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TEMA 5.

DELITOS CONTRA EL MERCADO Y LOS CONSUMIDORES

1. INTRODUCCIÓN
La sección tercera del capítulo XI del título XIII del libro II del Código penal acoge, bajo
la rúbrica "De los delitos contra el mercado y los consumidores", toda una serie de
figuras delictivas cuya comisión afecta a diversos intereses de los principales agentes
en el mercado, esto es, de los empresarios y los consumidores.

Tratan de garantizar la existencia de una libre, ordenada y leal competencia en el


mercado, castigando las prácticas que más gravemente pueden afectar a su normal
funcionamiento, tanto porque pueden otorgar ventajas competitivas ilegítimas a unos
empresarios frente a otros, como por el hecho de que su realización puede suponer
una alteración de la oferta y la demanda de productos y servicios que pueda llevar a
una incorrecta y abusiva determinación de sus precios en el mercado. Pero además,
también se contienen una serie de figuras que tratan de prevenir la realización de
diversas conductas fraudulentas o engañosas que ponen en tela de juicio los derechos
patrimoniales de los consumidores como colectivo.

Tienen en común el hecho de afectar a intereses de naturaleza económica y colectiva


o institucional. 

2. DESCUBRIMIENTO Y REVELACIÓN DE SECRETOS DE EMPRESA


Los delitos contenidos en los arts. 278 a 280 CP, sancionan toda una serie de
actuaciones que tienen en común el hecho de recaer y tener por objeto material a
secretos de empresa. 

 EL CONCEPTO DE SECRETO EMPRESARIAL


Por secreto de empresa ha de entenderse toda información no públicamente
conocida, sino de conocimiento reservado, y que tiene trascendencia para la capacidad
competitiva de una empresa o compañía. Esto es, toda información que sea de
conocimiento restringido a un círculo limitado de personas y cuyo descubrimiento o
revelación podría otorgar una ventaja competitiva a los rivales de la entidad a la que
está referida o podría colocarla en una situación competitiva peor a la que tenía.

Esta definición del propio objeto material de los delitos que nos ocupan, nos permite
perfilar cuál será su objeto o bien jurídico protegido, que es la leal competencia entre
empresarios, un valor que solo se puede garantizar en la medida en que dichos sujetos
respeten el derecho que sus competidores a mantener reservadas aquellas
informaciones que les permiten mantener la situación competitiva que tuviesen en el
mercado.

Así sucederá, por ejemplo, con aquellas informaciones que hagan referencia a determinados
procedimientos de producción o incluso creaciones de carácter industrial (p. ej. una formula química
de elaboración de un producto). Nos encontraremos en este supuesto ante una invención, cuya
explotación supone una ventaja competitiva para su titular; ventaja que éste podría haber tutelado
mediante la correspondiente patente, pero que dicho sujeto también puede proteger mediante el
mero mantenimiento de su secreto o de su conocimiento reservado. 
Algo similar sucedería si lo que el empresario en cuestión mantuviese reservado fuese,
por ejemplo, su listado de proveedores, su listado de clientes o el plan de inversiones
que pensaba realizar, la campaña publicitaria que se iba a acometer o el plan de
comercialización de un nuevo producto que se pretendía realizar. 

Se demuestra que en el concepto de secreto empresarial es más amplio que el de


secreto industrial, por cuanto, además de poder englobar en su seno a informaciones
de esta última naturaleza (p. ej. la fórmula de un producto), también podrá hacerlo
con cualquier otra de naturaleza diversa y no industrial.

Ahora bien, no toda conducta realizada sobre tales informaciones será delictiva. En
concreto, las figuras ahora analizadas castigan el descubrimiento de los referidos secretos
(art. 278 CP), la revelación con infracción del secreto profesional (art. 279 CP) y la
utilización o revelación de secreto de empresa previamente obtenido de forma ilícita
(art. 280 CP). 

 EL DELITO DE DESCUBRIMIENTO DE SECRETO EMPRESARIAL


Comenzando por el primero de estos delitos, nos encontramos ante un delito común
que puede ser cometido por cualquier persona y que castiga a quien se apodere de
datos, documentos escritos o electrónicos, soportes electrónicos u otros objetos que se
refieran a dicho secreto, intercepte comunicaciones o emplee alguno de los medios de
grabación, escucha o reproducción del sonido o la imagen o de cualquier otra señal de
comunicación de los que habla el referido art. 197.1 CP, siempre que lo haga,"para
descubrir un secreto de empresa".

Estamos ante un tipo mixto alternativo que contempla toda una serie de posibles
conductas comisivas, permitiendo la realización de una sola de ellas para completar su
tipo de injusto. 
 Se apreciará este delito, en primer lugar, si el sujeto se apodera de documentos
o de los soportes informáticos o de otra naturaleza donde se crea que se
encuentran los secretos que quiere descubrir, lo que supone la efectiva
realización de un acto de aprehensión física de los referidos objetos
materiales. 
 Pero también se dará cuando el sujeto simplemente se apodere de los datos en
que entendía que tales secretos se encontraban, lo que supone que no tenga
que haber un acto de aprehensión de los mismos, acto que se dará cuando el
sujeto llegue a conocer tales datos, por ejemplo, viéndolos reproducidos en
una pantalla de ordenador, aun cuando no haga copia física, ni informática de
los mismos.
 Por otra parte, también se dará esta figura cuando el sujeto en cuestión
intercepte una telecomunicación, (p. ej. mediante la utilización de un
micrófono en un teléfono o instalando un programa de intercepción de las
comunicaciones), o simplemente cuando emplee mecanismos de escucha,
transmisión, grabación o reproducción del sonido o la imagen, lo que llevará a
que esta figura se tenga que apreciar y esté consumada con la mera instalación
del aparato de escucha telefónica que se pretenda realizar, o con la de una
cámara oculta que se instale para grabar clandestinamente.

Así pues, bastará con que el sujeto realice cualquiera de dichas conductas, para que el
injusto típico de esta figura se tenga que considerar, no solo realizado, sino completo,
lo que convierte esta figura en un delito de peligro hipotético que se consumará, no
solo en momentos previos al de la efectiva lesión de la leal competencia empresarial,
sino incluso antes de que se llegue a alcanzar el efectivo descubrimiento del secreto.

Ahora bien, y por lo que se refiere al tipo subjetivo propio de este delito hemos de
señalar que para que cualquiera de las conductas que hemos analizado sea típica
habrá de ser dolosa y actuando "para descubrir un secreto de empresa"; expresión
que introduce un adicional elemento subjetivo en la descripción del injusto típico de
esta figura y que obliga a que tenga que haberse llevado a cabo con la intención o
voluntad de descubrir el contenido de dicha clase de secretos.

Por otra parte, el art. 278.2 CP establece un TIPO CUALIFICADO. En concreto, este
precepto incrementa la pena de su autor "si se difundieran, revelare o cedieren a
terceros los secretos descubiertos". Sin duda, genera un resultado de peligro concreto
para el bien jurídico protegido. Contiene una figura compuesta que exigirá la
realización o participación acumulada en dos conductas diferentes por parte de los
sujetos que vayan responder de la misma para poder ser apreciada. Por una parte,
tendrán que haber realizado el acto de descubrimiento o habrán de haber contribuido
dolosamente a su ejecución, mientras que, por otra y posteriormente, tendrán que
transmitir, también de forma dolosa, el contenido del secreto descubierto a terceros.
Solo quienes realicen o participen en la comisión de ambas conductas podrán, por
tanto, responder por su realización lo que resulta fundamental a la hora de diferenciar
este delito del contemplado en el art. 280 CP.

Finalmente, el art. 278 CP apartado 3, establece que la apreciación del delito ahora
comentado se aplicará sin perjuicio de las penas que pudieran corresponder a los
delitos cometidos por el apoderamiento o la destrucción de soportes informáticos. 

 EL DELITO DE REVELACIÓN DE SECRETO EMPRESARIAL CON VIOLACIÓN DE


SECRETO PROFESIONAL
La siguiente figura protectora del secreto de empresa está en el art. 279 CP. Este
precepto castiga en su primer párrafo a aquel sujeto que teniendo un deber legal o
contractual de guardar reserva, difunde, revela o cede un secreto de empresa.

La diferencia con la figura anterior se deriva del hecho de que en ésta, sólo puede
cometer su injusto quien habiendo tenido acceso lícito a dichas informaciones y, por
tanto, no habiéndose hecho ni tratado de hacer con ellas mediante la realización de
conductas prohibidas que castiga el primer apartado del art. 278 CP, procede, sin
embargo, a difundirlas o comunicarlas a terceros infringiendo la obligación legal o
contractual de mantener la reserva que le correspondía.
Estamos ante un delito especial propio que solo puede ser cometido por aquellas
personas que estén vinculadas legal o contractualmente por dicho deber, habrá que
ver si el mismo estaba vigente en el momento en que se realizaron los hechos, siendo
frecuente que en los contratos se contemplen cláusulas de reserva que establezcan la
obligación concreta de mantener los secretos de empresa incluso durante un periodo
de tiempo posterior a la extinción del contrato que en que se incluyeron.

Por otra parte, se completa con la mera difusión o comunicación de la información


confidencial, sin exigirse ningún otro daño o afección efectiva de la competencia leal
para alcanzar su consumación.

Por lo que se refiere al tipo subjetivo, debe destacarse que es un delito


eminentemente doloso, con lo que cualquier error referido a cualquiera de los
elementos configuradores de su tipo objetivo, incluso el vencible, dará lugar a la
absoluta atipicidad, quedando, por tanto, sin relevancia típica aquellas actuaciones de
comunicación realizadas sobre una información de la que el sujeto desconociera su
carácter de secreto de empresa o las que efectuase pensando erróneamente que no
tenía deber de mantener sigilo o que dicha obligación se había extinguido.

Por otra parte, el segundo párrafo del art. 279 CP contempla un TIPO PRIVILEGIADO
que castiga con una pena inferior que la anterior al sujeto que estando vinculado por la
obligación de mantener sigilo respecto al secreto de empresa, no lo difunde, sino que
la utiliza en provecho propio. Habrá que producirse, en este supuesto, una efectiva
utilización por parte del referido intraneus de la información en la actividad que
realizase; utilización que habrá de efectuarse de forma dolosa y "en provecho propio".
Por ejemplo, al directivo o administrador de una empresa que, sabiendo los planes comerciales de la
empresa para la que trabajaba, la abandona para crear otra, y utiliza la información que conocía, pese
a ser consciente de que tenía obligación de guardar reserva con respecto la misma y de no utilizarla,
para tratar de colocar sus productos en aquellas partes del mercado en que sabía que la referida
compañía iba a realizar una menor inversión en distribución o publicidad. No será necesario que
alcance el beneficio buscado, pero sí que lo busque para que tengamos este delito, lo que nos lo
presenta como una nueva figura de peligro concreto.

