, que permitió
do temas comúnmente asociados errónea- alcanzar el arque-tipo [8] de la muerte volun-
mente con el suicidio, como la noción de vio- taria desde una perspectiva que trascendiera
lencia contra uno mismo, la crisis y la falta de la moral o la norma presentes en el mundo
razón. Primero discutiremos estos temas en moderno.
articulación con el pensamiento del filósofo
Martin Heidegger. Después presentaremos Libres del pensamiento hegemónico que con-
una situación clínica basada en el análisis cibe el suicidio como manifestación de una
existencial (Daseinsanalyse), para mostrar patología mental que prevalece en nuestro
cómo la situación concreta escapa a las pos- tiempo, empezamos a construir otra forma de
tulaciones científicas actuales, que ven la pensar el acto de ponerle fin a la propia vida,
intención suicida como un síntoma de trastor- apropiándonos de una práctica clínica libre de
no mental. la moral preconizada por la ciencia y por el
sentido común. Así pudimos no desesperar-
Para desarrollar nuestros estudios sobre el nos ante alguien que nos dijera que se suici-
suicidio optamos por recuperar el ejercicio daría. De esa forma, llegamos a otra modali-
del pensamiento filosófico, como lo sugiere dad de ejercicio de la clínica psicológica.
Heidegger [11, p. 5]: «sin embargo, es nece-
sario que acojamos en nuestra libertad aque- Explicaremos cómo nos apropiamos del
llo que debe volverse libre en nosotros de método fenomenológico-hermenéutico, tal y
esa manera: nosotros mismos debemos como podemos observarlo en las investiga-
tomar y despertar libremente el filosofar en ciones heideggerianas (reconstrucción, des-
nosotros». Incluso en el camino del ejercicio trucción fenomenológica y construcción), a
del pensamiento propuesto por ese filósofo partir de las definiciones de suicidio, violen-
en relación con la filosofía: «Para hacerlo, cia, cuerpo, crisis y sinrazón. En primer lugar,
necesitamos conocerlo una vez más. En mostraremos cómo la suicidología, ciencia
otras palabras, nos hace falta una compren- que estudia el suicidio, aborda estos temas
sión previa de la filosofía. Por lo tanto, es en los momentos de la investigación denomi-
posible que debamos apegarnos a la historia nados reconstrucción y destrucción fenome-
de la filosofía» [11, p. 5). Con esa forma de nológica.
pensar, pudimos lograr una relación más libre
con el tema del suicidio. En primer lugar, fue Suicidología: suicidio, muerte, violencia,
necesario que conociéramos lo que los diver- sinrazón y crisis
sos estudios científicos afirmaban sobre el Etimológicamente la palabra suicidio puede
suicida, y en esto consistió el primer momen- ser dividida en cidio (acción de matar) y sui (sí

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mismo), y se refiere a la acción de un hombre deber del ciudadano, hacen que la muerte
que se mata a sí mismo. De acuerdo con el voluntaria sea moralmente inaceptable. El
Mapa de la Violencia [17], en relación con la suicidio, en el marco de esta determinación
mortalidad infantojuvenil, de 1980 a 2011, el moral, se convierte directa o indirectamente
suicidio aparece en el tercer lugar entre las en una acción condenable, de ahí que sea
causas de muerte, luego del homicidio y de los caracterizado como pecado, delito y patolo-
accidentes de tránsito. Al considerar la etimo- gía, de acuerdo con la ley moral establecida
logía de la palabra suicidio y los datos obteni- por el poder imperante que define los crite-
dos en el Mapa de Violencia, encontramos rios de utilidad de cada época.
que para el hombre moderno muerte y violen-
cia están relacionadas con el suicidio. El suicidio es condenado directamente porque
viola el orden divino o social, es decir, por tra-
La muerte hoy en día es entendida como un tarse de un acto contra Dios (pecado) o contra
fracaso y debe evitarse a toda costa, siguiendo la Polis (delito). Por otro lado, se condena indi-
la premisa de preservar la vida como un bien rectamente cuando se asocia a una enferme-
supremo. En ese contexto, se convierte en un dad mental. En este caso, nos dice Botega [2,
mal que debe ser combatido y en una situación p.13]: «en la crisis suicida hay una exacerba-
no deseada que debe evitarse a toda costa. La ción de una enfermedad mental existente, o
violencia, como aparece en el mapa citado, se una agitación emocional» que deviene en el
refiere a cualquier acción que causa lesión cor- deseo de interrumpir la propia vida. Tal defini-
poral y en ese sentido, el suicidio como violen- ción es el corolario de una verdad ya estable-
cia aparece vinculado al cuerpo. cida: la supremacía de la razón. En este sen-
tido, el suicidio es el resultado de una desvia-
La definición de violencia adoptada por la sui- ción de la razón que se debe evitar. Cuando
cidología se refiere al acto en sí, sin tener en se trata el suicidio como un síntoma asociado
cuenta el significado que tiene para quien se la a la psicopatología, el suicida debe ser tratado
auto inflige. En lo que respecta al suicidio, y curado. Por eso decimos que también se
nuestro horizonte mundano dice que el acto de condena de manera indirecta, en la medida en
ponerle fin a la propia vida es contrario al bien que existe una moral que intenta impedir el
supremo de la vida, que es del orden divino. acto. En todos los casos, se considera que la
Según Barbagli [1], esta máxima estaba en el vida debe preservarse porque se trata de un
código penal austríaco del siglo XVIII: «En bien, de un regalo.
