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Monarquía hispánica y

fundaciones en
Entre Ríos

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Román, César Manuel
Monarquía hispánica y fundación
políticos del antiguo régimen en las de
las villas San Antonio de Gualegu José
de Gualeguaychú, segunda mít Román. -
la ed . - Córdoba: Lago Ed
350 p.; 18x13 cm. - (Amperios)

ISBN 978-987-42-2591-7
1. Análisis Histórico. I. Título.
CDD 907.2

Arte de tapa y edición gráfi


Edición: Alej ©Lago edit
©César Manuel ISBN 978-
987

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lagoeditora@
ib: lagoe

Queda prohibida la reproducción total o


medio o procedimiento, sin permis

Libro de edició
Monarquía hispánica
y fundaciones
en Entre Ríos

Sobre los agentes políticos de antiguo régimen en las


políticas de poblaciones. Fundación de las villas San
Antonio de Gualeguay, Concepción del Uruguay y San José
de Gualeguaychú, segunda mitad del siglo XVIII.

César Manuel Román

MUIOS IDEA5
Román, César Manuel
Monarquía hispánica y fundaciones en Entre Ríos : sobre los agentes
políticos del antiguo régimen en las políticas de poblaciones : fundación de
las villas San Antonio de Gualeguay, Concepción del Uruguay y San José de
Gualeguaychú, segunda mitad del siglo XVIII / César Manuel Román. - la ed
. - Córdoba: Lago Editora, 2016.
350 p.; 18 x 13 cm. - (Amperios)

ISBN 978-987-42-2591-7

1. Análisis Histórico. I. Título.


CDD 907.2

Arte de tapa y edición gráfica: Carolina Ellenberger


Edición: Alejo Carbonell
©Lago editora 2016
©César Manuel Román 2016
ISBN 978-987-42-2591-7

IMITO
lagoeditora@gmail. com
fb: lagoeditora

Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier


medio o procedimiento, sin permiso previo del editor y/o autor.

Libro de edición argentina


Monarquía hispánica
y fundaciones
en Entre Ríos

Sobre los agentes políticos de antiguo régimen en las


políticas de poblaciones. Fundación de las villas San
Antonio de Gualeguay, Concepción del Uruguay y San José
de Gualeguaychú, segunda mitad del siglo XVIII.
César Manuel Román
M IOS IDEAS
Grupo de investigación en Historia Rural Rioplatense
(GIHRR-UNMDP)
Agradecimientos

Todo libro tiene una historia íntima, saturada de infinitas


influencias, expectativas y deseos. En cierto modo, toda obra es
una producción cultural socialmente construida. Este trabajo no es
la excepción, por ello quiero agradecer aquellos que ayudaron a
que este material se publique.
Debo comenzar por agradecer a la Municipalidad de Con-
cepción del Uruguay: a su Intendente, Doctor José Eduardo
Lauritto, a su Secretario de Discapacidad y Derechos Humanos,
Sergio Bertelotti y a su Director de Derechos Humanos Darío
Barón, como agentes institucionales que coayuvaron a la edición
de este texto.
A Mariana Cañedo, directora de mi Maestría en Historia, quien
me enseñó el oficio de historiador y las prácticas de esta profesión
con infinita paciencia y sabiduría durante la elaboración,
investigación y redacción de la tesis. Así mismo, me han sido muy
útiles los comentarios y sugerencias de María Luz González
Mezquita, José Mateo y Julio Djenderejian, jurados de la misma.
A Paula Navone, compañera y amiga de la vida. Correctora,
interlocutora y sostén anímico. A mis hijos, Ailén y Ernesto por los
sábados y domingos que les robé para terminar este escrito.
Este trabajo antes de ser libro fue tesis, esta verdadera me-
tamorfosis para llegar a un público mayor se la debo a un amigo de
siempre, Alejo Carbonell, poeta, escritor y editor. Valoro
entrañablemente su aporte.
índice
Introducción 9
Sobre las fundaciones de las villas en Entre Ríos: una
exploración historiográfica 19
Las historias provinciales: “Historia de Entre Ríos. Época
Colonial” 27
La perspectiva integral 33
Hacia nuevos aportes 41
Capítulo I. Monarquía, guerras y agentes políticos de
antiguo régimen 45
1.1. Imperio, monarquía y antiguo régimen 47
1.2. La americanización de las guerras europeas 60
1.3. Políticas de poblamiento y actores de antiguo
régimen 72
1.4. Conclusiones 84
Capítulo II. Obispo, curas y otros agentes de la Monarquía
en las políticas de frontera 89
II. 1. Visita episcopal y pobladores 92
11.2. Arroyo de la China: capilla, pueblo y conflicto 96
11.3. El poder vicerregio y el comisionado Tomás de
Rocamora 118
11.4. Conclusiones 124
Capítulo III. La comisión y los planes de Tomás de
Rocamora en la construcción política del territorio 127
III. 1. Las instrucciones del virrey y la comisión de
Rocamora 129
111.2. Los “planes” del comisionado Rocamora 154
111.3. Poder vicerregio y jurisdicciones 163
111.4. Conclusiones 172
Capítulo IV. La fundación de villas como política de
poblaciones 175
IV. 1. Planificación y terrenos para las villas 177
IV. 2.
El desmonte: movilización y trabajo recluso 191
IV. 3. Rito fundacional 199
IV. 4. La
elección de autoridades locales y comandantes militares204
IV. 5. La distribución de solares 210
IV. 6. Conclusiones 223
Capítulo V. El fin de la comisión y el itinerario de la carera
política de Tomás de Rocamora 227
V. 1. Política de poblaciones y el nuevo virrey 228
V. 2.
Ascensos militares y prácticas políticas- administrativas de
Tomás de Rocamora 247
V. 3.
El itinerario hacia los cargos de autoridad 252
V. 4.
Conclusiones 257
Fuentes 261
Bibliografía 267
Introducción

La colonización de la Monarquía hispánica sobre América fue un


proceso de dominación política organizado desde sus ciudades,
villas y pueblos. Vastos espacios geográficos americanos se fueron
transformando en territorios jurídicamente subordinados al
monarca una vez consolidada la conquista. Como explica Richard
Morse: “la colonización se convertía en una tarea de ‘urbanización,
es decir, una estrategia de po- blamiento encaminado a la
apropiación de los recursos y a la implantación de una
jurisdicción”.1 Las ciudades, las villas y los pueblos, entonces, se
convirtieron en la articulación de un conjunto de políticas
vinculadas a la colonización europea en América.
Aquella estrategia llevó, según se acuerda en el campo
historiográfico, de un lado al otro del Atlántico la firme voluntad de
fundar un sistema de ciudades vertebradas entre sí que garantizaran
la conquista y afirmaran la colonización. Menos consenso existe al
momento de identificar las diferentes concepciones en torno a los
comienzos de la ciudad de tipo europeo en América. Se hace
referencia como antecedentes a la ciudad renacentista italiana, al
racionalismo neo-romano, al aristotelismo ibero-católico, a Santo
Tomás de Aquino e, incluso, se plantea un periodo barroco esplen-
doroso en el siglo XVII y uno más atenuado y clasicista en el
XVIII.2

1 Morse, Richard. “El desarrollo urbano en Hispanoamérica


colonial”. En: Bethell, Leslie (ed.). Historia de América Latina.
Barcelona: Crítica-Grijalbo. 1987. Tomo III; 15-48. pp 25.
2.. Areces, Nidia (Coordinadora) La América Española Temas
y Fuentes. Rosario: UNR, 2007. Socolow, Susan 1992 [1986],
“Introducción”; en Hoberman, Louisa y Socolow, Susan (comps.)
Ciudades y sociedades en Latinoamérica colonial. Buenos Aires:
9
Más claros estuvieron los rasgos políticos-institucionales de las
ciudades americanas. Cada ciudad poseyó una impronta general: era
una unidad político-corporativa en el interior de una Monarquía. “El
concepto hispano colonial de vida de un pueblo o ciudad, definido
no por criterios cuantitativos o de organización económica, remite
a un modelo de comunidad socio-política”.3
En una perspectiva similar, José Carlos Chiaramonte presenta
el tema. Para él, la ciudad hispana e hispanoamericana es una unidad
política y no sólo un ámbito de agregación y centralización de
población, expresada políticamente en los cabildos.4 Ella ocupaba
un rol dentro del ordenamiento jurí- dico-político de la Monarquía
en una sociedad estamental, en la que algunas ciudades tenían
diferentes derechos y se imponían por sobre otras.5
Junto a esta concepción de ciudad -como unidad política-
corporativa- con la experiencia de la colonización también se fue
construyendo históricamente, a través de sus actores, una

Fondo de Cultura Económica.


