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DEDICATORIA:

Dedicamos el presente
trabajo de investigación a
nuestros catedráticos, por el
empeño día a día por
enriqueciéndonos con sus
conocimientos para ser
mejores

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I.INTRODUCCIÒN

La persona es, sin duda, el tema central del derecho, es tema fundamental de


la ciencia jurídica. Por eso continuamente es necesario recapacitar en él, e ir
considerando y reconsiderando los complejos asuntos que se ofrecen dentro
de la unidad del tema.

Al referirse a la persona, se tiene que fijar con claridad y precisión un concepto


que juega papel tan decisivo en nuestra sistemática jurídica, el derecho y el
Estado, debe necesariamente girar en torno a la persona humana, principio,
medio y fin de ellos, a punto tal que fija su sentido y destino, como la evolución
humana lo pone de manifiesto.

Sin duda alguna, la persona humana es el eje central del derecho y su


importancia transciende las fronteras del derecho civil para ingresar a otras
como el derecho laboral, tributario, procesal, constitucional, de los derechos
humanos.

Recordemos que el artículo 1 de la constitución Política del Perú, en adelante,


establece que la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad
son el fin supremo de la sociedad y el Estado.

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II MARCO TEÒRICO

a) CONCEPTO DE SUJETO DE DERECHO. LOS SUJETOS DE DERECHO


EN EL CÓDIGO CIVIL PERUANO

Artículo 1. Sujeto de Derecho

La persona humana es sujeto de derecho desde su nacimiento.

La vida humana comienza con la concepción. El concebido es sujeto de


derecho para todo cuanto le favorece. La atribución de derechos patrimoniales
está condicionada a que nazca vivo.

Sujeto de derecho y ser humano son dos términos indisociables, equivalentes.


Uno es consecuencia del otro. Entre sí se complementan, se integran para
proteger la vida humana en su máxima dimensión. Por antonomasia, el sujeto
de derecho es el ser humano, sin exclusiones. Él y solo él.

Es decir, el término sujeto de derecho es producto de la humanidad y surge con


el objetivo de atribuir prerrogativas (derechos) y deberes (obligaciones) a la
persona humana y diferenciarla de los no sujetos de derechos, como los
animales no humanos.

Pero, ciertamente, el hombre no solo y únicamente es sujeto de derecho, es


básicamente ser humano, digno y libre, decir lo contrario es minimizarlo,
olvidando que las normas jurídicas han de darse y desarrollarse teniendo en
cuenta la dignidad del hombre como persona y sus atributos como tal.

Para una doctrina nacional, se llama sujeto de derecho a todo ente capaz de
tener derechos o contraer obligaciones; todo “centro de imputación de deberes
y derechos”. La norma es la que, en los diversos sistemas jurídicos, cumple el
papel de determinar cuáles son los entes que obtienen el reconocimiento que
les permita convertirse en dichos centros de imputación, sujetos de derecho.

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Por tanto, ser sujeto de derecho implica ser destinatario, por parte del
ordenamiento jurídico, de derechos y obligaciones.

Y es que la existencia jurídica del hombre es clasificada por la ley tomando en


cuenta dos situaciones, una biológica y otra social. Así tenemos, al concebido y
a la persona natural para el primer caso y, a la persona jurídica y al ente no
personificado para el segundo, lo que permite una efectiva seguridad en las
relaciones sociales.

b) ATRIBUCIÓN DE DERECHOS PATRIMONIALES: CONDICIÓN


RESOLUTORIA

Los derechos patrimoniales que favorecen al concebido están sujetos


a condición resolutoria por lo que los goza de manera actual, durante su
existencia, y este goce se confirma si nace con vida y se convierte en persona
natural. Sin embargo, los derechos patrimoniales dejan de existir si durante el
proceso de gestación o en el instante del nacimiento muere, en mérito que ya
no es sujeto de derecho, situación en la que los derechos patrimoniales
retornan a quienes se los atribuyeron o, si fuera el caso, a sus sucesores.

c) EL DERECHO DE PERSONAS EN LA LEGISLACIÓN Y


JURISPRUDENCIA PERUANA

En el inicio de la vida humana, el embrión debe ser protegido como persona: se


denomina embrión al ser humano desde el momento de la fecundación, esto
es, desde el momento de la unión del óvulo y el espermatozoide hasta los
primeros meses de vida. Se trata de un individuo de la especie humana distinto
y dinámicamente autónomo respecto de la madre cuyo desarrollo es un
proceso continuo ordenado por tres principios: la coordinación de acuerdo a la
información contenida en el genoma, la continuidad y la gradualidad. En este
punto existe un amplio acuerdo en la doctrina científica, aunque algunos
autores apoyándose en los datos que nos dan las ciencias biológicas niegan la
condición individual del cigoto.