 EL DELITO DE UTILIZACIÓN O REVELACIÓN DE SECRETO EMPRESARIAL


OBTENIDO ILÍCITAMENTE
El delito contemplado en el art. 280 CP sanciona al que, con conocimiento de su origen
ilícito y sin haber tomado parte en su descubrimiento, realizase alguna de las
conductas de los delitos anteriormente comentados. Esto es, divulgue, comunique o
simplemente utilice un secreto de empresa ajeno, previamente descubierto por un
tercero, sin su ayuda o participación, pero sabiendo que dicho sujeto lo había
obtenido o difundido mediante la comisión de alguno de los delitos de los arts. 278 y
279 CP.

Resulta evidente que, al no haber tomado parte dichos sujetos en la comisión del
delito contra el secreto de empresa inicialmente cometido, no podrían ser
responsabilizados, ni como autores ni como partícipes, de dicho delito, ni de ninguna
de sus modalidades cualificadas, lo que, sin embargo, no impediría que su posterior
actuación fuese perfectamente adecuada para poder agravar la afectación de la leal
competencia inicialmente producida.
Por ejemplo, que se pueda castigar al sujeto que sin haberse apoderado por sí mismo, ni haber
ayudado ni inducido a terceros a apoderarse de los documentos en que se contenía un secreto de
empresa, lo recibe, porque el inicial descubridor o un tercero se lo hace llegar, y, pese a tener
conocimiento de su inicial origen ilícito, esto es, tener dolo directo con respecto a dicha procedencia,
lo vuelve a ceder a terceros.

3. DETRACCIÓN DE MATERIAS PRIMAS O PRODUCTOS DE PRIMERA


NECESIDAD
El art.281 CP castiga a aquel sujeto que detrajere del mercado materias primas o
productos de primera necesidad con la intención de desabastecer un sector del
mismo, de forzar una alteración de precios o de perjudicar gravemente a los
consumidores.
c. Tipo básico→ Nos encontramos ante un delito común que trata de garantiza
el correcto funcionamiento del mercado de los referidos productos,
garantizando que sus precios se fijen conforme a las reglas de la libre
competencia. Ésta será, por tanto, su bien jurídico protegido.

Se castiga tan solo aquella que consista en "detraer", esto es, en sustraer, sacar
o desviar del mercado, determinados productos. En concreto, materias primas,
es decir, las sustancias extraídas de la naturaleza que la industria necesita para
elaborar productos (carbón, hierro, etc...), o los productos de primera
necesidad, que serían aquellos productos que el ser humano necesita para su
subsistencia y desarrollar su vida con normalidad (p.ej. alimentos,
medicamentos, vivienda, gasolina, etc...)

Denota el claro carácter de delito de peligro (hipotético, a nuestro modo de


ver); delito que, por otra parte y por lo que se refiere a su tipo subjetivo, ha de
cometerse de forma dolosa y "con la intención de desabastecer un sector" del
mercado, de "forzar una alteración de precios o perjudicar gravemente a los
consumidores", lo que introduce un especial elemento subjetivo en su injusto,
por lo que solo que se pueda apreciar su ejecución cuando la detracción
realizada represente un ataque dirigido a producir cualquiera de dichos
resultados, aún cuando ninguno de ellos se llegue a alcanzar.

Esta figura generalmente solo se pueda apreciar cuando se alcance un acuerdo entre todos o
varios de los proveedores o distribuidores de los referidos productos o materias para controlar
su oferta y predeterminar así su precio, realizando por ello todos los implicados una actividad
contraria a la libre competencia y susceptible de ser castigada por este delito; o bien cuando,
concurriendo determinadas circunstancias que dificulten la producción o la distribución de tales
mercancías, (p. ej. una inundación, un terremoto que haya reducido drásticamente la
producción de una de ellas), se dé una situación en que un único sujeto o entidad pase a
convertirse en el único o principal posible suministrador de tales productos y se prevalga de tal
hecho para incrementar su precio, restringiendo su oferta o comercialización.

b. Tipo cualificado→ Precisamente, en los últimos casos comentados


anteriormente (terremotos, inundaciones, etc...) la adquisición de los referidos
productos resulta aún más necesaria para sus destinatarios. El daño que dichas
actuaciones puede producir a los destinatarios de tales bienes o productos
básicos resulta potencialmente más severo que si se produjese en una situación
de normalidad. Es por ello, que se castiga con una pena mayor las conductas de
desabastecimiento de las que venimos hablando cuando se realizan en
"situaciones de necesidad o catastróficas", previendo la aplicación del tipo
cualificado contemplado en el apartado 2 del art. 281 CP para tales supuestos,
sólo se podrá apreciar cuando el responsable de la conducta aquí castigada
abarcase en su dolo el hecho de que la estaba realizando en alguna de las
referidas situaciones, pudiendo ser castigado, en caso de que no lo hiciese,
tan solo por el tipo básico de esta figura delictiva.

4. PUBLICIDAD FRAUDULENTA
El art.282 del CP sanciona a los fabricantes o comerciantes que, en sus ofertas o
publicidad de productos y servicios, hagan alegaciones falsas o manifiesten
características inciertas sobre los mismos, de modo que puedan causar un perjuicio
grave y manifiesto a los consumidores.
a. Bien jurídico→ Lo primero que hay que señalar en relación a este delito es
que el mismo trata de tutelar los intereses de aquellas personas que aparecen
contempladas como quienes pueden sufrir el perjuicio grave y manifiesto del su
tipo de injusto, esto es, los consumidores. 
Nos encontramos, por tanto, ante una figura protectora de un bien jurídico de
titularidad colectiva (de los consumidores) y que, tiene también una naturaleza
económica, lo que nos lleva a entender que lo que se protege en este delito son
patrimonios de los consumidores.

b. Tipo de injusto→ El delito ahora comentado protege los intereses


patrimoniales de los consumidores como colectivo frente a las puestas en
peligro que les genera la realización de determinadas formas de publicidad
engañosa.
 En primer lugar, se trata de aquellas que realizan los fabricantes o
comerciantes con respecto a sus bienes y servicios; convirtiéndolo en un
delito especial propio.
 Pero, en segundo lugar y lo que es más importante, se centra tan solo
en aquellas ofertas o publicidades de los productos y servicios que
efectúen los fabricantes y comerciantes que, por una parte, hagan
alegaciones falsas o manifiesten características inciertas de los mismos
y, por otra, puedan causar un perjuicio grave y manifiesto a los
consumidores. La falsedad de lo comunicado en la publicidad puede
estar referida tanto a las características del producto, como a aquello
que se afirme sobre el mismo (p. ej. sus capacidades, los efectos que
podría tener su uso, etc...). Ahora bien, evidentemente, no toda
inveracidad realizada en la publicidad de bienes y servicios será típica de
este delito. La exageración de las propiedades y calidad de los
productos es algo frecuente y socialmente aceptado en nuestras
sociedades. Por ello, hay que considerar que solo se realizará un acto de
publicidad susceptible de ser subsumida en este delito cuando la
alegación o manifestación realizada supere el nivel de lo socialmente
admitido.
También, se convierten en atípicas, con respecto a este delito, a todas
aquellas publicidades que, pese a ser engañosas, no se presenten desde
un punto de vista ex ante como idóneas o adecuadas, para ocasionar
un perjuicio patrimonial grave y manifiesto al colectivo de
consumidores.

Nos encontramos, por tanto, ante un delito con bien jurídico


intermedio. En concreto, ante un verdadero delito de lesión-peligro
que castigará la lesión del bien jurídico colectivo difuso definido por la
seguridad del patrimonio del colectivo de los consumidores; lesión que
apreciará cuando la conducta fraudulenta realizada ponga en peligro de
un número enorme e indeterminado de patrimonios individuales de
quienes integran dicho colectivo.

Un delito que, además, se consumará con la mera realización de la


conducta típica idónea para afectar al referido número de patrimonios
individuales, sin exigir que se produzca ningún otro efecto o resultado
añadido para alcanzar su consumación, lo que lo convierte en un delito
de peligro hipotético respecto a los patrimonios individuales de los
referidos sujetos, que tendrá que cometerse de forma dolosa, pero que
podrá apreciarse sin que su sujeto activo actuara con un verdadero dolo
de lesión respecto a los patrimonios individuales de sus sujetos pasivos,
sino con un mero dolo de peligro con respecto a la posible producción
de dichas lesiones.

c. Concursos→ El hecho de que nos encontremos ante un delito que sólo exija el
dolo de peligro para poder ser apreciado no impedirá, sin embargo, que
cuando en la realización de su conducta delictiva concurran además el resto de
elementos típicos configuradores, por ejemplo, del delito de estafa, incluido el
dolo de lesión que le es propio, no pueda apreciarse el correspondiente
concurso con dicha figura, concurso que, será de leyes, cuando la estafa se
encuentre en grado de tentativa, pero que será de delitos cuando este último
delito venga a materializarse en la lesión patrimonial individual que daría lugar
a su consumación; resultado lesivo éste que trasciende al injusto contemplado
en el delito ahora analizado y que, por ello y como vimos al analizar los delitos
con bienes jurídicos intermedios, debe ser valorado mediante la apreciación del
referido concurso.

5. FRAUDE DE INVERSORES
a. Bien jurídico→ art.282 bis del CP, cuyo tipo básico, contenido en su primer
apartado, castiga, al administrador de hecho o de derecho de una sociedad
emisora de valores negociados en un mercado de valores que falseare la
información contenida en los folletos de emisión de cualesquiera instrumentos
financieros o las informaciones que la sociedad debía publicar y difundir
conforme a la legislación del referido mercado, con el propósito de colocar
cualquier activo financiero, u obtener financiación por cualquier medio.
El verdadero interés que esta figura trata de proteger es el patrimonio del
colectivo de inversores, de depositantes o de posibles financiadores, lo que
convierte a este valor en el verdadero bien jurídico protegido por este delito.
De nuevo nos encontramos, por tanto, ante una figura socioeconómica con
bien jurídico colectivo y difuso.

b. Tipo básico→ El referido valor socioeconómico se protege, en concreto, frente


a las conductas que realizan los administradores de hecho o de derecho de las
sociedades que emiten valores negociados en mercados de valores (p.ej. en
bolsa), lo que convierte a esta figura en un delito especial propio, respecto lo
que cabrá aplicar, las reglas especiales de autoría del art. 31 CP.

