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La Silla Vacía: una técnica

terapéutica de la Gestalt
Una técnica terapéutica para aliviar
las etapas de duelo y otros
padecimientos.

La técnica de la Silla Vacía es una de las herramientas de


la terapia Gestalt que resultan más llamativas y, de algún
modo, espectaculares: personas que se sientan ante una
silla vacía y se dirigen a ella como si allí estuviera sentado
un ser relevante para ellas; un ser que, de algún modo, se ha
visto implicado en un hecho que les cambió la vida.

Por supuesto, en realidad allí enfrente no hay nadie sentado


(por algo se llama técnica de la Silla Vacía) son la imaginación
y la sugestión los elementos que se entrelazan en esta
aproximación terapéutica, no el esoterismo. Pero… ¿en qué
consiste realmente?

Sentándonos en la silla vacía


“Ania perdió a su padre a los nueve años de edad a causa de un
accidente de coche. Esa noche su padre salía de trabajar a gran
velocidad debido a que la pequeña se encontraba enferma cuando un
conductor borracho arrolló el vehículo. Ahora, con dieciséis años de
edad, Ania todavía recuerda la noche del accidente como si fuera ayer.
Siente cierta culpabilidad porque de no haber sido por su estado su
padre no habría corrido tanto para llegar a casa, y nota, además, una
intensa sensación de ira contra el hombre que produjo el accidente.”

Historias como esta ocurren con relativa frecuencia en la


vida real. Muchos de los que sufren una pérdida de este tipo
padecen grandes situaciones de bloqueo emocional o
extrema labilidad afectiva, reacciones agresivas repentinas o
sensaciones de culpabilidad que arrastran durante largos
años a menos que se busquen tratamiento. Incluso es posible
la aparición de patologías como el Trastorno por Estrés
Postraumático (TEPT).

La técnica de la Silla Vacía es una de las técnicas posibles que


se suelen utilizar para ayudar a superar este tipo de
experiencias basadas en vivencias pasadas.

¿Qué es la técnica de la Silla Vacía?


La técnica de la Silla Vacía es una de las técnicas más
conocidas de la Terapia Gestalt. Fue creada por el
psicólogo Fritz Perls con el propósito de elaborar un método
que permitiese reintegrar en la vida de los pacientes
fenómenos o cuestiones no resueltas. La técnica en
cuestión trata de reproducir un encuentro con una
situación o persona con el fin de dialogar con ella y
contactar emocionalmente con el suceso, pudiendo aceptar la
situación y darle una conclusión.
El nombre de la técnica de la Silla Vacía proviene de la
utilización de una silla real, en la cual el paciente “sentará”
imaginariamente a la persona, situación o faceta que le
provoca el bloqueo emocional para posteriormente
establecer el diálogo antes mencionado.

El uso de la Silla Vacía


Su uso es muy frecuente en casos parecidos al que se muestra
en el ejemplo, como forma de hacer frente a pérdidas
traumáticas, o en el proceso de elaboración del duelo. Sin
embargo, su aplicación no se circunscribe únicamente a éste
ámbito, sino que también se emplea como elemento para
permitir la aceptación de facetas de la propia
personalidad o del pensamiento que no son consideradas
aceptables por el paciente, así como para trabajar en la
percepción de limitaciones y discapacidades (pérdida de
facultades, amputaciones, etc.).

Asimismo, resulta una técnica válida para afrontar situaciones


traumáticas, que pueden o no cursar con TEPT y/o trastornos
disociativos, tales como violaciones, divorcios o síndrome del
superviviente. Las características de esta técnica permiten
además que se pueda aplicar también en el mundo de la
educación o incluso a nivel de organizaciones, en fenómenos
como el burnout o el acoso.
En todos los casos, se actúa bajo la creencia de que el “el
paciente solo necesita una experiencia, no una explicación”
para acabar de cerrar el proceso inacabado y aceptar su
situación.

A nivel de terapia, además de como elemento para que el


cliente explore su propia visión y contacte con sus
emociones, resulta un elemento que proporciona mucha
información tanto al propio individuo como al profesional
sobre el modo en el que el paciente procesa la situación y
cómo ésta ha afectado a su calidad de vida, favoreciéndose la
aplicación de otras actuaciones que mejoren el tratamiento
de los problemas analizados.

Funcionamiento de la técnica
Pasemos a ver a continuación cómo funciona el uso de la
Silla Vacía. En primer lugar, en una fase preparatoria, se
realiza la confrontación física del paciente con la silla vacía. Es
decir, se posiciona la silla vacía delante del individuo (si bien
en ocasiones se coloca orientada diagonalmente de modo que
no se vea una oposición a la persona o situación imaginada).

