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5. Los moralistas.

- Es prácticamente imposible tratar dentro de un cuadro


coherente de las ideas de los moralistas del Renacimiento, pensadores al margen
de cualquier sistema se dedicaron al estudio y análisis del espíritu humano con la
misma vehemencia y sinceridad que los “verdaderos sabios”, investigaron la
naturaleza física del hombre, dentro de estos moralistas hay de todo tipo.

Frente a la corriente antropológica del hombre del <hombre tal como debe ser>, se
ocupa únicamente del <hombre tal como es>, de sus grandezas y miserias
espirituales, procurando decir la realidad humana a los avatares del vivir cotidiano
y explicar la verdadera esencia humana de lo espiritual.

El ejemplo más notable de tales pensadores lo constituye Michel de Montaigne


(1533-1592), probó el sentido de la libertad como un continuo desligarse, esto es,
la actitud concreta del hombre concreto que sencillamente vive sus días.
Montaigne no representa el espíritu del Renacimiento por que la suya es una
posición crítica escéptica de los nuevos ideales. Sin embargo, de esta crítica sale
el primer y gran documento de análisis introspectivo de la psicología.

Montaigne hace un balance de la ciencia en su siglo mediante un análisis


aparentemente de típico corte renacentista, Montaigne duda de que las sucesivas
etapas del conocimiento representen superaciones ya que es conservador, tan
conservador que admite que la forma religiosa nos viene al exterior, considera el
mundo interior es el único libre y que cuenta para él.

Montaigne defiende la <<interioridad>> y reconoce la validez de la experiencia


interior, validez que le parece extensible a los demás y que domina una <<forma
maestra>>, un patrón diríamos con la jerga psicológica de hoy, que existe en él y
al que debe sus aciertos. Esta forma maestra representaría el auténtico <ser>, el
<yo> podríamos decir ahora. Montaigne se inclina hacia las diferencias
individuales, busca e ellas la originalidad el individuo y la razón no s ele presenta
como instrumento apto para la tarea.

Capítulo 3

DESCARTES Y EL PROBLEMA DE LA ESENCIA DEL ALMA

1. El interés por la individualidad. El pensamiento renacentista da a las ideas


sobre el alma un giro inesperado, un afán por elaborar una nueva antropología. El
naturalismo exige apreciaciones concretas.

Lorenzo Valla (1406-1457) fomento a lo que se llamó el <<verdadero


ciceronismo>>, tendencia que prohibía cualquier expresión cuya dicha
procedencia no se probara documentalmente. Realizo una gran descripción de
multitud de posibilidades de vida, y de experiencias que presupone del cocimiento
de la vida psíquica como clave para la comprensión del hombre a través de su
expresión escrita.

Juan Luis Vives (1492-1540). Su convicción era un empirismo absoluto, reniega


ante cualquier antropología que no tiene origen empírico. Somete las pasiones a
un análisis sistemático: demuestra que la tendencia fundamental del sentimiento
siempre está diferenciada y que cuando esta negativa se caracteriza por el
resentimiento.

Juan Uarte (1520-1589) se perfila como precursor de lo que hoy llamamos


psicología aplicada. Señala el aprovechamiento de las características individuales
con fines pedagógicos y de trabajo. Cree que la mayoría de los hombres que
desempeñan tareas para las que carecen de aptitudes. Sus análisis psicológicos
principales se centran en las reflexiones sobre la inteligencia.

3. El filósofo Descartes.- Descartes aparece en la historia como el liberador del


pensamiento puro, la primera regla del “método” nada aceptaras como verdadero
que no conozcas evidentemente como tal. El origen del pensamiento cartesiano
esta en las matemáticas, que dieron a Descartes sus ideas claves: la idea de un
plano de verdad superior a los demás, la idea de un método, la idea del
conocimiento no se asienta sobre los datos inciertos de los sentidos y la idea de
una analogía entre el orden de las razones de las matemáticas y el orden de los
efectos de la naturaleza.

Descartes formulo la preposición: “pienso, luego existo” cuyos términos son


semejantes a una ecuación presentan la ventaja de que uno de ellos es la
existencia misma. Es en el seno de la conciencia que la verdad se identifica con el
ser, pero no puede dudar sin pensar y si piensa es necesario que exista.
Descartes encuentra obvio que en la certeza del cogito estaba implicada la
consecuencia de que si el pensamiento lo hace ser. El hombre se descubre siendo
pensamiento puro y nada más.

