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Responsabilidad de las

organizaciones del S XXI


© ICE - IMF
Indice
Responsabilidad de las organizaciones del siglo XXI 3
Texto claves 3
6.1. La responsabilidad social corporativa y su contexto 3
6.1.1. Responsabilidad social corporativa (RSC) 4
6.1.1.a. Origen histórico y evolución 5
6.2. Impacto de la responsabilidad social corporativa en la organización 9
6.2.1. Visión crítica de la Responsabilidad Social Corporativa 10
6.3. Argumentación y recepción de la responsabilidad social corporativa 10
6.3.1. Ventajas e inconvenientes de la RSC 10
6.4. RSC y los desafío de futuro 12
6.4.1. Principales desafíos 12
6.4.1.a. La responsabilidad social corporativa para el siglo XXI 12
6.4.1.b. Las finanzas y la responsabilidad social corporativa 13
6.4.1.c. La integración social corporativa (ISC) 13
6.4.1.d. El componente ético 14
6.4.2. Hacia un desarrollo empresarial sustentable 14
Bibliografía 15
Texto Referencial 17
Actividades prácticas 18
Recursos 19
Enlaces de Interés 19

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Responsabilidad de las organizaciones del S XXI

Responsabilidad de las organizaciones del siglo


XXI

Presentación de la unidad

Texto claves

6.1. La responsabilidad social corporativa y su contexto


De la trama que atraviesa estas seis unidades se desprende la necesidad de ofrecer una visión global de los
retos que las organizaciones han de hacer frente, para adecuarse a una realidad cambiante, volátil, que en
algunos casos exige transformaciones en la raíz de las estructuras, también en las mentalidades
empresariales que las sustentan (cambio de paradigma). Las organizaciones se han visto impelidas a
adoptar conceptos novedosos que han puesto en entredicho la visión sobre la cultura organizacional
clásica, todavía presente hoy en grandes y pequeñas organizaciones sin distinción.

Este nuevo contexto no tan sólo ha exigido cambios en las organizaciones, sino que impulsado cambios en
los cuerpos normativos del derecho mercantil de Estados y organizaciones internacionales, cambios en la
regulación comercial y societaria dentro y fuera de las fronteras estatales, y han exigido a su vez una
reformulación del papel del Estado-Nación como unidad de medida de todos estos cambios.

La nueva conceptualización del papel de las organizaciones en la sociedad actual debe prestar especial
atención en el concepto de Gobernanza Corporativa -entendido como el buen gobierno de la actividad
empresarial-, plasmada en la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) o Empresarial (RSE) y del
Desarrollo Sustentable; ambos conceptos deben ser asumidos como condiciones ineludibles en el
desarrollo futuro de la actividad empresarial a nivel global. Resulta interesante observar cómo este elemento
de “ lo social” ha ido ganando posiciones en el terreno empresarial y se ha vuelto un activo habitual en la
nueva cultura organizacional. Es por este motivo que los responsables de las organizaciones empresariales
no deben mostrarse indiferentes ante las problemáticas y amenazas latentes en la sociedad, o en todo caso,
ante aquellos elementos que la sociedad considera como temas de interés. Tener en cuenta e integrar las
preocupaciones de carácter social y medioambiental (reto verde), a la hora de aplicar nuevos proyectos o
consolidarse en los mercados, reporta sustanciales beneficios económicos y sociales a las organizaciones y
a la sociedad; dando respuesta a quienes se han cuestionado críticamente si es posible la cohabitación de la
competitividad empresarial con la responsabilidad social.

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Las principales características que describen la aplicación de una conducta empresarial que
practica la RSC se puede sintetizar en cuatro conceptos:

1. Voluntariedad: en gran parte de los casos cumplen más de lo que la normativa les exige.
2. Sostenibilidad: las empresas se comprometen a orientar su actividad a favor a generar un
crecimiento económico siempre y cuando se garantice la protección del medioambiente y el
bienestar social.
3. Repercusión: tiene consecuencias visibles tanto en la gestión como en la estrategia
empresarial.
4. Progresivas.

De la misma forma, resulta útil tener presentes cuáles son los principios generales aceptados por la
sociedad o sociedades, a los que la RSC hace referencia, estos principios tratan aspectos relacionados con
las personas pero también en los últimos años con el medio ambiente.