A continuación se indica al paciente que proyecte


imaginariamente en la silla a la persona, situación o
sentimiento o parte de la personalidad con la cual se va a
producir el diálogo.
En una tercera fase, se invita al paciente a que describa la
proyección realizada, con el fin de fortalecer la imagen
imaginaria que se ha representado. Se ha de mencionar tanto
lo positivo como negativo, tanto de la persona como de la
situación o sus efectos.

En el caso de un deceso o una separación, resulta útil


rememorar la relación que había antes del suceso y qué
ocurrió antes, mientras que en sentimientos, traumas o
facetas inaceptables del propio yo es útil buscar el momento
en el que éste apareció o cuando se convirtió en un problema.
Es probable que en este contexto surja la revelación de lo que
quedó pendiente o las sensaciones que producen las
situaciones en cuestión, haciendo conscientes elementos
bloqueados.

Iniciando el diálogo
Posteriormente, en la fase de expresión verbal, el paciente
inicia el diálogo en voz alta con la proyección, intentando
ser sincero y dejando ver aquellos detalles que el paciente no
se atreve o no ha podido dejar ver en su vida cotidiana o ante
la persona en cuestión, cómo ha vivido el paciente la situación
y por qué ha sido así. El terapeuta ha de vigilar el diálogo y
redirigirlo con el fin de que no se produzcan desviaciones que
empeoren la situación, sin coartar por ello el flujo de
pensamiento del individuo.
Si bien en algunas variantes de la técnica no se aplica, resulta
útil hacer que el paciente intercambie su silla con la de la
proyección, poniéndose en el lugar del otro de manera que se
facilite la expresión emocional. Este intercambio va a darse
tantas veces como se considere necesario siempre y cuando la
transición sea necesaria y coherente con el problema a
abordar.

Por último, se señala y se ayuda a reflexionar al paciente


las sensaciones que va mostrando, de manera que el sujeto
sea capaz de identificar y darse cuenta de sus reacciones
emocionales, cómo le ha afectado el suceso y cómo afecta eso
a su vida.

Para finalizar la técnica el terapeuta indica al paciente que


cierre los ojos y se imagine la proyección entrando de nuevo
dentro de él, para posteriormente ir eliminando todas las
imágenes creadas mientras vuelve a prestar atención solo al
contexto real en la consulta.

Dificultades en el uso de la Silla Vacía


A pesar de que esta técnica ha mostrado su utilidad para el
desbloqueo emocional, la autoaceptación y la resolución de
procesos de duelo, su aplicación puede quedar dificultada
por una serie de resistencias.

Para empezar, este tipo de técnica requiere de la capacidad


de imaginar y proyectar la imagen de una persona, sea un ser
no esté presente o una parte de la propia persona. Es decir,
alguien que no tenga la capacidad de imaginar con precisión a
la persona o faceta de personalidad en cuestión no será capaz
de sacar el nivel de provecho pretendido de la técnica. Se
puede guiar al paciente en la técnica a través de preguntas
para facilitar la proyección.

Una segunda dificultad está en que el propio paciente se


niegue a usarla por el hecho de considerarla ridícula, o bien
ante el miedo o dificultad de expresar en voz alta los propios
pensamientos.

Un tercer y último problema puede venir de la capacidad de


detección del elemento bloqueado, de manera que el
paciente no sea capaz de dar con otra perspectiva de la
situación vivida, la que debe ser trabajada. A veces, el
elemento que produce malestar es difícil de identificar.

Consideraciones finales
Es importante tener en cuenta que esta técnica debe ser
empleada únicamente bajo supervisión de un terapeuta
que pueda dirigir la situación.

Asimismo, a pesar de que tiene muchos posibles usos, la Silla


Vacía se usa de forma intermitente, solamente cuando sea
relevante para facilitar el contacto emocional con una parte
Greenberg, L.S. y otros (1996). Facilitando el cambio
emocional. El proceso terapéutico punto por punto.
Barcelona: Paidós.

Orígenes de la técnica de la silla vacía

El origen de la técnica de la silla vacía proviene del


psicodrama del Jacob Levy Moreno, nacido en Bucarest en el
seno de una familia judía sefardí que posteriormente emigró
a Viena donde el joven Levy cursó los estudios de Medicina
(especializándose en Psiquiatría) junto con los de
Matemáticas y Filosofía.

Moreno es sobre todo conocido por ser el creador del


psicodrama, una forma de psicoterapia inicialmente
concebida como terapia grupal (fue también él quien acuñó
el término de “terapia de grupo”) inspirada en el teatro de la
improvisación.

Como método terapéutico, el psicodrama consiste en la


representación o dramatización por parte del paciente de
acontecimientos pasados o futuros, reales o imaginarios,
externos o internos, experimentándolos al máximo, como si
estuvieran sucediendo en el presente. En estas
representaciones se utilizan diversas técnicas dramáticas —
guiadas por ciertos principios y reglas— con unos
determinados objetivos: darse cuenta de los propios
pensamientos, sentimientos, motivaciones, conductas y
relaciones, mejorar la comprensión de las situaciones, etc.