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Los tratados de Medicina siguen afirmando que el inicio de la vida humana
ocurre en el momento de la unión entre el óvulo y el espermatozoide. En
efecto, la Biología demuestra que desde el inicio de su desarrollo en el vientre
materno, el nuevo organismo albergado en él tiene un patrimonio genético
diverso al del padre y la madre que dirige el proceso posterior hasta el
momento de su muerte.

La pregunta que surge casi de inmediato es si en las fases iniciales de la vida


humana lo biológico del nuevo ser es ya humano o no. La respuesta es
afirmativa. Biológicamente, se ha comprobado que en el desarrollo de este
cuerpo no hay saltos cualitativos, y por tanto, los diversos términos con que
designa al ser humano en formación: cigoto, mórula o blastocito son
simplemente referenciales y didácticas, pero no pueden diferenciar un antes o
un después de adquirir la condición de persona. Antropológicamente, es el
inicio de un nuevo y original cuerpo humano, y aunque en el cigoto aún no se
vea la “forma” de la corporeidad humana desarrollada, lleva ya consigo todo lo
que aparecerá posteriormente en el adulto. Por lo tanto, podemos afirmar la
condición personal del embrión humano, y centrarnos en el tema de sus
derechos. En realidad, la selección de embriones, implica que tienen ya todas
las características de su ser humano. Como cualquier otra persona aquél es
titular, entre otros, del elemental derecho a la vida. Derecho, que en los últimos
tiempos se ha visto amenazado por la Biología y Medicina, ciencias que
debiendo estar dirigidas hacia el bienestar del hombre, constituyen, por
contradictorio que parezca, una gran amenaza contra la vida del cigoto. Uno de
los casos más saltantes es el de las técnicas de fecundación artificial.

El Estado no puede imponer a ningún profesional la prestación abortiva porque


en nuestro ordenamiento jurídico la vida del que va a nacer, es un bien, no
sólo constitucionalmente protegido, sino que encarna un valor central del
ordenamiento constitucional. Por ello se propugna la eliminación de toda
práctica abortiva, eugenésica, eutanásica o que manipule la vida humana.

La reforma actual se inspira en los postulados ideológicos del feminismo radical


o de género, y tiene como objetivo ideológico inculcar la idea de que abortar es
un tema de salud, ajeno a la vida del hijo, de forma que su restricción recortaría

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derechos de ciudadanía. El acto médico se dirige a prevenir la enfermedad o a
curarla. Pero el embarazo no será nunca de por sí una enfermedad, aunque
pueda conllevar complicaciones de salud, ser inesperado o incluso fruto de la
violencia. Por eso, abortar no es nunca curar, es siempre matar.

El contenido nuclear y permanente del Derecho civil, es por lo tanto, la persona


en sí misma y en sus relaciones familiares y patrimoniales. Por ello, debemos
abogar por el respeto a las personas como fines en sí mismas y jamás como
medios, o cosas utilizables en beneficio de algo o de alguien. Y éste es el valor
permanente del Derecho civil: la defensa de la persona como ser de fines,
entendida como ser humano.

El concepto de persona que utiliza nuestro Código civil hace una separación
entre “existencia legal” de la persona y existencia natural: la primera
comenzará con el nacimiento y la segunda con la concepción. Una
interpretación sistemática del Código civil, y del texto recogido en la
Constitución, junto con las leyes que acabamos de mencionar, me lleva a
afirmar que el nasciturus, el que está por nacer, es considerado un ser humano
y, por ello, una persona con derecho a la vida, no con un simple interés o bien
jurídico.

Siguiendo al filósofo Spaemann, no existe un tránsito paulatino desde “algo” a


“alguien”, de algo no deviene alguien. Si el ser persona fuera un estado, podría
surgir poco a poco. Pero si persona es alguien que pasa por diferentes
estados, entonces los supone todos. No comienza a existir después del hombre
ni se extingue antes que él .El ser personal no es el resultado de un desarrollo
sino la estructura característica de un desarrollo que mantiene una unidad a
través del tiempo. Esta unidad es la persona. Por eso en el lenguaje corriente
decimos: “yo fui engendrado”. “yo nací”, “yo dormía”, “yo estuve inconsciente”.
El “yo”, que es la persona, trasciende cada una de las etapas o situaciones y
las comprende todas. No supone las capacidades específicas del ser humano,
racionalidad, libertad, conciencia, etc., en acto, sino la pertenencia a la especie
humana. Por eso, los niños antes del uso de razón, los enfermos, los
discapacitados, los dementes, son personas. En el preámbulo de la
Declaración Universal de los Derechos del Hombre, se utiliza como criterio

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distintivo de la persona, la idea de la pertenencia a la familia humana. Todo
verdadero derecho autoriza al titular a defenderlo, y si él no puede, a los demás
a protegerlo. El fundamento de ese derecho no puede ser otro que el
reconocimiento de una común naturaleza personal, individuada en un
organismo concreto: la pertenencia biológica a la especie homo sapiens.