Imagen 1: Principios generales de la RSC.


Fuente: Elaboración propia a partir del Libro Verde Fomentar un marco europeo para la
Responsabilidad Social de las Empresas (2001).

En una primera fase, estos principios son asumidos por la alta dirección de la organización, quien los
incluye dentro de la planificación de objetivos a corto, medio y largo plazo según su calado y las
dificultades que presenten. Una de las tareas más complejas que se debe llevar a cabo consiste en procurar
el encaje de estos principios de forma armónica y equilibrada al plan definido y en el conjunto de las
actividades de toda la organización.

6.1.1. Responsabilidad social corporativa (RSC)

Es imposible abordar el concepto de Responsabilidad Social Empresarial, sin entender de facto


que se trata de una nueva forma de entender el papel que las organizaciones tienen dentro del
contexto social local e internacional, donde desarrollan el conjunto de sus actividades. Estos
contextos están fuertemente influenciados por múltiples aspectos relacionados con el bienestar y
beneficio de la comunidad.

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Nunca debe perderse de vista, que tal y como demuestra la evidencia acumulada, cuando una organización
empresarial se instala en una determinada localidad, el entorno se ve afectado. Ejemplos de ello son la
modificación de las vías de comunicación (carreteras, puertos, aeropuertos, etc.), las infraestructuras de
los servicios como telecomunicaciones y suministros energéticos que van a ser modificadas con motivo de
la implantación de esta organización empresarial sobre el terreno, así como el conjunto de actividades que
se deriven de las relaciones entre esta organización y las organizaciones locales y con otras transnacionales.
El aterrizaje de una empresa en un determinado territorio puede conllevar (y hay muchos ejemplos al
respecto), una serie de problemas relacionados con la provisión de servicios y de infraestructuras
necesarias para el correcto funcionamiento de la organización, pero que han sido escatimadas para la
población local, o en tantos otros casos han comportado problemas añadidos generalmente por una
deficiente gestión de los contaminantes derivados de la actividad realizada.

Si las empresas tienen en consideración una serie de aspectos como políticas laborales, de seguridad social
y asistenciales, la capacitación técnica de los empleados y en general las condiciones de vida y los niveles
de bienestar social de sus trabajadores y de las comunidades en las que se instalan, entonces podrán
producir el elemento deseado: un impacto positivo en el entorno que repercuta en la reputación de la
organización y en sus beneficios económicos, pues si una empresa que responde a los parámetros de ser
socialmente responsable entonces sí resulta atractiva para nuevos clientes e inversores.

6.1.1.a. Origen histórico y evolución

La responsabilidad social empresarial tiene su origen a inicios de la década de los cincuenta del pasado
siglo XX cuando el economista norteamericano Howard Bowen publica Responsibilities of the
businessman (1953), a lo largo de la obra Bowen se cuestiona sobre la responsabilidad de los empresarios
en relación con la sociedad.

Ya en la década de los setenta, el concepto evoluciona hasta abarcar los siguientes aspectos:

1. El conocimiento desarrollado por las empresas sobre el entorno en el que realizan sus
actividades.
2. El diseño e implementación de programas sociales de atención.
3. El interés de las empresas para maximizar su actividad en lo económico y en lo social.
4. La atención específica a grupos de interés y la generación de riqueza.

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Hoy en día, tomando en consideración los efectos adversos que la actividad empresarial genera
en el entorno, se considera que la Responsabilidad Social Empresarial debe abogar por
asegurar la sustentabilidad, concepto en el que convergen dos dimensiones:

1. El desarrollo sustentable, vinculado a la esfera pública y social, relacionado con grupos y


entidades de defensa y preservación del medioambiente.
2. La Responsabilidad Social Empresarial del ámbito privado, interesada en la mejora y
optimización de las relaciones mantenidas precisamente con estos grupos de interés, así como
en reducir el impacto ambiental que produce.

Es a partir de este momento, que se puede hablar claramente de responsabilidad social de la


empresa/corporativa como aquel compromiso consciente y congruente con las necesidades de todos los
implicados; compromiso que las organizaciones empresariales adoptan con la finalidad de cumplir tanto en
el plano interno como externo, siempre considerando el conjunto de expectativas económicas, sociales y
medioambientales de todos sus participantes, demostrando su compromiso en la construcción del Bien
Común, como concepto clave aspiracional.

