Está en la página 1de 20

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN


UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LOS LLANOS
CENTRALES “RÓMULO GALLEGOS”
ÁREA DE POSTGRADO AULA TERRITORIAL
ACARIGUA ESTADO PORTUGUESA
ESPECIALIZACIÓN EN CIENCIAS PENALES Y CRIMINOLÓGICAS

CRIMIMINOLOGIA. UNIDAD III, TRABAJO: PSICOANALISIS


BASICOS Y ORTODOXOS.

Autores: Abg. Alba R, Arráez C.I. V 17.796.253


Virlenis J. Colina V. C.I. V 17.946.812
Rosmary Del C, Durand C.I. V 20.273.983
Selva S, Gómez C.I. V-11.540.711
Lewi A, Pérez C.I. V 16.860.565
Beberly G, Valera C.I. V 19.798.372
Facilitador: Abg. Esp. Vicente López
Trimestre III
Ata Sección: 01, Grupo: 01

ACARIGUA, MARZO 2023


Psicoanálisis básicos y ortodoxos.

En el derecho, la criminología, influye directamente en relación al estudio


de la conducta humana y el por qué se comete un delito. La misma, parte de
las concepciones cognitivas en las que se apoya con la finalidad de
encontrar la génesis del comportamiento criminal, para desde allí ubicar los
vacíos explicativos que estos planteamientos presentan a la hora de querer
dar una explicación causal del origen y la conducta criminal.

En relación a esto, se puede decir que entre las teorías que venían
estudiando este problema se encuentra, la teoría lombrosiana, la cual, no
parecería suficiente para explicar ciertos crímenes aparentemente
incoherentes, que obedecían a motivaciones triviales, extrañas y en
ocasiones incomprensibles, así como, tampoco las explicaciones
sociológicas o antilombrosianas, pero, que gracias a la orientación
psicológica se logran resolver.

En base a lo expuesto, la fuente electrónica monografías.com (2018),


señala que, es importante aclarar en qué consiste el
término "psicoanálisis", ya que, el mismo tiene tres acepciones diferentes:

El psicoanálisis es una compleja teoría, en principio enunciada por


Freud (Psicoanálisis ortodoxo), y posteriormente reformada, adicionada,
mejorada (y en ocasiones empeorada) por alumnos y seguidores.

El Psicoanálisis es una técnica de terapia muy elaborada, su origen se


debe también a Freud. y busca básicamente mantener o recobrar
el equilibrio intrapsíquico.

El Psicoanálisis es una filosofía, una cosmovisión, y para algunas


personas una verdadera religión. Esta última afirmación la hacemos
basándonos en que, para que haya religión debe hacer dogma, moral y culto,
y el psicoanálisis reúne los tres.
Es decir, el psicoanálisis es dogmático, y busca el origen del delito para
que sea penalmente juzgado de acuerdo al, por qué, de la conducta del
delincuente y a su vez establecer si la misma es producto de un hecho
biológico o causado por el entorno social.

Evolución critica.

Inmerso en ella se encuentra el hecho de estudiar la delincuencia y la


justicia en relación con la estructura de clases y los procesos sociales. De
esta manera, sus seguidores contemplan las leyes y los castigos partiendo
de la base de la existencia de un sistema opresor y que fomenta la
desigualdad. La criminología crítica, por lo tanto, da especial importancia al
contexto del delito.

Cabe destacar, que, en su evolución dos han sido las etapas


fundamentales del desarrollo de la misma como lo son el origen de los
fenómenos de la desviación, y el desplazamiento del interés cognoscitivo
ambas resaltan la realidad del comportamiento desviado poniendo en
evidencia su relación funcional o disfuncional con las estructuras sociales,
con el desarrollo de las relaciones de producción y de distribución.

Teoría y técnica psicoanalítica.

La teoría psicoanalítica tiene su origen en la figura de Sigmund Freud, un


doctor vienés especializado en neurología y que a lo largo de su carrera
desarrolló diversas teorías y modelos explicativos respecto a la estructura de
la personalidad, el desarrollo humano y la psicopatología. Por lo tanto, todo
ser humano, tenga o no conocimiento de ello, ha elaborado su propia teoría
psicológica, su propia forma de interpretar el sentido de su conducta y de la
ajena. También nuestro paciente lo tendrán, y su teoría puede desempeñar
un papel significativo en la psicoterapia.