El “yo fui engendrado” es una realidad muy importante para tratar y valorar
adecuadamente, en el ámbito jurídico, la fase de la vida humana durante la
cual todavía no se es persona, por no haberse producido el nacimiento,
determinante de la concesión por el ordenamiento jurídico de la personalidad
civil, pero ya se es un ser humano vivo.

Ahora bien, podemos afirmar que hasta los grandes defensores del “derecho
ilimitado” de la mujer al aborto están de acuerdo con la afirmación realizada: el
inicio de la vida humana ocurre en el momento de la unión entre el óvulo y el
espermatozoide. Por ejemplo, el profesor y filósofo Peter Singer defensor del
“derecho al aborto” ha señalado que “no tengo dudas sobre el hecho de que la
vida comienza en el momento de la concepción”.

Como es bien sabido, en los últimos años se ha cuestionado el valor del


concepto de persona en bioética por distintos autores al disolver su
consistencia ontológica reduciéndolo a meras cualidades en acto como la
racionalidad y la autoconciencia. Singer utiliza el concepto de “persona en el
sentido de ser racional y autoconsciente, para abarcar aquellos elementos del
sentido popular de ser humano que no entran en el concepto de miembro de la
especie homo sapiens”. Para Singer, personas y seres humanos se pueden
reconducir a tres categorías

a) Los animales-personas como los mamíferos superiores y quizás ballenas,


delfines, elefantes, perros, cerdos y otros animales.
b) Los seres humanos personas, es decir, los seres humanos autoconscientes
y racionales;
c) Los miembros de la especie humana no personas: fetos, embriones,
personas en coma, etc.

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A las personas, por lo tanto, les corresponde un especial respeto, pero por el
planteamiento general de la ética de Singer, este concepto pierde relevancia a
favor de la sensibilidad ante el dolor, siendo éste el punto clave moral en su
posición: se ha de evitar el dolor donde se encuentre, tanto en seres humanos
como en los animales.

En el Derecho peruano se reconoce la personalidad jurídica del embrión como


ser humano en sentido pleno y protege la vida desde la fecundación hasta la
muerte natural. Es sujeto de derechos desde su concepción en todo cuanto le
favorece. Por lo tanto tenemos normas protectoras de la vida humana y de la
persona física: el ser humano es inviolable desde la concepción hasta la
muerte natural.

La Constitución peruana, de 1993, en los dos primeros artículos regula la


defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad como el fin supremo
de la sociedad y del Estado. Toda persona tiene derecho a la vida, a su
identidad, a su integridad moral, psíquica y física y a su libre desarrollo y
bienestar. El concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece.

El Código civil, de 1984, en su artículo 1° regula que: “la vida humana


comienza con la concepción. El concebido es sujeto de derecho para todo
cuanto le favorece. La atribución de derechos patrimoniales está condicionada
a que nazca vivo”.

El humanismo o personalismo jurídico es concorde con una visión del mundo


en la que el hombre es un fin en sí mismo y no un instrumento susceptible de
particular explotación u opresión por los demás hombres a través de un
sistema formal normativo que responde al particular interés de grupos
dominantes, cualquiera sea su posición ideológica. La persona humana, por
tanto, se constituye en cuanto sujeto de derecho en centro y término de las
relaciones jurídicas, en eje insustituible del Derecho. Dentro de esta
concepción, el patrimonio es sólo un instrumento del que se vale la persona
para el desenvolvimiento de su personalidad.

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Centrándonos de nuevo en el Derecho peruano, de igual manera, el Código de
los Niños y de los Adolescentes (CNA), promulgado el 7 de agosto del 2000,
define en su artículo 1° del Título Preliminar que: “Se considera niño a todo ser
humano desde su concepción hasta cumplir los 12 años de edad y adolescente
desde los 12 hasta cumplir los 18 años de edad. Si existiera duda acerca de la
edad de una persona, se le considerará niño o adolescente mientras no se
pruebe lo contrario”.

Continúa el legislador en el artículo 1° del CNA: “El niño y el adolescente tienen


derecho a la vida desde el momento de la concepción. El presente Código
garantiza la vida del concebido, protegiéndolo de experimentos o
manipulaciones genéticas contrarias a su integridad y a su desarrollo físico o
mental”. Queda clara la protección al concebido, que le da una especial
consideración en cuanto señala que se es niño desde el momento de la
concepción.

