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UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA

RECTORADO
DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
CENTRO LOCAL METROPOLITANO

RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL:


ASPECTOS BÁSICOS, ENFOQUE ESTRATÉGICO Y DE GESTIÓN DE LA
ORGANIZACIÓN

Por
Edgar Velásquez Montero
Yoselin Moreno

ENSAYO
Presentado a la Prof.a Malva Higuerey para la cátedra
Responsabilidad social empresarial

Caracas, mayo de 2019


ÍNDICE GENERAL

ÍNDICE GENERAL ii
INTRODUCCIÓN 1
OBJETIVOS 2
RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL: ASPECTOS BÁSICOS, ENFOQUE 3
ESTRATÉGICO Y DE GESTIÓN DE LA ORGANIZACIÓN
I. ASPECTOS BÁSICOS 3
II. LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL COMO PARTE DE LAS 5
ESTRATEGIAS DE UNA ORGANIZACIÓN
III. ADMINISTRACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL 7
CONCLUSIÓN 8
REFERENCIAS 10
INTRODUCCIÓN

¿Qué tienen en común Empresas Polar, Petróleos de Venezuela, Organización Cisneros,


Banco Mercantil, Banesco, Ron Santa Teresa, Coca-Cola FEMSA, Nestlé, Movistar y otras
compañías en Venezuela? Sus programas de responsabilidad social empresarial (R.S.E.)
enfocadas en reducir el desequilibrio social en las comunidades donde desarrollan sus
operaciones y la sociedad a la que dirigen y comercializan sus productos y servicios.

La socióloga Charo Méndez, -consultora en R.S.E. desde el año dos mil (2000) de
diferentes organizaciones empresariales y académicas en el país y autora del libro
“Responsabilidad social de empresarios y empresas en Venezuela durante el siglo XX”-, señala
que la R.S.E. “…es la forma en la que (…) las pequeñas y medianas empresas y los grandes
corporativos, dejan un impacto en la sociedad, ya sea en [el] área económica, social o ambiental”
(Planeta Vital, 2019). En específico, la interacción y equilibrio de estos tres aspectos forman el
concepto de desarrollo sostenible, que se define como aquel modelo de desarrollo “…que
satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las
generaciones futuras…” (Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo,
Organización de Naciones Unidas, 1987, p. 59). Méndez (2019) aclara que “…la sustentabilidad
es el objetivo y la R.S.E. es (…) [un] medio para obtenerlo” (Planeta Vital, 2019). Este modelo
de desarrollo busca crear riqueza y bienestar en la población a nivel mundial, considerando la
variable ambiental en el desarrollo económico y social de las naciones hoy y en el futuro.

Resulta innovador para muchas empresas, -y en algunos casos desconocido-, la


trascendencia e importancia de la R.S.E. en el logro de un nuevo modelo de desarrollo
económico y social de las naciones en el mundo, que toma en cuenta la explotación y uso
racional de los recursos naturales renovables y no renovables con visión de futuro, para
garantizar a las futuras generaciones la satisfacción de sus necesidades. Es la agenda 2030 de
desarrollo sostenible el documento vigente y más reciente que establece diecisiete (17) objetivos
y ciento sesenta y nueve (169) metas para estructurar y consolidar el modelo de desarrollo
sostenible para el año dos mil treinta (2030), suscrito por ciento noventa y tres (193) países de la
Organización de Naciones Unidas (O.N.U.).

Ahora bien, ¿es conocido el concepto de R.S.E. en Venezuela? y ¿cómo es vista o


percibida la R.S.E. en el país por parte de la población? De acuerdo a Datos Group, en su
Estudio de Pulso Social 2018, -“…único estudio a nivel nacional que revela información
calificada sobre la actuación de las empresas en su entorno social y la manera como son
percibidas por distintos actores de la sociedad” (VenAmCham, 2018, p. 17)-, alrededor de un
60% de los venezolanos aseguran reconocer al menos una empresa socialmente responsable
(E.S.R.). Además, un 48% reconoce a Empresas Polar como una E.S.R., que a criterio del
gerente general de Datos Group, Luis Maturén, “esto en marketing, con cuatro empresas es muy
difícil que (…) [se] logre…”. Asimismo, un 14% de los encuestados señaló que han recibido
algún beneficio de parte de las empresas, donde 84% de éstas son privadas y 16% son públicas,
es decir, las organizaciones empresariales privadas invierten más en R.S.E. y siguen creyendo
que hay que ayudar a las personas de su entorno para seguir construyendo el bienestar social en
la población.