Austria, el código penal de José II (1787) esta-
blecía para la persona que intentara matarse Aquí es válido formular las siguientes pregun-
una condena de prisión, hasta que esta se con- tas con el objetivo de destruir fenomenológi-
venciera de que la preservación de la propia camente las verdades que se fueron estable-
vida era un deber para con Dios, para con el ciendo gradualmente: ponerle fin a la vida
Estado y para consigo mismo, y declarara su ¿no será una violencia como un modo de
arrepentimiento total» [1, p.50]. romper con la determinación de que la vida es
un bien supremo? Y una vez que se ha esta-
Podemos encontrar ese mismo criterio de blecido esta ruptura, ¿sería posible, enton-
moralización en la ciencia, que dice que la ces, romper, acabar, actuar de forma inacep-
vida no tiene precio, como argumenta Teixeira: table según la moral imperante? ¿En eso con-
sistiría el suicidio? Incluso, en el caso de sui-
(…) el modo casi hegemónico como el hom- cidio entendido como una acción violenta
bre de la modernidad, haciendo uso de innu- contra sí mismo, ese sí mismo se refiere al
merables avances tecnológicos alcanzados propio cuerpo. El hombre, para ser entendido
por la ciencia, se enfrenta al anuncio de la como tal, se presupone como algo que se
muerte con el propósito de posponerla a cual- constituye en la duplicidad del cuerpo y el
quier precio, bajo la máxima de que la vida alma, una dicotomía posicionada por la pers-
debe prolongarse incluso a costa de cualquier pectiva de la filosofía tradicional y también por
sufrimiento [16, s.p.]. el sentido común. La pregunta que surge es:
¿sería posible ver el asunto de otra manera?
Las máximas que se refieren a la vida como Además de la definición de suicidio como un
algo del orden divino, como bien supremo o acto violento contra sí mismo, el discurso

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científico también postula que el suicidio es el una crisis, como un sufrimiento y como una
resultado de una crisis [2]. Para la suicidolo- lesión que se refiere únicamente al cuerpo. Sin
gía, esta crisis consiste, en lo que defiende embargo, debemos reflexionar sobre la forma
Botega, en un cierto oscurecimiento de la de hacer compatibles esas verdades a partir de
razón ya que: las siguientes relaciones: sinrazón y disposi-
ción; sufrimiento y decisión; violencia y arreba-
La palabra crisis deriva del griego krisis: sepa- to; crisis y otra forma de enfrentar la vida.
ración. El verbo krinein significa separar, elegir,
juzgar. Krisis es la acción o facultad de distin- La idea de razón y suicidio no comulga con la
guir y tomar decisiones. Es el punto de infle- noción de disposición (Stimmung) presente
xión, difícil de separar, decidir, juzgar. Así en la analítica existencial de Heidegger [9].
entendemos los derivados kriteirion (criterio – ¿Dasein o Ser-Ahí es tan solo ser marioneta
capacidad de juzgar) y kritikos (crítico – capaz de la razón? El filósofo resalta el papel de la
de juzgar). [...] La crisis puede conducir al afectividad en la existencia, en contraposi-
colapso existencial, lo que lleva a experiencias ción a la patologización entendida como sin-
de angustia e impotencia, incapacidad y agota- razón, comúnmente esgrimida por la psiquia-
miento, falta de perspectiva para la solución. Si tría. En este sentido, entendemos que la
excede la capacidad de responder y adaptarse, existencia es permeada por afectos, y las
puede aumentar la vulnerabilidad al suicidio, decisiones que tomamos en la vida no son
que se convierte entonces en la única solución fruto de una mera especulación racional.
para una situación insoportable [2, p. 13].
