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Colecistectomía por laparotomía


en la colelitiasis
J. Mourot

La colecistectomía laparoscópica es la intervención de referencia para el tratamiento de


la litiasis biliar sintomática. El acceso por laparotomía evita las contraindicaciones o
corrige una situación difícil. Algunas situaciones quirúrgicas son más fáciles de tratar por
laparotomía. Las complicaciones son más frecuentes por vía laparoscópica que por
laparotomía. Para reducir la frecuencia de las conversiones son necesarios criterios
predictivos. En este artículo se presentan las situaciones más frecuentes y algunas reglas
y precauciones para efectuar la colecistectomía por laparotomía de la forma más segura
posible.
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Palabras Clave: Colecistectomía; Laparotomía; Colecistitis; Conversión;


Fístulas biliares internas

Plan ser utilizada por cirujanos que puedan llevar a cabo la


extirpación de la vesícula en condiciones a veces difíciles
¶ Introducción 1 de hemorragia o de lesión de la vía biliar. Las complica-
ciones de la colecistectomía efectuada por vía laparoscó-
¶ Indicaciones 1 pica siguen siendo 2-3 veces más frecuentes que las de la
¶ Colecistectomía por laparotomía en la colecistitis laparotomía [1]. Deberían disminuir y asemejarse a las de
aguda 2 la colecistectomía a cielo abierto, cuya antigüedad hace
Antibioticoterapia 2 de ella una operación simple y segura, siempre que se
Prevención de las trombosis venosas postoperatorias 2 tomen algunas precauciones, que adquieren toda su
Preparación quirúrgica 2 relevancia en determinadas situaciones difíciles.
Técnica quirúrgica 2
Colangiografía 4
Dificultades durante la liberación de la vesícula 5
¶ Variantes 9
■ Indicaciones
Colecistectomía por minilaparotomía 9
La cirugía de la vesícula por laparotomía sólo pone de
Colangiografía 10
manifiesto las contraindicaciones de la colecistectomía
¶ Prevención de los accidentes de la colecistectomía 10 laparoscópica [2].
Riesgo de hemorragia 10 • Contraindicaciones técnicas de la laparoscopia:
Riesgo biliar 10 C ausencia de consentimiento del enfermo tras una
Anomalías anatómicas de las vías biliares 11 información honesta y clara;
C carencia de un instrumental completo y funcional.
• Colecistectomía asociada a otra intervención durante
■ Introducción una cirugía abierta.
• Contraindicaciones médicas: las complicaciones
A partir de la década de 1990, la cirugía de la vesícula generales de las colecistectomías correlacionan de
biliar ha experimentado una evolución considerable, y en forma directa con la existencia de factores de riesgo
la actualidad la vía laparoscópica se considera como la asociados que, si se agravan durante el período
intervención de referencia para el tratamiento de la
quirúrgico, pueden poner en peligro los beneficios de
colelitiasis sintomática. A pesar del amplio retroceso de
la intervención. La consulta de anestesia es la ocasión
sus indicaciones, la colecistectomía por laparotomía sigue
teniendo un lugar propio cuando hay contraindicaciones idónea para valorar el riesgo y plantear la convenien-
para la conversión o si la vía laparoscópica presenta cia de la cirugía laparoscópica:
complicaciones. Algunas situaciones quirúrgicas son más C las contraindicaciones esenciales son las derivadas
difíciles de tratar por vía laparoscópica que por laparoto- de las complicaciones cardiorrespiratorias del
mía, y no hay que imponer a toda costa una técnica, sino neumoperitoneo: cardiopatías congestivas descom-
adaptarla a las lesiones existentes en función de la pensadas, enfisema bulloso pulmonar, pacientes
experiencia. La colecistectomía laparoscópica sólo debería hipovolémicos y en estado de shock séptico;

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C la hipertensión portal y las coagulopatías primarias


o secundarias difíciles de estabilizar conllevan un
riesgo de hemostasia difícil (aunque la hemostasia
también puede ser difícil en la intervención a cielo
abierto);
C otras situaciones más infrecuentes que pueden
presentarse son la hipertensión intracraneal, la
derivación ventriculoperitoneal y el glaucoma de
ángulo cerrado.
• Conversión: la mayoría de las conversiones se deben
a dificultades en la disección y a una anatomía
incierta [3, 4]. La frecuencia de las conversiones varía
entre el 5 y el 20%, y depende de la experiencia del
cirujano y de las lesiones encontradas. La probabili-
dad de conversión aumenta después de las primeras
48 horas de evolución de una colecistitis, cuando el
grosor de la pared vesicular es mayor de 7 mm y
cuando la leucocitosis es superior a 15.000 [5]. Para
intentar reducir la frecuencia de las conversiones, se
proponen otros factores predictivos tales como la
defensa en el hipocondrio derecho, los antecedentes Figura 1. Vías de acceso de la vesícula biliar. 1. Subcostal;
de cirugía supramesocólica, el derrame perivesicular, 2. horizontal alta; 3. horizontal baja; 4. media supraumbilical.
la edad y los factores de comorbilidad [6]. En estos
casos sería lógico prever la conversión y decidirse de
entrada por un acceso laparotómico. Las decisiones de HBPM debe reservarse para aquellos en quienes la
conversión por dificultades después de intentos hemostasia quirúrgica no suponga un motivo de
preocupación.
prolongados e infructuosos son una fuente segura de
morbilidad. Las publicaciones aluden incluso a una
mayor frecuencia de los traumatismos de las vías Preparación quirúrgica
biliares y de las complicaciones respiratorias en los El paciente se sitúa en decúbito supino, en horizontal,
casos de conversiones que se retrasan durante dema- sobre una mesa que permita la inclinación y la coloca-
siado tiempo [5, 7, 8]. En caso de dificultad para iden- ción de arcos (Hautefeuille o Toupet) para la instalación
tificar el conducto cístico, de implantación de un de un separador del hipocondrio derecho. La instalación
conducto principal en la vecindad de la unión de la se completa con una mesa auxiliar para el instrumental;
vesícula y el cístico, de un derrame biliar inexplicado, el cirujano se sitúa a la derecha y el ayudante frente a
o de una hemorragia difícil de controlar, hay que él. El campo quirúrgico se aísla con un campo adhesivo.
saber renunciar y recurrir a la laparotomía. Las
hemorragias que no se controlan con rapidez y las Técnica quirúrgica
lesiones de la vía biliar son indicaciones para la El acceso a la vesícula se realiza a través de una
conversión. La conversión a laparotomía no debe incisión subcostal u horizontal, según la morfología del
considerarse como una complicación ni un fracaso de paciente. Los mejores resultados se obtienen con las
la intervención laparoscópica, sino una medida de laparotomías transversales derechas de corta longitud.
prudencia, y la decisión debe tomarse con relativa Para elegir el lugar y el tamaño de la incisión (Fig. 1),
rapidez [6]. el cirujano debe tener en cuenta la corpulencia, las
• Sospecha de cáncer vesicular. dificultades previsibles de la intervención, los antece-
dentes quirúrgicos supramesocólicos, los brotes antiguos
de colecistitis y la asociación con otra intervención
■ Colecistectomía abdominal. La exposición (Fig. 2A) de la región subhe-
pática se hace con valvas autoestáticas de tipo Rochard,
por laparotomía Hautefeuille o Forster (son transparentes y limitan las
en la colecistitis aguda manipulaciones durante la colangiografía). Se completa
con la colocación de uno o dos campos húmedos detrás
Antibioticoterapia del hígado y de una valva maleable fijada sobre la valva
autoestática que levanta el segmento IV. Un campo
La antibioticoterapia de las colecistitis comienza antes extendido sobre el duodeno, el píloro y el omento
de la intervención y se mantiene durante 5 días en permite al ayudante tensar y verticalizar el pedículo
el postoperatorio [9, 10].Puede adaptarse en función de hepático (Fig. 2B).
las muestras quirúrgicas y de los resultados del Si la vesícula está tensa e inflamada, se hallará
antibiograma. cubierta por un epiplón engrosado. El colon y el duo-
deno pueden participar en esta cobertura inflamatoria.
Prevención de las trombosis venosas La liberación con el dedo o mediante disección roma
con tijeras cerradas suele ser fácil y permite levantar el
postoperatorias molde epiploico inflamatorio hasta el pedículo hepático.
Es una medida sistemática que debe iniciarse al Si hay un cálculo enclavado por encima del infundíbulo
mismo tiempo que se hace la premedicación. Se utilizan vesicular, éste se encontrará distendido y situado por
heparinas de bajo peso molecular (HBPM), con una detrás del pedículo hepático; hay que desenclavarlo
posología que integra los riesgos específicos relacionados poco a poco para devolverlo a su posición habitual.
con los antecedentes del paciente y se asocian a medias La evacuación del contenido biliar facilita la conti-
de compresión elástica. El uso de los antiinflamatorios nuación de la intervención y los cálculos voluminosos
no esteroideos para la analgesia postoperatoria puede deben ser rechazados hacia el cuerpo de la vesícula. En
potenciar los efectos de las HBPM. Por tanto, la admi- la mayoría de los casos pueden respetarse las reglas
nistración de estos fármacos a los pacientes tratados con habituales de la colecistectomía. La primera fase de la

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Figura 3.
A. Incisión del peritoneo sobre la cara anterior del infundíbulo.
B. Incisión del peritoneo sobre la cara posterior del infundíbulo.