Por este motivo, la RSC pone las bases de un nuevo modelo para el desempeño de las actividades
empresariales socialmente responsables que abarca cuatro categorías relacionadas entre sí:

1. Económica.
2. Legal.
3. Ética.
4. Discrecional.

A inicios de la década de los noventa del siglo XX, los estudios sobre la RSC comienzan a
centrarse en la cuota de poder que las organizaciones acumulan y el impacto que tiene en la
sociedad. El concepto de RSC se vincula entonces con teorías sobre la administración y la
gerencia que detectan tres principios básicos en la actuación responsable de las organizaciones:

1. Legitimidad: partiendo de la premisa del contrato social, la sociedad cede


poder a las grandes empresas, y estas se comprometen a no hacer un uso
abusivo de este poder, trabajando para el Bien Común, toda actividad que
vaya en contra de este Bien Común resta legitimidad a las organizaciones.
2. Responsabilidad pública: las empresas y su alta dirección como sujetos
morales son responsables de todas sus actuaciones.
3. Gestión discrecional: los directivos y la alta gerencia como actores
morales deben actuar discrecionalmente, respetando y siguiendo los
valores dominantes en la sociedad donde se desarrollan.

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Una vez identificados estos tres principios se empezó a plantear un esquema de tres etapas para
el desarrollo y aplicación de la RSC en función de cuáles eran las obligaciones y
responsabilidades de la empresa, estableciendo así aquellos elementos que se encuentran
integrados e interrelacionados en el seno de la organización:

1. Etapa obligatoria: basada en el cumplimiento de la normativa vigente (local e internacional).


2. Etapa política: se manifiesta en la presión que ejerce la sociedad ante la actividad de la
empresa.
3. Etapa socialmente responsable: la capacidad de anticiparse y prevenir los impactos de la
empresa.

Es ya a finales del siglo XX, cuando la causa medioambiental cobra relevancia en la política
internacional, y es en las organizaciones empresariales donde cobra verdadera importancia el
discurso de las teorías administrativas poco antes planteadas. En este orden de ideas y ya a
inicios del siglo XXI, se pueden diferenciar dos aspectos básicos del concepto de RSE:

1. El Desarrollo Sustentable en el que convergen autoridades y grupos sociales.


2. El interés de la iniciativa privada en mejorar sus relaciones con grupos de interés al reducir su
impacto ambiental.

Es en este contexto es cuando los Organismos Internacionales intervienen, preocupados por las
consecuencias que la globalización ha tenido en diferentes partes del planeta, y especialmente en los países
en vías de desarrollo. El objetivo último de esta intervención es propiciar un proceso de desarrollo
sostenible y sustentable para los países más vulnerables al poder de las transnacionales, y entra de lleno en
la agenda internacional la responsabilidad de las empresas para con las consecuencias políticas, sociales,
económicas y medioambientales derivadas de su actividad en el marco de una cada vez más liberalizada
economía mundial, que como ya se ha visto en capítulos anteriores, comportaba un menor peso de los
Estados frente a los mercados.

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Para evitar los males mayores de este nuevo escenario, en el seno de la ONU se dio lugar al
denominado Pacto Global, que busca la adhesión de las organizaciones empresariales para el
desarrollo generalizado de la RSE, principalmente por medio de la adopción de principios
agrupados en cuatro puntos:

1. Aspectos laborales.
2. Derechos Humanos (DD.HH).
3. Medidas anticorrupción.
4. Prácticas de protección al medio ambiente.

La responsabilidad social empresarial y su relación con la sociedad ha sido analizada y


visualizada desde perspectivas diversas, lo cual aporta un análisis pluralista del concepto que
permite profundizar sobre aspectos y fundamentos sociológicos, de los que desprenden cuatro
enfoques diferenciados:

1. La RSC como una función de regulación social: donde se conciben a empresas y sociedades
como sistemas únicos que persiguen propósitos específicos trabajando al unísono.
2. La RSC como una relación de poder: hace referencia a las relaciones de poder establecidas y
a las lógicas del conflicto que se derivan.
3. La RSC como un producto cultural: se percibe a la empresa como un producto cultural que
refleja las relaciones deseables entre la empresa y la sociedad, visualizando cómo se expresa
esta idea mediante aspectos culturales, políticos, institucionales y sociales y a través del
intercambio de normas y valores.
4. La RSC como construcción socio cognitiva: es decir, como identidad participativa de los
sistemas de valores y cuestiones sociales.