En la expresión muerte violenta, algunas
Aunque la teoría de Botega parezca neutra, cuestiones también deben pensarse de mane-
se basa en postulados muy antiguos y mora- ra independiente. Heidegger [9, 11] busca el
lizantes. Al leer la Historia del suicidio de significado más original de esas dos temáti-
Georges Minois [15], nos damos cuenta de cas. Sobre la muerte, se refiere al ser-para-la-
que la asociación entre conciencia, voluntad muerte (Sein zum Tode) como un existencial
y razón ya estaba constituida en la teología que marca el carácter finito de todas las
de San Agustín. De esta asociación proviene cosas. Ser-para-la-muerte denota el carácter
el veto al acto de ponerle fin la vida, en una ontológico de finitud del Dasein. Por lo tanto,
actualización y absolutización del manda- es algo de lo que no podemos escapar, inclu-
miento no matarás. Lo que antes se conside- so considerando el vivir como un bien supre-
raba pecado ahora se considera patológico. mo. En ese sentido, la búsqueda incesante de
Sin embargo, los fundamentos siguen siendo prolongar la vida se muestra como una batalla
los mismos: el suicidio es locura y, por lo infructuosa, pues siempre fracasa.
tanto, una sinrazón. Dentro de estas pers-
pectivas, nadie en su sano juicio atentaría Con respecto a la violencia, Heidegger [11] nos
contra su propia vida. ¿Pero será esta con- dice que por el hecho que el Dasein apenas
clusión una verdad absoluta? suceda en el ahí, necesita una liberación y
para lograrla debe usar la violencia contra sí
Mostraremos, después de la reconstrucción y mismo, concluyendo que «toda violencia
la destrucción fenomenológica, cómo la cien- encierra dolor en sí misma» [11, p. 33]. Esa
cia construyó un marco teórico y especulati- connotación de violencia se refiere al poder
vo de sujetos previamente elucidados por la romper con «la tendencia de oscurecimiento
suicidología. Con la destrucción fenomenoló- del horizonte mundano y temporal en el que
gica, lo que queremos es pensar en el suici- nos movemos desde el principio» [3]. La defini-
dio alejándonos de lo que dicen la ciencia, la ción de violencia en Heidegger [11], por lo
religión y el Estado. tanto, adquiere un significado completamente
diferente del habitual y señala la posibilidad de
Marco teórico-especulativo: muerte, vio- que el ser-ahí rompa con las determinaciones
lencia, sinrazón, crisis y suicidio cotidianas en las que se encuentra sumergido
El suicidio parece estar explicado de forma ade- desde el comienzo y la mayor parte del tiempo.
cuada cuando decimos que se trata de un acto
violento contra sí mismo, que surge de una sin- Para ver de otro modo, es necesario abando-
razón, que puede ser entendido y tratado como nar la oposición cuerpo-alma, soma y psique.

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Es necesario alejarnos de la idea de lo psico- rrir a la discusión de Fogel [7], que distingue
somático y poder ver el cuerpo como aconteci- los términos dolor y sufrimiento. El dolor, para
miento cooriginario, como vida. Necesitamos el autor, es algo intrínseco a la vida. Es una
entender el cuerpo que el hombre es. Como condición existencial de la que es imposible
explica Fogel [8, p. 31]: «Si el cuerpo es escapar. La vida es dolor ¿Y en qué consisti-
siempre cuerpo humano o cuerpo de hom- ría entonces el sufrimiento? Para Fogel [7], el
bre, eso quiere decir que el cuerpo que apa- sufrimiento es el dolor del dolor. Es el agota-
rece al hombre ya ha pasado, ha sucedido». miento y el lamento que a menudo experi-
Fogel recomienda evitar hablar del cuerpo y mentamos en situaciones que no controla-
de la separación entre cuerpo y alma: «El mos y consideramos no deseadas. En este
mejor nombre de eso, de esa unión, es vida» sentido, es una molestia inútil ya que no se
[8, p. 49]. Heidegger [12] en los Seminarios puede escapar del dolor, por lo que la lamen-
Zollikon (23 de noviembre de 1965), en un tación es apenas una de las varias formas de
comentario acerca de la analítica existencial enfrentarlo. En estos términos, la asociación
(Daseinsanalyse) de Binswanger, también entre el suicidio y el sufrimiento significaría
destaca la precedencia de la co-originalidad también asociar el suicidio con un lamento, o
expresa en el término Dasein, especialmente sea, con el dolor de tener que vivir.
