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Tendencias y dolencias
psicológicas del siglo XXI:
Los vórtices postmodernos
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Universidad Pontifieia de Salamanca
Compañia, 5 • Teléf. 923 27 71 28. Fax 9232771 29 Para Agustin, por su tesón,
37002 Salamanca su paciencia y su bondad.
I.S.13.N.: 978-84-7299-804-9
Deposito Legal: S. 1.105-2008
Imprenta KADMOS
SALAMANCA,2008
r
Capítulo Primero
SEÑAS DE IDENTIDAD DE LA POSTMODERNIDAD
y DECÁLOGO PSICOLÓGICO
, ..
22 TERESA SÁNCllEZ SÁNCI-IEZ
TENDENCIAS Y DOLENCIAS PSICOLÓGICAS DEL SIGLO XXI. .. 23
tuye al pensamiento y el devaneo al sentimiento. La consecuencia inexorable es que pareció haber conquistado la inmortalidad. Vano empeño en los tiempos que
la ausencia de pensamiento simbólico, la incapacidad de metabolizar elabora- corren. El vértigo incesante de sucesiones y sustituciones en todo nos deja con
tivamente las sensaciones, y el predominio de conductas de descarga (cuadros la duda insidiosa de si seguimos siendo los mismos, asediados por la sospecha
ansiosos), con numerosos componentes impulsivos y psicopátieos, actitudes de ser transeúntes del tiempo, condenados a no reposar en nada, a ser olvidados
hedónicas, infantilizadas e intolerantes a la frustración. pronto. Sin el anclaje de la durabilidad, la generación actual se debate entre la
inseguridad y el desdén rclativista.
En este sentido, en los albores del siglo XXI, exclamaba M. Rivas:
La consecuencia, como atisbó E. Moreno es que:
"Se habla ya de una nueva cultura, la generada por la expansión cibernética,
en la que la fórmula triunfadora es Juventud más Velocidad ( ... ). En la vida, como "Los cambios vertiginosos crean una visión nihilista del acontecer caracterís-
en los juegos de ordenador, lo que no ocurre vertiginosamente resulta antiguo, y, tica de la postrnodernidad" (E. Moreno, 2000, p. 75).
lo que es peor, aburrido" (El País, 29 oct., 2000).
absoluto sobre la vida fisica y mental, sobre los orígenes y sobre el futuro. Pero, El nuevo malestar en la cultura deribado del progreso desarbolado es reco-
el desciframiento de las claves no garantiza la tranquilidad, sino que paradó- gido por esta autora como se ve:
jicamente eleva las cotas de angustia, porque eleva el ideal intelectual con la
sospecha de que todos los límites son rebasables y, lo que es más grave, con la "El dominio de la ciencia y la tecnología, en lugar de ser capaz de salvamos,
al parecer es origen cada vez más de gran parte del ímpetu hacia el desorden y
exigencia impetuosa de que han de rcbasarse, soslayando consideraciones éticas
representa una alarmante retirada respecto del progreso, en lugar de una luz que
entendidas muchas veces como gendarméria gratuitamente rcpresora. hace las veces de segura guía hacia él" (R. Minsky, 200, p. 34).
El fin de los misterios, desvirtuados por la ciencia, presenta un componente
iconoclasta: el descreimiento de verdades absolutas y la apertura a un posibi- Lejos de aportar seguridad y confianza, causa desasiego y espanta.
lismo relativista; y un componente perverso: la sed de conocimiento es una
manifestación oscura de la curiosidad que espera que el saber se trasmute en
poder (dominación) o en placer, o en una combinatoria de ambos: el sadismo. 7. ESCLAVITUD ALAS PRÓTESIS TECNOLÓGICAS
Prometeo, Adán, Fausto, son representaciones míticas del castigo que recibe
el afán enfermizo de omnisciencia. El hombre postmodcrno no se arredra ante Muchas voces advierten contra las esclavitudes que e! hombre actual está
ningún veto tecnocientífico porque no teme ningún castigo; se afana en ser Dios, contrayendo COI1 respecto a los instrumentos que ha fabricado teóricamente a su
transgredir los misterios, despeja las incógnitas, contesta los interrogantes, El servicio, pero que cada vez más están desplazando lo especificamente humano
que es epítome de la creación, se empeña en metabolizarla y engullirla en su al limbo espiritual de lo inconcreto, efímero y, por tanto, inservible. Pinillos
pequeño cerebro. habla de la alienación de la tecnología con su universalismo y su coacción impo-
sitiva, compendiable en la frase "hoy, quien 110 sabe informática, no existe, es un
La genética y las neurocicncias se perfilan como las ciencias nucleares del ciudadano prehistórico no recuperable". Postrnan titula Tecnopolis a su reflexión
futuro. Son el heraldo de la posr-postmodernidad, poseen regusto milenarista sobre la postmodernidad y eriza el cabello con el desolador cuadro que dibuja.
y anticipan la superación de los handicaps más irreductibles del conocimiento
humano. Ello traspasa dos fronteras: la de la generación de la vida y la del cono- El progreso tecnológico se ha hipertrofiado de tal modo que, habiendo
cimiento de la intimidad y subjetividad oculta en nuestra mente. nacido para subsanar las limitaciones e impedimentos humanos, ha terminado
por usurpar el dominio al hombre, domesticándolo y arrinconándolo. Los instru-
La posibilidad de elonar embriones humanos para la extracción de células mentos eran prótesis que el hombre se acoplaba para superar sus insuficiencias y
madre capaces de desarrollar tejidos idénticos a aquellos tejidos degenerados, dotarle de un control infinito. Ahora e! hombre es la prótesis de los instrumentos.
enfermos o deficitarios funcionalmente, supone algo así como fabricar a nues- La imperceptible presión de un dedo sobre dispositivos nucleares puede aniqui-
tro ángel de la guarda. Cada uno podría tener celosamente guardado en su caja lar el universo habitado. La mecánica (coches, maquinaria, electrodomésticos)
fuerte a ese embrión replicante que nos ampararía antc e! deterioro inevitable del le redime de fatigosos trabajos y de afanosas distancias, liberándolo para el
envejecimiento celular o de la morbilidad cancerosa, las infecciones letales, cte. ocio y la cultura. El teléfono, los transportes, las telecomunicaciones vencen los
De entrada, la simple posibilidad de clouar embriones humanos dota al hombre impedimentos de la temporalidad y la distancia. Los ordenadores, la imprenta y
de un poder para crear hombres al margen o a espaldas de las leyes naturales de los satélites le trasportan a navegaciones por lo espacio-temporal sin abandonar
la reproducción, le otorga la potestad de rectificar el azaroso designio de las Icyes el presentismo. Ahora es un eterno amateur, aprendiz de prospectos y guías de
de selección natural, pero le convierte paradójicamente en irrelevante e insigni- uso de las máquinas. Los mágicos suplementos suplantan al hombre, usurpan
ficante, pues pierde su halo sagrado. Parejos descubrimientos, como la meca- sus funciones. Hemos fabricado útilesque reemplazan las funciones de nuestras
ton a y los genes que incrcmentan la capacidad de suicidio celular en los tejidos manos (electrodomésticos), de nuestros pies (transportes), de nuestros sentidos
tumorales, auguran un porvenir en que la vida podrá prolongarse atrofiando los corporales (telecomunicaciones), de nuestros úteros (probetas fertilizadoras),
relojes biológicos qne señalan el inexorable paso de! tiempo e impidiendo que etc. Pero los instrumentos en su neutralidad y su asepsia mecánica, carecen de
el cuerpo testifique su envejecimiento, Se pone en jaque a las leyes naturales, fin y de valores. La tecnopolis (alegoría del mundo postmoderno) es una pesadi-
sometiéndolas a la veleidosa voluntad del hombre, impostado y enervado en su lla de la ciencia ficción presente que ya invade nuestras vidas sin que tan siquiera
papel de dueño de la creación y domador de la naturaleza. ¿Es esto esperanzador seamos conscientes de el\o. Hay quien dice que la historia, en tanto construcción
o aterrador? El joven postmoderno tiende a pensar que lo ético es un estorbo del hombre, ha muerto. Porque el hombre mismo, creador de sentido, ha sido
para el progreso científico, dado que si algo puede hacerse debe hacerse. fagocitado por su creación.
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dad a la cual referir los eventos para que cobren sentido, mientras más información
Aunque suena alarmista, no es desde luego falaz el siguiente comentario:
más confusión" (J.L. Pinillos, 1997, p. 222).
"La Humanidad empieza a comprobar con horror que ha abierto demasiadas
cajas de Pandora, Que, fascinada por el lado rutilante de sus descub~'lmlcntos, les Claro que la curiosidad tiene grados que van desde la forma más estúpida
ha dado sistemática vía libre, pese a que en muchos casos apenas sabía na:la de las del mirar, a la sagaz del ver, la analítica del observar, la comprensiva del enten-
posibles consecuencias negativas de sus.artificios. Y ahora, cuando los danos cola-
der, la prudente del desechar lo espurio y la reflexiva del mirar hacia dentro.
terales irrumpen en masa, se siente perpleja" (J. Ortiz, El Mundo, 17-9-2001).
Colijo que frecuentemente hacemos 10 primero para evitar lo último.
8. BULIMIA INFORMATIVA
9. BANALIZACIÓN DEL MAL Y ANO MÍA SOCIAL
Unos consagran el domingo a Dios, otros al.fútbol? algunos _a la familia
El pecado capital del siglo XX ha sido la banalidad del mal, la idiotez
y una pequeña multitud a la prensa. La me.sa camilla apIla, montañas de papel
moral o insensibilidad por el sufrimiento ajeno. Tal es la conclusión de un lúcido
impreso, y el solaz que el aguerrido trabajador se prometía el fin de scm~na
ensayo de N. Bilbcny, que establece una nítida comparación entre el genocida y
trasfórmase en una compulsiva aventura: engullir vorazmente siqurcra los utu-
el psicópata. Con una perversa diferencia: al psicópata se le recluye en la cár-
lares, algún artículo llamativo, alguna crónica sorprendente de entre l~s infinitos
cel donde expía crímenes de los que no siente culpa, mientras que el genocida
tesoros que aguardan al lector en la cueva de Alí Babá de los periódicos. La
detenta el cetro del poder, se enorgullece de la sangre derramada y consigue un
prensa además se ha llenado de satélites: folletos de propaganda" suplementos
buen número de seguidores que jalean sus ignominiosas ideas o actuaciones,
específicos de moda, decoración, viajes o espectáculos. El atracon d.c lcctu!'a
arropadas por un mal maquillaje demagógico o patriótico.
que el amable y cándido lector debe darse si ha de sacar. ~rovecho a su .":verslOn
dominical le ha de privar de la siesta, de la conversaciou con la familia, ~e la Millones de jóvenes viven al borde el precipicio, desprovistos de claridad,
partida de cartas o del cansino paseo vespertino. Para los que tenemos una. cierta desorientados en el dédalo de conf-usas opciones ideológicas, éticas, laborales. La
exigencia de información, el domingo de molicie y bostezo ~~ ha convertido en sobreprotección y el regalo material de los padres, acompañados del abandono
un día de extenuante trabajo. La meta: llegar al fin dc los periódicos. . afectivo o la incomunicación les arrastran hacia nuevos profetas representados
Los domingos son, por antonomasia, para los insaciables consumidores de en ídolos del deporte, de la música o de la moda. Las figuras que les cobijan en
letras un festín, del que se sale saturado y cansado. Curiosear en el mundo a tra- sus guaridas son rostros desfigurados o transfigurados por símbolos rupturistas,
vés del catalejo de la prensa es un espectáculo en tecnicolor, barato y sedentano, destructivos, contraculturales. Sus ansias de seguriclad, de certidumbres, de esta-
que exige tan sólo el sacrificio de los ojos. Pero t!ene un ¡~do oscuro. El com- bilidad, rebotan contra adultos indiferentes, escépticos o decepcionados de sus
ponente obsesivo y ansioso que conlleva tragar indiscriminada y velo~mente propios sueños, demasiado apresurados o urgidos por sus ambiciones partícula-
decenas de noticias, opiniones, espectáculos o balances sobre mil c~sas distintas res como para detenerse ante la atónita perplejidad de sus hijos. Extenuados por
produce en la mente un efecto similar a .Ia bulin:~a alimenticia: saciedad.pleni- una adolescencia sin duración ni contornos precisos, abominan del mundo yde
tud, angustia ante el absorbente y verngiuoso tifón que .es la actualidad, mtoxi- sí mismos, de la miseria de haber sido arrojados al vacío, a lo efímero y cínico
cación informativa, fragmentación, atrofia de la memoria a corto o largo pl~zo, de las relaciones humanas. Los lemas más seguidos son el "no limit!", y el "vive
etc. Observo una preocupante adicción a la información últimamente. ¿Cuanto como quieras", lo que no les arroja a la libertad, sino al angustioso caos de la
tiempo pasamos diariamente pendientes de tertulias, tel?diarios~ pn::I?Sa,radio? perplejidad y a la anomia moral. Buscan su salvación en las numerosas panaceas
Es indiscutible que la información es poder, pero en dOSISexcesivas IIlduce, una que ofrece el hiperdcsarrollo: música, sexo, drogas, alcohol, juerga, juegos, sec-
atrofia del pensamiento creativo, de la originalidad del punto de Vista, además dc tas, c1anes deportivos, organizaciones pararnilitares, clubes cibernéticos.
una probada anestesia emocional y una clara parálisis de la acción. Obsérvese el desencato expresado por C. García-Gual:
El sabio padre de la Psicología española lo enfocó certerarncnte:
"Ésta no es una época de "grandes relatos", sino de imágenes ligeras, una
"Hoy las noticias se multiplican, las imágenes se fragmentan, son observadas época de consumo y de efectos especiales, pero de pocas palabras significativas ...
y analizadas desde infinitas perspectivas. Pero como carecemos de un marco de Una época que produce mitología de calderilla, como esos personajes del cine y
referencia global en el que situar los hechos, como ya no contamos con una totali- los deportes, que son ídolos vacíos" (ABC, 9-8-2003).