3 Areces. Ob. cit.; pp. 100.
4 Chiaramonte, José Carlos. Ciudades, provincias, Estados:
Orígenes de la Nación Argentina (1800-1846). Ariel. Buenos Aires.
1997; pp. 63.
5 En el Diccionario de Autoridades de 1726, ciudad se define
como: “Población de gente a vivir en un lugar, fujetos a una leyes,
y a un gobierno, gozando de ciertos privilegios y exenciones, que
los feñares Reyes fo han férvido de concederlos fegun fus fervicios
de concederlos fegun fus fervicios. Unas fon cabezas de Reino,
como Burgos, Toledo. León, Sevilla. Otros tienen voto en las cortes,
como las referidas, y Valladolid, Salamanca, Cuenca. Viene del
latín civitas, que figura lo mismo”. Claramente está identificado el
rasgo político en la definición en concordancia con la exposición
del campo historiográfico. Real Academia Española. Diccionario de
Autoridades, 1726.
10
determinada manera de materializar, de realizar la ciudad
hispanoamericana. Incluso llegó a tener sus teóricos, como
Bernardo de Vargas Machuca. Éste escribió en 1599 una suerte de
guía para “caudillos” y “conquistadores” fundadores de ciudades.6
En esta guía se aconsejaban un conjunto de prácticas que se fueron
transformando en una suerte de pauta cultural y con el devenir, en
tradiciones.
De este modo, se fue gestando la ciudad política entramada en
una construcción histórica que tenía formas infinitas pero sobre
tradiciones bien arraigadas, cuyas representaciones e imaginarios
eran visibles para toda la sociedad de antiguo régimen. Estas
ciudades políticas se desplegaron y asentaron sobre el poder de los
“conquistadores” en principio y hacia el siglo XVII sobre
oligarquías urbanas que controlaban los cabildos, generalmente por
redes de poder. Las ciudades avanzaron sobre la apropiación del
espacio territorial y sobre la dominación de poblaciones originarias,
con arreglo a necesidades económicas y de prestigio de los agentes
de la Monarquía. El desenvolvimiento de este proceso -que la
conquista y la colonización española construyó en América en
interacción con indígenas, mestizos, mulatos y criollos- tuvo su
marco estructural en la formación social y económica conformada
hacia el interior de América. Se constituyeron y dinamizaron
verdaderos sistemas de ciudades integradas, las

6 Vargas Machuca, Bernardo. Milicia y discriminación de las


Indias. Madrid, 1599. En www.cervantesvirtual.com .
11
que se vinculaban a la política de poblaciones. “Las ciudades
eran los núcleos básicos de un sistema político que irradiaba su
dominio a un territorio más vasto”.7
Tanto los Habsburgos como los Borbones mantuvieron
continuidades en este aspecto, pero sus contingencias históricas, sus
concepciones filosóñco-políticas respecto del rol de la monarquía y
sus instrumentaciones políticas generaron también un conjunto de
rupturas. Estas continuidades y rupturas en las concepciones e
instrumentaciones de la filosofía política, de la práctica y la cultura
política no fueron impedimento para el potente y constante
desarrollo de ciudades, villas y pueblos.
En este sentido, se pueden distinguir momentos relevantes del
desarrollo urbano hispanoamericano. Uno, el de las ciudades
importantes con más de 500 vecinos que crecieron velozmente entre
1580 y 1630 durante los Austrias, de 225 a 331 ciudades en aquel
periodo. 8 Otro, que “esta cifra se había agrandado largamente:
según el Diccionario de Alcedo (publicado en 1789) había en la
América hispana 474 ciudades y villas (245, 229 respectivamente),
además de 8004 pueblos (totalizando, en consecuencia, 8478
poblaciones)”.9 Sin embargo, las políticas de poblaciones no fueron
uniformes en cada una de las fronteras del vasto imperio constituido
por la Monarquía hispánica.10 Efectivamente, la reactivación

7 Areces, Nidia. Ob. cit.; 119.


8 Socolow: Ob cit; pp. 7 y Cuadro N° 1.
9 Citado por Garriga, Carlos “Patrias criollas, plazas militares:
sobre la América de Carlos IV” en Eduardo Martiré (coord.) La
América de Carlos IV. Cuadernos de Investigación y Documentos.
Buenos Aires: Instituto de Investigación del Derecho, 2006; p. 47.
10 Hablamos de “política de poblaciones”, siguiendo el concepto
12
económica y el crecimiento de población coadyuvaron a la
conformación de ciudades, villas, “pueblos de españoles” y fuertes,
en la fronteras sur y oriental de la Monarquía hispánica durante el
siglo XVIII. Ello en gran medida se debió a la búsqueda y control
de territorios, tanto de áreas fronterizas vinculadas a pueblos
originarios no sometidos como a las fronteras con otras
monarquías.
David Weber al estudiar las relaciones entre los Borbones y las
poblaciones originarias soberanas -no sometidas al poder
monárquico- sostiene que esta dinastía real no tuvo una sola
política, sino que combinaba las misiones, la guerra, el comercio y
la diplomacia, según la etnia que se tratase y las características de
cada frontera.11 No fue lo mismo para los Borbones la voluntad
guerrera de los apaches de la Alta California que los menos
belicosos mapuches de las llanuras rioplatenses. Con los Apaches
la estrategia fue la guerra y con los mapuches, una compleja
articulación de expediciones punitivas y la estructuración de un
conjunto de fortificaciones permanentes, pasajeras y guarniciones
auxiliares que se complementaban con estrechos vínculos de
intercambios y comercio. Era ésta una relación de resistencia y
complementariedad.

utilizado por Lorenzo y Urbina para el caso de Chile, quienes


definen que cuando “la fundación de villas en lo fundamental es
promovida, planificada y ejecutada por las autoridades del Reino a
pesar de que la población rural se muestra pasiva y hasta reacia a
contribuir a su realización” Lorenzo, Santiago y Urbina, Rodolfo.
La Política de Poblaciones en Chile durante el siglo XVIII.
Quillota (Chile): Editorial El Observador, 1978; p. 1.
11 Weber, David. Bárbaros: los españoles y sus salvajes en la era
de la Ilustración. Barcelona: Crítica, 2007.

13
Estas estratagemas políticas elaboradas por los comisionados y
comandantes militares cercanos al virrey Vértiz en el Río de la Plata
buscaban una política de pacificación de grupos insumisos sin llegar
a la confrontación abierta, en parte por las limitaciones de recursos
para diseñar otra estrategia. La comparación entre los extremos de
la Monarquía en América devela que la política no era uniforme, ni
mucho menos.
Para la campaña de Buenos Aires, evaluando los aportes de la
historia rural rioplatense entre mediados del siglo XVIII y
principios del XIX, Raúl Fradkin puede hacer un balance positivo
sobre la ¡fecunda evolución de este campo de estudios
historiográficos. 12 Particularmente, la historia rural rioplatense
puede explicar la expansión de producción agrícola, la evolución de
los sistemas de tenencia de la tierra, la densa trama social que se
articula con el mundo rural y el crecimiento demográfico. El paso
de una visión de la frontera protagonizada por las grandes estancias
en medio de un “desierto” a una que “puede ser pensada como un
espacio de conflicto, negociación y conveniencia en la cual se
articulaban relaciones diversas y complejas entre toda un gama de
variados actores.”13 14
No obstante, quizás en parte por lo completo de este desarrollo
y en parte para imbricarlo a otros estudios, el campo de la historia
rural precise una redefinición. Ella, plantea Fradkin, debe orientarse
hacia la historia urbana