En consecuencia, una de nuestras principales tareas como terapeutas


reside en descubrir, dilucidar y abordar las teorías sobre la conducta humana
que se ha forjado el paciente. Esto, es obvio en el caso del paciente con
rasgo paranoides, pero también es válido para el paciente narcisista,
obsesivo, histéricos entre otras, los pacientes no solo pueden sufrir el efecto
de sus reminiscencias, sino también el de sus teorías.

Sin embargo, nosotros también podemos sufrir los efectos de la teoría


que aplicamos. Una teoría clínica puede distorsionar la correspondiente
observación y llevarla por un camino erróneo, y efectivamente ocurre. Es por
la razón que debe valorarse y fomentarse nuestro sentido crítico, y evitar que
en el campo de observación interfieran indebidamente ciertas teorías, cosas
que puede lograrse de varias maneras. Una de ellas es extraer la menor
cantidad de inferencias posibles. Lo que necesita en terapeuta no es una
amplia gama de teorías y puntos de vista, sino un único punto de vista
coherente, que no esté restringido por limites rígidos e impermeables.

Los aportes del pensamiento ortodoxo

Es imprescindible señalar, que el padre de ellos fue Sigmund Freud y una


de sus principales aportaciones es su revolucionaria forma de acercarse a
la subjetividad, de explicar el comportamiento humano y las causas de la
neurosis. Entre los principales aportes de Freud se encuentran los
siguientes: Eros y Tánatos son dos dioses de la mitología griega que Freud
utiliza para explicar los dos instintos básicos del ser humano.

Según Freud en todo ser humano actúan dos impulsos básicos


o pulsiones. Por un lado, está la pulsión de vida, a la que denomina Eros, y
por otro, la pulsión de muerte o Tánatos. Estos dos impulsos son la causa del
comportamiento de las personas. Así pues, asegura, en la sociedad actual,
son comunes las conductas autodestructivas y por la obtención de placer
inmediato a toda costa.

Otro aporte es, Yo, superyó y ello Freud habla de tres estancias en la
mente del ser humano: el yo, el superyó y el ello. El ello es la parte de la
mente humana donde se encuentran los deseos e impulsos. El superyó está
constituido por las normas sociales que actúan sobre los individuos desde la
infancia. Por último, el yo es la parte consciente, mediando entre las dos
otras estancias.

Así mismo, afirma que el desarrollo sexual de los individuos empieza en la


más tierna infancia, desde que el pequeño se alimenta de la leche de su
madre. Asegura que durante estas fases ciertos elementos podrían interferir
en este desarrollo provocando distintos traumas y fobias en la vida adulta.
Estas fases son: fase oral, fase anal, fase fálica, período de latencia y fase
genital.

Aunado a esto, se encuentra Alfred W. Adler otro de los autores del


psicoanálisis. influyó enormemente en el desarrollo de la psicología, creando
un sistema basado en la compensación. asegura que el complejo de
inferioridad se debe a posibles abusos, rechazos o burlas en la infancia. Por
otra parte, esta Carl Jung, y, su principal aportación al psicoanálisis es su
teoría del inconsciente colectivo, asegurando que los arquetipos presentes
en los mitos viven en el inconsciente colectivo, como una herencia del
pasado, y los utiliza para explicar la personalidad del ser humano.

La crítica al psicoanálisis ortodoxo

Las críticas a la teoría freudiana ortodoxa son muy conocidas: su carácter


de sistema cerrado, su organización de "escuela", con la consiguiente
intolerancia teórica, su vaguedad conceptual, su falta de definición empírica,
su oscilación incierta entre el uso simbólico y concreto de los vocablos.

