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“UTESA”
Lic. Yovanny González
Introducción a la Filosofía
La Filosofía Moderna
El hombre europeo que se llamará “Hombre Moderno” se va configurando poco a poco;
dejara de ser “teocéntrico” (Dios en el centro de todo), como la época de la era
medieval, para instaurar abarcando distintos ámbitos de la vida el “antropocentrismo”
(el hombre como centro y único punto de referencia). Nuevos criterios en la ciencia, en
el arte, en la cultura…Crisis de orientación religiosa en algunos sectores intelectuales.
Nuevas inquietudes políticas. Aparecen los teóricos del Estado: Maquiavelo, Moro,
Hobbes. El régimen feudal es sustituido por el absolutismo despótico.
En el campo de pensamiento filosófico, surgen nuevas ideas que desafían muchas de las
ideas tradicionales. El centro de las preocupaciones de los pensadores ya no es Dios,
sino el hombre y su capacidad para conocer. Se advierte un nuevo modo de pensar, una
“nueva mentalidad”. A través de todos esos cambios se ha ido configurando el “hombre
moderno”. Y todo sucedió durante los siglos XV y XVI.
El Racionalismo cartesiano
Ideas filosóficas de René Descartes
Lo aconsejable, por tanto, en esta situación, dice Descartes, es la duda, una duda
generalizada, la duda como método (duda metódica).
Establecida la norma de la “duda metódica” como medio o camino para hallar la verdad,
Descartes establece una condición básica para que la razón pueda avanzar segura: no
admitir como verdadera cosa alguna que no se sepa con evidencias que lo es. Por tanto,
la característica fundamental de cualquier conocimiento, que aspire a ser verdadero, será
la evidencia. Y esa evidencia, continua Descartes, debe tener como cualidades la
claridad y la distinción; es decir, una idea será evidente, y por tanto confiable si es clara
y distinta.
Por consiguiente, la norma básica del método, que comienza en la duda, es buscar la
verdad innegable, dudar porque aparecen ante nuestra razón como una idea clara (no
confusa) y distinta (no mezclada con otras).
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La afirmación “pienso, luego existo, se convirtió en punto de partida de la filosofía
moderna. De ahí arranco una nueva época, una nueva manera de hacer frente a los
grandes temas de la Filosofía.
Ahora bien, a Descartes, sin duda, le preocupan otros temas, le interesan las cosas, el
mundo. ¿Qué son las cosas? ¿Qué es el mundo? Pero su principio filosófico no le
permite avanzar. ¿De que forma podrá obtener ideas claras y distintas sobre el mundo,
sobre su cuerpo? ¿Como conseguir verdades confiables?
Entonces, para salir del yo, para conocer con esta certeza lo que sea que yo, Descartes
se ve en necesidad de recurrir a Dios. ¿Por qué? Porque dios es la única realidad
exterior del yo que puede ofrecerle la seguridad de que, al pretender conocer otras
cosas, no será engañado.
Ahora bien, antes de proseguir, Descartes debe demostrar que Dios existe. Y propone
dos argumentos, ambos con una misma forma de argumentar; Yo tengo la idea de un ser
perfecto, luego existe.
La distinción entre la sustancia pensante y la sustancia extensa es muy nítida; cada una
se define por ser exclusión de la otra. La extensión no es algo esencial al yo pensante, ni
el pensamiento es algo esencial a la realidad extensa…
Para tratar de explicar la comunicación entre las sustancias en el hombre, entre cuerpo y
alma, recurre a la glándula pineal.
Para rechazar críticamente el supuesto de las ideas innatas, que había defendido
Descartes, enfoca su investigación filosófica hacia el estudio de la génesis u origen de
nuestros conocimientos. Recordando la frase de Aristóteles, referida al proceso de
conocimiento, que el alma, al nacer es como un “pizarrón limpio”, Locke dice que el
alma es “un papel en blanco” en el que no hay nada escrito. Y aduce, como ejemplo
experimental, los casos del niño y del salvaje.
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Locke establece como conclusión fundamental de su filosofía que todos nuestros
conocimientos se originan únicamente en la experiencia.
Las ideas originarias de las cosas las obtenemos inmediatamente por la sensación; y las
ideas referentes a los actos o estados de nuestra alma por la reflexión. Es decir para
Locke sensación y reflexión son las dos fuentes únicas de toda experiencia.
Los objetos producen entre nosotros “las ideas” por medio de sus cualidades. Estas, dice
Locke, son o primarias (como extensión, figura, magnitud, movimiento), que son las
que son inseparables de los cuerpos; o secundarias (como color, sabor, sonido).
John Locke se plantea finalmente la validez de sus afirmaciones, las cuestiona para ver
hasta que punto resisten el análisis. Esta actitud con Locke y sus seguidores ante el
modo y la validez de nuestro conocimiento da origen a lo que en filosofía moderna se
llamo el “problema crítico”.
Locke con su empirismo elimina todo elemento lógico y metafísico del fenómeno del
conocimiento, reduciéndolo a un puro psicologismo (análisis psicológico). De aquí
derivara, como conclusión, la imposibilidad de la metafísica, como parte del
conocimiento filosófico.
-Kant y su Criticismo.
El Criticismo Kantiano. Se llama criticismo a la doctrina de Kant porque de la critica o
análisis del conocimiento el objeto principal de la filosofía.
Kant intenta superar la controversia entre las innatistas y empiristas, aceptando que todo
conocimiento comienza con la experiencia, pero rechazando que todo conocimiento
humano se derive exclusivamente de la misma experiencia.
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-Análisis del Conocimiento. Kant establece que en todo conocimiento hay que
distinguir dos elementos: una materia o contenido, y una forma o manera de captar ese
contenido.
La capacidad para intuir o aprehender el objeto, en cuanto ese objeto nos afecta, la
llama Kant “sensibilidad”.
Pero, a su vez, las representaciones deben adaptarse a nuevos “moldes”, para poder los
objetos convertirse en cosas pensables. Y a estos últimos “moldes” Kant los llamaba
“categorías” del entendimiento.
En conclusión, para Kant, las verdades científicas son juicios sintéticos “a priori”, es
decir, obtenidos a la vez por la razón y por la experiencia.
Así mismo, para Kant el espacio y el tiempo no son realidades objetivas, sino formas
mentales radicadas en la sensibilidad, que son universales y necesarias pero que no son
más que intuiciones puras. Por tanto, también las verdades matemáticas no son otra cosa
que juicios sintéticos “a priori”.
Y así concluye rechazando toda moral impuesta desde fuera (heterónoma) de la propia
conciencia, y sostiene la necesidad de una moral autónoma, es decir, que surja de la
propia conciencia humana. Fundamenta toda la obligación, moral en su célebre
“imperativo categórico”, que según, él, consiste en la necesidad de cumplir “el deber
por el deber”, sin necesidad de ninguna otra razón.
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Y en la medida que establece que las cosas “en sí” mismas no se pueden conocer, y en
la medida en que el conocimiento es una elaboración del sujeto, se doctrina es un
idealismo. Pero no un idealismo absoluto, como el Berkeley (último gran exponente del
empirismo ingles), llega a negar que las cosas existan. El idealismo de Kant dejando a
un lado el dogmatismo racionalista, de Descartes, y el escepticismo último del
empirismo ingles (Huma), sostiene que la realidad absoluta es incognoscista (lo que el
llama “númenom”, pero que sí se pueden conocer sus manifestaciones (lo que él llama
“fenómenom”)
Ilustración
“Siglo o época de las luces” son los nombres que recibe un periodo histórico que se
desarrolló en el siglo XVIII en Europa y que afecto, a todos los aspectos de la actividad
humana y también a la reflexión filosófica. La “Ilustración” manifestándose
principalmente en Francia, Inglaterra y Alemania, se caracterizo por una visión
optimista sobre el poder de la razón y sobre la posibilidad de organizar la sociedad
únicamente sobre principios racionales. La Ilustración fue una derivación del
razonamiento del siglo anterior. Ante el desarrollo alcanzado por las ciencias de la
naturaleza, durante los siglos XVII y XVIII, la Ilustración establece como tarea
fundamental del hombre el conocimiento y el dominio efectivo de la Naturaleza. La
Ilustración proyectó una confianza en el progreso casi ilimitado de la humanidad, y tuvo
un gran influjo en el desarrollo de la “Conciencia política y jurídica de la Época
Moderna”. El filosofo mas importante de la Ilustración fue Emmanuel Kant.
Hegel reconoce el pensamiento de sus maestros (E. Schelling, Fichte y Kant) y parte de
la intuición trascendental, no del yo (Fichte) ni del absoluto (Schelling), sino de la Idea.
Por ejemplo, la Lógica empieza con la afirmación del ser, pero para comprender
cabalmente el ser se necesita el concepto antitético de la nada. Y la superación de la
contradicción anterior se logra en el concepto superior del devenir, del hacerse continuo.
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Hegel ha aplicado se esquema dialéctico a todas las disciplinas del saber humano, pero
la aplicación mas importante es la que se refiere al Espíritu y a la historia.
1. El espíritu sujetivo (tesis) empieza a realizarse como alma en su unión con el cuerpo;
adquiere conciencia de él reflejándose en el yo (antítesis); y por ultimo se eleva el
espíritu, mediante el saber y el querer.
3. El espíritu absoluto: que es una síntesis del espíritu sujetivo y el espíritu objetivo, y
también de la naturaleza el espíritu. El espíritu absoluto se manifiesta en tres niveles o
áreas: el arte, la religión revelada y la filosofía.
