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Los delitos contra el mercado y los consumidores se tratan en la Sección 3ª del Capítulo XI del
Código Penal donde en este caso engloba a tipos de delitos muy distintos entre sí. Hay poco
que los una más allá del hecho de que como es lógicos en todas estas figuras afectan a interese
de naturaleza económica y patrimonial. Aunque son heterogéneos pueden ser divididos en dos
grandes grupos:
- Espionaje industrial y delitos contra el mercado: son conductas que afectan a la libre,
ordenada y leal competencia entre operadores del mercado, bien porque se obtienen
ventajas competitivas ilegítimas, bien porque se altera la determinación correcta del
precio de mercado de un producto.
1. ESPIONAJE INDUSTRIAL
Es una información que tiene que tener dos características. Es una información que es de
conocimiento restringido a un circulo limitado de personas y que tiene transcendencia
para la capacidad competitiva de la empresa. Si esa información se hace pública, perjudica
la posición de la empresa. Pueden ser secretos industriales (fórmula de un producto, plano
de una máquina), o secretos comerciales (cómo organizar la empresa, un determinado
método de trabajo o lo que es más habitual en la práctica, campañas publicitarias e
información sobre los clientes). No son secretos de empresa los secretos personales o de
la “intimidad” de la empresa. El bien jurídico protegido es la competencia leal entre
empresas.
TIPO OBJETIVO
a) El art. 278.1 contiene un tipo básico de «apoderamiento», por cualquier medio, “de
datos, documentos escritos o electrónicos, soportes informáticos u otros objetos que
se refieran al mismo (secreto de empresa)” aunque posteriormente no acceda a dicha
información. Por ejemplo, apoderarse de un disco duro con la intención de descubrir
un secreto de empresa, pero el disco duro estaba formateado recientemente. En este
caso también se castigaría. Se entiende que es una conducta típica el retener en la
memoria humana los datos e información que se han obtenido que deriva del previo
apoderamiento.
b) Emplear algunos de los medios o instrumentos del artículo 197.1 CP (artificios técnicos
de escucha, transmisión, grabación o reproducción del sonido o de la imagen o de
cualquier otra señal de comunicación).
TIPO SUBJETIVO
a) Dolo
b) Ánimo de descubrir un secreto de empresa
TIPO OBJETIVO
Se impone la misma pena de multa y prisión de tres a cinco años «si se difundieren, revelaren
o cedieren a terceros los secretos descubiertos». El apartado 3 deja a salvo el correspondiente
concurso de delitos con los delitos de apoderamiento (hurtos y robos) o destrucción de los
soportes informáticos.
TIPO SUBJETIVO
1. Dolo
2. Ánimo de descubrir un secreto de empresa.
El sujeto activo es la persona que tiene obligación legal o contractual de guardar reserva sobre
un secreto de empresa.
El art. 279 castiga con pena de prisión de 2 a 4 años y multa de 12 a 24 meses «la difusión,
revelación o cesión de un secreto de empresa llevada a cabo por quien tuviere legal o
contractualmente obligación de guardar reserva». La tipificación autónoma de este delito se
explica por el quebrantamiento de deberes específicos que supone la realización del presente
delito. Es preciso, por tanto, que el secreto de la empresa se conozca previamente de modo
lícito en función del puesto que el sujeto desempeña, legal o contractualmente, en la empresa,
constituyendo el núcleo del tipo el hecho de revelarlo, con quebrantamiento de deberes
específicos de sigilo. El deber durará el tiempo que se especifique legal o contractualmente, de
modo que, aunque el sujeto cese su relación con la empresa puede seguir vinculado por el
deber de secreto, si así se deduce expresa o tácitamente de la propia relación. En el párrafo
segundo se atenúa la pena a su mitad inferior si el secreto se utilizara en provecho propio.
CONDUCTA TÍPICA
El art. 280 castiga con la pena de prisión de 1 a 3 años y multa de 12 a 24 meses al que, «con
conocimiento de su origen ilícito, y sin haber tomado parte en su descubrimiento, realizare
alguna de las conductas descritas en los dos artículos anteriores».
El precepto pretende evitar alguna laguna de punibilidad que pudiera surgir en la posterior
utilización de los secretos de la empresa obtenidos en las formas tipificadas en los artículos
anteriores por terceros que no hubieran tenido algún tipo de participación en ellas, o cuando
no pudiera demostrarse ningún tipo de connivencia previa con los sujetos que hubieran
cometido dichos delitos.
TIPO SUBJETIVO
Los arts. 281, 282, 282 bis y 283 tipifican una serie de conductas que tienen como
denominador común su referencia a los «consumidores», ya que son los derechos de éstos los
directamente afectados por estos delitos. Los derechos de los consumidores no son de
naturaleza exclusivamente patrimonial, sino que, como reconoce el art. 51 CE, tienen también
un componente socioeconómico.