Delimitación de la conducta típica castigada por esta figura→ hemos de


señalar que la misma sanciona simplemente el falsear la información
económica-financiera de los folletos informativos que, habrán de registrarse y
publicarse obligatoriamente al realizar la oferta pública inicial de venta de un
valor que se vaya a negociar en un mercado secundario (p. ej. la bolsa), o hacer
lo propio con aquellas informaciones que el emisor de tales valores tendría que
comunicar con posterioridad, para dar una visión actualizada de la situación de
la entidad emisora a los participantes en el mercado en que sus valores o
instrumentos financieros se negocien.

Se castiga, por tanto, realización de lo que sería, una falsedad ideológica


referida a determinadas informaciones, realizada por un particular; y que se
castiga en este caso, atendiendo a la enorme trascendencia que tiene la
información falsificada sobre los posibles inversores de la empresa a la que está
referida a la hora de adquirir o no los valores que hubiese emitido, financiarse
de otra forma o, incluso depositar su patrimonio en dicha entidad.

Habrá de realizarse no solo de forma dolosa, conociendo el carácter mendaz de


la información y queriendo difundirla pese a ello, sino también actuando "con
el propósito de captar inversores o depositantes, colocar cualquier activo
financiero, u obtener financiación por cualquier medio"; sin requerir, sin
embargo, que se tengan que llegar objetivamente a producir para dar por
consumado y completo su injusto.

Un delito que, por otra parte, castigará como delito consumado cualquier
actividad falsaria que resulte adecuada para lograr que sus posibles
destinatarios realicen inversiones, préstamos o depósitos, actividades estas
últimas que siempre suponen una puesta en peligro de su patrimonio, pero que
en este caso se podrían realizar por su parte sin tener, ni haber podido tener
una conciencia cierta del riesgo real que dicha actuación les iba a generar como
consecuencia de la actuación falsaria realizada por el administrador.
Nos encontraremos, por tanto, ante una nueva figura de peligro lesión-peligro
y, en concreto, ante una de peligro difuso para los patrimonios de los
comentados sujetos pasivos colectivos. Pero también, no exigirá que la
información falsificada de la que habla tenga que ser necesariamente idónea,
desde un punto de vista ex ante, para ocasionarles un perjuicio patrimonial a
dichos sujetos, para que su creación y difusión pueda subsumirse dentro de su
tipo de injusto y de lugar a su consumación. Se convierte en un verdadero
delito de peligro abstracto respecto a dichos bienes jurídicos individuales, que
podrá castigar a los autores de las falsedades que contempla, aun cuando no se
hubiese podido pronosticar que la misma podría llegar a producir un perjuicio
patrimonial efectivo a tales sujetos.

Estamos ante un delito que no exige la constatación de la efectiva idoneidad


lesiva para el patrimonio de la falsedad realizada, para que su ejecución
pueda subsumirse en su tipo de injusto, lo que evidentemente la convierte en
una figura de peligro abstracto, diferente y más amplia en este aspecto que la
de peligro hipotético que castiga el delito de publicidad fraudulenta.

No hará falta, por ejemplo, que el administrador que falsee la información


económico financiera del folleto que acompañe a los valores que quería
comercializar en un mercado secundario, tenga que querer (dolo directo de
lesión) o cuando menos haya de dudar sobre poder evitar que quienes los
adquirieran pudiesen llegar a perder dinero con su inversión (dolo eventual de
lesión), para poder castigarle conforme a lo establecido en el art. 282 bis CP.
Para ello, bastará con que sepa que la información que incluyó en dicho folleto
era falsa y que la incluya con la intención de atraer inversiones, financiación o
depósitos, lo que podrá apreciarse incluso cuando hubiese actuado estando
completamente seguro de que quienes le entregasen su dinero o bienes en
alguno de dichos conceptos no podrían llegar a sufrir perjuicio patrimonial
alguno como consecuencia de dicha actuación.
No se requerirá, por tanto, que se dé el dolo de lesión que exigiría el delito de
estafa, para que se pueda y se tenga que apreciar la comisión del delito del
artículo 282 bis CP.
Ahora bien, es indudable que lo anterior no implica que no pueda haber casos
en los que la conducta castigada en el delito de fraude de inversores también
pueda ser realizada con el dolo de lesión que permitiría apreciar, cuanto
menos, la correspondiente tentativa del delito de estafa. En estos supuestos, a
nuestro modo de ver, habrá que apreciarse el correspondiente concurso de
leyes entre ambas posibles calificaciones de la conducta realizada; concurso
que tendrá que resolverse por alternatividad, ya que, el tipo básico del fraude
inversores valoraría y castigaría la puesta en peligro que fundamentaría el
injusto propio de la tentativa de la estafa, con lo que resulta imposible su
simultánea apreciación sin incurrir en una infracción del ne bis in idem.

c. Tipos cualificados→ La comisión del fraude de inversores también puede


terminar materializándose en un perjuicio patrimonial efectivo para alguno o
muchos de sus sujetos pasivos. Para estos casos, el segundo párrafo del art.
282 bis Cp. establece un tipo que incrementará la pena del comentado delito,
cuando su realización se materialice en la obtención de la inversión, el depósito
o la financiación de terceros, “con perjuicio" de los sujetos que hubiesen
realizado tales operaciones. Es decir, cuando además de lograr la inversión del
dinero, ésta se materialice posteriormente en una pérdida patrimonial efectiva
para el sujeto que la realizó. Podrá entrar en concurso de leyes con el tipo
consumado de estafa, cuando en la realización del delito ahora comentado se
presenten además todos los requisitos exigidos por el tipo consumado de este
último delito, incluido el dolo de lesionar y la producción de la efectiva lesión
patrimonial que completa su injusto; concurso que, nuevamente, habrá que
resolver por alternatividad.

Finalmente, el art. 282 bis CP se cierra estableciendo un tipo supracualificado


que incrementa aún más la pena de este delito en aquellos supuestos en los
que el perjuicio ocasionado a los inversores con su realización fuese de
"notoria cuantía", expresión ciertamente indeterminada que, consideramos
que debería fijarse atendiendo al daño que determina la aplicación de una pena
idéntica a la establecida en el precepto ahora analizado en el delito de estafa.
Los 50000 €.

6. FACTURACIÓN FALSA
a. Bien jurídico→ El art.283 de CP sanciona a quienes facturen cantidades
superiores por productos o servicios cuyo costo o precio se mida por aparatos
automáticos, mediante la alteración de éstos y en perjuicio del consumidor.
Protege los patrimonios de los consumidores frente a aquellas conductas que
pueden llegar a ocasionar una merma efectiva a dichos sujetos, haciéndoles
pagar un precio superior al que correspondería por los productos que
adquieran en aparatos automáticos que dispensen el producto y midan su
cuantía.
De nuevo nos encontramos ante una figura protectora de los intereses
patrimoniales de los consumidores como grupo, bien jurídico colectivo y de
titularidad difusa, que otorga a este delito una naturaleza de delito socio-
económico.

b. Tipo de injusto→ Es este un delito que puede ser cometido por cualquiera, lo
que denota su carácter de delito común, cuya conducta típica requiere de la
realización acumulada de dos actuaciones diferentes, haciendo así que
tengamos que entender que nos encontramos ante un tipo mixto acumulativo.
En concreto, el sujeto activo de esta figura tendrá que, actuando en perjuicio
de los consumidores, manipular o alterar un aparato automático que mida el
precio o costo de un determinado producto servicio (p. ej. un surtidor de
gasolina) y, posteriormente y gracias a dicha manipulación, tendrá que facturar
cantidades superiores a los consumidores por dichos productos. 
 Lo primero determinará que se tenga que alterar el funcionamiento del
mecanismo que mide la cantidad entregada o calcula su precio;
alteración que tendrá que poner, por sí misma, en peligro al patrimonio
del colectivo de consumidores para ser típica.
 Sin embargo, lo segundo, la exigencia de que se tenga que llegar
realmente a facturar cantidades no realmente entregadas, supone que
la actuación realizada se haya de llegar a materializar en la expedición
cuanto menos de una factura en la que se trate de cobrar una cantidad
superior a la realmente entregada, tratando así de engañar, mediante la
alteración realizada en el aparato, a aquel al que se le suministró. No
bastará entonces con que la manipulación pudiese llegar a generar
dicho cálculo engañoso del precio del producto, sino que será necesario
que el cálculo se haga materialmente en alguna ocasión y se llegue a
materializar en la emisión de una factura, que, sin embargo, no tendrá
que generar un verdadero error en su receptor, ni tendrá que ser
abonada por el mismo para que se pueda apreciar la consumación de
este delito. Todo ello transforma a este delito en una figura ciertamente
compleja, que necesitará de la puesta en peligro hipotética del
patrimonio del colectivo de consumidores y de la generación de un
peligro concreto para alguno de ellos, para poder apreciar su completo
injusto y poder, por tanto, llegar a alcanzar su consumación.

Exigiendo su tipo subjetivo, simplemente que sus conductas típicas se realicen de


forma dolosa, sabiendo que la alteración realizada era idónea para lesionar el
patrimonio de un número enorme e indeterminado de particulares y que se iba a
facturar a alguno de ellos en concreto.

c. Concursos→ El hecho de que nos encontremos ante una figura de peligro para
el patrimonio de los consumidores nos obliga a plantearnos cómo habrá que
castigar a aquellas manipulaciones de aparatos automáticos, que además, de
llegar a reflejarse en la emisión de una factura excesiva con respecto a uno o
varios de ellos, se materialice en el pago de la misma con el consiguiente
perjuicio patrimonial de tales sujetos. En estos casos, resulta indudable que
quien manipula uno de los referidos aparatos automáticos, para que suministre
una cantidad menor de la que se va a pagar y lo pone a disposición de los
consumidores, casi siempre actuará con un verdadero dolo de lesionar a dichos
sujetos, con lo que habrá que considerar que realiza dicha conducta engañosa
con el dolo que permitiría imputarle el correspondiente delito de estafa, bien
en grado de tentativa, (figura con la que el delito de facturación ilícita entrará
en concurso de leyes), bien en grado de consumación, lo que necesitaría de la
efectiva lesión del patrimonio de algún consumidor. En estos casos últimos, si
se llega a producir de forma efectiva este resultado lesivo, el mismo, por
grande que fuese, no absorberá todo el peligro generado con la realización del
delito ahora comentado, por lo que se abren las puertas a que tales supuestos
de hecho se puedan y deban castigar mediante la apreciación de la concreta
figura de estafa que valore y castigue la concreta magnitud del perjuicio
producido en concurso de delitos y no de leyes con el tipo delictivo de
facturación ilícita ahora comentado.
7. EL DELITO DE ALTERACIÓN DE LOS PRECIOS NATURALES
a. Bien jurídicoEl art. 284.1 CP contempla toda una serie de conductas que
tienen en común el hecho de que tienden a afectar al correcto funcionamiento
del mercado, al tratar de conseguir que los precios de los productos que se
comercializan en su seno no se fijen por la libre y correcta concurrencia de su
oferta y su demanda, sino mediante actuaciones que distorsionarían dicho
mecanismo propio de la fijación de precios de un sistema de libre mercado.

