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Presentación
CÉSAR NAKAZAKI SERVIGÓN
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JUICIO ORAL
Lo nuevo del Código Procesal Penal de 2004
sobre la etapa del juicio oral
GACETA
Instalación de la audiencia
1. Fase inicial Alegatos preliminares
Pregunta al acusado sobre su conformidad con la acusación
Alegatos finales
3. Fase final Deliberación y votación de la sentencia
Sentencia
En ese sentido, cada vez que se estudie una fase o institución en concre-
to del juicio oral comenzaremos desde la perspectiva doctrinal (para ser
más exactos, teórico-práctica, pues se brinda al lector casos prácticos
que pueden hacer más entendible el soporte teórico que se brinda), la
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En ese sentido, la fase inicial del juicio oral, desde la perspectiva teórico-
práctica, está estructurada de la siguiente forma:
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## Caso práctico Nº 1
A Juan se le acusa el haber asesinado a César; para ello, el
Ministerio Público, luego de las investigaciones, ha formulado acu-
sación y el juez de la investigación preparatoria, previo auto de en-
juiciamiento, ha remitido los actuados al juzgado penal correspon-
diente, a fin de que este realice el juicio oral. En ese orden de ideas,
para saber quién es el juzgado penal que realizará el juzgamiento,
basta con revisar el Código Penal y ver cuál es la pena con el que
está sancionado el delito asesinato. Al respecto, el artículo 108 del
Código Penal sanciona el asesinato con una pena no menor de
quince años (extremo mínimo) ni mayor de 35 años (extremo máxi-
mo). Frente a ello, se debe observar el extremo mínimo de la pena
y, en este caso, como el extremo mínimo supera los seis años de
pena privativa de la libertad, el juicio oral corresponderá a un juz-
gado colegiado.
##Caso práctico Nº 2
A César se le acusa haber cometido el delito de estafa en agravio
de Luis. Igualmente, se remiten los actuados al juzgado penal que
llevará a cabo el juzgamiento. Para identificar el respectivo juzga-
do penal basta con ir al Código Penal y ver la pena con la que se
sanciona el delito de estafa. Así, según el artículo 196 del Código
Penal, la estafa está sancionada con una pena no menor de un año
(extremo mínimo) ni mayor de seis años (extremo máximo). Por
ende, como el extremo mínimo de la pena, no supera los seis años,
será el juzgado unipersonal el que realice el respectivo juicio oral.
Por otro lado, son juzgados unipersonales o tribunales de juicio oral uni-
personal aquellos constituidos por un solo magistrado, el cual tiene la com-
petencia, como se ha indicado en los párrafos anteriores, para conocer el
juicio oral para aquellos delitos no graves, teniendo todas las facultades de
dirección del debate, disciplinarias y discrecionales. Y emitirá, al concluir el
debate oral, la respectiva sentencia, la cual al ser impugnada se elevará a
la sala o tribunal superior de justicia para que resuelva la impugnación.
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Por otro lado, son juzgados colegiados o tribunales de juicio oral cole-
giados aquellos constituidos por tres magistrados, de los cuales uno de
ellos es presidente. Estos juzgados tienen la competencia para conocer
el juicio oral de aquellos delitos graves, teniendo la finalidad de resolver
el conflicto sometido a su decisión a través de un método cognoscitivo
como es el juicio oral y público (máximo derecho del imputado)[154].
Ahora bien, cómo es que llegan los actuados hasta el juzgado encargado
de realizar el juicio oral. Al respecto, debemos remontarnos a la etapa
procesal previa al juzgamiento, esto es, a la etapa intermedia en la que se
realiza una audiencia que en la legislación comparada recibe diferentes
nombres; así tenemos: audiencia preliminar, audiencia de control de la
acusación o audiencia preparatoria del juicio.
[154] Cfr. CERDA SAN MARTÍN, Rodrigo. El juicio oral. Metropolitana, Santiago de Chile, 2003, p. 24.
[155] Cfr. CAROCCA PÉREZ, Alex. “Etapa intermedia de preparación del juicio oral en el nuevo proceso penal chileno”.
En: Ius et Praxis, vol. 5, N° 2, Talca, p. 138.