Sin duda aquí está el rasgo más acusado de la doctrina cartesiana: la primicia del
espíritu. Como la cosa más perfecta que puede conseguir porque está plena de
realidad, principio de su ser, porque la representa a Dios y todo lo entrega.

Una de las ideas cartesianas más importantes: en lo referente a los objetos del
universo, debemos atenernos en lo que es posible a conocer clara y distantemente
que de ellos solamente podemos conocer las determinaciones sacadas del
espíritu. Descartes trata como matemático todos los problemas que el mundo le
plantea.

Descartes asegura que todos los hombres tienen o viven nociones confusas que
aportan el conocimiento sensible o la pasión, frutos ambos de esa mezcla de
cuerpo y alma que constituye nuestro ser temporal. De este modo, nada en el
concepto de espíritu puede pertenecer al concepto de cuerpo. Nada en el
concepto de cuerpo puede pertenecer al concepto espíritu. El cuerpo es divisible;
el espíritu es indivisible. La función del espíritu es pensar y se basta a sí mismo.
Las funciones del cuerpo son las de ser extenso y, por lo mismo, debe estar
sometido al movimiento y de asegurar los efectos particulares de la naturaleza.

Estas son las tres doctrinas principales que remontan a Descartes y sin las cuales
es imposible comprender la evolución posterior del sistema psicológico: 1° el
mecanicismo, que impulsó a ver el mecanismo de explicación integral de las
cosas, 2° el idealismo, que con Descartes adquiere su forma moderna y procede
del principio cartesiano de que el espíritu es la realidad primera, 3° el
sustancialismo, que determinara hasta nuestros días el espíritu de la psicología y
que deriva de la suposición de que el espíritu es una sustancia, o sea que existe
por suposición de que el espíritu es una sustancia.

4. La teoría de las dos sustancias.- Los cuerpos existen por sí mismos, de


manera de que cada cuerpo constituye una sustancia extensa –res extensa- “el
cuerpo no es otra cosa que una estatua o máquina de tierra que Dios forma
expresamente.” Su mecanismo se aplica a lo corporal bajo la forma de una
fisiología que responde a las leyes matemáticas. “Estaríamos obligados a prestar
mayor fe a la razón que a los sentidos.” Los movimientos se caracterizan al
fenómeno vida tenga un lugar sin el que el espíritu intervenga; más aún, incluso a
menudo no puede impedirlos, lo cual basta para explicar el comportamiento
animal. El análisis de la naturaleza del cuerpo humano por Descartes, tanto en las
pasiones del alma como en el tratado del hombre, corresponde a la demostración
de la existencia de los cuerpos que realizan en la VI meditación.

Esta meditación se ocupa de la existencia de las cosas materiales de la real


distinción entre el cuerpo y alma del hombre. El cuerpo existe por sí mismo, no es
atributo de nada y la prueba está en su constitución y funciones, pero queda
pendiente el problema de si el espíritu no sería un atributo del cuerpo del hombre,
del que sea atributo o relación.

Este paso cartesiano es fundamental por tres razones: 1°) destruye la ideología
que asienta en la subordinación del cuerpo al espíritu; 2°) convierte al espíritu en
sustancia; 3°) pone los cimientos del dogma dualista, las sustancias corporal y
espiritual. Desde entonces en adelante, el fisiólogo estudiara el cuerpo sin
preocuparse por el espíritu y el filósofo queda libre de la traba que para sus
elaboraciones significa lo corporal. Con esto nace la filosofía del espíritu de
Descartes, partiendo de Descartes, los campos se separan: fisiología y psicología.

Nada hay exagerado en llamar a rene Descartes, “padre de la psicología


moderna”.

5. Consecuencias del dualismo cartesiano.- Descartes concibe el conocimiento


de la distinción entre el alma y el cuerpo y su unión, en razón de que para ello se
requiere concebirlos como una cosa y al mismo tiempo concebirlos como dos, lo
que contraría.

Descartes concibe el conociendo de la distinción y de la unión de cuerpo y alma


como dos saberes diferentes, para acceder al primero se requiere “apartarse de
los sentidos” y para alcanzar el segundo se requiere negarse al entendimiento
puro.

Los aspectos positivos que dejo Descartes, uno corresponde a la definición de los
campos que permitieron el desarrollo de fisiología como ciencia de la res extensa
corporal, y por el otro, a partir de la filosofía del espíritu, de la psicología como
ciencia de la res cogitan.

Sin el sustancialismo, Descartes no hubiera fundado la psicología moderna.

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