Figura 2.
A. Exposición de la región subhepática. 1. Vesícula; 2. duodeno;
3. colon.
B. Campo quirúrgico.

intervención es la búsqueda del conducto cístico. No


debe hacerse ninguna ligadura antes de haber aislado
perfectamente la arteria y el conducto císticos. El
cirujano toma la vesícula biliar con una pinza de Duval
mientras el ayudante, con la mano izquierda, expone el
pedículo hepático, que también participa de los fenó-
menos inflamatorios. En las formas evolucionadas de
colecistitis aguda no es posible utilizar las referencias
clásicas de los triángulos de Budde y de Calot. Después
de haber liberado la vesícula del duodeno, hay que
hacer una incisión en el relieve engrosado del peritoneo
a la altura del cuello vesicular, primero en su superficie
posterior y después en la anterior (Fig. 3A) hasta el Figura 4. Individualización del conducto cístico.
hígado. Esta maniobra mejora la seguridad de la bús-
queda de la arteria y del conducto císticos (Fig. 3B). Con un hilo de reabsorción lenta que se pasa con un disector
tijeras de punta ancha o mediante torundas montadas, y no se anuda (Fig. 4). La arteria cística se encuentra por
se rechaza hacia dentro el tejido engrosado subperito- encima del conducto cístico (Fig. 5) y se la busca de la
neal, lo que facilita la disección del cuello vesicular y la misma forma, en contacto con la vesícula. A veces se
identificación del conducto cístico. Éste es a veces muy divide en dos ramas que también pueden proceder de
delgado y frágil, como consecuencia de los fenómenos dos arterias distintas. La arteria se secciona entre dos
infecciosos. Se coloca una segunda pinza de Duval en el clips, en contacto con la vesícula (Fig. 6). Si la arteria es
cuello vesicular, teniendo cuidado para no aplastar los doble, será mejor hacer la hemostasia de las dos ramas
cálculos y para que no se desplacen hacia el conducto por separado que empujarla en sentido medial para
cístico. La disección prosigue en contacto con la vesí- hacer un solo corte, pues la rama derecha de la arteria
cula, sin tratar de identificar la convergencia entre el hepática se encuentra a veces en contacto con el cuello
cístico y el colédoco. El conducto cístico se controla con vesicular. Este corte separa el borde izquierdo de la

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Figura 5. Disección de la arteria cística.


Figura 7. Extirpación de la vesícula de delante hacia atrás.

Figura 6. Sección de la arteria cística. Figura 8. Extirpación de la vesícula de atrás hacia delante.

siendo los mismos. El cirujano tensa el cuello vesicular


vesícula y asegura que el conducto hepático derecho no
con la mano izquierda mientras corta poco a poco el
se encontrará en posición de convergencia escalonada,
peritoneo para liberar la vesícula.
o de una fístula biliobiliar del conducto hepático
común. Sólo después de haber efectuado esta gran
abertura, se liga el conducto cístico en su extremo Colangiografía
derecho, dejando un hilo de marcaje largo a distancia Si el cirujano decide hacer una colangiografía, tensará
de la vía biliar principal. el conducto cístico con la pinza de Duval colocada en
Esta técnica de disecar en primer lugar el pedículo el cuello y, con el disector, hará pasar por delante del
cístico define la colecistectomía retrógrada, en la que la primero un segundo hilo que servirá para fijar el catéter.
extirpación de la vesícula se hace de delante atrás o de Se exprime el conducto cístico con el disector para
atrás delante, según las preferencias de cada cirujano. extraer un posible cálculo pequeño. El catéter, previa-
Los autores de este artículo acostumbran a separar la mente purgado con suero fisiológico, se fija con un hilo
vesícula de delante atrás (Fig. 7). o un clip no muy apretado. Si el cístico es muy delgado,
El fondo vesicular se toma con una pinza de Duval. podrá dilatarse con la punta de una pinza fina. La
El peritoneo se coagula a medio centímetro del hígado, cánula puede apoyarse en los repliegues valvulares de
de delante atrás, se secciona en contacto con la vesícula Heister, pero para encontrar el paso suele bastar con una
sin romper el lecho vesicular y la vesícula se separa presión suave. La salida de bilis indica que el catéter se
progresivamente del hígado. Hay que mantenerse en el encuentra bien colocado. Un amplificador de brillo
espacio que separa la vesícula del lecho vesicular y no permite controlar el llenado del colédoco. Es habitual
perderse entre dicho lecho y el parénquima hepático, ya hacer tres radiografías: una en capa fina tras perfundir
que la denudación de éste daría lugar a una hemorragia 0,5-2 ml de contraste, lo que evita enmascarar un
en sábana. Esta disección interhepatovesicular, que a cálculo pequeño, una segunda con 2-5 ml que opacifi-
menudo se efectúa con bisturí eléctrico, se lleva a cabo can la región del esfínter de Oddi con paso al duodeno
desde el fondo vesicular hacia el infundíbulo. El final de y la tercera con hiperpresión para visualizar las vías
la separación se hace con cuidado, ya que en este punto biliares intrahepáticas en un hepatograma completo
pueden encontrarse un canalículo biliar accesorio y una (Fig. 9). Tras haber comprobado que las vías biliares
o dos venas císticas que quizá requieran la colocación intra y extrahepáticas están libres e íntegras [10] , se
de clips. En ese momento, la vesícula ya se ha liberado vuelve a asir el conducto cístico para ligarlo con un hilo
por completo y sólo se mantiene en su localización de reabsorción lenta.
gracias al conducto cístico. La intervención se concluye con el control de la
La extirpación de la vesícula biliar, después de ligar hemostasia y la comprobación de la ausencia de
los componentes del pedículo cístico, puede hacerse de derrame biliar en el lecho vesicular con una compresa
atrás hacia delante (Fig. 8), y los principios siguen seca. Se vuelven a colocar en su lugar en el hipocondrio

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liberación vesicular y de la propia colecistectomía.