Las empresas se ven en la necesidad de conocer el entorno en el que operan, y todos aquellos factores que
rodean a la organización, no solo en términos de conocimiento físico del terreno (geográfico), sino en el
conjunto de reglas que rigen su actividad (normativa) y de toda actividad relacionada de forma directa o
indirecta con su desarrollo (convenciones sociales, costumbres, etc.). Por tanto, en lo referente a la
regulación de los principios de la responsabilidad social empresarial se considera como fundamental que
una estrategia coherente de RSC íntegra: primero se base en una visión a largo plazo, en un horizonte que
genere beneficios para la empresa y el entorno social. Al pasar a la fase de implementación de la RSC, las
organizaciones reconocerán las diferencias locales y culturales, emprendiendo iniciativas específicas en
mayor o menor medida que recojan el espectro de estas diferencias. Una vez hecho esto, en una siguiente
fase se entablará un diálogo entre la organización y el gobierno e instituciones del Estado, con las
organizaciones de la sociedad civil y las entidades de las comunidades locales, mediante el cual la
organización buscará ser percibida como un elemento ni discordante, ni nocivo. La RSC sirve para dar
sentido a la organización dentro de la comunidad y para dar un sentido a los negocios que se llevan a cabo.
Por último, la RSC tratará de ir más allá de los límites que imponen la industria y su entorno, generando la
idea de una Responsabilidad Social Civil que ayude a aportar soluciones a las problemáticas generadas.

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Se crea un nuevo marco para la aplicación de la RSC, un escenario que involucra nuevos aspectos
relacionados con los compromisos y las obligaciones tributarias de las organizaciones empresariales, el
respeto a los DD.HH, favorecer mejores condiciones de vida para los individuos que trabajan en dichas
organizaciones, plan de captación y desarrollo profesional (competencias TIC y nuevos modelos
profesionales), además de la puesta en marcha de paquetes de políticas de integración para colectivos
vulnerables, y de esta forma facilitar la incorporación en la red de las organizaciones a mujeres, minorías y
colectivos con diversidad funcional.

6.2. Impacto de la responsabilidad social corporativa en la


organización
La responsabilidad social corporativa tiene una relación positiva con elementos clásicos de la cultura
empresarial como la reputación corporativa, la intención de compra, la voluntariedad y compromiso de las
organizaciones, además de la sostenibilidad del desempeño de las actividades llevadas a cabo.

Como ya se ha indicado, la idea general de la RSC se basa en la toma de conciencia por parte de las
organizaciones sobre el impacto que sus actividades tienen no sólo entre sus socios y accionistas, sino
también sobre la ciudadanía. Actualmente, la gran mayoría de las organizaciones empresariales cuentan con
departamentos de comunicación formados transversalmente en diversas disciplinas sociales que facilitan la
comunicación entre la organización y su público potencial, poniendo especial interés en ofrecer
información transparente que visualice el compromiso de la organización con “lo social".

No obstante, es obvio que la RSC no puede ni debe reducirse a una simple estrategia de marketing para
acercarse a un público sensibilizado por las causas sociales y medioambientales; la RSC no es un
distintivo de marca, sino que debe ser tratada como un tema digno de reconocimiento por parte de la
gerencia, como objeto de estudio y análisis para ratificar sus posibles beneficios para la organización,
desdibujándose así las fronteras entre lo material y lo abstracto que trazaba la teoría clásica de la
gerencia de las organizaciones. El valor real que tiene la RSC reside en la potestad que tiene la empresa
de destinar recursos para analizar una práctica determinada dentro del marco económico, repensado éste
como un sistema complejo entrelazado con multitud de variables que han excedido también los
márgenes del “mercado” para enraizarse en la realidad social poliédrica actual.

