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El Derecho del Trabajo como marco

regulador de las relaciones laborales


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Indice
EL derecho del trabajo como marco regulador de las relaciones laborales 3
Texto claves 3
1.1. Introducción 3
1.2. Caracterización del Derecho del Trabajo 3
1.2.1. El “campo de juego” del Derecho del Trabajo 3
1.2.2. La concepción extensiva de las relaciones laborales 5
1.3. Problemática actual del Derecho del Trabajo: una aproximación 6
1.3.1. La dispersión normativa del Derecho del Trabajo 7
1.3.2. El desvanecimiento de los límites subjetivos del Derecho del Trabajo 7
1.4. El código español de legislación laboral 8
1.4.1. Fuentes informativas de legislación laboral 8
1.4.2. El Código de Legislación Social 8
1.5. El Derecho Social europeo 9
1.6. Resumen 12
1.7. Bibliografía 12
Texto Referencial 13
Actividades prácticas 14
Recursos 15
Enlaces de Interés 15

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El Derecho del Trabajo como marco regulador de las relaciones laborales

EL derecho del trabajo como marco regulador de


las relaciones laborales

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Texto claves

Presentación de la unidad

1.1. Introducción

El Derecho del Trabajo ha sido considerado tradicionalmente como el marco regulador de las
relaciones laborales, tanto individuales como colectivas, de nuestro ordenamiento jurídico. Sin
embargo, siendo eso cierto, el Derecho del Trabajo no agota las distintas perspectivas desde las
cuales se ha de abordar el conocimiento de cómo funcionan en la práctica dichas relaciones
laborales en la actualidad.

Dicho esto y centrándonos exclusivamente en la perspectiva jurídica, que es la que se aborda en la


presente unidad, resulta necesario comenzar afirmando que la propia disciplina del Derecho del
Trabajo se incardina en un marco normativo más amplio, que incluye aspectos tradicionalmente
objeto de estudio en otras ramas del saber jurídico que, por razones didácticas, no forman parte
de la presente unidad (piénsese, por ejemplo, en las relaciones laborales de los empleados
públicos y su tradicional sometimiento al derecho administrativo).

1.2. Caracterización del Derecho del Trabajo

1.2.1. El “campo de juego” del Derecho del Trabajo

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El Derecho del Trabajo como marco regulador de las relaciones laborales

La legislación laboral surge históricamente a mediados del siglo XIX ante la necesidad de contrapesar la
desigualdad de base existente entre el trabajador y su empleador, en el contexto de un Estado de
Derecho superador de las meras relaciones de servidumbre. La eclosión de la revolución industrial
alumbró una clase social, el proletariado urbano, caracterizada por desempeñar labores manuales en el
seno de la industria apenas recién nacida, que a su vez propició el surgimiento del movimiento sindical
en defensa de sus derechos e intereses más básicos. De ahí pasará la legislación laboral a ocuparse de
otras actividades y sectores, en paralelo al desarrollo de la denominada “cuestión social” suscitada por
la confrontación de intereses de asalariados y patronos.

En esta evolución histórica, el Derecho del Trabajo ha terminado desbordando el campo de lo privado
que le era propio inicialmente, para pasar también a ocuparse de las relaciones de otro tipo de
trabajadores, es decir, de aquellos que prestan su actividad al servicio del propio Estado, como
manifestación de un fenómeno que se ha dado en denominar de “huida” del Derecho Administrativo,
que era (y sigue siendo) el que de modo preponderante regula las relaciones de la Administración con el
resto de agentes intervinientes en las relaciones que esta establece para servir a sus fines.

El resultado de todo lo anterior es que, además de un cuerpo doctrinal o “campo de juego” claramente
establecido para el Derecho del Trabajo, existen otras zonas de contorno más difuso que son
merecedoras asimismo de la atención de esta disciplina. En última instancia, será la evolución de la
propia sociedad, más concretamente el modo en que esta determina las relaciones de producción, la que
marcará la evolución del Derecho del Trabajo y la que determinará el objeto de interés de esta disciplina
en cada momento.

