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TEMA 5: LOS DELITOS PATRIMONIALES DE DEFRAUDACIÓN

Podemos diferenciar, generalmente, entre delitos de daños, los cuales producen un simple
menoscabo en el patrimonio personal, y delitos de enriquecimiento, en los cuales el
menoscabo patrimonial persigue el enriquecimiento del sujeto activo. Dentro de estos ú ltimos
tipos de delitos encontramos los delitos de apoderamiento y, los que vamos a estudiar, los
delitos de defraudació n.
En el Capítulo VI del Título XIII se recoge una serie de delitos bajo la rú brica de «De las
defraudaciones». En ellos lo fundamental es el engañ o, bien ocupando el papel rector de la
acció n, como ocurre en la estafa, o bien siendo algo derivado de la acció n, como ocurre en la
administració n desleal y en la apropiació n indebida.
En todos estos delitos el bien jurídico protegido tiene un cará cter patrimonial, pudiéndoseles
considerar, por tanto, como delitos contra el patrimonio.

1. ESTAFA (art. 248 CP)


-Concepto genérico
«Las estafas» son una serie de hechos que tienen como denominador comú n el que se produce
un perjuicio patrimonial mediante una conducta engañ osa. A través de esta característica
comú n, el engañ o, la doctrina ha ido elaborando un concepto genérico de estafa capaz de
acoger las diversas formas de aparició n de ésta; utilizació n de engañ o bastante para producir
error en otro, induciéndole a realizar un acto de disposició n patrimonial en perjuicio propio o
ajeno, todo ello con á nimo de lucro.
La estafa es un delito comú n.
-Bien jurídico protegido
Bien jurídico protegido comú n a todas las modalidades de estafa es el patrimonio ajeno en
cualquiera de sus elementos integrantes, bienes muebles o inmuebles, derechos, etc., que
pueden constituir el objeto material del delito. Esto no quiere decir que en la estafa sea el
patrimonio como un todo el bien jurídico protegido, sino solamente que la estafa puede incidir
en cualquiera de los elementos integrantes del patrimonio.

-TIPO BÁSICO (art. 248.1 CP)


El apartado 1 del art. 248 define la estafa: «Cometen estafa los que, con ánimo de lucro,
utilizaren engaño bastante para producir error en otro, induciéndolo a realizar un acto de
disposición en perjuicio propio o ajeno».
Los elementos esenciales para la existencia de la estafa son:
1- La utilizació n de un ENGAÑO
2- para producir un ERROR
3- induciendo a realizar un ACTO DE DISPOSICIÓN (la víctima de manera voluntaria, aunque
esta voluntariedad este viciada, traslada el bien)
4- en PERJUICIO propio o ajeno
Entre engañ o y perjuicio debe mediar una relació n causa-efecto, de tal manera que el engañ o
sea el motivo o causa del perjuicio. Si falta esta relació n no existe estafa. Es decir, los elementos
se deben producir en ese orden, si se producen en otro orden no sería estafa.
Ademá s, todo esto debe hacerse con á nimo de lucro.

-TIPO OBJETIVO
Veamos ahora cada elemento uno por uno:
a) ENGAÑO. El primer elemento hace referencia a la conducta engañ osa. El engañ o debe ser
antecedente, causante y bastante. Se trata de una simulació n o disimulació n capaz de inducir a
error a una o varias personas por cualquier medio. Puede consistir tanto en la afirmació n de
hechos falsos como en la simulació n o desfiguració n de los verdaderos. Ejemplo de lo primero:
la atribució n de influencia que no se tiene o de bienes inexistentes; de lo segundo: la
defraudació n en la calidad de una cosa.
El concepto de engañ o es un concepto tan amplio que só lo puede ser limitado en funció n del
concepto mismo de estafa, conectá ndolo con los otros elementos de la misma, y de la finalidad
preventiva y político-criminal específica del Derecho penal, reservá ndolo para aquellos
ataques fraudulentos al patrimonio verdaderamente graves, tanto cuantitativa como
cualitativamente.
Especialmente problemá tica es la posibilidad de la comisión por omisión en la estafa. En el
art. 251.2º se tipifica expresamente el disponer de una cosa como libre sabiendo que estaba
gravada, lo que implica la omisió n del deber de comunicar el gravamen a la otra parte. Fuera de
este caso se discutía en la doctrina si existe estafa cuando se callan defectos o vicios de las
cosas vendidas. El Tribunal Supremo admite la modalidad omisiva cuando no se declaran
circunstancias existentes en el momento de contratar, que, de ser conocidas, hubieran
impedido la contratació n.
El engañ o debe ser previo al resto de elementos de la estafa y causante del error y del acto de
disposició n.
Ademá s, como hemos dicho anteriormente, debe ser bastante, es decir, idó neo y suficiente para
producir error en el sujeto. El que el engañ o sea o no causa adecuada para producir error es
una cuestió n que debe resolverse en atenció n a las diversas circunstancias concurrentes. Es
suficiente con que, en abstracto, pueda racionalmente ejercer una influencia en el á nimo del
sujeto pasivo que le mueva a hacerla disposició n patrimonial. Pero también debe tenerse en
cuenta la personalidad del sujeto, su inteligencia, su edad, sus relaciones con el sujeto activo,
etc.
- Idoneidad objetiva: suficiente para producir error en una persona de mediana
perspicacia y diligencia.
- -Idoneidad subjetiva: suficiente para producir error en el caso concreto (condiciones
personales del sujeto y circunstancias concurrentes)
b) ERROR en otro. Se basa en la falsa representació n de la realidad que determina
desconocimiento o conocimiento deformado de la misma.
El error debe ser consecuencia del engañ o y causa del acto de disposició n. Si no hay error, pero
sí engañ o bastante, hay tentativa punible.
c) ACTO DE DISPOSICIÓN. El engañ ado a consecuencia del error debe realizar una disposició n
patrimonial. Es decir, cualquier acció n voluntaria (aunque viciada) mediante el que se fisponga
de la propiedad, la posesió n, el uso, etc. de un bien propio o ajeno, que puede consistir tanto en
un hacer (entregar una cosa, prestar un servicio, realizar un pago), como en un omitir
(renunciar a un crédito).
d) PERJUICIO. La disposición patrimonial del engañado debe haber producido un perjuicio para el
engañado o para un tercero. Este perjuicio es de carácter patrimonial, es decir, un menoscabo patrimonial
económicamente valorable (la cantidad influirá mucho para saber si es una estafa cualificada o básica)

