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EL PERDÓN ENTRE HERMANOS

Hno. Juan Fernando Mella Meza


Tema N° 1 – 08 de Diciembre de 2021

Mateo 18:21-22 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor,


¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí?
¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun
hasta setenta veces siete.

Mateo 18:35 Así también mi Padre celestial hará con vosotros


si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus
ofensas.

Introducción

Si hay algo que se ve en las iglesias y que no lo notas que


está allí hasta que te sucede, es la falta de perdón entre los
hermanos. Mientras no te hagan nada, te traten bien, todos te
sonríen o tú no te resbales y caigas, todo es miel sobre
hojuelas.

Mientras no suceda nada de lo anterior somos grandes


hijos del altísimo, y Dios nos quiere para grandes cosas, y la
mayoría te aplaude y te respeta. Pero una vez que tu fallas o
te fallan a ti, empiezas a ver con tus propios ojos una especie
de vida paralela que llevan tus hermanos y que llevas tú mismo
y que te permite poner los pies y rodillas sobre la tierra y tu
mirada y tu corazón sólo en aquel que te puede dar fortaleza
para enfrentar las situaciones más difíciles que te puedes
imaginar.

En el resumido tema que a continuación daremos, con la


gracia de Dios, hablaremos sobre el perdón entre hermanos,
se intentará entregar algunas herramientas con base bíblica
para que los presentes tomen conocimiento de la gran
bendición que significa perdonar. Se verá a grandes rasgos la
definición general del perdón y las etapas que componen tal
acto en el mejor de los casos. También veremos la importancia
de perdonar y nos enfocaremos en esta oportunidad solo en
dos motivos, que son, primeramente, porque Cristo nos
perdonó primero, y segundo, por la existencia de la ley de la
Siembra y la Cosecha. También se mencionará sobre que
sucedería si perdono o no, finalizando con una pequeña
conclusión del tema.
Objetivo

Dar a conocer a la Iglesia la importancia espiritual acerca


de una de las características esenciales de Dios, que es el
Perdón, y aportar para que tanto el oidor o lector en el tiempo
de Dios, perdone de todo corazón a su hermano.

Definición

De acuerdo con la Real Academia Española, las


palabras perdón y perdonar provienen del prefijo latino per y
del verbo latino donāre, que significan, respectivamente,
"pasar, cruzar, adelante, pasar por encima de" y "donar,
donación, regalo, obsequio, lo cual implica la idea de una
condonación, remisión, cese de una falta, ofensa, demanda,
castigo, indignación o ira, eximiendo al culpable de una
obligación, discrepancia o error.

Para resumir la definición en términos muy simples


podríamos decir que el Perdón consiste en “pasar por alto la
ofensa de todo corazón”.
Etapas del Perdón

Para que exista el perdón primero debe ocurrir un evento


basado en una acción llamada ofensa, que ciertamente no será
motivo ni de gozo ni de alegría en ese momento.

Vamos a suponer que estas en una gran celebración, y


ocurre algún desacuerdo entre los invitados, de seguro que, si
no se pasa por alto de inmediato, esto se puede agravar y ya
la actividad no será la misma.

Tenemos claro que existen ofensas que se hacen con


intención cuando existe una premeditación anterior, pero en
otras ocasiones suceden de forma inesperada.

¿Te ha ocurrido alguna vez en que te dijeron que no


aplicaste filtro??

A partir de esto se da a lugar en el mejor de los casos a las

siguientes etapas:

1. Existencia de una Ofensa de cualquier tipo (Física, Verbal

o Psicológica).
2. El perjudicado se entera por el propio agente ofensor o

por otros medios.

3. El perjudicado se siente afectado por la ofensa.

4. Luego por parte del perjudicado podrían nacer

sentimientos de los siguientes tipos: rabia, miedo, odio,

enojo, venganza, otros.

5. (Eventualmente) el Ofensor podría sentir y manifestar

Vergüenza y/o Arrepentimiento.

