Combatiendo La Envidia

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*COMBATIENDO LA ENVIDIA*

_Cruel es la ira, e impetuoso el furor; Mas ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?_
Proverbios 27:4

La envidia es el resultado de un corazón inconforme de lo que Dios le ha dado. El que envidia no


reconoce en sí mismo el sentimiento hasta que la sabiduría le alcanza; por el contrario lo justifica
argumentando que es merecedor de aquello que otro posee por el esfuerzo que ha puesto en
alcanzarlo y desata en su pensamiento rencor contra quienes pudieron alcanzar lo que él o ella se
han propuesto y no han podido alcanzar.

El corazón del envidioso es altivo, magnifica su esfuerzo y no reconoce errores en su manera de


alcanzar las cosas es por ello que no puede ver que su trabajo no ha dado fruto por su propia
responsabilidad (Gálatas 6:7).

Puede que leyendo estas líneas te sientas antagonista de este sentimiento y le aborrezcas, sin
embargo cuando tu corazón no se goza por el logro de otras personas sino que por el contrario se
siente disminuido por ver en aquellos que lograron lo que tú te has propuesto o deseado entonces
es hora de sentarse a conversar con tu corazón, pues está germinando una semilla que si no la
arrancas pronto invadirá todo tu ser “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de
Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;”
(Hebreos 12:15).

MIRAR CON GOCE Y BENDECIR el logro de quienes nos rodean limpia nuestra vida de toda raíz de
amargura que a la postrera de los tiempos mantienen sano nuestro corazón de toda alimaña y
cizaña que dañe nuestros frutos. *Bendecir es similar a esparcir un insecticida* en los terrenos que
rodean a los que te fue encomendado cultivar pues si tus vecinos pueden sacar buenos frutos, sus
semillas por polinización también beneficiaran tus propios frutos.
Ahora bien si has sido bendecido con algunos éxitos en tu vida, guarda para ti y para Dios el
agradecimiento desde tu corazón y evita exhibirlos (Filipenses 2:3) aunque no sea la intención
ufanarte de ellos pues el don o la bendición te fue dado para servicio y no para adorno de tu
apariencia delante de los hombres. Además no puedes conocer el corazón de quien mira lo que
has cosechado, si es débil o fuerte, noble o orgullos, pues sea creyente o no, algunos son débiles
en la fe y si por causa de tu logro o bendición puede ser germinada la semilla de la envidia en un
hermano entonces no permitas que por tu jactancia se pierda o contamine aquel por quien Cristo
también murió pues entonces ya no andas conforme al amor de Dios (Romanos 14:15-18)

Guarda silencio en tus victorias y regocíjate y bendice en la victoria de quienes te rodean para que
tus frutos y los frutos de tus vecinos sean fumigados con el amor para que la envidia no tenga
lugar en tu vida ni en la de quienes te rodean. Dios te bendiga.

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