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Universidad del Valle de México

Campus Querétaro

Atención Psicosocial a Grupos Vulnerables

Trabajo de investigación
“Intervención preventivo al consumo de alcohol en jóvenes
universitarios a través de la regulación emocional”

Ana Tamara Vega Palencia


Carla Daniela Rivera Sosa
Karen Lucía Castillo Sánchez
Karen Pescina Ortega
Luis Angel Ordaz Perea
Olivia Isabel Galaviz Solis

Héctor Arturo Hurtazo Oliva

22 de Septiembre del 2021


Intervención preventiva al consumo de alcohol en jóvenes universitarios a través de la
regulación emocional

Antecedentes
En cuanto a la conceptualización que las investigaciones le ha dado a la regulación
emocional, ésta se define como el proceso a través del cual los individuos modulan sus
emociones y modifican su comportamiento para alcanzar metas, adaptarse al contexto o
promover el bienestar tanto individual como social (Gómez y Calleja, 2017). Se refiere al uso
activo de estrategias motivacionales que maximizan el aprendizaje y disminuyen el miedo y la
ansiedad (Heshmati y Ahmadkhanloo, 2017).
Por su parte, Gross y Thompson (2007) proponen un modelo procesual de la regulación
emocional donde se define la regulación emocional como los procesos extrínsecos e intrínsecos
encargados de observar, evaluar y modificar la respuesta emocional para alcanzar metas.
Sugieren que el individuo genera cinco procesos de regulación emocional que se llevan a cabo en
estrategias clave a lo largo del proceso emocional y hacia la manifestación de la conducta:
Selección de la Situación, toma de decisiones que fomenten una situación para experimentar
emociones deseables o no deseables, Modificación de la Situación, acciones individuales que
tengan un impacto emocional de manera directa o indirecta en la situación, Despliegue de la
Atención: la concentración o distracción de la situación que provoca un impacto en las
emociones, Cambio Cognoscitivo, alteración en el valor de la situación a partir de la experiencia
e interpretación, y Modificación de la Respuesta, relacionado con el impacto del individuo en las
respuestas tanto conductuales, fisiológicas o experienciales de la conducta emocional.
En México, Sánchez Aragón (2010) (Citado por Gómez y Calleja, 2016) desarrolló un
modelo de regulación de emociones básicas propuestas por Ekman (2003) siendo: tristeza, enojo,
sorpresa, felicidad, disgusto, miedo. Describe un proceso de regulación emocional que inicia con
los estímulos provenientes del entorno cultural y social, y se vincula con estrategias específicas
para cada etapa y la emoción experimentada. Se retoma la perspectiva sobre el proceso de la
influencia inicial de la cultura, las variables del individuo vinculadas a la interpretación de la
situación, así como las fases de preevaluación, ejecución (incluidas las estrategias de Gross y
Thompson, (2007) y la postevaluación al incorporar la autoeficiencia percibida por el individuo y
su utilidad siendo aspectos para promover el bienestar subjetivo (Gómez y Calleja, 2016).
Según Cáceres (1999) La vulnerabilidad social (VS) se refiere a la relativa desprotección
de un grupo de personas cuando enfrentan daños potenciales a su salud, amenazas a la
satisfacción de sus necesidades y violación a sus derechos humanos por no contar con recursos
personales, sociales y legales. De acuerdo con Blaikie (1994) la VS hace referencia a las
características de una persona o grupo en cuanto a su capacidad de anticipar, enfrentar, resistir y
recobrarse de un evento negativo.

Marco teorico
Los artículos encontrados asocian la regulación de emociones y el consumo de alcohol,
siendo que la mayoría tienen una intervención y uno de ellos es un estudio descriptivo (Berking,
et al., 2011; Song, et al., 2012; Dvorak, et al., 2014; Petit, et al., 2015; Le Berre, 2019). Mediante
la aplicación de instrumentos que indagan en los hábitos de consumo de alcohol, así como en las
dimensiones de regulación emocional, los estudios muestran resultados favorables para la
correlación de ambas variables. Petit, et al. (2015) y Song et al. (2012) encontraron que la
inefectividad en las estrategias de regulación emocional se encuentran estrechamente ligadas con
el consumo de alcohol. Dvorak et al. (2014) encontraron que las dificultades en el control de
impulsos correlacionan positivamente con el aumento de ingesta de número de copas a la
semana.
En cuanto a la unión de los estudios revisados referente a la inefectividad en la regulación
emocional, Gross y Thompson (2007) por su parte, argumentan que la pérdida del control de las
emociones se debe a la incapacidad de los individuos para manejar sus emociones de manera
efectiva, es decir, un fallo en la regulación emocional.
En cuanto a los estudios que han logrado demostrar la relación existente entre la
regulación emocional como predictor del consumo de alcohol, se encuentra el de Dvorak et al.
(2014), quienes reportan que en jóvenes universitarios las dificultades para el control de los
impulsos es el mayor déficit en la regulación emocional que puede considerarse que promueven
el uso problemático del alcohol, por lo que sugieren crear intervenciones en psicoeducación
capaces de atender la reactividad emocional.