Finalmente, el estudio, -de carácter cuantitativo, cuya muestra fue de 2.100 hombres y
mujeres de más de 18 años de edad, en 53 centros poblados de más de 50.000 habitantes en el
país, con un error muestral de ± 2,14% y un nivel de confianza de 95%-, cerró preguntando a los
encuestados si habían participado en actividades que ayudaran a otras personas. En este caso, 5
de cada 10 contestaron de forma positiva. Si bien es cierto que muchas empresas son conscientes
de que la inversión y ejecución de programas de R.S.E. ofrecen una mejor reputación y ventajas
competitivas a una compañía, en el caso de las personas o consumidores este concepto no es
claro o no entienden la profundidad del alcance del mismo en el logro del bienestar de la
sociedad.

Por lo tanto, es necesario aclarar y responder las siguientes cuestiones: ¿qué es la


responsabilidad social empresarial?, ¿cuáles son sus características y limitaciones?, ¿cómo
insertar o considerar la responsabilidad social empresarial en las estrategias del negocio? y
¿cómo puede ser administrada la responsabilidad social en una organización?

OBJETIVOS

 Describir y analizar los aspectos básicos de la responsabilidad social empresarial.


 Examinar la responsabilidad social empresarial como necesidad fundamental en el
plan estratégico de una organización.
 Considerar la administración de la responsabilidad social empresarial en una
organización.
RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL:
ASPECTOS BÁSICOS, ENFOQUE ESTRATÉGICO Y DE GESTIÓN DE LA
ORGANIZACIÓN

I. ASPECTOS BÁSICOS

Para comenzar, ¿qué es R.S.E.? “No existe un concepto único y definitivo de R.S.E. ya
que éste se ha ido transformando y adoptado diferentes nociones en el transcurso de los años”
(VenAmCham, 2018, p. 16). No obstante, un elemento común en las definiciones encontradas es
la importancia que tiene la actuación, -positiva o negativa-, de las empresas en el entorno en el
que se desarrollan y en la calidad de vida de sus empleados, clientes y miembros de las
comunidades en las que realizan sus operaciones.

Una acepción de este concepto hace referencia al “compromiso de las empresas que hace
que se preocupen no solo por sus intereses económicos, sino también por la repercusión de sus
actividades en el conjunto de la sociedad” (Edebé, 2018, p. 22). De acuerdo con la International
Organization for Standardization (I.S.O.) (Organización Internacional de Normalización) (2008)
en su norma 26000, la R.S.E. se define como la

responsabilidad de una organización ante los impactos que sus decisiones y


actividades ocasionan en la sociedad y el ambiente, a través de un comportamiento
transparente y ético que: i. Contribuye al desarrollo sostenible, incluyendo la salud
y el bienestar de la sociedad, ii. Tome en consideración las expectativas de sus
partes interesadas, iii. Cumpla con la legislación aplicable y sea coherente con la
normativa internacional de comportamiento y, iv. Esté integrada en toda la
organización y se lleve a la práctica en sus relaciones (p. 13).

Además, su objetivo es reducir o eliminar los graves desequilibrios de la sociedad


producto de la globalización y del aprovechamiento de este fenómeno por parte de las compañías
en el logro de sus metas empresariales, que afectan los ámbitos económico, social y ambiental en
la población nivel mundial, en especial, en los países en vías de desarrollo donde los costos de
operación son bajos y las regulaciones legales en materia corporativa y ambiental son laxas o
nulas.

Para Méndez (2019) la R.S.E. “…abarca temas que van desde códigos de ética, (…)
gobernabilidad corporativa, compromisos públicos asumidos por la empresa, gestión y
prevención de riesgos hasta mecanismos anticorrupción; (…) además, [contempla] la extensión
de esos compromisos por toda la cadena productiva involucrada en la relación con los
proveedores” (Planeta Vital, 2019).

Ahora bien, ¿cuáles son los beneficios de la aplicación de proyectos o programas de


R.S.E. por parte las organizaciones empresariales? De acuerdo con la norma I.S.O. 26000 (2010)
son: “i. Ventaja competitiva, ii. Reputación, iii. Capacidad para atraer y retener talento humano,
clientes y usuarios, iv. Motivación y compromiso de los empleados, v. Mejora en la percepción
de los inversionistas, propietarios, donantes, entre otros y, vi. Mejora en las relaciones con sus
involucrados”.