Precisamente, por ello, habrá de considerarse que las figuras que vamos a
analizar tienen como bien jurídico protegido a dicho mecanismo básico del
funcionamiento del libre mercado. El proceso de fijación de precios de los
productos mediante la correcta concurrencia de la oferta y la demanda.

Los delitos de los que nos vamos a ocupar, tratan de proteger la correcta
formación de precios mediante el libre encuentro de la oferta y la demanda,
con lo que no podrán aplicarse a aquellos casos en los que los precios se fijen
directamente por la Administración, procesos éstos últimos que deben de ser
resultado del correcto funcionamiento de la Administración correspondiente y
no de la correcta concurrencia de la oferta y la demanda aquí protegida. 

b. Alteración de precios mediante engaño, amenaza o engaño o cualquier otro


artificioLos delitos de los que nos vamos a ocupar solo hacen frente a
determinadas actuaciones que se consideran especialmente lesivas para dicho
valor.

En primer lugar, el art. 284.1.1° CP lo hace obligando a castigar penalmente


aquellos actos de violencia, amenaza, engaño o frente a cualquier otro artificio
que "alterasen los precios que hubieren de resultar de la libre concurrencia de
productos, mercancías, instrumentos financieros, contratos de contado sobre
materias primas relacionadas con ellos, índices de referencia, servicios o
cualesquiera otras cosas muebles o inmuebles que sean objeto de
contratación, sin perjuicio de la pena que pudiere corresponderles por otros
delitos cometidos".

Esta figura se nos presenta como un delito común, ya que puede ser cometido
por cualquier persona. Una figura que sancionará, además de al que emplee
violencia, intimidación o engaño consiguiendo alterar el precio de los productos
a los que expresamente alude también, a los que utilicen cualquier otro artificio
logrando alcanzar tal resultado.

Esta figura puede sancionar cualquier actuación susceptible de ocasionar una


alteración de los precios de los productos a los que alude, lo que abre las
puertas a que pueda castigar conductas tales como las referidas a los acuerdos
colusorios, (los que adoptan todos o una parte importante de los fabricantes de
un determinado producto o los prestadores de un servicio, para fijar su precio,
repartiéndose el mercado sin tener que competir verdaderamente entre ellos).
Se debe de haber llegado a alterar de forma real y efectivamente el precio que
habría resultado en caso de que el precio se hubiese determinado mediante la
correcta concurrencia de oferta y demanda.

Nos encontramos ante un delito de resultado lesión, que exige la efectiva


afectación del bien jurídico que protege (la correcta formación de precios) para
poder alcanzar su consumación, lo que, al encontrarnos también ante una
figura dolosa, abre las puertas a que este delito pueda llegar a castigar aquellas
actuaciones que tiendan a alcanzar tal resultado, sin llegar realmente a
lograrlo, mediante la apreciación de su realización en grado de tentativa.

Este bien jurídico tiene una naturaleza claramente supraindividual y


socioeconómica y no meramente individual, habrá que entender que esta
figura solo se podrá apreciar, tanto en su modalidad consumada, como en la
intentada, cuando el precio que alteré o se trate de alterar sea el general de
mercado de un producto o servicio y no el que puntualmente se le pueda
otorgar en una concreta transacción comercial.

En relación al posible objeto material de esta figura, puede ser típicas de este
delito las actuaciones manipuladoras comentadas cuando tiendan a alterar (a la
baja o al alza) el precio de cualquier bien inmueble o mueble o incluso de un
servicio que se determine de forma libre y no puramente administrativa. Es
susceptible de ser aplicado a las alteraciones de los precios de los títulos
valores, así como de los referidos contratos o índices, lo que podrá determinar
que se planteen problemas concursales con respecto a las figuras que se
contemplan en los dos siguientes apartados del art. 284.1. CP; figuras con las
que, entrará en concurso de leyes que habrá de resolverse por especialidad a
favor de aquellas.

c. Alteración de precio de valores o instrumentos financieros mediante la


difusión de noticias, rumores o señales, falsas o engañosas La segunda de
las figuras contenidas en el art. 284.1 CP castiga a quienes "Por sí, de manera
directa o indirecta o a través de un medio de comunicación, por medio de
Internet o mediante el uso de tecnologías de la información y la comunicación,
o por cualquier otro medio, difundieren noticias o rumores o transmitieren
señales falsas o engañosas sobre personas o empresas, ofreciendo a sabiendas
datos económicos total o parcialmente falsos con el fin de alterar o preservar el
precio de cotización de un instrumento financiero o un contrato de contado
sobre materias primas relacionado o de manipular el cálculo de un índice de
referencia, cuando obtuvieran, para sí o para tercero, un beneficio, siempre que
concurra alguna de las siguientes circunstancias:
 que dicho beneficio fuera superior a 250.000 euros o se causara un
perjuicio de idéntica cantidad;
 que el importe de los fondos empleados fuera superior a dos millones
de euros;
 que causara un grave impacto en la integridad del mercado".
Nos encontramos ante un delito que castiga un ataque dirigido a la correcta
formación del precio de determinados productos. Sin embargo, y frente a la
figura anterior, en ésta, se protegen específicamente los precios de cotización
que tendrán los valores o instrumentos financieros o los de los contratos al
contado de materias primas, lo que determina que este delito sólo pueda
aplicarse a las conductas realizadas sobre estos últimos activos si los mismos
están siendo negociados en mercados financieros donde se fije su precio.

Para garantizar un adecuado y correcto funcionamiento de los mercados


financieros hace falta que rija una total transparencia informativa que permita
que todos los participantes en el mismo tengan idénticas posibilidades de
acceso a una información veraz y actualizada a la hora de poder decidir en
igualdad de armas que sus competidores sobre las inversiones a realizar.

Precisamente, este delito castiga a quien realiza una conducta que atenta
contra dicho valor, ya que sanciona a aquel que difunde noticias, rumores o
transmitiera señales falsas o engañosas respecto a datos económicos total o
parcialmente falsos y que, por ello, o bien podrían desmotivar a los inversores
de comprar los valores negociados, con lo que disminuiría su demanda y bajaría
su precio, o, por el contrario, podrían inducirlos a tratar de comprar algunos
que no les resultarían tan atractivos de saber la realidad, con lo que
incrementaría artificialmente su demanda y haría así que aumentase su precio.

Estamos ante un supuesto de manipulación informativa del mercado


financiero que se realiza mediante la difusión general en el mercado de
información falsa que resulta idónea para alterar artificialmente la cotización
de los valores a los que está referida. Ahora bien, para que se pueda apreciar la
completa realización de este delito, no basta con que se efectúe la difusión de
la información falsa. Se requiere además que quien la cometa obtenga, para sí
o para un tercero, un beneficio, lo que evidentemente determina que la
actuación engañosa realizada tenga que llegar a ser eficaz y haya de conseguir
manipular de forma efectiva el precio del producto en cuestión en favor de
quien la realizó o de un tercero.

Se convierte así a este delito en una figura de resultado y no de mera


actividad, que requiere la efectiva lesión de su bien jurídico protegido para ser
apreciada y que, además, solo castiga las actuaciones que se realicen
obteniendo algún beneficio.

Por otra parte, y por lo que se refiere al tipo subjetivo de este delito, ha de
señalarse, en primer lugar, que el mismo solo podrá apreciarse cuando su
sujeto activo hubiese realizado la manipulación informativa que castiga de
forma dolosa. Pero, además y por otra parte, este delito que también requiere
que dicho sujeto actúe "con el fin de alterar o preservar el precio de cotización
del referido valor". 
Algo parecido sucede con las otras manipulaciones informativas. Con aquellas
que se realicen con el fin de alterar "el cálculo de un índice de referencia", para
aquellos supuestos en los que, lo que se transmite, generalmente por parte de
las entidades financieras, es precisamente información o datos falsos sobre los
cuales se determinarán posteriormente tales índices. También aquí, la
exigencia de que se tenga que actuar con la finalidad de alterar o preservar tal
cálculo, determina que resulten atípicos de este delito aquellas actuaciones
realizadas sin un verdadero dolo directo de producir tal efecto.

Se establecen una serie de circunstancias que en caso de no concurrir


determinarían que la manipulación efectuada se mantuviese en el ámbito de lo
penalmente irrelevante.
 Este delito se podrá apreciar cuando el beneficio obtenido o el perjuicio
ocasionado a resultas de la manipulación realizada supere los 250.000
€.
 También se pueda apreciar este delito, si, pese a no haberse obtenido
un beneficio, ni haberse ocasionado un perjuicio superior a la cuantía
anteriormente mencionada, se hubiesen realizado empleando fondos
superiores a los dos millones de euros. 
 Por último, aquella que alude a que su realización hubiese tenido un
"grave impacto en la integridad del mercado". 