Para Hegel “todo lo racional es real y todo lo real es racional”, es decir realidad y razón
coinciden planamente, ya que la realidad es una totalidad constituida por la razón
(espíritu o idea).
Para la dialéctica hegeliana, la historia es un proceso que se desarrolla hacia delante por
medio de internas contradicciones, y se resuelva en posteriores síntesis, donde nada de
lo anterior se pierde, sino que es empujado hacia el futuro.
El gran mérito de Hegel es, quizás, el haber comprendido la realidad como historia, y al
haber intentado explicarla dialécticamente.
Por último, Hegel hace una filosofía de la totalidad: solo la totalidad es la verdad, y por
tanto, nada puede entenderse sino dentro de la totalidad. Por esta razón, podemos
comprender su afirmación de que el hombre solo encuentra su realización dentro del
Estado. Esta conclusión de Hegel ha tenido poderosa influencia en la justificación
ideológica de los totalitarismos de nuestro tiempo, tanto de derecha como de izquierda.
Como hemos visto ya en el punto anterior, para Hegel la Dialéctica es algo propio del
pensamiento humano en su proceso de desarrollo. Y este proceso, en el cual el
pensamiento cumple sus leyes, corresponde al propio movimiento del ser. Este proceso
pasa necesariamente por tres fases o momentos: momento de la afirmación (tesis),
momento de la negación de esa afirmación (antítesis), momento de unidad de los dos
anteriores (síntesis). Pero en este tercer momento no se trata de una simple conciliación
de contrarios, sino de una nueva realidad, en la que se encuentran, superadas y
absorbidas, la tesis y la antítesis.
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Es desde esta posición de Hegel, de donde Karl Marx, pero adoptando una orientación
exactamente opuesta. Invirtiendo la orientación de la dialéctica. La dialéctica idealista
de Hegel se convierte en una dialéctica material.
-Materialismo Dialéctico.
Se puede definir el Materialismo Dialéctico como una teoría general sobre la realidad,
que afirma que el universo es un todo, formado por materia en movimiento, sometida en
evolución ascendente, que alcanza niveles sucesivo, donde un mayor grado de
complejidad cuantitativa produce necesariamente, por una transformación brusca,
cambios cualitativos enteramente nuevos.
-Materialismo Histórico.
Según esta ley de los tres estados, la humanidad ha atravesado una primera fase,
llamada teología, que estuvo bajo el dominio de los teólogos y los militares, y una
segunda fase, llamada metafísica, dominada por los filósofos y los jurisconsultos.
Ambas fases se caracterizaron, según A. Comte, por una pretensión imposible: la de
llegar a un conocimiento absoluto. La tercera y ultima fase, la que él denomina positiva,
se caracteriza porque el hombre solo busca un conocimiento relativo, buscando, no las
causas, sino las leyes que determinan los fenómenos. En esta ultima fase, serán los
científicos y los industriales lo lideres ideológicos.
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“En el estado metafísico, los agentes sobrenaturales son reemplazados por fuerzas
abstractas; verdaderas entidades (abstracciones personificadas), inherentes a los
diversos seres del mundo, y concebidas como capaces de engendrar por sí mismas todos
los fenómenos observados, cuya explicación consiste en señalar cada uno su identidad
correspondiente”.
Junto a la ley de los tres estados, A. Comte elabora una clasificación de las ciencias en
el orden de su ascenso al estado positivo, de la manera siguiente: matemáticas,
astronomía, física, química, biología y como ultimo eslabón de la ciencia positiva,
psicología.
Por eso, no sin razón, A. Comte es considerado como uno de los padres de la sociología
y, ciertamente, el primero que acuñó ese termino.
La labor de A. Comte, respecto a las ciencias, conlleva un doble intento: purificar las
ciencias de todo lo que no atañe el fundamento racional de la sociedad, y coordinar el
contenido de las ciencias, comparándolas entre sí, y sobre todo, relacionándolas con su
intención final, que es la creación de un nuevo orden social: el positivo.
Toda la obra de A. Comte, admirablemente coherente desde sus primero escritos, tiene a
desembocar en una política positiva, que logre el equilibrio de la Sociedad, que
promueva una especie de religión de la humanidad, que armónica la inteligencia y el
corazón del hombre.
Positivismo
Como una reacción a los excesos del logicismo idealista de Hegel, surge el Positivismo
como un naturalismo metódico, que intenta superar la enorme crisis político-social
(fruto de la crisis religiosa) del siglo XIX, buscando honestamente la creación de una
nueva sociedad, ordenada por la ciencia positiva.
El Positivismo se niega a admitir otra realidad que no sea la de los hechos y a investigar
otra cosa que no sean las relaciones entre los mismos hechos. Por lo menos en lo que se
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refiere a la explicación, el positivismo enfatiza decididamente el como, y elude
responder al que, al por qué y al para qué.