*¿CASTIGO DIVINO O COSECHA DE OBRAS?

_(11)No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, Ni te fatigues de su corrección;_

_(12)Porque Jehová al que ama castiga, Como el padre al hijo a quien quiere._
Proverbios 3:11-12

He queridos compartir con ustedes este tema pues en muchas ocasiones pensamos (aquellos que
reconocen a un ser Superior sobre nosotros) que Él nos ha castigado y que lo que estamos
viviendo es producto merecido de nuestro “pecado”. Pero también hay quienes argumentan que
Dios no castiga y que lo que “sufrimos” es el resultado de nuestro mal obrar.

*IGNORANTIA LEGIS NEMINEM EXCUSAT* (del latín, ‘la ignorancia no exime del cumplimiento de
la ley’) es un principio del Derecho Romano que se origina en la sabiduría divina pues La Ley fue
escrita en nuestros corazones desde el momento que el Señor soplo aliento divino para darnos
vida. Entonces quizás conscientemente nadie nos la habrá enseñado pero Espiritualmente fuimos
sellados por ella.

_Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, estos,
aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus
corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos,_
Romanos 2:14-15

Y aunque crecemos aprendiendo las leyes que rigen nuestra familia (nuestra primera escuela de
obediencia a la autoridad), las normas del lugar donde laboramos, las leyes del país donde
vivimos; La primera ley es la que tenemos para con nosotros mismos por la cual nos convertimos
en transgresores o respetuosos de las demás leyes del medio donde nos desenvolvemos.
Esa primera ley, la ley de nuestros corazones es la que determina nuestra obediencia o
transgresión de las leyes del hombre y en consecuencia nuestro futuro social y espiritual.

_No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también
segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra
para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna_
Gálatas 6:7-8

Ciertamente cada uno tiene las consecuencias de sus actos, sabios o necios, de ellos cosechará
frutos y en este contexto Dios no es quien nos castiga sino que comeremos de lo que hemos
sembrado. Si para bien de todos sin infringir el derecho de nadie, para bien cosecharas, si es para
bien propio pisoteando el derecho de alguien (consciente o inconscientemente) de alguna manera
vivirás la afrenta que sufrió a quien agrediste en tu proceder.

Pero al mismo tiempo, la Ley de Dios está escrita en tu corazón y sabes cuándo tu proceder es solo
por tu propio beneficio y/o puede dañar a alguien pero lo justificas y razonas de tal manera que
ignoras la Ley de Dios que es la Ley del amor verdadero transgrediéndolo y cerrando tus oídos a su
amonestación.

En el versículo de Proverbios la palabra “castigo” del verso 11 proviene del hebreo *”musar”* que
significa enseñanza, advertencia o instrucción. Y la misma palabra “castigo” del verso 12 se
traduce *”yakach”* que quiere decir juzga, prueba o decide; por lo que podríamos concatenar
ambos versos diciendo: No ignores los consejos de Jehová en tu corazón porque Él a quien ama
prueba como padre que ama a sus hijos.

Cuándo un Padre ama a su hijo le aconseja cuántas veces sea necesario para evitar cometa los
errores que tal vez el mismo cometió o que sabe que pueden ser de perjuicio para su hijo sin
embargo su hijo en su corta experiencia desconoce tal sabiduría y se apresura guiado por su
ignorancia a lo que puede causarle daño (Proverbios 7:23). Con frecuencia no escuchamos los
consejos de nuestros padres o los consejos de nuestro corazón y nos toca aprender luego de
recibido el golpe. Así mismo Dios padre nos habla una y otra vez al oído y cerramos nuestro
entendimiento justificando nuestro proceder neciamente y le toca armar una escena (Él es creador
del teatro que es este mundo y tu vida uno de sus protagonistas) para enseñarnos recibiendo una
dosis de nuestra propia filosofía y vivir en carne propia lo que trato de evitarte por sus consejos en
tu corazón “El siervo no se corrige con palabras; Porque entiende, mas no hace caso.” (Proverbios
29:19).

Cuándo manejas tu carro cumpliendo todas las leyes establecidas vas tranquilo pero si infringes
una sola de las leyes le darás al policía o fiscal el derecho de tocar tu vida para corregirte o
reprenderte así mismo cuando infringes las leyes espirituales en tu corazón que son el amor, la
misericordia, la justicia, la equidad etc. le estarás dando derecho al enemigo de tocar tu vida (Job
1:8) para que retomes la senda correcta (Romanos 8:28) por que dice la Palabra de Dios “no hay
mal sin causa” (Proverbios 26:2).

Entonces en adelante no mires la adversidad o los sin sabores como un castigo sino como una
oportunidad de corregir algo que retrasa tu edificación espiritual y pide en oración respuesta a la
razón del por qué acontece esto en tu vida que sin duda recibirás respuesta (Santiago 1:5).
Examina la sendas de tus pies y consulta con el Espíritu Santo todos tus propósitos (Proverbios 3:6)
para que sean hallados justos tus caminos y de buena cosecha tus obras. Dios te bendiga.
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