De hecho, constantemente surgen nuevos colectivos de individuos que aspiran legítimamente a situarse
bajo la protección del Derecho del Trabajo (debe enfatizarse que su rasgo fundamental, su origen, por
así decirlo, es su carácter “tuitivo” o protector del trabajador), mientras que al mismo tiempo otros
agentes económicos, sociales y hasta políticos pugnan por achicar su espacio de juego (piénsese en los
intentos de desregulación amparados en la valoración de que la legislación laboral es excesivamente
intervencionista), todo lo cual nos lleva a afirmar que, si algo caracteriza al Derecho del Trabajo desde
sus orígenes hasta la actualidad, es su permanente sometimiento a cambios e incertidumbres de toda
laya, lo cual le confiere al mismo tiempo su atractivo y su dificultad.

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El Derecho del Trabajo como marco regulador de las relaciones laborales

Si todo lo anterior no bastase, nótese que el Derecho del Trabajo es quizás una de las áreas donde la
producción normativa alcanza su máxima expresión, no solo debido a la hiperinflación normativa que
suele achacarse a los poderes públicos, al menos en el contexto europeo, sino además a la particularidad
de que en gran medida mucho de su contenido práctico deriva de todo tipo de pactos, acuerdos y
convenios emanados del denominado “diálogo social”, muchos de ellos fuera del alcance de los
terceros directamente involucrados en su génesis, incluido el creciente fenómeno de los denominados
solución extrajudicial de conflictos o mecanismos de ‘Alternative Dispute Resolution’ (ADR), algunas
de cuyas instituciones forman parte ya desde hace tiempo de la práctica cotidiana de los agentes
económicos y sociales que desarrollan su actividad en el marco de las relaciones laborales.

1.2.2. La concepción extensiva de las relaciones laborales

A tenor de lo expuesto, cabría optar por una perspectiva extensiva de lo que ha de entenderse por
relaciones laborales (Cruz Villalón, 2014, p. 59), concepto dentro del cual se incluiría el estudio de “aquella
parcela de la realidad social que toma en consideración el conjunto de relaciones jurídicas que comportan
el desarrollo de una actividad productiva de ciudadanos libres en sus muy diversas manifestaciones”,
siendo el Derecho del Trabajo el “conjunto de normas y principios jurídicos informadores” en función
de los cuales se lleva a cabo la intervención jurídica sobre el mundo del trabajo.

Dado que, siguiendo a Cruz Villalón, cabría distinguir entre “normas” y “principios jurídicos
informadores”, y puesto que a las primeras se dedica específicamente un epígrafe más adelante, conviene
detenerse ahora en los segundos, pues su estudio permite caracterizar, esto es, dotar de identidad propia al
Derecho del Trabajo.

Tres son tales principios informadores, todos ellos derivados del vigente modelo constitucional español
alumbrado en 1978 con ocasión de la promulgación de la Constitución española (en adelante, CE):

La contraposición de intereses y la canalización del conflicto social

La confrontación de intereses entre trabajadores y empresarios (o, más genéricamente, empleadores),


está en la base misma del Derecho del Trabajo, que actúa a modo de formalización –jurídica- de la
existencia de dicho conflicto, al tiempo que establece los cauces –democráticos- que han de seguirse
para que este no se desborde.

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El principio tuitivo y la protección de la estabilidad económica

Ya se ha adelantado antes que el Derecho del Trabajo surge como consecuencia de atender a la
necesidad de equilibrar la relación entre dos partes con distinto poder de partida, trabajador y
empresario, si bien ello no obsta al hecho de que con ello se atiende también a los intereses del
empresario en términos de seguridad jurídica, estabilidad social y salvaguarda de la libertad de empresa,
pues la efectiva aplicación de los postulados del Derecho del Trabajo a todos los operadores
económicos por igual previene el surgimiento de conductas fraudulentas por parte de otros
competidores del empresario (al menos en el ámbito estatal donde el mismo resulta de aplicación).