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Ahora bien, toda esta labor de determinación tanto de los hechos materia
del juicio oral como de las pruebas a ser actuadas, incluso las convencio-
nes probatorias que las partes hayan acordado, deben reflejarse en una
resolución emitida por el juez de garantías, denominado auto de enjuicia-
miento. Así, este auto deberá contener: a) el nombre de los imputados
y de los agraviados, siempre que en este último supuesto hayan podido
ser identificados; b) el delito o delitos materia de la acusación fiscal, con
indicación del texto legal y, si se hubiere planteado, las tipificaciones al-
ternativas o subsidiarias; c) los medios de prueba admitidos y, de ser el
caso, el ámbito de las convenciones probatorias; d) la indicación de las
partes constituidas en la causa; y e) la orden de remisión de los actuados
al juez encargado del juicio oral.
[156] Cfr. CASANUEVA REGUART, Sergio. Juicio oral. Teoría y práctica, Porrúa, México, 2008, p. 117.
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juicio oral
3. El inicio de la audiencia
La audiencia del juicio oral es el momento en que el tribunal oral demues-
tra su eficiencia y capacidad de respuesta. Es en este momento en que
los jueces de lo oral distribuyen su trabajo para efectuar una adecuada
recepción del debate propuesto por las partes (teoría del caso) y del ma-
terial probatorio que se produzca[157].
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Ahora bien, la fase inicial de la audiencia del juicio oral se divide en tres ac-
tos: (a) instalación de la audiencia; (b) alegatos iniciales; y (c) pregunta sobre
la conformidad del acusado con los términos de la acusación del Ministerio
Público. A continuación, desarrollaremos cada uno de estos tres pasos.
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TESTIGOS Y PERITOS
MAGISTRADO O MAGISTRADOS
ACUSADO
MINISTERIO PÚBLICO ABOGADO DEFENSOR
PÚBLICO
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TESTIGOS Y PERITOS
MAGISTRADO O MAGISTRADOS J
U
R
MINISTERIO PÚBLICO Y LA VÍCTIMA O SU ABOGADO ACUSADO Y SU ABOGADO DEFENSOR
A
D
PÚBLICO O
Modelo norteamericano
[159] La fase de alegatos preliminares no están presentes en todos los juicios orales de Latinoamérica. Así, en el caso
de Cuba, una vez instalada la audiencia, el presidente pasará a disponer la lectura de las conclusiones provisio-
nales del fiscal y de la defensa. Esta lectura la realiza el secretario. En lo que respecta al escrito acusatorio, se
lee el relato de los hechos y la calificación del delito y sus circunstancias, reservándose la lectura del escrito de
oposición de la defensa para cuando esta así lo solicite, pues en muchos casos esas conclusiones se limitan a
exponer que se encuentra inconforme con las correlativas del Ministerio Público, sin detallar las diferencias. En
otros casos el secretario se circunscribe a decir que la defensa formuló conclusiones oponiéndose a las del fiscal.
Para mayores detalles, consúltese: BODES TORRES, Jorge. El juicio oral en Cuba, Fenaje, Quito, 2007, p. 206.
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[160] Cfr. BAYTELMAN, Andrés; DUCE, Mauricio. Litigación penal, juicio oral y prueba, Fondo de Cultura Económica,
México D.F., 2005, p. 51.
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es durante los alegatos iniciales o preliminares que ocurre una vez insta-
lada la audiencia del juicio oral.
Sin embargo, el artículo 371 del texto adjetivo colombiano omite mencio-
nar la exposición de la teoría del caso durante los alegatos iniciales; regu-
la de tal forma la primera exposición de las partes durante el juzgamiento
que conllevó a que los abogados piensen que están ante la tradicional
figura de los alegatos, la cual se puede realizar sin ninguna estrategia ni
metodología comunicativa.
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En efecto, sería iluso pensar que los abogados, horas o días antes del
inicio del juicio oral recién realizarán los tres niveles de análisis que com-
prende la teoría del caso, es decir, recién elaborarán por primera vez sus
preposiciones fácticas, la selección de la teoría jurídica, la subsunción de
las preposiciones a cada elemento de la teoría jurídica seleccionada y la
identificación de las evidencias que den certeza a las proposiciones.