Sin embargo, la R.S.E. tiene limitaciones dentro de la cultura organizacional de las


compañías. Bestratén y Pujol (s/f, p. 10) lo asocian a las siguientes causas:

 Limitaciones de productividad e innovación en Europa.


 Fractura histórica entre valores éticos y desarrollo empresarial.
 Organización del trabajo anclada en viejos modelos. Demasiados trabajadores
desmotivados.
 Gravedad del deterioro ambiental.
 Sociedad con graves desequilibrios.
 Poder económico real en manos de multinacionales.
 Imparable fenómeno de la inmigración.

En este breve análisis, es necesario responder el por qué los empresarios o tomadores de
decisiones de una compañía desarrollan y ejecutan proyectos o programas de R.S.E. En concreto,
¿cuál es su motivación? Edebé (2018, p. 22) señala las siguientes razones o etapas de
implementación:

 Cumplimiento de la ley. Donde las empresas cumplen con las obligaciones legales.
 Reacción a las demandas de la sociedad. Las organizaciones empresariales ven las
actuaciones en materia de responsabilidad social como una oportunidad de ganar
prestigio ante sus clientes.
 Conciencia social. Las compañías incorporan en su cultura valores sociales por
convencimiento. Esta incorporación de valores se hace a través de la iniciativa y deseo
de hacer una diferencia en la sociedad por parte de los fundadores al crear la
compañía, la junta directiva, el departamento de recursos humanos, los empleados,
entre otros.

Finalmente, la responsabilidad social de una empresa puede ser clasificada, -en principio-,
en función de dos grupos de interés clave, a saber, los trabajadores y la comunidad. Esto no
implica que los clientes, proveedores y los accionistas no tengan relevancia, pero a efectos de
esta categorización no serán tomados en cuenta. Dicha responsabilidad empresarial se clasifica
en (Bestratén y Pujol, s/f, p. 18): i. Primarias. Inherentes a la actividad específica, ii.
Secundarias. Incidencia de la actividad específica en los grupos sociales con los que se relaciona
y, iii. Terciarias. Mejora del entorno mediante acciones no incluidas en la actividad específica.

II. LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL COMO PARTE DE LAS


ESTRATEGIAS DE UNA ORGANIZACIÓN

De acuerdo a Bestratén y Pujol (s/f), la R.S.E. es uno de los principios esenciales de la


cultura de una empresa. Ésta “…junto a otros principios con los que se interrelaciona, (…) abren
nuevas perspectivas a las políticas y estrategias empresariales para la supervivencia de las
propias organizaciones y de la misma sociedad” (pp. 6, 7).

En este sentido, ¿por qué la R.S.E. es un elemento estratégico para una organización
empresarial? Porque retribuye a la sociedad y al ambiente lo que ha percibido. Se convierte en
una relación ganar-ganar entre la empresa y los stakeholders (interesados), tales como:
proveedores, clientes, trabajadores, miembros de la comunidad donde desarrollan sus
operaciones y la sociedad en general. En efecto, esta relación mejora el entorno y hace que las
interacciones entre ellos sean más sinceras, directas, amigables y constructivas. La compañía se
muestra y es un aliado de la comunidad en la lucha por reducir las desigualdades sociales
presentes y como una entidad social que no se limita a la producción exclusiva de capital.

La inversión y ejecución de proyectos o programas de R.S.E. son una alternativa de


inversión social que favorece la economía, bienestar y fortalecimiento de valores de la
comunidad beneficiaria a largo plazo. Por una parte, a través de planes de capacitación se
fomenta y desarrolla la construcción o recuperación de valores personales, familiares y cívicos,
que hagan a los miembros de la comunidad responsables de sí mismos y de su entorno, que sean
capaces de crear y modelar su futuro de forma sostenible a nivel social y económico. A nivel
económico, con la concepción de futuros emprendimientos y oportunidades que estimulan el
crecimiento económico de la región. Y, a nivel social, a través de la creación de sentido de
pertenencia, respeto por sus propias cosas y la de terceros, cohesión social, responsabilidad,
igualdad y cooperación. Por otra parte, se gana el apoyo de la comunidad, ya que al ver a la
empresa como algo que no solo produce capital sino que se ocupa y busca ayudar a los miembros
de la zona donde se opera, se tendrá ganancia a efectos de reducir las posibilidades de una
expropiación u ocupación temporal del Estado, mejoras en el entorno y aumento de la
rentabilidad.