en su carácter de ser-en-el-mundo (In-der-
Welt-sein), a diferencia de la división entre La moral cristiana influyó en el conocimiento
sujeto y objeto defendida por Descartes, que científico y también fue un legado a la
sostiene la dicotomía entre la materialidad y la Modernidad. Esa moral concibe la vida como
conciencia. Sin embargo, esta precedencia no algo divino, y a la postre, en el marco de la
debe entenderse en un sentido temporal, moral moderna, como un valor supremo. En
como si primero se arrojara al mundo, después este sentido, lo divino y lo bueno son concep-
de lo cual podría diferenciarse. El Dasein siem- ciones que no podemos rechazar. Por eso,
pre ocurre en un horizonte de sentidos, por lo los que quieren matarse solamente pueden
que el cuerpo debe entenderse como corporei- ser comprendidos como poseídos por el dia-
dad, como corporar, ya que es uno de los sen- blo o como locos. Se hace necesario poner a
tidos que está en juego en la existencia. todos en un mismo nivel de normalidad, y
quien no esté en ese nivel, es inmediata-
La crisis, para Botega [2], consiste en tener mente puesto al margen. Por eso, cuando
que elegir en medio de la dificultad, de la estudiamos el suicidio, debemos suspender
angustia y del sufrimiento. Para Heidegger los supuestos científicos de la suicidología,
[11], la violencia es una ruptura con las deter- que sitúa al suicida como alguien que está
minaciones del mundo. En ese sentido, crisis fuera de la normalidad. La ciencia tiene como
sería casi sinónimo de violencia. Sin embar- proyecto la prevención en el sentido de poder
go, las definiciones guardan pequeñas dife- evitar el acto de una manera numérica y cal-
rencias en sus matices: la ruptura de la que culable, por lo que se esfuerza en aumentar
habla Botega se refiere a un error, un evento los porcentajes y establecer perfiles. No obs-
que se desvía de la razón. Heidegger no evi- tante, hay una pregunta que continúa provo-
dencia ningún discurso moralizante sobre la cándonos: ¿cómo hacer lo contrario?
suspensión de las prescripciones del mundo.
La crisis, para Botega, es algo que debe evi- Suicidio: una hermenéutica fenomenológica
tarse. La angustia, para Heidegger, es cons- Para hacer clínica psicológica de otro modo,
titutiva de la existencia. Al asociar crisis con tuvimos que buscar un marco teórico-espe-
el sufrimiento, lo que Botega parece decir es culativo. Dejamos que el fenómeno fuera
que el suicidio es un querer que no puede ser apareciendo y se formulara tal y como se nos
deseado, es una decisión equivocada en presentó en la experiencia de aquellos que
medio del agotamiento del propio ser. querían morir o que intentaron suicidarse.
Primero debíamos distanciarnos de lo que la
El término sufrimiento también es utilizado ciencia decía y que ya estaba impregnado en
sin ninguna discusión, es decir, sin que su nosotros, los científicos psi. Por esa razón, el
sentido sea delimitado o indicado formalmen- esfuerzo era grande y todo el tiempo nos
te. Debemos ser claros sobre los términos descubríamos sucumbiendo a la seducción
que usamos, y para avanzar podemos recu- de las explicaciones científicas.

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Los estudiosos que abordan el suicidio dicen de Atención Clínica de Personas en Riesgo
que se trata de un acto auto infligido que ter- de Suicidio (NAC), y estuvo de acuerdo en
mina en la muerte; en caso tal que no ocurra, participar en nuestras investigaciones.
no se puede hablar de suicidio sino de inten-
to de suicidio. Solo la acción contra sí mismo, Su declaración inicial fue que lo aquejaba un
que en este caso se refiere a una interven- deseo constante de ponerle fin a su propia
ción directa y positiva sobre sí mismo con el vida. Ese deseo surgió y se mantuvo a raíz de
fin de forzar la realización de un acto especí- reprobaciones recurrentes en las asignaturas
fico, puede devenir en suicidio o tentativa de del pregrado. Theo enfrentaba esas fallas
suicidio. Pero todavía hay problemas con como fracasos que demostraban su incapaci-
esto: ¿qué se entiende realmente por acción dad. Cuando se le preguntó sobre su deseo
contra uno mismo? ¿Y qué se entiende por de morir y si había planeado alguna forma de
acción violenta? Algunos estudiosos sobre el hacerlo, respondió: «Solo quería un método
tema dicen que violencia significa cualquier letal que no causara dolor». Su deseo ya reve-
acto que haga daño corporal; otros extienden laba algo sobre la forma como se relacionaba
esta comprensión a actos que conducen al con los problemas que se le presentaban.
sufrimiento psicológico y moral. Sin embargo, Quería ponerle fin a su vida, pero le tenía
cuando se piensa en el suicidio, un acto que miedo al dolor que eso podría ocasionarle.
termina con la vida, la violencia está restrin- Pensar que quizás el intento también podría
gida al cuerpo, a las lesiones que conducen fallar lo paralizaba, lo que evitaba que come-
a la muerte. Si no conducen a ella, serán tiera el acto. En este sentido, lo que Theo bus-
intentos, siempre que la intención sea morir. caba no era un acto violento contra sí mismo.