Históricamente el psicodrama representa el punto decisivo


en el apartamiento del tratamiento del individuo aislado
hacia el tratamiento del individuo en grupos, del tratamiento
del individuo con métodos verbales hacia el tratamiento con
métodos de acción.

El psicodrama pone al paciente sobre un escenario, donde


puede resolver sus problemas con la ayuda de unos pocos
actores terapéuticos.

J.L. Moreno

Varios modelos terapéuticos han adoptado esta metodología


por ser una técnica muy proyectiva e impactante a nivel
simbólico.

Introducción a la técnica de la silla vacía

Además de las habituales sillas destinadas al terapeuta y al


paciente, en esta técnica entra en escena una tercera silla que
nadie ocupa (la silla vacía), y en el transcurso de la sesión se
exhorta al paciente a imaginar que está ocupada por
“alguien” a quien deberá dirigirse como sí realmente
estuviera allí. Podrá sentar en la silla tanto a personas vivas
como muertas, del presente o del pasado, e incluso a
personajes que sólo existan en sus sueños.

El participante proyecta imaginariamente en la silla vacía a


una parte de su personalidad, una persona ausente, un
sentimiento o una situación determinada con la que tiene un
conflicto, comenzando así un dialogo. A continuación, el
paciente, siguiendo la consigna del terapeuta, pasará a
ocupar la silla vacía cambiando así de rol. Es decir, se
establece un dialogo a expensas de cambiar de sillas y
cambiar de roles.

Según los partidarios de esta técnica, esta confrontación


permite al paciente enfrentarse a conflictos tanto actuales
como del pasado. La intención puede ser, por ejemplo,
verbalizar ante la silla vacía algo que no pudo decir en la
infancia (por represión, por miedo o por cualquier otro
motivo), surgiendo así un “efecto catártico” resolutivo.

Consideremos que también es posible ubicar en la silla no


sólo a personas sino también a ciertos rasgos de la
personalidad no reconocidos como propios por el paciente,
con la finalidad de hacerlos conscientes y poder enfrentarse a
ellos. E igualmente sentar en la silla a situaciones que
supongan un conflicto, con la intención de teatralizar una
escena que se dé con frecuencia en lo cotidiano, y poder
contemplarla desde “afuera” con una objetividad que ayude a
solventar el problema.

es posible ubicar en la silla no sólo a personas sino también a


ciertos rasgos de la personalidad no reconocidos como
propios por el paciente, con la finalidad de hacerlos
conscientes y poder enfrentarse a ellos

Ya por último, en ocasiones, el terapeuta instará


al paciente a que, con un esfuerzo de
imaginación, transforme una situación que ha
vivido y valore como habrían podido ser las
cosas si hubiera reaccionado de un modo
distinto.

Para resumir: la silla vacía pretende ser un instrumento a


través del cual el paciente pueda escenificar una serie de
roles para proyectarse y conseguir efectos catárticos.

Orígenes de la técnica de la silla vacía en la


Gestalt

A fin de no mostrarme reiterativa con la historia de la


Terapia Gestalt (ya tratada en muchos trabajos anteriores),
haré directamente un escueto recorrido a través de las obras
de Fritz Perls a fin de ubicar en el tiempo tanto el cuando
como el cómo y el por qué de su decisión de incorporar la
técnica de la silla vacía.

La intencionalidad de este recorrido bibliográfico es


meramente orientativa para entender la metamorfosis
experimentada en la mente, los criterios, la ideología, y en
suma en la compleja personalidad de una figura como Fritz
Perls que, al igual que Sigmund Freud y tantos otros tienen
sus luces y sus sombras.

Yo, hambre y agresión (1947)

En esta obra, Perls establece las ideas originales que


conformaron las bases de la teoría y la práctica de la Terapia
Gestalt.

Se trata de una obra a caballo entre el psicoanálisis ortodoxo


imperante en la época y el nacimiento de la Terapia Gestalt
en 1951.

Perls planteó unas ideas como un revisionismo al


psicoanálisis, ideas que conformarían los cimientos de la
Terapia Gestalt: las resistencias orales, el valor positivo de
las resistencias, el continuo de la consciencia, el holismo, y la
regulación auto-organísmica.

Aunque quien fuera su esposa en esos momentos, Laura


Perls, no firmó como coautora, sí que participó activamente
en la redacción del texto apoyando profesionalmente a su
marido.

Terapia Gestalt: excitación y crecimiento de la personalidad


humana (1951)
Con la publicación de Terapia Gestalt: Excitación y
crecimiento de la personalidad humana, escrito por Paul
Goodman sobre notas manuscritas de Perls, se sientan las
bases teóricas de la Terapia Gestalt.