Planteamiento del problema


En México el consumo de alcohol en adolescentes de acuerdo con la Encuesta Nacional
de Salud y Nutrición (2018-19), el consumo de bebidas alcohólicas entre los adolescentes de 10 a
19 años es de 29.8%, siendo más alto en mujeres con un 26.6%, mientras que hombres un 22.5%.
(Webmaster INSP, 2020). Estas cifras se vuelven alarmantes cuando se considera el riesgo que
representa el alcohol en poblaciones como los adolescentes, quienes son más propensos a sufrir
las consecuencias del consumo excesivo del alcohol, tal como son las que enlista el Centro para
el Control y Prevención de Enfermedades; diversos tipos de lesiones, accidentes, violencia,
trastornos mentales y de la conducta, problemas gastrointestinales, cáncer, enfermedades
cardiovasculares, trastornos inmunológicos, enfermedades óseas, trastornos reproductivos y
daños congénitos.
Existe una relación significativa entre los determinantes sociales y el nivel de consumo
de alcohol en adolescentes, Berrocal, et al. (2018) muestra que los determinantes sociales
estructurales más relevantes pertenecen al estrato socioeconómico, la situación de vivienda
mientras está estudiando, el sustento de la vida estudiantil, el género y el acceso al empleo,
trabaja y estudia o solamente estudia. Lo anterior mencionado nos da parámetros para esclarecer
el hecho de que los estudiantes cuenten con las preocupaciones como no tener los servicios de
internet, agua, luz; el no vivir en un hogar adecuado o el simple hecho de que no cuenten con con
el nivel económico suficiente para abastecer desde la colegiatura, el transporte o el tener una
comida adecuada durante el día afecta directamente al proceso psicológico de los estudiantes
provocando que su correcta toma de decisiones se vea afligida y su vulnerabilidad aumente
frente a supuestas soluciones que a largo plazo producirán más daño.
Pregunta de investigación
¿Es posible prevenir el consumo de alcohol mediante la implementación de un taller de
regulación emocional?
Objetivo
Aplicar una intervención preventiva para el consumo de alcohol en jóvenes universitarios
con base en estrategias de regulación emocional.
Objetivos específicos:
1. Analizar la frecuencia de consumo de alcohol, la regulación emocional y los
factores de riesgo a los que estén expuestos.
2. Plantear estrategias de intervención asociadas a la regulación emocional.
Hipótesis
Se prevé que al aplicar una intervención breve en un estudio causal-explicativo con grupo
control, exista una mejora en el nivel de regulación emocional mostrado.
Las estrategias de regulación emocional serán efectivas para provocar una disminución
en la frecuencia del consumo de alcohol respecto a la cantidad de vasos ingeridos.

Referencias
Berking, M., Margraf, M., Ebert, D., Wupperman, P., Hofmann, S. G., & Junghanns, K.
(2011). Deficits in emotion-regulation skills predict alcohol use during and after
cognitive–behavioral therapy for alcohol dependence. Journal of consulting and clinical
psychology, 79(3), 307.
Blaikie P.T., Cannon I., Davis, Wisner B. (2004). At Risk: Natural Hazards, People’s
Vulnerabilities, and Disasters. London: Routledge.

Cáceres F.C. (1999). Dimensiones sociales y relevantes para la prevención del VIH/SIDA en
América Latina y el Caribe. En: Izazola JA, ed. El SIDA en América Latina y el Caribe:
una visión multidisciplinaria. México, DF: Fundación Mexicana para la Salud: 217-246.

Dvorak, R.D.; Sargent, E.M.; Kilwein, T.M.; Stevenson, B.L.; Kuvaas, N.J.; Williams, T.J.
(2014). Alcohol use and alcohol-related consequences: associations with emotion
regulation difficulties. The American Journal of Drug and Alcohol Abuse, 40(2), 125–
130.https://doi.org/10.3109/00952990.2013.877920
Gómez Pérez, O., & Calleja Bello, N. (2017). Regulación emocional: definición, red
nomológica y medición. Revista mexicana de investigación en psicología, 8(1), 96-
117.https://www.medigraphic.com/pdfs/revmexinvpsi/mip-2016/mip161g.pdf
Gross, J.J. & Thompson, R. (2007). Emotion regulation: Conceptual foundations. Handbook of
Emotion Regulation. 33-50.
Heshmati, R. & Ahmadkhanloo, E. (2017). Emotional Intelligence, Emotional Self-regulation
and Dispositional Mindfulness in High School Gifted Students. Mediterranean Journal of
Clinical Psychology, 5(2). doi: 10.6092/2282-1619/2017.5.1552
Webmaster INSP. (13 de noviembre de 2020). El consumo excesivo de alcohol en adolescentes.
Instituto Nacional de Salud Pública. https://www.insp.mx/avisos/el-consumo-excesivo-
de-alcohol-en-adolescentes
Le Berre, A. P. (2019). Emotional processing and social cognition in alcohol use disorder.
Neuropsychology, 33(6), 808. https://content.apa.org/doi/10.1037/neu0000572
Petit, G., Luminet, O., Maurage, F., Tecco, J., Lechantre, S., Ferauge, M., ... & de Timary, P.
(2015). Emotion regulation in alcohol dependence. Alcoholism: Clinical and
Experimental Research, 39(12), 2471-2479.
Song, S., Graham, J. E., Susman, E. J., & Sohn, Y.W. (2012). The Role of Ineffective Emotion
Regulation in Problem Drinking Varies by Emotional Disposition, Delinquency, and
Gender of South Korean Adolescents. Journal of Child & Adolescent Substance Abuse,
21(4), 367–382. doi:10.1080/1067828x.2012.710029

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