¿Quiénes son los sujetos de un delito de estafa?


- Sujeto activo: cualquier persona
- Sujeto pasivo: titular del patrimonio menoscabado
El engañ o puede actuar sobre el perjudicado o sobre otra persona. Cuando el
perjudicado es una persona distinta al engañ ado se habla de estafa en triá ngulo. Un
caso de estafa en triá ngulo es la llamada estafa procesal, que se da cuando se
manipulan las pruebas o se usa otro fraude procesal similar para provocar error en
el juez o tribunal llevá ndole a dictar una resolució n que perjudique a un tercero.

-TIPO SUBJETIVO
Correlativamente al perjuicio suele producirse un provecho para el autor del engañ o o para un
tercero. Por eso, la estafa está dentro de los delitos patrimoniales llamados de
«enriquecimiento». Este provecho debe ser la finalidad del autor al cometer el delito, por lo que
es de extraordinaria importancia para la caracterizació n de la tipicidad, pues ésta, como en
otros delitos patrimoniales, requiere un elemento subjetivo específico, el á nimo de lucro.
Dentro del tipo subjetivo se requiere, ademá s, el dolo, que debe abarcar o referirse a los
elementos objetivos, es decir, al engañ o, al error, a la disposició n patrimonial y a la causació n
de un perjuicio.
La diná mica lucro -perjuicio es, en definitiva, el leit -motiv de toda estafa. El «ánimo de lucro»
se perfila en estos casos a través de todo un montaje en el que lo ú nico que está claro es que de
ningú n modo se piensa asumir como propios los posibles perjuicios que del negocio se deriven.
Beneficios para todos, perjuicios para los demá s, sería pues, una forma de «á nimo de lucro»,
por lo demá s muy corriente en el á mbito de los grandes negocios y empresas arriesgadas. No
es, pues, el lucro como tal, sino la forma fraudulenta de conseguirlo lo que caracteriza al delito
de estafa.

-CONDUCTAS ASIMILADAS A LA ESTAFA


- Fraude informático (art. 248.2.a))
El art. 248.2.a) considera también reos de estafa a «los que, con á nimo de lucro, y valiéndose de
alguna manipulació n informá tica o artificio semejante, consigan una transferencia no
consentida de cualquier activo patrimonial en perjuicio de otro». Constituiría este delito, por
ejemplo, la conducta del hacker que se introduce mediante su ordenador en el de un Banco y
ordena una transferencia a su favor o consigue modificar el programa de dicho Banco para que
se transfieran los decimales de todas las operaciones que se realicen en él a una determinada
cuenta a su nombre. Otros ejemplos de fraude informá tico son phishing, captura de teclas, etc.
En este delito de fraude informá tico se produciría la manipulació n informá tica o la realizació n
de un artificio semejante y esto produciría la transferencia no consentida de cualquier activo
patrimonial y esto daría ligar a un perjuicio.
Es muy importante saber diferenciar esto de una estafa de tipo bá sico realizada a través de
medios informá ticos, por ejemplo, la estafa nigeriana, estafa romá ntica, etc.
- Conductas relacionadas con el fraude informático (art. 248.2.b))
El art. 248.2.b) considera también reos de estafa a «los que fabricaren, introdujeren, poseyeren
o facilitaren programas informá ticos específicamente destinados a la comisió n de las estafas
previstas en este artículo». Sin embargo, la equiparació n a efectos de pena de estas conductas a
la estafa propiamente dicha es discutible, ya que, en realidad, se trata de actos preparatorios.
- Abuso de las tarjetas de crédito (art. 248.2.c))
Segú n el art. 248.2.c) se consideran también reos de estafa a «los que, utilizando tarjetas de
crédito o débito, o cheques de viaje, o los datos obrantes en cualquiera de ellos, realicen
operaciones de cualquier clase en perjuicio de su titular o de un tercero»

