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Salmo 138.

8 Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh


Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos.

Cada inicio de año escuchamos por todos lados a personas con la buena
costumbre de plantearse metas, retos y/o propósitos. Por otro lado unos
reniegan y hasta critican que se esperen hasta el año nuevo para
proponerse cosas. Ni una ni la otra cosa está para criticarse; uno puede
iniciar un reto a medio año o al principio, lo importante es perseverar, es
llegar a esa meta u objetivo. Hay de todo en estos propósitos; desde bajar
de peso, comprar casa, casarse, un auto, novia, un mejor trabajo, etc.,
muy buenos propósitos por cierto, casi todos quieren algo “mejor”, y
escuchas a tus amigos y familia desearte “lo mejor”. ¿Qué tendrán en
mente cuando te desean lo mejor?

Es fácil identificar según la personalidad de cada uno que es lo que


desea, dice un evangelio “Dónde está tu corazón allí está tu tesoro”. Así
de sencillo aquello que más amamos, es en lo que más pensamos y
aquello que más pensamos, es aquello de lo que más hablamos. Unos
hablan de fútbol otros de dinero, de viajes, autos, instrumentos, ropa,
celulares, mujeres, hombres, y un largo etcétera. ¿Qué es lo que más
deseamos este año que empieza? ¿Deseas mejorar en qué? ¿Cuáles son
tus propósitos?

Insisto que es mejor tener un plan y no cumplirlo del todo, que no tener
nada; por lo menos te esforzarás un tiempo en lograr esa meta, quizá te
derrotes pronto, quizá no puedas; pero para todo hay un comienzo. Y el
comienzo para hacer algo, es primero proponérselo. Con esto en mente
quiero compartirles un tema, pero sobre todo un sentir que hay en mi
corazón para esta iglesia y familia.

Eh divido este tema en tres sencillas partes:

1. I. Definiciones
2. II. Mis propósitos y los de Dios.
3. III. Escojamos lo mejor.

I. Definiciones

La palabra española «propósito» es la traducción de una amplia


variedad de palabras hebreas y griegas usadas en las Escrituras.

Propósito:, āmar en 1 R. 5:5 y 2 Cr. 28:10, «haber determinado».


Primariamente a una meta establecida por decisión (Jue. 5:16; 2 R.
12:17; Ro. 1:13; 2 Ti. 3:10); o podría referirse al acto mental por el cual
se elige esta meta o se decreta (Dn. 1:8; Hch. 11:23; Lm. 2:8
«determinó».[1]

Entonces la palabra propósito en la biblia significa “haber determinado”,


“establecer o elegir una meta por decisión propia”.

Propósito[2]

(Del lat. proposĭtum).

1. m. Ánimo o intención de hacer o de no hacer algo.

2. m. Objeto, mira, cosa que se pretende conseguir

Tenemos pues mucho tela de donde cortar. En nuestra vida hay muchas
cosas importantes, muchas cosas en las que es bueno plantearse retos y
propósitos. En el estudio por ejemplo, tener una carrera profesional, es
definitivamente uno de los mejores propósitos en esta vida; nos ayudará
a vivir más tranquilamente, a tener que comer, compartir con los demás.
A veces los adolescentes o jóvenes no se dan cuenta de esto y abandonan
antes de tiempo. Tocar un instrumento, muy bueno también, o iniciar un
negocio propio, esto y más son de los propósitos que nunca pueden faltar
en las personas que desean crecer y tener estabilidad en este mundo
pasajero.

Esto nos lleva a nuestro segundo punto,

II. Mis propósitos y los de Dios

Nos damos cuenta que hay cosas fundamentales que no pueden faltar,
que no podemos olvidar por nuestro bienestar físico o mental. Les animo
a proponerse alimentarse mejor, hacer algo de ejercicio; quizá buscar que
tu negocio crezca, o estudiar más y más. ¿Cuáles son mis propósitos?
¿En que se basa el hombre para decidir qué hacer o dejar de hacer?

Un buen texto hablando de peticiones a Dios:

Salmo 37:4 Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las


peticiones de tu corazón.

Dice un dicho: “El infierno está lleno de buenas intenciones”. Y cuantas


veces nos hemos aferrado a cosas, personas, trabajos y demás que con
claridad se ven que no entran en el plan de Dios. Aunque tengamos
buenas intenciones, sí esa petición, ese propósito es nuestro y no de Dios,
déjenme decirles que lo único que pasará es que sufriremos, porque
¿Quién puede tener un mejor camino que el de Dios?¿Quién puede
aconsejarle? Sí Dios te dice por aquí ¿Por qué pensamos que irnos por
allá será mejor?