La auto psiquiatría o psiquiatría alternativa

Alternativas a la psiquiatría: Siento que me estoy volviendo loco - ¿Qué


puedo hacer? ¿Dónde puedo encontrar ayuda confiable para un familiar, una
amiga, un amigo que tiene problemas? ¿Cómo puedo protegerme de
tratamientos psiquiátricos forzosos? ¿Cuáles son las alternativas viables a la
psiquiatría? ¿Por qué las alternativas a la psiquiatría son tan importantes?
Todas estas son preguntas, con las que estoy tratando desde hace más de
30 años.

La psiquiatría común sostiene que para personas en severa crisis psíquica


no existen alternativas a los tratamientos psicofarmacológicos; y para
mantener de pie esta afirmación, se desentiende de las posibles alternativas
institucionales que sí existen. Pues los enfoques como Soteria, Diabasis,
Refugio de Crisis o Diálogo Abierto ayudarían a reducir y evitar la violencia
psiquiátrica y la prescripción de psicofármacos y a superar en forma
sostenible las crisis.

Por supuesto que se requiere también de enfoques de autoayuda y


medidas estructurales como el involucramiento de personas afectadas tanto
en la investigación como también en la doctrina y, sobre todo, debe
mejorarse la situación legal de usuarios y sobrevivientes de la psiquiatría, por
ejemplo, mediante declaraciones de voluntad anticipadas y la puesta en
práctica de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad.

Presentación, Noción, Postulados Fundamentales.

En la formulación de la teoría del delito ha transitado por diversas fases


del proceso socializador que ha marcado a la humanidad, aun en la época
actual permanece activo el debate filosófico que pretende establecer la razón
que dinamiza la construcción del tipo en la ley penal.

La tarea de mayor importancia y cuidado que plantea la teoría general del


delito es precisamente establecer un concepto apropiado de delito, que
pueda ser incluido dentro de un sistema común de reglas, que integre los
diversos aspectos jurídicos que determinan la estructura lógica operativa de
las normas de naturaleza penal.
De esta forma, la teoría del delito pretende establecer un sistema de
elementos característicos, comunes y diferenciados, que dan forma al
derecho positivo. La teoría del delito es producto del pensamiento ilustrado
de la doctrina jurídico penal, se nutre de la dogmática para establecer los
principios de acción básicos y la debida articulación de los elementos que la
forman.

Del estudio de las diversas épocas, se encuentra que existen


características comunes en los planteamientos formulados a la teoría del
delito, en cuanto a la construcción del tipo penal y otras que efectivamente
determinan o diferencian los tipos delictivos unos de otros. Por ejemplo: un
asesinato es algo distinto a una estafa y esta se distancia del hurto; cada uno
de estos tipos penales presentan peculiaridades distintas y tienen asignadas,
en principio, penas de diferente gravedad. Sin embargo, tanto el asesinato,
como el hurto o la estafa tienen características que son comunes a todos los
delitos y que constituyen la esencia del concepto integrador que de forma
general determinan la estructura del tipo penal.

Noción

La primera tarea que enfrenta la teoría general del delito es la de dar un


concepto de delito que contenga todas las características que debe tener
para ser considerado como delito y ser sancionado en consecuencia, con
una pena. Para ello, se debe partir del derecho penal positivo, ya que todo
intento de definir el delito al margen del derecho penal vigente, implica
situarse fuera del ámbito de lo jurídico, para entrar al área de la filosofía, la
religión, la moral o la política.

Desde el punto de vista formal, el delito puede definirse, según el artículo


1 del Código Penal venezolano, como el hecho que la ley prohíbe con la
amenaza de la imposición de una pena. En consecuencia, delito es toda
conducta que el legislador sanciona con una pena, por tanto, es
consecuencia directa del principio de legalidad penal, que establece el
“nullum crimen sine lege”, que rige el moderno derecho penal.

Es así como, la idea del delito toma su origen en la ley penal, entre la ley
penal y el delito existe un nexo indisoluble, pues el delito es propiamente la
violación de la ley penal, para ser más exactos, la infracción de una orden o
prohibición impuesta por la ley; en consecuencia, delito será todo hecho al
cual el ordenamiento jurídico penal le adscribe como consecuencia, una
pena. Impuesta claro está, por la autoridad judicial luego de cumplido con
todas las exigencias que impone el debido proceso.