En el caso de algunas empresas cuyos trabajadores viven en zonas cercanas, se gana


aliados en las comunidades que protegen los bienes de la organización y tienen sentido de
pertenencia sobre la operatividad de la misma. Además, son más productivos, más felices y esto
impacta en la renta. Otro aspecto es que reduce el pago de impuestos y contribuciones especiales
impuestas a nivel legal. Un tercer punto es que la R.S.E. puede contrarrestar los efectos
secundarios o externalidades negativas de la actividad que desarrolla una compañía. Por ejemplo,
si contamina un cauce de agua con desechos, pagan los tratamientos médicos de los poblado o
invierte en tecnologías que reducen la contaminación, y si produce muchas emisiones de gases
de efecto invernadero, planta una cantidad considerable de árboles.

En este mismo orden y dirección, la R.S.E. representa también una oportunidad para los
trabajadores de ejercitar su ética y sensibilidad social en actividades que promueven la cohesión
social y construyen el tejido de sostenibilidad que se pretende lograr para el 2030. También, el
espíritu ético y filantrópico de los empresarios y tomadores de decisiones en este tipo de
programas incide en el avance y escalamiento de dichas actividades en la sociedad.

Ahora bien, ¿por qué si las empresas pagan sus impuestos, tributos y contribuciones
especiales, deben hacer inversión social si el Estado debería hacerlo con el dinero que obtiene de
estas obligaciones? Básicamente, por publicidad positiva, intervención favorable del entorno o
altruismo.

Por ejemplo, hace dos años, Casa Franceschi, -una productora y vendedora de cacao en el
Estado Sucre-, tenía problemas con su rentabilidad ya que le robaban el 70% de su producción
por parte de los pobladores en los alrededores y dentro de la hacienda. Inicialmente, se
implementaron medidas de seguridad leves, pero funcionó muy poco. Ante esta situación, se
decidió implantar un programa de R.S.E. donde se intervinieron las comunidades. Se empezó a
educar en valores a las familias, contribuir con jornadas de salud, planes de capacitación en
oficios y emprendimientos, entre otras iniciativas. Además, se mejoró el plan de seguridad con el
apoyo de organismos de seguridad del estado a nivel regional y nacional, perros guardianes y los
mismos trabajadores. En la actualidad, se pierde menos del 3% de la producción, lo que aumentó
la producción, y se logró exportar el producto, generando ingresos en divisas.

En definitiva, la R.S.E. se constituye en un elemento de suma importancia en la estrategia


de negocios de una empresa, cambia el entorno favorablemente y aumenta la rentabilidad.

III. ADMINISTRACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

La R.S.E. demanda “…una gestión cuidada como (…) cualquier ámbito de valor
estratégico, que supere lo anecdótico o lo filantrópico” (Bestratén y Pujol, s/f, p. 1). Dicha
gestión o administración dependerá básicamente de la estrategia que se aplique, la
intencionalidad, el propósito, el alcance, las necesidades y los recursos con que cuente la
empresa. En efecto, la R.S.E. cambia o influye en la visión de la empresa y su relación con el
entorno. En la mayoría de los casos, esto es dirigido por aquel o aquellos que encienden la chispa
por la responsabilidad social en la compañía, a saber, los fundadores, la junta directiva, o algún
empleado que tenga alguna conexión con la comunidad o el ambiente al que se afecta.

No es necesario invertir enormes cantidades de dinero para generar un impacto notable en


la comunidad donde se desarrollan las operaciones de la empresa. Por ejemplo, una agencia de
festejos puede tener como estrategia de R.S.E. hacer una fiesta infantil gratis para niños en
condiciones de vulnerabilidad en una zona desfavorecida. La compañía retribuye a la comunidad
lo que mejor sabe hacer.

