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La crisis económica que vivía Alemania jugó un papel importante en el ascenso del
partido nazi en el poder. Por la crisis económica mundial, Alemania no podía pagar la deuda
originada por la guerra, según se había establecido en el acuerdo de paz de Versalles.
Millones de alemanes perdieron sus empleos. Asimismo, existía una crisis política, ya que
había una gran ineptitud por parte de los políticos, los cuales pasaban renunciando por la gran
inestabilidad general que se vivía en la época, dado que nadie quería hacerse cargo de la
situación del país.
Aquí es cuando entra en juego el partido nazi, el cual a través de sus propuestas
económicas, hace creer de a poco a la población que hay una salida para la crisis económica.
Aunque al principio el partido nazi no tuvo mayor aceptación por parte de la gente, poco
a poco fue ganando mas simpatizantes.
Esto se dejó ver en las elecciones de 1928, en donde El Partido Nazi participó con
pésimos resultados (solo obtuvo un 2% de votos). Sin embargo, el Crack de 1929 y la
consecuente Gran Depresión generaron el escenario de crisis económica y política perfecto
para que los nazis obtuvieran simpatizantes mediante su discurso antisistema, radicalmente
nacionalista y vengativo.
En el año 1932 transcurrieron varios procesos electorales que sirvieron a los nazis para
ir escalando en el poder. En marzo y en abril de ese año, fueron la primera y la segunda
vuelta de las elecciones presidenciales. En ambas, Hitler quedó por detrás de Paul von
Hindenburg (de 84 años en ese entonces), quien fue reelegido como presidente de la
República de Weimar.
En julio, hubo elecciones parlamentarias en las que los nazis obtuvieron el 37.4% de los
votos y se convirtieron en la primera fuerza política en el Reichstag (el parlamento alemán).
Sin embargo, Hindenburg tuvo que disolver constitucionalmente el Reichstag y volver a
convocar elecciones parlamentarias, debido a que el canciller y los ministros no obtuvieron la
confianza de los parlamentarios.
Finalmente, en noviembre de 1932, se celebraron unas segundas elecciones
parlamentarias. En este proceso electoral, a pesar de haber perdido dos millones de votos
respecto a las elecciones anteriores, los nazis tuvieron el 33 % de los votos. Con ese
porcentaje, mantuvieron la mayor cantidad de participantes en el Reichstag, unos 196 de un
total de 584, lo que significaba que tenían 75 participantes más que su competidor más
cercano, el Partido Socialdemócrata.
Tras estas elecciones, los nazis supieron mover los hilos de la política hasta lograr que
Hitler fuera nombrado canciller por Hindenburg el 30 de enero de 1933. Ese año es decisivo
porque marca la llegada de los nazis al poder y el consecuente final de la impopular República
de Weimar.
Hitler tenía un gran complejo de egolatría y a la vez se creía un mesías, los diferentes
discursos y documentos que se conservan del dictador. Es posible observar en ellos como él
se consideraba una fuerza escogida para liderar a Alemania y llevarla a la victoria, pensaba
que era una encarnación del bien y que estaba destinado a liberar a su pueblo. Este hecho se
veía favorecido por la adoración del gran pueblo alemán durante su ascenso al poder. En la
actualidad se puede considerar que tenía un delirio de autorreferencia.
Tenía dificultades para la intimidad, al margen de su relación amorosa resulta poco
conocida, sin embargo los registros de la época parecen indicar que el dictador podía
desplegar un gran encanto con los que lo rodeaban y seguían, tenía problemas para
establecer íntimas y profundas, en parte por lo dificultoso que le parecía demostrar sus
sentimientos.
A la vez él se sentía inferior y se despreciaba. Los diferentes estudios y perfiles que se
han llevado a cabo de su personalidad indican que el dictador tenía un alto complejo de
inferioridad y que a su vez esa era una de las causas que le impulsaba a siempre estar
buscando la superioridad y autoafirmación. De acuerdo a un informe realizado en su época,
resalta la presencia de una estructura heróica débil, seguramente por los malos tratos
sometidos por parte de su padre durante su infancia; también resulta raro que la raza aria que
pregonaba estaba dotada de características que él mismo no poseía.
Asociado al rasgo anterior, encontramos un desprecio a la debilidad por parte de Hitler,
este desprecio hacia quienes consideraba inferiores, pueden verse en sus actos de
eliminación sistemática con respecto a los discapacitados y los pacientes psiquiátricos.
A su vez, a través de los diferentes registros, comunicados y documentos se puede ver
como era especialmente tenaz y obstinado cuando nos referimos a sus objetivos,además de
costarle admitir la derrota.
Era una persona muy carismática la cual poseía un don para la oratoria, dicho don hizo
que se ganara a las masas y pudiera adoctrinar a la gente a través de sus campañas, para
después poder generar un enorme ejército y de esa manera construir poco a poco su legado.