Pueden surgir dificultades previsibles o imprevistas, tales
como adherencias antiguas y organizadas. No hay que
tratar de romperlas con el dedo, sino liberarlas de
manera progresiva con una serie de coagulaciones y
cortes. La tracción sólo conducirá a lacerar la cápsula del
hígado.
Estos obstáculos son de tres tipos (Fig. 10) y pueden
combinarse. No hay reglas absolutas para la disección y
estas dificultades obligan al cirujano a desplegar cierta
agilidad técnica. No obstante, a continuación se descri-
ben algunos principios.

Dificultades en la parte inferior


Se trata de las adherencias epiploicas, cólicas o
duodenales, que conviene consultar en el artículo sobre
las fístulas colecistodigestivas.
Figura 9. Hepatograma completo (disposición modal).
Dificultades en la parte superior y hacia
derecho el duodeno, el colon y el omento mayor. En el hígado
estas colecistectomías no es necesario utilizar un dre- La primera referencia que debe verse es el borde
naje, siempre que la hemostasia y la biliostasia se hayan anterior del hígado. La liberación debe comenzar por la
controlado a la perfección y que no se haya producido cara inferior de éste, a la derecha de la vesícula, en
una contaminación bacteriana perivesicular. Si se ocasiones hasta el surco parietocólico. La disección se
considera necesario controlar los exudados, se colocará efectúa de derecha a izquierda y desde los planos
una drenaje de Penrose o multitubulado en el hiato de superficiales a los profundos. Las tijeras permanecen en
Winslow, sacándolo por una contraincisión derecha en contacto con el hígado, cuya cara inferior, situada a la
una zona declive. La incisión se cierra con sutura derecha de la vesícula, se libera de esta forma. Una vez
continua, usando un hilo de reabsorción lenta. alcanzado el fondo de la vesícula, el ayudante la toma
No es necesario colocar una sonda gástrica, y la con una pinza de Duval. La disección prosigue por la
alimentación líquida puede reanudarse la misma tarde cara inferior de la vesícula, sin que las tijeras, en la
de la intervención. mano izquierda del cirujano, abandonen el contacto
con su pared, progresando paso a paso hacia el hiato de
Dificultades durante la liberación Winslow, donde el índice del cirujano debe poder
introducirse al acabar la disección. A veces, las adheren-
de la vesícula cias desbordan el lado izquierdo y llegan hasta el
Si hay antecedentes de brotes repetidos de colecistitis ligamento redondo. Una vez liberada la vesícula, hay
(aguda enfriada), podrá modificarse la técnica de la que identificar a la izquierda el borde anterior del

Figura 10. A a D. Liberación de las adherencias de la región subhepática.

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hígado, a la derecha del ligamento redondo y, a conti- frecuentes que las colecistocólicas. En general, se descu-
nuación, liberar la cara anterior del pedículo hepático bren durante la intervención y, aunque no constituyen
que ofrece un aspecto nacarado. Se coloca entonces una una contraindicación absoluta para la vía laparoscópi-
lámina maleable en este lugar. ca [15], exigen una gran experiencia.