“El que detrajere del mercado materias primas o productos de primera necesidad con la
intención de desabastecer un sector del mismo, de forzar una alteración de precios, o de
perjudicar gravemente a los consumidores, será castigado con la pena de prisión de uno a
cinco años y multa de doce a veinticuatro meses”
TIPO SUBJETIVO
La prueba de este elemento subjetivo, sobre todo en relación con el perjuicio grave de los
consumidores, es, sin embargo, difícil, tanto más cuanto la finalidad del sujeto que realiza
normalmente este tipo de acciones va encaminada a obtener, directa o indirectamente, un
lucro, pero no a perjudicar directamente al colectivo anónimo de los consumidores, aunque, al
estar formuladas alternativamente, basta con que se dé una de las tres finalidades,
normalmente el ánimo de elevar los precios, para que se cumpla el tipo.
El bien jurídico son los intereses patrimoniales de los consumidores como colectivo. El sujeto
activo es el fabricante o comerciante. La técnica utilizada para brindar protección a este
interés colectivo es la del delito de peligro, pero exigiendo una idoneidad para causar un
perjuicio grave y manifiesto a los consumidores. Tal como dispone el inciso último del art. 282,
cuando la publicidad fraudulenta da lugar además a otro delito (por ej. de estafa o contra la
salud pública), cabe apreciar un concurso ideal o ideal-medial de delitos. El delito debe
cometerse en el ámbito de la «oferta o publicidad de productos o servicios», lo que extiende
su aplicación a sectores más amplios que los que se desarrollan en la publicidad «masiva». Por
tanto, incluso en la «oferta» individual puede cometerse, lo que sin duda está muy próximo a
la tentativa de estafa. La acción puede realizarse tanto haciéndose «alegaciones falsas» como
manifestando «características inciertas».
CONDUCTA TÍPICA
Art. 282: «Serán castigados con la pena de prisión de 6 meses a 1 año o multa de 12 a 24
meses los fabricantes o comerciantes que, en sus ofertas o publicidad de productos o servicios,
hagan alegaciones falsas o manifiesten características inciertas sobre los mismos, de modo que
puedan causar un perjuicio grave y manifiesto a los consumidores, sin perjuicio de la pena que
corresponda aplicar por la comisión de otros delitos.»
La acción tiene que ser además idónea para «causar un perjuicio grave y manifiesto a los
consumidores», lo que ya de por sí supone una importante restricción, ya que indirectamente
se está exigiendo que también sea idónea para inducir a error al consumidor, dato sin el cual
no podría causarse el perjuicio. Se trata, pues, de un delito de peligro hipotético, referido a un
perjuicio «grave y manifiesto», que, obviamente, salvo que se llegue realmente a producir,
tiene que ser valorado hipotéticamente por el juez. La acción debe recaer sobre algún extremo
esencial del objeto material, «productos o servicios», lo que prácticamente amplía el objeto
material a cualquier objeto susceptible de contratación o intercambio, pero en todo caso la
publicidad fraudulenta debe recaer sobre datos que falseen el verdadero valor económico del
producto.
Delitos de peligro abstracto lo único que es necesario probar es que se haya realizado la
conducta poniendo en peligro un cierto bien jurídico.
CONCURSOS
Concurso de delitos con la estafa porque ha habido gente que ha comprado el producto fruto
de la campaña y poner en riesgo el patrimonio.
CONDUCTA TÍPICA
Art. 283: «Se impondrán las penas de prisión de seis meses a un año y multa de seis a
dieciocho meses a los que, en perjuicio del consumidor, facturen cantidades superiores por
productos o servicios cuyo costo o precio se mida por aparatos automáticos, mediante la
alteración o manipulación de éstos.
El art. 283 castiga esta forma anticipada de estafa, cuya acción consiste en una facturación
falsa, habiendo manipulado previamente los aparatos automáticos que sirven para la medición
del producto o servicio (contadores del agua, luz, teléfono, gasolina, etc.). La falsedad va
referida sólo, por tanto, a la cantidad del producto o del servicio, no a otros extremos como
calidad, sustancia, etc., cuya alteración fraudulenta sólo puede ser castigada por estafa. Al
estar configurado como delito de peligro, para su aplicación como delito contra los
consumidores no es necesario que puedan demostrarse las concretas defraudaciones
particulares que se cometan, ni la cuantía global de las mismas, aunque si se prueba el
concreto perjuicio individual, cabrá el correspondiente concurso con el delito de estafa, que
puede apreciarse también como delito continuado cuando se den los presupuestos fijados en
el art. 74.
CONCURSO
El bien jurídico protegido son los intereses patrimoniales de los prestadores de ciertos
servicios de cobrar por la prestación de los mismos (Directiva 98/84/CE). Es un delito de
peligro abstracto.