La principal revolución de la Terapia Gestalt fue la transición


de un modelo de pensamiento individualista proveniente del
psicoanálisis, a un paradigma de campo, en el que ya no era
la unidad cuerpo-mente quien sentaba las bases del concepto
de holismo al incluirse también el entorno. Con ello, el objeto
de la psicología y de la psicoterapia dejaban de ser la psique o
el sujeto y pasaba a ser “la experiencia” de la persona que
tiene lugar en el campo que constituye un organismo y su
entorno.

En 1964, Fritz Perls dejó el Instituto de Nueva York y se


trasladó a California. Con la moda del desarrollo personal
que se concentraba en la Costa Oeste norteamericana, Perls
comenzó a contemplar la Terapia Gestalt como una forma de
vida más que como un modelo de terapia. Su primer paso fue
incorporarse al Instituto Esalen donde impartió cursos de
formación acordes con su nuevo modo de concebir la vida.

Es así como comienza la época californiana de Perls, un


referente biográfico a partir del cual abandonó la terapia
individual y se mostró partidario de la terapia de grupo.

Perls dio un paso atrás renunciando a sus postulados y


retrocediendo de nuevo al individualismo intrapsíquico, algo
que no compartieron sus más íntimos colaboradores y
cofundadores de la Terapia Gestalt

En esta época Perls, llevó a cabo su actividad profesional a


través de unos llamativos y pintorescos talleres públicos en
Esalen en los cuales renunció a los conceptos de campo y de
contacto (introducida en Terapia Gestalt: Excitación y
crecimiento de la personalidad humana) y experimentó una
regresión (en su forma de trabajar) al evolucionar hacia la
esfera de lo intrapsíquico. Es decir, del mismo modo que en
su momento la innovación que aportó Perls fue pasar del
paradigma individualista del psicoanálisis a un paradigma de
campo, Perls dio un paso atrás renunciando a sus postulados
y retrocediendo de nuevo al individualismo intrapsíquico,
algo que no compartieron sus más íntimos colaboradores y
cofundadores de la Terapia Gestalt.

A título anecdótico, circula el comentario que al igual que


para Freud, situarse de espaldas al paciente le ayudaba a
compensar alguno de sus miedos a enfrentarse a él, también
se especuló con que Perls tenía tanto miedo a la relación, y
sentía tanta angustia frente el nosotros, que éste tal vez fuera
el motivo que le impulsó a escribir su famosa oración gestalt.

Isadore From se refirió a algunos de estos breves talleres de


Fritz como terapias “hit-and-run” (relámpago):

La técnica de la silla vacía

La técnica de la silla vacía es una de las herramientas de trabajo

más utilizadas por la Teoría Gestalt. Sin embargo, no es exclusiva

de esta corriente, también es utilizada por terapeutas de otras ramas

de la psicología. La popularización de su uso se debe a que ha

demostrado ser una herramienta muy efectiva para el abordaje de

ciertos problemas.
Así, “la silla vacía” es una técnica emocional que puede

constituirse como un gran recurso para abordar en consulta

asuntos no resueltos del pasado. Siguiendo los pasos adecuados,

marcados por el terapeuta, los resultados pueden ser muy positivos

para el desarrollo personal, y dentro de este, para el emocional. Es

así gracias a que permite el contacto emocional con una situación o

persona ausente. Lo peculiar de este contacto es que, en él, el

paciente conserva en todo momento el control.

Esta técnica fue ideada por Fritz Perls, médico neuropsiquiatra y

psicoanalista, creador de la Terapia Gestalt

En qué cosiste la técnica de la


silla vacía?
La técnica de la silla vacía convierte una sesión de psicoterapia

en un encuentro vivencial del paciente. Además de las dos sillas

habituales utilizadas en el set de psicoterapia, es agregada una tercera

silla -la silla vacía- en la que la persona es inducida a imaginar que

alguien o algo está sentado allí, para luego dirigirse a ello como si

realmente estuviese presente.

Inicialmente, la persona proyecta imaginariamente en la silla vacía a

una parte de su personalidad, una persona ausente, un sentimiento o

una situación determinada con la que tiene un conflicto para dar paso

a un diálogo. Posteriormente, la persona, siguiendo la consigna del


terapeuta, pasará a ocupar la silla vacía cambiando así de rol. El

diálogo se establece por medio del cambio de roles en la silla. 

Es decir, la persona en un primer momento se dirigirá a aquello que

está proyectando en la silla, le hablará y dirá todo lo que necesite

como si realmente estuviese presente en la sesión. Posteriormente,

ocupará el lugar de aquello proyectado imaginariamente y le dará

la voz que se dirigirá a su persona.