Esta definición debe ser complementada por una noción que haga
referencia al contenido del hecho que se denomina delito. En el plano
sustancial, el delito ha de entenderse como un hecho, que en sí mismo o por
su forma, lesiona intereses fundamentales de la sociedad, intereses que se
consideran básicos para la existencia, conservación y desarrollo del
conglomerado social.

Postulados fundamentales

En primer lugar, La teoría Clásica: El causalismo positivista, se pretende


plantear el delito y la responsabilidad como datos positivos, y realidades
físicas explicadas mediante la mera causalidad y no la libertad (Franz Ritter
von Liszt, 1851‐1919).

En segundo lugar, La teoría positivista: Ante la insuficiencia del enfoque


causalista, se recurre a punto de vista denominado positivismo, atentos a los
valores que se hallan presentes en los diversos elementos de la acción
humana, la libertad, la culpabilidad como reproche, tal como fue formulado
por el alemán Gustav Radbruch en su obra de (1878‐1949), y apoyado por
Edmund Mezger (1883‐1962).
En tercer lugar, Escuela Finalista: tras la segunda guerra mundial, el
redescubrimiento de que la acción humana se encuentra gobernada por la
idea de finalidad buscada por el agente, idea que sirve para replantear el
orden de las categorías de la teoría del delito, e ir dotándolas de nuevo
contenido. Es así, como surge la corriente denominada finalista inaugurada
por Hans Welzel (1904‐1977), y Reinhart Maurach.

En cuarto lugar, Escuela Funcionalista: Desde los años setenta del pasado
siglo, y hasta ahora, ha dominado fundamentalmente en todo el mundo, el
panorama doctrinal del enfoque finalista, delimitando el esquema y orden de
las categorías del delito, combinados con teorías más avanzadas pero
complementarias como el funcionalismo.

Teoría clásica del delito: Fueron muchos los penalistas afiliados a las
teorías sostenidas por la Escuela Clásica, que pretendieron formular
conceptos filosóficos del delito, con la intención de universalizar o
sistematizar su implementación de modo tal que sirva en todo tiempo y en
todo lugar para determinar cuándo un acto tiene carácter delictivo.

Enfoque sociológico

Encuentra sus bases filosóficas en el derecho natural, negando la tesis del


contrato social, afirma que el derecho es innato al hombre porque es dado
por Dios, por lo tanto, el hombre debe vivir conforme a la ley natural, pero
ésta no es suficiente, el hombre acepta leyes hechas por él, y para que estas
leyes sean cumplidas necesita un conjunto de normas sancionadoras, que
establezcan el orden humano en cuanto a la siguiente prelación:

Leyes de Dios.
Leyes del Hombre
Leyes Sancionatorias.

Los filósofos que influyeron en la Escuela Clásica fueron Immanuel


Kant y Georg Wilhelm Friedrich Hegel, el primero sostenía que nunca se
debe tratar a nadie como simple medio, sino como fin en sí mismo. El
segundo decía que el delito es la negación del derecho; la pena es la
negación del delito o sea la afirmación del derecho. Para la teoría clásica, la
técnica penal, pretende encontrar los elementos que matemáticamente
identifiquen al delito, para establecer como consecuencia la imposición de la
pena, de allí surgen las diferencias entre autor, coautor, cómplice en el
concurso de delitos y personas.

El concepto de delito para la escuela clásica señala que es un ente


jurídico previsto en la norma jurídica y no un fenómeno social, es
denominado infracción, se valora por el resultado de un acto externo del
hombre. El acto externo humano, se refiere a que no pueden ser
sancionables aquellos actos internos o pensamientos que pueda tener un
hombre, como entidad consiente y abstracta. La teoría positivista establece
como acto positivo o negativo, a aquellos que se refiere a las acciones y
omisiones, las acciones son positivas y las omisiones negativas.

Es considerado moralmente imputable, cuando el hombre comete un delito


movido por su libre albedrio. La teoría clásica considera que el acto es
políticamente dañoso, cuando se refiere a que se ha cometido por el hombre,
en franca violación de los derechos de otras personas, perjudicando a toda la
sociedad. Se tiene al delincuente como un ser normal, que obra con
inteligencia y voluntad propia, dotado de libre albedrio que viola la ley y es
castigado por su acto y no por su responsabilidad.