Dificultades por la cara interna, hacia Fístulas colecistoduodenales


el pedículo hepático Son las fístulas colecistodigestivas más frecuentes [16].
Durante la liberación de una vesícula, a menudo escle-
Son las principales y las que pueden tener consecuen-
roatrófica, puede descubrirse una adherencia muy
cias más graves [11]. De forma más o menos asociada
pueden encontrarse fenómenos inflamatorios, retracción tirante que impida la disección (Fig. 12). Cuando se
esclerosa, remodelaciones anatómicas o fístulas biliobi- sospeche una fístula, hay que aislarla a ambos lados,
liares. Las dificultades y los peligros de estas colecistec- derecho e izquierdo (Fig. 12B) y la separación de los dos
tomías radican en el cuello vesicular, a causa de las órganos se hará de la parte vesicular. El orificio suele ser
adherencias más o menos inflamatorias y más o menos de pequeño tamaño. Los bordes duodenales refrescados
íntimas que pueden haberse formado con el pedículo se suturan en un plano con hilo reabsorbible.
hepático y la vía biliar principal y pueden obligar a Las dificultades podrán ser más significativas si el
modificar la técnica quirúrgica. duodeno está inmerso en profundidad entre la vesícula
escleroatrófica y el colédoco. En estos casos se plantea
Colecistectomía anterógrada
de nuevo el problema de las colecistectomías difíciles:
La vesícula puede estar retraída, pequeña e indurada abertura de la vesícula, evacuación del contenido,
en la fosa vesicular, puede adherirse firmemente al colangiografía con una sonda pequeña de Foley y
hígado y al conducto hepático común, formando un localización del colédoco antes de la sutura del duodeno
bloque escleroso cuya disección puede ser difícil. en una zona sana.
Cuando la remodelación local hace que el control en
primer lugar del pedículo cístico sea peligroso, la Fístulas colecistocólicas
colecistectomía se efectuará por vía anterógrada. La Son mucho menos frecuentes y la mayoría se localiza
intervención se inicia en el fondo vesicular con una
en el fondo vesicular (Fig. 12C). La lesión cólica se
incisión anterior y posterior del peritoneo vesicular. En
sutura o se cierra con grapas mecánicas tras refrescar la
algunos casos, es mejor comenzar este despegamiento
herida y se aísla con una epiploplastia.
en la parte media de la vesícula, que se desprende
progresivamente del lecho vesicular. Por detrás no hay Fístulas biliobiliares
que buscar el pedículo cístico, sino el cuello. Se corta el
peritoneo por delante y por detrás sobre el cuello No son muy habituales, pero hay que pensar en ellas
vesicular. ante una vesícula escleroatrófica difícil de individualizar
A partir de ese momento, pueden encontrarse dos y rodeada de adherencias inflamatorias muy tirantes.
situaciones. Por lo general, se distinguen dos tipos de fístulas
Técnica habitual. Esta incisión peritoneal permite (Fig. 13A, B), pero en la intervención es muy difícil
exteriorizar el cuello vesicular, alejarse del pedículo diferenciarlas. En estos casos, se corre un gran riesgo de
hepático y encontrar un plano de separación entre el romper la vía biliar principal (Fig. 13C). Lo más pru-
conducto hepático y el cuello, con lo que puede indivi- dente es abrir de manera deliberada la vesícula biliar por
dualizarse el conducto cístico hacia abajo; la arteria su parte media. Tras extraer el cálculo bloqueado en la
cística está en contacto con la vesícula y la intervención confluencia del cístico y el colédoco o en la fístula, se
puede proseguir según la técnica habitual. Si esta produce una salida de bilis que permite identificar el
maniobra fracasa y todos los planos están fijados, será orificio fistuloso. Para reconocer las lesiones y localizar
preferible proseguir «a vesícula abierta». la vía biliar principal antes de proseguir la disección, es
Colecistectomía «con vesícula abierta» (Fig. 11A a necesario hacer una colangiografía que se efectúa
E). Se abre ampliamente la vesícula en el infundíbulo, lo
fácilmente mediante una sonda de Foley pequeña, cuyo
que permite extraer los cálculos enclavados. Una vez
balón, al inflarlo, se adapte al fondo vesicular abierto.
lavada con povidona yodada disuelta en suero, se
Esta exploración asistida por coledoscopia revela la
explora el interior de la vesícula, se localiza la salida de
la bilis y se cateteriza el cístico. Si es posible identificar litiasis coledociana que a menudo se asocia. La colecis-
la vía biliar, podrá terminarse la colecistectomía. El tectomía realizada con prudencia se interrumpe a una
cirujano se ayuda con su dedo índice derecho introdu- distancia de 1 cm del orificio fistuloso que corresponde
cido en el cuello vesicular. a la pared derecha de la vía biliar principal, conservando
Si no es posible individualizar la vía biliar ni encon- un reborde de vesícula. La localización del o de los
trar ningún plano de disección, lo prudente será cortar orificios permite identificar la vía biliar principal.
por completo la vesícula sobre la vertiente derecha del La reparación es variable, dependiendo del número y
cuello y dejar un manguito vesicular sobre el borde del tamaño de los orificios y del diámetro de la vía
derecho del pedículo hepático. La hemostasia de las biliar. Si la fístula es pequeña, se colocará un drenaje de
ramas de la arteria cística se asegura con puntos en X Kehr (Fig. 14) en la vía biliar y se cerrará el orificio con
sobre la pared vesicular y se completa con la destrucción algunos puntos de hilo de reabsorción lenta. Si la
de la mucosa usando el bisturí eléctrico. La obstrucción ruptura es más extensa, el reborde vesicular permitirá el
completa se garantiza con una serie de puntos en X con cierre de la vía biliar sobre un drenaje de Kehr. Si la
hilo de reabsorción lenta. La exploración radiológica de pérdida de sustancia en la cara anterior del colédoco es
la vía biliar principal determinará si se coloca un posible
muy amplia, un colgajo de vesícula biliar, fabricado
drenaje biliar externo. En las colecistectomías difíciles es
durante la colecistectomía, podrá servir como plastia
indispensable dejar un drenaje subhepático.
para el colédoco. El recurso a una anastomosis biliodi-
gestiva es excepcional y se reserva para los casos en los
Fístulas biliodigestivas que el cálculo ha sido literalmente «expulsado» a la vía
Las crisis inflamatorias sucesivas de colecistitis pueden biliar (Fig. 15). El control radiológico por el drenaje de
dar lugar a la formación de fístulas biliodigestivas [12- Kehr confirma la calidad de la reparación y la integridad
14]. De éstas, las colecistoduodenales son mucho más del árbol biliar.