¿Qué aspectos aborda la técnica


de la silla vacía?
La confrontación que se produce en la escenificación de la silla vacía

permite a la persona enfrentarse a conflictos, tanto actuales como del

pasado. La idea es producir un efecto catártico  y transformador


importante. Suele ser utilizada para el trabajo de tres propósitos

diferentes.
Una situación o acontecimiento
Trabajan con cualquier acontecimiento que haya marcado

significativamente a la persona y haya alterado su vida de alguna

manera. Puede representar una situación perturbadora o un


acontecimiento traumático . Por ejemplo, una violación, accidente,

abuso, agresión física o una escena de la infancia con su madre.

De esta forma, la persona puede dar voz y una comprensión distinta

en el presente a un acontecimiento ocurrido en el pasado. Donde a

pesar de que no puede ser cambiado aquello que sucedió, a través del

contacto con las emociones y pensamientos de ese momento la

persona logrará expresar  aquello que no pudo en aquel entonces

y darle un significado diferente al hecho. 

La técnica de la silla vacía, al producir un efecto de pantalla -donde

la persona localiza su atención y proyecta el acontecimiento-,

puede lograr que la persona entre en contacto con las emociones y

con la forma en la que afectan su vida. Le da un significado

distinto a la forma de sentirlo, si es en el pasado y si es en el

presente, descubre nuevas formas de afrontar y responder ante tal

situación.

“Estar presente ahora consiste en unir nuestra atención y nuestra

conciencia”

-Fritz Perls-

Una persona no disponible
La técnica de la silla vacía permite trabajar con la evocación de

una persona con la que existe un asunto inconcluso, pero que no

está disponible en este momento, bien sea porque haya fallecido ,

desaparecido, abandonado, separado o simplemente porque cualquier

otra circunstancia impide el encuentro.


Haciendo uso de la imaginación la persona evoca aquella figura

significativa -que ya no existe en la realidad física, pero sí en su

realidad psicológica- sentándola en la silla vacía. Una vez logrado

esto, la persona se dirige directamente a aquella figura que ocupa la

silla, transmitiéndole en el presente todas las emociones que le hizo

sentir en el pasado y en la actualidad. Recordemos que el objetivo es

lograr un efecto catártico.


Un aspecto de la propia personalidad
La persona proyecta en la silla aspectos de su propia personalidad ,

necesidades, incapacidades, sentimientos, etc. Para poder manejar y

comprender mejor aspectos subjetivos -internos- en una realidad

diferente, la realidad concreta. Al proyectar estos aspectos en la silla

vacía, se hacen más tangibles. De alguna manera es como si cobraran

vida.

Cuando la persona proyecta aspectos de su propia personalidad

en la silla vacía, permite mirarse y examinarse a distancia, desde

afuera. De esta manera, adquiere la posibilidad de lograr una

impresión más imparcial de sí misma. A veces, el negar aspectos de

la propia personalidad radica en la lucha entre el deseo de la persona

y la restricción moral, que lleva a la no aceptación de sí mismo.

Uso de la técnica de la silla vacía


La técnica de la silla vacía pretende ser un instrumento a través del

cual la persona pueda escenificar una serie de roles para proyectarse

y conseguir efectos catárticos. En este sentido, puede proyectar en

ella aquellos aspectos de su personalidad no aceptados como

propios, una persona ausente, un sentimiento o una situación

determinada con la que tiene un conflicto. Todo ello con la

finalidad de integrarlos.

Si bien es una herramienta útil y que pareciese de sencilla aplicación,

esta debe ser utilizada bajo la supervisión de un terapeuta. El uso de

la misma es de forma intermitente, no puede ser llevada a cabo en

todas las sesiones ni tampoco es recomendable para todas las

personas. De ahí la importancia en que sea siempre aplicada por un

terapeuta.

¿En qué consiste la terapia


Gestalt?

La terapia Gestalt nos ofrece un enfoque terapéutico muy

útil para esos aspectos que dejan a un lado el ámbito más clínico, y

nos acercan a dimensiones como la toma de conciencia, la

autorrealización o el desarrollo personal… Estamos ante una


perspectiva holística de la propia psicología que integra campos tan

amplios como los afectivos, los sociales, sensoriales y hasta

espirituales.

Asimismo, cabe señalar que nos adentramos en un interesante marco

que integra lo que se conoce como terapias humanistas. Así, la

terapia Gestalt, cuenta con influencias como el psicoanálisis, la

filosofía oriental , el psicodrama, la filosofía existencial, las

perspectivas existenciales…

Por otro lado, y al igual que el resto de las terapias humanistas, su

modo de hacer psicoterapia no se centra en la enfermedad, sino

más bien en generar salud desde las potencialidades que posee la

propia persona. Autores como el psiquiatra Fritzs Perls, la psicóloga

Laura Perls y el sociólogo Paul Goodman fueron los principales

creadores de esta tipología psicoterapéutica

Con el paso del tiempo la terapia Gestalt se dividió en dos

corrientes: la creada por Laura Perls; centrada en un proceso más

teórico, y la creada por Fritzs Perls, enfocada a un proceso vivencial

del propio desarrollo personal.