La Pena en consecuencia representa el medio con que cuenta el Estado


para reaccionar frente al delito, expresándose como la "restricción de
derechos del responsable". La pena repara la ofensa a la sociedad y el fin
que persigue no es otro que el de restablecer el orden jurídico perpetuado de
la sociedad.

Periodo Filosófico: Estudia el ius puniendi del Estado, el concepto y


finalidad de la pena, el fundamento de los delitos, el principio de legalidad, en
este periodo se destacan autores como: Cesare Beccaria, Juan Domingo
Romagnosi y Giovanni Carmignani.
Periodo Matemático: La pena debe ser proporcional al delito, el daño
de la pena debe ser matemáticamente igual al tipo de delito, sus mayores
exponentes fueron Juan Domingo Romagnosi, Francisco Carrara y Franck
Enrique Pessina.
Periodo Jurídico: Los principios doctrinales son trasladados a la
legislación positiva, su mayor exponente es Luis Luchinni.

En este sentido, se incorpora al positivismo las indagaciones en el terreno


sociológico que realizó Enrique Ferri (1856- 1929), quien plasmó sus
doctrinas en su obra capital “Sociología Criminal”, publicada en 1881. Sus
ideas eran de origen sociológico, y se debe a él la consideración del delito no
solo como un ente natural, sino también social.

Las causas del delito.

Existencia de características que predisponen al delito.

Existen determinadas características y rasgos bio-psicológicos que


pueden hacer que los individuos tengan predisposición al delito. Entre éstas
se encuentran una baja activación del sistema nervioso autónomo y leve
actividad del lóbulo frontal. También, la presencia de lesiones craneales
puede hacer que las personas tengan inclinación por hechos castigados por
la ley y mal vistos por la sociedad en general.

Aprendizaje de la delincuencia.

Sí, la delincuencia se aprende, específicamente el comportamiento


delictivo. Este aprendizaje negativo puede desarrollarse a raíz del
crecimiento en entornos donde existen definiciones y referencias favorables
al delito, o por la imitación de personas modelos (padres, tíos, jefes y otros
individuos en situación de autoridad) con comportamiento pro-delictivo, entre
otras cosas.
Reacciones a vivencias individuales de estrés y tensión.

Diferentes casos de crímenes lamentables, como feminicidios, agresiones


físicas y robos con intimidación, tienen como denominador común que el
delincuente se sintió motivado a generar el daño a raíz de sentimientos de
ira, venganza, ansiedad o desprecio. Esto hace referencia al impulso que
puede sentir una persona por delinquir a raíz de experiencias individuales
negativas y de determinadas vivencias. Cabe destacar que este impulso
puede sentirlo un individuo que no haya aprendido el comportamiento
delictivo ni que cuente con características bio-psicológicas que lo
predispongan al mismo.

También, la teoría del delito refleja que la acumulación constante de


estrés, producto de relaciones y situaciones conflictivas, genera un alto nivel
de tensión, que alguno de los involucrados puede intentar aliviar
impulsivamente a través de una agresión o hecho que sea considerado
delito. Esta realidad invita a reflexionar sobre la importancia de construir
relaciones interpersonales sanas y de fomentar el respeto, la tolerancia y la
fraternidad.

Hechos traumáticos y negativos durante la infancia y juventud.

Una de las ramas asociadas a la psicología criminal es la criminología del


desarrollo. Esta nos dice que la carrera delictiva tiene una relación directa
con el desarrollo del individuo durante su infancia y adolescencia. En muchos
casos, las personas que cometen crímenes no tuvieron como modelos a
delincuentes ni crecieron en lugares en los cuales estos actos fueran
valorados positivamente, pero sí experimentaron situaciones y hechos que lo
impactaron negativamente desde el punto de vista mental y emocional.

Debido a esta teoría de los factores que impulsan a cometer delitos, como
método de prevención la criminología recomienda la evaluación y el
diagnóstico mental de niños y jóvenes que hayan experimentado situaciones
traumáticas. De esa manera, se pueden aplicar terapias e intervenciones con
sentido humano y psicológico, que ayuden a corregir desviaciones de la
conducta y elementos que les hagan proclives al delito en el presente o en el
futuro.