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De vez en cuando los noticiarios nos abofetean con relatos de una cruel- logía griega del término que significa máscara- que sólo existen en cuanto fic-
dad irracional, ilimitada, absurda, protagonizada por jóvenes. Entonces, tras el ción o creación artificiosa de la propia fama, encumbrados por los ílashes antes
espasmo convulso del horror, surgen los interrogantes acerca de la responsabi- que por sus méritos, erigidos artificialmente en actores por empeño del reportero
lidad subsidiaria de los padres, educadores, programadores de televisión, ven- y por la inexplicable demanda del espectador, cómplice de la futilidad.
dedores de armas, en haber engendrado esos detritos sociales. Ahora sabemos
Pero, ¿por qué esas vidas inanes, irrelevantes, despiertan un consumo fre-
y padecemos las trágicas consecuencias psicológicas del "prohibido prohibir"
nético? Siempre se ha dicho que la causa estriba en que simbolizan la frugali-
del que nuestros adolescentes son víctimas. Pero seguimos jactándonos de las
dad, la levedad del ser, la gratuidad de la vida regalada, la despreocupación ante
ventajas de una civilización que se abisma en esta espiral de la historia en un
el futuro, la consagración del ocio como modus vivendi. Ciertamente pueden
nuevo primitivismo social, emocional, intelectual. Asistimos al comienzo de
alimentar una secreta envidia ante la evidente frugalidad e irresponsabilidad con
una era de cansancio, de exasperante aniquilación de las utopías modernas -las
que se toman la vida. Los actorcillos del cuore son los bufones de esta corte de
utopías del humanismo, de la inteligencia, de la solidaridad entre los pueblos-.
los milagros mediática. Su misión es distraer, asombrar, espantar a los asistentes
De cuando en cuando los telediarios muestran explícitamente e! aquelarre del
a la [unción, despejarles los miasmas del letargo y la cotidianidad. Su negocio
progreso, la inmundicia y deshumanización de los pueblos. Cada fin de semana,
depende del orden y la docilidad de los otros. Y el público entretiene la sordidez
miles de adolescentes vomitan por las esquinas la crisis planetaria que les hemos
o la normalidad de su existencia por apenas dos euros (bastante más barato que
traspasado. la butaca de un teatro), siguiendo los avatares de los hidalgos de bragueta o las
De otra parte, el aumento de ideologías totalitarias entre los adolescentes, la damas bobas del colorín, emperadores de un mundo intrascendente que prima lo
proliferación de hordas vandálicas, de gl11pOS precozmente alcohólicos, el crc- icónico sobre 10 racional. Una muestra más de la abdicación de la razón es que
cimiento de! sectarismo y los juegos parasuicidas dejan entrever que una parte se recompensa la estupidez más que la cordura, la pasividad más que el trabajo,
importante de la generación postmodcma crece envenenada de odio y rezun:antc la apariencia del titular o de la foto más que el análisis.
dc sadismo. Repudia el orden, el equilibrio burgués, la aspiración a un trabajo, el
¿Cómo cuestionar la lucidez del autor francés que diagnosticó a nuestra
placer como conquista, no quiere ser heredera del mundo de sus mayores y pos-
sociedad y cultura como reza el epígrafe')
tula el retorno al primitivismo salvaje, acaso como única forma de protesta ante
el aturdimiento y dc retorno a la inocencia de la simplicidad. "Los medios generan un mundo fantasmagórico en el que las franteras de
lo real y lo ficticio son indiscemibles ( ... ) A la sociedad le fascina la obscenidad
de una transparencia donde todo es objeto de información ( ... ) La anulación de
10. CALIDOSCOPIO DE APARIENCIAS E IMÁGENES las fronteras que separan lo real y lo simulado genera en la sociedad un proceso
esquizofrénico de pérdida de realidad" (J. Baudrillard, 1991, p. 210).
A mi juicio no vivimos en la Sociedad del Ocio, sino en la Sociedad del
Espectáculo. En vez de vivir, miramos vivir; en vez de protagonizar nuestras La sociedad del simulacro tiene un efecto de 'vaciado menta\': es la forma
propias vidas llenándolas dc anécdotas, episodios o recuerdos propios para el contemporánea de lobotomizar la mente, obteniendo la docilidad por la estupidi-
futuro, vaciamos nuestra biografía para rellenarla con la vida de otros personajes zación, la indolencia y la trivialidad.
o personajillos, artificiales y artificiosos. El Gran Teatro del Mundo transcurre:
La televisión desempeña en este asunto un papel muy grave, pues proyecta
antc nuestra vista a través de ese singular ojo de la cerradura que es la televisión.
imágenes continuamente que alimentan el 'imaginario' de millones de personas,
Con ella saciamos el hambre de estimulación, sin tener que hacer el mínimo
por 10 que plancha las crestas de la individualidad hasta uniformarlas en un
esfuerzo de provocarla. Vivimos vicariamente a través de los otros. El padre
electroencefalograma plano. La verdadera supresión de diferencias, la genuina
sabe más de F. Alonso que de su hijo, la madre sabe más de Ally Mclseal que de
globalización de nuestro tiempo está en la televisión. Punto de encuentro, tem-
su hija. ¿No es eso el colmo de la alienación? plo del ocio, aspirador de la intimidad familiar. Lo que aglutina y clona a los
Hoy el epicentro del asombro, el gran teatro del mundo se representa en individuos es el reloj televisivo, batuta que dirige el comportamiento y los hábi-
el sensacionalismo de! el/ore y en los programas 'frívolos' de la televisión. La tos del personal. Somos diferentes cn el trabajo, en e! salario, en las preferencias
prensa rosa brinda escenografias más pasmosas que los novelistas más imagina- políticas, en los libros que leemos, etc, pero a todos nos rastrilla y nos nivela la
tivos. Aparecen en sus páginas personajes o personas -si somos fieles a la ctimo- misma televisión. Ella 110S .convierte en animalitos de una granja industrial. No
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los juegos de lenguaje, híbridos, rnistificados y mezclados (el mestizaje en todos 2. EL CUERPO COMO PERFORMANCE
los órdenes es la moda indiscutible)! caótica y profusa mente, sin criterios fijos.
No está de moda la pureza ni la profundidad, sino la mezcolanza y la profusión. Afirma N. Katherine Hayles que la base corporal del hombre sobre la que
se instala la conciencia es un puro accidente histórico que puede ser reempla-
La inestabilidad es presentada como lo verdaderamente creativo y puntero.
zado por otras prótesis post-humanas. El cuerpo es materia manipulable, masa
Se da una estetización general de la vida-esto que implica lo que Baudrillard sobre la que actuar obedeciendo a deseos movedizos, intereses más o menos
denominó "sociedad del espectáculo" o "sociedad del simulacro". La ética se espurios, o metas transitorias. El hombre puede (fáctica y moralmente, o eso se
disuelve y desaparece en las fauces del criterio estético (' si me gusta, ha de ser predica desde la moral hedonista e individualista en la que nos desenvolvemos)
bueno').El actor social desaparece, mientras cobra auge el egoísta ramplón, esculpirse a sí mismo, rebelándose contra la genética heredada o cincelándola
figura que alcanza su apoteosis y cenit en la glorificación de la zafiedad y la preventiva o terapéuticamentc, Las nuevas generaciones están creciendo con
interpretación de lo vulgar como lo más representativo de la democracia ("aura una idea impensable años atrás: el cuerpo no es una configuración inapelable,
mediocritas" como nuncaj.La paganización de la vida y sus temas ha endiosado una realidad que les obligue y les condene a su acatamiento. Antes al contrario,
a los intérpretes (iguales a mitos evanescentes de imperioso pero fugaz histrio- el cuerpo es maleable y el sujeto es su artista cincelador y su elector.
nismo), y ha degradado los temas, ha des-transcendentalizado la peripecia y la El joven actual concibe su cuerpo como un bien de propiedad exclusiva-
metafísica. La épica heroica ha cedido ante la épica prosaica del reality-show, mente privada, y como su herramienta cornunicativa, diferenciada y expresiva. A
La postmodernidad está introduciendo un conjunto de claves y referentes menudonecesita deconstruir lo recibido por la herencia y personalizarlo, "custo-
nuevos que distorsionan los parárnetros del proyecto vital y su significado de mizarlo". Sus características son optativas y mutables. La ingeniería biológica y
una forma notable. Desde la mera esencia física que nos constituye y quc acos- la "psicocirugía estética" permiten convertir el cuerpo en campo de exploración
o yunque de cirujanos. Lo desgraciado es que el "Y seréis como dioses" está a
tumbrábamos a considerar irreversible y determinante del abanico de nuestras
punto de devenir de veredicto en maleficio, pucs el escultor facultado para deci-
posibilidades, hasta el tejido social qut: creíamos fijado en sus líneas de relación
dir en qué desea convertirse, se angustia de perder su esencia o no hallarla en
esenciales, todos los estratos de la vida sufren cambios cataclísmicos de mano
los quirófanos. El joven no acata su constitución anatómica como un pasaporte
de la ingeniería genérica, las telecomunicaciones, la globalización tiránica e único e inapelable, sino que la mctarnorfosea en múltiples identidades afines a
indiferente a los pueblos y a las gentes, cte. sus estados de ánimo, a los dictados dc la moda, a los rituales pandillero s, a la
El efecto revulsivo es imparable y recae sobre el magma maleable e estética mediática. El joven decide cómo quiere ser y su cuerpo deviene su carta
incandescente que configura la adolescencia finisccular y primisecular, coyun- de presentación, su reclamo publicitario, su oferta para el consumo (amoroso,
tura ideal para escenificar y tornear todas las transformaciones. A los sujetos ideológico, lúdico) de los otros. El cuerpo es el lenguaje de una performance
teatral ante el otro-público que, a su vez, toma posición adhesiva o distante ante
de otras generaciones, muchas de estas convulsiones nos sobrecogen como
el cuerpo exhibido, en una incesante catarsis de la provocación.
espectadores, o críticos, o diques de contención de la confusión que provo-
can, pero a ellos los vientos de la postmodernidad les arrostran frontalmente,
Ellos son los autores, los coreógrafos y los beneficiarios / víctimas principales
de los cambios. El yo se siente sometido a un desgaste, a una caducidad, que 3. TUNEAR EL CUERPO PARA SALIR DEL ANONIMATO
k aboca a un recic\aje continuo, a una restauración incesante de su interior y
La pertinaz ansia de identificación con un referente interno o con un modelo
a UI1 flujo variopinto de sus redes de contacto exterior. El precio es la angustia externo, unida a la necesidad de singularizarse conduce al sueño de esculpir su
de rejuvenecerse, actualizarse, perpetuarse en un ahora que se prolonga a la posesión más cercana y exclusiva: el cuerpo, usando los recursos más variados:
eternidad, donde se borran los proyectos, el devenir y las metas. Los psicó- piercing, branding, burning, cutting, peeling, lifting, stretching, tatoo, decolo-
logos (y por ende psiquiatras, pedagogos, maestros) hemos de comprender raciones y pigmentaciones del pelo o la piel, vestimentas grunge, punk, rokers,
como testigos enganchados a la cola del cometa el (sin)sentido de sus angus- cte. Todo ello destinado a fabricar un yo que afiance su consistencia, aunque se
tias y las causas que las promueven. deshilache a cada paso.