Por otra parte, la administración de los planes y proyectos de R.S.E. dependerá del
tamaño de la empresa: puede ser llevado por el departamento de recursos humanos, -como un
tema de valores o sensibilización-, un departamento exclusivo para este fin, una organización o
ala social de la empresa o una alianza con una fundación cuyo misión esté dirigida al tratamiento
de problemas sociales, económicos o ambientales de las comunidades en las que interviene.
CONCLUSIÓN

La R.S.E. se constituye en un principio o elemento esencial en la cultura organizacional


de cualquier empresa independientemente de su tamaño y el mercado en que se desenvuelve.
Además, se configura en el camino al logro de la sostenibilidad de una sociedad global que busca
y necesita un equilibrio entre lo social, lo económico y lo ambiental a través de un nuevo modelo
de desarrollo que garantice la satisfacción de necesidades de las generaciones presentes y futuras.

El espíritu o motivación de una organización empresarial para desarrollar y ejecutar


proyectos o programas de R.S.E. debe provenir de su dimensión interna, es decir, de los
fundadores, de la junta directiva, de los tomadores de decisiones y de los empleados mismos.
Todos o alguno de ellos, motivados desde una perspectiva ética y sensibilidad social sobre lo que
sucede en su entorno, para ser capaces de escuchar, de ver y sentir las necesidades de la
comunidad donde desarrollan sus operaciones para construir el bienestar y la felicidad colectiva
a través de actividades que reduzcan el desequilibrio social, económico y ambiental de la
población.

La reducción o eliminación de desigualdades sociales y de externalidades negativas de la


empresa representan el objeto de la R.S.E. Para ello, es necesario que la organización
empresarial se prepare a nivel estructural, logístico, talento humano y no menos importante, el
económico. Todo este esfuerzo que se quiera hacer dependerá de las estrategias del negocio, de
la intencionalidad, el propósito, el alcance, las necesidades y los recursos con que cuente la
empresa para llevar a cabo las actividades de R.S.E. que se deseen hacer.

Consideramos que proyectos en responsabilidad social enfocados en la formación y


educación de las personas en valores, responsabilidad, emprendimientos, protección ambiental,
son altamente efectivas, de impacto social positivo y bajo costo de inversión. Además,
programas de alcance ambiental, como inventario de recursos naturales en un espacio no
intervenido o protegido, valoración económica de dicho inventario, actividades de reforestación,
de recolección de desechos en costas, entre otros representan una alternativa valiosa que brinda
una buena imagen de la empresa y su preocupación por el ambiente hoy y en el futuro.

Resulta importante y motivador saber que las empresas en el país, -aun bajo la situación
política y social que vivimos-, sigan invirtiendo en actividades enmarcadas en la R.S.E. que
permitan reducir las desigualdades sociales y mitigar los efectos de las externalidades negativas
producto de sus operaciones. Mucho más que las personas o consumidores sean capaces de
reconocer el rol de las empresas en el logro de un mundo mejor, más equilibrado y consciente de
la limitación de nuestros recursos naturales. Se puede decir, que la inversión en R.S.E. por parte
de las grandes empresas en Venezuela, ha dado sus frutos. Solo queda esperar que las pequeñas y
medianas compañías y los emprendimientos se sigan sumando a este movimiento que busca
alcanzar la sostenibilidad del mundo en el que vivimos y así garantizar nuestra permanencia por
muchos años en la Tierra.
REFERENCIAS

Bestratén, M. y Pujol, L. (s/f). Responsabilidad social de las empresas (I y II): conceptos


generales, tipos de responsabilidades y plan de acción. Madrid, España: Centro Nacional
de Condiciones de Trabajo. pp. 1, 6, 7, 10, 18.

Edebé (2018). La empresa y su entorno. Consultado el 01 de mayo de 2019. Disponible en


Internet: https://www.edebe.com/educacion/documentos/830343-0-529-
830343_LA_EIE_CAS.pdf

Organización Internacional de Normalización (2010). Versión preliminar de la norma ISO


26000. ISO/TMB WG SR N 157. p. 13.

Organización de Naciones Unidas, Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo


(1987). Nuestro futuro común, 04 de octubre de 1987, A/42/427. p. 59.

Planeta Vital (2019). Charo Méndez y la responsabilidad social empresarial sustentable.


Consultado el 01 de mayo de 2019. Disponible en Internet:
https://tuplanetavital.org/actualidad-planetaria/charo-mendez-y-la-responsabilidad-social-
empresarial-sustentable/

VenAmCham (2018). Pulso social 2018: La percepción importa. Business Venezuela, edición
361, diciembre 2018. pp. 16, 17.

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