En el texto se deja ver cómo a medida de que existen más cantidad de personas sin
trabajo, el partido nazi es más apollado. Esto sucede gracias a la gran propaganda que hacía
el partido, en donde se indicaba que solo con el partido nazi en el poder Alemania iba a tener
prosperidad y futuro.
Alemania se encontraba hundida en una profunda crisis a partir de la Gran Depresión, es
por eso que entre 1932 y 1933 había una desocupación laboral de 7 millones de personas
aproximadamente. Este hecho fue lo que impulsó a las masas a seguir a Hitler, ya que
parecía ser la única opción viable de escoger para así conseguir la prosperidad que deseaba
la población.
Además de los parados se suman los millones de jóvenes alemanes sin esperanza de
oficio, por lo que la mayoría de la gente ni siquiera tenía un objetivo de vida; allí es donde
Hitler entra en juego y le ofrece a la población una misión la cual acatar.
La gente después de tantos años de crisis y sufrimiento podía ver la luz al final del túnel
a través de los discursos de Hitler, los cuales incitaban al resurgimiento del orgullo alemán y
les otorgaba a todos aquellos hombres una posibilidad de subsistir a través de la milicia. Eso
se suma al pensamiento que tenía Hitler sobre la raza aria y el espacio vital necesario para
poder seguir aumentando su imperio.
Hobsbawm afirma que la derecha radical fué una respuesta al peligro y realidad de la
revolución social que se vivía en la época, donde la clase obrera en general iba tomando cada
vez más fuerza y poder; más concretamente con lo sucedido en Rusia con la etapa de Lenin.
Sostiene que fue gracias a éste último que Mussollini y Hitler fueron engendrados.
Deja en claro que a la afirmación anterior hay que sumarle un par de cuestiones. La
primera es el sentimiento de tristeza y defraudación por parte de los jóvenes nacionalistas
después de La Primera Guerra Mundial, ya que no pudieron acceder a llamarse héroes de la
patria.
La segunda cuestión es que la derecha radical no surge para ser una respuesta al
bolchevismo, sino que se refiere a todos los movimientos como tal. Está en contra de que la
población tome el poder como pasó en Rusia con la clase obrera organizada y Lenin era
justamente lo que representaba.
Hobsbawm indica que las condiciones óptimas para el triunfo de la ultraderecha era si o
si que el Estado se encuentre caduco y que sus métodos de gobierno estuvieran fallidos, para
que de esa manera hubiera desconfianza en la gente; la cual no iba a poder decidir en quién
confiar realmente. Además, movimientos socialistas que hicieran parecer que podía estallar
una revolución social, pero que en realidad, no estén en condición de realizarla. Sumándole
también, que en el corazón de toda la población estuviera instaurado el sentimiento de odio y
resentimiento nacionalistas hacia el Tratado de Versalles.
Yo opino que además de lo propuesto por Hobsbawm, el fascismo se da más bien por la
necesidad de la gente y el ser humano en ser dirigido en sí, más todavía cuando hablamos de
esa época en donde la gente no sabía que hacer de por sí con su vida. Estaban en un
momento de estallido cultural y socioeconómico por donde se lo mire.
Al tratar de ponerme en el lugar de la gente en esa situación, sinceramente creo que no
sabría cómo actuar y posiblemente siga a la mayoría.
Para mí cualquiera de los regímenes totalitarios son una atrocidad y como ser humano
me da vergüenza saber que estos hechos fueron producidos en el pasado. No comparto los
pensamientos de ninguno, y a la vez creo que existen ciertas diferencias entre ambos.
Si bien el Gulag y la administración racionalizada del trabajo era un rasgo común del
estalinismo con el nazismo, a diferencia de éste, el Gulag soviético no estaba al servicio del
exterminio racial, sino del castigo a aquél considerado enemigo político o enemigo de clase.
En el caso del estalinismo aunque numerosos presos murieron, sobre todo debido a las
durísimas condiciones de trabajo del Gulag, no tenía como objetivo el exterminio planificado
de una etnia o religión concreta, como los judíos en el caso de los campos de exterminio
nazis.
Otra diferencia destacable es que el Estalinismo provenía de una revolución, el
nazismo había llegado al poder por la vía electoral, gracias a las élites tradicionales ya
que no tenía mayoría, y se había transformado en una dictadura mediante una
“revolución” desde arriba.
El estalinismo se basaba en una economía nacionalizada, planificada y centralizada,
el nazismo continuaba recibiendo el apoyo de las grandes élites alemanas y los grandes
monopolios industriales.
Ademas el Estalinismo con la colectivización de los kulaks y con una
industrialización forzosa planificada, transformó Rusia y la Unión Soviética en pocos años,
pasando de ser un país básicamente agrícola, a producir un gran volumen de industria
pesada, parte de esta industria con el fin de hacer frente al avance nazi (con todos los
costes humanos y ecológicos que supuso esta transformación forzosa y drástica). En
cambio Alemania, mantenía sus grandes empresas, con mucho más peso lógicamente
por la industria de guerra, pero sólo tuvo una economía hasta cierto punto planificada,
durante La Segunda Guerra Mundial.