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UNIDAD 2

NEUQUÉN
DEL TERRITORIO NACIONAL A PROVINCIA

La conformación del Estado nacional se logró a través de una combinación de acuerdo y coerción.
Posible luego de reprimir las resistencias de aquellos que planteaban proyectos alternativos
(caudillos y referentes de algunas provincias) y del sometimiento de los pueblos originarios que
habitaban los territorios que querían controlar. Asegurando el orden interno, fue posible avanzar
en la conformación del Estado Nacional y en la expansión del modelo económico elegido: el
agroexportador.
Para no depender sólo del uso de la fuerza, los sectores dominantes al frente del poder central
necesitaban conformar una Nación que le prestara su adhesión y lo legitimara. Entonces, era
necesario crear una identidad colectiva común, la argentina, que permitiera englobar a las
identificaciones previas como las provincias y sirviera de referencia para homogeneizar a los
grupos de personas que se incorporarían como inmigrantes y pueblos originarios. Pensada y
representada como homogéneamente europea y blanca, la Nación argentina fue forjada desde los
aparatos del Estado. Esta tarea recayó en la escuela y el ejército que fomentaron la identificación
de la población por medio de símbolos que despertaran el amor a la patria y el respeto a los
próceres nacionales.
De acuerdo a estas ideas, se comenzó a denominar progresiva y homogéneamente como
“salvajes” todos los indígenas construyendo la imagen del “otro” como “enemigo” a ser eliminado,
dando pie a la avanzada militar.
Más allá de los muertos en los enfrentamientos, una gran cantidad de miembros de las
comunidades nativas quedó a disposición del Estado nacional argentino luego de estas campañas.
Muchos de ellos fueron trasladados a lugares específicos que funcionaron como campos de
concentración y disciplinamiento indígena. Si superaban esta situación, su destino era diverso;
pero en todos los casos supuso su sometimiento y la pérdida de autonomía de los pueblos
originarios que se convirtieron en minorías étnicas subordinadas.
Las mujeres y los niños fueron requeridos para el servicio doméstico por familias de Buenos Aires y
otras ciudades. A través de un contrato no escrito ellos quedaban a cargo de un tutor y, por lo
general, eran bautizados, modificando sus nombres e intentando borrar sus identidades. Los
hombres jóvenes, por su parte, fueron destinados a los puestos de soldados o marineros, o como
mano de obra en actividades productivas. Finalmente, hubo quienes recibieron tierras. En algunos
casos, esto sucedió en compensación al servicio militar prestado en el avance final de la frontera.
En otros, como el de los caciques considerados principales y que se resistieron a la presentación
ante el ejército nacional recibieron tierras para sus familias cercanas por leyes especiales.
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LA CREACIÓN DE LOS TERRITORIOS NACIONALES