La OMS identifica nuevos sindrornes a los que los jóvenes son más vul-
1 Vattimo habla de "pensamiento de la contaminación", nerables: S.A.F. (Síndrome de Adoración de los Famosos o "famadictos", en
4.$
expresión del catedrático Manuel Mantero) o el Síndrome de Clcrambault, el por simulacros que mutarán la esencia bio-psico-social que hasta ahora creíamos
Síndrome de Bartleby ... La potencia de las identificaciones proyectivas con irrenunciablemente humana por otra de virtualidad cibernética, complementos
ídolos del deporte, de la música o de los actores o personajes del cine o de las metahumanos y relaciones parafisicas. Estamos abocados a ser simios informati-
series, señalan bien a las claras el hambre de modelos identificativos, la hiper- zados (R. Gubern, 1987).
trofia deliroide del yo ideal que adquiere tintes maníacos y megalómanos, seña-
lando (como todo exceso) su contrapartida: la falta, la carencia de identificacio- Los adolescentes y jóvenes son, como generación de la postmodernidad
nes familiares cercanas y afectivas. téc11icay filosófica, heraldo que anticipa un futuro cercano en el que la retórica
romántica debe enmudecer ante la ruptura de los parámetros modernos de la
ciencia, de la Psicología, de la situación del hombre ante el mundo y la realidad.
4. ORFANDAD PSÍQUICA Y BÚSQUEDA DE NEXOS ¿Pero qué realidad? No hay término más fantástico y moderno que éste. Inquie-
tan sus limitaciones expresivas, sólo evocadoras de una interpretación basada en
No hay tanto rebelión contra el padre (Mendel), cuanto búsqueda del padre la facticidad de sus elementos, y en 10 tangible, lineal y simultáneo de las rela-
o suplantación del padre introyectado como fantasmagoría del ídolo, del cam- ciones susceptibles de establecerse entre ellos.
peón, de la megaestrella, Los padres actuales tienen realidad pero a menudo no Watzschlawick se preguntaba hace décadas si es real la realidad o una pura
tienen entidad, ni significado simbólico especial para sus hijos. construcción o inferencia de nuestros sentidos y nuestra tradición perceptiva y
Hasta ahora venimos hablando de los adolescentes como un todo que cognitiva. Pero es que la "realidad" con la que mayoritariamente interactúan
parece inculpatorio, cuando es la desorientación, la confusión, la ambición o los jóvenes y que enmarca su universo de referentes, está mayoritariamente
el desasosiego de los padres, lo que actúa como onda expansiva y reverberante prefigurada y condicionada por unas coordenadas espacio-temporales distintas.
de todas las influencias sociales y culturales que sacuden a los hijos. A ellos los Nos hemos adentrado en la Galaxia Ciber (G. Pastor, 2003), que sustituye a la
hemos tildado de infantilismo, de peterpanismo, de estancamiento, de pensa- Galaxia Guttemberg. No pocos dibujan el entorno de los niños y jóvenes del
miento operatorio, de angustia no simbolizable, de presentismo sin horizonte, siglo XXI en un aula virtual (digital), al tiempo que se pronostica el ocaso de la
incluso de adultescencia (lM. de Prada), pero no es el adolescente el único letra impresa y de la pedagogía instructiva a favor de la pedagogía interactiva
responsable, sino que la culpa está dispersa (y por tanto no asumida por nadie), del alumno con toda la Cultura contenida en el Ciberespacio, Blogs, [oros, chats,
correspondiendo a los padres la ausencia de ejercicio eficaz y sensato de. la [un- mensajes sms, e-mails, etc, construyen una trama social que, a la par que pre-
ción paterna correspondiente, El adolescente no es víctima absoluta, ni agente serva la individualidad como nunca antes, teje una sutil red de relaciones hic el
pleno. Ni marioneta ni artífice integral de su vida. Ensombrecedora visión la nunc de enorme fuerza y poder sociopolítico.
que Alejandro Gándara nos brindaba al designar a los adolescentes de hoy como El yo del joven es el de un actor que enhebra retazos de identidades múl-
"melancólicos de futuro", Decía: tiples, un acróbata en la respuesta diaria al quién soy yo y al quién soy ahora.
Sin respuesta unívoca ni prolongada, irá de un rol y de un ropaje a otro, y luego
"Los veo tristes los fines de semana, frente a la consola o deambulando como a otro, y de lo real a lo imaginario, tantas veces como guste: actor versátil en el
zombis estragados de lo que se han metido en el cuerpo, reclamando al otro sexo escenario del Gran Teatro del Mundo ciber-virtual. Personalidad múltiple, per-
como un náufrago una tabla. Los veo tristes cuando se lanzan al trabajo y resulta sonalidad como sí, personalidad límite, despersonalización, vacío, confusión,
que eso no te da para alquilar un piso, ni pagar tus facturas, ni proyectar una pare- a veces se nos antojan pobres hemofílicos psíquicos que se deconstruyen y se
ja. Los veo tristes hasta cuando dicen que son felices ... y, no sé, me ha dado por derraman en cada pose, en cada versátil escenario o [oro. Divertirse y conversar
pensar en que esta cultura del logro y del dinero les está robando el deseo mientras hasta morir. Hablar elude la muerte. Los jóvenes se extenúan comunicándose.
les promete lo imposible" (ABe, 10-5-2003).
Ni siquiera es relevante el tema.
5. DE LO LÚDICO A LO CONVERSACIONAL
6. EL MUNDO REDEFINIDO: ENTRE LA BLOGOSFERA y EL CIBE-
RESPACIO
El hombre está llamado a su extinción como homínido complejo pero puro y
se avecina una especie híbrida de ciborgs en los que la diversificación de micro-
Entre tanta representación fugitiva, no hay tiempo para arracimar rasgos
chips, circuitos y funciones biopsicológicas estarán enriquecidas u optimizadas
que condensen y perduren. Serían incluso, de poseerlos, un pesado equipaje
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que dificultaría la plasticidad y ductilidad arcillosa que las pautas culturales guiñes de grupo. Nada horada lo suficiente como para acceder a la racionalidad:
les trazan. De ahí que a menudo les resulte más dificil definir lo que les gusta, la cstimulación, información o comprensión son más extensivas que intensivas.
lo que quieren, lo que necesitan o lo que son, que delimitar lo que no son. Su Funciona a modo de picotazos impactantes que dejan las mentes como el gra-
perplejidad y su rabia contra el vértigo que les engulle y les deglute consiste en nizo los campos. A diferencia de la lluvia, el granizo no penetra, ni cala, sólo
decir "NO": no a la cultura aprisionada en una horma librcsca y anticuada, for- devasta. Tal ocurre con los vaivenes cstimulares recibidos.
mal y estabulada en las aulas de diseño doctrinal, unilateral y antidcmocrático;
Pero en su atribución del significado de la cultura, los contenidos educati-
no a las convenciones del día y de la noche; no a los rituales familiares y a las
vos recibidos en institutos o universidades son anacrónicos, no epatantes y nada
prescripciones de salud y enfermedad; no a políticas falaces y aburgucsadas que
significativos dentro de su espacio vital y su área de intereses cotidianos. Cen-
les excluyen; no al libre albedrío, no a la guerra, no al sistema, no al respeto a
tros escolares y jóvenes se desdeñan mutuamente porque ninguno se acopla a las
la autoridad y a cualquier norma reguladora. Su oposicionismo es anárquico y
expectativas del otro. Los pedagogos, psicólogos y planificadores de la cultura
exento de ideología, su rebeldía no alienta pruritos de cambio social, ni dibuja
deben tener en cuenta que no pueden abominar de la demanda juvenil tachán-
románticos horizontes, su librepensarniento se trueca cn absentismo escolar y en
dola de frívola, ligth, banal o débil. Aún siéndolo, no van a aceptar la cultura
inhibición abstencionista.
solemne, grave, moralizadora, ilustrada, erudita y acumulativa. Eso se acabó:
Para un porcentaje alto de adolescentes, sus coordenadas espaciales están pertenecía al espíritu enciclopedista y modemo. Que prevean otros diseños más
restringidas o mediatizadas por el encuadre de una pantalla ("pantalla total", en vivaces, entretenidos, intcraciivos, rápidos y no comprometidos ni vinculantes.
términos de Baudrillard): de televisión, del móvil, del ordenador, del cine, de las Debemos fabricar alimentos culturales afines a cualesquiera otros productos de
videoconsolas, ante las que pasan la mitad de su ocio y la mitad de su tiempo consumo: dcstellantes, visualmentc atractivos y a ser posible con premio,
escolar o laboral. Pantalla que es rectángulo de luz, sonido, imagen o palabra que
primero deforma la realidad al reducida al foco del encuadre, y luego conforma El "horno zapping" es uno de los trasuntos de la postmodernidad que mejor
una meta-realidad que pronto deviene exclusiva realidad. Incluso se les ha bau- definen a las generaciones perplejas de la actualidad: fragmentación, hibridación,
tizado como screens-agers: tal es el soporte fundamental de sus vidas. Sartori complejidad, síntesis, ligereza, pluralidad, superficialidad, dispersión, deconstruc-
hablaba del niño-video o del horno videns, como una nueva subespccie derivada ción, pensamiento débil, consistencia ligth, sucesión, euforización, banalización,
del homo sapiens y sucesor del homo ludens. En la sociedad teledirigida que espectacularización, bulimia informativa y falta de elementos aglutinadores e inte-
habitamos, el niño-video efectúa la mayor parte de su aprendizaje a través de gradores. ¿Qué otra cosa podemos esperar sensatamente que no sea la desvertebra-
la televisión y otras pantallas complementarias. Expuesto a una inmersión en lo ción? l. Rarnonet (200 1) habla de un joven sobrealimentado de golosinas visuales,
visual e 'imagin-ario' que desvirtúa cualquier otra forma de conocimiento. Las pero que rara vez se nutre de una 'comida' verdaderamente consistente. Lo que,
consecuencias son la agratía, el empobrecimiento cultural, el raquitismo lin- emulando la denominación que recibe este trastorno alimentario, nos autoriza a
güístico, la pasividad, la atrofia del pensamiento abstracto y simbólico y la com- designar el hábitat socioeducativo del niño-adolescente, con el sobrenombre de
prensión fragmentaria, parcelada y di-vergente de los estímulos des-integrados. '.'cultura pica-pica".Cultura pulp-fiction la denomina A. Astorga (2006) y que
Las pantallas son el lugar de la prueba, la evidencia de lo real y lo virtual, y los incluye los siguientes ingredientes: consolas, Champions, pomo, iPods, wikis,
usuarios son ecloplasmas de sus ei1uvios. adicciones, heme-cinema, y como mucho libros-acontecimiento"
Diversos estudios han dado la voz de alarma al constatar que la cultura
n?ediática a la que los adolescentes están sobreexpuestos, atrofia los niveles supe-
7. LA CULTURA PICA-PICA riores (conceptualización, representación, simbolización y semantización). El
homo vic1ens nunca supera la edad mental pre-simbólica de la primera adolescen-
El adolescente se confronta con clichés, iconos, eslóganes, fetiches y modas
prefabricadas y estandarizadas que erosionan o escupen cualquier vestigio de
. . 2 Son libros-acontenicmicnto los que, siendo best-seller o poniéndose de moda en un sector por las
individualidad que trate de mantenerse incólume a estos bombardeos estimula- t~Cntcas del rumor o del intragrupo, estragan el paladar como una comida sobrecargada de especies, disua-
res. La extensión y dispersión estimular provoca dificultades de atención, con- dlen~l~ al lector potencialmente conquistado de sucesivas lecturas válidas e interesantes, si no cumplen el
centración y retención conocidas comúnmente como hiperactividad o Trastorno requisito ~e estallar en sus mentes cual artefacto explosivo. Su magnetismo consiste en ser el tópico de SllS
conversacioues y en hacerles sentir partícipes de un evento que les definirá y diferenciará de los no inicados.
por Déficit de Atención. No es frecuente que todo uanto viven o hacen traspase Todos los lectores de una generación comulgan con ciertos best-sellers, Generación y libro se definen recí-
la cutícula de sus sensaciones emotivas y sus diástoles fisiológicas, sus tics y procamente.
TERESA SÁNCI-IEZ SÁNCl~EZ
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cia; se perpetúa en el pensamiento concreto operatorio. Devendrá un pseudoadult~ pcro impúdicamcntc abierta para otros. El hermetismo ante la familia es el envés
incapaz de representar y ejercer autoridad intelectual alguna. Este SUjeto esta del exhibicionismo ante los extraños (próximos) que conectan con lo blogs, los
predispuesto a vivir jugando, ágrafo y tedioso, con un y~ proteico, disociado e~ chats y los foros.
su. multiplicidad deconstruida. Ausencia de representaCIOnes conce.pt~ales que
descarga de entramados neuróticos la nosografía adolescente, multiplicándose las
9. DESCONFIANZA DE LA CULTURA REGLAMENTADA
somatizaciones, adicciones y trastornos bordeline que Juegan mucho mas con las
metamorfosis de un ser de-construido y sinsu más profundo centro. Estos adolescentes que están inflados de sub-información y crecen vacia-
dos de estructura capaz de metabolizar los contenidos excesivos cuantitativa-
mente, pero amorfos cualitativamente (cuando no estridentes, amarillistas o
8. LA INTIMIDAD HIPERCONECTADA fabricados ad hoc), están dispuestos a abrazar cualquier propuesta: crédulos e
infantilizados. Hemos llegado al fin de la era libresca y adviene una etapa de
La tiranía de lo icónico, de la imagen (en el doble sentido de representación ideas infiltradas catódicamente en dispositivos electrónicos lúdicos y tecnoló-
visual y apariencia estética) está teniendo su consecuencia en ~Idespotismo del gicos a un tiempo. lnmersos en los nuevos códigos de la postmodernidad, el
Logo, la Marca. Sartori pronostica que Internet será un ma?l:lÍico instrumento prototipo de joven adaptado a los nuevos tiempos picotea su pitanza cultural
infrautilizado, cada vez menos valioso y más lleno de futilidades, tramp~s y (dejémoslo así; no lo devaluemos a pseudocultural, ni a contracultural) de aquí
desfiladeros de propaganda que van a contaminar el producto y colapsar elm,s- y de allá, no almacena saberes escleróticos, sino que viaja, navega, chapurrea
trumento hastiando al usuario. Ramón Buenaventura proclamaba la decepción varias lenguas, ve, mira las pantallas, juega, descifra códigos tecnológicos de
popular ante Internet y sus prometidas e infinitas posibilidades. sus juguetes electrónicos.