Con aquellos que lograron ponerle fin a su De hecho, le temía precisamente a la violencia
vida, tenemos que proceder a entender sus en su sentido más común.
intenciones. Otro problema resulta de esto:
¿cómo entender las intenciones del otro? ¿A Ante los fracasos, ¿tendría el chico proble-
través de lo que dice? ¿Por la forma en que mas en el campo de la memoria o la inteli-
actúa o incluso por el sentido de lo que está gencia? Esa era la cuestión a que Theo se
en juego en el intento? refería constantemente, tratando de encon-
trar una explicación que justificara su dificul-
Lo que se debe lograr en la relación clínica tad para lograr el éxito académico. Antes de
es el sentido de la experiencia de la persona ingresar a la universidad, consideró que era
que suponemos que quiere acabar con su casi imposible aprobar el examen de admi-
propia vida, por medio de lo que tiene para sión del curso que le hubiera gustado hacer
decirnos. Para hacerlo, necesitamos enten- (Ciencias de la Computación), por lo que eli-
der lo que está en juego en su decisión, que gió un curso menos competitivo: presentó los
frecuentemente se presenta como indeci- exámenes de ingreso a la universidad y fue
sión. Con el fin de mostrar cómo sucede aprobado en el curso de Física. Al elegir un
esto, presentaremos una situación clínica en curso menos competitivo, buscó tener el con-
la cual el suicidio está presente. trol y asegurarse de que pasaría, lo que de
hecho se confirmó.Sin embargo, al ingresar al
Presentación de un caso clínico curso, descubrió que las dificultades apenas
Theo, el joven que quería ser Dios comenzaban. Los temas eran difíciles y Theo
¿Cómo aparecen los términos suicidio, vio- no parecía preparado para las exigencias. Lo
lencia, crisis, sufrimiento y dolor, tanto en los que había aprendido en la secundaria no era
significados discutidos aquí, como en la clíni- suficiente para garantizarle un buen desempe-
ca psicológica? ¿Cómo se articulan y cómo ño. La facilidad que tenía hasta entonces en
se revelan? Para aclarar esos problemas, materias como matemáticas y física había ter-
presentamos la situación de un joven estu- minado. Todo parecía tan difícil que se sintió
diante universitario con el nombre ficticio mucho más impotente y sin preparación en
Theo1. Theo fue admitido en nuestro Núcleo comparación con sus colegas. Una vez más,
buscaba una explicación para justificar su situa-
ción. Sufría, se lamentaba por el dolor que sen-
Los datos de identificación fueran omitidos o sustitui-
tía. La dificultad existía, pero lo paralizaba. La
1
dos para preservar el sigilo y el anonimato de la persona
en cuestión. carrera exigía duplicar el esfuerzo, pero para él

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era muy agotador esforzarse. Sin embargo, la institución. Como se esperaba, le prescri-
como señala Kierkegaard [13, p. 21]: «hay un bieron ansiolíticos. Pero a Theo le deparó
tiempo para callar y un tiempo para hablar». Y con una situación absolutamente incómoda:
el momento era de callar y esperar, porque en la anamnesis, sintiéndose presionado y
entendíamos que «ayudar no es mostrar una agitado por las preguntas que se le formula-
ambición extrema, sino una paciencia extrema» ban, escuchó la frase del psiquiatra: «Usted
[13, p. 41]. va a tomarse este medicamento. Pero le
advierto que si quiere matarse con él se
Con el transcurso de los meses, Theo se rinda; no le hará ni cosquillas». Su queja se
sometió a psicoterapia semanal, y al principio enfocó en el tono irónico del discurso del psi-
parecía muy interesado. Asistió a las sesio- quiatra, como si el médico se burlara de su
nes, aunque con cierto retraso, y avisaba con condición. En las semanas siguientes no
antelación cuando no podía asistir. Las pre- asistió a la terapia y por poco pierde el servi-
guntas se fueron trabajando en la medida de cio. Estaba tomando los medicamentos, pero
lo posible, aunque no parecía muy dispuesto no sentía ningún cambio. Cuando estaba a
a plantearse otras cuestiones además de las punto de perder su cupo, decidió regresar.
habituales, es decir, a las relacionadas con Logramos que lo atendiera otro profesional.
dudas sobre problemas de memoria y disca- Entonces comenzó a quejarse del tiempo, de
pacidad intelectual. En las entrevistas, no la espera, del nuevo profesional, hasta que
había señales que pudieran confirmar su abandonó por completo el servicio luego de
tesis, aunque a veces el joven interrumpía la dos meses de atención.
conversación diciendo: «¿Ves? Ya olvidé lo
que acabas de decir. ¡Estoy seguro, tengo un En relación con sus estudios, motivo por el
problema de memoria!» A pesar de que esta cual había buscado atención, tampoco había
situación llamaba la atención, y parecía con- mejorado. Aunque había establecido nuevas
firmar su tesis, en otras ocasiones recordaba tácticas para aprobar asignaturas, reducien-
conversaciones, eventos del pasado distan- do su número e inscribiéndose en las consi-
te, e incluso momentos de las clases a las deradas más fáciles y con los docentes
que había asistido la semana anterior, moti- menos rigurosos, tampoco funcionó. No logró
vos por los cuales no parecía demonstrar dis- las notas que necesitaba para aprobar tres
capacidades intelectuales o de memoria. de las cuatro materias en las que se había
inscrito. En ese entonces estaba tratando de
No había signos de déficit cognitivo o condicio- analizar retrospectivamente sus tácticas en
nes psicopatológicas severas, solo algunos un intento de calcular otra vez sus estrate-
síntomas de ansiedad y melancolía. Theo tam- gias para lograr su objetivo. Lo que Theo
bién se preguntaba si algunos medicamentos quería era una forma de asegurarse aprobar
podrían ayudarlo a concentrarse en sus estu- las asignaturas, pero no pudo encontrar
dios. Y fue durante este período que comenzó forma alguna de obtener esa certeza. Ese
con ataques de pánico y con síntomas de motivo lo hacía sufrir y el sufrimiento fue
ansiedad. Cuando estaba en la universidad tanto que anunció: «ya tengo todo planeado.