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Figura 11. Colecistectomía anterógrada.


A. Incisión del peritoneo en su parte media.
B. Abertura de la vesícula.
C. Extracción de los cálculos.
D. Hemostasia de la arteria cística en la pared vesicular.
E. Colecistectomía con abandono de un reborde vesicular.

Conversión de la intervención, hay que extraerlos todos) [17] proce-


dentes de una abertura vesicular. A veces, en las situa-
La frecuencia de las conversiones varía entre el 5-20%
ciones complejas es más prudente alejarse del pedículo
y depende de la experiencia del cirujano y de las
cístico y reanudar una disección anterógrada a partir de
lesiones observadas. La regla de seguridad consiste en
una zona indemne de cualquier disección en la parte
tener siempre disponible en el quirófano todo el mate-
media de la vesícula. Estas conversiones en laparotomías
rial necesario para la laparotomía y el control radioló-
gico. El cirujano debe conocer a la perfección el son medidas de prudencia.
abordaje rápido del pedículo hepático. Conversión por hemorragia
Conversión en caso de dificultades La imposibilidad de hacer una hemostasia rápida y
Hay que realizar una vía de acceso suficiente para fácil es una indicación absoluta para la conversión.
exponer bien el pedículo hepático, levantando el Estas hemorragias son peligrosas, porque pueden
hígado, descendiendo el duodeno y despejando el provocar la ruptura de la vía biliar principal (Fig. 16A,
campo quirúrgico. Sólo en estas condiciones podrá B); hay que exponerlas y limpiarlas perfectamente. En
reanudarse la colecistectomía. Las referencias habituales cirugía abierta, la hemostasia suele ser fácil de conseguir.
pueden estar modificadas por infiltraciones hemorrági- Hay que evitar la colocación de suturas o pinzas a ciegas
cas, numerosas coagulaciones, errores del plano de en un vaso retraído en un campo quirúrgico lleno de
disección y, a veces, por la bilis y los cálculos (al final sangre. Debe hacerse de forma electiva tras un control

Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo 7


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Figura 13.
A, B. Fístulas biliobiliares de tipo I y II.
C. Riesgo para el colédoco.

Figura 12.
fácil de controlar mediante coagulación con bola, un
A, B, C. Fístulas colecistocólica y colecistoduodenal. taponamiento o aplicando un adhesivo biológico.
Conversión por ruptura de la vía biliar

previo de la hemorragia con compresión de la base del La decisión de hacer una laparotomía puede
pedículo hepático entre dos dedos, con una torunda tomarse por una lesión quirúrgica de las vías biliares
montada o una pinza vascular. La hemorragia puede extrahepáticas. Este tema no será objeto del presente
proceder de la arteria cística, a veces desdoblada. La artículo. No obstante, conviene recordar que es un
hemostasia de una arteria cística corta puede poner en accidente grave que hay que saber reconocer durante
peligro la arteria hepática, que en este caso se encon- la intervención inicial y que la reparación inmediata
trará muy próxima al cuello de la vesícula. La lesión de es siempre preferible. «El cirujano debe conservar su
la arteria hepática común o derecha, o de la vena porta sangre fría y conocer los límites de los recursos de que
debe repararse con un punto de monofilamento vascu- dispone para evitar que este accidente se transforme
lar de 6-0. La hemorragia del lecho vesicular suele ser en catástrofe» [18].

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Figura 14. Colocación de un drenaje de Kehr por una fístula


biliobiliar.

Figura 15. Cálculo vesicular expulsado a la vía biliar.

■ Variantes
Colecistectomía por minilaparotomía
Incluso antes del desarrollo de la colecistectomía
laparoscópica, existía una tendencia, por motivos
estéticos, a acortar y horizontalizar la incisión [19-21]. Figura 16.
Estas incisiones cortas tenían la ventaja de reducir la A. Riesgo de lesión de la arteria hepática.
hospitalización, facilitar el postoperatorio y disminuir B. Riesgo de lesión del conducto hepático.
las complicaciones de la reparación parietal. Estudios C. Confusión entre el conducto cístico y la vía biliar principal.
recientes han confirmado que los beneficios de la
colecistectomía laparoscópica en cuanto a la duración
de la hospitalización y a la calidad del postoperatorio de coagulación, de Babcock, de Duval, de Bengolea,
eran escasos. La colecistectomía por minilaparotomía es tijeras de Metzenbaum, pinza para clips), campos
una alternativa útil en caso de contraindicación de la abdominales pequeños, mechas de próstata, pinzas
cirugía laparoscópica. largas y portatorundas.
Esta técnica no difiere más que en el hecho de que el La víspera de la intervención, se marca la incisión con
tamaño de la incisión requiere algún instrumental y un rotulador dermográfico en un pliegue abdominal.
maniobras especiales: Debe medir 5-6 cm y su dirección puede ser horizontal
• la lámpara frontal proporciona una iluminación y u oblicua. También puede ser alta o baja, siguiendo la
una focalización mucho mejores que las lámparas sin disposición de los pliegues.
sombra clásicas a través de un orificio estrecho; Si la incisión es alta, el corte se practicará perpen-
• el cirujano debe disponer de valvas autoestáticas dicular a la vaina del músculo recto anterior, al
curvas y estrechas, de curvatura variada, de varios vientre muscular y a la vaina posterior, con una
juegos de valvas vaginales estrechas y de longitud hemostasia minuciosa. Sólo en los pacientes muy
variable, de un juego de instrumentos largos (pinzas delgados y sin problemas quirúrgicos previsibles será

Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo 9


E – 40-920 ¶ Colecistectomía por laparotomía en la colelitiasis

Figura 17. Triángulos de Budde (1) y de Calot (2): conducto


cístico, conducto hepático, borde inferior del hígado.

posible limitarse a aislar el vientre muscular, recha-


zándolo enérgicamente en sentido medial.
Si la incisión es baja, una vez efectuada la sección
cutánea, se colocarán dos separadores de Farabeuf bajo
su borde superior para descubrir la fascia del recto
anterior lo más alto posible. En estas incisiones bajas
siempre es prudente cortar el músculo recto. Se coloca
en su sitio el separador autoestático. El ayudante inclina
el hígado con una valva vaginal estrecha y una torunda
montada, colocando después una valva maleable prote-
gida con un campo pequeño para exponer el pedículo
hepático mientras que el cirujano expone el cuello
vesicular con una pieza larga de Babcock y diseca los
elementos del triángulo de Calot (Fig. 17), el conducto
hepático, el cístico y la arteria cística. No se efectúa
ninguna ligadura antes de haber aislado perfectamente
estos elementos. Durante la fase de la colecistectomía
propiamente dicha, la vesícula se entierra progresiva-
mente en la profundidad del campo quirúrgico; su
extracción por la incisión obstruiría el orificio de la Figura 18.
misma. En todo momento es posible agrandar la inci- A. Rama derecha de la arteria hepática.
sión, en ocasiones cortando el recto anterior a la B. Rama derecha de la arteria hepática que nace de la arteria
izquierda en los pacientes de estatura baja mediante una mesentérica.
incisión alta.
lecho vesicular del hígado, lo que puede provocar una
Colangiografía hemorragia abundante. No hay inconveniente alguno
en entrar en la pared vesicular o incluso en dejar
Hoy en día, la realización sistemática de una colan-
adherida al hígado una parte superior y electrocoagular
giografía peroperatoria es un tema controvertido. En la
con cuidado la mucosa restante:
actualidad no existe ninguna recomendación convin-
• pérdida de control del muñón de la arteria cística: la
cente que permita zanjar este debate [22, 23]. Es una
hemostasia «al vuelo» supone una amenaza para la
exploración sencilla en el 90% de los casos (Hautefeui-
vía biliar o para su rama derecha y para la rama
lle), con una sensibilidad del 95%. Parecería lógico
derecha de la arteria hepática;
practicarla ahora que la extirpación de la vesícula por
• hay muchas variaciones anatómicas de la irrigación
vía abierta se reserva para las situaciones más difíciles,
de la vesícula. Conviene recordar la existencia de
aunque sin realizarla a toda costa si la disección supone
arterias císticas cortas y dobles, además de conocer la
un riesgo para la vía biliar principal.
existencia de una arteria hepática derecha que discu-
¿Cuándo hay que practicar la colangiografía, antes o
rre por detrás del conducto cístico (Fig. 18).
después de la colecistectomía? La colangiografía efec-
tuada al término de la colecistectomía, es decir, después
de las fases de mayor riesgo, permite al cirujano confir- Riesgo biliar
mar la integridad de la vía biliar y de sus ramas cuando La dificultad para la disección del trípode cístico y la
abandona el campo quirúrgico. Si se hace antes, no confusión entre el conducto y la vía biliar
siempre permitirá prevenir las lesiones ni, sobre todo, principal [24]en el seno de un pedículo inflamatorio es,
identificarlas. seguramente, la causa fundamental de lesiones de la vía
biliar principal. En este caso, el error está en considerar
■ Prevención de los accidentes que cualquier conducto procedente del cuello vesicular
es el cístico (Fig. 16C). Los autores de este artículo han
de la colecistectomía determinado las formas de evitar este error:
• ejercer una tensión contraria del hígado y del duo-
deno;
Riesgo de hemorragia • disecar primero, para identificar el conducto cístico y
Si no existe un plano de separación interhepatovesi- la arteria cística, antes de efectuar cualquier ligadura
cular, el riesgo radica en crear un plano que separe el o corte;

10 Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo


Colecistectomía por laparotomía en la colelitiasis ¶ E – 40-920

Figura 19.
A. Convergencia baja.
B. Desembocadura del conducto cístico en
el conducto hepático derecho.
C. Cístico precoledociano.
D. Cístico corto.