"Más de cien millones de chicos entre los doce y los veinticinco años se Nos invade por doquier una oleada de vulgaridad, simpleza y trivialidad
comunican a través de los messenger, con cámara incluida, de SMS, Yahoo! O· de la que a cierta edad podemos consideramos relativamente inmunes gracias al
Wanadoo, para intercambiar escritos, imágenes y música a lo ancho del mundo. Y caparazón de pensamiento crítico que hemos elaborado en etapas previas; pero
estos muchachos al revés que la mayoría de los adultos, no emplea internet como ¿y los niños y adolescentes actuales que carecen de estructura y de coraza frente
una reserva de saber sino como una vía de contactos"ey. Verdú, 2005, p. 190). al triunfo y exaltación de la vida-juego, la vida-espectáculo, la vida desparra-
mada que se exhibe sin contrapunto alguno en las pantallas? El hamo sapiens ha
Si el tiempo que nos ha tocado vivir es, por otro lado, Ul; t~empo extra:cul- dado paso al homo insipiens, que ahora prolifera e inunda hasta los organismos
tural, el instrumento tan poderoso deviene soporte propagandlsüco (comercial o de poder, el deporte, los medios, las coordenadas productivas, etc. El paradigma
político), o diseminador de entretenimientos diversos (juego, sexo perverso, con~- que ha supuesto durante años "Crónicas Marcianas" para los adolescentes refleja
piraciones, tramas de influencia social casi imposibles de desactivar, etcj.El antí- la deriva del esquema social de lo glorificado: un lumpen mal formado, incon-
doto de la inoculación informativa e invasiva debería ser el escepticismo cntico y sistente, desvertebrado y vacuo. La televisión como instrumento pedagógico
la prudencia y mesura selectiva en el uso. Entre ta~to llega ese momento, !llIestros entroniza al perpetuo infante inane y acrítico, al enfermo de vacío, que sólo des-
adolescentes consideran las pantallas como los oraculos gneg~s, .con el mconve- pierta de su modorra abúlica a base de estimulaciones sensacionalistas extremas:
niente de que estimulan sus sentidos pero embotan el entend~mlento, porque la televisión-basura.
palabra tiene más capacidad connotativa que la imagen. Los an~\1lalesven ~ero no Sumidos en un letargo intelectual, en una pasividad represiva y en una difi-
hablan, ellos no han generado cultura, aunque sí costumbres y enea, pcro SI lo han cultad para emprender búsquedas activas o para entusiasmarse con su tarea de
hecho los parlantes. investigar y adaptarse al entorno. Los propios alumnos reflejan en una encuesta
Los innumerables jóvenes adictos a las pantallas, en vez de vivir en primera de! Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo (IDEA) que son inca-
persona, observan vivir (reales o virtuales, poco importa cómo sean los ente~) paces de valorar y ejecutar tareas que supongan esfuerzo y cuyos réditos se
o viven para tener algo que narrar: ofrecen en el altar de la ~ed su l~xpencncla obtengan a largo plazo. No temen represalias por su fracaso escolar, ni anticipan
al escrutinio de conocidos y desconocidos, Cunosa exhibición de .a intimidad una merma en sus gratificaciones si se apean del sistema público de cultura. La
paradójicamente compatible con el aura autista que les envuelve y de la que se auctoritas académica les causa escepticismo y desconfianza; se flan tan sólo de
lamentan sus propios familiares. Intimidad celosamente amurallada para 1ll10S, lo que sus iguales les trasmiten. Funciona el boca-oreja y la exploración auto-
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didacta de intereses personales, pero los docentes no son sino un atajo de enci- "¿Acaso no comprendemos que la pérdida de rasgos' (producida en buena
clopedias desvitalizadas que pretenden abducirles a su Olimpo del saber que les medida por la franquización del mundo) nos va haciendo cada vez más aptos para
alejaría de su 'peña'. Sólo los iguales son dignos de fe, no las vacas sagradas de la clonación?" (E. Sábato, La resistencia, p. 82)
los catedráticos, habitantes de un mundo extinguido: El paleolítico cultural de
los saberes clásicos e ilustrados. Houellebecq traza un panorama desalentador en "El mundo como super-
mercado", donde la tiranía del mercado ha roto la frontera que separa productos
y productores. El adolescente se sabe abocado a un mundo en el que su persona
10. FAST-THINKERS tiene precio, un valor temporal, desechable y sin garantías, aunque con contra-
prestaciones. Para el sueño económico de este capitalismo de ficción (V. Verdú,
Antes apuntaba también a la coordenada temporal: Lypovetsky calificó el 2003) todo es regulable como mercancía y "todo valor humano tiene su equiva-
fin de siglo como "el imperio de lo efímero". El joven es consumidor de tiempo, lencia económica y todo deseo tiene su satisfacción en objetos de consumo o en
devorador, transeúnte de la sucesión de instantes y novedades. Los instrumen- imágenes de cuerpos reeditados" (Vila, 2005, p. 68).
tos, los enseres, móviles, programas, videojuegos, ordenadores, electrodomés- Así pues, asistimos a la modificación del estatuto del yo (la pregunta por el
ticos, hasta los vínculos afectivos están signados por una fecha de caducidad qué soy es hoy día previa a la de quién soy), dado que la alteridad la componen a
que los engulle. El marchamo de calidad y el deseo de adquisición, van ligados menudo objetos-cosa con funciones pseudopersonales (chats, jugadores o héroes
siempre a lo último, lo nuevo, lo vanguardista, el proyecto, el lanzamiento; virtuales, informadores o parejas no corpóreos), y cuando el otro es un objeto al
nada que dure, que arraigue, que comprometa o que vincule, dando estabilidad que se le asignan o atribuyen cometidos o significados humanos, es lógico que el
° seguridad. Este frenesí neofílico (apasionado por lo novedoso, con tal dc que hombre -por ósmosis- también se objetivice, se cosifique o se reifique, o, lo que
esté candente, no importa su calidad o utilidad) o esnobista, apresurado, inme- es igual, se deshumanice.
diatista, es forzosamente sensorializado, se queda a ras de la piel, no puede ser
metabolizado más que como vértigo, a través de multiformes apariencias cor- El otro no es ni sujeto ni objeto, sino un sobjeto (V. Verdú, 2006), un objeto
porales del síntoma, o a través de patologías de la imagen, de la sexualidad, del de degustación en tanto que admita quedar simplificado ante mí a su dimensión
consumo. Todo, la identidad incluida, es proteiforme, el yo es un yo ameboide, de consumo, conversación o intercambio, y sólo para el tipo de transacción que
sin contamos definidos, ni consistencia de rasgos. Lo plural y maleable de la se plantee -sea ésta emocional, sexual, comercial o de diversión-o Se abre una
fenomenología adolescente multiplica las expresiones histeriformes, tanto las nueva etapa en la que cada sujeto -sobre todo los jóvenes, más zambullidos en el
sanas como las patológicas. esquema- pacta tomar y donarse a los otros en una miríada promiscua de cruces
interactivos. La única meta en generaciones sin destino trascendente es atesorar
El lenguaje juvenil encomia lo fast (rápido) y denigra lo low (lento). Eso experiencias múltiples e imaginativas, originales y límites. Todo es posible, siem-
provoca una dictadura de la prisa y una paralela dificultad para el ejercicio pre que se parta y se comulgue con el no-compromiso, con el no-futuro, con el
(entrenamiento) de una de las funciones madurativas del proceso secundario (la no-definitivo. La vida es un bufette libre desplegado ante el apetito caprichoso y
inhibición, el aplazamiento o la renuncia) y un crecimiento de los trastornos en momentáneo.
el control de impulsos o propensiones al acting convulso, con predominio de
Ese joven átono, abúlico, un poco plano y estuporoso, ¿no es acaso un
lo sensorio-motriz sobre lo simbólico. El ser se cuece en la lentitud. El tener,
contrapunto de la robotización causada por la hipertrófica mecanización del eco-
en cambio, puede depender de oportunidad, táctica o ingenio. He aquí cómo el
sistema estimular y relacional en que transcurre lo humano? La robotización del
tener, el parecer, el simulacro o la estrategia van ganando la partida a la lenta
hombre corre pareja a la humanización de los robots, a juzgar por los prototipos
maceración o laborioso cincelado del ser. Fast Foot -comida rápida- y Fast
diseñados en Japón, y que ya pueden adquirirse incluso para funciones afectivas,
Thinkers -pensamientos rápidos- son producto o epifanía del mismo cut de sac
relacionales y sexuales, además de para las que se les presupone. El verdadero
de la postmodemidad.
"Gran Hermano", anticipado por Orwell (1984), ese gran ojo manipulador que
Un Macmundo (Pérez Jirnénez, 2002), donde impera la uniformidad y tele-dirige a través de las diversas pantallas, y absorbe la autonomía y el criterio
la customización a un tiempo, el individualismo subjetivista, el relativismo del espectador, representa el nuevo Gran Teatro del Mundo, en una mezcla frag-
perspectivista, y -paralelamente- el gregarismo totalitario de lo políticamente mentaria, yuxtapuesta e incesante de imágenes, información, acontecimientos,
correcto. Prevalece una iconografía de la insustancialidad y de la banalidad. que van minando y anulando la sorpresa y la iniciativa curiosa.
jji
11. MANDAMIENTO ÚNiCO: NO ABURRIRSE ausencia -semejante nada- es sin duda lo que trata de llenar la vorágine de pro-
ductos y distracciones con que nos atiborramos y cegamos".
La bestia negra de la juventud postmoderna es el aburrimiento, La sobrces-
timulación recibida desde el nacimiento, no les ha hecho más inteligentes, sino
Esta banalización o idiocia moral ha sido estudiada por muchos: Norberto
más ávidos. Ha creado adicción de sensaciones y novedades. De no obtenerlas,
Bilbeny, Enriqueta Moreno o George Steiner, por señalar sólo a aquellos de
el reflujo inevitable es el desinterés, la abulia, el hastío. El contrapuento de esto
es que el temor a aburrir a los alumnos, hace a muchos profesores abdicar de la entre los pensadores a cuyo conocimiento he accedido que más certeramente
palabra y la exposición a favor de los gráficos, los reportajes, las dramatizacio- han puesto el dedo en la llaga. Por distintos caminos, todos concuerdan en seña-
nes, los chistes o mil variantes del show. Acróbata, mago, actor o músico, en un lar que de este nuevo malestar en la cultura se desprenden nuevos síntomas: la
esfuerzo denodado de despertar de la catatonía mental a los bostezantes, consul- psicopatía por atrofia superyoica, el hedonismo histeroide o la compulsión al
tantes del reloj y cuerpos de arcilla desmadejados sobre los pupitres. narcisismo o el fanatismo radical izado en crueldad y vileza, son sólo algunas
Aburrirse siempre ha formado parte de la condición humana. ¿Quién les ha resultantes de la nostalgia del absoluto perdido:
hecho creer lo contrario? La utópica campaña con Ira el aburrimiento, consagra
la di-versión, dejando de ser ésla una aspiración para devenir una exigencia, un "Los cultos de la insensatez, las histerias organizadas, el oscurantismo, que
imperativo irrenunciable. La intolerancia al aburrimiento entronca con la avidez se ha convertido en un rasgo tan importante de la sensibilidad y la conducta occi-
incesante de aclividades o con la búsqueda de estimuladores dopaminérgicos dental, son cómicos y a menudo triviales hasta cierto punto; pero representan una
que aumenten o equilibren el rendimiento del centro del placer. J.A. Marina ausencia de madurez y una autodegradación que son, en esencia, trágicas" (G.
señala la semejanza etimológica de di/verterc (diverlir) y per/vertere (perver- Steiner, 2001, p.87).
tir): parientes cercanas (si le añadimos con/ vertere (convertir» que apuntan a
la plasticidad y versatilidad de la pulsión y a las metamorfosis que adopta la ¿Qué es esto sino la patología del desasosiego? ¿Hay algo más adolescente
angustia en las patologías juveniles: diversión (al precio que sea), perversión
que el desasosiego?
(desparramamiento bárbaro y límite de la violencia en muchas tribus urbanas),
conversión (nunca el cuerpo ha sido tan estandarte y pancarta de la vacuidad de Los absolutos han dejado de trasccndentalizarse (ni son divinos, ni son con-
sentido y de la carencia como en las bulimarexias por ejemplo). ceptuales: PAZ, JUSTICIA, LIBERTAD); pero se sigue mitificando olras cosas que
acaparan muchas de las f0I111as de la adictividad postmodema: nuestros jóvenes se
enganchan a tareas, sustancias, instrumentos, juegos o relaciones tóxicas, buscando
12. LA DEFORMACIÓN RELATIVISTA no ya liberarse o mejorar, sino potenciar la autopercepción del yo y extremar la
experiencia sensorial y emocional. Los caminos del síntoma desvelan la inmanencia
La cultura tiene un sabor decadente, crepuscular, a fin de época; la demo- con que la angustia se agazapa tras los nuevos talismanes de la felicidad: la belleza,
cratización del acceso al saber ha banalizado la relevancia, ha homogeneizado
el dinero, el éxito. Vemos la necesidad de hallar un asidero firme tras el hambre
el mérito, ha trivializado la excelencia, ha repudiado los valores dcl clasicismo
voluntaria o el vómito autoinducido en los trastornos alimentarios; la vemos tam-
para encumbrar -en la apoteosis de la estulticia- al transgresor, al miserable, al
famosoide, al monstruoso, al tremebundo, al cínico, al traidor, al falso. La cul- bién en la brega masoquista del gimnasio que se infligen los vigoréxicos; vemos la
tura de lo freak está rompiendo valores que troquelaban el sujeto moral (compro- búsqueda del otro y del sí mismo en los enganches adictivos a los SMS, a los chats,
miso, responsabilidad, altruismo, honradez), dando alas a la creencia relativista a los [oros o partys; vemos la función especular del joven en los botellones y en las
en la que no sólo todo vale, sino en la que todo vale lo mismo, pues sólo importa macrofiestas (cada uno es espejo de otros y busca a los otros como espejo).
la consecución del fin más encumbrado: el éxito a ultranza y su traducción cre-
matística en dinero. En un romántico y cándido escrito encabezado por Alvaro
Mutis, titulado "Manifiesto por la muerte el espíritu", los firmantes señalaban:
13. LA AMBIGÜEDAD DEL DESEO
"Nuestro destino es estar privados de destino, es carecer de todo destino que
no sea nuestro inmediato sobrevivir ... Carecer de destino, estar privados de un Las nuevas generaciones han impuesto nuevas modas: lo metro y lo tecno-
principio regulador, de una verdad que garantice y guíe nuestros pasos: semejante sexual, lo gay y lo femenino. En todas ellas predominan los "amores mercuria-
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les'", desencantados y fugaces, contingentes, exentos dc la vocación de eterni- 14. LA DUCTILIDAD SEXUAL
dad y necesidad. Amores que perduran lo que aguanta la química y la sintonía
No ha mucho que se partía de que la condición sexual de cada uno era está-
emocional, y que se agostan fácilmente ante las dificultades o. ~scol!o~. Pocos
jóvenes se imponen perseverar más allá de las crecidas de la paslOn.'Tacltamente tica e inalterable. Ahora, en cambio, tiende a interpretarse como opción, como
se acepta que los estragos del tiempo y la costumbre mermarán 1~gratificación elección basada en la afinidad circunstancial, y por consiguiente, susceptible
de la pareja y entonces será conveniente elegir senderos que se bifurquen. de metamorfosis a lo largo de la vida. Interpretación confusa y falaz, pero que
mtcnta restañar el protagonismo personal -en vez de la imposición anatómica o
Las generaciones de veinteañeros ensalzan la autenticidad del Y9 y de las cultural de género- en la elección de la modalidad de la coyunda. Infinita alea-
propias normas esenciales por encima de la persistencia de los vínculos. Observen toriedad.
cualquier serie televisiva protagonizada por jóvenes y verán escenificarse estos jue-
gos de agrupamientos, rupturas, reagrupamientos y fragmenta~iones, en una bús- Algo que vemos en la escenificación amorosa juvenil: donjuanismo insa-
queda desesperanzada del acoplamiento perfecto. Pero la continuidad, la lealtad y ciable, masculino o femenino que desemboca en una encrucijada opuesta a la
el compromiso no siempre son considerados como un valor, sino un signo de escle- planteada por Freud que era, a saber: fuerza del deseo, debilidad de ejecución
rosis, de anquilosamiento, de renuncia al ideal romántico, de rendición y traición (impotencia). En la postmodemidad adviene otra paradoja contrapuesta familiar
respecto a los sueños juveniles. Frente a ello, exaltan la libertad de elegir sin excluir a todos los psicoterapeutas en la que la prontitud y facilidad de ejecución se
el ingrediente del capricho, en detrimento del compromiso. Muy bellamente, Fcr- acompaña del languidccimiento del deseo, percibido en sordina, incluso a través
nando Savater aplaude el deleite dionisiaco de la vida, esa plenitud del eros quc, de numerosas y plásticas expresiones de una neo-sexualidad "operatoria" (no
sólo cuando se desliga de su objetivo intrínseco de supervivencia, deviene tanático. simbolizada). La sexualidad es más quc un argumento afectivo, un conducto
Dice que la humanidad está enferma de énfasis y de un "pathos" arrebatador: lúdico y expresivo. Desde el desdén por los compromisos estables, los jóvenes
asumen su condición de máquinas eminentemente solteras y experimentalistas.
"La belleza de lo contingente es la que celebra tanto el temblor de lo que nos La permutación de parejas y géneros, edades y modalidades exploratorias se
es dado como la sombra de lo que nos falta" (F. Savater, 2003, 186). asocia al concepto de libertad sexual. Una de las experiencias que revelan lo
dicho es la de "hacer sexo" o "practicar sexo", cual si de una actividad motriz o
Si el adolescente elige intensidad condena a la caducidad a aquello que deportiva se tratara, no muy diferente de practicar tiro al plato o tocar la flauta.
elige (lo intenso es eñmerorSupone resignarse a la muerte y al reemplazo del Quien más quien menos se reserva la opción de la retirada. La tendencia es
objeto de deseo, reducido así a su minúscula dimensión de objeto-cosa susti- fusionarse sin fundirse. Ser joven es sinónimo de apertura a lo novedoso de la
tuible, la renuncia al Deseo concretado en otro, la extinción del rornauticismo'. experiencia, nadie firma la fidelidad como un cheque en blanco y vitalicio. En
Algo así presagió ese perpetuo adolescente que fue Luis Ccrnuda cuando abo- la combinatoria posibilística de encuentros o accidentes amatorios múltiples, la
gaba proféticamente por "ser fiel en cuerpos sucesivos". duración del acoplamiento o la reserva del cuerpo para sí mismo (en la f01111ade
neo-virginidad y parejas blancas o castas) es un experimento más con toques de
contrapunto rebelde y extemporáneo. Lo postmoderno no es consumir ávidamente
sexualidad, sino hacerlo sibariticamente, en pequeñas dosis, donde el 0111ato sin-
gularice el aparcamiento camal bruto, demasiado zafio y mamífero.
En lo sexual triunfa cualquier fórmula con tal de romper con los moldes
3 Utilizamos la expresión -rnercurial- de manera metafórica, adoptando la afortunada visión de J.A. dicotómicos hombre-mujer. La exploración de todas las caras y combinaciones
Marina al respecto, quien se vale de lo que acontece al mercurio cuando se expone al aire libre, abandonando
su contención dentro del tubo, las gotas de mercurio se agregan y desagregan incesante y caprichosamente. del poliedro sexual está a la orden del día, pero es una moda que tiene que ver
Tal es la fórmula combinatoria que rige la conducta afectivo-sexual de un gran número de adolescentes, lejos más con las metamorfosis de la pluralidad cultural constantemente proclamada
del afán de estabilidad y perduración de otras edades u otras generaciones. corno signo de liberalidad, que una realidad interiorizada. Los psicólogos serán
4 Se da una disonancia cognitiva frecuente e11 los adolescentes actuales: el anhelo de encontrar la
pareja perfecta omnicomprensiva y dechado de perfecciones y atractivos eOITe parejo u la convicción de la los que deban responder si el polimorfismo sexual es un pasaporte más de la
caducidad de los emparejamientos, llamados a disolverse cuando arrecian las dificultades o el desamor u confusión histeriforme o el peaje que hay que pagar para acceder a lo política-
otras alternativas emcrgen en el horizonte. mente correcto: ser maleable, receptivo, abierto y dispuesto a la aventura y el
S No es trivial traer aquí la mención de la segunda y también revolucionaria cosrnovisión cultural
realizada por Lipovetsky en "El imperio de lo eflmcro" (Anagrama, 1989).
nesgo de lo desconocido.
r
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Lo soberano es la busca del placer, más que el objeto de su mediación y que ejerce una función autocalmante y aplacadora de ansiedades de aniquilación,
el placer fugaz en sí mismo. Es el anhelo del hallazgo de un otro indiferenciado disolución o des-realización que les zarandean durante la epopeya adolescente.
lo que prima, pero al objeto particular como tal "no se le individualiza y más
bien es intercambiable" (J. McDougall, 1982,270)6. Sociólogos actuales califican de forma apocalíplica las nuevas generacio-
nes. Dicen que son mansas, apáticas, autistas sociales conectados al cordón
Lo "normal" en el adolescente-joven es el ejercicio de la actividad erótica umbilical del Cable, nunca tan manipulables y alienadas como ahora (C. Moya,
de manera transitoria y transitiva. El otro no cumple su función de vocativo que 19R6; Pérez Jiméncz, 2002).
llama y enciende al yo, sino que no pasa de ser un complemento provisional en
la conjugación del verbo amar, gozar, juzgar o entretenerse. El otro es necesario Me permito intercalar aquí un significativo análisis de Vicente Verdú al
para la propia felicidad y uno mismo se dona para el recíproco consumo placen- radiografiar con espeluznante precisión "el estilo de mundo":
tero del partenaire. Mutua inmolación para evitar la soledad.
"(Los jóvenes) postmodemos son, aSÍ, como los muebles modulares confor-
mados a partir de elementos de distintas piezas y cuya mayor ventaja es la dispo-
15. VIVIR AL LÍMITE Y EN ESTADO DE EMERGENCIA PERMANENTE nibilidad para el ensamblaje o el despiece veloz. Un ser sin demasiados atributos
fijos, disponible como unjuego de Lego, hecho de muchas sangres y avatares, listo
Empieza a abrirse paso y a ser aclamado en los programas preferidos por para la discontinua vicisitud de la ficción. Vulnerable ante las realidades únicas,
los jóvenes lo Queer (raro); lo extravagante deviene una formula que conquista pero óptimo para las alianzas volubles y la obligada plasticidad del corazón" (Y.
los minutos de gloria indispensables; en todos los ámbitos se impone un argot Verdú,2002, 192).
lingüístico indescifrable para los no-iniciados en el código (V Verdú, 2003).
Encontramos una clara superposición y mistificación de órdenes: lo estético Nos engañamos pensando que la accesibilidad, disponibilidad y global iza-
suplanta a lo ético, lo tecnológico se yuxtapone sobre lo científico; lo eficaz ción de los instrumentos y técnicas de comunicación facilitan ésta. Concuerdo
engulle lo valioso, el talante desplaza el talento. con quienes (Martín Serrano, 1986; Vila, 2005) señalan que estamos hiperco-
La conciencia del "[sálvese quien pueda!" ante el predominio de fuerzas nectados pero infraconmnicados y deficilariamente escuchados o entendidos.
disgregadoras en el mundo, obliga a los adolescentes a vivir al filo, sorteando las
infinitas fuerzas de fisión que sacuden el mundo y su yo intrapsíquico y sin con-
16. LOS JÓVENES COMO SUPERORGANISMOS SINI~RGICOS
trapunto suficiente de fuerzas de fusión y vinculación. Se proclama la voluntad
de ser libre, pero se esconde la trampa de que el ejercicio de esa libertad entraña Grandes masas de jóvenes, conscienles de su fuerza ciudadana, congre-
la elección de hacerse esclavo y dependiente de multitud de estímulos y objetos
gados para arrasar un parque tras una macrofiesta, aclamar un grupo de rock,
que se ofrecen al sentido.
derribar un gobierno o boicotear una marca o una institución, forman fratrías
En distintas edades del ciclo vital, entre otras la adolescencia, se busca acre- momentáneas, ad hoc, sorprendentemente eficaces y temibles como la mara-
centar la excitación y la estimulación, incluso la subjetivamente dolorosa, para bunta detonada por resortes qnímieos. Compartimos o emborrachamos la sole-
consolidar la intropercepción de estar vivo. Algunos estudiosos han constatado dad con objetos de consumo o mas s media que, lejos de liberamos, mediatizan
que la búsqueda activa, muy del gusto juvenil, del riesgo, del miedo y del dolor, los encuentros genuinamente humanos. Los medios no son los instrumentos
para vehicular el mensaje, sino que deyienen el mensaje en sí mismo", No se
6 J. McDougal acierta de manera ejemplar cuando contrasta ia patología sexual frecuente en la clínica comparte con el otro, no se acompaña ni se escucha, ni se medita en el silencio.