Estas circunstancias tratan de diferenciar la manipulación informativa


penalmente relevante con respecto a la administrativa.

d. Manipulaciones del precio de instrumentos financieros, contratos de materias


primas o índices de referencia mediante operaciones engañosas o
abusivasEl apartado 3º del art. 284.1 CP sanciona a quienes "Realizaren
transacciones, transmitieren señales falsas o engañosas, o dieren órdenes de
operación susceptibles de proporcionar indicios falsos o engañosos sobre la
oferta, la demanda o el precio de un instrumento financiero, un contrato de
contado sobre materias primas relacionado o índices de referencia, o se
aseguraren, utilizando la misma información, por sí o en concierto con otros,
una posición dominante en el mercado de dichos instrumentos o contratos con
la finalidad de fijar sus precios en niveles anormales o artificiales, siempre que
concurra alguna de las siguientes circunstancias:
 que como consecuencia de su conducta obtuvieran, para sí o para
tercero, un beneficio superior a 250.000 euros o causara un perjuicio
de idéntica cantidad;
 que el importe de los fondos empleados fuera superior a dos millones
de euros;
 que se causara un grave impacto en la integridad del mercado".

Este precepto contempla, en realidad, dos figuras delictivas bien diferentes,


aunque ambas tratan de garantizar la correcta formación de los precios en los
mercados a los que aluden.
Por una parte, la primera castiga realizar operaciones, trasmitir indicios o dar
órdenes de realizarlas, sin tener que llevarlas a cabo, que diesen erróneos
indicios a los inversores sobre la oferta o la demanda de un determinado valor.
Por otra, la segunda sanciona al que por sí mismo o en concierto con otros se
asegure una posición dominante en el mercado, para tratar de fijar de forma
artificial el precio de los valores a los que dicha información estaba referida.

La ejecución de la primera de las comentadas actuaciones supone realizar o


hacer creer que se van a realizar unas operaciones con respecto a los activos de
los que habla este delito, que transmitan indicios engañosos con respecto a la
oferta, la demanda o precio de tales activos, lo que evidentemente supondrá
haber realizado una conducta engañosa por actos concluyentes, que resulta
perfectamente idónea para que sus precios se alteren. 

En ambos supuestos, el sujeto que realizase cualquiera de estas actuaciones


no habría difundido noticias ni rumores falsos sobre datos económicos de la
empresa para alterar el precio de los valores en cuestión, pero sí que habría
efectuado actuaciones que generarían indicios engañosos para terceros con
respecto a la demanda o la oferta de las acciones, que serían susceptibles e
idóneos de poder alterar el precio de los valores en cuestión. Esto es
precisamente, lo que castiga el delito ahora comentado, la simple realización
de alguna de estas peligrosas manipulaciones informativas concluyentes (tipo
objetivo). Bastará con que realice dolosamente la comentada actividad
peligrosa y que lo haga, además, abarcado en su dolo la idoneidad lesiva de su
conducta, para que se pueda considerar que habría realizado de forma
completa esta figura delictiva, poniéndose así de manifiesto, su carácter de
delito de peligro hipotético.

La segunda figura contenida en el 3° apartado del art. 284 CP por su parte,


castiga a aquel que, por sí mismo o de común acuerdo con otros se asegure una
posición dominante con respecto a alguno de los activos anteriormente
delimitados, con el fin de fijar, gracias a dicha posición, sus precios en valores
anormales o artificiales. Lo fundamental para poder apreciarlo es que un
sujeto, bien por sí solo o de acuerdo con otros, se haga con tal cantidad de
alguno de los valores a los que alude esta figura, que esté en situación y
pretenda alterar su cotización.

Estamos ante uno que podrá ser apreciado de forma completa con que su
autor o autores se coloquen dolosamente en la posición de dominio que le
permitirá realizar dicha clase de manipulaciones operativas y que lo hagan
teniendo la intención o finalidad de efectuarlas. 

 Tipos cualificadosEl apartado 2 del art. 284 CP contempla dos


circunstancias cuya concurrencia en alguno de los delitos aquí
analizados llevará a que se incremente la pena de su autor hasta la
mitad superior de la establecida en sus tipos básicos.
En primer lugar, obliga a incrementar la pena en dicha magnitud al que
realice las actividades abusivas anteriormente comentadas de forma habitual.
Esto evidentemente, requiere que el sujeto haya cometido alguno de los
abusos o manipulaciones delictivos anteriormente comentados como mínimo
en tres ocasiones.
La segunda circunstancia, por su parte, obliga también a aplicar la pena
correspondiente al tipo básico de estos delitos en su mitad superior cuando el
beneficio obtenido, la pérdida evitada o el perjuicio ocasionado sea de notoria
importancia, algo que habrá de ser concretado por nuestros tribunales, pero
que, evidentemente, supone que hayan de haberse superado las cantidades de
beneficios y de perjuicios (250.000 €) de los que hablan los tipos básicos de dos
de los delitos del art. 284.1 CP.

Finalmente, señalar que el apartado 3 del art. 284 CP establece que también se
impondrá la pena superior en grado al autor de los referidos delitos, si fuese
trabajador o empleado de una empresa de servicios de inversión (p. ej. una
Agencia de valores), entidades de crédito (un banco), autoridad supervisora o
reguladora o entidad rectora de mercados regulados o centros de negociación.

8. ABUSOS DE INFORMACIÓN PRIVILEGIADA BURSÁTIL


a. Bien jurídicoLos delitos contenidos en los arts. 285 a 285 quater CP
contemplan toda una serie de conductas que tienen en común el hecho de
castigar la realización de determinadas prácticas abusivas efectuadas con
respecto a lo que se ha dado en denominar como información privilegiada.

Las que vamos a analizar garantizan que todos los intervinientes en ellos
actúen en una situación de igualdad informativa a la hora de adoptar sus
decisiones de inversión. Es precisamente con dicha finalidad, para lo que, en
primer lugar, se castiga a los denominados iniciados, esto es, a aquellos que, al
tener informaciones no públicamente conocidas (reservadas) y relevantes para
la cotización de un determinado valor en un mercado organizado se pueden
prevaler de dicho conocimiento para usarlo realizando una actividad
competitiva dominante y desleal con respecto al resto de los participantes en el
mercado (los no iniciados). Se ha decidido proteger la igualdad de
oportunidades en los mercados financieros, verdadero bien jurídico protegido
en estos delitos, sancionando penalmente a aquellos que incluso habiendo
accedido lícitamente, en razón de su posición o profesión, a la información que
los coloca en una posición prevalente, hacen uso de ella para obtener ventajas
competitivas en el mercado financiero que se consideran ilegítimas y desleales
frente a quienes no estaban en dicha situación.

Ahora bien, ¿de qué información estamos hablando?


Concepto de información privilegiada se tendrá por tal a la información de carácter
concreto que no se haya hecho pública, que se refiera directa o indirectamente a uno
o varios emisores o a uno o varios instrumentos financieros o sus derivados y que, de
hacerse pública, podría influir de manera apreciable sobre los precios de dichos
instrumentos o de los instrumentos derivados relacionados con ellos".
Este concepto excluye de los tipos delictivos de los que vamos a hablar a todas
aquellas actuaciones realizadas con informaciones referidas a valores o a sus emisores
que sean demasiado genéricas o poco precisas y también a las que, pese a ser
relevantes para el precio de un instrumento financiero, sean ya de público
conocimiento, lo que evidentemente, resulta fundamental para colocar en una
posición dominante a quien la tiene frente al que no.

 El tipo básico del delito de abuso de información privilegiada (art. 285.1 cp)
El art. 285.1 CP castiga a quien "...de forma directa o indirecta o por persona
interpuesta realizare actos de adquisición, transmisión o cesión de un
instrumento financiero, o de cancelación o modificación de una orden relativa a
un instrumento financiero, utilizando información privilegiada a la que hubiera
tenido acceso reservado en los términos del apartado 4, o recomendare a un
tercero el uso de dicha información privilegiada para alguno de esos actos,
siempre que concurra alguna de las siguientes circunstancias: 
 que, como consecuencia de su conducta obtuviera, para sí o para
tercero, un beneficio superior a 500.000 euros o causara un perjuicio
de idéntica cantidad;
 que el valor de los instrumentos financieros empleados fuera superior
a dos millones de euros;
 que se causara un grave impacto en la integridad del mercado".

Lo primero que llama la atención con respecto a este delito es que solo venga a
castigar a aquel sujeto que utilice la información privilegiada en la medida en
que haya tenido un "acceso reservado" a la misma en los términos del apartado
4 del art. 285 CP, lo que tiene una enorme incidencia a la hora de delimitar a los
posibles sujetos activos de esta figura delictiva.

En concreto, tal exigencia determina que, para que se pueda apreciar la


realización del delito aquí comentado, quien efectúe cualquiera de las
actuaciones de las que habla su tipo deba haberla ejecutado habiendo
previamente accedido a la información por ser "...miembro de los órganos de
administración, gestión o supervisión del emisor o del participante del mercado
de derechos de emisión, quien participe en el capital del emisor o del
participante del mercado de derechos de emisión, quien la conozca con ocasión
del ejercicio de su actividad profesional o empresarial, o en el desempeño de
sus funciones, y quien la obtenga a través de una actividad delictiva".

Se convierte así al delito ahora comentado en un delito especial propio que


solo podrá ser cometido por quienes tienen acceso a las referidas
informaciones por uno de los referidos cauces. Esto es, 
 bien por haberlas recibido al ejercer sus funciones o por su posición en
la empresa afectada, 
 por haberlo hecho en razón de su profesión;
 o bien, porque las haya obtenido mediante la comisión de un delito.
Sólo podrán ser autores de este delito, estos sujetos, quienes, podrán ser
castigados como autores del mismo tanto si usan la información de la que
habla su tipo de injusto directamente como si lo "hacen por persona
interpuesta".

Se permite así que se considere como autores de este delito a aquellos


iniciados primarios que, solo habrían actuado como inductores de la concreta
utilización de la información efectuada por el comentado extraneus, sujetos,
estos últimos que tan solo podrán ser castigados, en principio, como meros
partícipes de este delito.

Ahora bien, para que podamos apreciar la completa realización de este delito
se requiere que la información privilegiada en cuestión sea utilizada y que lo
sea de una determinada forma. En concreto, el art. 285.1 CP solo castiga a
aquel iniciado primario que o bien utiliza la información privilegiada que
dispone para adquirir, transmitir o ceder algún instrumento financiero o, por el
contrario, procede a cancelar o modificar una orden referida a tales valores que
hubiese dado con carácter previo.

Se podrá castigar así, por ejemplo, tanto al administrador que teniendo conocimiento de
que la empresa que dirigía había obtenido un suculento contrato que haría subir el precio
de sus acciones en bolsa tan pronto como dicho hecho fuese públicamente conocido,
procediese a comprar participaciones de la entidad para beneficiarse de su inminente
subida, como a aquel otro que, teniendo noticia de que la empresa había tenido unos
resultados en el ejercicio anterior significativamente peores que los esperados, procediese
a cancelar la orden de adquisición de los activos de la entidad que previamente había
emitido, antes de que tal información se hiciese pública y éstos bajasen de precio.