La victima.

La victimología curiosamente es fundada por un judío, y, Beniamin


Mendelsohn es el primero, en el año 1946, en utilizar la palabra Victimología
y en señalar la necesidad de un estudio científico de la víctima del delito,
atrae la atención sobre la víctima, cuestionando el desinterés con que ha
sido tratada y señalando que no se puede hacer justicia sin tomarla en
cuenta. Estudia desde la víctima inocente a la víctima culpable,
comprendiendo su tipología: a) La víctima totalmente inocente. b) La víctima
por ignorancia. c) La víctima es tan culpable como el delincuente d) La
víctima es más culpable que el autor (víctima agresora, simuladora,
imaginaria).

Según el Código Orgánico Procesal Penal, la protección y reparación del


daño causado a la víctima del delito son objetivos del proceso penal. El
Ministerio Público está obligado a velar por dichos intereses en todas las
fases. Por su parte, los jueces garantizarán la vigencia de sus derechos y el
respecto, protección y reparación durante el proceso. Asimismo, la policía y
los demás organismos auxiliares deberán otorgarle un trato acorde con su
condición de afectado, facilitando al máximo su participación en los trámites
en que deba intervenir.

La política criminal.

Se concibe como una sección de la política pública destinada a la


planificación, ejecución y control de lineamientos preventivos y represivos en
la lucha de la criminalidad. La superación de los obstáculos empieza por
mostrar una verdadera voluntad política; generando acciones concretas,
certeras, planificadas y pertinentes en torno a las políticas públicas
gubernamentales en todas sus aristas, sin exclusiva referencia al sistema
penal.

Dentro del sistema venezolano, la política criminal ha de ser considerada


como aquella política pública que debe desarrollar de manera permanente y
sistemática el Estado, como una función de gobierno, que tenga como objeto
la formación de planes y el desarrollo de programas estratégicos, dirigidos a
controlar y minimizar la criminalidad, valiéndose para ello de todos los
instrumentos legales operativos, institucionales, sociales y de participación
ciudadana, que, por ser pertinentes le permitan prevenir, criminalizar,
perseguir y sancionar a los agentes del delito, de acuerdo con su grado de
responsabilidad penal.

La pena.

El código clasifica las penas en corporales o restrictivas de la libertad, y no


corporales; y en principales accesorias. Las penas denominadas corporales
limitan en cierto sentido este atributo fundamental del hombre implicando su
internación en sitios de reclusión o su reducción a determinado sitio o lugar
en tanto que las no corporales, suponen en su mayoría la restricción de otros
derechos, aunque también pueden afectar la libertad del sujeto.

Por su parte, las denominadas penas principales son las que la ley aplica
directamente al castigo del delito, como lo expresa textualmente el Art. 11 del
Código en tanto que las accesorias son aquellas que la ley trae adherente a
la principal ya sea en formas necesarias o imprescindibles o en forma
accidental. El carácter de pena principal es exclusivo de las penas corporales
y de las no corporales de multa, caución, de no ofender o dañar,
amonestación apercibimiento.

La Constitución de 1961 reafirma estos principios humanitarios al


prescribir la pena de muerte, las penas perpetuas e infamantes y cualquier
tortura o sufrimiento físico o moral a persona alguna. Por tanto, se trata de
penas restrictivas de libertad, que como tales afecten en mayor o menor
medida la libertad del sujeto impidiendo u obstaculizando su desplazamiento
e implicando la mayoría de ellas la internación en sitios de reclusión
penitenciaria. Las Penas No Corporales estas penas no afectan directamente
la libertad del sujeto, sino más bien otros derechos de naturaleza primordial o
de otro orden. Estas penas se encuentran establecidas en el Art. 10 del
Código Penal.

Criticas del derecho penal propiamente.