La promoción de la autonomía colectiva

El Derecho del Trabajo atiende en su contenido a una dicotomía clásica entre relación “individual” y
relación “colectiva” de trabajo, siendo la segunda un elemento definitorio por antonomasia de esta rama
del Derecho, como se verá en otras unidades al estudiar con mayor detenimiento la vertiente ‘colectiva’
de las relaciones laborales.

En estos tres principios ha de destacarse el papel del Estado, como garante último del poder
coercitivo necesario para que toda norma despliegue sus efectos, pero también como agente con
sus propias finalidades e intereses, no solo como legislador o ejecutor de normas de naturaleza
laboral, sino incluso como intermediario, mediador y hasta empleador. No cabe concebir
cabalmente el Derecho del Trabajo y las relaciones laborales en nuestro ordenamiento jurídico sin
tener presente esta faceta poliédrica de los denominados “poderes públicos”, tal y como se
explicará en esta y sucesivas unidades.

1.3. Problemática actual del Derecho del Trabajo: una


aproximación

Las consecuencias de la situación descrita anteriormente (el carácter cambiante del Derecho del Trabajo, la
influencia de factores sociales, económicos y políticos, la formalización jurídica del conflicto subyacente a
toda relación laboral, etc.) son de lo más variopinto, pero quizá la dispersión normativa del Derecho del
Trabajo, de una parte, y la atenuación de su ámbito subjetivo, de otra, sean dos de sus “problemas” más
acuciantes en el momento actual (Martínez y Arufe, 2014: 21 y 47).

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1.3.1. La dispersión normativa del Derecho del Trabajo

Respecto del primero de los problemas apuntados, baste decir en primer lugar que aún hoy padecemos la
falta de un único instrumento normativo, es decir, de un auténtico Código del Trabajo comparable al
decimonónico –en origen– Código Civil. El problema no es precisamente la falta de una disposición
normativa concreta que exija su existencia, pues de hecho existe (véase a este respecto lo previsto en la
Disposición Adicional Octava del Estatuto de los Trabajadores, cuya aprobación data de 1980), sino la
inacción del legislador, que por una u otra razón ha desoído su propio mandato durante décadas. La
consecuencia práctica es que en pleno siglo XXI no se dispone en España, a diferencia de lo que ocurre en
otros países, de un único instrumento normativo recopilatorio de la normativa laboral vigente y
debidamente actualizado.

Lo anterior no obsta para que, gracias a los avances tecnológicos y, particularmente, a la expansión de
Internet y las posibilidades de acceso rápido, asequible y deslocalizado que ofrece la Red a sus
contenidos, la anterior situación se haya podido paliar un tanto. De hecho, resulta posible para cualquier
ciudadano acceder a través de los servicios facilitados por la Agencia Estatal Boletín Oficial del Estado
(BOE) a través de su página web al denominado Código de Legislación Social, cuya clasificación temática
nos permite alumbrar una clasificación actual de las diversas materias objeto de regulación en materia de
relaciones laborales en España, como se verá en un epígrafe posterior.

1.3.2. El desvanecimiento de los límites subjetivos del Derecho del Trabajo

El desvanecimiento de los límites del ámbito subjetivo del Derecho del Trabajo afecta a la tradicional
definición del ámbito de estudio de este, a saber, el denominado “trabajo asalariado”. A la tradicional
dificultad, consistente en la delimitación de aquellos supuestos en que nos encontramos ante una relación
laboral o un arrendamiento de servicios, se ha unido en fechas más recientes la creación de un híbrido a
medio camino entre la tradicional figura del trabajador por cuenta ajena y la del denominado trabajador
autónomo, que es la denominada figura del “trabajador autónomo económicamente dependiente”.

Tal título adolece de una cierta contradicción in terminis , por cuanto el trabajador es per se dependiente, en
el sentido que lo caracterizan las tres notas tradicionales según la jurisprudencia para determinar si estamos
o no ante una relación laboral entre un trabajador y un empresario, a saber: ajenidad, dependencia y
retribución. Por ‘dependencia’ ha de entenderse que la parte del contrato que merece la calificación de
“trabajador”, frente al “profesional” que celebra un contrato de arrendamiento de sus servicios, despliega
su actividad bajo las instrucciones y según las directrices de quien le emplea, el empresario, con pleno
sometimiento al ius variandi o “poder de dirección” de este.