Sin embargo, lo que este delito no podrá sancionar es a aquel sujeto que
teniendo la información en cuestión no proceda a realizar operación alguna. Se
pone así de manifiesto que el delito aquí analizado sólo podrá castigar los
abusos de información privilegiada que determinen la realización de una
conducta activa de negociación y no una meramente omisiva.

Se requiere que el uso de la información poseída se materialice en una


actuación para poder apreciar este delito, lo que, por otra parte y
evidentemente, convierte a esta figura en un claro delito de lesión, ya que la
utilización de dicha información en la operación realizada supondría el abuso
efectivo de la posición dominante que se tenía frente al resto de inversores en
el mercado, con lo que determinará la efectiva lesión de la leal competencia
que se debería haber respetado ante los mismos.

Ahora bien, el tipo delictivo aquí analizado todavía contempla otra posible
conducta delictiva alternativa a las hasta ahora comentadas. En concreto,
permite castigar a los sujetos anteriores a aquellos iniciados primarios que
simplemente "recomendasen" a un tercero el uso de información privilegiada a
la que hubiese tenido acceso reservado conforme a lo establecido en el
apartado 4 del art. 285 CP.
Esta modalidad comisiva vendría simplemente a castigar como autor del delito
a aquel iniciado primario que trata de realizar su abuso utilizando a un tercero
interpuesto, para lo que le incita a que realice materialmente una de las
operaciones con utilización de información privilegiada anteriormente
comentadas, sin conseguir, sin embargo, que éste llegue a efectuarla. 

Con ello, se transforma a esta figura, en un delito de emprendimiento que


castigará al iniciado primario que abuse de la información de la que dispone
utilizando a un tercero para realizar una operación efectivamente completada
que aquel otro que trate de realizar dicha operación, sin llegar, sin embargo, a
conseguirlo. Importante, en cualquier caso, es destacar el hecho de que para
que esta modalidad comisiva se pueda apreciar se necesitará que su autor, no
sólo revele al tercero la información privilegiada que tenía, sino que le INCITE
directamente a utilizarla realizando alguna de las negociaciones que vimos
anteriormente, exigencia ésta que resulta fundamental a la hora de distinguir
esta actuación de aquella otra de mera revelación de secreto que, como
veremos, castiga el art. 285 bis CP.

Todas las modalidades comisivas contempladas en el art. 285.1 CP han de


realizarse de forma dolosa, lo que llevará a que en el caso de las primeras
quepa apreciar su posible realización en grado de tentativa.

También en este delito se requiere de la concurrencia de algunas


circunstancias, como son la de que se obtenga un beneficio o se ocasione un
perjuicio superior a los 250000 €, que se empleen más de 2 millones en la
operación realizada o se afecte gravemente a la integridad del mercado, para
poder considerar que la actividad efectuada podría tener relevancia penal y no
una meramente administrativa.

 Tipos cualificados del delito de abuso de mercadoEl art.285 contiene dos


apartados en los que se contemplan una serie de circunstancias cuya
concurrencia en la comisión del delito de abuso de información privilegiada
determinará que se incremente la pena aplicable a sus responsables, dándose
así lugar a la posible apreciación de varios tipos cualificados de esta figura
delictiva.

En concreto, mientras el apartado 2 del referido artículo incrementa la pena del


tipo básico, si su autor se dedicase habitualmente a dichas operaciones o si el
beneficio obtenido, la pérdida evitada o el perjuicio producido fuesen de
notoria importancia, en el 3 se permite incrementar tanto la pena del tipo
básico como la de los tipos cualificados anteriormente comentados si el sujeto
que los hubiese realizado fuese un trabajador o empleado de una empresa de
servicios de inversión, de una entidad de crédito, de la autoridad reguladora o
supervisora o de las entidades rectoras de un mercado regulado o de un
centro de negociación.
 El abuso de información privilegiada por iniciados no primariosPor otra
parte, el último apartado del artículo 285 CP, el contenido en su apartado 5, va
a permitir que el Derecho penal no solo venga a sancionar, los abusos de
información privilegiada que realizasen aquellos sujetos a los que se
consideraba como iniciados primarios, ya que hará que se haya también de
castigar penalmente, si bien con una pena menor que la contemplada en su
apartado primero, a aquellos otros sujetos que llegasen a tener acceso a una
información privilegiada por vías diferentes de las que son catalogadas como
de "reservadas" y que la utilizasen para efectuar alguna de operaciones de las
que hablamos anteriormente (compra, venta, etc...), realizando así una
conducta desleal con respecto al resto de posibles inversores.

Se establece así en el art. 284.5 CP un tipo privilegiado del delito de abuso de


información privilegiada que permitirá castigar con la pena inferior en grado a
la que corresponda al concreto abuso que hubiese realizado aquel sujeto que ni
hubiese conseguido acceder a la información en razón de su posición en la
empresa, ni por su profesión, ni por haber cometido o tomado parte en la
realización de un delito para obtenerla.

Se permitirá, de este modo, que se pudiese castigar a quien emplease a la


información en cuestión habiéndola obtenido por cualquier otra vía. Por
ejemplo, por haberse enterado de la misma por mero azar al escuchar una
conversación de dos iniciados primarios en un bar o, por haberla visto en unos
documentos mientras recogía unos papeles arrojados a la basura en la empresa
en la que trabajaba como limpiador. También estos sujetos, una vez que logren
tener acceso a dicha información, tendrán vetado penalmente el poder
emplearla para realizar operaciones, lo que llevará a que si lo hacen y
concurren en su conducta alguna de las circunstancias que exige el apartado 1
del art. 285 CP para considerar penalmente relevante tales abusos, tengan que
responder con la pena del concreto tipo de abuso que hubiesen cometido, eso
sí, atendiendo a que la menor gravedad que presenta su injusto.

Este tipo delictivo exige para poder castigar al autor de la utilización


penalmente prohibida de información privilegiada que, además de haberla
efectuado de forma dolosa, la lleve a cabo "conociendo que se trataba de
información privilegiada", lo que excluirá que se pueda castigar por este delito
a aquel sujeto que actuase con un mero dolo eventual (p. ej. si no estuviese
seguro de si la información era ya públicamente conocida o no).

 El delito de revelación de información privilegiada (art. 285 bis cp) Quien


"Fuera de los casos previstos en el artículo anterior, (...) poseyera información
privilegiada y la revelare fuera del normal ejercicio de su trabajo, profesión o
funciones, poniendo en peligro la integridad del mercado o la confianza de los
inversores, será sancionado".
Lo primero que llama la atención con respecto a este precepto es su claro
carácter subsidiario con respecto a los delitos que se contemplan en el artículo
que lo precede. 
Se castiga el mero hecho de tener o poseer una información privilegiada y
transmitirsela o revelársela a otro.

Ahora bien, para que dicho acto comunicativo sea penalmente relevante
tendrá que haberse efectuado por parte de su sujeto activo "fuera del normal
ejercicio de su trabajo" y poniendo en peligro "la integridad del mercado o la
confianza de los inversores", por lo tanto solo lo harán aquellas que pongan en
peligro, bien la propia vigencia de las reglas que han de regir un mercado eficaz
y justo o bien se efectúen pudiendo hacer que los inversores dejen de creer y
confiar en que en el mercado en cuestión se garantiza realmente la igualdad
competitiva.

Nos encontramos, en consecuencia, ante un claro ejemplo de delito de peligro


hipotético, que se consumará con la mera realización dolosa, eso sí, de la
referida actuación difusora; dolo que, evidentemente, solo se podrá apreciar si
quien comunica la información en cuestión, no solo lo hace sabiendo que
transmitía una información privilegiada, sino también que lo hacía en relación a
una que resultaba idónea o adecuada para llegar a lesionar a alguno de los dos
referidos valores (la integridad del mercado o la confianza de los inversores).

9. DISPOSICIONES COMUNES Y PROBLEMAS CONCURSALES


Los arts.285 ter y 285 quater CP contemplan dos prescripciones que resultan
aplicables a todos los delitos de abusos de mercado, viniendo el primero a realizar una
remisión en bloque a la normativa europea referida al mercado y los instrumentos
financieros, y el segundo, por su parte, a castigar de forma expresa los actos de
participación intentada referidos a su posible realización (la provocación, proposición y
conspiración).

Ahora bien, si hay una materia que se presenta especialmente problemática a la hora
de determinar la aplicación práctica que han de tener estos delitos, ésta va a ser sin
duda la referida a los problemas concursales que pueden generar tanto entre sí, como
con respecto a otras figuras de nuestro Código penal.

Los delitos contenidos en los arts.284 y 285 CP protegen aspectos diferentes del
correcto funcionamiento de los mercados. Así, mientras los del art. 284.1 CP tutelarían
la correcta formación de precios, el del art. 285 CP trataría de garantizar la leal
competencia informativa entre quienes toman parte en tales mercados. En caso de
que concurriesen en un mismo supuesto de hecho, siempre y en todo caso, entrarán
en concurso de delitos y no de leyes entre sí. 

En algunas ocasiones, las informaciones privilegiadas puedan también ser


consideradas como unas de aquellas que protegen los delitos de los secretos
empresariales, lo que podría dar lugar a evidentes problemas concursales. Así
mientras los delitos relativos a los secretos empresariales protegen la leal competencia
frente a los ataques que se podrían dirigir frente a la empresa cuyo secreto se hubiese
revelado, los referidos a la información privilegiada lo harían con los que los inversores
iniciados podrían llevar a cabo, en los mercados financieros, frente a los que no lo
estuvieran. Si en un mismo supuesto de hecho se pudiesen apreciar ambas clases de
delitos habrá que entender que ambos, siempre y en todo caso, entrarán en concurso
de delitos y no de leyes entre sí.