La crítica jurídica busca la reflexión, desde postulados progresistas y de


corte social, de los sistemas jurídicos a partir de sus expresiones lingüísticas.
El uso alternativo del derecho representa, como política jurídica, la
cristalización de las reflexiones críticas llevadas a la práctica. La propuesta
colide con leyes actualmente vigentes en nuestro país tales como: Ley
Contra la Corrupción, Ley Orgánica sobre Sustancias Estupefacientes y
Psicotrópicas, Ley contra los Delitos Informáticos, Ley Contra el Robo
y Hurto de Vehículos, y contra el mismo Código Penal recientemente
reformado por la misma Asamblea Nacional.

Con esto demuestran desconocer las fuentes del derecho penal y la más
elemental técnica legislativa, pero, lo que es más peligroso aún, demuestran
el riesgo latente de entregar en manos de inexpertos jurídico-penales la
posibilidad de reformar una de las leyes de mayor trascendencia para un
país democrático.

La mayoría de las normas que pretenden reformar ya fueron objeto


de aprobación por leyes previas. Se contradicen las penas para delitos más
graves con la de los delitos bases. No hay una derogatoria expresa de
leyes anteriores, ni tampoco se conoce dónde y cómo se impondría este
nuevo Título que se pretende incluir, que, por lo demás, no concuerda con el
contenido que expresa dentro del mismo.

No cabe duda que la reforma mal interpreta el derecho penal, mal forma la


dogmática jurídico penal, contradice los principios básicos del derecho,
atenta contra la libertad del individuo, castiga la disidencia política, obstruye
las posibilidades de una justicia imparcial y por ende se torna en inaplicable,
favoreciendo exclusivamente los intereses ambiguos de sus propulsores.

La propuesta del derecho penal mínimo (ultima ratio)

El Principio de mínima intervención o última ratio, es un criterio conforme


al cual la intervención del derecho penal, como ultima ratio, debe reducirse al
mínimo indispensable para el control social, castigando solo las infracciones
más graves y con respecto a los bienes jurídicos más importantes, siendo a
estos efectos el último recurso que debe utilizarse por el Estado. Por eso se
habla del carácter fragmentario y subsidiario del derecho penal.

Por consiguiente, se puede decir que, al ser un derecho fragmentario no


se protegen todos los bienes jurídicos, sino, solo aquellos que son más
importantes para la convivencia social, limitándose, además, esta tutela a
aquellas conductas que atacan de manera más intensa a aquellos bienes.
Además, al ser un derecho subsidiario que como ultima ratio, la de operar
únicamente cuando el orden jurídico no puede ser preservado y restaurado
eficazmente mediante otras soluciones menos drásticas que la sanción
penal.

Política criminal.

Es un conjunto de requisitos de punibilidad que se correlacionan y


ordenan a partir de un Código Penal, la misma, incluye los métodos
adecuados en sentido social para la lucha contra el delito. Cabe destacar,
que su finalidad es implementar proyectos humanísticos que contribuyan con
la reinserción social del delincuente.
En correspondencia con el principio de resocialización, cuando se aplique
la pena privativa de libertad, es necesaria la ejecución de una política
penitenciaria que sitúe al sancionado en el centro de su contenido,
adoptando las medidas imprescindibles para evitar la desocialización de los
reclusos, facilitarles la comunicación con el exterior y siempre contando con
su anuencia, propiciarles una adecuada preparación para su futura
reincorporación a la vida en libertad, mediante la concesión de permisos de
salida de los establecimientos penitenciarios por períodos cortos de tiempo.

Es decir, la aplicación de un tratamiento progresivo, que le permita


cambiar de régimen penitenciario, y pasar a condiciones carcelarias de semi
libertad, que le posibiliten obtener la libertad condicional, en el menor tiempo
posible, y reincorporarse a la sociedad. El principio de resocialización, debe
entenderse en el sentido que hemos explicado anteriormente, y no, como
sustitución coactiva de los valores del sujeto, ni como manipulación de su
personalidad, sino como un intento de ampliar las posibilidades de
participación en la vida social, una oferta de alternativas al comportamiento
criminal.

Sistema penal.

El Derecho penal mínimo implicaría, en sustancia, concebir al derecho


penal como la última alternativa (ultima ratio) a la que debería apelar una
sociedad para resolver los conflictos sociales; esa última alternativa, a su
vez, debería contemplar, desde el punto de vista procesal y constitucional, el
respeto más estricto a los derechos y garantías de los particulares.

