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El proceso independentista
entre los indígenas soberanos de Pampa y Chaco. (Silvia Ratto)
Tanto realistas como revolucionarios buscaron la participación de la población indígena.
México → el movimiento de 1810 liderado por Hidalgo y Morelos era multiétnico y multiclasista y
devino en una guerra de guerrillas
Alto Perú → se formaron grupos guerrilleros constituidos por criollos, mestizos e indígenas que le
cortaban el paso para el avance de las tropas del rey y facilitaban el movimiento de grupos
insurgentes
Zonas periféricas → existían amplios espacios bajo el control de grupos indígenas soberanos que
se relacionaban con los hispano-criollos
Objetivos: estudiar el impacto que produjo la revolución entre las poblaciones nativas soberanas
del Chaco y la Pampa.
1) Los espacios indígenas soberanos estaban habitados por varios grupos vinculados entre sí
por relaciones de alianza pero también de conflicto. En caso de conflicto, la asociación con
fuerzas hispanocriollas representaba una ventaja estratégica para enfrentar a sus
enemigos.
2) Las sociedades indígenas tenían una política de relaciones diplomáticas diferente a la
europea. Mientras la europea basaba su diplomacia en los tratados y los textos firmados,
la indígena se basaba en la tradición oral y ágrafa donde valía mucho más la palabra que
un papel escrito. En aquellos espacios donde las prácticas parlamentarias se consolidaron
se pudo llegar a superar la dependencia de los vínculos personales.
3) En los espacios indígenas chaqueño y pampeano existían varios espacios fronterizos en los
que se relacionaban distintos grupos indígenas e hispano criollos. Aunque existían políticas
indígenas tanto coloniales como republicanas, las condiciones locales de cada espacio
podían dar resultados diferentes.
Este gran espacio que se extendía hacia el sur a ambos lados de la cordillera de los Andes,
desde la costa Atlántica hasta la costa del Pacífico, estaba habitado por diversos grupos desde
tiempos prehispánicos que mantenían contactos entre sí, lo que se incrementó después de la
conquista por la aparición de nuevas espacies animales y bienes europeos.
Ganado equino permitió una mayor movilidad para los grupos cazadores y guerreros, también
como materia prima para la confección de manufacturas y como fuente de alimentación. Así
se desarrolló un intercambio en el espacio indígena que estaba habitado por:
Existían en este espacio múltiples redes sociales y económicas, así como una serie de
conflictos que se originaban por la ocupación de lugares estratégicos para la apropiación de
recursos y/o por el intento de líderes por modificar los medios de obtener y conservar el poder
dentro del grupo.
La etapa revolucionaria
Fronteras de Córdoba y San Luis → las necesidades de la guerra disminuyeron los recursos
para mantener la política de agasajos con los indígenas que se acercaban a comerciar y
parlamentar lo que conllevó algunas rupturas.
Frontera Bonaerense → se produce un conflicto por acción del gobierno que permitió la
expansión del territorio hacia el sur, sin negociar con los grupos nativos la cesión de tierra. Se
lanzaron ataques por parte de indígenas a establecimientos fronterizos. Por otra parte, la
llegada a las tolderías de presos realistas y desertores de los cuerpos militares patriotas
complicó la situación.
Derrota de Rancagua → ante el temor del avance de los realistas hacia el este a través de los
pasos cordilleranos se realiza en 1814 un parlamento con los pehuenches para reafirmar la
paz. El acuerdo consistía en alertar sobre los movimientos de los realistas en la cordillera y que
suspendieran contactos comerciales con Chile. En 1816 otro parlamento entre San Martín y los
principales caciques pehuenches, consistió en obtener permiso para atravesar pasos
cordilleranos por su territorio y se ofreció como contraprestación que los caciques se
convirtieran en proveedores de ganado, caballada y otros bienes para el ejército. Los caciques
aceptaron de forma unánime.
Pero un segundo efecto de Rancagua fue la división de los refugiados chilenos, unos estaban
con Carrera y otros con O´Higgins. Carrera se unió a los caudillos del Litoral, Estanislao López y
Francisco Ramírez, contrarios a la política del Directorio. De este modo, a mediados de 1810
llegaron al territorio indígena pampeano indios transcordilleranos, las fuerzas de Carrera y un
gran número de desertores. Se crearon redes de alianzas y conflictos por la ocupación de
espacios estratégicos y la apropiación de recursos.
El espacio chaqueño:
Tomando un criterio lingüístico para caracterizar a los grupos indígenas del espacio chaqueño,
éstos se pueden dividir en las siguientes agrupaciones:
a) Mataco-mataguayos
b) Guaycurúes (mocovíes y abipones) (se relacionaban con españoles por el este, litoral
chaqueño)
c) Chiriguanos (se relacionaban con españoles del oeste, frontera chaco-salteña)
d) Lule-Vilela (se relacionaban con españoles del oeste, frontera chaco-salteña)
Estas agrupaciones mantenían sus propias zonas de caza, pesca y recolección y se vinculaban
entre sí por medio del intercambio de ganado y otros bienes. También existían
enfrentamientos intra-étnicos que derivaban en la expulsión de grupos hacia otros espacios.
Hacia el fin del período colonial había una fuerte relación de interdependencia entre ambas
sociedades, la indígena había incorporado el ganado vacuno y caballar, herramientas de hierro
y telas y la colonial requería productos indígenas como tinturas y ponchos y cuando escaseaba
requerían ganado robado que los indígenas comercializaban con las ciudades amigas.