de Frcud y la actualmente reinante. La casuística que cualquier terapeuta atiende: es la de jóvenes promiscuos
La intoxicación de mido y de imágenes impide la germinación de ideas o la
o adictos al sexo que no se sienten capaces de TImara sus fugaces y multiformes objetos de acoplamiento
sexual. Ninguno destaca de la maraña plural de sus ejecuciones gcnitales, puro juego, desanudadas del senti- arquitectura de genuinas y profundas emociones. El resultado es ese desolador
miento que pudiera simbolizadas y rescatadas de su carácter meramente operatorio. La soledad resultante y sufrimiento, el VACÍO esencial. La siguiente cita ratifica este diagnóstico:
la angustia de no ser amado (amable) se aplaca en cada nuevo y fugitivo encuentro, antes dc que emcrja un
nuevo desprendimiento sin duelo. La pulsión queda flotando en el limbo, glorificada, pero sin engarces que
la conecten con lo real ni con lo simbólico. Viva estampa de la disociación entre una función cuasi mecánica . 7.A buen seguro que es una observación común ver a los adolescentes, no ya hablar a través del
de la sexualidad, donde la fisiología de la descarga no tiene meta mediara, más allá del orgasmo, y una sospe- móvil, smo comprar un móvil para hablar sobre él con los otros, cornpararlos tunearlos personalizarlos
chada pero escurridiza promesa del amor idealizado y nunca concretado. secretearlos, aumentando así la integración y la organización intragrupal. " ,
52 TERESA SÁNCHEZ SÁNCHEZ
"El joven de ahora es más vulnerable. Está, como dice con precisión la len-
gua francesa, "en souffrance" se ve encallado y sufriendo. No tiene por costumbre
pedir ayuda y se siente impotente delante de un destino incierto y cambiante. El
joven, como el adulto, tiene un vocabulario carente, le faltan palabras y le sobran
significantes. Falla la orientación y el sentido de la finalidad de nuestro ser en el
mundo y del futuro querido. En su lugar encontramos proliferación de imágenes
y objetos y reproducción de órganos y cuerpos" (F. Vila, E. Días, M. D. Vique, Capítulo Tercero
2005,69).
EL PANDILLISMO O LA ÓSMOSIS ADOLESCENTE
Son muchos los que han avisado de los peligros de este progreso decadente CON EL GRUPO DE PARES
que no produce una evolución paralela en lo cognitivo-tccno-científico (enorme-
mente rápido y autoactualizado) y lo afectivo-humana-ético, donde se producen
colapsos, enquistamientos y cataclismos que se dejan ver en las urgencias, en las
comisarías, en los brotes fanáticos, en los guetos subculturales, cn el gregarismo El conflicto adolescente, la adolescencia como agonía (adolcscere = dolerse
polimorfo de los fines de semana. Nuestro mundo ha entronizado la eficacia, el
de), han sido larga y tópicamenre caracterizados. No es nuevo asociar la adoles-
FUNCIONAR y se ha olvidado de la bondad, del crecimiento interno, de la ciu-
cencia al "cambio catastrófico" (Bion, 1966), ni asegurar que es una enfermedad
dadanía. El cambio en un parámetro sin cambio paralelo en el otro equivale a un
progreso superficial y desorientador (L. Racionero, 2000). "que solo dura un tiempo y el tiempo es su remedio natural" (Winnicott, 1971),
tampoco nos extraña que se la califique de "seísmo natural" (Hemández, 2002),
Desdén hacia lo solemne y denso, condescendencia y aplauso hacia lo o que se apele al dolor mental que arrastra la adolescencia para disculpar y com-
trivial. Se llevan las últimas tendencias que Se van sucediendo en cascada de
prender sus cuantiosos estragos.
esnobismo y sofisticación. Lo rompedor es corear, no ya lo transgresor (que eso
ha ocurrido siempre), sino lo decrépito o lo fashion, siempre que sea X-treme. La adolescencia es una edad troqueladora de la identidad. En ella se mol-
Estas terribles formaciones reactivas corroboran que el nuevo mal postmoderno dean y acrisolan rasgos que definirán la personalidad definitiva (los rasgos esta-
fue el predicho por Kundera en su soberbia "La insoportable levedad del ser". bles e identificadores) del individuo: su sexualidad, su pensamiento, sus actitu-
Pues de eso Se trata, en esa dolencia confusa, inaprensible y desccntrada que des básicas y genuinas, su relación intrapsíquica e intersubjetiva, su posición
aflige a nuestros adolescentes: del insoportable peso de la levedad de sus vincu- ante la alteridad, su narcisismo.
los, de sus esperanzas, de sus deseos, de su pensamiento. Y, por supuesto, no es
deseable que así sea (Rojas, "El hombre ligth"). Pero cómo hemos de quejamos. La evolución humana nunca es lineal, pero si hay un período en que sopor-
Acaso sólo podamos resignamos a lo que no logramos entender desde la otra tar la vida sobre un esqueleto y un psiquismo en transformación es una tarea
orilla: hercúlea, ése es el que comienza cn la etapa de pubertad y finaliza (?) en una
madurez que llega a ser esa tierra prometida inconquistable (Lillo, 1999). Hasta
"Porque el placer de no entender es un placer postmoderno, el placer de vivir llegar ahí ha de atravesar el adolescente multitud de fases y procesos que supo-
en un mundo tan complicado que no tenemos ninguna necesidad de entenderlo: nen desgarro y ruptura respecto a algunos objetos externos e intemos y eclosión
sólo de atravcsarlo" (A. Ibáñez, Blanco y Negro, 10-1-2004). o metamorfosis respecto a otros componentes de su psique-soma. Algunos de
dichos procesos son los siguientes:
-~
comerciales que la alternativa estética, intelectual o histórica, que antes brindaba dana,la exploradora, la histórica, la interactiva, para acentuar sólo la dimensión
consumista y hedonista.
el casco urbano. Las ciudades se van desdibujando en sus trazos distintivos. La
idiosincrasia desaparece: el proceso de homogeneización es imparable. En contrapartida, en este contexto de privatización de la expresión humana
Rem Koolhaas habla de "ciudades genéricas": todos sus elementos son donde vecindad y proximidad son dos condiciones alérgicas, los CC se constitu-
afines: CC, aeropuertos, hospitales, oficinas, zonas residenciales. Si un sujeto yen en el corazón de las neo-ciudades federadas (barrios) dentro de la ciudad glo-
perdiera momentáneamente su orientación espacio-temporal y, sin información bal: Clel~amente. Ya puede designarse esta realidad como "ciudades huevo" (egg
al respecto, hubiera de determinar en qué ciudad del mundo se encuentra, difi- cities), Siendo su núcleo nutriente enzimático la superficie comercial. Creemos
cilmente podría discriminar entre Gijón, Ohio, Ámsterdam, Berna o San Peters- que hay una simbiosis entre población y centro comercial. Lo que no está claro es
burgo. Lo que cada ciudad conserve de específico más allá de la "franquización" cuál de los dos integrantes es el beneficiario o el benefactor. Porque ¿se idean y
global que se ve en las calles del universo civilizado, lo albergará en su centro proliferan los CC para atender las necesidades de los ciudadanos o más bien son
histórico. En su mayor parte, el centro de las ciudades queda como parque temá- lo~ ciudadanos. desplazados hacia dichos entomos comerciales el pI:etexto qu~ jus-
tico para su explotación turística, pero fantasmal por deshabitado del verdadero tinca y da sentido a los CC? Sabemos que una de las características de la postmo-
calor y presencia de inquilinos regulares. Es más, los habitantes de las ciudades dernidad es que el instrumento o el producto preceden a la necesidad. Los CC son
se comportan como turistas en su propio centro urbano, no como ciudadanos de los ieonos de I~postmodernidad. Primero emergen en el horizonte, la propaganda
pleno derecho. Cada vez en mayor medida, se comportan ellos mismos como unida a la curiosidad van tejiendo los hilos del imán invisible. Para evitar cual-
visitantes foráneo s que acuden al casco histórico a gestiones administrativas o quier disonancia cognitiva, el potencial visitante termina por autosugestionarse de
las ventajas que allí encontrará o de las acuciantes necesidades que le impelen a
como cicerones de familiares u amigos no residentes.
encaminarse hacia el santuario del comercio. Un inteligente análisis de F.R. Gar-
¿No es lo anterior, acaso, un fenómeno de desarraigo de la identidad ciu- cía da la clave que explica la retroalimentación de los servicios ofertados:
dadana? Y si lo es, ¿no se deberá a que la barriada constelada en t01110a sus
núcleos comerciales propios absorbe la existencia de sus miembros de un modo "(la opulencia, la sobreoferta) conduce al productor a la necesidad de no
excesivo favoreciendo una sensación de autosuficiencia ficticia y empobrece- tanto proveer bienes / servicios a menor precio, (... ) sino de satisfacer las más
dora? Nosotros apostamos que sí. Desgranemos esta idea. La zonificación resi- recónditas necesidades de los sujetos con los productos que más beneficios les pro-
dencial (zonning) es un fenómeno masivo que está rururbanizando las ciudades: curan. Llega un momento en que el productor "necesita" necesidades que cubrir,
se pretende que el sujeto que accede a una vivienda en una zona suburbana con- y para ello ha de crearlas o modificar por mercadotecnia las características de los
jugue la sensación de vivir en la ciudad -con todas sus ventajas- y vivir en un bienes/servicios ofertados para hacer creer que cubren otras necesidades nuevas y
complementarias" (F. R. García, 2002, p. 184).
espacio privado y humanizado con reminiscencias rurales. El chalet unifamiliar
cumple este cometido de manera paradigmática. Ha cambiado de tal forma la
percepción de los espacios públicos que el hacinamiento, la densidad urbana y Hemos dicho más arriba que los CC son los Íconos del mundo contemporá-
el centro son valores decrecientes, en beneficio de la personalización del entorno neo. Es su representación plástica más universal y hornogeneizadora porque pre-
habitacional, la dispersión y el periferalismo. figura un tipo de organización social característica que borra fronteras culturales,
territoriales o ideológicas. Los CC han terminado por constituirse finalmente en
En el ser humano, la apreciación de las necesidades y motivaciones un tótem transcultural que diluye muchas (no todas) de las grandes diferencias
evoluciona desde los niveles fisiológicos y supervivencia les primarios hasta entre las civilizaciones. Deliberadamente elegimos el término "tótem", pues es
dimensiones intelectuales, relacionales, culturales y espirituales. No culmina su el culto al valor adquisitivo el que se oficia en cualquier confin donde se asiente
desarrollo mientras no sobrepasa las primeras fases y objetivos y se adcntra en un CC, pertenezca a suelo árabe, americano, indio, ruso, islandés, australiano
la realización de los últimos. Sin embargo, la saturación de satisfacciones en el o europeo. ¡Qué más significativo emblema de la globalización habríamos de
primer orden alienta desinterés o desprecio por las restantes. Es aquí donde la encontrar que la uniformidad del mundo que se contempla en el paisaje exterior
sobreabundancia de ofertas destinadas al disfrute primario produce un engañoso de un CC! Volveremos sobre esto más tarde. Antes, profundizaremos en la faceta
efecto de "tenerlo todo" y no necesitar nada más que no forme parte de la paleta cultual de los Centros Comerciales.
de 'golosinas' comerciales que están en el primer plano de los sentidos. Empo-
brece, pues, la capacidad de desear cualquier otra gama de bienes o productos Sin desear en absoluto que este análisis degenere en panfletario o discurso
no vinculados al consumo y aliena al hombre de sus otras dimensiones: la ciuda- antiglobalizador, etc, ya que permanecemos en la neutralidad y recelamos de las
100 TERESA SÁNCHEZ SANCHEZ TENDENCIAS Y DOLENCIAS PSICOLÓGICAS DEL SIGLO xxr. .. 101
arengas demagógicas, es obvio que el fetiche compartido por culturas, políticas, ¿No reconocemos acaso en las grandes superficies comerciales la encarna-
pueblos, tan disímiles en tantas otras cosas, es el dinero. Por supuesto que, en ción de esta metáfora? La profusión de productos, la superposición de ofertas y
tanto que creación fetichizada, traspasa cualquier función a la que se le vincule. Es la mezcla y combinación de sensaciones y órdenes son sus características esen-
decir: va más allá de su valor de cambio, de uso, de riqueza. Se erige en símbolo ciales. La vanguardia que representan los centros comerciales modernos consiste
de grandeza, de éxito, de poder. Ya lo clamó el Arcipreste de Hita siglos ha. No en crear atmósferas anticipatorias que van calando insidiosamente en las mentes
descubro nada nuevo. En nuestro mundo es una credencial a la que se reverencia de cualquiera de sus visitantes hasta convertirse en fuente de nuevos anhelos
y quc ha borrado los límites de clases, alcurnias, estirpes y abolengos. Rasa a sus necesidades o figuraciones. Más tarde, los ciudadanos se aprestarán como afa-
portadores y los democratiza ("tanto tienes, tanto vales"), pero ahora no tanto por n050S esclavos a convertir con su esfuerzo y sus ganancias para dar sustancia y
su capacidad de comprar más o menos, sino por su capacidad de imaginar y soñar forma a esos espejismos. Como los habitantes dc la caverna platónica. De ahí
que el dinero sea el incienso del culto y el CC su tótem, ídolo o figuración divi-
nuevas ilusiones que su dinero podrá convertir primero en realidad y luego en
nizada: compendio enciclopédico de todos los catálogos de la felicidad. ¡Cuánta
posesión. Quizá no te haga feliz, pero te divierte: sería tal vez la sentencia actual.
