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PROGRAMA URUGUAY
Cohorte IV
Presenta:
En este punto me tomaré una segunda licencia que consiste en asumir que no existen
indicadores claros de que el deseo de la adolescente esté forzado por un/a adulto/a ni por el
abusador. Este sería el momento de ser coherentes con el enfoque de derechos y, como
segunda medida, exponer de manera adecuada y comprensible los derechos de la
adolescente en materia de acceso a la información, salud reproductiva, privacidad y
autonomía progresiva (posteriormente ahondaremos más en estos dos últimos derechos).
Tras este punto nos enfrentamos a dos de los dilemas mas importantes del
acompañamiento, los referentes a la privacidad y a la autonomía progresiva. La legislación
en esta materia es poco explícita. El código de la niñez y la adolescencia. Ley N° 17823, en
su artículo 11-BIS (Uruguay, 2004), contempla la concurrencia de los padres (sic)
atendiendo a dos principios que expone, pero no concreta, el de la edad de la paciente y el
del respeto a la autonomía progresiva. Se suma a este hecho que la concepción se ha
llevado a cabo en el marco de una relación de abuso. Teniendo en cuenta que la sujeto de
derecho se encuentra en la etapa más temprana de la adolescencia, y a los necesarios
“relevos de autonomía” (Saenz, 2014, p. 173) a los que va a tener que acceder si desea
llevar a termino su embarazo y ejercer la maternidad mi propuesta profesional sería la de
acordar con la adolescente los términos en los que se informaría a sus referentes
cuidadores, estableciendo de manera adecuada, empática y comprensible el porqué de la
necesidad de ello.
También por motivos de extensión seré muy breve en cuanto a la cuestión del abuso.
Siendo el delito flagrante y confeso frente a una institución, considero un acto debido
informar a las instancias judiciales del mismo. No obstante, el protagonismo de las acciones
debe de estar nuevamente centrado en la adolescente, junto a la que (con ayuda de equipos
especializado) habría que co-pensar la situación de la cual ha sido víctima.
Para finalizar el trabajo haré referencia al dilema sobre una IVE no deseada por la
adolescente. Tanto en el caso de que su vida no corra peligro como de que sí, mi criterio
profesional sería no solicitar una intervención forzada. En el primer supuesto porque
considero que contradice todos los preceptos teóricos y políticos establecidos en este
trabajo y porque, además, sería una acción no amparada en el ordenamiento legal vigente.
En el caso de peligrar la vida de la adolescente, si bien el CNA en su artículo 11-BIS
dispone que el profesional (sic) podrá solicitar a instancias judiciales la imposición de un
procedimiento en particular, en este caso no se contemplarían los riesgos en materia de
salud mental que podría generar semejante trauma para cualquier mujer, aunque admito no
haber encontrado investigaciones referentes a las consecuencias de abortos forzados que
fundamenten esta posición.
Como último aporte en mi trabajo, querría plasmar una cita bibliográfica que resume el
posicionamiento bioético que considero más apropiado para enfrentarse a esta situación:
El criterio de hacer el bien, de evitar el mal, de ser justos, de respetar la autonomía de las
personas es quizás lo que más carga impone y a la vez alivia el trabajo en esta área. Es tal
vez lo que define lo correcto o incorrecto de las acciones, pero no como una regla
matemática que se impone independientemente de la persona, sino que supone un largo
proceso de deliberación y en especial de discernimiento. Se trata de buscar e intentar
encontrar la verdad. El diálogo, la persuasión (cuidando no manipular, ni coartar la
libertad), la prudencia, la justicia, la verdad, la honestidad, la duda, la búsqueda, son
habilidades que ayudan y permiten no estar subyugados a la técnica, sino que ésta se ordene
al servicio de la humanidad (García et al., 2013, p. 410).