-CONSUMACIÓN
La estafa se consuma con la producció n del perjuicio patrimonial; no es preciso que se haya
producido el correspondiente provecho. Existe tentativa con la realizació n de la conducta
engañ osa. En los casos en los que se acepta una letra de cambio, o se firma un pagaré o
cualquier otro documento de reconocimiento de deuda, sin á nimo de pagar cuando acabe el
plazo, la estafa no se consuma hasta el momento del impago. Hay tentativa cuando la
intervenció n judicial o policial, la interposició n de demandas, etc., impiden oportunamente el
dañ o patrimonial. En las estafas contractuales es necesaria la efectiva ejecució n de las
prestaciones prometidas parala consumació n del delito.
-CONCURSO
El problema del concurso con otros delitos es especialmente difícil en lo que se refiere al
concurso entre la estafa y las falsedades en documento privado que se realizan para procurarse
un provecho patrimonial ilícito y que en la realidad son medios para la comisió n de estafa. El
problema es de difícil solució n, teniendo en cuenta la existencia en nuestro Có digo de las
falsedades lucrativas en documentos privados como delitos autó nomos distintos de las estafas.
La cuestió n es discutida y no hay un criterio jurisprudencial claro o uná nime; el Tribunal
Supremo se inclina por la absorció n de estas falsedades en las estafas, a no ser que la falsedad
tenga igual o mayor pena, castigando entonces só lo por falsedad. Ningú n problema hay, en
cambio, para admitir el concurso de delitos medial entre la estafa y la falsedad en documentos
pú blicos, oficiales o mercantiles. En el Acuerdo del pleno no jurisdiccional del Tribunal
Supremo de 8 de marzo de 2002 se establece que cuando se utiliza un cheque falso para
cometer una estafa hay concurso de delitos entre el art.392 y la estafa.

TIPO PRIVILEGIADO
-PENALIDAD
Segú n el art. 249, los reos de estafa será n castigados con la pena de prisió n de seis meses a tres
añ os. Para la fijació n de la pena se tendrá en cuenta el importe de lo defraudado, el quebranto
econó mico causado al perjudicado, las relaciones entre éste y el defraudador, los medios
empleados por éste y cuantas otras circunstancias sirvan para valorar la gravedad de la
infracció n. El apartado 2 determina que, si la cuantía de lo defraudado no excediere de 400
euros, se impondrá la pena de multa de uno a tres meses.

-CUALIFICACIONES (art. 250 CP)


a) TIPOS CUALIFICADOS DE PRIMER NIVEL.
El art. 250.1 contiene ademá s una serie de cualificaciones, que obligan a imponer la pena de
prisió n de uno a seis añ os y la de multa de seis a doce meses.
– La primera de estas cualificaciones se aplica cuando la estafa recae sobre «cosas de
primera necesidad, viviendas u otros bienes de reconocida utilidad social». En principio,
su sola concurrencia determina la apreciació n del tipo cualificado. Si, ademá s, concurre
con la circunstancia 4ª, 5ª, 6ª o 7ª, las penas será n de prisió n de cuatro a ocho añ os y
multa de doce a veinticuatro meses. Con ello se pretende castigar con dureza las
estafasen á mbitos de gran trascendencia social como la construcció n de viviendas, etc.

– La cualificació n segunda hace referencia al abuso de firma de otro, o a la sustracció n,


ocultació n o inutilizació n en todo o en parte de algú n proceso, expediente, protocolo o
documento pú blico u oficial de cualquier clase. El abuso de firma de otro se producirá
cuando el engañ ado entrega un documento en blanco firmado al estafador, documento
que éste rellena después con un contenido no autorizado por el firmante y que le
produce un perjuicio a él o a un tercero. Lo fundamental es, por tanto, la manipulació n
del documento.
– La cualificació n tercera, referente a que las cosas recaigan sobre bienes del patrimonio
artístico, histó rico, cultural o científico.

– Las cualificaciones cuarta y quinta tienen en cuenta la gravedad del perjuicio causado
que, obviamente, no puede ignorarse a la hora de determinar la gravedad de la estafa.
La LO 5/2010, de 22 de junio, introdujo expresamente como tipo cualificado en la estafa
que «el valor de la defraudació n supere los 50.000 euros», y en la misma cualificació n
quinta la reforma de 2015 introdujo como factor de agravació n de la pena que la
defraudació n «afecte a un elevado nú mero de personas». En cualquier caso, también
cabrá aplicar el tipo cualificado del nú mero 4º cuando el valor de lo defraudado no
alcance esa cantidad, si se considera de especial gravedad «atendiendo a la entidad del
perjuicio y a la situació n econó mica en que deje a la víctima o a su familia».

– La cualificació n sexta (abusar de las relaciones personales con la víctima o aprovecharse


el autor de su credibilidad empresarial o profesional). Habrá que exigir para aplicar
estas cualificaciones algo má s que un simple abuso de confianza o de superioridad, ya
de por sí agravantes genéricas (art.22.2ª y 6ª) y de algú n modo consustanciales al
propio engañ o. Así, por ejemplo, podrá aplicarse esta cualificació n cuando la relació n
sea de especial confianza, como la de la anciana que confía el cobro de su pensió n al
director de la institució n en la que reside.