12 Fradkin, Raúl “Caminos abiertos en la pampa. Dos décadas de


renovación de la historia rural rioplatense desde mediados del siglo
XVIII a mediados del XIX” En Jorge Gelman (compilador) La
historia económica argentina en la encrucijada. Balances y
perspectivas. Buenos Aires: Prometeo, 2006.
13 Ibídem. Pp. 201.
14
del periodo y a que ésta construya una densidad similar a la liisloria
rural. No sólo en la línea del análisis de las grandes ( apílales, sino
y fundamentalmente para articular el campo de la historia rural con
el “conglomerado de los pueblos míales sin los cuales parece
imposible explicar el desarrollo de los mercados locales, los
circuitos de comercialización y Imandamiento, el funcionamiento
del mercado de trabajo y los procesos de construcción del poder en
el mundo rural”.14
I in cierto modo, lo que propone Fradkin es un nuevo programa
II istórico, ya que trasladar el eje a los estudios de poblaciones,
implica un abordaje historiográfico-metodológico en el que
necesariamente se deberá incorporar la dimensión política (|ne para
el antiguo régimen se entronca con una importante renovación
historiográfica impulsada, en parte por la historia (i ílica del
derecho.
Con anterioridad a este balance historiográfico y en ( oautoría
con Barral, 15 16 Fradkin realizó un estudio de conjunto que
comprendía una importante cantidad de partidos de la ( ampaña
bonaerense en los que analizaba la relación entre I (>s pueblos y la
estructuración del poder institucional. Allí se identifican tres tipos
de poderes que operaban en el mundo rural: el militar, el eclesiástico
y el judicial. Esta relación se articulaba a través de una compleja red
que se difuminaba por los pueblos de la campaña. Estos eran
aglomeraciones que ejercían el poder sobre el mundo rural,
actuaban como escenarios de interacción social, delimitaban las
fronteras de los partidos y fijaban las instituciones.
Distintos aportes posteriores fueron complejizando los

15 Fradkin, Raúl Ob. cit. Pp. 207.


16 Barral, M. E y Fradkin, R “Los pueblos y la construcción de
las estructuras de poder institucional en la campaña bonaerense
(1785-1836)”, en: Boletín del Instituto de Historia Argentina y
Americana “Dr. Emilio Ravignani”, n° 27, 2005, pp. 7-48.

15
procesos formativos de los pueblos de la campaña de Buenos Aires.
Ésta es la perspectiva adoptada por los trabajos de Mariana
Cañedo.17 Esta autora se pregunta si los pueblos de la campaña de
Buenos Aires fueron el resultado de lineamientos políticos de las
reformas borbónicas u obedecen a otras causalidades. En sus
estudios encuentra que estos pueblos formaban parte de procesos
más amplios de poblamiento y que se habían conformado algunos
de ellos al norte de Buenos Aires como resultado de donaciones de
tierras hechas por comerciantes de cada zona, en la primera mitad
del siglo XVIII. Con el correr del siglo, el número de aquellos es
creciente y se ubican al sur y sur-oeste de la campaña.
No obstante, expone que no es la Monarquía el agente dinámico
en el proceso formativo de los pueblos, halla que
I.i causalidad más nítida es la influencia del “articulado mercantil”18

17 Cañedo, Mariana “Fortines y pueblos en Buenos Aires


colonial borbónico. ¿Una política de urbanización para la
frontera?", en Mundo agrario. Revista de estudios rurales, vol. 7,
No. 13, 2do. semestre 2006. Cañedo, M., La historia de los pueblos
de Buenos Aires (Siglos XVIII-XIX). Trayectorias historiográficas
y posibilidades heurísticas, Cuadernos de Trabajo, Serie
Investigaciones, Departamento de Humanidades y Artes,
Universidad Nacional de Lanús, N° 11, junio 2006. ISSN 1666-
8456. Cañedo, Mariana “Oratorios y solares en la formación de los
pueblos en Buenos Aires. Las elites coloniales en la primera mitad
del siglo XVIII” en: Cañedo, M. (compiladora), Poderes
intermedios en la frontera. Buenos Aires y los entremos”, siglos
XVIII-XIX, Mar del Plata, Eudem, 2012. Cañedo, Mariana “Pueblos
Frente al Río. Comercio fluvial, poder colonia y derecho a la tierra,
Buenos Aires, 1770-1820” en Bibliográphica americana, revista
interdisciplinaria de estudios coloniales, número 8, diciembre de
2012. ISSN: 1668-3684.
18 Palomeque, Silvia “Circuitos mercantiles de San Juan,
16
y las migraciones. ¿Cuál es la relación entonces, se pregunta, entre
la formación de los “pueblos” y los lortines que se desarrollaron
aledañamente (algunos incluso ion nombres homónimos)? Si bien
matiza la respuesta, sugiere que la relación entre pueblos y fortines
es procesual y contingente. Los pueblos, antes que fundados, fueron
formados ya que no se encuentran actos fundacionales, lechas, ritos
ni institucionalización de cabildos, con la excepción de la villa de
Luján fundada en 1755.
Profundizando sobre el tema de los orígenes de los pueblos de
campaña de Buenos Aires argumenta que se desarrollaron dos
movimientos poblacionales. El primero lo identifica como la
formación de pueblos “de españoles” hasta mediados del siglo
XVIII, cuyo rasgo común fue el haberse constituido en terrenos
otorgados o donados por particulares. El segundo proceso
poblacional fue a partir de 1770 y su característica general fue la de
haberse formado sobre terrenos realengos. No obstante sostiene
que: “uno ile los ejes en común es la relativa espontaneidad de los
pobladores en los procesos de conformación”,19 mostrando de esta
manera que los procesos formativos en la campaña de Buenos Aires,
tuvieron una acción decidida de los actores sociales y una política
de frontera difícil de identificar como discurso y práctica
homogénea.
Al cambiar el marco fronterizo, dentro de la misma jurisdicción

Mendoza y San Luis. Relaciones con el “Interior Argentino”, Chile


y el Pacífico Sur (1800-1810) en Anuario IEHS, N° 21, Tandil,
2006.
19 Cañedo, Mariana “Pueblos Frente al Río. Comercio fluvial,
poder colonial y derecho a la tierra, Buenos Aires, 1770-1820” en
Bibliográphica americana, revista interdisciplinaria de estudios
coloniales, número 8, diciembre de 2012. ISSN: 1668-3684. Pp. 2.

17
de Buenos Aires del virreinato del Río de la Plata pero en la zona
de frontera con los dominios de Portugal, observamos una
perspectiva política diferente a la de la campaña de Buenos Aires.20
En esta zona, se verifican fundaciones de villas, las que a diferencia
de los “pueblos de españoles” y al igual que las ciudades poseyeron
cabildos y milicias gobernadas por los propios ayuntamientos
locales, problema que nos lleva a profundizar su exploración
historio gráfica.21
Sobre las fundaciones de las villas en Entre Ríos : una
exploración historiográfica

I ,as narrativas sobre la fundación de las villas de Gualeguay,


Concepción del Uruguay y Gualeguaychú en 1783 en Entre Ríos
comienzan a manifestarse con mayor visibilidad en la segunda
mitad del siglo XIX, particularmente con la difusión de una prensa
articulada a las disputas políticas entre la Confederación Argentina

20 Para la Intendencia-Gobernación de Córdoba ver: Punta, Ana


Inés, “Córdoba y la construcción de sus fronteras en el siglo XVIII”,
en Cuadernos de Historia, Serie Economía y Sociedad, N° 4,
CIFFyH, Córdoba, UNC, 2001, pp. 159-194; Rustán, María E„ “De
fuertes defensivos a villas fronterizas. Intereses económicos y
geopolíticos en la frontera sur de la Gobernación Intendencia de
Córdoba a fines de la colonia”, XIII Jornadas Interescuelas/
Departamentos de Historia, Catamarca, 2011. Para la Banda
Oriental ver: Frega, Ana. Pueblos y soberanía en la revolución
artiguista. La región de Santo Domingo Soriano desde fines de la
colonia a la ocupación portuguesa. Montevideo: Ediciones de la
Banda Oriental, 2007.
21 En el Diccionario de Autoridades de 1739, villa se define
como: “Se llama oy la población, que tiene algunos privilegios, con
que se distingue de la Aldea, como vecindad, y jurisdicción
separada de la Ciudad. Real Academia Española. Diccionario de
Autoridades, 1739.
18
y Buenos Aires. Uno de estos primeros artículos -que combina
política y memorias- lo escribe Martín de Moussy, 22 23 el célebre
geógrafo de la Confederación Argentina, en las páginas del
periódico El Uruguay.21 Sin embargo, el texto más importante de la
época lo publica Benjamín Victorica, quien fue abogado,
reconocido periodista político, diputado, senador y ministro de
guerra de la Confederación Argentina en la etapa en la que estuvo a
cargo Santiago Derqui.24 Es decir, un “hombre de Estado” pero al
mismo tiempo con importantes vínculos familiares con J. J. de
Urquiza, ya que estuvo casado con una de sus hijas.25 Este trabajo
fue el primero basado en fuentes históricas que intentó buscar en el
pasado una narrativa que diera coherencia a las representaciones
imaginarias de los grupos dominantes provinciales en el proceso de
su consolidación política y de construcción de su legitimidad, tras
Pavón.26