Carecería, pues, de sentido, reiterar el carácter dependiente de un trabajador, a no ser que se pretenda
precisamente acotar el alcance de dicha dependencia, que en el caso del trabajador autónomo
económicamente dependiente se predicaría solo de la nota “económica” de tal subordinación, pero no de
las demás; el trabajador autónomo económicamente dependiente sería, por tanto, una figura híbrida, a
caballo entre el trabajador ordinario y el profesional independiente, caracterizada por tratarse de alguien que
a pesar de no ser un trabajador obtiene de su empleador al menos el 75 % de sus ingresos por rendimientos
del trabajo y de actividades económicas o profesionales.

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El Derecho del Trabajo como marco regulador de las relaciones laborales

Seguramente a nadie se le escape que la posible intención de disponer de este tipo de trabajadores sea la de
huir de las condiciones de trabajo pactadas en la negociación colectiva entre los trabajadores, sus
representantes y el empresario, presumiblemente más onerosas para este. En cualquier caso, esta y otras
figuras emergentes ponen de manifiesto lo cambiantes y discutibles que resultan las fronteras del Derecho
del Trabajo.

1.4. El código español de legislación laboral

1.4.1. Fuentes informativas de legislación laboral

Se ha explicado antes que cabe distinguir entre “principios informadores” y “normas” del Derecho del
Trabajo y, asimismo, que en España carecemos de un Código del Trabajo que agrupe tales normas. Pese a
todo, disponemos de una recopilación de las normas más relevantes en la materia ofrecida por la propia
Administración y contenida en el denominado Código de Legislación Social, disponible a través de la
página web del Boletín Oficial del Estado (BOE) (www.boe.es), al cual cabría añadir el Código Laboral y
de la Seguridad Social, el Código de Prevención de Riesgos Laborales y el Código de Cooperativas,
Sociedades Laborales y Trabajo Autónomo, todos ellos agrupados bajo la común denominación de
Legislación Social.

Cabría completar la anterior relación con el denominado Código de la Función Pública, ofrecido también
por la Agencia Estatal BOE, puesto que resulta creciente la aplicación de normas propias del Derecho del
Trabajo a empleados de la Administración Pública, comenzando por las previsiones contenidas a ese
respecto en el denominado Estatuto Básico del Empleado Público, que forma parte de la recopilación de
normas del mencionado Código de la Función Pública.

En cualquier caso, conviene no perder de vista que los códigos mencionados no son más que una
clasificación editorial de disposiciones (leyes y reglamentos, básicamente), pero en ningún caso auténticos
códigos legales en sentido estricto, pues carecen de la nota característica de estos, consistente en tratarse
de una agrupación única de preceptos legales con sentido propio y específico, convenientemente
sistematizada y dotada de coherencia interna.

1.4.2. El Código de Legislación Social

El contenido del Código de Legislación Social incluye, en primer lugar, la norma básica del Derecho del
Trabajo español, el Estatuto de los Trabajadores (en adelante, ET), cuya versión en vigor cuando se
escriben estas líneas es la contenida en el Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre, por el que se
aprueba el texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores, publicado en el BOE núm. 255, de
24 de octubre de 2015. El ET fue originariamente aprobado mediante la ya derogada Ley 8/1980, de 10 de
marzo, del Estatuto de los Trabajadores. Por su parte, el Real Decreto Legislativo de 2015 estuvo
precedido del Real Decreto Legislativo 1/1995, de 24 de marzo, que supuso uno de los cambios más
relevantes habidos en el contenido del ET, aunque sufrió a su vez medio centenar de modificaciones
posteriores, de diverso calado, hasta su derogación.