– La cualificació n séptima hace referencia, como ya se ha mencionado, a un caso de estafa


en triá ngulo, la estafa procesal, que se define del siguiente modo: «Incurren en la
misma los que, en un procedimiento judicial de cualquier clase, manipularen las
pruebas en que pretendieran fundar sus alegaciones o emplearen otro fraude procesal
aná logo, provocando error en el juez o tribunal y llevá ndole a dictar una resolució n que
perjudique los intereses econó micos de la otra parte o de un tercero».

– La reforma de 2015 introdujo una nueva cualificació n en el nú mero 8 del art. 250.1,
aplicable cuando al delinquir el culpable hubiera sido condenado ejecutoriamente al
menos por tres delitos comprendidos en este Capítulo, es decir, cuando es reincidente.
Salvo si concurrieran delitos leves.

b) TIPOS CUALIFICADOS DE SEGUNDO NIVEL


En el apartado 2 del art. 250 se determina que «si concurrieran las circunstancias incluidas en
los numerales 4º, 5º, 6º o 7º con la del numeral 1º del apartado anterior, se impondrá n las
penas de prisió n de cuatro a ocho añ os y multa de doce a veinticuatro meses. La misma pena se
impondrá cuando el valor de la defraudació n supere los 250.000 euros».
-Tipos específicos
El art. 251 tipifica expresamente una serie de estafas que obedecen al mismo concepto general
de estafa, pero que tienen un marco penal específico (pena de prisió n de uno a cuatro añ os).
Estas estafas específicas son:
a) Las estafas del art. 251.1º y 2º
El art. 251.1º castiga al que, atribuyéndose falsamente sobre una cosa mueble o inmueble
facultad de disposició n de la que carece, bien por no haberla tenido nunca, bien por haberla ya
ejercitado, la enajenare, gravare o arrendare a otro, en perjuicio de éste o de tercero, es decir,
el que se atribuye falsamente la capacidad de disposició n; y el apartado 2º al que dispusiere de
una cosa mueble o inmueble ocultando la existencia de cualquier carga sobre la misma, o al
que, habiéndola enajenado como libre, la gravare o enajenare nuevamente antes de la
definitiva transmisió n al adquirente, en perjuicio de éste, o de un tercero, es decir, la ocultació n
de carga y doble venta.
El delito contenido en el apartado 1º constituye claramente un supuesto específico de la estafa
propia del art. 248.1. Otra cosa sucede con los supuestos del apartado 2º. La venta de una cosa
gravada ocultando el gravamen puede ser indudablemente estafa frente al adquirente (sobre
todo cuando éste es una persona poco instruida que, confiando en la palabra del vendedor, no
comprueba la existencia del gravamen), no desde luego frente al titular de la hipoteca que
conserva intacto su derecho erga omnes. La equiparació n a este supuesto de los casos de
«doble venta» o de gravamen del inmueble tras haberlo vendido, antes de la entrega al
adquirente, puede ser problemá tica. Por eso es necesario exigir en todos estos casos la
presencia de los elementos conceptuales de la estafa.

2. APROPIACIÓN INDEBIDA (art.253 CP)


Tras la reforma de 2015, la nueva redacció n del art. 253 CP dice: «1. Serán castigados con las
penas del artículo 249 o, en su caso, del artículo 250, salvo que ya estuvieran castigados con una
pena más grave en otro precepto de este Código, los que, en perjuicio de otro, se apropiaren para
sí o para un tercero, de dinero, efectos, valores o cualquier otra cosa mueble, que hubieran
recibido en depósito, comisión, o custodia, o que les hubieran sido confiados en virtud de
cualquier otro título que produzca la obligación de entregarlos o devolverlos, o negaren haberlos
recibido. 2. Si la cuantía de lo apropiado no excediere de 400 euros, se impondrá una pena de
multa de uno a tres meses».

Diferencias con la estafa, el hurto, la malversació n y la administració n desleal