22 De Moussy, Martín. Descripción Geográfica y Estadística de


la Confederación Argentina. Buenos Aires: Fundación Banco de la
Provincia de Buenos Aires, 2005 [1860] Tomos I, II y III.
23 De Moussy Martín “Consideraciones sobre la fundación la
fundación y población de la ciudad de Concepción del Uruguay” en
El Uruguay, Concepción del Uruguay, Agosto de 1855. Archivo
General de la Provincia de Entre Ríos. Hemeroteca. Diarios
Provinciales.
24 Victorica, Benjamín “Apuntes para servir a la Historia del
origen y fundación de los pueblos de Entre Ríos” en Revista del
Paraná, 1861.
25 Bosch, Beatriz. Benjamín Victorica. Doctor y general. Buenos
Aires: EMECÉ Editores, 1994.
26 Victorica utiliza en este artículo como base de información:
parte de los oficios de Rocamora al Virrey Vértiz de 1782 en
Archivo General de la Nación. Sala IX. 3-5-6. Legajo 9. Expediente
3. Más, la “Representación a su Majestad Carlos IV, elevada por el
Cabildo de Concepción del Uruguay, 1805” en Biblioteca del
Colegio Nacional “Justo José de Urquiza”, Concepción del

19
Los “orígenes” que concluyen en la fundación de los pueblos
de Entre Ríos -según Victorica- eran tres. El primero, fue que las
naciones charrúas y minuanes habían sido derrotadas y expulsadas
del territorio entrerriano por las familias de “colonos” que la
poblaron. Estos colonos una vez que aumentaron su número fueron
capaces de “tomar las armas y se defendían a costa de no poca
sangre de las invasiones de los indios. Este es el origen de la
población de Entre Ríos.”27
El segundo era que el disciplinamiento sobre los “hombres
viciosos” -“gaudeiros”, “changadores” y “montaraces”- que había
sido ejercido por los jueces nombrados por la ciudad de Santa Fe ya
había dejado de ser eficaz. Por eso señalaba, intervino el virrey
Vértiz y dispuso “destinar a un oficial de honor”. Se trató de Tomás
de Rocamora, cuyas diligencias fueron fundamentales para recobrar
el “orden” y para la planificación y fundación de las villas. Las
fundaciones
(onlinuaba Victorica- fueron el resultado de la dirección de
Rocamora pero, enfatizaba, también de la activa participación de los
“colonos”.
Id tercero se vinculaba a la consolidación de las villas, a la
lensión entre la “codicia colonial” -adjetivo que utilizó para < ai
acterizar a los “gobiernos coloniales” posteriores a Vértiz- y los
“colonos”. Siempre según la interpretación de Victorica, los
gobiernos coloniales posteriores dejaron a mitad de (amino el
proceso fundacional al dar de baja a Rocamora y al abandonar a los
“colonos” a merced de los grandes propietarios que pretendían
despojarlos de los terrenos de las villas y de la beligerancia de los
“portugueses” dado su (arácter fronterizo.28

Uruguay, Entre Ríos.


27 Victorica, Benjamín. Ob. cit; p. 461.
28 En la “Representación a su Majestad Carlos IV, elevada por el
20
De este modo concluía que la consolidación de los pueblos se
debía a que:
“estaba en los destinos de Entre Ríos, previstos desde sus
albores por sus hombres públicos, que no debía obtener sino
de sus vecinos y nobles esfuerzos de sus hijos, la importancia
que empezó a adquirir bajo Ramírez y que Urquiza debía
elevar al grado que hoy tiene. Fue recién en 1826, que a
moción presentada por el Diputado don Justo José de
Urquiza, el Congreso de Entre Ríos [... ] elevó al rango de
ciudades, las hasta entonces villas de Concepción del
Uruguay y Paraná.”29
Así, Victorica elaboró una narrativa histórica cuya coherencia
interna establecía una relación estrecha entre los “colonos”
fundadores y los grupos sociales dominantes de escala provincial.
Si bien es difícil de rotular a este trabajo como un texto de “historia
erudita” tampoco se trata de una memoria que evoca el pasado per
se. Su intención es conmemorativa y tiene claramente una
intencionalidad política. Su relevancia radica en la capacidad de
estructurar un discurso que operaría como imaginario colectivo
vinculado al origen de los pueblos y de la provincia de Entre Ríos,
al mismo tiempo que de dar contorno a un campo disciplinar
histórico en formación.30

(:abildo de Concepción del Uruguay, 1805” los capitulares de aquel


cabildo -en varios párrafos de esta fuente- hacen referencia a su
ubicación fronteriza de lo que en su tiempo llaman “fronteras de 1
’ortugal”. Párrafos, que Victorica transcribe literalmente y los hace
limpios en su escrito.
29 Victorica, Benjamín. Ob. cit; p. 479.
30 Baczko, Bronislaw. Los imaginarios sociales. Memorias y
esperanzas colectivas. Buenos Aires: Nueva Visión, 1999. pp. lia
55. Fernando Devoto y Nora Pagano. Historia de la historiografía
argentina. Buenos Aires: Sudamericana, 2009; Capítulo 1

21
Posteriormente a este primer ensayo y en el marco de la crisis
política desencadenada por el asesinato de Urquiza en 1869 y el
traslado de la capital de la provincia de Concepción del Uruguay a
Paraná en 1883, se genera un nuevo clima político.31 Será el marco
en que se termine de conformar la narrativa sobre los orígenes y
comience a constituirse una “historia erudita.”32 En particular por la
producción y difusión de la primera parte de la voluminosa i ihra de
Benigno Tejeiro Martínez.33 Este autor fue uno de los intelectuales
más importante de un colectivo mayor que se Iorinó en torno al
cuerpo de profesores del Colegio Nacional |.). de Urquiza en
Concepción del Uruguay y de la expansión de una prensa política
de gran influencia en los grupos dominantes, entrelazados con
personalidades políticas que ocuparon altos cargos del Estado
provincial.34 Tejeiro Martínez fue un estereotipo de esta formación

“Surgimiento y consolidación de la Historiografía erudita”, pp. 13


a 71.
31 Bochs, Beatriz. Urquiza y su tiempo: La organización nacio-
nal. Buenos Aires: CEAL, 1984. El traslado de la capital de Con-
cepción del Uruguay a Paraná se decidió en el marco de la Con-
vención Constituyente de la provincia de Entre Ríos en 1883. Ver:
Urquiza Almandoz, Oscar. La cuestión Capital en la Provincia de
Entre Ríos. Paraná: Imprenta Oficial, 1999.
32 Fernando Devoto y Nora Pagano. Op. cit; p. 17.
.12 Martínez Tejeiro, Benigno. Apuntes Históricos sobre la
Provincia de Entre Ríos. Concepción del Uruguay: El Nuevo Día,
1881. Reminiscencia histórica. Cuestión Capital de la Provincia ilc
Entre Ríos. Paraná: Gutenberg, 1883. Memoria acerca de la
conquista y fundación de los pueblos de Entre Ríos. Buenos Aires:
Nueva Vista, 1884. “Biografía, don Tomás de Rocamora” en Id
Investigador. Ciencia, Arte y Letras. Concepción del Uruguay,
volumen III, 1897.
34 Martínez Soler, Marcelo “Benigno Tejeiro Martínez” en
Centro de Genealogía de Entre Ríos, Revista IV, Buenos Aires,
22
política- cultural y un activo miembro de aquel campo intelectual
en formación.35 Su hiperactividad y sus contrastes -como periodista,
escritor de cuentos, memorias y novelas- hacen que este autor sea
difícil de caracterizar. Pero el complicado devenir político del que
fue contemporáneo y su posición relativa en el campo intelectual, lo
llevarían a aproximarse a la práctica de la historia tal se concebía en
su época.
Una primera diferencia con Victorica fue la ampliación y
edición del universo de fuentes y la puesta en práctica bajo el canon
de la “historia erudita”. En relación al tema de las fuentes y su
metodología, Tejeiro Martínez tuvo una práctica particular pero que
no estuvo por fuera de los usos propios de la disciplina de ese
momento. Por una parte, editó una cantidad muy significativa de
“documentos” del siglo XVIII y XIX, particularmente oficios de
Tomás de Rocamora al virrey Vértiz vinculados al proceso de
fundación de las villas de los años 1782 y 1783. 36 La singularidad
de esas ediciones estuvo dada en que reescribió las fuentes en el
castellano de su contemporaneidad y en parte esta información
pierde las huellas de su época de producción, característica
necesaria para el análisis posterior. Por otra, a estos documentos los
hace propios en la escritura de sus obras, ya sea porque le interesa
dejar “hablar a las fuentes”, característico de la historiografía
erudita y además porque estilísticamente las yuxtapone con su
prosa.
Una segunda diferencia con Victorica es que sobre la misma

2006.
35 Bourdieu, Pierre. Intelectual, política y poder. Buenos Aires:
EUDEBA, 1999. Halperín Donghi, Tulio. Proyecto y construcción
de una nación. Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1979 Halperín
Donghi, Tulio. José Hernández y sus mundos. Buenos Aires:
Sudamericana, 1986.
36 Ver en AGN Sala IX. 3-5-6. Legajo 9. Expediente 3.