nostalgia de absoluto hay en ello! G. Steiner aventa la creencia de que en una
El exceso de productos, el incremento de renta, la accesibilidad a los bienes sociedad secularizada masivamente como la nuestra, persiste en el interior de
útiles y necesarios, han confluido en producir una transvaloración de los valores, los hombres un anhelo insaciable de absolutos totalizadores y ese lugar no está
De modo que el dinero no se estima como un bien cuando sólo aporta bienes reservado a ningún ente divino, sino que puede divinizarse cualquier ente mate-
inelásticos (primarios o esenciales), sino cuando permite conquistar bienes lujo- rial o creencia capaz de otorgar los beneficios atribuidos a Dios. Sería exagerado
sos. El empeño humano cn nuestro tiempo se deposita en disfrutar de lo efímero decir que los CC son los nuevos absolutos o los nuevos dioses, pero tal vez no
pero poseer lo distintivo. Claro que los bienes de lujo sólo aportan placer cuando tan falaz afirmar que son los nuevos templos o catedrales donde se sacraliza el
su significado es superior a su precio y cuando son minoritarios. Pero sabido es consumo dador de un bienestar efímero y acumulativo.
que la campaña de marketing del comercio a gran escala consiste en inocular el La voz de alarma metafórica la dio J. Sara mago al publicar hace unos años su
veneno de la ambición y el deseo de mejorar e igualarse con el sujeto envidiado novela "La caverna". En ella, un macroedificio compacto y hermético destinado al
a costa de un tremendo sobreendeudamiento. Y cuando el lujo deja de ser elitista comercio, opaco al mundo exterior, se dibuja como el gran protagonista, el gran
pierde valor. Como concluye R. García "lodo produce una misma satisfacción eje gravitatorio de vidas, actividad y sueños. A él acude, como contrapunto, un
cada vez más decreciente ... El exceso impide la misma función de valorar. .. por modesto artesano alfarero a vender sus productos según marca el rumbo de los
l' ser todo válido, nada lo es rcalmenre" (p. 184). Los CC son los principales esce- nuevos tiempos. La novela asiste a la despcrsonalízación, asfixia y colapso de la
narios de la sociedad del exceso y provocan esta desvalorización continua que identidad individual, engullida por la realidad devoradora y absorbente del Cc.
alimenta la creación de nuevos valores que, a su vez, sufrirán rápido desgaste. Visión lan tremendista y apocalíptica, disfrazada de narración irrelevante y poco
pretenciosa, representa una parábola del papel desempeñado por el CC en la vida
Estamos, a juicio de Vicente Verdú, en la era del capitalismo de ficción, comunitaria, paisajística y costumbrista del ciudadano corriente,
superadas ya las etapas del capitalismo de producción y de consumo. Triste el
El "macro" hipermercado es un trasunto del mundo: todo está en venta y
primero, trivial el segundo, el capitalismo de ficción es trilero, porque persigue
regido por coordenadas macroeconómicas y macroideológicas sometidas a inte-
engañar, aspira a gustar, a hacerte cómplice de sus añagazas para luego aprove-
reses mercantilistas. El visitante no es más que la marioneta manipulable desde
charse de ti y explotarte mientras te entretiene y divierte. Estamos sumergidos
sus emociones y sus presuntas necesidades y búsquedas. El visitante no es más
por su influjo en una cultura del ocio y la distracción, generadora de espectáculo que el engranaje que mueve la ruedapero indiferente para la compañía o mul-
e imaginerías atractivas. Inmejorable su disección, dejemos hablar al autor: tinacional propietaria, pese a que se disimule la verdad trasmitiendo al usuario
"tú eres lo que nos importa", "trabajamos pensando en ti", "mejoramos cada día
"El capitalismo de ficción crea clientes como niños, innumerables mercan-
para facilitarte la vida", "tenemos justo lo que usted necesita" o "para nosotros
cías que actúan como golosinas y campañas personalizadas que se perciben como
usted no es anónimo sino que personalizamos sus inquietudes y sus sueños".
mimos. Lo que busca el nuevo capitalismo es hacerse desear como un sistema bien
humorado e idóneo en la producción de placer y, en los peores momentos, hacerse El Gran Atractor que es el CC absorbe en su remolino intereses colaterales
solicitar como una buena guardería donde se estaría más seguro que en la propia de tipo urbanístico, inmobiliario, ecológico, circulatorio, en mayor medida aún
casa" (Y. Verdú, 2002, p. 274). que la intendencia familiar doméstica.
102 TERESA SÁNCHEZ SÁNCHEZ TENDENCIAS Y DOLENCIAS PSICOLÓGICAS DEL SIGLO XXI. .. 103
2. EL CENTRO COMERCIAL VISTO DESDE DENTRO completamente ocupada, en la que no hay pausas, no existe el silencio y el horror
vacui es definitivo" (1. C. Pérez Jiménez, 2002, p. 39).
Pese a su apariencia externa de astro luminoso de neón, pese a la promesa
de un espacio infinito donde encontrar de todo y, al tiempo, donde perderse o La búsqueda de más cosas o de lo más nuevo (filoneísmo, lo bautizamos
vagar sin fin, el centro comercial es un espacio amplio pero finito. Su arqui- en otro lugar) (T. Sánchez, 2002), la avidez de sorpresas e impactos conduce a
tectura puede ir desde el tipo búnker subterráneo, hasta el airoso y estilizado o tina ciega exploración en los escaparates y estanterías. Es el encaprichamiento
I perenne. La sociedad de la abundancia, asqueada y estragada del exceso, no sabe
ultramodemo. Comparten, sin embargo, la sensación de corredor sin salida, de
I \ arquitectura sin fin, de laberinto sin centro' geométrico donde la búsqueda puede
devenir paseo, donde el muestrario de ofertas puede devenir museo, donde la
disfrutar pausadamente de sus necesidades ni regar sus esperanzas. Se lanza ver-
tiginosamente a la captación sensorial, dejándose seducir antes que convencer,
desorientación puede devenir vagabundeo fuera del tiempo y del espacio. Seña- de creaciones innovadoras y al desecho acelerado de propiedades perfectamente
lamos, por tanto, la desorientación y desubicación espacio-temporal que invade útiles y válidas; todo ello para justificarse racionalmente el propósito de la nueva
a sus visitantes esporádicos. compra fútil e innecesaria. J. A. Marina (2000) designó a este fenómeno "dicta-
dura del deseo": elocuente expresión paradójica.
Salvo que el usuario se zambulla en su seno con objetivo preciso y muy
delimitado, la atmósfera es suficientemente estimulante y tan sugestiva que per- Pero, en realidad, no eres tú el que compra, sino el CC el generoso Gran
suade al revoloteo curioso, a la exploración, a la demora bohemia por sus corre- Hermano que te incorpora y engulle para su propio fin erematístico y de control.
dores. No se busca ni se precisa nada en concreto, pero se abre cl margen de El visitante es captado, so promesa de disfrute y expansión, y no libera su capa-
receptividad a influencias o propagandas eficaces. Paulatinamente va quedando cidad de desear hasta que no ha saciado plenamente sus demandas y vaciado sus
el poso de que, cuando en el futuro, se necesite algo, allí podrá encontrarlo, bolsillos. La trampa es que el ciudadano piensa que es libre de acudir, de elegir, de
porque allí hay tantas cosas que seguramente también se encontrará lo que se marcharse o de optar por otra cosa, pero ignora quc el propio espacio cerrado y sin
precise. De modo que ese paseo indolente: e ingenuo ha bastado para sembrar ventanas al exterior provoca un efecto psicológico pernicioso: el olvido del mundo
una construcción cognitiva que operará posteriormente por asociación ante una externo, el estrechamiento del campo de visión y la domesticación del deseo hacia
los cauces ya estipulados y prefijados por la dinámica y los intereses del CC.
eventual necesidad ulterior.
Según se colige de los estudios de J. Garcés, "el 90 por ciento de los que
La sociedad postmoderna es hiperactiva y padece dromomania (T. Sán-
entran en uno de estos espacios con la idea previa de no comprar acaban sucum-
chez, 2001), esto es: se ve impelida a un movimiento continuo, a una actividad
biendo", porque, como ratifica soberbia mente L. 1. Parada "compramos cosas
frenética y sin meta precisa. Es víctima de la cultura de us fast. El sujeto mismo
que no necesitamos, con dinero que no tenemos, para ahorramos 10 que no
es víctima de esa aceleración y, como demuestran los estudios psicosociales, a
pensábamos gastar. .. seguramente porque queremos impresionar con nuestro
menudo no alcanza los niveles de pensamiento simbólico, abstracto y formal,
poder adquisitivo a gente que, en realidad, no nos iinporta o no necesita saberlo.
quedándose en niveles prcoperatorios de pensamiento concreto, vinculado a las
Nosotros mismos, casi siempre" (ABC). La faceta de consumidor suplanta las
vivencias y experiencias cercanas, sensoriales y tangibles, incapaz de ir más
restantes facetas del individuo: estudiante, trabajador, deportista, político. Son
allá. La dificultad de postergación de los deseos, la intolerancia a la frustración
meras dimensiones instrumcntales al servicio de la capacitación para comprar.
y a la ansiedad, la vinculación inmanente a las cosas, la angustia ante el silencio
Si existen es, precisamente, para definir y personalizar el tipo de objetos de con-
y la soledad, son factores que contribuyen a catapultarle hacia feroces y ávidas
sumo que luego seleccionará. .
)1
[armas de consumo o hacia ocupaciones a menudo alejadas de sus preferencias
subjetivas. Es aquí donde el imperialismo del marketing gana la partida: al per- Los jóvenes perciben los CC -como ciudades en miniatura. Como un
suadirle primero e imponerle después que entre en el eje de neo-necesidades y domingo perpetuo, donde siempre hay feria, donde siempre hay luces y música
compulsiones caprichosas. El hombre postmodcrno padece la enfermedad del de fiesta. Pueden sumergirse como actores o como espectadores en el juego
consumo que J.C. Pérez Jiménez (2002) califica de affluenza: consumo - factu- interaetivo del vaivén multiforme y colorista. Magnífico anzuelo para el h01110
ras - endeudamiento - ansiedad- nuevo consumo. Afirma: ludens. Pero he aquí que la abundancia impide ver lo que no hay. ¿Hay de todo
en un centro comercial? Ciertamente no, pero el espejismo consiste en creer que
"El éxito de una vida, hoy en día, se mide por su grado de saturación, por el sí y coopera en que el sujeto efectúe un proceso de acomodación cognitiva para
nivel de sobreexcitación al que se someta su protagonista. La vida ideal es la vida acoplar sus necesidades o caprichos a la gama de ofertas que allí se le brindan,
F
TENDENCIAS Y DOLENCIAS PSICOLÓGICAS DEL SIGLO XXI 105
TERESA SÁNCHEZ SÁNCHEZ
104
ta que la ambientación y el confort de las ir . ..
regresiva y acrítica que desde 1 rstalaciones aCIecientan una blandura
renunciando a su idea inicial, si es que la tenían. Gradualmente, el angos - , uego, no se da cuando b
miento de la ecuación deseo / producto va jugando a favor del mecanismo super- un comercio urbano exterior y abierto S _ l se usca un producto en
probablemente el nivel de vigil . . .ena a~110s,pues, que el ec disminuye
vivencial del ee. El usuario irá arrumbando sus deseos iniciales como obsoletos
cencia sensorial y física que'e anclJa ylcxlgencJa en sus usuarios por la compla-
o pretéritos y mutando su expectativa. nvue ve a estancia en él.