durante todo el día, súbitamente le faltaba el Si para mi próximo cumpleaños no alcanzo
aliento. Se sentía amenazado y parecía que mis metas, acabaré con todo. Voy a ponerle
iba a morir. Su conversación sobre el suicidio fin mi vida».
se mantenía, aunque parecía entrar en conflic-
to con el sentimiento de amenaza. Para obte- En ese mismo período, nuestros encuentros
ner otros medios de comunicación, además de comenzaron a fallar, pues llegaba demasia-
la psicoterapia, fue remitido a una institución do tarde a las sesiones. En las pocas veces
pública de salud mental, para someterse a una que se encontraba con el psicólogo, decía
evaluación psiquiátrica. Debido a que sus ata- que no había sido capaz de estudiar y que
ques parecían paralizarlo, la esperanza era también había perdido varias clases, tratan-
que algunos ansiolíticos le permitiesen enfren- do de justificar este tipo de cosas y explicán-
tarlos de una forma diferente. dolas con los argumentos que estaban dis-
ponibles. Las vacaciones académicas se
A la semana siguiente, Theo se quejó de la acercaban, ya llegaban la Navidad y des-
atención dada por el equipo de psiquiatría de pués el Año Nuevo. Luego se le informó que

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durante dos semanas no habría de recibir veces y a la quinta llegó atrasado. Lo que
atención, porque el servicio de psicología mantuvo la relación, en estas condiciones,
aplicada estaría cerrado. Sin embargo, el psi- fue la paciencia del psicólogo, que esperaba
cólogo, preocupado con el paciente, le dijo nuevos eventos. Y eso sucedió al final de
que estaría disponible durante las vacacio- esos cuatro meses, casualmente cuando el
nes, e incluso que podrían verse si así lo período académico estaba concluyendo. Y
deseaba. Sin embargo, Theo dijo que le que- nuevamente, Theo había perdido varias
daba difícil asistir durante las vacaciones y materias. El psicólogo estaba listo para can-
que prefería que lo volvieran a hacer en celarle el servicio de psicología aplicada
marzo, después de su regreso. cuando llegó 40 minutos tarde a la sesión. En
los 20 minutos que fue posible atenderlo, el
Ese período planteaba un gran riesgo, ya psicólogo escuchó nuevamente las quejas
que en febrero sería su cumpleaños, la fecha recurrentes de que nada iba bien, que había
en que dijo que le pondría fin a su vida, pues un problema con él, que el tratamiento no
hasta entonces nada parecía resultar como estaba funcionando y que nuevamente sen-
esperaba. Sin embargo, poco se pudo hacer tía el deseo de morir. Una vez más nos habla
ya que no quería asistir a la consulta. Kierkegaard (1869 [13, p.21]: «Hay un tiem-
¿Debería el psicólogo contactar a la familia y po para callar y un tiempo para hablar»:
exponer la amenaza? No hay una respuesta
final y decisiva a esta pregunta, pues es un Un hombre puede tener la suerte de hacer
dilema complejo. El psicólogo decidió espe- mucho por otro, de llevarlo a donde quiere lle-
rar, por razones que no se pueden sintetizar varlo. [...] Pero esta posibilidad no está en mi
aquí. El tiempo pasó y con paciencia esperó. poder; depende de una multitud de circuns-
Nada serio había sucedido. Como dijo tancias y, sobre todo, de la voluntad del otro.
Hölderlin —citado por Heidegger, [10, p. Nunca puedo imponer a nadie una opinión,
395]—: «donde hay peligro, la salvación tam- una creencia; pero puedo hacer una cosa: [...]
bién crece». Y la salvación de Theo era asun- puedo hacerte estar alerta. Obligar a un hom-
to suyo. Su falta de compromiso también se bre a prestar atención y juzgar es la ley del
manifestó en relación con la muerte. Eso, verdadero martirio. Un verdadero mártir
que era la razón de su queja, parece haber nunca recurrió al poder; siempre luchó con el
sido también lo que le impidió suicidarse. poder de su impotencia. Hizo que los hom-
Quizás si hubiera sido entrenado para cum- bres prestaran atención [13, p. 45].
plir sus objetivos, ahora estaría muerto.
