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Actividad.

Elabora un texto argumentativo que defienda la siguiente idea: "La mujer


uruguaya a finales del Siglo XIX, no tenía derechos"

En este texto hablaré sobre la horrible situación de la mujer a finales del Siglo XIX en el
Uruguay.

Para comenzar, lo primero que hay que manifestar es que la mujer no era amparada por el
Estado, dado a que ni siquiera era concebida como ciudadana ante la Constitución de 1830;
por lo cuál ni siquiera se les ocurría que podían revelarse ante su situación de desigualdad.
Dicha Constitución no le otorgaba a la mujer ningún tipo de derechos, no podía votar ni ser
elegida, no poseía derechos civiles, no podía ser funcionaría pública, no tenía poder de
elección sobre su vivienda y tampoco podía cometer adulterio, etc.
La mujer en esa época era vista cómo una marioneta del hombre, era tratada cómo un
objeto el cuál debía acatar cada acción que se le ordenara. Esto más que nada es gracias a
la educación que recibía la propia mujer desde el primer instante que llegaba a este mundo,
lo que tenía como resultado una doctrina, dado que, apenas tenía uso de conciencia ya
recibía una enseñanza especial. Dicha educación se trataba de darle a la mujer y al
hombre, diferentes funciones dentro de la sociedad desde que eran niños. Ya que cuándo
los varones empezaban a crecer, se les imponía un labor en el que debían enfocarse y
dedicarse para seguir el resto de su vida, para después de esto, pudieran formarse
profesionalmente y ser el padre de su futura familia. En cambio, a la mujer desde que tenía
uso de memoria ya se le inculcaba la idea de que tenía que cumplir un función en particular,
la de ser ama de casa y madre de sus hijos. Debía ser suficiente para el futuro hombre que
la acompañe por el resto de su vida.
Para ser una dama ejemplar debía ocuparse de todas las tareas que estuvieran
relacionadas con la manutención del hogar y la educación de sus hijos "Hágase comprender
que es a la mujer a quien en primer término le está encomendado el cuidado interno de la
casa, y que sin la limpieza, el orden y economía no pueden existir contento ni tranquilidad
en el hogar." (programa de Economía Domestica, desde 1897 a 1914,pag. 55). Sumado a
eso, el prototipo de mujer debía de ser de una manera muy particular, tenía que ser
económica con el dinero que entraba a la casa por parte del marido, de tal manera que
pudiera economizar y distribuir de buena manera dicho dinero para que se pudiera utilizar
para un mayor número de cosas. Con esto podemos afirmar otra característica de la época,
y es que la mujer era dependiente del marido económicamente dado a qué era muy difícil
que ella trabaje fuera del hogar. Para que eso se diera, seguramente debía de quedar viuda
y tener la necesidad de subsistir por sí misma, cosa que no era normal además de estar mal
visto. El único trabajo que era común para la mujer en esa época era la de maestra, ya que
subyace del rol de madre que estaban acostumbradas. Sumando a lo dicho anteriormente,
la dama debía de ser sumisa ante la figura del hombre y estar abierta a tener relaciones
sexuales siempre que él quisiera. También se le daba importancia al hecho de llegar virgen
al matrimonio ya que significaba que la mujer era "pura". Había veces que esto no pasaba, y
en el caso de que el hombre se diera cuenta que la mujer no era virgen, esta podía ser
devuelta a la familia y no se casaban.
Algo que también estaba permitido, era el hecho de que el hombre podía castigar a la mujer
con la fuerza en caso de que él lo viera necesario, siempre y cuándo no fuera a tal punto de
quitarle la vida; cuestión que muchas veces no ocurría y eso explica en cierta parte los
tantos casos de femicidios que se vivían en esos años.
Obviamente habían mujeres las cuales llegaban a protestar en contra de la vida que
llevaban, pero en ese caso eran mal vistas y llamadas "marimachos".

Cómo conclusión, podemos decir que todo esto pasaba gracias al gran sistema patriarcal
que había en la vida cotidiana, generando un adoctrinamiento desde el nacimiento. Al
hombre le tocaba mandar y a la mujer obedecer, así de simple. A esto se le suma la
condición de abnegada y acrítica por parte de la sociedad femenina, ya que la mayoría
estaba entregada tanto física como mentalmente a dicha cotidianidad, generando la
condición de una persona sin derechos y sin apoyo del Estado representado por los
hombres.

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