El comú n origen histó rico con la estafa y con el hurto hace a veces difícil delimitar la
apropiació n indebida de estos dos delitos.
– La diferencia con la estafa es de tipo morfoló gico y comisivo. En la apropiació n indebida no
existe el engañ o previo que en la estafa es esencial. En la apropiació n indebida la posesió n de la
cosa es originariamente lícita y después surge el á nimo de apropiá rsela ilícitamente. En la
estafa, cuando lo que se consigue es la posesió n de una cosa mueble, dicha posesió n va
precedida desde el primer momento por una conducta engañ osa que precisamente es el origen
o la causa de esa constitució n, con lo que la posesió n es desde ese momento ilícita. Esta tesis es
dominante desde antiguo tanto en la jurisprudencia como en la doctrina; sin embargo, en la
praxis se plantean muchas veces problemas de prueba del engañ o previo que determinan
alternativamente la aplicació n de la apropiació n indebida cuyo marco penal es el de la estafa.
– Tampoco plantea ya mayores problemas, teó ricos y prá cticos, la diferenciació n entre
apropiació n indebida y hurto. En términos generales, la apropiació n indebida difiere del hurto
en no mediar sustracció n, sino apropiació n ilegítima de algo que ya se posee legítimamente. El
sujeto activo de la apropiació n indebida debe estar, por tanto, en posesió n de la cosa de la que
se apropia, siendo la propiedad directamente el bien jurídico protegido en este delito. Pero la
cuestió n se complica cuando se trata de determinar el alcance de esa posesió n. Existen hechos
de apoderamiento de cosas muebles respecto a las cuales el sujeto activo tiene una relació n
posesoria y que, sin embargo, son calificados como hurtos. La distinció n hurto-apropiació n
indebida en el Derecho penal españ ol no puede llevarse a cabo en base al concepto de posesió n
—que, por otra parte, no es pacífico ni está firmemente delimitado en el Derecho privado—,
sino en base al título en virtud del cual se tiene la posesió n. Por imperativo del art. 253, dicho
título debe ser en la apropiació n indebida uno de los allí señ alados que produzca obligació n de
entregar o devolver los objetos recibidos. Así, será hurto el apoderamiento de las cantidades
cobradas por la ordenanza de un Banco, y apropiació n indebida el realizado por el director de
la sucursal. Comú n con el hurto es en la apropiació n indebida solamente el objeto material
sobre el que recae la acció n: cosa mueble ajena.
– La malversació n de patrimonio pú blico, que como delito contra la Administració n pú blica se
tipifica en los arts. 432 y ss., se distingue de la apropiació n indebida en que en la malversació n
el sujeto activo debe ser autoridad o funcionario pú blico y el objeto material del que se apropia
o que administra indebidamente debe ser patrimonio pú blico.
– En cuanto a las diferencias con la administració n desleal, la cuestió n es má s compleja en la
medida en que hasta la reforma de 2015 ambas figuras se regulaban en gran parte
conjuntamente. Con la regulació n actual, comete apropiació n indebida el que recibe la posesió n
de una cosa mueble por un título que le obliga a devolverla o entregarla y realiza algú n acto
que implica el incumplimiento definitivo de esta obligació n, mientras que responde del delito
de administració n desleal quien tiene facultades de disposició n de un patrimonio ajeno y
realiza sobre él actos para los que no estaba autorizado y que causan un perjuicio al
administrado, sin que tenga por qué haber á nimo de apropiació n. Las diferencias entre ambos
delitos son, sin embargo, sutiles, aunque la delimitació n no tiene consecuencias demasiado
relevantes al tener prevista la misma pena.

La distinció n propiedad-posesió n y su relevancia en la apropiació n indebida


Al igual que la posesió n derivada de alguno de los títulos citados en el art. 253 sirve para
diferenciar el delito de apropiació n indebida del hurto, también la propiedad sirve para
delimitar la apropiació n indebida de otros delitos e incluso del á mbito de la má s absoluta
impunidad. La libre disposició n de los bienes del art. 1911 del Có digo civil. La lesió n de este
deber, colocá ndose en insolvencia, puede constituir todo lo má s una insolvencia punible, un
alzamiento de bienes, por ejemplo, pero nunca una apropiació n indebida. La cotitularidad
sobre cuentas corrientes autoriza, por tanto, a cualquiera de los titulares a disponer de la
totalidad, independientemente de la cuestió n civil de reclamació n de cantidad que pueda
plantearse por la otra parte titular de la cuenta.
La propiedad de las cosas por parte del sujeto que dispone de ellas destipifica el delito de
apropiació n indebida. De aquí se desprende que no pueda castigarse por apropiació n indebida
el hecho de que el prestatario no devuelva la cosa fungible objeto del préstamo o mutuo, pues
este contrato transmite la propiedad y no la posesió n de las cosas prestadas.

-TIPO BÁSICO
-TIPO OBJETIVO
De lo dicho se desprende que la acción en el delito de apropiació n indebida del art. 253
consiste en actos de apropiació n o disposició n de las cosas, es decir, en disponer de ellas «como
si fueran propias», transmutando la posesió n lícita originaria en una propiedad ilícita o
antijurídica. Esta acció n se puede llevar a cabo bien por actos positivos o bien negando
haberlas recibido.

- Actos dispositivos. La disposició n, para la que no se está autorizado, implica un acto


de apropiació n del sujeto que dispone siendo só lo poseedor. En el art. 253 se habla
ahora só lo de quienes se «apropiaren», habiéndose eliminado en la reforma de 2015
la expresió n «o distrajeren». En todo caso, no basta con un simple mal uso de la cosa
poseída, sino que son precisos verdaderos actos de apropiació n, entendiendo por
apropiació n cualquier conducta que implique un incumplimiento definitivo de la
obligació n de entregar o devolverla cosa recibida. La mal llamada «apropiació n
indebida de uso» no encaja, pues, en el art. 253 CP.

- Negar haber recibido las cosas. Si, faltando a la verdad, se niega haber recibido una
cosa mueble con obligació n de entregarla o devolverla, existe una presunció n de
apropiació n, de ahí que se mencione expresamente esta modalidad comisiva. Pero
también existe esta presunció n, aunque no se mencione expresamente, cuando se
afirma, falsamente, haber ya devuelto la cosa entregada. En ambos casos la intenció n
es la misma: apropiarse de las cosas. Lo importante no es la modalidad comisiva de
la apropiació n, sino el que ésta revele el á nimo de apropiarse de la cosa por hechos
concluyentes.

