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Lucas 6: 43-45

POR LOS FRUTOS

La palabra fruto nos trae a la mente imágenes de manzanas, peras, nueces,


etc. Sin embargo, para los botánicos el fruto es una parte de la planta que
deriva del ovario de la flor fecundado y desarrollado. En su interior
alberga las semillas que posteriormente germinarán para dar lugar a una
nueva planta.

Para que un árbol lleve fruto se requiere de un proceso, que la planta


crezca, esté en condiciones de alimentarse a sí misma y ahí puede generar
fruto.

Diapo 1

Muchas veces desconocemos la planta mirando sólo la semilla,

Hay muchas muy conocidas con la semilla de limón, de aguacate, de papaya.

Diapo 2 -11

Pero hay otras muchas que a no ser que nos indiquen no sabríamos
identificarlas.

Luego hay otras que parecen ser algo que no son.

Así como sucede en la parte natural de la vida, también pasa en la parte


espiritual de ser humano.

El Señor Jesucristo en su palabra tiene más de 30 versículos en los que


habla de los frutos, del fruto. Y podemos aprender muchas cosas de ahí.

Meditemos en 4.

1. Un árbol bueno da buenos frutos


2. Cada uno según su genero
3. Llevar mucho fruto
4. Él tiene cuidado de nosotros
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1. UN ÁRBOL BUENO DA BUENOS


FRUTOS
(mateo 7:17-20)
17 
Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
18 
No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.

En nuestra vida espiritual tenemos al mejor, sembrador, y la mejor semilla,


el evangelio de la verdad y a nuestro Señor Jesucristo, no podemos pedir
más, consideremos ahora si somos buena tierra, una planta dispuesta a
estar donde y como el sembrador la quiere y si lo que llevamos en nosotros
es la semilla correcta.

Reconocemos que somos pueblo de Dios y por tanto nuestro hogar esta al
ojo del Altísimo.

Hagamos un examen de los frutos que hay en casa, empezando por cada uno
de nosotros, antes de ir a su esposo, esposa o hijos.

Como seres humanos tendemos hacer juicios a dar sentencias propios y


ajenos a veces engañosas.
Nada hay tan engañoso como el corazón.
No tiene remedio.
¿Quién puede comprenderlo? «Yo, el Señor, sondeo el corazón
y examino los pensamientos,
para darle a cada uno según sus acciones
y según el fruto de sus obras».
Jeremías 17:9-10
Y no con el afán de mentir, sino porque creemos que es así.

Usted puede creer que está bien, en comunión con Dios y con su hermano,
puede pensar que la poca enemistad que hay entre usted y su hermano o
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algún familiar no es responsabilidad suya, podemos pensar que lo que damos


es suficiente, aunque digamos de labios para afuera que deberíamos hacer
más.

Hay semillas que se reconocen a simple vista, usted escucha la palabra de


Dios y sabe que fruto le dará, y cuanto le va a alimentar, puede estar
pasando por una circunstancia y orando abre la biblia y un pasaje que le
habla al alma y usted reconoce la semilla y saborea el fruto.

Pero hay momentos en los que las circunstancias son diferentes y lo llevan
a estar frente a frutos no agradables en uno mismo.

Usted puede decir que ama a su prójimo, pero sentir rechazo por más uno
aquí, y tiene un fruto que le indica que la semilla no era amor, que, aunque
piense que es amor, el fruto le está demostrando que no.

Puede pensar que ya tuvo suficiente paciencia con su hijo con su conyugue,
y que es justa la molestia o el enfado que tiene, aunque piensa que es
paciente, se le presenta el fruto del orgullo o del miedo incluso.

Podemos pensar que controlamos ciertos hábitos, que somos capaces de


decir hasta donde nos dominan ellos, y hasta donde los dominamos nosotros
a ellos, e incluso pensar que el habito es saludable, pero cuando este hábito
nos lleva a juzgar a otros, mostramos un fruto malo.

La biblia nos enseña que no debemos juzgar.

Deporte y al otro lectura (perezoso)

Orden de la A la z – colorido (desordenado)

Puede seguir justificándose, en sus pensamientos, pero aquí está el Señor,


y puede pasar revista por nuestros frutos, si decimos como dijo David,
mírame, escudríñame y ve si hay en mi iniquidad y guíame por senda de
rectitud.

2. CADA UNO SEGÚN SU GENERO


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Gen 1: 11
11Y dijo Dios: Produzca la tierra vegetación: hierbas que den
semilla, y árboles frutales que den fruto sobre la tierra según su género, con
su semilla en él. Y fue así. 
Sabe porque no es bueno compararse con los demás, porque le resta
humildad, El Señor nos pide ser humildes.

Cuando hacemos un juicio sobre alguien, perdemos humildad.

¿Qué le pasaría a la boca si se comparase con los pies? Pensaríamos que es


ridículo, pero cuando sentimos celos, envidias, o deseos de menospreciar a
otro porque puede llevar algo que nos gustaría tener y en lugar de
reconocer esa bondad de Dios, juzgamos hacemos esto.