Otro aspecto a tener muy en cuenta es el papel de la responsabilidad social corporativa interna (RSCI),
mucho menos tratada por la literatura especializada. Es necesario también conocer cómo la RSC interna
puede mejorar y solucionar brechas existentes dentro de las organizaciones, siendo un punto clave la
composición de los consejos de administración (aun con falta de presencia real de mujeres y minorías).
Este tema resulta de gran interés para el sector bancario, especialmente sensible a las dinámicas sociales
tras la crisis financiera de 2008; en el seno del sector se ha producido un interesante debate en relación a
cuál debería ser la combinación entre políticas y prácticas necesarias para fomentar la participación de
las minorías en los consejos de administración. El análisis realizado ha expuesto en primera instancia la
importancia de la diversidad de género en los consejos de administración y el riesgo de perder activos
reputacionales de no resolver esta desigualdad de género endémica en el sector (pero no exclusivo de la
banca).

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Desde la perspectiva bancaria, la RSC tiene como objetivo mostrar la manera en la cual los negocios y
actividades del banco se rigen por las decisiones de su consejo de administración, desempeñando un papel
fundamental en la gobernanza de los bancos como consecuencia de la fuerte opacidad que caracteriza el
sistema financiero.

6.2.1. Visión crítica de la Responsabilidad Social Corporativa

El Premio Nobel en Economía en 1976 Milton Friedman, principal exponente de la nueva económica
clásica, expone la crítica más importante a la RSC. Conocido como el principal exponente del modelo de
stakeholders de la empresa, defiende que los directivos no deben tener ninguna otra responsabilidad que no
sea la de dirigir la empresa, cuyo único objetivo debe ser la maximización de los beneficios económicos
manteniéndose dentro de las normas del mercado. La idea que defiende Friedman es básicamente descartar
cualquier valor, uso útil o consecuencia positiva de la introducción y aplicación de la RSC en las
organizaciones.

Según Friedman, los directivos no están legitimados a actuar en nombre de la organización, dado que son
los accionistas los verdaderos dueños de esta (teoría de la agencia). De este modo, cualquier actividad que
la gerencia lleve a cabo que no esté relacionada directamente con la gestión de las inversiones de los
accionistas sobrepasaría las competencias de la dirección, quedando al margen del contrato entre unos y
otros. Solamente, cabría la posibilidad que los accionistas manifestaran la intención expresa de llevar a
cabo ciertos proyectos socialmente responsables.

6.3. Argumentación y recepción de la responsabilidad social


corporativa
Existe una amplia variedad de discursos en torno a la responsabilidad social corporativa; argumentos a
favor y en contra. Los primeros se centran en los efectos derivados de la búsqueda y consecución de
beneficios sociales por parte de las empresas, tales como la generación de una buena imagen en la opinión
pública que facilita, a su vez, una mayor aceptación por parte de la sociedad. En cambio, los segundos
giran alrededor de la divergencia entre la razón de ser primigenia de una empresa y el rol social que se le
demanda.

6.3.1. Ventajas e inconvenientes de la RSC

Principales argumentos que propician la participación de las organizaciones en asuntos relacionados con la
RSC:

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Imagen 2: Ventajas de la RSC.


Fuente: Elaboración propia

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Imagen 3: Desventajas de las RSC.


Fuente: Elaboración propia.

6.4. RSC y los desafío de futuro

6.4.1. Principales desafíos

Ya hace tiempo que las empresas perciben la RSC como un activo que las refuerza en el competitivo
escenario internacional, sin embargo, no está tan generalizada la aplicación de medidas de responsabilidad
social en el campo de la gestión interna de la organización, a pesar de ser una idea que ha sido propuesta
desde hace ya bastante tiempo. Y a la vez, se añade la reticencia que muchas organizaciones tienen a
realmente franquear la frontera de sus competencias y llevar a cabo más proyectos de dimensión social.

Sin embargo, la corriente general establece que las empresas siguen teniendo la responsabilidad de intentar
establecer aquellas colaboraciones válidas para dar respuesta a la serie de problemas que encajen con sus
competencias, es decir, ir más allá de la teoría clásica de las organizaciones que establecía los resultados
económicos como la única y más importante responsabilidad de una empresa. Es un signo del nuevo
paradigma en vigor el paulatino y progresivo abandono de las ideas desarrolladas principalmente por los
economistas de mediados del siglo XX, encabezados como ya se ha indicado por Milton Friedman.

6.4.1.a. La responsabilidad social corporativa para el siglo XXI

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Cuando una organización empresarial adopta un plan de RSC no debería hacerlo simplemente por motivos
de imagen o como parte de un Plan de Marketing, sino como parte de la clara muestra de responsabilidad
hacia el entorno, que forma parte de la estrategia de la organización para afianzar su posicionamiento en los
mercados frente a sus competidoras.

Así, una compañía que aspire a seguir siendo competitiva en un futuro ya no podrá primar exclusivamente
conseguir beneficios económicos, sino que deberá ser capaz de compatibilizar su labor productiva con la
aplicación de proyectos y actividades que repercutan de forma positiva en el entorno y en la comunidad
local (generando compromisos), asimismo respetando los DD.HH y mejorando las relaciones con el capital
humano de la propia organización.

A día de hoy, la inmensa mayoría de organizaciones empresariales cuentan en sus páginas web con un
documento de compromisos y objetivos de RSC abiertos al público en general para su consulta, mientras
que algunas otras organizaciones además optan por elaborar informes anuales específicos sobre aspectos
sociales y medioambientales de las actividades y proyectos que llevan a cabo. En definitiva, todas las
organizaciones valoran los efectos positivos que generan prácticas de transparencia como las descritas
anteriormente y las prácticas socialmente comprometidas, porque estas tienen un reflejo en la ciudadanía y
en mayores cuotas de mercado, pero el mundo tras la covid-19 presenta algunos cambios de escenario,
que el artículo que se adjunta reflexiona sobre ellos, con macrotendencias y disrupciones para la década
2020-30 y con una visión de escenarios hasta 2050. Parece que estamos a las puertas de una oportunidad
para replantear el capitalismo, con un nuevo rol por parte de las empresas, debito a los límites de un
crecimiento económico demasiado dependiente, altos niveles de desigualdad dentro de los países y entre
estos; debilidad de las normas y las instituciones de coordinación y colaboración; déficit de inversión en
sistemas sanitarios, investigación científica y preparación; excesiva atención de las empresas a la eficacia y
el valor a corto plazo, etc. La responsabilidad social corporativa para el siglo XXI deberá afrontar la
desigualdad de ingresos y de riqueza; desigualdad de género; las tensiones entre nacionalismo versus
globalización; repatriación de la producción; digitalización; vigilancia y seguridad, etc.

Se recomienda leer el texto El futuro de la sostenibilidad en las empresas, resiliencia y ¿nueva norm
alidad? post covid-19. Forética (2020).

6.4.1.b. Las finanzas y la responsabilidad social corporativa

Las finanzas, en el marco de una organización socialmente responsable, son todavía más un fenómeno
reciente, que principalmente se ha desarrollado en Estados Unidos a raíz de la fallida de Goldman Sachs y
Lehman Brothers en 2008. La enorme presión pública que se generó tras la crisis de estos grandes bancos
condujo a que se impulsará la creación de un indicador de calidad que permitiera a los inversores elegir
entre aquellas empresas que practicasen la RSC.

En la actualidad, existen centenares de fondos éticos o ecológicos que invierten en empresas que apoyan y
financian proyectos de mejora de las condiciones medioambientales en el caso de los fondos ecológicos,
mientras que los fondos éticos son aquellos que concentran el capital de sus inversiones en compañías
comprometidas a mejorar la calidad de vida, y que para ello suceda invierten en sectores estratégicos como
la sanidad y la educación, dejando a un lado inversiones mucho más rentables que de forma opaca invierten
en sectores como el armamentístico, la bebida o la pornografía.

6.4.1.c. La integración social corporativa (ISC)

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El nuestro sigue siendo un mundo cuyo ordenamiento económico se inscribe en el marco del capitalismo
cada vez más liberalizado, y aunque, sin duda, es primordial estar en posición de competir en este
escenario, es igualmente importante hacerlo con un cierto grado de equidad social, que incremente la
productividad mediante la "calificación" de los recursos y capacidades humanas, y este es uno de los
objetivos de las acciones relacionadas con la Integración Social Corporativa (ISC).

Es por esta motivo que no se puede concebir la que se ha llama la “cuestión social” como un fenómeno
unidimensional, fruto del ideal de justicia social en busca de la total eliminación de la pobreza, sino que
debe implicar más bien una exigencia social que signifique la posibilidad de disponer de oportunidades para
los más necesitados, acceso a trabajos productivos y a unos ingresos dignos. En definitiva, la RSC ha de
servir para mejorar la calidad de vida sin distinción.