¿Para tomar una decisión o un propósito que haremos? Un consejo


frecuente por allí nos dice “Escucha a tu corazón”. ¿Qué hay de ese
consejo? A veces el mundo tiene buenos consejos, pero para cosas del
mundo. ¿Qué es lo que desea el hombre sin Dios? ¿Dónde está su
corazón?
1 Pedro 1. 13 Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed
sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando
Jesucristo sea manifestado; 14 como hijos obedientes, no os conforméis a
los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia;

Claramente Pedro hace una distinción en nuestra vida, antes y después de


Cristo; no se amolden a los deseos del mundo. ¿Qué desea el mundo?

1 Juan 2. 15 No sigan amando al mundo ni a lo que hay en él. Si alguno


ama al mundo es porque no tiene el amor del Padre. 16 Esto es lo malo del
mundo: querer complacer los malos deseos; dejarnos atraer por lo
malo que vemos y sentirnos orgullosos de lo que tenemos. Pero nada
de eso viene del Padre, sino del mundo. 17 El mundo está llegando a su fin
junto con los deseos que hay en él; pero el que hace lo que Dios quiere,
vive para siempre.

Entonces es peligroso dejarse llevar por el corazón; además de que


cuando muchos dicen que escuches tu corazón se refieren a lo que
“sientes” o lo que te “emociona”; y según la biblia el corazón es mucho
más que sentir; es el centro de la personalidad de cada uno; en el
corazón se encuentran ciertamente nuestras emociones, nuestro intelecto
y nuestras decisiones.

Jeremías 17. 9 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y


perverso; ¿quién lo conocerá?

Lamento contradecir el dicho: “En el corazón no se manda”. Pero el


entendimiento debe ir por encima del sentimiento, y las decisiones se
deben hacer con el entendimiento por delante y no con el sentimiento; el
hombre que es gobernado por el sentimiento está condenado a los
caprichos del mismo. La biblia esta advirtiendo “engañoso es el
corazón”, más que todas las cosas, y perverso.
¿Sentimentales o sensibles? ¿Cristianos sentimentales o sensuales (de los
sentidos), o cristianos sensibles a Dios? Déjenme explicar más afondo
eso de “En el corazón si se manda”.

¿Qué es un cristiano sensual o sensible? Un diccionario define sensual


como “perteneciente a los sentidos u objetos sensibles: altamente
susceptible por los sentidos”. El cristiano sensual es el que vive por los
sentimientos más que por su entendimiento de la Palabra de Dios. El
cristiano sensual no puede ser movido al servicio, la oración, o el estudio
a no ser que él “tenga ganas”. Su vida cristiana es solamente tan efectiva
como la intensidad de los sentimientos en ese momento. Cuando
experimenta la euforia espiritual, es un remolino de actividad divina;
cuando está deprimido, es un incompetente espiritual. La biblia está
dirigida principalmente a la mente, no exclusivamente pero sí
primariamente. Los sentimientos son una respuesta a lo que la mente
entiende que es verdad. ¿Cómo sentimos este pasaje?

Juan 16. 33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el


mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

El bostezo no es una respuesta apropiada. Podemos sentirnos animados


porque entendemos que Cristo ciertamente ha vencido al mundo. Eso
estremece nuestras almas y nos hace bailar de contento. ¿Qué sucede
cuando hay un conflicto entre lo que Dios dice y lo que yo siento?

Reflexione un momento. ¿Qué sucede en nuestra propia vida


cuando actuamos según lo que tengamos ganas de hacer y no según lo
que comprendemos que se tiene que hacer? Aquí nos enfrentamos a la
cruel realidad de la diferencia entre la felicidad y el placer. ¡Cuan fácil
es confundir las dos cosas! Pero la felicidad y el placer no son lo mismo.
Los dos son agradables, pero sólo uno es duradero. El pecado puede traer
placer, pero no la felicidad. Si el pecado no fuese tan placentero, apenas
representaría una tentación. Pero, mientras que el pecado frecuentemente
“es agradable”, no produce felicidad. Si no conocemos la diferencia o,
peor aun, no nos importa la diferencia, habremos avanzado a grandes
pasos para convertirnos en el máximo cristiano sentimental, uno que vive
según sienta.

Para discernir o descubrir la diferencia entre el placer y la felicidad, la


Palabra de Dios es vital. Existe una relación maravillosa entre la
voluntad de Dios y la felicidad humana. El engaño fatal de Satanás es la
mentira de que la obediencia jamás nos podrá proporcionar felicidad.
Desde la tentación de Adán y Eva, la mentira ha sido la misma. “Si haces
lo que Dios ordena, no serás feliz. Si haces lo que yo digo, serás
‘liberado’ y conocerás la felicidad”.

Hay muchas veces que no vas a sentir hacer algo que sabes debes hacer,
pregunto ¿Qué debes hacer, lo que sientes o lo que sabes debes hacer?