Otro problema concursal que se puede plantear será aquel que se dará cuando se
pueda predicar respecto a un mismo supuesto de hecho el delito de abuso de
información privilegiada del art. 285 CP y el que castiga el art. 442 de nuestro Código
penal. Esta última figura sanciona al funcionario público utilizase la información
privilegiada de que tuviese conocimiento que en razón de su cargo, con intención de
obtener un beneficio económico para él o para tercero. En estos casos, dado que el
tipo de injusto del delito del art. 422 CP contempla una afectación del correcto
funcionamiento de la Administración Pública que no configura ni castiga el injusto
típico del delito del art. 285 CP y éste último delito hace lo propio con una lesión de la
leal competencia en los mercados financieros que trasciende y es mucho más grave
que la que sanciona el referido delito de los funcionarios públicos, no quedará más
remedio que entender que la apreciación de una sola de estas dos figuras no valoraría
de forma completa el injusto sancionado por la otra, con lo que, en caso de concurrir
las dos en un mismo caso lo tendrán que hacer siempre mediante la apreciación del
correspondiente concurso de delitos y no de leyes entre ambas.

Finalmente, por lo que se refiere a las cuestiones concursales, solo nos queda señalar
que también pueden plantearse problemas concursales con el delito que contempla
el art. 418 CP, donde se castiga al particular que aprovechase para sí o para un tercero
la información privilegiada que le hubiese suministrado un funcionario. Si bien resulta
evidente que este último delito no podrá entrar en concurso, por ejemplo, con el tipo
de la autoría propio del delito del art. 285.1 CP, sí que podrá hacerlo con el de
participación en dicho delito o con el tipo privilegiado de dicha figura que castiga el art.
285.5 CP, figuras éstas con las que el art. 418 CP también entrará necesariamente en
concurso de delitos y no de leyes.

10.ABUSO Y MANIPULACIÓN DE SERVICIOS DE ACCESO CONDICIONAL


Y TERMINALES DE TELECOMUNICACIÓN
A. Bien jurídico El CP contiene en su art.286 un largo y complejo con el fin de
luchar contra algunos de los abusos que se que se comenzaron a realizar con
respecto a algunos de los servicios que las modernas tecnologías de la
información y la comunicación suministran.

Ninguno de ellos exige, para poder apreciar su realización, que se llegue a afectar a
dicho mercado ni a su funcionamiento, ni lesionados ni poniéndolo en peligro. Habrá
que entender, por tanto, que, si bien puede ser que la existencia y el castigo de estos
delitos tengan por finalidad el proteger dichos mercados, lo cierto es que sus tipos tan
solo exigen que se afecte al legítimo derecho que tienen los proveedores de los
comentados servicios a cobrar por la prestación de los mismos para poder apreciar su
realización, lo que nos lleva a entender que será dicho valor patrimonial individual y
no el socioeconómico, el que realmente está protegido por estas figuras.
B. Tipos delictivos En primer lugar, el art. 286 CP castiga en su apartado
primero a aquel que, con fines comerciales y sin consentimiento de su
prestador, facilite el acceso inteligible a un servicio de radiodifusión sonora o
televisiva, a servicios interactivos prestados a distancia por vía electrónica o
suministre el acceso condicional a los mismos, considerado como acceso
independiente.

La siguiente figura que viene a castigar actuaciones o abusos realizados con


respecto a los servicios de acceso condicional es la contemplada en el
apartado 3 del art. 286 CP. En este precepto se establece, por una parte, a
quienes faciliten a terceros el acceso del que habla la figura del apartado
primero, esto es, a la figura que acabamos de analizar, pero lo haga “sin ánimo
de lucro", es decir, sin ánimo de beneficiarse económicamente mediante el
cobro por la ayuda que prestaba de forma no autorizada a terceros para que
accediese a tales servicios.

Por otra parte, el comentado precepto todavía contiene otro delito destinado
a tutelar el derecho patrimonial perteneciente a los prestadores de esta clase
de servicios. En concreto, castiga a quien, sin ánimo de lucro y por un medio de
comunicación público, comercial o no, suministre información a una pluralidad
de personas sobre el modo de conseguir el acceso no autorizado a un servicio o
el uso de uno de los dispositivos o programas de los que habla el art. 286.1 CP,
incitando a lograrlos.

Por otra parte, el apartado 2 del art. que venimos analizando castiga a quien
dolosamente y con ánimo de lucro, altera o duplica el número identificativo de
uno de los referidos equipos y también al que, con idéntico ánimo comercializa
los terminales alterados; conductas ambas que podrían permitir que quien
utilizase dichos terminales pudiese acceder a los servicios que los mismos
suministran sin tener que abonar su uso o haciendo que el periodo de disfrute
se asignase a quien fuese el legítimo titular del terminal duplicado o clonado.

Finalmente, el apartado 4 del art. que venimos comentando es el que se


encarga de sancionar la efectiva realización de utilizaciones indebidas de los
servicios protegidos por este delito. En concreto, el referido precepto castiga a
quien utiliza dolosamente dispositivos decodificadores o facilitadores del acceso
no autorizado a servicios de acceso condicional o equipos de telecomunicación,
ocasionando así un perjuicio patrimonial al proveedor de los servicios que
disfrutó al hacerlo.Estamos, por fin, ante el delito que sanciona al destinatario
final de los medios facilitadores de accesos no autorizados de los que hemos
venido hablando. Esto es, al usuario y consumidor final de los servicios de
acceso condicional; sujeto que es castigado por usar dolosamente los referidos
servicios de acceso condicional lesionando así el derecho patrimonial que
tendría su proveedor a cobrarle por su disfrute y utilización.

C. Concursos dado que la realización de alguno de ellos, y en especial, las de sus


apartados 1 y 3, puede concurrir en ocasiones con la comisión de actos de
comunicación pública de obras o prestaciones de propiedad intelectual
castigados por el art. 270 CP, máxime tras la ampliación que dicho delito realizó
la LO 1/2015. Cuando ello suceda, habrá que apreciar el correspondiente
concurso de leyes y no de delitos entre ambas figuras, por cuanto las mismas
vendrían a contemplar y sancionar una misma y única lesión patrimonial.

11.CORRUPCIÓN EN LOS NEGOCIOS


A. Bien jurídico En concreto, se castigan, por una parte, los delitos de
corrupción entre particulares o corrupción privada (art. 286 bis CP), precepto
donde también se sanciona la denominada corrupción deportiva que, como
veremos, presenta algunas particularidades relevantes con el tipo general de
corrupción privada, y por otra, la corrupción en transacciones económicas
internacionales que sanciona el art. 286 ter CP, delito éste que se realizará
ante un funcionario o autoridad extranjero o no, pero con la finalidad de influir
en la concesión o mantenimiento de contratos o ventajas competitivas de
carácter internacional, lo que determina que se convierta en una figura
pluriofensiva, protectora del correcto funcionamiento de la Administración y
también de las reglas de competencia que han de regir el funcionamiento de
los mercados internacionales.

 EL DELITO DE CORRUPCIÓN ENTRE PARTICULARES


El art. 286 bis del CP, comienza estableciendo dos figuras que mantienen un evidente
paralelismo con las de cohecho, propias de los delitos contra la Administración pública.

En primer lugar, castiga al directivo, administrador, empleado o colaborador de una


empresa mercantil o de una sociedad, que, por sí o por persona interpuesta solicite o
acepte un beneficio o ventaja no justificados de cualquier naturaleza, para sí o para un
tercero, como contraprestación para favorecer indebidamente a otro en alguna
operación de prestación de bienes o servicios o en las relaciones comerciales;
 mientras que, en su segundo apartado castiga, a quien, por sí o por persona
interpuesta, prometa, ofrezca o conceda a alguno de los sujetos a los que se alude en
el apartado anterior, un beneficio o ventaja no justificados como contraprestación por
favorecerlos en la contratación de bienes o servicios o en las relaciones comerciales.

A. corrupción privada pasiva Comenzando ya el análisis de la primera de las


referidas figuras, la de corrupción privada pasiva, hemos de indicar que nos
encontramos, sin duda, ante un delito especial que solo puede ser cometido
por los directivos, administradores, empleados o colaboradores de una
empresa mercantil o sociedad. Existe, por tanto, una razón de ser para limitar
los delitos de corrupción privada a los actos que se efectúan por o frente a los
comentados sujetos.

Ahora bien, para que se dé el delito, dichos sujetos deberían, por sí o por persona
interpuesta, recibir, solicitar o aceptar un beneficio o ventaja no justificados de
cualquier naturaleza o el ofrecimiento o promesa de obtenerlo, para sí o para un
tercero, "como contraprestación para favorecer indebidamente a otro".
Lo primero que llama a atención de la configuración típica de este delito es que
permite tener como autor del mismo a los referidos intraneus, tanto si realizan alguna
de sus conductas directamente, como si lo hacen empleando a intermediarios u a otro
sujetos que actuasen incluso dolosamente, lo que permitirá que se los pueda tener
como autores de este delito, aunque, sólo fuesen unos inductores del acto delictivo
que materialmente ejecutarán y dominarán los intermediarios, quienes sólo podrían
ser castigados como cooperadores necesarios del delito realizado por ser extraneus
respecto al mismo.

Por otra parte, ha de señalarse que cuando el legislador delimita lo que el autor de
este delito puede pedir, aceptar o recibir para cometerlo señalando que puede ser "un
beneficio o ventaja indebidos de cualquier naturaleza", lo que, está poniendo de
manifiesto es que lo solicitado, recibido o aceptado no tiene necesariamente que tener
naturaleza económica o monetaria, sino que puede ser un beneficio de cualquier otra
clase.

Nos encontramos con una estructura de tipo mixto alternativo, por cuanto se
contemplan diferentes posibles modalidades comisivas (recibir, solicitar o aceptar),
cuya realización individual dará lugar a la apreciación del delito, sin que su ejecución
sucesiva o acumulada dé lugar a la apreciación de varios delitos.

Bastará, en cualquier caso, con que se efectúe una de dichas actuaciones para que
pueda y deba entenderse que el delito en cuestión estará consumado, lo que lo
convierte en un delito de mera actividad cuyo injusto estará completo, sin exigir, ni
que se llegue a alcanzar un efectivo acuerdo con aquel al que se le hace la solicitud, ni
menos aún que el solicitante llegue efectivamente a otorgar el contrato o la ventaja
ofertada por ej. 

"Para favorecer indebidamente a otro" en las contrataciones o en el mercado,


elemento subjetivo del injusto de este delito, que solo permitirá subsumir en su tipo
de injusto a aquellas solicitudes o aceptaciones de sobornos que estuviesen dirigidas a
conceder contratos o ventajas que no se podrían haber obtenido como consecuencia
del normal funcionamiento de la oferta y la demanda

Estamos, en consecuencia, ante un delito que solo castiga lo que podríamos calificar
como actos de corrupción privada pasiva propia, por cuanto solo sancionará los actos
de corrupción que realicen quienes soliciten, acepten o reciban un beneficio o
promesa de tercero para conceder contratos o ventajas que no habría concedido si
hubiesen actuado como su empleo o cargo les obligaba a actuar.

