Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1. ¿Qué es un ensayo?
2. ¿Cuáles son las partes de un ensayo?
3. Sobre la redacción de un ensayo
4. Delimitemos el campo de acción de un ensayo en el curso de Historia de la educación y
la pedagogía
1. ¿Qué es un ensayo?
La Real Academia de la Lengua Española define ensayo como “Escrito en prosa en el cual un
autor desarrolla sus ideas sobre un tema determinado con carácter y estilo personales” (RAE,
2018, p. 1). Consideremos un ensayo como una expresión escrita en la que un autor desarrolla
un tema para dar respuesta a una pregunta que lo inquieta. Para ello el autor toma como punto
de partida la (s) obra (s) de autores que aborden el tema que da origen a su inquietud. Para
responder a su (s) pregunta (s) el autor puede tomar varios enfoques, a saber: un enfoque
expositivo donde reconstruya las principales ideas del autor o autores en los que se ha basado;
un enfoque argumentativo donde proponga una respuesta a partir de su interpretación del autor;
y un enfoque crítico en el cual discute con los argumentos del autor y muestra las posibles fallas
argumentativas de este. No obstante, estos enfoques no se excluyen entre sí, sino que a menudo
se encuentran ensayos que los combinan porque la pregunta de base lo amerita.
Así, un ensayo puede responder preguntas de tipo ético, estético, epistemológico, político,
metafísico, educativo, o cualquier área que sea susceptible del desarrollo de ideas a nivel
personal de manera escrita.
1
Estudiante de Licenciatura en Filosofía de la Universidad Pedagógica Nacional.
2
El primero de ellos debe ser previo a la redacción y se trata de la organización de las ideas que
dan pie a un posible tema para el ensayo. En este sentido, es recomendable organizar la
estructura argumentativa mediante algún recurso esquemático que facilite el análisis de
elementos, llámese mapa mental, mentefacto, mapa conceptual u otro que se le facilite al autor;
este momento pre-redacción es clave ya que facilita la escritura y deja ver la viabilidad de una
idea, si “se presta” para hacer un ensayo, o si por su obviedad o sencilla respuesta “no da para
tanto”, o si por su complejidad y extensión excede a las pretensiones de un ensayo “da para un
proyecto de tesis”.
Una vez plasmada la posible estructura del ensayo y delimitado el campo de este, pasamos a la
redacción. Aquí es recomendable empezar por el desarrollo (segunda parte del ensayo), puesto
que allí es donde se evidencia la estructura del texto, el camino que tomará el tema de base y
las interpretaciones que haremos de los autores que hayamos escogido para tal fin; redactar la
introducción antes del desarrollo puede llegar a limitar el campo de acción del ensayo y
desviarnos de lo que habíamos planeado previamente. En síntesis, el momento de delimitación
del tema pertenece a una etapa previa a la redacción y el desarrollo bajo los limites previamente
establecidos a la etapa que hemos llamado desarrollo.
Una vez desarrolladas las cuestiones principales del ensayo, tendremos los elementos
necesarios para ofrecer nuestras conclusiones, estas pueden dar respuesta a una pregunta,
proponer una o varias soluciones a un problema específico o exponer nuestra interpretación de
una situación, de un argumento o de la interpretación hecha por otro autor (depende del enfoque
expositivo, argumentativo o crítico que hayamos elegido previamente).
Finalmente, con el panorama completo y con una estructura escritural definida, podremos
redactar una introducción que se ajuste al desarrollo y a las conclusiones del ensayo.
3
o Plantear el tema del ensayo a modo de pregunta. Con esto se facilita el desarrollo de la
argumentación ya que la redacción del texto girará en torno a cómo podemos dar una
respuesta. De igual manera, en las conclusiones se podrá responder explícitamente al
cuestionamiento.
o Establecer un objetivo que guie el ensayo. Generalmente el objetivo da respuesta a la
pregunta que basa al ensayo. Por ejemplo, si nos preguntamos ¿Cuál es el discurso
pedagógico predominante en la Edad Media? Un objetivo adecuado será: Mostrar en
una relación jerárquica cuales fueron los discursos predominantes en la Edad Media.
o Redactar en primera persona2. Si el ensayo es un escrito personal es recomendable decir
“argumento lo siguiente”, “concluyo esto”, “lo anterior me lleva a plantear esta
pregunta”, etc. Esto demuestra apropiación del tema y la toma de una postura frente a
los autores estudiados.
o Como ya se mencionó, redactar la introducción al final.
o Evitar el exceso de aclaraciones. Un ensayo se caracteriza por su brevedad, hay que ser
puntuales con los temas y no desviarse del tema central; hacer aclaración de la
aclaración denota falta de argumentos o querer simplemente cumplir con los
requerimientos mínimos de extensión del ensayo.
Un corto ejemplo:
2
No obstante, también es posible redactar en infinitivo, intentando usar un lenguaje académico que presente los
problemas de un modo impersonal. Por supuesto, esto no debe confundirse con una evasión de la
responsabilidad de las afirmaciones realizadas.
4
En primer lugar, las preguntas que guían al curso y que se encuentran planteadas en el programa
del mismo dan una buena guía de las preguntas que se pueden desarrollar en los ensayos finales
del curso. Estas son: ¿cómo se entiende la educación? ¿Quiénes son los sujetos de la educación
y de qué modo se definen? ¿Qué instituciones agencian las prácticas educativas? ¿Cuál es el
discurso pedagógico predominante? ¿Cuál es la relación entre las preguntas anteriores y los
ideales sociales?
Como sabemos, este curso hace un recorrido por los principales hechos que marcan la historia
de la educación y de la pedagogía en occidente, partiendo de la Antigüedad y llegando hasta
nuestros días. Por ello considero que los tipos de ensayos pertinentes para el abordaje de épocas
como la Antigua o Medieval serían el expositivo y el argumentativo; como el contacto con los
autores de estas épocas ha sido desde un punto de vista histórico, es complejo poder realizar
criticas puntuales a sus argumentaciones. En ese sentido las preguntas mencionadas más arriba
parecen más pertinentes para abordar estas épocas (aunque no descarto de tajo el ensayo
crítico).
Por último, tanto los filósofos y pedagogos estudiados, como sus comentaristas, han hecho
estudios rigurosos y comprometido parte de sus vidas en ello. Por ello las críticas que les
hagamos deben ser juiciosas y con fuertes bases. El respeto por los autores es la base para toda
crítica que les podamos hacer: para destruir, deconstruir o sacudir las bases de un edificio hay
que conocerlo igual o mejor que el arquitecto que lo diseño.
5
Referencias