6. (Eventualmente) el Ofensor reconoce su error, vence su

orgullo y se humilla ante el ofendido, solicitando la gracia

del perdón.

7. (Eventualmente) el Ofendido decide perdonar al ofensor

y se lo comunica.

Importancia del Perdón

Existen muchas razones por lo cual es muy importante


perdonar, y es a tal grado que en su momento el apóstol Pedro
le pregunta a Jesús cuántas veces debo perdonar al que me
ofende, “¿Hasta siete?, a lo que le responde “no te digo hasta
siete, sino setenta veces siete”.

En esta ocasión solo veremos 2 motivos: Debemos perdonar


porque Cristo nos Perdonó Primero y por la sola existencia de
la Ley de la Siembra y la Cosecha.

1. Debemos perdonar porque Cristo nos Perdonó


Primero

Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados,


de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de
mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y
perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra
otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también
hacedlo vosotros.

Colosenses 3:12-13 (A los Santos y Fieles Hermanos en Cristo)

Nosotros, al pecar ofendemos a Dios y merecíamos pagar


esa ofensa. Recordemos que la paga del pecado es muerte,
mas la dádiva de Dios es vida eterna.., pero el amor de Dios
es tan grande que él quiso pagar esa deuda.
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió
nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por
herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras
rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de
nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros
curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas,
cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él
el pecado de todos nosotros.
Isaías 53: 4-6

El perdón de Dios hacia el hombre es el primer y gran acto de


amor y de humillación que el Todopoderoso realizó para que
podamos, primeramente, ser salvos de la condenación eterna
y que posteriormente nos sirva de ejemplo a imitar.

En cuanto al Amor:

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a


su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se
pierda, más tenga vida eterna. (Juan 3:16)

En cuanto a humillarse:

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en


Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser
igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a
sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los
hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a
sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de
cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio
un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre
de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y
en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que
Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

(Filipenses 2:5-11)

El perdón, tal como lo hizo el Señor, implica un elemento


que es por decirlo de alguna forma, el sello conclusivo de tal
acto, que es el olvido. Él elimina nuestro historial de rebeliones
y no trae a su memoria los pecados cometidos por nosotros.

Si usted perdona, como lo hemos estado mencionando,


hágalo de corazón, no trayendo a su memoria el mal que le
hicieron a la primera diferencia de opiniones que pueda tener
con su prójimo.

Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí


mismo, y no me acordaré de tus pecados. (Isaías 43:25)
Si Dios lo hace de esa manera, nosotros como hijos de él
debemos seguir su ejemplo. Para que seáis como vuestro
padre que está en los cielos.

2. Debemos perdonar por la sola existencia de la Ley de


la Siembra y la Cosecha

¿Qué es la ley de la Siembra y la Cosecha?

Esta es una de las leyes más importantes e


inevitables que existe, y cuando la conoces y la entiendes,
empiezas a darte cuenta de que tus resultados no son
más que un efecto, es decir, es la cosecha de algo que
TÚ mismo sembraste anteriormente.

En la agricultura esta ley es muy fácil de entender,


básicamente nos dice que la cosecha será igual a la
semilla que sembramos. No podemos de ninguna manera
sembrar una semilla de pimentón y esperar obtener
tomates.

Esta ley posee un conjunto de elementos que nos


puede ser de mucha utilidad estudiarlos más a fondo, a
saber:

a) Es un principio universal.
Para este caso de la Siembra y la Cosecha, podemos
decir que Dios otorgó leyes a la naturaleza para que ésta
ejerza sus funciones. Las leyes, dentro de los que nos
importa en este momento, contienen preceptos o normas
dictadas por una autoridad soberana, en este caso Dios,
con instrucciones y límites, entre otros conceptos, con la
finalidad de que se obedezca.

Usted plante una semilla, aquí en Chile y otra semilla


en China y las dos en el tiempo establecido por Dios
germinarán, crecerán y darán su fruto correspondiente.

b) Cosechas lo mismo que siembras.