Ahora bien, el hecho de que el contrato o el favorecimiento que se ofrece tenga que
ser "indebido", no debe ni tiene porqué determinar que dicha entidad sufra un
perjuicio patrimonial como consecuencia de su posible otorgamiento. 

B. Corrupción privada activaPor su parte, el apartado 2 del art. 286 bis CP


viene a contemplar lo que podríamos denominar como delito de corrupción
privada activa, por cuanto castiga no a los posibles receptores de los pagos
corruptores, sino a quienes los efectúan o se ofrecen a realizarlos.

En concreto, dicho precepto castiga la realización de varias posibles y alternativas


conductas por parte de dicho sujeto: Prometer, ofrecer o conceder a directivos,
administradores empleados colaboradores de una empresa mercantil o sociedad, un
beneficio o ventaja de cualquier naturaleza, como contraprestación para que le
favorezca indebidamente a él o a un tercero en la adquisición o venta de mercancías o
productos o en las relaciones comerciales.

Pueden, por tanto, darse por reproducidas aquí la mayor parte de las consideraciones
hicieron en relación al tipo anterior.

 EL DELITO DE CORRUPCIÓN DEPORTIVA


El art.286 bis. 4 CP contempla una forma específica de corrupción privada. Se trata de
la denominada corrupción deportiva.

Se está queriendo establecer un paralelismo entre los actos de corrupción privada


activa del art. 286 bis 2 CP y los que realizarán los directivos, administradores y
empleados de una entidad deportiva, y entre los de corrupción pasiva del art. 286 bis 1
CP y aquellos que efectuarán los deportistas, árbitros o Jueces.

Lo primero lleva a que, a diferencia de lo que sucede con el delito del art.286 bis 2
CP, en el delito de corrupción activa deportiva solo puedan ser considerados como
posibles autores de su injusto típico las personas que ostenten alguna de las referidas
vinculaciones con los clubes, ligas profesionales, federaciones deportivas u otras
asociaciones o agrupaciones vinculadas con el deporte.

El segundo paralelismo, determina que solo puedan ser autores del corrupción
deportiva pasiva, los deportistas, los árbitros y los jueces; expresión esta última que
permitiría incluir como posible sujeto activo de estos delitos también a los miembros
de los comités y tribunales deportivos que ejercen autoridad sobre las competiciones y
deportistas.

Ahora bien, para que cualquiera de estos sujetos sea autor del delito de corrupción
deportiva pasiva o activa, respectivamente, tendrá que realizar las conductas de los
dos primeros apartados del art. 286 bis CP, evidentemente de forma dolosa, pero no
con la intención o finalidad adicional de obtener un contrato o una ventaja
indebidas, como exigían dichos tipos, sino con la de predeterminar o alterar
deliberada y fraudulentamente el resultado de una prueba o competición de especial
relevancia económica o deportiva.

En ningún caso ello determina que haya de conseguir ninguno de dichos objetivos.

El delito de corrupción deportiva ahora analizado protege el correcto y leal desarrollo


de la competición frente a las conductas de corrupción propias e impropias, con lo
que castigará tanto los pagos y ofrecimientos que se realicen por ganar como los que
se hagan por dejarse perder.

Ahora bien, para que dichos pagos u ofrecimientos sean típicos del comentado delito
deben tender a predeterminar o alterar el resultado de pruebas, encuentros o
competiciones "deportivas de especial relevancia económica o deportiva".

Solo cuando los actos de corrupción realizados se efectúen con la intención de alterar
resultados de alguna de dichas competiciones tendrán cabida en este delito,
quedando, por tanto, el posible castigo del resto de conductas corruptoras en manos
del Derecho administrativo sancionador.

 EL DELITO DE CORRUPCIÓN EN ACTIVIDADES ECONÓMICAS


INTERNACIONALES
A. Bien jurídico Art.286 ter CP. Este precepto castiga al particular que
mediante el ofrecimiento, promesa o concesión de cualquier beneficio o
promesa indebidos, corrompieron o intentar corromper, por sí o por persona
interpuesta, a una autoridad o funcionario público o atendiese a sus solicitudes
al respecto que éstos le realizarán, con el fin de conseguir que dichos
funcionarios actúen o se abstengan de actuar en relación con el ejercicio de sus
funciones para conseguir o conservar un contrato, negocio o cualquier otra
ventaja competitiva en la realización de actividades económicas
internacionales. Estamos ante un delito que trata de leal competencia en los
mercados internacionales, pero que lo hace tan solo cuando el ataque dirigido
a dicho bien jurídico se realice afectando también al correcto funcionamiento
de una Administración Pública, lo que determina que nos encontremos ante
una figura claramente pluriofensiva.

B. Tipo de injusto solo castiga aquellos ataques que efectúan a dichos valores
los particulares (los actos de corrupción activa), quedando los
comportamientos de corrupción pasiva que pudiesen realizar los funcionarios,
al solicitar o aceptar sobornos de los particulares, al margen de esta figura.

Estamos, por tanto, ante un delito común que puede ser realizado por
cualquier persona y que, al castigar a los particulares que realicen sus
conductas tanto "por sí", como "por persona interpuesta" engloba en su tipo de
autor a aquellos sujetos que efectúen las ofertas o pagos corruptores utilizando
a intermediarios que actúen dolosamente. Este delito, de nuevo, se configura
como una figura mixta alternativa que castiga a dichos sujetos tanto si
conceden un beneficio o una ventaja indebidos a un funcionario que se los haya
pedido, como si, simplemente, se los ofrecen o prometen, con lo que
nuevamente su injusto se considera completo y consumado sin necesidad de
que el funcionario llegue a aceptar el ofrecimiento realizado, ni menos aún
realice aquella conducta por la que dicho ofrecimiento se le efectuó, haciendo
así que estemos nuevamente ante un delito de mero peligro hipotético para la
competencia leal y para el correcto funcionamiento de los mercados, en este
caso, internacionales.
Nos encontramos ante un delito que castiga actos de corrupción que no tienen
que ser necesariamente realizados ante funcionarios pertenecientes a las
Administraciones de otros países o de alguna organización internacional. 

Así pues, no será necesario que el acto de corrupción se realice sobre un


funcionario extranjero para que podamos encontrarnos ante el delito de
corrupción internacional.

C. Concursos Finalmente, se presenta como una figura especial de las de


cohecho activo propio e impropio del artículo 424 CP, con las que entrará en
concurso de leyes, siendo de preferente aplicación, tanto por su especialidad,
como por el hecho de prever una mayor pena para su comisión.

 TIPOS PRIVILEGIADOS Y CUALIFICADOS DE LOS DELITOS DE CORRUPCIÓN EN


LOS NEGOCIOS
A. TIPO PRIVILEGIADO Así, en primer lugar, el art.286 bis 3 CP determina que
los jueces y tribunales podrán rebajar la pena aplicable a los autores de los
delitos de corrupción privada atendiendo a la cuantía o valor de la ventaja o
beneficio ofrecida o entregada como medio corruptor o a la trascendencia del
culpable.

B. TIPOS CUALIFICADOS Por otra parte, el art.286 quater CP contiene en su


primer párrafo una serie de tipos cualificados aplicables a todos los delitos de
corrupción en los negocios de los artículos 286 bis y 286 ter CP que se
consideren como de especial gravedad, señalando que habrá de tenerse por
tales aquellos en los que;
1) El beneficio o ventaja tenga un valor especialmente elevado, lo que, sería
indicativo de la importancia del acto corruptor realizado.

2) La acción del autor no es meramente ocasional, lleva a que nos


encontremos ante un castigo cualificado de la reincidencia para los delitos de
corrupción de los que venimos hablando.

3) Se trate de hechos cometidos en el seno de una organización o grupo


criminal.

4) El objeto del negocio pretendido versara sobre bienes o servicios


humanitarios o cualesquiera otros de primera necesidad; cualificación que
atiende tanto a la naturaleza de los bienes o servicios sobre los que se efectúe
el acto de corrupción (p. ej. para conseguir un contrato de atención médica o
de suministro de fármacos), como al posible destino de los contratos que se
pretende conseguir mediante corrupción (p. ej. cuando se ofreciera un soborno
a un funcionario de un organismo internacional para obtener el contrato de
suministro de bienes destinados a una ayuda humanitaria por una catástrofe). 
Finalmente, el art. 286 ter CP en su parte final ha establecido dos tipos cualificados
exclusivamente aplicables al delito de corrupción deportiva del art. 286 bis. 4 CP:
En el primero se incrementa la pena aplicable a los responsables de dicho delito si se
realiza, además de para alterar el resultado propio de la competición de que se trate,
con la finalidad de influir en el desarrollo de juegos de apuesta o de azar que se suelen
realizar atendiendo, precisamente, a dichos resultados.

Por otra parte el segundo tipo cualificado incrementa la pena que se les habrá de
imponer, cuando dicho delito se cometa en relación a una competición deportiva
oficial de ámbito estatal calificada como profesional o en la competición deportiva
internacional, por lo tanto, sólo resulta predicable respecto de las que internacionales
o de las que teniendo, como mínimo carácter nacional (no autonómico o local), hayan
sido, además, consideradas como profesionales por el Consejo General de Deportes.

12.PERSEGUIBILIDAD DE LOS DELITOS Y RESPONSABILIDAD DE LA


PERSONA JURÍDICA
Los delitos contenidos en este capítulo, salvo los de los arts.284 y 285 CP, conforme a
lo establecido en el art.287 CP sólo serán perseguibles a instancia de la persona
agraviada, su representante legal o el fiscal que actúe para proteger los intereses de
menores o personas especialmente desvalidas, a no ser que su realización afecte a los
interese generales o una pluralidad de personas, lo que, llevará a que la mayoría de los
casos se puedan perseguir de oficio, al tener la mayor parte de los delitos un carácter
netamente socioeconómico con lo que su realización siempre afectará a los referidos
valores supraindividuales. Finalmente, solo resta señalar que art.288 CP establece de
forma expresa la posibilidad de atribuir responsabilidad penal a las personas jurídicas
que, atendiendo a lo establecido en el art. 31 bis CP, puedan ser consideradas como
responsables de alguno de los delitos contra el mercado y los consumidores.

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