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Cuatro sugerencias para presentar a un

ponente despertando el interés de la


audiencia
Unas horas antes de mi intervención en un gran evento, hablé con la persona
encargada de presentarme, con la intención de indagar sobre cómo pensaba
hacerlo. Me tranquilizó muy afablemente: “No se preocupe, yo improviso”. Yo
manifesté mi preocupación creciente: “Ya, pero es que no me conoce usted de
nada”. “Tranquilo”, insistió él, “ya verá cómo se me ocurre algo”. Yo me marché
aún más preocupado. Cuando llegó el momento de presentarme, esta persona
miró a la pantalla, donde se proyectaba la transparencia con el título de mi
charla y mi nombre debajo, y ésta fue su presentación: “A continuación,
Gonzalo Álvarez Marañón nos va a hablar sobre [lectura titubeante del título de
mi charla]”. Y se marchó.

Presentar a un ponente merece toda tu atención y respeto


Presentar bien a los ponentes suele ser una cortesía muy descuidada en
nuestros eventos. El maestro de oratoria Dale Carnegie explica en su libro El
camino fácil y rápido para hablar eficazmente cómo la presentación debería
introducirnos lo suficiente en el tema como para que quisiéramos escuchar lo
que van a decir del mismo; y debería ofrecernos una información de confianza
sobre el orador, información que demuestre que es competente para hablar
sobre ese tema en concreto. En otras palabras, una presentación debería
vender el tema y vender el orador al público. Y debería venderlos en el mínimo
tiempo posible.

Carnegie ofrece cuatro valiosos consejos para ayudarnos a preparar buenas


presentaciones de ponentes bien organizadas.

1-Prepara cuidadosamente todo lo que vas a decir


Considera presentar a un ponente como una presentación en toda regla, sólo
que de uno o dos minutos de duración. Y recuerda que cuanto más corta,
mayor preparación requiere.
Reúne todos los datos necesarios en torno a cuatro aspectos:
El tema de la conferencia.
Su competencia para hablar sobre ese tema.
El nombre del orador.
Por qué el tema es de especial interés para el auditorio.
Asegúrate de que conoces el título correcto de la charla y algo sobre la forma
en que el orador va a desarrollar el tema. Si es posible, consigue esta
información directamente del ponente, conversando con él. Si te la pasa la
organización por escrito, contrástala antes con él.

2- Sigue la fórmula T-I-O

La fórmula T-I-O sirve de guía práctica para organizar los datos reunidos en el
paso anterior:

[T]ema: Empieza tu presentación dando el título exacto de la charla.


[I]mportancia: Asocia el tema con los intereses particulares de la audiencia.
[O]rador: Enumera los títulos más destacados del orador, especialmente
aquellos que guardan relación con el tema. Para terminar, pronuncia el nombre
del orador de manera nítida y clara.
Haz que tu presentación suene espontánea, como si surgiera de forma natural.
Evita clichés como “me produce un gran placer” y “es un honor presentarles”.

3-Sé entusiasta
La manera de presentar al orador es tan importante como las palabras
empleadas. En lugar de decir lo contento que te sientes de presentar al orador,
demuéstralo con tu lenguaje no verbal. Ve creando expectación hasta llegar al
punto culminante, cuando anuncias su nombre. Pronúncialo correctamente
mirando hacia la audiencia, con fuerza y energía, y entonces sí, te vuelves
hacia el orador y lo saludas.

4-Muéstrate sinceramente afectuoso


Te encuentras en una situación que exige el más alto grado de delicadeza y
tacto. Puede que tengas confianza con el orador, pero el auditorio no la tiene y
algunos de tus comentarios por inocentes que sean pueden ser tergiversados.

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