En la medida en que las fuerzas militares avanzaban y las tierras eran expropiadas, la nueva
frontera se fue afirmando con la presencia de fortines. Estos primeros asentamientos militares,
creados con fines defensivos, estuvieron presentes como elementos de control del espacio
neuquino durante mucho tiempo. Aquellos ubicados en lugares estratégicos, que antes habían
sido habitados por indígenas por su situación geográfica privilegiada (abundante disponibilidad de
agua y tierra), se fueron rodeando de precarios caseríos que lograron perdurar, con el tiempo se
transformarían en pueblos. Tal fue el origen de ciudades como Junín de los Andes (1883), Chos
Malal (1887), Las Lajas (1897) y San Martín de los Andes (1898).
Paralelamente a la ocupación física del espacio, el poder central incorporó los territorios ganados
a los pueblos originarios dentro del marco jurídico del Estado Nacional bajo la figura de los
Territorios Nacionales: en 1884 se crearon los territorios de Chaco, Formosa, Misiones, La Pampa,
Río Negro, Neuquén, Santa Cruz y Tierra del Fuego.
El Estado central designaba a los gobernadores de estos territorios quienes, a su vez, carecían de
autonomía política y de capacidad de decisión frente a las disposiciones del Poder Ejecutivo
Nacional.
En lo que respecta a la población, el nuevo marco legal establecía un régimen especial para
quienes habitaran los territorios que, al mantener las obligaciones como pagar impuestos y
realizar el servicio militar obligatorio y restringir los derechos, generaba desigualdades entre ellos
y los ciudadanos de las provincias. Desde su creación y hasta el inicio del proceso de
provincialización en la década de 1950, los territorios se vieron imposibilitados de participar en la
conformación del gobierno local y nacional, no tuvieron representación ante el Congreso y solo
pudieron actuar con limitaciones en el ámbito comunal.
El proceso de provincialización fue muy complejo y constituyó un problema institucional para el
Gobierno central. Esta medida afectaba el esquema de poder político y económico. La conversión
de los territorios en provincias 1) incorporaba nuevos diputados y senadores al Congreso Nacional
modificando la estructura de poder; 2) afectaba el sistema de unificación impositiva según el cual
el Estado Nacional concentraba la recaudación y después coparticipaba a las provincias, no así a
los territorios; 3) sustraía de manos del Estado Nacional la explotación de recursos estratégicos,
como el petróleo, que permitían generar una renta complementaria a la de la economía
agroexportadora.
Finalmente, durante el gobierno peronista la totalidad de los territorios nacionales existentes
fueron convertidos en provincias y sus habitantes adquirieron plenos derechos que les
permitieron elaborar una constitución, elegir sus autoridades, ser candidatos y participar, al igual
que el resto de las provincias, en las elecciones provinciales y nacionales. La provincialización se
dio por etapas, Neuquén fue en 1955.
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RECURSOS ECONÓMICOS: FRUTICULTURA,


GANADERÍA
LA TRASHUMANCIA EN EL NORTE NEUQUINO

La ganadería trashumante del norte neuquino se remonta a la actividad realizada por los pueblos
originarios en la zona, actividad que continúa en la actualidad. En sus orígenes, los pobladores
eran cazadores y recolectores de piñones; posteriormente, los grupos que se asentaron en el área
se adaptaron al trabajo trashumante como estilo de vida, organizándose en torno a la actividad
ganadera.
La población del norte neuquino recibió un importante aporte de ciudadanos chilenos que
buscaron en estos lugares un pedazo de tierra que les proporcionara lo necesario para sobrevivir
junto con sus pequeños rebaños. La posibilidad del fácil acceso a la tierra fue un factor clave para
la presencia de chilenos en esta zona.
Fines del siglo XIX, se producía ganado en función de la demanda de los centros del Pacífico. El
ganado en pie que se comercializaba era destinado para el consumo, la exportación a otros
puertos del Pacífico o como materia prima indispensable para las industrias de curtiembres,
saladeros y jabonerías.
La trashumancia se organiza en ciclos estacionales. El primero se desarrolla en las tierras bajas,
alrededor de los valles y la meseta, donde escasean las pasturas y el agua. Allí se realiza un uso
intensivo del suelo. El segundo tiene lugar durante el verano y se avanza en busca de mejores
pasturas hacia zonas que superan los 1200 metros sobre el nivel del mar.
La organización social del trabajo es, principalmente, de tipo familiar, y la distribución de tareas se
mantiene exceptuando casos especiales de fallecimiento, matrimonio o migraciones. Los niños
colaboran en las tareas domésticas y de la huerta junto con la mujer, en tanto que los hombres e
hijos mayores se dedican al trato con los animales. Los beneficios económicos de la actividad
permiten el sostenimiento familiar, en algunos casos el puestero y el criancero campesino deben
complementar su actividad con el trabajo temporario en otras tierras.
En los años 70 el gobierno provincial intentó desalentar la actividad caprina, considerada dañina
por los procesos erosivos en torno al suelo, para sustituirla por la ovina para la producción de
fibras de exportación. Sin embargo, la intervención estatal se manifestó mayormente en marco
normativo de control, su incidencia no generó cambios significativos que permitieran mejoras en
la situación del pequeño productor. Más allá de todas las dificultades, la trashumancia aún
persiste y continúa definiendo al norte neuquino.