Esta forma de trabajar daría un cero de utilidad práctica, por las siguien-
tes razones: 1) si en las etapas procesales anteriores, el abogado no ha
tenido un plan estratégico que desarrollar y anduvo a “ciegas”, entonces
no habrá obtenido provecho alguno de la dinámica tanto de la investiga-
ción como de la fase intermedia; 2) si por primera vez el abogado elabora
un análisis estratégico faltando poco tiempo para el inicio del juicio oral,
este puede correr el riesgo de ser incompleto o incoherente, y posible-
mente presentar tantos cabos sueltos en contra de la credibilidad de su
versión que hubiera preferido hacer el análisis tiempo antes para poder
completarlo o fortalecerlo; 3) nuestra antigua praxis forense nos ha de-
mostrado la falta de preparación y conocimiento de aquellos abogados
que por la premura de brindar sus alegatos en el juicio oral brindan una
serie de argumentos inconexos, ambiguos, que presentan más de una
explicación[161] o, peor aún, sin ninguna base fáctico-normativa. Hay que
insistir que no estamos en la misma lógica de los alegatos propios del
juicio oral, sino en la elaboración, recolección de elementos, depuración
y exposición de una estrategia.
Ello obliga a diferenciar la teoría del caso que cada parte pretende co-
municar al juzgador del momento procesal para hacerlo, esto es, los ale-
gatos preliminares. Ahora bien, hay textos adjetivos que a la hora de
redactar este momento procesal lo hacen en forma confusa.
[161] Es recomendable que se tenga una sola teoría del caso que se pueda comprobar durante el juicio. Múltiples varia-
ciones de acontecimientos no convencen y denotan una falta de preparación por parte del abogado, la carencia de
un plan estratégico (con el que se debería contar desde el comienzo del proceso penal), del mismo modo que una
mala comunicación con el juez de conocimiento que va a resolver el caso.
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[162] Cfr. BERGMAN, Paul. La defensa en juicio. La defensa penal y la oralidad. 2ª edición, Abeledo-Perrot, Buenos
Aires, 1995, p. 234.
[163] Ibídem, p. 238.
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[164] Para graficar lo dicho, piénsese en los Estados Unidos. Según un informe de CNN, del 17/10/2006, se estimó
que la población en aquel país bordea los 300 000 000 de habitantes. Piénsese que el 1% estén involucrados
en procesos penales, cuyas causas lleguen hasta la etapa del juzgamiento. En ese sentido, habrían 3 000 000
de audiencias de juicio oral, cantidad que obviamente el sistema no puede soportar. No obstante, en aquel país,
donde tienen un gran desarrollo las técnicas de litigación oral, no todas las causas llegan a juicio, porque las partes
optan por acogerse a un mecanismo alternativo de solución del conflicto penal. Ese tipo de pensamiento puede ser
recogido y adecuado a la realidad latinoamericana, como apoyo a la sobrecarga procesal que ya experimentamos.
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Si son varios los acusados y solamente admiten los cargos una parte de
ellos, con respecto a estos últimos se aplicará el trámite previsto en este
artículo y se expedirá sentencia, continuando el proceso respecto a los
no confesos.
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Por ende, si la defensa tiene como estrategia aceptar los cargos y la pena
solicitada por el fiscal, sin percatarse, por ejemplo, de la atipicidad de
los hechos, el juez deberá intervenir, aun en contra de la voluntad de las
partes, porque se estaría afectando al principio de legalidad si se impone
una pena a un hecho no calificado como delito en la ley penal.
Al respecto, cabe comentar que esta disposición aleja toda duda sobre
una supuesta indefensión al actor civil dado que en el juego de la nego-
ciación cabe la posibilidad de que se haya convenido un monto de repa-
ración civil exiguo, vejatorio para la víctima. Ante ello, basta con que la
víctima u ofendida, constituida en actor civil, observe el monto de repara-
ción civil convenido entre la fiscalía y la defensa, para que el juez dilucide
esa cuestión en amparo de cualquier interés vulnerado.
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