1 cor 12:17
17 
Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿qué sería del[a] oído? Si todo fuera oído, ¿qué
sería del[b] olfato? 18 Ahora bien, Dios ha colocado a cada uno de los
miembros[c] en el cuerpo según le agradó. 19 Y si todos fueran un solo
miembro, ¿qué sería del[d] cuerpo?
Cuando sentimos deseos de menospreciar a alguien, de hacerle el vacío y
podemos justificar diciendo es que es muy difícil tratar con él, o tratar
con ella, pero lo que buscamos realmente es que sienta que se le deja de
lado por nuestra parte, hay un fruto de baja autoestima, de
desvalorización propia, y se genera esa necesidad de hacer a otro lo que
tengo dentro que me hago a mí mismo.

Estamos mostrando un fruto de resentimiento, amargura, y el Señor nos


exhorta contra estas cosas.

Hebreos 12:15

Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que,
brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean
contaminados;
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Quizá usted es una planta que necesita más agua, no podemos comparar un
aloe con un cactus, pero ambas son hermosas en su lugar y útiles.

Y como usted necesita andar de cierto modo, y ve que otro no lo hace,


compara y da frutos.

Nuestro medidor debe ser siempre el Señor, misericordia, santidad,


rectitud, bondad, si no vemos en nosotros frutos de esto, ocuparnos en las
cosas del Señor, de modo que lo obtengamos.

No es necesario resignarnos con poco, por el contrario, nuestro Señor es


Dios de abundancia.

Si nos falta gozo, estamos bajos de fe, si nos falta visión, si deseamos más
inteligencia, más fuerza, o vigor. Solo necesitamos la semilla adecuada, y
sabemos dónde obtenerlas.

3. ALEJADOS DE MI NADA PODEIS


HACER
Salmos 51:3

Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí.


Un corazón dispuesto a que Dios haga la obra, reconoce sus faltas, y se
arrepiente, y da FRUTOS DE ARREPENTIMIENTO.

¿qué sucede cuando alguien te hace daño, te ofende o te hiere y se


disculpa?, lo normal es que lo perdonemos, entendamos la situación y
perdonemos la falta.

¿Pero y si la persona sigue haciendo el daño?, el dolor quizá se hace más


grande.

Puedes confiar en una amiga o un familiar pidiéndole un favor, y por alguna


razón no puede hacerlo, no se le tiene en cuenta, hasta un número limitado
de veces.
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Ya no es que no le creas o no le quieras, simplemente sabes que no tiene


ese fruto, y no vas ahí por él.

Juan 15:5
Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará
mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.
El primer fruto del arrepentimiento es echar raíces en Cristo.

Cuando hacemos algo mal, cuando las cosas no salen como pensábamos, no
echamos a mirar el árbol de al lado para ver si le broto algo para señalar,
Echamos la mirada hacia Dios, para pedir esa lluvia tardía, esa guía, ese
consuelo, para aceptar la reprensión.

Sabiendo que se está acicalando nuestro terreno, que Dios mismo esta
obrando.

El enemigo sabe de la fertilidad de los hijos de Dios, y sabe que con una
semilla, aunque pequeña puede hacer muchos estragos.

De ahí que la palabra nos hable sobre las zorras pequeñas, o sobre el poco
de levadura.

Si nos escudamos en el yo, en nuestro propio pensamiento, nada


obtenemos, más que una grande y horrorosa perdida.

4. ÉL TIENE CUIDAD DE NOSOTROS


Levíticos 26:3-4
Si se conducen según mis estatutos, y obedecen fielmente mis mandamientos, yo les
enviaré lluvia a su tiempo, y la tierra y los árboles del campo darán sus frutos.
Nuestro hogar, nuestra familia es nuestro mayor tesoro aquí en la tierra.

Hace un tiempo atrás fui a una tienda de muebles, buscando algo en


específico, y pensaba en el oficio de la carpintería, y me imaginaba como
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serían los muebles que, hacia Jesús, ¿tendrían algo de diferente?, como
escogería la madera, y que sentiría Él al hacer todo eso por un encargo.

Sus frutos hablan de cómo es Dios, y me llego que tal como es ahora, era
entonces, ¿cómo trabaja Él en nosotros?, cuanto cuidado, cuanto esmero.

Desde que estamos en el vientre materno, luego en cada etapa.

Tal vez pueda sentir que ya ora como Daniel, que ayuna como moisés, y que
el Señor hace obras a través suyo como lo hizo con Pedro.

Pero de donde vinieron esos frutos pueden venir más.


2 juan 1 : 8
Cuídense de no echar a perder el fruto de nuestro trabajo; procuren más bien recibir
la recompensa completa.
Cuando nos sumergimos en el Señor, buscamos su rostro en oración en es
tan delicioso, descansado.

ÉL tiene cuidado de nosotros y hará que llevemos mucho fruto.

Si nos acercáramos al Señor reconociendo la necesidad de que él obre, si


animo de justificarnos, sin resistir pensado que alejados también podemos,
estoy convencida que Habrá un cuidado especial es esta tarde.

Una poda, un riego, no sé, lo que haga falta. …

En lo que vamos de camino, llevamos fruto, algunos tenemos 30, otros 60,
otros 100.
Juan 15:16
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he
puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para
que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.

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