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El Derecho del Trabajo como marco regulador de las relaciones laborales

Seguidamente, el Código de Legislación Social incluye diversos apartados dentro de un índice


sistematizado, que da cuenta de cuáles son las cuestiones objeto de atención preferente por parte
del legislador en materia de relaciones laborales:

Huelga y conflictos colectivos.


Empleo.
Empresas de trabajo temporal.
Trabajadores con discapacidad.
Salario.
Jornada de trabajo.
Representación de los trabajadores.
Contratos de trabajo.
Convenios colectivos.
Prevención de riesgos laborales.
Infracciones en el orden social.
Consejo Económico y Social.
Fondo de Garantía Salarial.
Trabajo autónomo.
Seguridad Social
Economía social.
Jurisdicción social.

De varias de ellas se dará cuenta a lo largo de las unidades siguientes, pero resulta altamente recomendable
aprehender la idea de que existen diversos instrumentos normativos dedicados a regular materias
claramente encuadrables dentro del Derecho del Trabajo en España; no obstante, si hubiese que destacar
tres, estos serían el ya citado Estatuto de los Trabajadores (ET), la Ley 36/2011, de 10 de octubre,
reguladora de la jurisdicción social (en adelante, LRJS) y Real Decreto Legislativo 5/2000, de 4 de agosto,
por el que se aprueba el texto refundido de la Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social (en
adelante, LISOS).

1.5. El Derecho Social europeo

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El Derecho del Trabajo como marco regulador de las relaciones laborales

La lista anteriormente expuesta no agota el contenido del Derecho del Trabajo español ni mucho menos,
por cuanto que este se asienta en un sistema de fuentes en el que, junto a las normas legales habituales de
otras ramas del Derecho y al contenido de los contratos de trabajo individuales, se incluyen con carácter
normativo instrumentos tales como el convenio colectivo, amén de la jurisprudencia de nuestros tribunales
del orden social, por no mencionar los usos y costumbres.

Por si ello no fuera suficiente, ha de atenderse entre dichas fuentes a las internacionales, entre las que
conviene destacar los Convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que una vez
ratificados por España pasan a ser parte de su ordenamiento jurídico (arts. 93 a 96 CE), y la normativa
procedente de la Unión Europea (en adelante, UE), sobre todo sus Directivas y Reglamentos, que
regulan materias tales como la libre circulación de trabajadores en el seno de la UE, la Seguridad Social
y otras prestaciones propias de la acción protectora de cada uno de los estados europeos, el Fondo
Social Europeo, e incluso cuestiones relativas a la ordenación del tiempo de trabajo, la seguridad y salud
en el trabajo, la representación colectiva de los trabajadores (comités de empresa europeos, por
ejemplo), etc. y, en fin, el propio mecanismo de “diálogo social” auspiciado por las instituciones
europeas.

A los efectos de lo hasta aquí expuesto, es de destacar la extraordinaria relevancia de la iniciativa


impulsada en el seno de la UE para desarrollar su denominado “pilar europeo de derechos sociales”,
cuya finalidad es establecer una serie de principios esenciales para apoyar unos mercados laborales y
unos sistemas de protección social que funcionen correctamente y con justicia dentro de la zona euro,
partiendo del ya existente acervo comunitario de la UE en materia social. El referido Pilar se sustenta en
20 principios, aprobados en la Cumbre de Gotemburgo de 2017, agrupados en tres áreas: igualdad de
oportunidades y acceso al mercado de trabajo, condiciones de trabajo justas y protección e inclusión
social. Con la vista puesta en el 2030 y en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de
las Naciones Unidas, la Comisión de la UE ha propuesto un objetivo para cada una de las áreas
mencionadas y viene desarrollando diversas iniciativas al respecto. Así, por ejemplo, el vigente Plan de
Acción en la materia contempla, entre otros objetivos, “adecuar las normas laborales al futuro del
trabajo” así como potenciar la cooperación de las instituciones de la UE con los Estados miembros en
materia de Derecho laboral y social de la UE, centrándose en la transposición y aplicación de la
normativa social ya existente (el ya citado “acervo” de la Unión), así como compartiendo buenas
prácticas.

