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El suicidio se define como el acto de provocarse la muerte de forma intencional y generalmente es consecuencia de sufrimiento psíquico y desesperación derivados de circunstancias vitales como problemas financieros o relacionales. Los métodos más comunes son el ahorcamiento, el envenenamiento y el uso de armas de fuego, y en 2016 el suicidio fue la novena causa de muerte a nivel mundial y la segunda entre jóvenes de 10 a 29 años. Los factores de riesgo incluyen trastornos mentales
El suicidio se define como el acto de provocarse la muerte de forma intencional y generalmente es consecuencia de sufrimiento psíquico y desesperación derivados de circunstancias vitales como problemas financieros o relacionales. Los métodos más comunes son el ahorcamiento, el envenenamiento y el uso de armas de fuego, y en 2016 el suicidio fue la novena causa de muerte a nivel mundial y la segunda entre jóvenes de 10 a 29 años. Los factores de riesgo incluyen trastornos mentales
El suicidio se define como el acto de provocarse la muerte de forma intencional y generalmente es consecuencia de sufrimiento psíquico y desesperación derivados de circunstancias vitales como problemas financieros o relacionales. Los métodos más comunes son el ahorcamiento, el envenenamiento y el uso de armas de fuego, y en 2016 el suicidio fue la novena causa de muerte a nivel mundial y la segunda entre jóvenes de 10 a 29 años. Los factores de riesgo incluyen trastornos mentales
suicidio es el acto por el que una persona se provoca la muerte de forma
intencionada. Por lo general es consecuencia de un sufrimiento psíquico y desesperación derivado o atribuible a circunstancias vitales como las dificultades financieras, los problemas en las relaciones interpersonales, soledad o el acoso psicológico. Estas pueden llegar a dar forma a una patología psiquiátrica y ser catalogadas de trastornos mentales como la depresión, el trastorno bipolar, la esquizofrenia, el trastorno límite de la personalidad, el alcoholismo o el uso de drogas. El indicador conocido más «importante» y factor de riesgo individual es el antecedente de un intento de suicidio no consumado. Los métodos de suicidio varían por país y están parcialmente relacionados con su disponibilidad. Los más comunes son el ahorcamiento, el envenenamiento con plaguicidas y la manipulación de armas de fuego. Esta fue la causa de muerte de 817 000 personas globalmente en 2016, un aumento en comparación con las 712 000 muertes por esta razón en 1990. Por lo anterior, el suicidio es la novena causa de muerte a nivel mundial, elevándose a la segunda entre jóvenes de 10 a 29 años. Los factores de riesgo para el suicidio varían con la edad, el género, las influencias culturales y sociales, y pueden cambiar con el tiempo. Los factores de riesgo para el suicidio suelen presentarse combinados. Los siguientes son algunos factores de riesgo del suicidio que pueden estar presentes: Uno o más trastornos mentales o de abuso de sustancias diagnosticables Comportamientos impulsivos Eventos de vida no deseables o pérdidas recientes (por ejemplo, muerte o divorcio de los padres) Historial familiar de trastornos mentales o abuso de sustancias Historial familiar de suicidio Violencia familiar, incluso abuso físico, sexual, verbal o emocional Intento anterior de suicidio Armas de fuego en el hogar Prisión Exposición al comportamiento suicida de otros, incluso familia, compañeros, noticieros o historias ficticias El suicidio asistido dependiendo de la legislación del país puede ser asimilable al auxilio al suicidio, en relación con el final de la vida, consiste en la ayuda o asistencia a otra persona que desea acabar con su vida. En la mayoría de los países la legislación lo contempla como delito punible. Los países que han legalizado el suicidio asistido son Austria, Bélgica, Canadá, España, Luxemburgo, Nueva Zelanda, Países Bajos, Suiza y algunos estados de Estados Unidos y Australia. Los Tribunales Constitucionales de Alemania, Colombia e Italia legalizaron el suicidio asistido, pero sus parlamentos aún no han legislado o reglamentado esta práctica. La diferencia entre la eutanasia y el suicidio asistido es, básicamente, quién administra el fármaco. En el caso de la eutanasia es el personal sanitario quien administra el medicamento que provoca la muerte y en el caso del suicidio asistido es el o la paciente quien se autoadministra el medicamento que otra persona le ha proporcionado.