En la última corriente destaca actualmente la figura del

psiquiatra Claudio Naranjo, claro sucesor de Fritz Perls. Dedicado

a desarrollar más ampliamente la terapia Gestalt,  es a día de hoy un

referente mundial. Asimismo, se alza además como pionero además


de lapsicología transpersonal, la cual integra la
psicoterapia y la espiritualidad .
“La terapia Gestalt no es un conjunto de técnicas sino la

transmisión de una actitud, un

Preceptos básicos de la terapia


Gestalt
Cuando Fritz Perls asentó las bases de la terapia Gestalt, se basó en

un principio muy básico. Es aquel donde concebir al ser humano

como una entidad completa que consiste en un cuerpo, una mente

y un alma. Somos según este marco, esas personas que podrían

alcanzar el equilibrio y el bienestar si trabajásemos más por integrar

esa unidad. Ahí donde favorecer el autonocomiento, la conciencia, la

responsabilidad con uno mismo…


este enfoque psicoterapéutico es efectivo para tratar procesos como la
angustia, los miedos, las crisis personales, la ansiedad o los problemas
de autoestima.

Sin embargo, si nos referimos a trastornos más graves, adicciones e


incluso trastornos alimentarios, la terapia Gestalt no es efectiva (o al
menos tanto como otro tipo de psicoterapias más habituales en el campo de
la clínica). Su utilidad tal, y como hemos señalado al inicio, es muy valiosa
en el campo del crecimiento personal.

El aquí y ahora
La terapia Gestalt hace un gran hincapié en el aquí y ahora , en el

momento presente. Entendiendo que todo cuanto ocurre es en el

ahora, puesto que el pasado ya no existe y el futuro aún no es. El aquí


(espacial) y el ahora (temporal) son conceptos básicos procedentes de

la filosofía oriental.

Para la terapia Gestalt significa a su vez maduración y

crecimiento, para que el individuo se haga cargo de sí mismo

mediante el autoapoyo.

La aceptación
También tiene preferencia por la atención y aceptación  de la

experiencia. Atender a la experiencia tiene una profunda relación

con el momento presente. La aceptación de la experiencia solo puede

tener lugar tomando conciencia acerca de lo que se está viviendo.

Atención, para la terapia Gestalt significa atenderse así mismo,

identificando las emociones y sentimientos que se producen en una

determinada situación, de tal forma que no haya huida de lo que se

experimenta.

Si existe un miedo, rabia, alegría o rechazo, en primer lugar lo

importante es darse cuenta  (otro concepto clave en terapia

Gestalt), para que así pueda existir la aceptación de vivir aquello que

está ocurriendo en ese preciso momento.

Cuando esto no ocurre se está reprimiendo algo, y si esa emoción o

sentimiento se quedan atascados producen un gran malestar;

llegándose a manifestar de forma psicosomática (afectación del

cuerpo originado por un proceso psíquico).


La responsabilidad

La responsabilidad en terapia Gestalt es básica. Se busca constante

que la persona que está en un proceso de desarrollo personal,


primero se responsabilice de lo que hace y lo que siente, de lo que

vive a través de su experiencia. De tal manera que no culpabilice a

los demás o al entorno de lo que le ocurre a cada momento.

“Ser responsable conlleva estar presente, estar aquí. Y estar

verdaderamente presente, es estar consciente. A su vez, estar

consciente es una condición incompatible con la ilusión de

irresponsabilidad por medio de la cual evitamos vivir nuestras

vidas”

Una vez que el individuo es capaz de responsabilizarse  de sí

mismo, tomando conciencia, es capaz de cambiar y tomar las

riendas de su vida. Lo hace espontáneamente, potenciando todos los

recursos con los que cuenta, para afrontar sus circunstancias.

El diálogo
En la terapia Gestalt la relación entre el terapeuta y el cliente es

esencial para el éxito. Es una experiencia donde interactúan dos

identidades en crecimiento, pero donde el profesional eso sí, debe ser

lo bastante hábil como para ayudar a la otra persona mediante el


diálogo a descubrirse,  a dar forma a ese “yo” deseado, realizado y

saludable.

 ¿Cómo funciona la Terapia


Gestalt?
Este tipo de terapia no se enfoca tanto en el pasado y cuando lo

hace es para hablar de cómo nos afecta en la actualidad, lo que

nos hace sentir y pensar ahora, en el momento presente.

a metodología gestáltica es fenomenológica, es decir, se enfoca la

forma en la que experimentamos los hechos y las cosas que nos

ocurren, más que en el hecho en sí.