23
matriz del discurso de éste estableció un conjunto de deslizamiento
de sentidos. En primer lugar, profundizó el análisis de los conflictos
entre los “colonos” y las “naciones” de minuanes y charrúas, ya que
hizo visible la intervención de autoridades a través del “tratado de
paz” de 1736 entre los “caciques aborígenes” y el gobernador de
Buenos Aires.37 A ello agregó dos problemas apenas señalados en
Victorica. Primero, “las luchas tenaces y reiteradas de españoles i
unirá portugueses [...] han hecho concebir al Gobernador Don
Bruno de Zabala la conquista definitiva de la Banda (íriental al
efecto fundó Montevideo en 1724.”38 En segundo lugar, valiéndose
de las aportaciones del geógrafo Martín de Moussy, 39 expuso con
precisión y elaboró mapas de las |iirisdicciones del cabildo de Santa
Fe y Buenos Aires en i elación con Entre Ríos. Vale decir que,
aunque de manera I u ico desarrollada e imprecisa, Tejeiro Martínez
ya presentaba el problema del conflicto con la Monarquía Lusitana
y con las "naciones” Charrúas y Minuanes, al que agregaba una .u I
i va intervención de autoridades.
Este último punto, el rol de las autoridades, fue central en el
examen de Tejeiro Martínez y lo distanció de Victorica, ya que le
dio identidad analítica en la cronología histórica del proceso
fundacional al obispo Malvar y Pinto, al virrey Veriiz, al que
caracteriza de “progresista” y, particularmente, a Tomás de
Rocamora. A éste, le otorgó en principio el i ululo de “celebridad”,
de “hombre notable” propio de la lusloriografía de la época, pero a
su vez esta construcción u ía mutando y en su libro de 1881 Apuntes

37 Tejeiro Martínez, Benigno Memoria acerca de la conquista y


fundación de los pueblos de Entre Ríos. Buenos Aires: Nueva Vista,
1884.
'7 Tejeiro Martínez, Benigno Ob. cit.; 149.
'8 1 >e Moussy, Martín. Descripción Geográfica y Estadística de
Iti ('t u federación Argentina. Buenos Aires: Fundación Banco de
l.i l’iuvinciade Buenos Aires, 2005 [1860] Tomos I, II y III.
24
Históricos sobre lo Provincia de Entre Ríos, al referirse a las
características publicas de la conformación de los pueblos fundados
por Bucamora, Tejeiro Martínez exponía lo siguiente:
“Al hacernos cargo de las ideas vertidas a este respecto por
el Señor Rocamora, nos inclinamos a creer, que el sistema
unitario de organización política, ofrece estas ventajas [...] y
dejando libre a las localidades y franca administración en los
intereses de los municipios, centraliza y daría más vigor a la
autoridad, y garantiza los derechos de los pueblos y los
individuos, y daría más poder a la Nación, evitando anarquía
y convulsiones.”40

La relación entre “sistema unitario” y los municipios como


elementos que conllevarían a la centralización y al poder de la
“Nación” era una reflexión histórico-política que filiaba a Tejeiro
Martínez con un conjunto de nociones que subyacían en las
principales obras de la “historiografía erudita”. Nos referimos a la
muy difundida tesis sobre la nación preexistente a la revolución de
independencia expuesta por Bartolomé Mitre de gran influencia en
el campo intelectual de aquella época. 41 Con el agregado que la
figura de Rocamora -como la de Belgrano para Mitre- restañaba la
relación conflictiva entre monarquía y república.
No obstante, es recién en sus obras de 1883 y 1884 y en la
biografía sobre Rocamora que Tejeiro Martínez inicia una narrativa
más orientada a la construcción del mito: “Rocamora fundador de
pueblos”. Fue paulatinamente abandonando cualquier intento de

40 Tejeiro Martínez, Benigno. Apuntes Históricos sobre la


Provincia de Entre Ríos. Concepción del Uruguay: El Nuevo Día,
1881; p. 176.
41 Mitre, Bartolomé. Historia de Belgrano o de la
Independencia Argentina, 1876.

25
profundizar un análisis que caracterizara las relaciones políticas
entre la monarquía y sus mediadores. En Reminiscencia histórica.
Cuestión Capital de la Provincia de Entre Ríos, escrita en 1883, a
un año del traslado de la capital provincial de Concepción del
Uruguay a Paraná, Tejeiro Martínez establecía una genealogía entre
Rocamora, fundador de pueblos, y Gervasio Posadas, fundador de
la provincia de Entre Ríos. Un año después, escribía Memoria
acerca de la conquista y fundación de los pueblos de Entre Ríos, en
la que siguiendo la línea anterior, formulaba la tesis de que
Concepción del Uruguay es la capital “Histórica” de la provincia.
Posteriormente, todas restas obras se irían cristalizando más en un
imaginario social que se elevaría al plano iconoclasta -cuando el
sistema escolar de la provincia a fines del siglo XIX hiciera propio
estos discursos- y menos en una historia que permitiera profundizar
los supuestos analíticos bosquejados. 42

I ,as historias provinciales: “Historia de Entre Ríos. Época


(Colonial”

I lacia las primeras décadas del siglo XX, el centro cultural de la


provincia se trasladó a Paraná resultado de modificaciones pol í
ticas estructurales pero también de que en la provincia no
maduraron instituciones universitarias. Así, la Universidad
Nacional del Litoral y la formación del Centro de Estudios I

■II Tejeiro Martínez, benigno_Reminis cencía histórica. Cuestión


('upi / al de la Provincia de Entre Ríos. Paraná: Gutenberg, 1883.
A /i ‘moría acerca de la conquista y fundación de los pueblos de
P.ntre Ríos. Buenos Aires: Nueva Vista, 1884. “Biografía, don l
omas de Rocamora” en El Investigador. Ciencia, Arte y Letras. (
incepción del Uruguay, volumen III, 1897.
26
listóneos de Santa Fe -donde se encontraban Manuel ( Lrvera y
Salvador Dana Montaño- tuvieron gran influencia sobre la
producción historiográfica que se iría a desarrollar en la capital
provincial. El trabajo más importante de la etapa, la Historia de
Entre Ríos de César Pérez Colman, publicada en 1936.43
A diferencia de los primeros artículos del siglo XIX y de la
vasta y diversa obra de Benigno Tejeiro Martínez, los tres tomos de
la obra de Pérez Colman fueron un trabajo homogéneo y financiado
por el estado de la provincia de Entre Ríos con el objeto de “difundir
la verdad histórica más auténtica y documentada sobre la formación
social, económica y política de Entre Ríos” para “Distribuirla
oportunamente entre los establecimientos de enseñanza oficiales.”44
Vale decir, que este discurso se enunciaba desde el estado provincial
con el claro objetivo de ser la historia oficial y se ponía el aparato
educativo a disposición. De ahí -al menos en parte- la amplia
difusión que esta obra tendría (y tiene aún hoy).
Respecto de la historiografía anterior, esta obra marcó una
ruptura importante en la periodización. Trataba únicamente de la
época colonial, 1520-1810, y con ello evitaría algunos
anacronismos. También se diferencia en aspectos sustanciales de la
interpretación del pasado vinculado a actores sociales y políticos y
la metodología sería más rigurosa, aunque pervivirían en ella
aspectos del imaginario colectivo constituido en el siglo XIX.
Respecto de la crítica de fuentes -siguiendo la tradición de
Victorica y Tejeiro Martínez- este autor editó una cantidad de

43 Pérez Colman, César Historia de Entre Ríos. Época Colonial


(1520-1810) Paraná: Imprenta de la Provincia, 1936.
44 Decreto del Gobierno de la Provincia de Entre Ríos, ordenando
la publicación de la obra. Paraná, 11 de octubre de 1935 en Pérez
Colman, César Historia de Entre Ríos. Epoca Colonial (1520-
1810) Paraná: Imprenta de la Provincia, 1936; p. 5.

27
documentos muy significativa, integrándolos a su propia narración
pero claramente diferenciadas en citas o en extensos anexos. Al
igual que sus predecesores, lleva al castellano normalizado del siglo
XX la información escrita del siglo XVIII. La virtud de esta tarea es
la vocación democratizadora en relación al acceso a la información
primaria. Respecto de la fundación de las villas en Entre Ríos,
reeditó -pues ya lo había hecho Tejeiro Martínez- los olidos de
Tomás de Rocamora al virrey Vértiz y también editó lo que aquel
había elevado al virrey Loreto, más las acias fundacionales. Es muy
relevante también en cada uno de los anexos que comprenden los
tres tomos de la obra de l’érez Colman, la difusión de fuentes
primarias en torno de lemas eclesiásticos, padrones, censos, milicia,
cartografía, memorias y otras más alejadas de nuestro interés
específico.
Desde el punto de vista argumental -no sólo en relación . 1 las
villas- en los objetivos de la obra, Pérez Colman identificaba los
actores históricos que entendía relevantes: “huera de los dichos
sentimiento de orden íntimo, muéveme a realizar esta labor, el deseo
de proporcionar a mis comprovincianos un resumen histórico, que
comprenda, siquiera imperfectamente, el periodo casi desconocido
de la gestación del pueblo y Estado cntrerriano, formados con el
aporte de las virtudes de la familia hispana y de la legislación y
administración colonial.”45
A priori, podríamos especular e intentar filiar el “colono” -actor
social relevante en las obras de Victorica y Tejeiro Martínez- a las
“familias hispanas” pero se estaban refiriendo a cuestiones
diferentes, básicamente porque Pérez Colman establecía una
articulación entre las “familias hispanas” y las instituciones
católicas, como actores históricos y agentes de civilización,

TI l’ére/. Colman, César. Ob. cit; Tomo I, p. 7.


28
inconcebibles en el clima decimonónico de los primeros.
La obra daba cuenta de los aspectos físico-geográficos de Entre
Ríos, de los orígenes e hibridaciones de la toponimia regional, de
las características de las poblaciones de “aborígenes” y de los
intentos fallidos de los jesuítas de establecer reducciones con
aquellas poblaciones, de las corrientes de población que
“colonizaron” a Entre Ríos, de la disputa de límites entre los
cabildos de Santa Fe y Buenos Aires sobre la zona y aspectos de la
cartografía histórica de la Meso- potamia.
Vinculado a la problemática de la causalidad del proceso de
formación de pueblos y fundación de villas, el autor formulaba que
estos fueron el resultado de lo que llama “acción parroquial”. Si para
Victorica -y para Tejeiro Martínez también- las poblaciones
originarias habían sido un obstáculo para la actividad de los
“colonos” y justificaban su exterminio; Pérez Colman sostenía que
la “iglesia” había intentado establecer lazos mediadores con las
poblaciones originarias pero una vez fracasado este proceso la
“colonización” estuvo vinculada a la acción sacerdotal:
“La obra proselitista fracasó ante el Charrúa, indómito y
rebelde a toda sujeción, pero, una vez exterminadas las
íiilui,s, y apenas comenzaron a poblarse los campos, la nina
sacerdotal cobró nuevas orientaciones, encausando ■ai acción
[...] La observación del proceso colonizador, demuestra que
Entre Ríos fue si no conquista.

I m. pueblos tuvieron origen como resultado de este proceso i


ivilizalorio respaldado en las instituciones eclesiásticas y en Im,
religiosos. Para éste autor:
"lodos los pueblos formados con anterioridad a la organización
constitucional de la Provincia llevada a cabo en 1826, tuvieron

29
origen en una Capilla, que más tarde sirvió como asiento de
Parroquia, y luego se transformó en núcleo fundamental de una
ciudad. Tal es el caso que nos presentan, en orden cronológico
sucesivo en la época colonial: Paraná, Gualeguay, Concepción
del Uruguay, (¡ualeguaychú, Nogoyá y Victoria.”46

I'sl.i tesis considerablemente lineal y carente de conflicto ,d interior


del proceso, no obstante, fue de las primeras Im ululaciones que
intentó dar una conectividad procesual ,d problema. También, la
actividad eclesiástica no se daba en un vacío para Pérez Colman,
sino en un marco de lo que ■ li nomina “El conflicto Hispano-
Lusitano” -en que afianza y piolundiza lo ya expuesto por Victorica
y Tejeiro Martínez- islableciendo un importante aporte al problema
de I ululación de pueblos y villas, ya que registró una correlación i-
iilre lo local con procesos más abarcativos mediados por la

-I '> Ibídem; p. 23.


30
política de la monarquía -para el autor- Católica. Al respecto
argumentaba lo siguiente:
“El interés demostrado por el Monarca, a favor del
establecimiento de Pueblos entre los Ríos Paraná y Uruguay,
perseguía como objetivo fundamental imponer un régimen de
orden en esas regiones, combatir el activo contrabando que se
efectuaba en todo el litoral, evitar los saqueos y matanzas de
ganado, y defender esas tierras de la banda oriental del Paraná
hasta el Atlántico, contra una posible invasión de Portugal, cada
vez más probable, en razón de que dicho país e Inglaterra
habían concluido una estrecha alianza destinada a combatir a
España.”47

De este modo, si esta relación entre el conflicto con Portugal y los


procesos de fundación de pueblos y villas apenas se bocetaban en la
obra de Tejeiro Martínez, en cambio, Pérez Colman comenzó a
profundizar la interpretación de conjunto al tema, aunque no logró
presentar los nexos políticos del proceso y la complejidad del marco
al que se refería.
Un problema en la interpretación de Pérez Colman -al basarse
in extremis en la “acción sacerdotal”- es el rol que le otorga a las
autoridades virreinales y particularmente a Rocamora. Éste era -y
es- parte estructural del imaginario social -cuando Pérez Colman
escribía sus libros- vinculado al proceso fundacional, “Rocamora,
fundador de pueblos” es una representación imaginada muy
internalizada en el marco provincial. La solución argumental que el
autor dio a este tema fue integrarlo a una cronología de celebridades

47 Ibídem; p. 121.
32
(lo la que no están ausentes las religiosas- que directa o mediadas
tuvieron alguna vinculación al proceso fundacional, editar un
número importante de oficios de Rocamora a los virreyes Vértiz y
Loreto junto con reseñar los “proyectos” de Kocamora
prácticamente sin analizarlos históricamente.48 49 I >e esta manera
deja cosificado todo el proceso político en el mito. No existe en su
trabajo ni bosquejos de desarrollar un análisis crítico en que se
historicén las relaciones de poder y políticas o un diagnóstico
vinculado a las características jurídico-políticas del antiguo régimen
virreinal rioplatense. Aparece solo una operación discursiva para
que su perspectiva cohabitara con el mito.

I a perspectiva integral

l.as interpretaciones desde una perspectiva procesual e integradora


-que trascendiera los marcos provinciales- comienzan a realizarla
historiadores referentes de la disciplina, como Tubo Halperín
Donghi y José Carlos (,'hiaramonte.
Halperín Donghi en su libro Reforma y disolución de los
imperios ibéricos 1750-1870,48 analizó el complejo proceso -
comparando los imperios Hispano y Lusitano- de instrumentación
de políticas vinculadas a las reformas borbónicas ypombalinas.
También, el conflicto que resultado de aquel proceso derivó en
América, particularmente en

■17 Pérez Colman, César. Ob. cit; Tomo II. Capítulos VII, VIII y
XV.
• I H Halperín Donghi, Tulio. Reforma y disolución de los imperios
Ibéricos (1750-1850) Madrid: Alianza, 1985.