Kierkegaard señala que incluso cuando un
Cuando las clases regresaron, fue a consulta hombre se niega a seguir hacia donde nos
nuevamente. Dijo que ya estaba mejor, que esforzamos por dirigirlo, queda la posibilidad
había cambiado, que estaba mirando su vida de hacerlo consciente, de despertarlo. Para
con nuevos ojos. El cambio fue sorprendente esto, a menudo, no es posible actuar indirec-
e incluso sospechoso: ¿qué había pasado? tamente, lo que nos obliga a hablar directa-
En un momento oportuno, el psicólogo le pre- mente para erradicar el mal. Entonces, ante
guntó: qué había pasado con su promesa, la pregunta, el psicólogo respondió de inme-
Theo abrió los ojos y juró que había renun- diato: «Entiendo, nuevamente quieres que
ciado a tal intento. Después de todo, había las cosas sean como esperas. Sin embargo,
cambiado. ¿Fue esa, entonces, una crisis el propósito de este tratamiento no es simple-
anti-suicida? ¿Cómo explicar un cambio de mente convencerte de que debes vivir». El
perspectiva tan repentino? ¿Luego, la crisis muchacho se sobresaltó y preguntó: «¿No?
no es acaso ruptura, separación? El cambio Entonces, ¿para qué sirve entonces?» Y el
había estado operando en forma violenta, psicólogo respondió: «Al igual que en las dis-
pero cuando la violencia va en la dirección ciplinas, aquí estás un poco descuidado, sin
deseada, tendemos a celebrarla en lugar de compromiso, llegando tarde y faltas con fre-
condenarla. cuencia». Theo miró su reloj, se levantó agi-
tado y caminó hacia la puerta. El tiempo de la
En los meses que se siguieron, sus ausen- sesión estaba acabándose. Kierkegaard [13,
cias y retrasos alcanzaron el punto máximo. p. 46] dice: «Este hombre es necesariamen-
Durante cuatro meses, fue a consulta cinco te consciente. Sin embargo, nadie puede

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SUICIDIO Y CLÍNICA PSICOLÓGICA EXISTENCIAL: EL DEBATE SOBRE SI ES UN ACTO DE VIOLENCIA, CRISIS Y SINRAZÓN 205

predecir el resultado: pero la atención se des- poral y eterno; finito e infinito; posible y nece-
pierta necesariamente. [...] Tal vez se ponga sario. Lo que está en juego en el polo de la
furioso [...] pero se despierta la atención». necesidad y posibilidad, es la tensión entre la
libertad y la falta de libertad. Por un lado,
El psicólogo ya estaba listo para darle la res- somos libres, pero por otro, limitados por las
puesta, pero debía hacer una pregunta más. contingencias a las que estamos sujetos. No
En primer lugar, porque no podía estar segu- se puede escapar de esta paradoja. La con-
ro. En segundo lugar, porque la situación tingencia de Theo era su dificultad, que le
había tenido que reformularse en unos térmi- dictaba que, para obtener la aprobación,
nos nuevos. Algunas veces la vida no acepta tenía que trabajar duro. El esfuerzo no era
condiciones impuestas, algunas veces el capaz de garantizarle el resultado, ya que
mundo no responde a los deseos del sujeto. incluso así, también era reprobado. Ese salto
Era necesario establecer un compromiso que en la oscuridad simplemente no era posible
hasta entonces se había presentado de para el muchacho, a quien le habría gustado
manera inestable. El psicólogo le hizo la pre- obtener buenas notas sin todo ese esfuerzo,
gunta: «la próxima semana estaré fuera, via- pero no era posible. El esfuerzo tampoco le
jando por cuestiones de trabajo, pero volveré ofreció garantías. Y ante el esfuerzo, Theo
a la semana siguiente. ¿Nos vemos el jueves vio la muerte como una posibilidad, es decir,
a la misma hora?» Y la respuesta de Theo antes de tener que luchar por la vida, prefe-
fue la que se esperaba: «No, no creo que ría pensar en abandonarla.
vuelva más. Creo que es mejor no volver»,
expresándose sonrojado y de forma agitada. ¿Quería suicidarse por falta de razón?
¿Loco? ¿Enfermedad mental? Este no pare-
Si el objetivo del tratamiento hubiera sido sal- ce ser el caso. De hecho, la dicotomía razón-
var a Theo del suicidio, podría considerarse sinrazón no puede abarcar completamente la
exitoso. Se dice que todavía está vivo, deam- situación descrita. Theo no parecía tener
bulando por el mundo, aunque no tiene con- alteraciones en sus facultades mentales que
tacto con el psicólogo. Además, la terapia no apoyan el pensamiento racional. Él usó su
pudo desarrollar lo más importante: la forma razón para fraguar planes futuros, intentando
en que Theo manejaba las exigencias y los que todo saliera como lo deseaba. Sin
compromisos que asumía. Lo que se logró embargo, el cálculo operado por la razón no
fue hacerlo consciente, y eso lo consternó. trajo ningún resultado, y a eso se sumaba la
La forma como enfrentaba sus propias cues- necesidad de entregarse a una tarea, estu-
tiones no se pudo abordar. Y eso no solo se diar, esforzarse, sin garantías. Pero todo lo
debe a una incapacidad del psicoterapeuta, que Theo tenía era su deseo: él deseaba que
sino a la forma como el muchacho establecía las cosas ocurrieran según su deseo. Eso es
sus relaciones. Cuando se enojaba, cuando lo que Kierkegaard llama desesperación, es
las cosas no salían como lo deseaba, decidía decir, una enfermedad de la voluntad que se
huir, escapar. Quizás ese joven siga sufrien- caracteriza por el desajuste entre lo que se
do hasta el día de hoy, porque la forma de quiere y lo que se puede. Además de eso, la
enfrentar su dolor era el lamento, la queja y existencia no se da en medio de la razón
el intento de escapar de la situación. pura. Y aunque el joven pudiera considerarse
con todas sus facultades, su disposición
Theo, el nombre ficticio que decidimos usar (Stimmung) estaba en sintonía con la queja y
para hablar sobre ese caso, ya dice mucho el intento de escapar de las situaciones que
sobre la situación en sí. Theo significa Dios, le molestaban.
ya que deriva del griego theos. Y Dios, en la
tradición cristiana, es una entidad dotada de Finalmente, los psicólogos y psiquiatras tam-
omnisciencia y omnipotencia. A Theo le bién pueden ser pacientes desesperados.
habría gustado saber de antemano su desti- Cuando intentan, a toda costa, controlar y
no, y que su destino fuera lo que él quería. anticipar el resultado final de las situaciones
Kierkegaard [14], bajo el seudónimo Anti- que ellos acompañan. Cuando eligen como
Climacus en su obra traducida La enferme- objetivo la salvación que no les compete.
dad mortal, describe la existencia como una Cuando establecen de antemano que el obje-
tensión constante entre algunos polos: tem- tivo del tratamiento es prevenir el suicidio,

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206 ANA MARIA LOPEZ CALVO DE FEIJOO, VICTOR PORTAVALES SILVA

entonces sufren por el dolor de no tener la mos abandonar esos estudios, sino partir de
respuesta. Sufren por dolor de los resultados ellos, considerando mucho de lo que dicen,
inesperados y no deseados. También se des- especialmente sus aproximaciones a la
esperan porque creen que su deseo y razón experiencia de aquellos que piensan, inten-
son soberanos. Creen en dioses como Theo. tan o fallan en el acto.
La vida, sin embargo, es una paradoja. Y
ante la paradoja, solo un ejercicio de fe A través de la fenomenología hermenéutica
puede hacer que se mueva. Esa fe, sin reasentamos la cuestión del suicidio en
embargo, no debe entenderse en su sentido bases que no se sustentan en la moral cris-
más común. No se trata de un credo religio- tiana y en su desarrollo dentro de la ciencia.
so, sino un acto de rendición a la existencia. Cuando planteamos las preguntas sobre
muerte, violencia, sinrazón y crisis en los
¿Podemos afirmar que Theo, al pensar en estudios de suicidio, establecemos otras
matarse, quería ser violento consigo mismo? bases para la elaboración de una clínica psi-
Su comportamiento en diferentes situaciones cológica, que llamamos existencial. En esa
nos lleva a creer que quería deshacerse de línea, es esencial que nos alejemos de las
aquello que no era lo que él quería. Ese que- verdades cristianas y científicas sobre el sui-
rer cumplir sin esfuerzo, que no le era posi- cidio y sigamos escuchando con cuidado lo
ble, lo violentó. Aunque en la actualidad la que tienen para decirnos quienes piensan o
muerte sea entendida como un fracaso, en dicen que piensan ponerle fin a su vida.
Theo la muerte parecía, por el contrario, ale-
jarlo de ese fracaso. Antes que luchar, antes Después del proyecto presentado aquí,
que no tener éxito, Theo dice que prefiere la pasamos al segundo proyecto en 2018, que
muerte. fue desarrollado para acompañar a los fami-
liares de aquellos que consumaron el acto.
Conclusión Ese proyecto se llamó La clínica psicológica
Para ir más allá de lo que está en juego en la en situaciones de suicidio: actuación del psi-
(in)decisión de ponerle fin a la vida, primero cólogo junto a padres enlutados. Para 2020,
debemos reconstruir las teorías de la suicido- seguimos desarrollando nuestras investiga-
logía y luego desconfiar de las verdades y las ciones y en una tercera propuesta: Muerte,
certezas de lo que dicen los estudios científi- suicidio y luto: actuación del psicólogo junto a
cos. Con esto no queremos decir que deba- la comunidad escolar.

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