Además, el proceso terapéutico favorece la toma de conciencia, la

cual consiste en darnos cuenta de lo que nos ocurre y de cómo

experimentamos las cosas. Prestar atención a cómo nos sentimos,

qué pensamos y qué hacemos.

De esta manera, se pasa a otro de los principios que es la

responsabilidad. La idea es que cuando nos damos cuenta de cómo

experimentamos y entendemos las cosas, cómo actuamos y

pensamos, nos podemos hacer responsables de las decisiones que

tomamos y de realizar cambios.

La psicoterapia de la Gestalt por


Claudio Naranjo
Estos son los preceptos esenciales de la psicoterapia de la Gestalt,

propuestos por Claudio Naranjo:


 Vive ahora, es decir, preocúpate del presente más que
del pasado o el futuro.
 Vive aquí, es decir, relaciónate más con lo presente
que con lo ausente.
 Deja de imaginar: experimenta lo real.
 Abandona los pensamientos innecesarios; más
bien siente y observa.
 Prefiere expresar antes que manipular, explicar,
justificar o juzgar.
 Entrégate al desagrado y al dolor tal como al placer; no
restrinjas tu percatarte.
 No aceptes ningún otro debería o tendría más que el
tuyo propio
 Responsabilízate plenamente de tus acciones,
sentimientos y pensamientos.
 Acepta ser como eres.

En estos preceptos se encuentra la esencia de la terapia Gestalt,

generando un proceso amplio y profundo hacia el desarrollo

personal. Los terapeutas  gestálticos conciben a su paciente como

la persona que cuenta con un repertorio de potencialidades,

suficiente como para que pueda superar cualquier adversidad, y

también suficiente como para que pueda explorar su propia felicidad.

“Considera que tu paciente es un individuo capaz y completo, que

puede hacer cosas difíciles sin que tú se las hagas por él, que puede
encarar el dolor y eso no le va a partir, que puede tomar vías

erróneas y aprender de sus propios errores.”

-Fritz Perls (1974)-

Críticas a la terapia Gestalt


La terapia Gestalt es bastante criticada en los ámbitos más

científicos de la psicología. Pues, se trata de una terapia que, por un

lado, no tiene una definición clara ni concreta.

Además, es una terapia fuertemente influida por otras corrientes

psicológicas como el psicoanálisis, el psicodrama , la filosofía

oriental, la filosofía existencial, entre otros, las cuales carecen de

evidencias científicas.

En la actualidad, las investigaciones que sí encuentran eficacia de

la terapia Gestalt son pocos y la calidad de los mismos suele

cuestionarse.

No obstante, el hecho de que no tenga evidencias científicas no

significa que no aporte beneficios a los pacientes. Es decir, aunque

no se pueda probar su eficacia científicamente, no es un secreto que

para muchos pacientes la experiencia ha resultado ser positiva y

beneficiosa.

Bibliografía consultada:

Peñarrubia, F. (1998). Terapia Gestalt: La vía del vacío fértil.

Alianza Editorial.
Silla vacía terapéutica para desahogar emociones y sentirte mejor
Existen muchas técnicas terapéuticas que puedes ir implementando en
casa, para mantener tu equilibrio emocional, la silla vacía es una de ellas,
proveniente de la terapia de Gestalt.

Hoy te quiero platicar de esta simple pero


poderosa herramienta que yo utilizo de vez
en cuando con buenos resultados para sentirme mejor, sobre
todo… para desahogarme y escuchar a mi guía interior.

¿Qué es la silla vacía? 

No sé si conozcas la famosa silla vacía de la corriente de Gestalt,


utilizada por Fritz Perls, en la que imaginas que se sienta frente a
ti alguna persona con la que tengas asuntos por resolver. La
persona no está ahí, solo está la silla vacía frente a ti.

Y el terapeuta te guía para ir diciendo las cosas que necesitas


para liberarte, para expresar tus emociones y simplemente para
escucharte en voz alta todo eso que traes, y poderlo después
trabajar.

Esta silla vacía yo la utilizo para un sin fin de situaciones, como


por ejemplo, hablar con tu juez interior, hablar con tu parte que
no se motiva, hablar con la ansiedad, hablar con alguna persona
con la que guardas enojos, hablar con alguna persona que
perdiste... en fin, realmente la puedes usar para resolver
cualquier situación que traigas en tu interior y que requiera de
entablar diálogo, desahogar y resolver.

Te aclaro que no implica absolutamente nada esotérico ni raro,


es simplemente darle voz a cuestiones en tu interior que
necesitan ser liberadas y escuchadas. De hecho también utilizo
mucho esta técnica para poner a dialogar pensamientos
negativos entre sí, y llegar a una conclusión, así mismo, poner a
dialogar al Ello con el Súper Yo y luego llegar a una conclusión
desde el "yo". ;) En fin, para cualquier cosa jeje

Si quieres conocer un poquito más de esta técnica te dejo este


enlace de la página de gestaltsalut que me gustó.