33
las áreas fronterizas de ambas monarquías. Las reformas
imperiales -afirmaba el autor- tuvieron como objetivo político
ejercer un control más consumado y positivo sobre sus colonias y
como consecuencia desencadenaron la americanización de las
guerras europeas. Así, este proceso impactó sobre “esa tierra de
nadie que ha sido hasta entonces el vasto territorio al norte y al
oriente del Plata y el Uruguay y al sur del Golfo de Santa
Catalina.”50 Vale decir, el área de frontera en la que se halla nuestro
objeto de estudio y en el que ambas monarquías inician una política
de poblamiento a principio del siglo XVIII.
“En él los portugueses -dice Halperín Donghi- han instalado
desde 1680 su reducto de la Colonia del Sacramento, emporio
del contrabando de Buenos Aires más que avanzada militar. En
1723 España funda en la misma costa de Montevideo, y desde
allí comienza la ocupación del territorio; en 1737 Portugal
responde con el poblamiento de la costa del Río Grande de San
Pedro. Se define así el teatro de una rivalidad muy poco
pacífica, destinada a ser proseguida con celo por los Estados
sucesores y a agotarse tan solo, en su aspecto político militar,
hacia 1870.”51

Así, quedaba presentado para la historiografía el problema de este


territorio de frontera, cuyo rasgo relevante -en esta interpretación-
era la americanización de los conflictos europeos de los imperios de
ultramar.

50 Ibídem; p. 18.
51 Ibídem; p. 18.
34
En una perspectiva similar Juan Carlos Chiaramonte analizó el
impacto de las reformas borbónicas en el marco ile las fronteras
sur y orientales del virreinato del Río de la Plata y suponía que
éstas desarrollaron una política de poblamiento capaz de sostener
actividades mercantiles. En su trabajo La Etapa Ilustrada 1750-
1806,51 partía del supuesto de que con el auge de la ilustración en
la península, la monarquía Española “encontró una reforma
económica i|ue fue centro de todas sus concepciones” 52 53 y que
repercutió en los aspectos militares, político-administrativos, en lo
que el autor denomina “empresas de colonización” o “políticas de
colonización”. De esta manera, esta política económica habría
enhebrado una estrategia militar de defensa del territorio de las
colonias y una política de poblamiento de la que no estaba ausente
la frontera con Portugal. Según el autor, “La constante penetración
de los portugueses, fortalecidos por la reorganización
administrativa y los grandes refuerzos enviados por su Corona,
llevó a la guerra en 1776-77”54 y en ese marco, para el Litoral,
resaltaba: “La obra de Tomás de Rocamora, comisionado del
virrey Vértiz en Entre Ríos, constituye también un típico ejemplo
de programa colonizador animado por el espíritu de la Ilustración,
que arrojó como saldo las poblaciones de Gualeguay, Concepción
del Uruguay y Gualeguay”. 55 Exponiendo de este modo una

b 1 Chiaramonte, José Carlos “La Etapa Ilustrada” en Carlos


A.ssadourian, Guillermo Beato y José Carlos Chiaramonte. /
listona Argentina. De la conquista a la independencia. Buenos
Aires: Paidós, 1992 (3ra Edición).
53 Ibídem; p. 281.
54 Ibídem; p. 286.
5d Ibídem; p. 303.

35
primera aproximación a las políticas de fronteras de los borbones
en Entre Ríos.
Posteriormente en un trabajo de Roberto Schmit 55 que si bien
estaba centrado en un periodo posterior, tienen la virtud para
nuestra investigación de delimitar con precisión la zona fronteriza
de nuestro interés: “concebimos el Oriente entrerriano como una
sociedad de frontera donde se produjo el poblamiento y la
articulación social sobre la base de un intercambio de factores
humanos, institucionales, comerciales y culturales”. 56 Expone
también una primera caracterización del perfil fronterizo de aquella
zona de Entre Ríos: “Se debe tener en cuenta que se trata de un caso
muy significativo para la historia rioplatense del siglo XIX, pues
allí se construyó desde 1780 una frontera económica, comercial y
social en expansión”57 y respecto de la política de poblamiento -en
línea con Chiaramonte- supone que:
“Fue dentro de las preocupaciones que el virrey Vértiz tomó la
iniciativa de poner en marcha la reorganización institucional y
el poblamiento en la zona. Tal empresa de exploración y
fomento de la zona estuvo a cargo del mencionado Rocamora
quien como funcionario delegado recorrió la tierras y elaboró
un plan para organizar los pueblos de lo que él llamó las tierras
de Entre Ríos; el resultado de esta política de expansión fue la
fundación en 1783 de las villas de Concepción del Uruguay,
Gualeguay y Gualeguaychú.”58

55 Schmit, Roberto. Ruina y resurrección en tiempos de guerra.


Sociedad, economía y poder en el Oriente Entrerriano
Posrevolucionario, 1810-1852. Buenos Aires: Prometeo, 2004.
56 Ibídem; p.
33.
Ibídem; p.
57
32.
Ibídem; p.
58 43.
36
Pero, a diferencia de Chiaramonte, identificó y relacionó con la
política de frontera la tensión con Portugal como elemento
dinamizador de una política de la Monarquía más activa sobre el
“Oriente entrerriano”.
En esta última perspectiva, los aportes de Julio Djende- redjian
han sido los más complejos para la segunda mitad del siglo XVIII
y principios del XIX para Entre Ríos. Este autor abordó las
características de los ecosistemas, las caracterís- lica de las primeras
mercedes devenidas -durante el siglo XVIII- en grandes estancias,
los procesos migratorios y de ocupación del espacio por familias de
labradores y pastores, los procesos de producción agrícola y
ganadero vinculados a la diversidad de rasgos que se hallan en la
frontera sur de Entre Ríos, los comerciantes de la región -en el
marco del auge ganadero del sur entrerriano- la racionalidad
mercantil puesta en acto en los procesos de acumulación y las
características de las relaciones de esclavitud en las grandes estan-
cias del área.
Especialmente nos interesa señalar la relación que existió entre
la política de poblamiento y su materialización en la etapa
borbónica.59 En este sentido expone que:
V) “Construcción del poder y autoridades locales en medio de un
experimento de control político: Entre Ríos a fines de la época (
olonial” en Cuadernos del Sur, nro. 33, Universidad Nacional del
Sur, Bahía Blanca, 2004. “Da locus melioribus”. Política imperial,
procesos de poblamiento y conformación de nuevos espacios de
poder en las fronteras rioplatenses como raíces de la insurgencia i
evolucionaría” Ponencia presentada en las Segundas Jornadas de I
lisiaría Regional Comparada, Porto Alegre, Brasil, 2005. “Entre el
lin del imperio y el artiguismo: política de poblamiento y nuevos
espacios de poder en las fronteras rioplatenses tardocoloniales mino
raíces de la insurgencia revolucionaria” en Encuentro de
“el estado borbónico se decidió a llevar a cabo un proyecto de

37
poblamiento estratégico sobre territorios que nunca antes
habían llamado demasiado la atención en ellos no existían ni
metales preciosos ni grandes masas de población indígena de
las que se pudieran sacar provecho; pero que se habían visto
seriamente amenazados por la presión de otras potencias
coloniales. El punto más saliente de esta política consistió en
cercar el área limítrofe con los dominios de Portugal mediante
la fundación de pueblos.”56 57

Así, el autor con el concepto de “poblamiento estratégico”


profundiza analíticamente la relación conflictiva entre frontera con
la Monarquía lusitana y los procesos de poblamiento encarados por
los borbones en América. Los mecanismos de poblamiento -
continúa Djenderedjian- se desarrollaron a partir de que diversas
comunidades de pobladores solicitan la erección de capillas y que
con el devenir mediados por las autoridades “se decidía la
fundación del pueblo, villa o ciudad y se definía su carácter, se
delineaba su jurisdicción y se enviaba un comisionado para que
pusiera todo en práctica.”58 En esta perspectiva