LA ACTIVIDAD FRUTÍCOLA

En el norte de la Patagonia, en el área de transición entre el clima templado y el semiárido, el Alto


Valle de Río Negro y Neuquén aportaba suelos fértiles y disponibilidad hídrica. Estas condiciones
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ambientales ofrecían recursos de una gran aptitud productiva pero que, para ser aprovechadas,
requerían de inversión e infraestructura.
La potencialidad de las tierras de la zona de la Confluencia comenzó a concretarse con la llegada
del ferrocarril en 1902 y con la realización de las obras hídricas que permitieron explotar los
recursos naturales. Estos acontecimientos no sólo repercutieron favorablemente en el valor de las
tierras sino que también posicionaron a la ciudad de Neuquén, desde ese momento conectada por
las vías a la región pampeana, como posible cabecera territoriana.
Paralelamente las obras hídricas permitieron el surgimiento de las primeras colonias que fueron
dando forma al Alto Valle. Surgieron así Saihueque (actual Centenario) sobre el río Neuquén, y
Confluencia, la Valentina, Bouquet Roldán y los Canales de Plottier sobre la margen izquierda del
río Limay.
Si bien la zona se convirtió en un centro frutícola destacado por la producción de peras y
manzanas, la actividad agrícola inicial era el cultivo de alfalfa, dada a posibilidad de venderla a la
zona pampeana o bien comercializar sus semillas a EE.UU. Asimismo, la producción se
complementaba con papa, cereales y frutales.
El cultivo de la fruta en unidades productivas llamadas “chacras” estuvo a cargo de pequeños
propietarios denominados “chacareros”. La presencia de extranjeros dentro de este grupo
(españoles e italianos) estuvo estrechamente vinculada al fomento estatal de la inmigración
europea para ocupar zonas del país alejadas del área pampeana. Llegados a la región a partir de
políticas que promovían su asentamiento, algunos inmigrantes europeos obtuvieron posibilidades
de acceder a la propiedad de la tierra y ocupar cargos públicos, por ejemplo, oficiaron como
policías o como empleados del correo.
El trabajo de las chacras siempre requirió de mano de obra adicional que ha sido aportada, en su
gran mayoría, por la migración chilena.

RECURSOS ENERGÉTICOS: HIDROCARBUROS,


ENERGÍA HIDROELÉCTRICA
YPF: LA TERRITORIALIZACIÓN ESTATAL

Si bien los gobiernos nacionales no tuvieron un plan integral para el desarrollo del territorio
neuquino, sí implementaron políticas específicas para algunos recursos que tenían un valor
estratégico y una gran potencialidad. Luego de años de exploraciones, el hallazgo en 1918 de
petróleo en Plaza Huincul reforzó el interés nacional en la región y las inversiones en la actividad
con obras como la instalación de una destilería destinada al refinamiento para el uso local
produciendo varios derivados como nafta, kerosene, gasoil y fueloil. La creación de la empresa
estatal YPF en 1922, marcó una línea de trabajo en materia petrolera controlando todas las etapas
de la industria (exploración, explotación, refinamiento, transporte y comercialización.
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La explotación del petróleo a cargo de YPF atrajo trabajadores de distintas partes del país y del
exterior (especialmente chilenos), compañías privadas y casa comerciales especializadas en
satisfacer la creciente demanda. Este entramado determinó el surgimiento de dos localidades:
Plaza Huincul y Cutral Có. Aunque la presencia de YPF dinamizó el crecimiento de estas ciudades,
su gran aporte al desarrollo neuquino llegará posteriormente. En ese momento, la contribución
era limitada debido a un conjunto de factores en donde podemos destacar la baja producción
petrolífera, la dificultad para acceder al mercado nacional por el elevado costo de los fletes
ferroviarios y la legislación vigente que determinaba que las ganancias obtenidas fueran
concentradas en el gobierno central, que no estaba obligado a pagar regalías a los territorios
nacionales.
Si hay un elemento que caracterizó a la economía neuquina en los 70 fue su inscripción en el
mercado nacional como provincia exportadora de energía. De esta manera se pone en marcha el
funcionamiento de la represa Chocón. El descubrimiento de nuevos yacimientos en los 70, el
incremento de la producción hidrocarburífera e hidroeléctrica, sumado al aumento de las regalías,
convirtieron a Neuquén en una provincia proveedora de energía cuya economía comenzaría a
depender cada vez más de las regalías nacionales obtenidas de dicha explotación

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