Son numerosas las sentencias en materia de Derecho de Personas emanadas


desde el Tribunal Constitucional, desde la Corte Suprema de Justicia y desde
otros Tribunales como el de Defensa de la Competencia y de la propiedad
intelectual, por lo que elegiré algunas de las más recientes y, otras que me han
parecido más interesantes en cuanto reflejan la protección que se brinda a la
persona humana desde el momento de la concepción.

d) REGISTRO NACIONAL DE IDENTIFICACIÓN Y ESTADO CIVIL

Artículo 6.- Al Registro Nacional de Identificación y Estado Civil le corresponde


planear, dirigir, coordinar y controlar las actividades de registro e identificación
de las personas señaladas en la presente ley, el reglamento de las
inscripciones y normas complementarias.

Artículo 7.- Son funciones del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil:

 Planear, organizar, dirigir, normar y racionalizar las inscripciones de su


competencia.
 Registrar los nacimientos, matrimonios, divorcios, defunciones y demás
actos que modifiquen el estado civil de las personas, así como las
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resoluciones judiciales o administrativas que a ellos se refieran
susceptibles de inscripción y los demás actos que señale la ley
 Emitir las constancias de inscripción correspondientes.
 Preparar y mantener actualizado el padrón electoral en coordinación con
la Oficina Nacional de Procesos Electorales.
 Proporcionar al Jurado Nacional de Elecciones y a la Oficina Nacional de
Procesos Electorales la información necesaria para el cumplimiento de
sus funciones.
 Mantener el Registro de Identificación de las personas.
 Emitir el documento único que acredita la identidad de las personas, así
como sus duplicados.
 Promover la formación de personal calificado que requiera la institución.
 Colaborar con el ejercicio de las funciones de las autoridades policiales y
judiciales pertinentes para la identificación de las personas, dejando a
salvo lo establecido en el inciso siguiente y en los incisos 1), 5), y 6) del
artículo 2o. de la Constitución Política del Perú.
 Velar por el irrestricto respeto del derecho a la intimidad e identidad de
la persona y los demás derechos inherentes a ella derivados de su
inscripción en el registro.
 Garantizar la privacidad de los datos relativos a las personas que son
materia de inscripción; l) Implementar, organizar, mantener y supervisar
el funcionamiento de los registros dactiloscópico y pelmatoscópico de las
personas.
 Brindar, durante los procesos electorales, la máxima cooperación a la
Oficina Nacional de Procesos Electorales, facilitando el uso de su
infraestructura material y humana.
 Cumplir las demás funciones que se le encomiende por ley.

Artículo 8.- Para el ejercicio de sus funciones, el Registro Nacional de


Identificación y Estado Civil mantiene estrecha y permanente coordinación con
las siguientes entidades:

 Municipalidades provinciales y distritales.


 Municipios de centro poblado menor.

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 Instituto Nacional de Bienestar Familiar.
 Consulados del Perú.
 Comunidades campesinas y nativas reconocidas.
 Centros de salud públicos o privados que intervienen en el proceso de
certificación de nacimientos o defunciones.
 Agencias municipales autorizadas.
 Poder Judicial.
 Cualquier otra dependencia, instancia o entidad, pública o privada,
cuando ello fuese necesario.

III. CONCLUSIONES

Sin duda alguna, la persona humana es el eje central del derecho y su


importancia transciende las fronteras del derecho civil para ingresar a otras
como el derecho laboral, tributario, procesal, constitucional, de los derechos
humanos, etc. De esa manera lo han expresado diversos juristas en Perú, y el
resto del mundo.

Recordemos que en sede constitucional peruana “La defensa de la persona


humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del
Estado”

Cuando hablamos de persona natural o persona humana estamos haciendo


alusión a la humanidad en su totalidad, es decir, hombres y mujeres. Y si bien
ambos parecería que ambos son conceptos diferentes, en realidad resulta

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indisociables el uno del otro. Cuando al humano se le llama persona natural se
le está invistiendo de un ropaje jurídico, el cual le adscribe de derechos y
obligaciones.

Nosotros como miembros de la PNP, es importante conocer este tema ya que


estamos en la obligación de respetar la vida del ser humano como todo
derecho que lo asiste, siempre actuando de manera sensata cuidando en todo
momento la vida de la persona ante cualquier evento para actuar de forma
inmediata y quitar la vida de esta, agotando todos los medios necesarios antes
de actuar de forma violenta.

IV ANEXOS

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V BIBLIOGRAFÍA

-FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos (X). “¿Qué es ser ‘persona’ para el


derecho?”. En: Diké, Lima: PUCP, pp. 1-34.

- https://pdba.georgetown.edu/Electoral/Peru/leyregistro.pdf

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