6.4.1.d. El componente ético

La RSC aspira también a la conciliación entre democracia, equidad o justicia social y crecimiento
económico, de tal manera que la economía contemporánea abandone la figura que ha presidido las teorías
económicas a lo largo de dos siglos: el Homos Economicus , el ideal de individuo que únicamente buscaba
maximizar sus beneficios.

En la actualidad, resulta más que nunca necesaria construir una renovada ética económica atravesada por
valores que integren dosis de egoísmo y altruismo. Esta ética serviría como contrapartida al economicismo
imperante en nuestras sociedades, es decir, que se oponga a la doctrina que otorga a los factores
económicos la primacía absoluta sobre el resto de los factores. Esta nueva ética económica serviría de
andamiaje para una renovada ciencia económica más en consonancia con el abanico de tendencias sociales
y realidades actuales. Pero para el éxito de esta propuesta es indispensable contar con Estados reforzados,
eficientes y fortalecidos frente a las dinámicas económicas, garantes de los bienes comunes y de la
legislación.

6.4.2. Hacia un desarrollo empresarial sustentable

La creciente preocupación ante las cuestiones medioambientales y ecológicas, la evidencia de los efectos a
corto y largo plazo del cambio climático, los estudios sobre los efectos negativos que la crisis climática
tiene y tendrá en los ecosistemas de vida de cientos de miles de personas y en especial, en la economía a
escala mundial –llegando a poner en entredicho la viabilidad de las sociedades modernas- forman parte
substancial e ineludible del corpus de la RSC de las organizaciones empresariales del siglo XXI.

El derecho de los seres humanos a disponer de un entorno medioambiental que les permita una vida sana
forma parte de los conocidos como Derechos Humanos de Tercera Generación, el conjunto de derechos
cuya titularidad aun es difusa e indeterminada, pues se estipula que es toda la humanidad quien tiene el
derecho a disponer del bien concretado. La evolución de la legislación en materia medioambiental se divide
en tres fases:

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Imagen 4: Evolución de la legislación medioambiental.


Fuente: Elaboración propia a partir de La dimensión de la empresa en el siglo XXI (2016) Dacasa López, E.

Finalmente, sólo hay que indicar que en relación a una RSC relacionada con un desarrollo empresarial
sustentable, los principios básicos que pasan a regir las actividades de las organizaciones empresariales son
los siguientes:

1. El principio preventivo: evitar posibles daños.


2. El principio precautorio: vigilancia para impedir que se generen daños al ambiente.
3. El principio del contaminador pagador: reparación de los daños ocasionados.

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Sanchis Palacio, J.R, Campos Climent, V y Ejarque Catalá, A (2020). El modelo organiz
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nibilidad. CIRIEC–España, Revista de Economía Pública, Social y Cooperativa, num
101, pp 143-163.
Sanchís Palacio, J.R, Campos Climent, V y Ejarque Catalá, A. (2021): El modelo
organizativo de la Economía del Bien Común y su comparación con otros enfoques de
la sostenibilidad. CIRIEC-España, Revista de Economía Pública, Social y Cooperativa,
101, 143-163

Texto Referencial
Con el fin de complementar el contenido de la unidad, se recomienda la lectura del siguiente documento
sobre los modelos organizativos de la Economía del Bien Común:

Páginas 143-163 de El modelo organizativo de la Economía del Bien Común y su comparació


n con otros enfoques de la sostenibilidad.

Sanchis Palacio, J.R, Campos Climent, V y Ejarque Catalá, A (2020). El modelo


organizativo de la Economía del Bien Común y su comparación con otros enfoques
de la sostenibilidad. CIRIEC–España, Revista de Economía Pública, Social y
Cooperativa, num 101.

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Responsabilidad de las organizaciones del S XXI

Actividades prácticas

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Responsabilidad de las organizaciones del S XXI

Recursos

Enlaces de Interés
El futuro de la sostenibilidad en las empresas, resiliencia y “nueva normalidad” post covi
d-19. Forética (2020).
https://foretica.org/wp-content/uploads/2020/07/El_futuro_de_la_sostenibilidad_en_las_empresas_vulnerabilidades.pdf

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