Está en la página 1de 1

Placentero y Destructor

“EL EGOCENTRISMO”

“La preocupación por uno mismo” a menudo llamado egocentrismo muy ciertamente es el camino a la
destrucción y ruina, puede absolutamente arruinar la vida de CUALQUIER PERSONA. impide que una
persona ame a otra, y sin amor para otros, no existe paz en ninguna parte.
No es un misterio que los niños vienen al mundo con muchas capacidades que se desarrollan al pasar
el tiempo una de las más importantes es el egoísmo este es verdaderamente necesario para su
existencia el niño llorara, golpeara, gritara hasta que sus demandas sean cumplidas pero en el
desarrollo normal y con los cuidados apropiados el amor materno lograra que el niño aprenda que el
amor es la paga a las demandas que le son satisfechas de esta manera el aprende a amar, pero que hay
de aquellos que no aprendimos esa lección y continuamos exigiendo, llorando y gritando por lo que
queríamos EL EGOISMO AUN VIVE EN NOSOTROS POR QUE NUNCA APRENDIMOS A AMAR
Mientras nos mantuvimos egoístas nos mantuvimos emocionalmente enfermos descubrimos que vivir
para nosotros no era suficiente, cuando no obtuvimos la atención o logramos manipular a otros de la
manera que queríamos nos sentimos miserables, pero sombrosamente descubrimos que si lo
lográbamos nos sentíamos aún más miserables, porque aquello lo habíamos obtenido a costa de la
felicidad de otros.
Cuarto paso
Cada vez que alguien impone irrazonablemente a otro sus instintos, se presenta la desgracia. Si en la
búsqueda de la riqueza se atropella a los que están en el camino, se provocara cólera, envidia, y
venganza si se subleva el sexo se provocara igual alboroto, las exigencias exageradas a otro, de
atención, protección y cariño, propician en esas personas tiranía o repulsión – dos emociones tan mal
sanas como las mismas que las provocaron-
No podemos vivir solo para nosotros mismos y para nuestros propios intereses la cura a ese gran dolor
que se guarda en nosotros y que endurece cualquier corazón es AMAR A OTROS
Doceavo paso
Los servicios que se hacen con gusto, el dar a los demás, cumplir con nuestras obligaciones sin la
necesidad de obtener el aplauso, las dificultades resueltas, y que en nuestros hogares y en el mundo
somos socios en una tarea común nos da la más grande satisfacción por que hoy sabemos que ante los
ojos de Dios todos somos importantes.
Dejamos atrás las ambiciones propias y el egocentrismo desmedido y llegamos a entender que la
ambición verdadera es el deseo intenso de vivir útilmente y de caminar con humildad bajo el amparo
de la gracia de Dios.
PORQUE CUALQUIRA QUE SE ENALTECE, SERA HUMILLADO Y EL QUE SE HUMILLA SERA ENALTECIDO
LUCAS 14:11

También podría gustarte