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Diferencias entre proceso ordinario y proceso ejecutivo

Ya sea por necesidad propia o la de un conocido, todos alguna vez hemos tenido o tendremos la
necesidad de recurrir ante la justicia para interponer una demanda. Todo con la intención de
resolver esa situación que nos aqueja. Saber distinguir que tipo de acción adelantar es básico para
que lo que pretendemos con la demanda prospere.

A continuación, te explicaremos qué es un proceso ordinario y qué es un proceso ejecutivo, y las


diferencias entre uno y otro.

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¿Qué es un proceso ordinario?

El proceso ordinario es el proceso básico y amplio que debe seguirse cuando la ley no asigna un
procedimiento distinto, y que busca el reconocimiento de un derecho. Entonces, acorde al artículo
396 del código de procedimiento civil se dará trámite vía proceso ordinario si no existe un
procedimiento específico: abreviado, verbal, ejecutivo.

¿Cuáles son las características del proceso ordinario?

Es un proceso común, pues está diseñado para controversias generales y no específicas

Es un proceso contencioso y no voluntario

Es un proceso tipo, del cual los demás procesos son variaciones o adaptaciones de este

¿Qué debo hacer si quiero iniciar el proceso ordinario?

Para empezar con la acción ordinaria se exige en algunos asuntos realizar la conciliación de forma
anticipada, esto como requisito de procedibilidad. Una vez realizado el trámite de conciliación y de
no haber prosperado, se presentará la demanda con los requisitos de ley e iniciar el trámite
procesal.

¿Qué es un proceso ejecutivo?

El proceso ejecutivo es aquel que busca ejecutar al deudor que incumplió su obligación, que debe
estar plasmada en un documento que contenga una obligación clara, expresa y exigible; que
provenga del deudor y que preste merito ejecutivo. Lo encontramos en el artículo 422 del código
general del proceso.
¿Qué es mérito ejecutivo?

El mérito ejecutivo se presenta cuando la obligación contenida en un documento se incumple, y el


acreedor puede hacer exigible el pago por vía judicial, a través del proceso ejecutivo.

¿Cuál es la diferencia entre el proceso ordinario y el proceso ejecutivo?

Podríamos indicar que la principal diferencia entre uno y otro es que, en los procesos ordinarios se
busca la declaración de un derecho, ya que no se tiene la certeza de este. Además la pretensión es
discutible pues sus controversias son generales y no específicas.

A diferencia del proceso ejecutivo, donde la controversia está determinada en un título valor, no
se busca la declaración del derecho, pues el deudor reconoce su obligación. Se busca es la
cancelación de la deuda, pues esta es indiscutible y reconocida.

Proceso Ordinario

El proceso ordinario es aquel que permite la resolución de conflictos de orden laboral, siempre
que no se haya iniciado un tratamiento especial por parte de la norma procesal laboral; éstos
pueden ser de dos tipos: de única instancia y de primera instancia, los cuales se identificarán y
clasificarán por el valor objetivo que tiene el proceso. Este objetivo se define por dos variables que
son, la naturaleza del asunto y la cuantía por la que se ha instaurado el proceso.

En la naturaleza del asunto, no existen variables que indiquen distinciones precisas, a diferencia de
la cuantía, con respecto a la cual la normatividad ha señalado montos mínimos. En la Ley 712 del
2001 se determinó que para aquellos procesos laborales en los que las pretensiones económicas
sean iguales o inferiores a diez (10) smmlv, se debe tramitar un proceso de única instancia, a
diferencia de aquellos de cuantía superior a diez (10) smmlv en los cuales lo indicado es tramitar
un proceso de primera instancia; dicha cuantía mínima fue modificada con la Ley 1395 del 2010
indicando que la cuantía mínima sería aquella igual o inferior a veinte (20) smmlv.

Los procesos ordinarios laborales, que posean las características para consagrarse como de única
instancia se pueden tramitar ante jueces municipales denominados ‘de pequeñas causas’; para las
zonas en las que no se encuentra esta figura, los procesos laborales de única instancia deben ser
atendidos por los jueces laborales; para los casos en los que no haya disposición de jueces
laborales ni jueces de pequeñas causas, estos procesos señalados deberán ser atendidos por
jueces civiles.
Una característica importante es que los procesos ordinarios de única instancia como lo es la
demanda pueden ser instaurados de forma verbal, y para interponer dicho recurso el afectado o
reclamante no requiere de la asesoría de un abogado, ya que, el recurso de ordinario de única
instancia se interpone directamente y no requiere de un proceso complejo. En cuanto a los
procesos ordinarios de primera instancia, se requiere obligatoriamente que dicho recurso se
interponga de manera escrita, aunque tampoco exige el acompañamiento de un abogado, excepto
en el caso en que el afectado lo considere pertinente.