Dar o no al necesitado. Congregar o no dejarte de congregar. Amar o no


a tus enemigos. Leer o no la palabra de Dios. Dejar o no el pecado. Y sin
fin de cosas que sabemos cuál es la voluntad de Dios, no es que no
entendamos su voluntad, más bien no la aceptamos. Buscamos hacer las
cosas a nuestra manera, y tristemente nos alejaremos más y más de su
voluntad perfecta.

Aunque no lo sientas debes hacer lo correcto, simple y sencillamente


porque es lo mejor. ¿Qué es lo correcto? Lo correcto es obedecer a Dios,
es escuchar sus palabras, tratar de ver lo espiritual a todas las cosas, es
buscar las cosas de arriba esas que no se ven y es cumplir sus propósitos.

Finalmente,

III. Escojamos lo Mejor

¿Cómo podemos escoger lo correcto, como podemos enterarnos de sus


propósitos? Las respuestas pueden ser variadas, pero lo esencial para
escoger bien, es estar en comunión con El. Leíamos y retomamos
“Deléitate en el Señor”.
¿Qué es lo mejor?
Para la mayoría de las personas ¨lo mejor¨ se enfoca en lo material: El
mejor negocio, la mejor casa, el mejor auto, etc. El Diccionario de la
Real Academia Española dice al respecto:
Mejor. (Del lat. melĭor, -ōris).
adj. comp. de bueno. Superior a otra cosa y que la excede en una
cualidad natural o moral.

En lo natural decimos que hay cosas mejores que otras, casi no tenemos
dudas al respecto: se nota cuál auto, cuál prenda de vestir, cuál casa es
mejor que otra. En lo moral, según lo que se ve, el mundo se confunde y
no sabe qué es mejor. Muchos cristianos parecen, también, bastante
confundidos. No habría razón para la confusión, pues podemos saber qué
es lo mejor por Su Palabra.

¿Qué es lo mejor? Lo correcto. Aunque tu corazón o tu razonamiento te


diga que no, que es mejor dar “mordidas”, que es mejor ir a 91 km/h en
periférico, que es mejor no hablarle a la persona que te ofendió, que es
mejor no ayudar al necesitado, que es mejor la infidelidad, las
borracheras, etc., no hagas caso a tu corazón, a veces es
muy “mentirosillo”, lo mejor siempre es lo correcto.

Es triste ver que muchos cristianos crean la mentira de satanás, que es


mejor estar en el mundo, lejos de Dios, disfrutando de la “libertad”.
Vemos un ejemplo en el pueblo de Israel.

Éxodo 14. 11 Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que


nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así
con nosotros, que nos has sacado de Egipto? 12 ¿No es esto lo que te
hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque
mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto.

Increíble que después de ver las 10 plagas, el mar abrirse y tragarse el


ejercito más poderoso de aquellos tiempos, después la nube y la columna
de fuego que los guiaba, decían: “Mejor nos fuera servir a los egipcios”.
Así muchos de nosotros con nuestras acciones decimos que es mucho
mejor servir al mundo, que sufrir en los caminos de Dios.

El mundo dice mejor es el que tiene riquezas, la biblia afirma:

Salmo 37:16 Mejor es lo poco del justo que las riquezas de muchos
pecadores.
Proverbios 15:16-17 Mejor es lo poco con el temor de Jehová, que el
gran tesoro donde hay turbación. Mejor es la comida de legumbres donde
hay amor, que de buey engordado donde hay odio.

Encaminándonos al final, ahora sí, veamos la clave para escoger lo


mejor. Decía el Salmo “Deléitate en el Señor y el concederá las
peticiones de tu corazón”. ¿Qué significa este famoso salmo?

El vocablo ¨deléitate¨ se traduce del hebreo anág que significa ser


maleable. La maleabilidad es la característica que metales como el oro
tienen de ser transformados, amoldados y trabajados sin que se rompan,
gracias a lo cual el artesano les puede dar la forma que desea.
Aplicado este concepto a la vida cristiana, quien se deleita en el Señor es
maleable, dócil, suave, fácil de moldear, no se resiste a la formación y no
se rompe, no se cuartea ni se desdibuja mientras Dios trabaja con él para
formarlo a la imagen de Cristo Jesús.
Entre más maleable, manejable en las manos del alfarero seas, más te
acercas a los propósitos de Dios. Si te pones duro mientras trabajas, sólo
vas a sufrir más, porque Dios cumplirá sus propósitos en ti, ¿Y los míos
Señor? Podemos preguntar sinceramente. Él dice:Deléitate en mí,
amóldate a mí, deja que trabaje sobre ti, y cuando haya creado un
corazón puro y recto, concederé las peticiones de tu corazón; ya que tu
corazón será como el mío, y sabrás escoger lo mejor, lo que yo quiero
para ti hijo amado.

Juan 15. 7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en


vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. 8 En esto es
glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis
discípulos.

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