Frente tucumano → a fines de la colonia se había formado una cadena de fuertes y presidios.
Las misiones se integraron a la estructura militar defensiva de la frontera y funcionaron
controlando la población indígena que era usada como mano de obra en haciendas
fronterizas. Los pueblos de indios también se contrataban estacionalmente en
establecimientos productivos.
Frente litoral → los territorios santafesino y correntino contaban a fines de siglo XVIII sólo con
algunos fuertes aislados y sin provisiones. La implementación de la política borbónica derivó
en la formación de misiones y una relativa paz. Pero estas paces generaron conflictos en otras
ciudades, ya que mocovíes y abipones volcaron sus ataques sobre otras jurisdicciones. Los
movimientos de la sociedad indígena se ajustaban a sus necesidades económicas. En
períodos de escasez, promovían enfrentamientos y la expansión sobre nuevos territorios y, en
períodos de abundancia se acercaban a puestos coloniales para intercambiar sus productos.
En síntesis, a fines de la colonia las relaciones interétnicas con los grupos indígenas del Chaco,
si bien no se caracterizaban por la conflictividad, no se había consolidado la paz. En el frente
tucumano-salteño la reactivación del comercio con Alto Perú incentivó el avance de los
hispano-criollos sobre las fronteras a través de distintas estrategias: obtención de mercedes,
compra de tierras a las misiones y ocupación espontánea de pobladores. En el litoral, la
precariedad de las misiones y fuertes crearon una situación de poca estabilidad.
A fines del período colonial los fuertes y las misiones dejaron de cumplir su función. Las
misiones se despoblaron, los indígenas reducidos se dispersaron; unos permanecieron en la
región como trabajadores y otros se retiraron al Chaco aunque recurrían estacionalmente a
trabajar en los cañaverales. Nuevos gobiernos republicanos formados por hacendados locales,
encararon una política de expropiación de tierras a los indígenas reducidos, esto no trajo
mayores conflictos. Se consolidó como frontera agropecuaria aquella que a fines del siglo XVIII
era aún una frontera bélica.
Esta relación poco conflictiva llevó al Gral. Belgrano a tratar de caciques chaqueños para
engrosar el ejército independentista, pero la expedición al Chaco no llegó a concretarse.
En este espacio, los territorios de Corrientes y Santa Fe se enfrentaron a dos frentes indígenas
diferentes:
a) Los grupos soberanos del Chaco con quienes se había mantenido una precaria paz
b) Los guaraníes y charrúas de las desmanteladas misiones jesuíticas que por la presión del
avance de las tropas portuguesas luego de la revolución se integraron como auxiliares del
ejército artiguista.
Frontera santafesina → las misiones se disolvieron y los curas huyeron a la ciudad de Santa Fe.
Los indios que permanecieron en misiones fueron atacados por grupos del Chaco y de blancos.
La crisis de las misiones reavivaron viejas rivalidades entre mocovíes y abipones. Asimismo
había una política indígena poco clara por parte de los oficiales que combinaba la alianza y la
amistad con la apropiación de recursos de las misiones.
En el Litoral la intervención artiguista y el conflicto con Buenos Aires aportaron a los líderes
indígenas chaqueños la posibilidad de entablar nuevas relaciones políticas. Asimismo, la
presencia en territorio santafesino de fuerzas artiguistas integradas por guaraníes y charrúas
que venían de las disueltas misiones jesuíticas fue una fuente de atracción para los indígenas
chaqueños.
Las directoriales se limitaron a buscar paces y, en casos extremos, incentivaron los ataques
indígenas sobre las jurisdicciones disidentes.
La participación indígena en las tropas artiguistas era muy importante y Artigas mostraba su
mejor disposición hacia ellos debido a que “la benevolencia con los indígenas…no era solo
cuestión de principios, sino táctica política”.
Frontera santafesina → la disolución de las misiones y una política indígena errática por parte
del gobierno derivó en fuertes ataques sobre establecimientos rurales del norte de la
provincia. Hacia 1815 la conflictividad con los indígenas del Chaco llevó a un retroceso de la
línea fronteriza y a la pérdida de importantes rodeos de ganado.
En 1817 se realizó una campaña conjunta entre Santa Fe, Córdoba y Santiago; pero ninguna
de estas medidas tuvo éxito y las incursiones sobre el norte santafesino continuaron
asolando las haciendas hasta 1818.
Precaria estabilidad:
En Santa Fe, a fines de la década de 1810, comenzó a estabilizarse la relación interétnica. Con
la llegada de López al gobierno a fines de 1818 el ejército agregó a sus filas contingentes de
milicias auxiliares chaqueñas. López tenía experiencia con los indios en la frontera norte y
conocía las prácticas diplomáticas indígenas recíprocas de prestaciones y contraprestaciones.
Pero esta situación duró poco tiempo a fines de la década de 1820 los malones sobre la
frontera norte y oeste continuaron.
Conclusiones:
Después de 20 años de iniciado el proceso revolucionario los espacios indígenas del Chaco y
Pampa seguían en conflicto. Desde la perspectiva indígena, este período fue un período
continuo en el que los hispano-criollos enfrentados buscaron el apoyo indígena apelando a
distintas estrategias de captación.
Las estrategias por parte de los líderes nativos fueron básicamente tres: