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Santiago 1:8
En esta ocasión, nos encontramos en el libro de Santiago, el
capítulo 1. Esencialmente nos centraremos en el versículo 8
del mismo, que dice:
"El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus
caminos."
Podemos decir que el hombre de doble ánimo es mediocre en lo
que realiza, porque no da todo de sí en ninguno de los caminos. Si
una persona es de doble ánimo, no puede entregarse por completo
en nada, porque también participa en aquello que se opone a lo
que por un lado defiende. Es por esto que en la Biblia se nos
enseña a tomar decisiones firmes. Entre ellas, la decisión de elegir
a quién sirvamos, como vemos en Josué 24:15: "Y si mal os
parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los
dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al
otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra
habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.". Con respecto a
esto, echemos también un vistazo a Romanos 6:16, que
dice: "¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos
para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea
del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?.
También es importante referir que es imposible que una persona
de doble ánimo manifieste los frutos de arrepentimiento que en
Mateo 3:8 se nos insta a dar. No sirve intentarlo por un lado, y por
otro negar lo que decimos creer con nuestras acciones. No
daremos buenos frutos, y como todo árbol que da malos frutos,
seremos desechados y echados en el fuego (Mateo 8:10). Es por
esto que necesitamos tomar un mismo camino para pensar y
andar, porque si estos se oponen entre sí, de nada nos sirve. Del
mismo modo que un árbol no puede dar dos frutos distintos y una
fuente no puede dar agua dulce y agua salada, nosotros no
podemos vivir de dos formas distintas simultáneamente.
"De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos
míos, esto no debe ser así. ¿Acaso alguna fuente echa por una
misma abertura agua dulce y amarga? Hermanos míos, ¿puede
acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también
ninguna fuente puede dar agua salada y dulce." (Santiago 3:10-
12).
Bien, ¿cuáles son esos frutos de arrepentimiento mencionados en
Mateo 3:8 ("Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento")?.
Podemos encontrarlos en diferentes lugares:
- Efesios 4:22-24: "En cuanto a la pasada manera de vivir,
despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los
deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y
vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y
santidad de la verdad." . Uno de los frutos del arrepentimiento es
el deseo de vivir conforme a la justicia de Dios, y el deseo de
desprenderse de todo aquello con lo que se vivía en el pecado.
Además del deseo, el fruto se manifiesta al ponerlo por hecho de
manera constante en nuestras vidas y en cada una de las áreas de
la misma.
- Romanos 13:1: "Sométase toda persona a las autoridades
superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las
que hay, por Dios han sido establecidas.". Otro fruto de
arrepentimiento es el de aceptar las normas y seguirlas, como
miembro de un sistema social con una legislación establecida con
el objetivo de mantener cierto orden en el Estado. Sin embargo,
sabemos que Dios está por encima de cualquier autoridad
humana, y que si algo que debemos hacer (o dejar de hacer) según
el hombre se opone a lo que Dios enseña y dicta en su Palabra,
sabemos que tenemos la libertad de rechazarlo y seguir, como ha
de ser, la Palabra de nuestro Padre.
- Colosenses 3:9-11: "No mintáis los unos a los otros,
habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y
revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó
se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay
griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita,
siervo ni libre, sino que Cristo es el todo y en
todos.". Nuevamente vemos que un fruto de arrepentimiento es la
nueva forma de vivir, de acuerdo a la voluntad de Dios y alejados
del pecado, cuidando nuestra salvación y teniendo cuidado de no
pecar. También está el hecho de perseverar en en el conocimiento
de Dios y en el engrandecimiento de Cristo en nuestras vidas,
haciéndole el centro de todo, como señala el versículo.
El doble ánimo son dos maneras de actuar que se oponen entre sí.
Puede que se manifieste en forma de una vida de pecado que
intenta ser presentada como una "vida santa", cosa que, como
sabemos, es incompatible y que no puede ser. De hecho, la Biblia
insta a aquellas personas de doble ánimo a purificar sus
corazones: "Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros.
Pecadores, limpiad las manos; y vosotros, los de doble ánimo,
purificad vuestros corazones." (Santiago 4:8).