“En los procesos ordinarios laborales se busca que el empleador o la parte señalada reconozca la
vulneración de un derecho o un beneficio propio del empleado” “En los procesos ordinarios
laborales se busca que el empleador o la parte señalada reconozca la vulneración de un derecho o
un beneficio propio del empleado”

En los procesos ordinarios laborales se busca que el empleador o la parte señalada reconozca la
vulneración de un derecho o un beneficio propio del empleado y, por tanto, se requiere de la
intervención de la parte judicial, con el objetivo de que se reconozca legalmente el derecho
imputado y, por ende, se resuelva la obligatoriedad de la otra parte a compensar la cuantía
requerida por el afectado.

Proceso ejecutivo

El proceso ejecutivo laboral tiene una característica fundamental; solo se puede tramitar en los
procesos en los que existe un derecho cierto, es decir, hay un documento con certificación legal
en el que se reconoce el derecho; por ende, el proceso ejecutivo hace referencia a un proceso
garante de efectuar la ejecución del dictamen legal, el cual puede tener diversos orígenes entre los
que se señalan:

Judiciales, emana de un juez, por medio de una sentencia.

Administrativos, decisiones emitidas por los funcionarios administrativos, tales como, el Ministerio
de Trabajo, por ejemplo, en los casos en los que impone multas a los empleadores por violar
normas reglamentarias, o las impuestas por el Servicio Nacional de Aprendizaje –SENA– a los
empleadores que incumplen con la obligación de contratar aprendices, etc.

Particulares, provienen del empleador o del trabajador, sin requerir la intermediación de alguna
autoridad, como el documento que contiene un contrato de transacción.

Mixtos, intervienen las partes y un funcionario público en ejercicio de sus funciones, como las
actas de conciliación.
Las características más relevantes del proceso ejecutivo laboral son: para iniciar dicho proceso se
requiere la constancia en un documento, la procedencia del documento debe ser del deudor o del
causante, o de una decisión judicial o administrativa y en este documento debe encontrarse de
forma expresa, la obligación, de forma clara, contundente y exigible.

En conclusión…

“El proceso ejecutivo se encuentra cimentado sobre un derecho que es cierto y sobre el cual no
versa ningún proceso de reconocimiento del mismo, sino que se requiere la exigibilidad,
cumplimiento o ejecución del derecho reconocido”

[su_pullquote]“El proceso ejecutivo se encuentra cimentado sobre un derecho que es cierto y


sobre el cual no versa ningún proceso de reconocimiento del mismo, sino que se requiere la
exigibilidad, cumplimiento o ejecución del derecho reconocido”[/su_pullquote]

El proceso ejecutivo se encuentra cimentado sobre un derecho que es cierto y sobre el cual no
versa ningún proceso de reconocimiento del mismo, sino que se requiere la exigibilidad,
cumplimiento o ejecución del derecho reconocido, pero que no se ha ejecutado; mientras que el
proceso ordinario es el proceso inicial en el que se pretende el reconocimiento del derecho; en
legislación laboral es el proceso que generalmente emprende un trabajador con la finalidad de que
la autoridad, que puede ser judicial, administrativa o particular, determine el acceso al derecho y
expida el documento que respalda el derecho a la exigibilidad del mismo. Con lo anterior se
denota que el proceso ejecutivo generalmente es posterior al proceso ordinario ya que en este se
propende por el reconocimiento del derecho; y en el ejecutivo, se busca la ejecución del derecho
reconocido en el proceso ordinario.

Para ilustrar…

Un empleado despedido sin justa causa, al cual el empleador no entrega indemnización por dicho
despido, se presenta ante un juez laboral con el objetivo de que este le reconozco su derecho a la
indemnización por despido sin justa causa. El empleado ha definido que la cuantía
correspondiente a su indemnización es igual a siete (7) smmlv, es decir que no supera el tope de
los veinte (20) smmlv; por tanto, se puede iniciar el proceso como un proceso de cuantía mínima,
ya que es un proceso ordinario de única instancia, lo cual le da el derecho al trabajador de
interponer el recurso demanda, de forma verbal y sin acompañamiento de una bogado.

Al culminar el proceso ordinario, las partes han realizado en primer momento una conciliación, en
la que el empleador pactó el compromiso de pagar seis (6) smmlv por motivo de indemnización, y
el trabajador ha aceptado dicho monto dado que corresponde al valor legalmente exigible de
acuerdo con el tipo de contrato y el tiempo laborado.
La conciliación tiene reconocimiento de cosa juzgada, puesto que constituye un documento legal,
en el cual está contenido el derecho exigible, indemnización por despido sin justa causa y la
cuantía a la que corresponde dicho derecho, seis (6) smmlv, en el acta se determina que el
empleador debe satisfacer dicha obligación.

Bajo el panorama, en el que el empleador se niegue a cumplir con la obligación pactada en el acta
de conciliación, el trabajador debe interponer un proceso ejecutivo, en el cual ya no se requiere el
reconocimiento del derecho, porque este proceso ya se realizó; por lo que propende dicho
proceso ejecutivo es por la exigibilidad de la obligación pactada en el documento expedido como
resultado del proceso ordinario, es decir, que el proceso ejecutivo tiene como finalidad que el
empleador realice el pago por el monto determinado mediante acta de conciliación.

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