Una vez traspasadas sus puertas s~_accede a un mÍl;romundo. Todo el Sin embargo, hay que matizar que 1
universo de las opciones fisiológicas (comidas, masajes, centros ópticos o forma idónea (junto con la televisión) ;unque e, consumo hedonista sea la
paramédicos, relax, clínicas, etc), laborales (utcnsilios de cualquier tipo, brico- Hermano, dicho control ha de eiercerse e, c~n:rol socI~1 por parte del Gran ..--
laje, ferretería, menaje, herramientas, artesanía, decoración, etc) , intelcctL\3les recelo y la defensa de un sujeto ~lue rinded~u~~lat0111:a~u~ll para no despertar el
(cine, librerías, espectáculos variopintos, atracciones lúdicas, deportes, imagen lado pero produciendo en el individ 1 fi o a su individualidad. Será contro- \
. uo a su ciente Idea de at t ., li
y sonido, etc) , sociales (gimnasios, discotccas, cafés, espacios de diversión e que no luera su imagen yoica La sutil za cstrib . J ogestion y ibertad
. d d . '. I eza cstn a en que los or . d
interacción), están representadas en mayor o menor medida de forma que actúan le es e comercio y consumo habrán de c. . Olgal1lZ~ ore~ de las
como estímulos discriminativos que advierten de encontrarse en un lugar donde del c.omportamiento de compra (y de los Ol~~~~arsabiamente la uniformización
la conducta misma de haber entrado será reforzada. De paso, esas ofertas ope- del SIstema, y la participación activa ? /toS), necesaria para la eficacia
mente el filósofo francés: y persona izadora, Lo VIslumbró acertada-
ran como reforzadores en sí mismos y no como opciones comcrciales simples
(como en realidad son, ya que si uno come o acude al ginmasio o ve una película
también está realizando una conducta comercial, aunque no se percate de ello ."Control flexible, no mecánico o totalitario· 1
funciona por la seducción ' los l·11diIVI
iduc
uos adoptan,e S1l1
c.onsumo
d d les 1un proceso
. que
del mismo modo que cuando compra ropa, un coche, un ordenador o un marti-
rnodas, las fórmulas de ocio elaboradas .1 . . . u ar o os objetos, las
llo en la ferretería). Dicho en otras palabras: cualquier conducta ejccutada en el a su aire, aceptando eso pel.o n' pOI as 01 garnzacrones especializadas pero
interior de un ec es mercantil, pese a que la impresión inicialmente producida o eso otro cornbin d l"b·'
programados:' (G. Lipovetsky, 1986. . 107 ." an o I .Iem~nte los elementos
sea la de algo distinto: entretenimiento, paseo, alimento o cultura. y lo es en volver1os activos y dinámicos devol· Pl.. .) Hacer participar a los individuos,
un doble sentido: primero porque es un producto que se consume e involucra id ,vel es su estatuto de agent d d ...
converti o en un axioma de la sociedad abi ieii" a (lb.Id, p. 150).es e eCISlOnse ha
una compraventa o trueque y, segundo, porque permite subsidiariamcnte un
consumo mayor: después del lunch, la película o el espectáculo de magia que se
'regala' en sus conedores, el visitante puede haberse repucsto de su fatiga previa . El ee es el heredero de las viejas 'oras
á g d d
interactivamente en el Gran Teatro d:l M d ~n e d~sfila y puede participarse
y su saturación compradora haber descendido lo suficiente como para reactivar 50S, equilibristas), en ocasiones pas:rela ~: ~;1a'n ~caslOnes carpa (m~gia, paya-
la línea del deseo nuevamente. dades, en ocasiones casino para juego d t p rpetua y fugaz fena de vani-
, . . ' s e en reternrmento o· .
En otro sentido, el ee es también claustro, útero, caverna protectora. escenano o sala de conciertos No e b e du da d azar, en ocasiones
Veamos: la escasez de cristales o ventanas al exterior está estudiada para quc sobrepasa la audacia del comoercI·oat d . elque la versatilidad de usos y fines
ra iciona .En aras d '? D . .
el visitante olvide la cxistencia de ese mundo y llcvarle a pensar que el mundo . t:IVI
como .panacea contra la abulia ,1¡la "alta d e CIea id ad el hor e que. . de exhibirse
11
está contenido en su seno. La opacidad crea una atmósfera de vientre de ballena ac tua l o el fantasma del aburri . t H ,Tor vacut e iombre
f ., " n limen o. emos dcscubi rt 1
donde no hay salida posible, pero del cual se cncargarán de que no quicras salir unción terapéutica de proveedor de o· d d. .Ie o que e ee cumple esta
di CIO e istracción d ti 1
en mucho tiempo. La profusa iluminación, la ventilación Y refrigeración ade- t e !O o de relajante frente al estrés L ·l'~ . d ' e e~ mu ante contra el
cuadas, evitan la ansiedad claustrofóbica. Se induce una atmósfera de día eterno cualquier necesidad por contradict .ap e Ola e ofertas auspicia la satisfacción de
. ' I ona-que sea porqu 1ee 1 '
(aunque sea de noche) y de refugio de las intemperies del frío o del calor exte- de Milton, el Edén al que Adán y Eva I .d ', d e e es e paraíso perdido
riores que se convierte en reclamo para evitar los rigores atmosféricos Y favo- tarjeta de crédito como eai e "M. ian SI o lea mitidos por obra y gracia de su
rece la percepción del ee como útero confortable y apetecible. he sido más feliz": isig¡~ode·los t~~:pn~~~s(VquRe ~adsechen en el Corte Inglés, donde
_ . . . o enas, ABe, 12-3-2005).
La abolición del tiempo y del espacio sumerge al sujeto en una narcótica .Por añadidura, el ee es un club urbano l· .
sensación de evanescencia y futilidad, ligereza y levedad, como si fuera inmor- requiere cumplir requisitos para ser admitíd~o { asista, no selectivo, donde no se
tal y pleno. Emocionalmente cala en el visitante porquc conecta COll motivacio- quia a todos por igual Es un no lug ténti a acogida y bienvenida se obse-
.. . - ar au entrcamente d . d
nes fisiológicas primarias de bienestar y placidez, aumentando la rcceptividad que seas indigente como potentado . N a dile auscu 1ta las ropas,
emocratiza
el cametor,detanto da
identi-
pasiva del cliente a las sugestiones que se le exhiban delante. podríamos decir
108 TERESASÁNCHEZSÁNCHEZ
"". cumplir con la alegría de vivir, sin ser totalmente arrastrado por ella;
mantener y preservar una esfera hecha de silencio, de carencia, de austeridad, en
medio de la seducción aparatosa con que se pronuncia el objeto, parecen los desa-
fíos a que nuestro tiempo nos convoca. En medio del lujo creciente, comenzar por
abstenerse es el verdadero lujo" (F. Rodríguez de la Flor, ABC, 19-12-2004).
106 TERESA SÁNCHEZ SÁNCHEZ
TENDENCIAS Y DOLENCIAS PSICOLÓGICAS DEL SIGLO XXI
.. 107
dad o la cuenta bancaria, nadie recela del color de la piel o del idioma, no se pre-
placer
. ("g liS t'dI.") , sino
. que proveen a su 'bl· .
gunta la procedencia ni las intenciones. Estás en tu casa siempre que no perturbes
inhibido y afectado por 'as co . pu I.CO de ah~nentos para Sl1 ego más
el funcionamiento ni cometas algún delito. Todos pueden sentirse en un territorio • 1 mparacIOnes SOCIales El .
en espejo del mundo en estilo conf d d . centro comerCIal se erige
de! que son legítimos moradores, sin fronteras, sin etiquetas, sin estereotipos rigu- . , gura or e pautas de vid '
I
uencras que focalizará la atención . d d e VI a, en oraculo de ten-
rosos y sin adscripciones políticas. El espacio pertenece a la ley del dinero y a la > b 'cm a ana y que e derá .
magnanimidad de las firmas cobijadas bajo el manto y techo empresarial común enea ece las vanguardias adela tá d I once eran ventaja a quien
. ,, n an ose a a masa El CC laté
pero invisible. El cliente puede experimentar la tranquilidad de estar en su propia sentacIOnes sociales del éxito d 1 lui d . : es p ato de las repre-
C
primero en observador de'l es'pee ' ujo¡, d la felICIdad y convierte al visitante
casa sin tener que dar explicaciones de su deambular. Agrega V. Verdú: ct ícción I . ,
tima I~ente en comprador o imitador acude oes e fi ' . uego en sUjeto deseante,
"Hipotéticamente (en el interior de un CC), la vida no acaba nunca, ni nunca consiste en que te deia flUI·I·d I~s t~n.denclas. El magnetIsmo del CC
. "' e manera upnonca d . d
va a peor, no es adversa sino prometedora, y cada vez más satisfactoria y alcanza- cspacro temático a otro de lo I 'd· I .. e una tren a a otra de un
ble con dólares o con euros" (Y. Verdú, 1996, p. 56). S·111translclOn,.. ,. ' u Icoa onutnclOnalyd,·t 1 " .
Sl11solución de continuidad E e .es o a o tecnologlco.
l
de las melodías de las alnbl·entac· . I encadenamIento de los reclamos
. ' IOnes u o ores va nroducí ,
También es el CC una solución pródiga de opciones para el tiempo libre guez sensorial y una borrachera estirnuls . ' a pro uciendo una ernbria-
ue
y las motivaciones de esparcimiento. El hombre postmoderno vive sometido a estado oniroide de la conciencia El all qd sumen a algunos VISItantes en un
v ,.. resu ta o es que s b .
cuatro servidumbres: brillar, gustar, acaparar y dominar. La primera gira sobre sas ante sus múltiples y tentadoras· it . e res que rajan sus defen-
e! eje del éxito público, del reconocimiento, del halago narcisista. La segunda el estímulo de los sentidos se convierj aciones, y ya sabemos que "el placer y
pivota sobre el ansia de placer y el afán de estimación interpersonal. La tercera cOITiente" (G. Lipovetsky, 1986, p. 1O~).n en los valores dominantes de la vida
pretende acrecentar acurnulativamente todas las posesiones que engalanan al
La atmósfera placentaria y I .. .
hombre de fortuna. La cuarta aspira al poder de control sobre las voluntades, misión psicológicamente muy imP :~en~e:a inducidn por. el CC cumple una
el trabajo o los gustos de los demás. Si hubiéramos de traducir en rasgos de deseo. Veamos el proceso silogísti!: r an e. la de satIsfaCCIón alucinatoria del
carácter la exacerbación de estos cuatro imperativos del mundo contemporáneo,
cabría tildar de carácter narcisista al que se embriaga con la pretensión de brillar;
To~o deseo debe ser satisfecho, porque me lo merezco y lo valg«
de carácter hedonista e infantil al que sacrifica en el altar del gusto y del deleite
EXIsten lugares donde pueden corn lace . d'· .
gran parte de sus restantes dimensiones; de carácter obsesivo y adietivo el que a mi alcance y pensados para mi ~ene r mi es~o. DI.C~lOSlugares están
se empeña en la acumulación de objetos que operan como prótesis complemen- mi calidad de vida. sta; y pala fac¡[Itanne y mejorar
tarias y afianzadoras de un yo inseguro; de carácter parauoidc el q\le precisa
tiranizar a los otros para potenciar megalómanamente su propio yo. Si no satisfago el d . .
e infeliz. eseo, rnt autoestlma decrecerá y me sentiré flUstrado
No creemos andar muy descaminados si subrayamos el denominador común
en el que todos estos vectores del prisma de la postmodernidad convergen: la La fmstración, el aplazamiento o la renunr-i .
causan estrés. enuncia del deseo son l11Salubres y
inflación del yo. En efecto, el yo proteico, ameboide, calidoscópico y egolátrico
es una característica esencial del hombre ligth contemporáneo que compensa su A nadie perjudico por darrne el usto ..
verdadera fragilidad a base de atributos añadidos: dinero, poder, éxito, posesio- deseo o aspiración producirá un erec! dantes al contrario, cumplir mi
nes, conquistas, imagen. No son sino aderezos que maquillan la inconsistencia, mi relación conmigo mismo y ·co I °d e ;enovaclOn y restauración en
n os ernas
la desubjetivación o dcconstrucción del yo, la ansiedad y la soledad profunda
que todos los estudiosos señalan en nuestros contemporáneos. Rojas, Savater, Lue~o, cedo al deseo y voy al·encuentro de a~uello que lo encarna.
Lyotard, Gergen, Marina, Verdú, Sábato, Echeverría, entre muchos otros llevan He aqui el mecanismo psíquico .
años desnudando el simulacro que se representa bajo la apariencia de fortaleza. como curación. No es sino el mecani~~~Irtud d~1 cual la enfemlcdad se percibe
que
arrogancia y belleza de la sociedad opulenta del último cuarto de siglo. Porque nadie repara de entrad l' d su ,yace y alImenta las adicciones.
. . , a, en a ecepcion la I bilid
InsatIsfacción la angustia de segui . d .' cu pa tlidad, la renacida
y bien, ¿qué relación guarda todo esto con el abanico de tentaciones brin- , utr sien o precanos ...
dado por los CC? Creemos que mucha, dado que éstos captan no sólo las deman- Se completa el círculo: el individuo es o •
das superficiales que se les dirigen, en el sentido del consumo ("acaparar"), o del adocenamiento sino bien por 1 . t . ., grey pero no se siente mal por el
a 111egracion al model d id
Concordante con su nivel de as .. . . o e VI a presnntamente
puaclOnes y con su libre albedrío. La necesidad