También, debería restringirse en sus fines a la prevención especial,


tendiendo a la reintegración e inclusión social de los perseguidos y
condenados;  delimitar el horizonte de proyección de las penas y castigos
institucionales; sostener la previsibilidad y controlabilidad de los actos del
Estado a partir de concebir las funciones jurisdiccionales como acotantes del
poder punitivo; y articular la mayor cantidad posible de alternativas a la pena
de prisión, especialmente estrategias de negociación, mediación y otros
dispositivos de justicia restaurativa y/o transicional.

En última instancia, el Derecho penal mínimo encuentra su razón de ser


en la evitación de la venganza privada y pública, que no es otra cosa que la
guerra de todos contra todos, una especulación que puede conducir a pensar
al derecho penal como la protección del más débil contra el fuerte, antes que
como una superestructura formal destinada a reproducir las relaciones de
poder y dominación, que debe ser legitimada únicamente mientras la
estructura injusta de las sociedades imperiales y la relación de fuerzas
sociales desfavorable no indique que ha llegado la hora de la abolición del
sistema penal.

Los Derechos Humanos.

En relación a ellos se puede decir, que es un tema identificado, pero poco


revisado dentro de la Criminología. Los mismos, ayudan tanto para la
identificación de conductas antisociales al reconocer su violación, como para
la prevención social del delito. Sin duda, actualmente los gobiernos han
puesto mucha atención al respeto de los Derechos Humanos, pero a la vez
son lo más concurrido en cuanto a su violación y falta de respeto. Por su
parte, Mario Arroyo Juárez citado por la cita electrónica
Derechoycambiosocial(Derecho, Filosofia, Etica) señala que:

La violación a los Derechos Humanos es por parte de los Gobiernos. A la


Criminología se le ha dado la labor de observar principalmente los delitos
tipificados en los códigos penales, algunos otros observan los trastornos de
la personalidad y casi ninguno mira a los Derechos Humanos, cuando desde
la perspectiva de esta obra, los Derechos Humanos serán fundamentales y
rectores para la evolución de toda la sociedad y a la vez, las bases para toda
política pública, que al interés criminológico, el buen diseño e
implementación de éstos, conduce a evitar la criminalidad y al guerra, si una
sociedad se encuentra en éstas situaciones, no puede vivir, no hay armonía,
obsérvese los casos de los países con guerra o con regímenes políticos muy
rígidos, no logran progresar.

Concluyendo que, el hecho de violar los Derechos humanos conlleva a la


vulnerabilidad de la dignidad de las personas quienes por el simple hecho de
existir tienen derechos, los cuales deben ser respetados por el Estado, sus
autoridades y todos y cada uno de nosotros. Estableciendo, que cuando el
Estado vulnera y daña los de otros por consecuencia de rencillas de origen
político o religioso, se genera el tan llamado violación de los derechos
humanos.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Arroyo Juárez, Mario, “Derechos Humanos y Criminología: un vínculo


ignorado”, Economía, Sociedad y Territorio, enero-junio, Vol. III, núm.
11, México. DERECHO Y CAMBIO SOCIAL (derecho, filosofía, ética)
Freud, S. Introducción al psicoanálisis. Ed. Alianza. 2011
Freud, A. El yo y los mecanismos de defensa. Ed. Paidós. 2018
Fuente electrónica: https://derecho-penal.jimdofree.com/penal-i/tema-5/
Fuente electrónica: https://unea.edu.mx/blog/index.php/psicologia-criminal/
Fuente electrónica: Buenastareas.com
Fuente electrónica: Clubensayos.com
Fuente electrónica: Pensamientopenal.com
Fuente electrónica: Scribd.com
Jiménez, F. Complejo de inferioridad (Enfoque terapéutico y psico-
educativo): Teoría y práctica de la psicología individual de Alfred Adler.
Ed. Independently published. 2018
Jung, C.G. Recuerdos, sueños, pensamientos. Ed. Seix Barral. 2021

También podría gustarte