CONDUCTA TÍPICA
Dice el art. 286: «1. Será castigado con las penas de prisión de seis meses a dos años y multa
de seis a 24 meses el que, sin consentimiento del prestador de servicios y con fines
comerciales, facilite el acceso inteligible a un servicio de radiodifusión sonora o televisiva, a
servicios interactivos prestados a distancia por vía electrónica, o suministre el acceso
condicional a los mismos, considerado como servicio independiente, mediante: 1º La
fabricación, importación, distribución, puesta a disposición n por vía electrónica, venta,
alquiler, o posesión de cualquier equipo o programa informático, no autorizado en otro Estado
miembro de la Unión Europea, diseñado o adaptado para hacer posible dicho acceso. 2º La
instalación, mantenimiento o sustitución de los equipos o programas informáticos
mencionados en el párrafo 1º.
El bien jurídico son los intereses patrimoniales de los prestadores de ciertos servicios de cobrar
por la prestación de los mismos.
CONDUCTA TÍPICA
En el apartado 3 se castiga, aunque sólo con pena de multa, a quien, sin ánimo de lucro, facilite
el acceso descrito en el apartado 1 o suministre información a una pluralidad de personas de
cómo conseguir el acceso no autorizado a un servicio o de cómo utilizar los programas del
apartado 1 «incitando a lograrlos», extremo éste que amplía las posibilidades de expansión del
tipo a conductas muy alejadas de la lesión al bien jurídico.
TIPO SUBJETIVO
El bien jurídico son los intereses patrimoniales de los usuarios y prestadores de servicios de
telecomunicación.
CONDUCTA TÍPICA
TIPO SUBJETIVO
El bien jurídico son los intereses patrimoniales de los usuarios y prestadores de servicios de
acceso condicional o de telecomunicación.
CONDUCTA TÍPICA
TIPO BÁSICO
Los que falsearan la información económico-financiera contenida en los folletos de emisión de
cualesquiera instrumentos financieros o las informaciones que la sociedad debe publicar y
difundir conforme a la legislación del mercado de valores sobre sus recursos, actividades y
negocios presentes y futuros, con el propósito de captar inversores o depositantes, colocar
cualquier tipo de activo financiero, u obtener financiación por cualquier medio, lo que puede
llevarse a cabo tanto ofreciendo datos falsos, como ocultando u omitiendo informaciones
relevantes. Con ello se sigue la Política criminal de proteger intereses colectivos, aunque éstos
se compongan de la conjunción de los intereses individuales de cada inversor, que pueden
resultar o no individualmente perjudicados. Los escándalos financieros que se han producido
en los últimos años han hecho surgir la necesidad de crear nuevos tipos de delitos
específicamente referidos a este tipo de fraudes. Pero con la nueva tipicidad se pretende
proteger los intereses de los consumidores en general, los llamados inversores, antes de que
puedan resultar perjudicados, creando para ello un delito de peligro abstracto, sin exigir una
puesta en peligro concreta y aún menos esperar a que se produzca el perjuicio que, todo lo
más, se convierte en un elemento cualificante. No excluye la posible responsabilidad penal el
que posteriormente se hayan arbitrado medios o medidas compensatorias para indemnizar o
devolver, al menos en parte, las cantidades invertidas, lo que todo lo más afectaría sólo a la
responsabilidad civil. Es un delito especial.
TIPO SUBJETIVO
En el párrafo segundo del art. 282 bis se contiene una agravación en «el supuesto de que se
llegue a obtener la inversión, el depósito, la colocación del activo o la financiación, con
perjuicio para el inversor, depositante, adquirente de los activos financieros o acreedor», en
cuyo caso se impondrá la pena en la mitad superior. Si el perjuicio causado fuera de notoria
gravedad, la pena a imponer será de uno a seis años de prisión y multa de seis a doce meses.
Este último sería un tipo cualificado de segundo nivel (art. 282 bis, par. II)
Entre administración desleal y corrupción en los negocios habrá concurso de delitos ideal.
El bien jurídico protegido en este delito es la competencia leal, pero también la confianza en la
honestidad o ética profesional de los directivos y similares de una empresa. Las modalidades
de conducta y los respectivos sujetos de las mismas se diferencian según se trate de
corrupción activa o de corrupción pasiva. La corrupción activa es la que comete el particular
(que puede ser directivo o administrador de otra empresa, o incluso una persona jurídica) que
por sí o por persona interpuesta prometa, ofrezca o conceda a los sujetos vinculados a una
empresa de las que se mencionan en dicho apartado un beneficio o ventaja de cualquier
naturaleza no justificados para ellos o para terceros. La corrupción pasiva consiste en recibir,
solicitar o aceptar (de un particular) un beneficio o ventaja de cualquier naturaleza no
justificados.
En ambos casos el tipo subjetivo requiere el fin de conseguir un favorecimiento o de favorecer.