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El Derecho del Trabajo como marco regulador de las relaciones laborales

Por “acervo comunitario” ha de entenderse, además del Derecho comunitario propiamente dicho, el
contenido, los principios y los objetivos políticos de los Tratados de la UE, la legislación adoptada en
aplicación de dichos Tratados, la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la UE, así como
declaraciones, resoluciones y actos adoptadas en el marco de la UE y, finalmente, los convenios
internacionales celebrados por esta, así como los celebrados por los Estados miembros entre sí en el
ámbito de las actividades de la UE.

Una manifestación predicable de la influencia de dicho acervo comunitario en el ámbito específico de la


regulación de las relaciones laborales en nuestro país lo constituye el Título IV de la Carta de los
Derechos Fundamentales de la Unión Europea, que regula, bajo la rúbrica “Solidaridad”, cuestiones
propias del ámbito de las relaciones laborales, tales como el derecho a la información y a la consulta de
los trabajadores en la empresa, el derecho a la negociación colectiva, la protección en caso de despido
laboral, etc. También cabe destacar la existencia de organismos previstos en los Tratados de la UE,
como el Comité Europeo de Derechos Sociales, que periódicamente emite informes en materia de
relaciones laborales, entre otros.

Por lo que respecta a los instrumentos normativos de origen europeo en materia sociolaboral, cabe
mencionar normas tales como la Directiva 93/104/CE del Consejo, de 23 de noviembre de 1993, relativa
a determinados aspectos de la ordenación del tiempo de trabajo, o la Directiva 1999/70/CE del Consejo,
de 28 de junio de 1999, relativa al Acuerdo marco de la CES, la UNICE y el CEEP sobre el trabajo de
duración determinada, o la más reciente Directiva (UE) 2019/1937 del Parlamento Europeo y del
Consejo de 23 de octubre de 2019 relativa a la protección de las personas que informen sobre
infracciones del Derecho de la Unión, entre otras muchas. El Derecho de la Unión Europea puede
consultarse a través de EUR- Lex, sitio oficial en Internet de la Unión Europea dedicado a la publicación
en línea de sus textos legislativos (http://eur-lex.europa.eu/homepage.html).

Asimismo y por lo que respecta a la labor del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) en
materia social, resultan de especial relevancia, tanto por su actualidad como por su impacto en la
normativa española de relaciones laborales, las recientes Sentencias de 14 de septiembre de 2016 que
versan sobre el abuso en el encadenamiento de contratos temporales en el sector público español
(Sentencia ECLI:EU:C:2016:680 en Asuntos acumulados C-184/15 y C-197/15 y Sentencia
ECLI:EU:C:2016:679 en Asunto C-16/15) y la inexistencia en la normativa española de indemnización
para los contratos de interinidad (Sentencia ECLI:EU:C:2016:679, Asunto C-596/14). En los tres casos
citados, el pronunciamiento del TJUE se produce a instancias de órganos judiciales españoles y, por
tanto, prefigura el sentido del fallo de dichos tribunales, con el consiguiente efecto en el sistema español
de relaciones laborales. La búsqueda y consulta de Jurisprudencia del TJUE se puede realizar a través de
su servicio en línea Infocuria (http://curia.europa.eu/juris/recherche.jsf?language=es).

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Para calibrar, pues, la trascendencia del alcance práctico del referido acervo comunitario en
materia sociolaboral en España, así como para poder contestar a algunas de las cuestiones
planteadas en el epígrafe correspondiente, es necesario consultar el contenido Guia laboral
Ministerio https://www.mites.gob.es/es/Guia/texto/

1.6. Resumen

Las fuentes informativas del Derecho del Trabajo, entendiendo por tal el marco regulador de las
relaciones laborales de nuestro ordenamiento jurídico, son de tipo diverso y no se agotan en las de
origen nacional, sin que incluyen, además otras de tipo internacional. Por otra parte, en España se
carece de un Código del Trabajo propiamente dicho, equiparable al de otros países de nuestro
entorno, que dé cumplimiento a lo previsto en una de las leyes básicas a este respecto: el Estatuto
de los Trabajadores (ET), concretamente su Disposición Adicional Octava.