• alejarse del pedículo cístico; lo que hay que buscar no


es el conducto cístico, sino el infundíbulo vesicular;
• no dudar en abrir la vesícula antes de que la disec-
ción se haga peligrosa por las adherencias del cuello
“ Puntos importantes
vesicular al pedículo hepático; • Aplicación de una tracción contraria del hígado
• ejercer una tracción moderada sobre la vesícula biliar; y del duodeno con verticalización del pedículo
una maniobra forzada sólo logrará romper la vía biliar
hepático para exponer la región subhepática;
por arrancamiento del cístico.
• disección del infundíbulo vesicular en primer
lugar;
Anomalías anatómicas de las vías
• disección lo más cerca posible de la vesícula;
biliares • identificación de las distintas estructuras
Son relativamente frecuentes (Fig. 19A a D), pero anatómicas antes de efectuar cualquier ligadura;
pocas veces ocasionan lesiones traumáticas de la vía • un conducto procedente de la vesícula no
biliar o de sus ramas de origen. siempre es el conducto cístico;
La escasa longitud del conducto cístico, acompañada • no hay que dudar en abrir la vesícula antes de
de una tracción exagerada de la vesícula, puede hacer que la disección se haga peligrosa;
que aquél se confunda con el colédoco. Asimismo, un
• la tracción de la vesícula debe ser moderada:
conducto cístico largo situado en «cañón de escopeta»
o precoledociano, asociado a una disección demasiado
una maniobra enérgica sólo conducirá a la ruptura
desviada a la izquierda, puede favorecer la ruptura de la de la vía biliar principal por arrancamiento del
vía biliar. La técnica habitual de la colecistectomía que cístico.
se ha descrito debería evitar que el cirujano incurriera
en estos errores.
Existen tres anomalías que merecen ser mencionadas.
• La desembocadura del conducto cístico en el hepático consecuencias. Si se reconoce la ruptura durante la
derecho: esta disposición es peligrosa, porque puede intervención y si es posible sondear el conducto,
hacer que el cirujano confunda el conducto cístico estará justificado realizar una colangiografía para
con el conducto lateral derecho. definir el territorio al que drena. Los conductos
• La implantación directa del conducto lateral derecho biliares aberrantes (en especial el conducto subvesicu-
en la vesícula: es una anomalía excepcional y no lar) son anomalías morfológicas relativamente fre-
existe ningún método para protegerse de ella con cuentes. Están conectados con los conductos biliares
seguridad, salvo la disección cuidadosa. Lo más intrahepáticos, pero parecen haber perdido sus rela-
frecuente es que se trate de una rama pequeña, ciones con el parénquima hepático. Si se rompen, es
segmentaria o sectorial, cuya ligadura no tendrá necesario ligarlos.

Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo 11


E – 40-920 ¶ Colecistectomía por laparotomía en la colelitiasis

• Las indicaciones de la colecistectomía por laparoto- [12] Corlette MB, Bismuth H. Biliobiliary fistula, a trap in the
mía son infrecuentes en la actualidad, pero los ciru- surgery of cholelithiasis. Arch Surg 1975;110:377-83.
janos deben conocer la exposición y el acceso del [13] Leblanc KA, Barr LH. Spontaneous bilioenteric fistula. South
pedículo hepático, así como determinadas precaucio- Med J 1983;76:1248-52.
nes, pues pueden verse abocados a extirpar una [14] Roullet-Audy JC. Guivarc’h M, Balladur P, Boche O. Fistules
vesícula biliar en condiciones a veces difíciles de bilio-biliaires d’origine lithiasique. Chirurgie 1988;114:
anatomía incierta, de hemorragia o de ruptura 458-65.
biliar [25, 26]. [15] Lee JH, Han SH, Min HS, Lee HK. Laparoscopic repair of
various type of bilio-enteric fistula: three cases. Surg Endosc
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■ Bibliografìa [16] Tantia O, Bandyopadhyay SK, Sen B, Khanna S.
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Monographie de l’AFC. Paris: Masson; 1981. 74:741-54.

J. Mourot (jmourot@chcn.net).
Unité de chirurgie générale et digestive, Centre hospitalier de Courbevoie – Neuilly-sur-Seine, 36, boulevard du Général-Leclerc, B.P. 79,
92205 Neuilly-sur-Seine cedex, France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo original: Mourot J. Cholécystectomie par laparotomie pour lithiase
vésiculaire. EMC (Elsevier Masson SAS, Paris), Techniques chirurgicales - Appareil digestif, 40-920, 2006.

Disponible en www.emc-consulte.com/es
Algoritmos Ilustraciones Vídeos / Aspectos Información Informaciones Autoevaluación
complementarias Animaciones legales al paciente complementarias

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