-Bien jurídico protegido


La propiedad.
-El objeto material del delito.
Ha de ser una cosa mueble (por ej., dinero, efectos, valores, animales; el concepto de «cosa
mueble» debe entenderse en sentido funcional). En la reforma de 2015 se eliminó la referencia a
los «activos patrimoniales», expresió n que se interpretaba como referida a los derechos sobre
inmuebles, por lo que ahora habrá que entender que su disposició n indebida constituye
administració n desleal.
Las cosas muebles objeto de la apropiació n han de ser recibidas en depó sito, comisió n o
custodia. Es decir, la cosa ha de tenerse por un título traslativo de la posesió n. En la frase «en
virtud de cualquier otro título» han de entenderse comprendidos otros contratos traslativos de
la posesió n como el comodato, el mandato, la prenda con desplazamiento, el arrendamiento y
la aparcería. No pueden asimilarse a estos títulos el contrato de préstamo o mutuo, porque
transmite la propiedad.
Si nos vamos a un ejemplo de contrato de sociedad no hay obstá culo legal alguno que impida
que uno de los socios sea castigado por apropiació n indebida cuando dispone ilícitamente de
bienes muebles del patrimonio comunitario en cuya posesió n estaba por un título que implica
la obligació n de entregarlos o devolverlos, pero si se trata de una administració n desleal del
patrimonio social entonces el delito aplicable es el de administració n desleal previsto en el art.
252 CP.

-TIPO SUBJETIVO.
Se exige el á nimo de lucro referido a la intenció n de apropiarse de la cosa, o de disponer de ella
sin facultades para ello, lo que produce un perjuicio en el sujeto pasivo. El á nimo de devolució n
posterior a la apropiació n no excluye el dolo, pero puede constituir el presupuesto subjetivo de
la impunidad por desistimiento voluntario o de la atenuació n en los casos de reparació n del
dañ o posterior a la consumació n.

-TIPO PRIVILEGIADO
-Cusas de justificación.
El delito de apropiació n indebida es el resultado de una serie de negocios jurídicos que
motivaron la entrega o transmisió n de la posesió n de las cosas y que muchas veces condicionan
su antijuricidad. Como causas de justificació n suelen invocarse el derecho de retenció n y el
estado de liquidació n de cuentas pendientes.
-Consumación
El resultado de la apropiació n indebida consiste en la apropiació n, que se manifiesta al
realizarse los actos de disposició n o al negar haber recibido las cosas poseídas, y en el
consiguiente perjuicio que la apropiació n produce en el titular del derecho a exigirla entrega o
devolució n de las cosas. Normalmente apropiació n y perjuicio suelen coincidir, pero si, a pesar
de los actos dispositivos, no se llega a producir el perjuicio patrimonial lesivo para el sujeto
pasivo, el delito no se consuma y cabe la tentativa. La cuestió n tiene trascendencia para
apreciar la impunidad en los casos de desistimiento voluntario que habrá que admitir cuando
gracias a ese desistimiento el perjuicio no se produce. Distinto del desistimiento es la
reparació n del dañ o, es decir, posterior a la producció n del perjuicio, que todo lo má s puede
constituir una circunstancia atenuante (art.21.5ª).

3. ADMINISTRACIÓN DESLEAL (art. 252 CP)


La reforma de 2015 creó en la Secció n 2ª el delito de administració n desleal, que se tipifica en
el art. 252, con la siguiente redacció n: «1. Será n punibles con las penas del artículo 249 o, en su
caso, con las del artículo 250, los que teniendo facultades para administrar un patrimonio
ajeno, emanadas de la ley, encomendadas por la autoridad o asumidas mediante un negocio
jurídico, las infrinjan excediéndose en el ejercicio de las mismas y, de esa manera, causen un
perjuicio al patrimonio administrado.2. Si la cuantía del perjuicio patrimonial no excediere de
400 euros, se impondrá una pena de multa de uno a tres meses».
Con ello se ha querido resolver una distinció n puramente conceptual (que no afecta en nada a
la penalidad, que es la misma que en el delito de estafa y el de apropiació n indebida) entre la
apropiació n y la administració n, que la anterior regulació n englobaba dentro del mismo
precepto al incluir la administració n entre los títulos que podían dar lugar al delito de
apropiació n indebida.

-TIPO BÁSICO
-TIPO OBJETIVO
-Sujeto activo y sujeto pasivo.
Sujeto activo só lo puede ser quien, por disposició n de la ley, por dictado de la autoridad o por
asunció n voluntaria mediante un negocio jurídico, tiene facultades para administrar un
patrimonio ajeno. Ello incluye no só lo a quienes hayan sido formalmente nombrados como
administradores y a quienes integran el consejo de administració n de una sociedad, sino
también a cualquiera que, de hecho, tenga facultades de administració n.
Sujeto pasivo es el titular del patrimonio administrado, que puede ser tanto una persona
física, como una persona jurídica. Objeto material puede ser no solamente cosas muebles, por
ejemplo, dinero. Sino que el art. 252 se refiere a la administració n de un «patrimonio», que es
un concepto má s amplio en el que hay que incluir también inmuebles, valores, etc.

