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EL JUSTO Y LA JUSTICIA

Salmos 34:15-17 "Los ojos de Jehová están sobre los justos, Y atentos sus oídos
al clamor de ellos. La ira de Jehová contra los que hacen mal, Para cortar de la
tierra la memoria de ellos. Claman los justos, y Jehová oye, Y los libra de todas
sus angustias”.

Un señor tenía alquilado un local de su casa a una señora para montar un


restaurante. Al cabo de un tiempo, la señora dejó de pagar arriendos y dejó que
los servicios se atrasaran. Por tal razón, el dueño de la casa le solicitó que
desocupara, y como está establecido por ley le dio tres meses para que entregara
el local. Pasados los tres meses la señora no entregó y siguió atrasada en
earriendos y servicios, así que el dueño de la casa recurrió al juez de paz quien
escuchó la versión del señor y citó a la señora para hacer conciliación. Finalmente,
el juez le dio la razón al dueño de la casa considerando que había sido justo en su
proceder y ordenó a la dueña del restaurante que desalojara inmediatamente. Se
hizo justicia. ¿Fue realmente justo el dueño de la casa?

La Real Academia de la lengua Española (R.A.E.) define el término justo entre


otros como:

Que obra según justicia y razón.

Que vive según la ley de Dios.

Según el primer concepto, el justo es aquel que en su actuar, en su forma de vivir,


se nota la justicia. Y ¿qué es justicia? según la R.A.E. es "Una de las cuatro
virtudes cardinales, que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o
pertenece". Así que como virtud es una cualidad que puede manifestar el hombre,
es decir, que uno puede manifestar esa inclinación por dar según el mérito del
otro, según lo que se merece. De acuerdo a esto, el juez podría tener razón al
considerar que el señor dueño de la casa había actuado justamente.

La R.A.E. también define justicia como "Atributo de Dios por el cual ordena todas
las cosas en número, peso o medida. Ordinariamente se entiende por la divina
disposición con que castiga o premia, según merece cada uno". Es decir, se le
atribuye la justicia a Dios y se define como la acción de Dios en premio o castigo
por el obrar del hombre.

Pero estos conceptos no corresponden con exactitud a la verdad bíblica. Primero,


porque la Palabra de Dios nos da a entender que no hay hombre que sea justo o
aplique justicia enteramente.

Romanos 3:23 "por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios"
Por eso necesitamos de Jesucristo, porque a los ojos de Dios éramos pecadores,
sus enemigos, y necesitábamos que alguien nos ayudara, que alguien nos
rescatara, pero no podía ser alguien también en pecado, debía ser alguien libre de
pecado quien nos pudiera dar libertad.

Además, si para considerarnos justos debíamos actuar conforme a la ley de Dios,


el segundo concepto de la R.A.E., nos quedaría faltando mucho, por una parte
porque no conocemos totalmente la ley de Dios, por otra, porque hay cosas que
por nuestro egoísmo y nuestros propios criterios hacemos contrario, o dejamos de
hacer, de acuerdo a la ley de Dios. Esto haría que realmente no fuéramos justos,
porque si fuera de esa forma, Dios no nos perdonaría, o serían más los castigos
que los premios.

El término hebreo para justo que se usa en el versículo 15 del salmo 34, es
"tsaddíc" y significa: derecho, justo, recto, viene de la raíz "tsadác" que significa
ser (caus. hacer) derecho (en sentido moral o forense), también absolver,
justamente, hacer justicia, justificar, justo, purificar.

Es importante entender que ser derecho en sentido moral implica al corazón, es


decir que no se limita a la acción, lo cual es clave para nosotros que fallamos en
cualquier momento, pues Dios mira nuestro corazón, y está atento a este, no tanto
a nuestro actuar; si Dios no lo hiciera de esta manera, pocos serían llamados
justos.

Pero hablando de justos, nosotros ahora somos justos por una razón mayor,
Jesucristo:

Hechos 13:38-39 "Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se
os anuncia perdón de pecados, y que de todo aquello de que por la ley de Moisés
no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree".

Somos justificados por que Dios aplica al hombre su justicia en cuanto fuerza
salvadora y liberadora gracias al sacrificio de Jesús en la cruz.

Ahora, ¿qué pasa con los justos? Pues el Slamo 34 dice que los ojos del Señor
están siempre sobre nosotros, y que sus oídos están atentos a nuestro clamor. Él
está en contra de los que practican el mal, pero libera al justo de todas sus
aflicciones; Él está cerca del quebrantado de corazón y contrito de espíritu.
Imagínense, Dios tiene toda su atención puesta en nosotros, sus ojos nos ven a
cada paso, y sus oídos están escuchándonos en todo momento ¡cuán amor tiene
el Padre por nosotros que no nos descuida un instante!

Job 36:7 "No apartará de los justos sus ojos; Antes bien con los reyes los pondrá
en trono para siempre, Y serán exaltados".
Esta atención permanente de Dios hacia nosotros garantiza que cuando
clamemos a Él nos va a escuchar, y sabrá que responder; a diferencia del juez
mencionado que tuvo que escuchar ambas versiones, del dueño de la casa y de la
inquilina, Dios no tiene que escuchar versiones porque Él está al tanto de la
situación, como dice el versículo 18 del salmo 34: “Cercano está Jehová a los
quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu”.

Dios está cercano, escucha a los afligidos, los justos tienen el privilegio
extraordinario de audiencia inmediata con Dios, quien responde librando de
TODAS las angustias. No se trata de no tener problemas, sino que en medio de
ellos, Él nos librara.

Entonces, la justicia de Dios se ve satisfecha gracias a Jesucristo, y su obra en la


cruz, por medio de la cual nos hace a nosotros justos a los ojos de Dios, así que
tenemos, gratuitam"ente, el perdón, ya no recibiremos lo que mereceríamos por
pecar, sino que Dios pasa por alto nuestros pecados, por nuestra fe en Jesús.

Romanos 3:21-26 “Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de


Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe
en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por
cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados
gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a
quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para
manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los
pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de
que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús”.

Esa es una gran noticia, y una gran esperanza, Dios está pendiente de nosotros,
no para juzgarnos y hacernos pagar por nuestros errores, sino que, por nuestra fe
en Jesús, está atento a nestro clamor y nuestras necesidades para ayudarnos y
librarnos.

Carlos andrés González Tello

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