Geohistoria Regional. IIGHI-Conicet, Resistencia, 17, 18, 19 de


agosto de 2006.
57 Djenderedjian, Julio “Da locus melioribus”. Política imperial,
procesos de poblamiento y conformación de nuevos espacios de
poder en las fronteras rioplatenses como raíces de la insurgencia
revolucionaria” Ponencia presentada en las Segundas Jornadas de
Historia Regional Comparada, Porto Alegre, Brasil, 2005; p. 2.
58 Ibídem; pp. 2 y 3.
38
valiéndose de datos elaborado por Félix de Azara, 59 este autor
analiza la periodización de las fundaciones y el carácter de la
población, vale decir, si fueron ciudades, villas o pueblos. 60
lin esta línea de argumentación, si bien la Corona dio inicio al
proceso fundacional de las villas en Entre Ríos y por ello les
confirió la formación de los cabildos y las milicias- quienes
emergieron como actores fundamentales del proceso, en el ejercicio
del poder, fueron los grupos ¡le notables locales.61 El autor, si bien
reconoce el “interés i '.li alógico” del virrey Vértiz y de Rocamora
en el proceso de fundación de villas en Entre Ríos, le otorga menos
identidad a estos actores, ya que caracteriza sus prácticas publicas,
“de un tosco y humilde intento criollo de poner en práctica ideas
económicas, fisiocráticas y modelos de administración de corte
ilustrado. Los racionales, simétricos planos de los pueblos
organizados entonces son de ellos una conmovedora profesión de
fe.” 62 También, sostiene que el icparto general de tierras llevado
adelante por Rocamora durante los procesos fundacionales no llegó
a concretarse: “En los hechos, poco hubo de la materia de esos
sueños: el reparto general de tierras nunca llegó a concretarse y solo

(i 7 Azara, Félix de. Descripción é historia del Paraguay y del Río


Je la Plata. Madrid: Sanchiz, 1847.
od Iijenderedjian, Julio “Da locus melioribus Política imperial,
punosos de poblamiento y conformación de nuevos espacios de
poder en las fronteras rioplatenses como raíces de la insurgencia i
evolucionaría” Ponencia presentada en las Segundas Jornadas de
Historia Regional Comparada, Porto Alegre, Brasil, 2005; pp. 3 y
i.
lid Djenderedjian, Julio “Construcción del poder y autoridades loc
ales en medio de un experimento de control político: Entre Ríos a
fines de la época colonial” en Cuadernos del Sur, nro. 33, l
luiversidad Nacional del Sur, Bahía Blanca, 2004.
Ob Ibídem; p. 5.
quedó de esas fundaciones un esfuerzo bien intencionado para
reunir poblaciones dispersas, lejos de todo contacto con las
instituciones coloniales.”63
De esta forma, el autor limita la relevancia política a los actores
virreinales e intermedios de la Monarquía en los procesos de
fundación de las villas y centra su mirada en la formación de los
poderes locales, en los notables del lugar. Para ello delimita a la
villa de Gualeguay como unidad de análisis, entre 1782 y 1814. En
primer lugar, analiza la composición de los cabildantes, respecto de
su edad, origen geográfico, lugar de residencia, oficio, capacidad de
firmar y lugar relativo dentro de las redes de familias. A esta
información la relaciona con composición de los jefes milicianos.64
En segundo lugar, analiza el grado de relación parental entre los
cabildantes y la redes de relaciones familiares y personales que ellos
tuvieron. Así, argumenta que sobre todo este conjunto de relaciones
de poder basados en la densidad de los vínculos familiares el grupo
de notables locales, se desarrolló una política de cooptación de las
instituciones locales de Gualeguay -básicamente el cabildo y la
milicia- y de este modo se transformó en el actor social político
sobresaliente que hizo a la fundación de la villa y ejerció el poder
político a través de éstas.

63 Ibídem; p. 5.
64 Ibídem; p. 7 a
14. 40
lint tu nuevos aportes t nmo puede leerse en este balance, la
discusión historiográ- lii ,i Mil iré los procesos fundacionales de
pueblos y villas en el Id i dorio de Entre Ríos durante el siglo XVIII,
si fue un problema leinpranamente delimitado en el siglo XIX,
sobre el i nal, sin duda se han hecho avances significativos. Un
aspec- lu i cidral, se ha desligado la cuestión sobre la fundación de
la', villas en el oriente entrerriano hacia fines del siglo XVIII, de la
perspectiva de la identidad provincial (de la formación
■ le una elite provincial y el estado de la provincia) En este MU lulo,
ha sido un gran aporte el conocimiento que sobre las M >i-¡edades
y economías de estas regiones se ha adquirido
■ mi una mirada amplia pero integrada a circuitos y compor-
lamienlos económicos más amplios.
A eslos avances, consideramos importante profundizarlos en la
dimensión política de antiguo régimen. Más allá del supuesto
compartido sobre la influencia “externa” o de innlexlo de las
relaciones inter-monárquicas (“el avance p ■ 1 1 1 ugués/inglés hacia
la zona), el problema que -desde nuestra perspectiva- resulta
relevante es cómo se logró • «insliluir estas primeras villas dentro
de la estructura propia «le l,i Monarquía hispánica.
(labe recordar que en relación a la enorme influencia que
tuvieron los estudios sobre la formación del Estado Nación, M-
desarrolló un modelo historiográfico que interpretó las instituciones
del poder político del antiguo régimen v (olonial desde las nociones
y concepciones del Estado Nacional. Desde este modelo -o
paradigma estatalista como l<> llamó Hespanha- se configuró y
analizó la política y las instituciones de poder. Sin embargo, en
estos últimos años la historia política de las sociedades coloniales
ha emprendido una importante renovación de su producción
historiográfica, gracias a la influencia de lo que se reconoce como

41
historia crítica del derecho.65
Este renovado cuerpo de estudios nos permite analizar el
sistema de poder en la sociedad rioplatense de antiguo régimen,
vinculando las relaciones políticas internas de la Monarquía
hispánica, con los poderes vice regios, con los poderes intermedios
y con los poderes locales en relación a las políticas de poblaciones
que tuvieron lugar en las fundaciones de las villas en Entre Ríos.
Dicho de otra manera, interesa aquí indagar sobre las características
políticas del proceso e interrogarse: ¿cómo se desarrollaron las
políticas de poblaciones emprendidas por la Monarquía hispánica?
¿Qué particularidades tuvo la cultura política que dio marco a los
procesos fundacionales? ¿Cuáles fueron las características de los
agentes políticos de la monarquía en la IHIII (ilación de las políticas
de poblamiento hada la zona de 11 1 ti il cr<i citada? ¿Cómo se
relacionaron específicamente los tipii-M'iitantes de la iglesia con
las necesidades estratégicas de la Monarquía en su conjunto en la
frontera y que políticas Impulsaron en ese marco? ¿Cómo fueron

65 Clavero, Bartolomé, “Institución política y derecho: acerca


del concepto historiográfico de 'Estado Moderno'”, en Revista de
Estudios Políticos, 1981, pp 43 a 57. Hespanha, Antonio. La Gracia
del Derecho: Economía de la Cultura en la Edad Moderna.
Madrid: Centro de Estudios Constitucionales, 1993. Garriga,
Carlos “Patrias criollas, plazas militares: sobre la América de
Carlos IV” en Eduardo Martiré (coord.) La América de Carlos IV.
Cuadernos de Investigación y Documentos. Buenos Aires: Instituto
de Investigación del Derecho, 2006. Garriga, Carlos “Orden
jurídico y poder político en el Antiguo Régimen” en Istor. Revista
de historia internacional, N° 16, 2004, 13-44. Barriera, Darío, “La
historia del poder político sobre el período temprano colonial
rioplatense. Razones de una ausencia: propuesta para una agenda”,
en Penélope, No. 29, 2003.

42
integrados los gi itpo.s locales a la institucionalización del proceso?
I I supuesto general que orienta este trabajo es que las pollinas
de poblaciones emprendidas por la Monarquía hispánica en los
territorios de Entre Ríos se desarrollaron Ihtjo la cultura jurídico-
política del antiguo régimen iioplalense. Para ello, el virrey
estableció un dispositivo de podrí que entrelazó jerárquicamente
magistrados y a agentes pollinos intermedios: los comisionados.
Estos estuvieron a migo de la dirección, de la operatividad del
proceso huid.H ¡onal (como fue el caso de Tomás de Rocamora a
la oí den del virrey para las villas del territorio de Entre Idos) Como
lo prescribían las normas en relación a las luud.u iones de villas -
Leyes de Indias- supuso la previa
pl .... Inación, selección y delincación de sus terrenos.
lamí lien, la redelimitación de sus antiguas jurisdicciones, la i il nal
¡/.ación del acto fundacional propio de la tradición en la A1 1 u rica
hispana y al instituirse políticamente le otorgó los pi mlegios
corporativos -los cabildos- a poblaciones locales ajeniadas en la
zona en nombre del virrey. De esa manera, crias se integraron
orgánicamente a la cultura política de la Monarquía hispánica de
antiguo régimen con su propio autogobierno.

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