Adicionalmente a lo anterior, han de tenerse en cuenta las peculiaridades propias de las fuentes de
la relación laboral, tanto en su vertiente individual como colectiva, en el sentido jurídico propio del
citado término fuentes, es decir, como los orígenes o maneras de producción de normas en
sentido amplio; en el caso del Derecho del Trabajo, tales fuentes son, además de las incluidas en el
art. 3.1 ET (disposiciones legales y reglamentarias, convenios colectivos, contrato de trabajo, usos
y costumbres locales y profesionales), las normas internacionales y comunitarias y, finalmente, los
principios generales del derecho.

1.7. Bibliografía

BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO. 2016. Código de Legislación Social [sitio web].
Madrid: BOE. [Consulta: 11 de noviembre de 2016]. Disponible en:
https://www.boe.es/legislacion/codigos/codigo.php?id=39&modo=1&nota=0&tab=2
BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO. 2016. Constitución española. [sitio web]. Madrid:
BOE. [Consulta: 11 de noviembre de 2016]. Disponible en:
http://www.boe.es/buscar/pdf/1978/BOE-A-1978-31229-consolidado.pdf
BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO. 2016. Ley 36/2011, de 10 de octubre, reguladora
de la jurisdicción social. [sitio web]. Madrid: BOE. [Consulta: 11 de noviembre de
2012]. Disponible en: https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2011-15936
BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO. 2016. Real Decreto Legislativo 5/2000, de 4 de
agosto, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley sobre Infracciones y
Sanciones en el Orden Social. [sitio web]. Madrid: BOE. [Consulta: 11 de noviembre de
2016]. Disponible en: https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2000-15060

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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO. 2016. Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de


octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Estatuto de los
Trabajadores. [sitio web]. Madrid: BOE. [Consulta: 11 de noviembre de 2016].
Disponible en: https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2015-11430
CRUZ VILLALÓN, J. (2014). Compendio de Derecho del Trabajo (7ª ed.). Madrid:
Tecnos.
EUR-Lex. 2016. Eur-Lex. El acceso al derecho de la Unión Europea [sitio web].
Communication department of the European Commission. Bruselas: Eur-Lex. [Consulta:
11 de noviembre de 2016]. Disponible en: http://eur-lex.europa.eu/homepage.html?
locale=es
MARTÍNEZ GIRÓN, J. y ARUFE VARELA, A. (2014). Derecho Crítico del Trabajo.
Critical Labor Law. (3ª ed.). Barcelona: Atelier.
MELÉNDEZ MORILLO-VELARDE, L. y PÉREZ CAMPOS, A. I. (2012). Materiales
de Derecho Social Comunitario. Madrid: Tecnos.

MONTOYA MELGAR, A. (2019). Derecho del Trabajo (39a ed.). Tecnos. Lectura del
CAP. III Normas Genéricas.
TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LA UNIÓN EUROPEA (TJUE). CURIA. Repertorio
de Jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Luxemburgo: CURIA.
[Consulta: 11 de noviembre de 2016]. Disponible en:
http://curia.europa.eu/jcms/jcms/Jo2_7046/es/
VV. AA. (2016). La evolución de las relaciones laborales en el Estatuto de los
Trabajadores. Madrid: Confederación Española de Organizaciones Empresariales
(CEOE).

Texto Referencial
Para este tema el material básico de estudio consiste en las lecturas y en la lección magistral que se indica a
continuación:

MONTOYA MELGAR, A. (Dir.). Derecho del Trabajo. (39ª ed.). 2019. Tecnos Lectura del
CAP. III Normas Genéricas

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Actividades prácticas

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Recursos

Enlaces de Interés
Guía Laboral de Ministerio
http://www.mitramiss.gob.es/es/Guia/index.htm

Guía Laboral Ministerio


https://www.mites.gob.es/es/Guia/texto/

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