-Acción tipificada.
La acció n consiste en excederse en el ejercicio de las facultades de administració n causando
con ello un perjuicio al patrimonio administrado. No se incluyen aquí las conductas que
supongan directamente apropiació n de los bienes muebles que se tengan en posesió n para ser
administrados, porque ello daría lugar al delito de apropiació n indebida, pero sí la disposició n
de bienes inmuebles, la constitució n de obligaciones o cualquier otra conducta que el
administrador realice infringiendo los deberes de su cargo y que haya supuesto la causació n de
un perjuicio econó mico al administrado.

-TIPO SUBJETIVO
Es necesario el dolo, por lo que no se incluyen aquí los supuestos de causació n de un perjuicio
econó mico al administrado por impericia o negligencia. Tampoco se exige á nimo de lucro
propio o ajeno, lo que puede ampliar el á mbito de la tipicidad má s allá de lo recomendable.

4. ALZAMIENTO DE BIENES. (art.257 CP)


El número 1º del apartado 1 del art. 257 castiga con las penas de prisió n de uno a cuatro
añ os y multa de doce a veinticuatro meses al que «se alce con sus bienes en perjuicio de sus
acreedores». En la expresió n «se alce» se incluyen todas las formas de ocultació n por parte del
deudor de sus bienes para evitar que los acreedores puedan satisfacer en ellos sus créditos. El
número 2º del mismo apartado 1 dispone que las mismas penas se aplican también a «quien
con el mismo fin realice cualquier acto de disposición patrimonial o generador de obligaciones
que dilate, dificulte o impida la eficacia de un embargo o de un procedimiento ejecutivo o de
apremio, judicial, extrajudicial o administrativo, iniciado o de previsible iniciación».

-Bien jurídico protegido


El bien jurídico protegido es el derecho a la satisfacció n patrimonial de los acreedores en el
patrimonio del deudor en caso de que éste incumpla sus obligaciones.
El incumplimiento de las obligaciones por parte del deudor carece, como tal incumplimiento,
de relevancia como bien jurídico protegido en este delito. Só lo cuando ese incumplimiento va
acompañ ado de la frustració n del interés del acreedor, porque éste evade los bienes que está n
adscritos al cumplimiento de las obligaciones, es cuando se justifica la intervenció n del
Derecho penal.
En el apartado 3 se incluye la independencia de que el acreedor sea un particular o cualquier
persona jurídica, pú blica o privada. El segundo párrafo de este apartado 3 refuerza la
protecció n del crédito contenida en el pá rrafo anterior, elevando la pena a la de prisió n de uno
a seis añ os y multa de doce a veinticuatro meses «en el caso de que la deuda u obligació n que
se trate de eludir sea de Derecho pú blico y la acreedora sea una persona jurídico-pú blica, o se
trate de obligaciones pecuniarias derivadas de la comisió n de un delito contra la Hacienda
Pú blica o la Seguridad Social».
- Autonomía y relación con otras figuras

El alzamiento de bienes que ahora se tipifica en el apartado 1.1º del art. 257 figura como un tipo autónomo
frente a la estafa y a la apropiación indebida. De la estafa se distingue por la no exigencia en el alzamiento
del engaño previo. De los tipos especiales de estafa: se distingue por los distintos sujetos pasivos: acreedor
en el alzamiento, no acreedor en los otros delitos. De la apropiación indebida, por la distinta cualidad del
objeto material, los bienes, que en el alzamiento son propios y en la apropiación indebida, ajenos.
-TIPO BÁSICO