Si siembras trigo, cosecharás trigo. Si siembras
cerezas cosecharás cereza, si siembras papas,
cosecharás papas.
Si siembras amor recibirás amor, si siembras
misericordia hazlo feliz, porque cosecharás
misericordia, si siembras perdón cosecharás perdón.

(Himno 147: 3era estrofa:)


Si siembras la misericordia,
piedad para ti lograrás
Si a nadie tu vida perdona,
lo que siembres también segarás.
Es imposible que si tú siembras amor recibas odio el
día de mañana, a no ser que sea una prueba de parte
del Señor para que se manifieste en ti, que eres un hijo
de Dios.
c) Cosechas más de lo que siembras.
La productora Carolina Pacheco de Puerto Natales,
plantó 150 kilos de papa semilla certificada, obteniendo
un total de 1.680 kilos de papa para consumo (por 2,5
sacos plantados de papa semilla, obtuvo 42 sacos de
papa para consumo), “esto es algo súper bueno porque
no pensábamos poner papas y ahora con mi esposo
estamos pensando sembrar si Dios quiere una
hectárea con pura papa”. Esto significa que por
sembrar 1 saco cosechó 15.
Siembra buenas cosas, y sobre todo en buena tierra
y te dará excelentes resultados. Siembra amor,
bondad, misericordia, perdón, verdad, fe, esperanza,
benignidad y como dice la palabra de Dios: si siembras
en abundancia cosecharás abundantemente.

d) Cosechas luego de sembrar.


Ninguna persona espera cosechar manzanas si no
hay un árbol de manzana, o nadie puede esperar que
aparezca el trigo si no se ha sembrado. Se tiene que
sembrar para luego cosechar. Y esto requiere además
de paciencia, de esfuerzo y de sacrificio.
“Te levantas a las 12 del día y te sientas en tu cama
y te dices a ti mismo: este año voy a cosechar, trigo,
manzanas, duraznos, zapallo, uvas, papas…”
A veces tienes que sacrificarte y esforzarte para
poder perdonar a tu hermano.
Hay ofensas que pueden herir muchísimo, pero ten
por seguro una cosa, si sembraste el perdón hacia tu
prójimo, llegará el día en que tú te vas a ver enfrentado
en alguna situación donde tu eres el ofensor, entonces
el principio universal se aplicará a tu vida y tendrás la
dicha de recibir el perdón.

e) Toda semilla tiene un tiempo de gestación.


El tiempo que una semilla tarda en germinar
depende tanto de la especie de la planta como de las
condiciones concretas como clima o humedad.
Algunas semillas germinan en apenas 24 horas,
mientras que otras pueden necesitar hasta 15 días o
más para hacerlo.
Ahora bien, para que comience a dar fruto es otro
lapso de tiempo que hay que tener en cuenta. Sólo a
modo de ejemplo se dice que: el Quien planta
tamarindos no cosecha tamarindos"; esto es porque
este árbol tarda de 80 a 90 años para dar frutos por
primera vez. Esto da a entender que entonces otro
cosechará y se beneficiará de ese fruto. Pero para no
desalentarnos hay árboles que dan fruto muy rápido o
a corto plazo, desde los 2 años en adelante, por
ejemplo, La higuera, naranjo, cerezo, albaricoques,
limonero, papayas, duraznos, entre otros.

f) Las buenas semillas requieren un mayor cuidado.

Lo vemos en la naturaleza, la hierba mala crece sola


sin mucha atención y esfuerzo. Por el contrario las
semillas que nos dan alimento, si requieren un cuidado
especial, deben ser protegidas y alimentadas.

No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no


seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.

Lucas 6:37
Dicho de otra forma: Juzga y seréis juzgado; condena y
seréis condenado; No perdones y no seréis perdonados.

Siembra Perdón y Cosecharás perdón.