CONDUCTA TÍPICA
El art. 286 ter ha sido introducido por la LO 1/2015. En su apartado 1 se castiga a «los que
mediante el ofrecimiento, promesa o concesión de cualquier beneficio o ventaja indebidos,
pecuniarios o de otra clase, corrompieren o intentaren corromper, por sí o por persona
interpuesta, a una autoridad o funcionario público en beneficio de éstos o de un tercero, o
atendieran sus solicitudes al respecto, con el fin de que actúen o se abstengan de actuar en
relación con el ejercicio de funciones públicas para conseguir o conservar un contrato, negocio
o cualquier otra ventaja competitiva en la realización de actividades económicas
internacionales».
Tras la reforma de 2015 la regulación se completa con la inclusión en el art. 286 quater de un
tipo cualificado por el que se impone la pena en su mitad superior, en los casos de especial
gravedad, entendiéndose por tal cuando: a) el beneficio o ventaja tenga un valor
especialmente elevado, b) la acción del autor no sea meramente ocasional, c) se trate de
hechos cometidos en el seno de una organización o grupo criminal, o d) el objeto del negocio
versara sobre bienes o servicios humanitarios o cualesquiera otros de primera necesidad.
En el caso del apartado 4 del artículo 286 bis, los hechos se considerarán también de especial
gravedad cuando: a) tengan como finalidad influir en el desarrollo de juegos de azar o
apuestas; o b) sean cometidos en una competición deportiva oficial de ámbito estatal
calificada como profesional o en una competición deportiva internacional»
ABUSOS DE MERCADO
1.1.ALTERACIÓN DE LOS PRECIOS NATURALES (art. 284 CP).
La conducta típica es realizar actos de violencia, amenaza, engaño o cualquier otro artificio. El
resultado es la alteración de los precios que hubiesen de resultar de la libre concurrencia de
productos, mercancías, instrumentos financieros, contratos de contado sobre materias primas
relacionadas con ellos, índices de referencia, servicios o cualesquiera otras cosas muebles o
inmuebles que sean objeto de contratación. El objeto material son los «productos, mercancías,
títulos valores o instrumentos financieros, servicios o cualesquiera otras cosas muebles o
inmuebles que sean objeto de contratación.
TIPO SUBJETIVO
Ello debe realizarse con el fin de alterar o preservar el precio del objeto material. La conducta y
la finalidad de la misma es desde luego bastante difícil de probar, sobre todo si se tiene en
cuenta que los bulos y rumores en los ámbitos financieros son bastante frecuentes y difíciles
de controlar.
RESULTADO
Obtención de un beneficio
TIPOS CUALIFICADOS
TIPO BÁSICO
En primer lugar, el tener «acceso reservado» a la información, lo que hace de ésta una
«información privilegiada». Se da una definición de la misma en el art. 81,1 de la Ley 24/1988,
del Mercado de Valores: toda información de carácter concreto que se refiera a uno o varios
valores negociables o instrumentos financieros, o a uno o varios de sus emisores, que no se
haya hecho pública y que, de hacerse pública, podría influir de manera apreciable sobre su
cotización en un mercado o sistema organizado de contratación.
En tercer lugar, la negociación debe llevarse a cabo en algún «mercado organizado, oficial o
reconocido». Normalmente, éste será el caso de las Bolsas de Valores, pero también otros
mercados reconocidos por la Ley del Mercado de Valores, como el mercado de Deuda Pública,
y otros mercados secundarios a los que el Gobierno puede autorizar para este tipo de
negociaciones.
En cuanto a la acción típica, se recoge una doble modalidad: por un lado, la de «usar»
personalmente la información; por otro, la de «suministrar» la información a un tercero.
Respecto a la primera modalidad no cabe la comisión por omisión; pero sí respecto a la
segunda, en la medida en que una forma de suministrar es dejar que otro tenga acceso a la
información. El resultado es la obtención de un beneficio económico para sí o para un tercero,
o la causación de un perjuicio; pero el delito no es punible si dicho resultado no es «superior a
600.000 euros», lo que supone una condición objetiva de penalidad, pero que resulta de difícil
prueba en la realidad de los mercados de valores.
El sujeto activo es una persona que tiene información privilegiada por ser miembro de órgano
de la empresa o socio, con ocasión de su actividad profesional o empresarial, en el desempeño
de sus funciones o a través de una actividad delictiva. La condición objetiva de punibilidad:
TIPOS CUALIFICADOS
El sujeto activo es la persona que tiene información privilegiada por vías distintas a las del tipo
básico. La conducta típica consiste en utilizar la información privilegiada. Tipo subjetivo:
conociendo que es información privilegiada.
- Conducta típica:
―fuera del normal ejercicio de su trabajo, profesión o funciones (por ejemplo, prospección de
mercado).