-TIPO OBJETIVO
El tipo objetivo de todos los delitos que hemos incluido bajo el nombre de alzamiento de bienes
descansa en la existencia de una relació n jurídica obligacional que debe ser preexistente a la
comisió n del delito, aunque no es necesario que esté vencida. La determinació n de la existencia
de este presupuesto lo hará el tribunal delo penal con total independencia; aunque, en los
casos en que ese presupuesto sea objeto de litigio ante otro tribunal (no penal), deberá esperar
a la resolució n de éste, no para quedar vinculado a su decisió n, sino para tenerla en cuenta
como un hecho má s (cuestiones prejudiciales).
-Sujeto activo y pasivo.
El sujeto activo del delito de alzamiento de bienes só lo puede ser el deudor. Debe considerarse
este delito, por tanto, como un delito especial, en el que só lo puede ser autor el que ostenta tal
cualidad de deudor y de propietario de los bienes alzados. Al respecto, conforme al art. 31 del
Có digo penal se pueden atribuir las cualidades que exige el tipo, en este caso la de deudor, al
que «actú e como administrador de hecho o de derecho de una persona jurídica, o en nombre o
representació n legal o voluntaria de otro». El art. 31 es aplicable también al «administrador de
hecho», que sin tener ningú n cargo o representació n domina o controla la persona jurídica .
Sujeto pasivo es el acreedor o acreedores titulares del bien jurídico protegido afectado por la
acció n del deudor.
-Acción
La acció n consiste en el delito del apartado 1.1º del art. 257 en «alzarse», que debe
interpretarse en el sentido de «ponerse voluntariamente en situació n de insolvencia». En el art.
257.1.2º se especifican diversas maneras de provocar esta insolvencia: realizar cualquier acto
de disposició n patrimonial o generador de obligaciones. Todas estas modalidades de la acció n
pueden reducirse a la ocultació n material de los bienes del deudor (cosa mueble) o a su
desaparició n sirviéndose de medios jurídicos, bien por disminució n del activo o bien por
aumento del pasivo. En el alzamiento de bienes previsto en el nú mero 2º del apartado 1 del art.
257, la acció n debe realizarse para impedir la eficacia de un embargo o procedimiento similar
ya iniciado o de previsible iniciació n, pero esto no quiere decir que las insolvencias realizadas
antes de este momento sean impunes, ya que en todo caso puede aplicarse el nú mero 1º del
mismo apartado. En todo caso, como consecuencia de alguna de las acciones descritas en el
pá rrafo anterior debe producirse un estado de insolvencia.
-Objeto del delito
El objeto material de todas las modalidades de alzamiento son los bienes propiedad del
deudor. En ellos deben comprenderse tanto los materiales como los inmateriales, los muebles e
inmuebles y también los créditos.
-TIPO SUBJETIVO
Esta frustració n de la satisfacció n del acreedor, cuando desaparecen los bienes del deudor, es
un dato puramente objetivo. Su constatació n no puede dar lugar, sin má s, a la existencia de
estos delitos. En el art. 257.1.1º se exige que la acció n se realice «en perjuicio de sus
acreedores», en el art. 257.1.2º se dice «con el mismo fin», y en el apartado 3 se hace referencia
a la obligació n «cuya satisfacció n o pago se intente eludir». Tales expresiones han de
entenderse en el sentido de que el deudor debe tener conciencia de que puede perjudicar a sus
acreedores

-TIPO PRIVILEGIADO
- CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN
Si el deudor, al no poder atender a todos sus acreedores, paga a uno de ellos en detrimento del
derecho de los demá s, su conducta quedará justificada siempre que se trate del pago
congruente de una obligació n exigible y no exista ya un estado de insolvencia actual o
inminente o un procedimiento concursal en el que se haya asignado una prelació n a los
créditos, en cuyo caso será aplicable el art. 260 CP.

ELUSIÓN DE RESPONSABILIDADES CIVILES DERIVADAS DE DELITO


(ART. 257.2)
El art. 257.2 CP castiga con las mismas penas que en el apartado 1 a quien contrajere
obligaciones que disminuyan su patrimonio u oculte por cualquier medio elementos de su
patrimonio sobre los que la ejecució n podría hacerse efectiva, con la finalidad de eludir el pago
de responsabilidades civiles derivadas de un delito que hubiere cometido o del que debiera
responder. La tipificació n expresa de esta conducta permite incluir conductas que no
encajarían en la definició n del alzamiento, ya que éste requiere que la relació n jurídica exista
ya y, por tanto, que el sujeto activo sea ya deudor (aunque la deuda no esté aú n vencida). En
este caso, sin embargo, el sujeto todavía no es deudor cuando realiza la conducta, pues lo que
se castiga aquí es la frustració n de responsabilidades civiles futuras. Ello supone una anomalía,
en la medida en que supone castigar por frustrar el cumplimiento de una obligació n que aú n no
ha surgido. Por ello, el legislador só lo castiga en estos casos los supuestos en los que lo que se
trata de frustrar son responsabilidades civiles futuras que se deriven de la comisió n de un
delito.
-Sujeto activo
Sujeto activo es la persona que resultará en el futuro deudor, pero tiene que ser precisamente
por una responsabilidad civil derivada de delito.
-Acción
La acció n consiste en «realizar actos de disposició n o contraer obligaciones que disminuyan su
patrimonio haciéndose total o parcialmente insolvente» (donaciones, negocios simulados, etc.).
Cualquier medio que provoque una situació n fá ctica de insolvencia. El á mbito de este delito se
circunscribe sin embargo a conductas realizadas con posterioridad a la comisió n del hecho
delictivo cuya responsabilidad civil se quiere frustrar, pero antes de la condena penal por ese
hecho (si se realizare después de este momento, sería aplicable el nú mero 1º del apartado 1 del
art. 257).

-PENALIDAD
Las distintas modalidades de alzamiento de bienes tienen asignadas en el art. 257.1 y 2 una
misma pena de prisió n de 1 a 4 añ os y multa de 12 a 24 meses; pero el apartado 3 establece
que, en el caso de que la deuda u obligació n que se trate de eludir sea de Derecho pú blico y la
acreedora sea una persona jurídico-pú blica, o cuando se trate de obligaciones pecuniarias
derivadas de la comisió n de un delito contra la Hacienda Pú blica o la Seguridad Social, la pena a
imponer será de prisió n de 1 a 6 añ os

TIPO CUALIFICADO

 si la deuda es de Derecho pú blico o deriva de la comisió n de un delito contra la HP o la


SS (art. 257.3.II CP).
 cuando concurran algunas de las circunstancias contempladas en los apds. 5 o 6 del
250.1 CP (art. 257.4 CP).

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