¿Qué es la silla vacía terapéutica?

La silla vacía terapéutica (que no sé si alguien más lo haga o fue


invento mío), consta de imaginar que frente a ti está una persona
sabia, luminosa, que te puede orientar en un momento difícil,
que te escucha empáticamente y sin juicios, que tiene palabras
positivas para ti.

Y entonces te sientas en un sillón o frente a una silla, e imaginas


que se sienta frente a ti esta persona, que puede sentirse como si
fuera tu guía, tu terapeuta, tu esencia o inclusive tu maestro
espiritual (dependiendo de tus creencias).
En mi caso me imagino a veces a mi esencia, a veces a mi guía
espiritual, o a veces otro ser humano con quien empatizar. Y
claro, al principio sentía raro de hablar sola frente a una silla
vacía, pero realmente, has de saber que las personas que hablan
solas tienen buena salud mental, todo depende de la intención,
del contenido.

Mientras sea con la intención de liberarte a ti mismo y sentirte


mejor… ¿por qué no probarlo?

Hoy en la mañana yo lo hice, y sí, terminé llorando y


liberándome por unas cuestiones personales que traigo, y luego
me sentí súper bien, así es que te platico un poco sobre los pasos
a seguir, para que tengas una sesión terapeutica positiva para ti.

Instrucciones para la sesión de silla


vacía terapéutica

1. Encuentra un momento en el que no tengas distracciones a tu


alrededor o personas que te puedan escuchar (podrías también
hablar en voz baja en caso de que no puedas estar solo) siéntate
cómodamente en un espacio donde frente a ti tengas un espacio
libre. 

2. Imagina que llega y te saluda esa persona o guía que


consideras que te inspira amor, confianza y seguridad. empieza a
platicarle por qué quisiste tener este momento con él o con ella,
platícale qué traes, qué has estado sintiendo… (al principio
puedes sentir que te cuesta trabajo pero puedes intentarlo con las
siguientes frases) 

 últimamente me siento… 

 algo que me anda inquietando es que… 

 me molesta que… 

 me gustaría sentirme mejor respecto a… 

 quisiera platicarte que… 

 estoy necesitando ayuda con… 

Déjate fluir y trata de sentir la comprensión, el apoyo y la


escucha sin juicio de tu terapeuta o guía si te fluyen emociones,
ganas de llorar.. hazlo, sintiendo tu cuerpo, sin agregarle
interpretación.

3. Date unos momentos para cerrar tus ojos y sentirte a ti mismo,


y simplemente descansar del desahogo que acabas de tener trata
de escuchar si esta guía o terapeuta tiene algo por decirte
(normalmente eres tú mismo diciéndote algo que necesitas en
ese momento) 

4. Agradecete a ti y a tu guía por la sesión

5. Retoma tus actividades con calma y disfrute


¿Cuál es el objetivo de la sesión de
silla vacía terapéutica? 

El objetivo de estas sesiones no es tal cual encontrar una


solución o tal cual una respuesta, sino principalmente…
desahogarte, escucharte a ti mismo, soltar la tensión emocional y
mental que traes acumulada.
Con eso es suficiente para que te sientas mejor respecto al tema
que te inquieta, no tienes que seguir pensando sobre eso o seguir
dándole vueltas. Si quieres hacerlo, entonces date un tiempo
para hacerlo, para escribir… o para seguir encontrando
souciones de otras formas.

Pero date un tiempo de descanso después de tu sesión


terapéutica, no lo hagas luego luego después.

Es normal si después te sientes cansado o agotado


mentalmente…

¿Cuánto pueden durar? 

Estas sesiones pueden durar de 15 minutos a una hora, no te


recomiendo que las alargues.

Espero que esta técnica te ayude para procesar lo que sea que
necesites resolver en tu interior.

OJO: si sientes que al hacer esto se te remueven muchas cosas o


que no te sientes bien al hacerlo, siéntete libre de escribirnos
para que te demos orientación. Igualmente, si crees tener muchas
cosas en tu interior por resolver, recuerda que tenemos un
equipo terapéutico que puede escucharte y orientarte con gusto.

A considerar: Esta técnica puede remover cuestiones


emocionales, por lo que hazlo en un espacio contenido, con la
consciencia de que es normal que te remueva algo, si necesitas
apoyo posterior estamos para ayudarte.
En conclusión

La silla vacía terapéutica es una herramienta muy útil que yo

utilizo tanto de mantenimiento para mi equilibrio emocional,

como para cuando ya se me pasó y estoy acumulada, de todas

formas, no hay nada como ir con un terapeuta que me pueda

responder y orientar, ser mi espejo... y mostrarme con mayor

claridad el camino que yo misma estoy necesitando tomar para

sentirme mejor ante las situaciones y retos de mi vida.

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