Qué sucede si No perdono

El psicólogo clínico Worthington hizo un análisis de las


emociones relacionadas con lo que él llamó “no perdonar”:
rabia, miedo, odio, enojo, venganza. Cuando no perdono mi
ser comienza a manifestar sentimientos negativos.

(Everett L. Worthington Jr. es psicólogo clínico autorizado y


profesor de psicología en la Virginia Commonwealth University (VCU).)
Sus libros tienen énfasis en restaurar y reconciliar basados en tres
aspectos fundamentales que son la fe, la esperanza y el amor.

El no perdonar trae enfermedades, se genera rencores, lo


cual afecta tu estado psicológico y repercute en el área física.

Si no puedes perdonar, te entiendo, porque no es fácil.


Hay que vencer primeramente el orgullo, el Yo, y esto cuesta
muchísimo. Ciertamente al que más se le ha perdonado
debiera ser al que menos le cueste otorgar el perdón. El
apóstol Pablo dijo, Ya no vivo yo sino Cristo vive en mí y
nosotros lo repetimos sobre todo los días de culto en la Iglesia.
Pero la pregunta es ¿por qué no aplicas lo aprendido cuando
te ofenden?. Por tanto, si Cristo vive en ti, ciertamente podrás
extender el perdón a aquel que te ha hecho daño.

Qué sucede si perdono

Aquel que logra perdonar de todo corazón se logra


diferenciar como lo es el trigo de la cizaña, es decir, los
verdaderos hijos de Dios.

Ejemplo bíblico

Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey


que quiso hacer cuentas con sus siervos. Y comenzando a
hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil
talentos. A éste, como no pudo pagar, ordenó a su señor
venderle, a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se
le pagase la deuda. Entonces aquel siervo, postrado, le
suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo
pagaré todo. El señor de aquel siervo, movido a misericordia,
le soltó y le perdonó la deuda. Pero saliendo aquel siervo, halló
a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo
de él, le ahogaba, diciendo: ``Págame lo que me
debes”. Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le
rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré
todo. Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que
pagase la deuda. Viendo sus consiervos lo que pasaba, se
entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo
que había pasado. Entonces, llamándole su señor, le dijo:
Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me
rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu
consiervo, como yo tuve misericordia de ti? Entonces su señor,
enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo
que le debía. Así también mi Padre celestial hará con
vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su
hermano sus ofensas.

Mateo 18:23-35
Conclusiones

El perdonar de corazón indiscutiblemente requiere amor,


dice la palabra de Dios que: “ Y si repartiese todos mis bienes
para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para
ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.”

El Perdón hace que nuestras relaciones con los que nos


rodean sean más sanas. Esta acción permite realizar mejoras
a nuestra salud mental, cardiaca y autoestima. También aporta
en la disminución del estrés, la ansiedad y en los síntomas de
depresión.

Si nosotros perdonamos, damos a entender que tenemos


claro, primeramente, que hemos sido perdonados por Dios.

Segundo, que no tenemos mayor concepto de nosotros


mismos que el que debemos tener, esto es no sentirnos
superiores a nuestro prójimo en el sentido de menospreciarlo.
Y tercero y no menos importante, por si no te has dado
cuenta, en tu hermano habita el mismo Dios que habita en ti y
que te perdonó un día.

Para finalizar, Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí


te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu
ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu
hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. Ponte de
acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él
en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el
juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. (Mateo 5: 23-25)

Con esto, Dios quiere que hagas lo mismo que él hizo, que
restaures lo que se ha roto, que repares, que desates las
cadenas de tu hermano que está con el peso de su ofensa en
su corazón. Haz lo mismo que un día Dios hizo contigo.

(Himno 268.- La venida de Cristo)

Perdonando Jesús nos perdona

y los cielos nos lleva a reinar,

ganaremos también la corona,

perdonad, perdonad, perdonad…


Que el Señor nos Bendiga.-

Tco. 08-12-2021

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