BIBLIOGRAFÍA
Arias, María A. y Suárez, Zulema (2014) “La atención a la salud de los adolescentes en el
primer nivel desde una perspectiva de derechos” Montevideo: Ediciones
Universitarias UCUR
Uruguay, Republica Oriental del (2018) Ley N° 19580, Ley de violencia hacia las mujeres
basada en género. Modificación a disposiciones del código civil y código penal,
Publicada en Registro Nacional de Leyes y Decretos, Montevideo, el 9 de enero de
2018, disponible en https://www.impo.com.uy/bases/leyes/19580-2017
Trujillo, Miriam E. (2013). “El embarazo precoz: no querido pero deseado”, en Universitas,
Revista de Ciencias Sociales y Humanas, núm. 18, enero-junio, 2013, pp.103-131.
Cuenca: Universidad Politécnica Salesiana
Winkler, María I. et al. (2005). “¿Embarazo Deseado o No Deseado?: Representaciones
Sociales del Embarazo Adolescente, en Adolescentes Hombres y Mujeres Habitantes
de la Comuna de Talagante, Región Metropolitana”, en Terapia Psicológica, vol. 23,
núm. 2, diciembre, 2005, pp. 19-31. Santiago: Sociedad Chilena de Psicología Clínica
Chiarotti, Susana (Coord.) et al. (2016) “Niñas Madres. Embarazo y maternidad infantil
forzada en América Latina y el Caribe” Asunción: CLADEM
(Abuso sexual)
- El que por medio de la intimidación, presión psicológica, abuso de poder, amenaza, fuerza o
cualquier otra circunstancia coercitiva realice un acto de naturaleza sexual sobre una persona, del
mismo o distinto sexo, será castigado con pena de dos a doce años de penitenciaría.
La misma pena se aplicará cuando en iguales circunstancias se obligue a una persona a realizar un
acto de naturaleza sexual sobre un tercero.
1. Con una persona menor de quince años. Esta presunción no regirá si se tratare de relaciones
consensuadas entre personas de trece años cumplidos y no exista entre ambas una diferencia mayor
de ocho años.
2. Con descendiente o persona bajo su cuidado o autoridad menor de dieciocho años de edad.
3. Con persona que, por causas congénitas o adquiridas, permanentes o transitorias, se halla, en el
momento de la ejecución del acto, privada de discernimiento o voluntad.
4. Con persona arrestada o detenida, siempre que el imputado resulte ser el encargado de su guarda
o custodia. (*)
ANEXO II
Artículo 11
Todo procedimiento de atención médica será acordado entre el paciente o su representante -luego de
recibir información adecuada, suficiente y continua- y el profesional de salud. El consentimiento
informado del paciente a someterse a procedimientos diagnósticos o terapéuticos estará consignado
en la historia clínica en forma expresa. Este puede ser revocado en cualquier momento.
El paciente tiene derecho a negarse a recibir atención médica y a que se le expliquen las
consecuencias de la negativa para su salud.
Cuando mediaren razones de urgencia o emergencia, o de notoria fuerza mayor que imposibiliten el
acuerdo requerido, o cuando las circunstancias no permitan demora por existir riesgo grave para la
salud del paciente, o cuando se esté frente a patologías que impliquen riesgo cierto para la sociedad
que integra, se podrán llevar adelante los procedimientos, de todo lo cual se dejará precisa
constancia en la historia clínica.
Artículo 11
Todo niño, niña o adolescente tiene derecho al acceso a los servicios de salud, incluyendo los
referidos a la salud sexual y reproductiva. Los profesionales de la salud actuantes deberán respetar
la confidencialidad de la consulta y ofrecerles las mejores formas de atención y tratamiento cuando
corresponda.
En ningún caso los servicios de salud podrán negar la inmediata atención a los niños, niñas o
adolescentes que la soliciten alegando la ausencia de los padres, tutores u otros responsables, a los
que se procurará contactar a los efectos de poner la situación en su conocimiento, a menos que se
trate de casos en que la consulta del adolescente sea confidencial. Ante la imposibilidad de lograr el
contacto y la presencia de los padres, tutores o responsables si ella fuera necesaria, el servicio de
salud pondrá la situación en conocimiento del Instituto Nacional del Niño y Adolescente del
Uruguay.
ANEXO IV
Modelo Hipotético Interpretativo del Embarazo Deseado (Winkler et al. 2005, p. 26)