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Ejercicios para el fortalecimiento de la memoria

y atención

1. Memorizar letras de canciones


Aprenderse las letras de las canciones es una buena
técnica para poner a prueba la memoria, además de ser
divertida. Niños y adolescentes disfrutan siempre de una
buena melodía. Se puede practicar escribiendo las letras en
una libreta y cantarlas hasta memorizarlas.

4. He visto, he visto…
Si vamos a casa de algún conocido o vamos a una tienda, se
puede poner a prueba la memoria del niño o del
adolescente preguntándole si se había fijado en algún
objeto de ese lugar.

Así, se puede competir por ver quién se acuerda de más


objetos.

5. El juego del teléfono


Este puede ser muy adecuado para adolescentes dado que
es muy dinámico y pueden jugarlo varias personas.

A uno de los jóvenes se les dice una frase, que debe decirle a
su compañero tal cual la recuerda. El compañero debe hacer lo
mismo y así sucesivamente, hasta llegar al último integrante de
la cadena.
Al final, se comparará la frase original con la que ha llegado al
final. Puede ser muy divertido ver como la misma frase ha
sufrido una evolución a medida que ha ido viajando por la
cadena. Esto pone en práctica la memoria auditiva y de
trabajo.

6. Aprender idiomas
El multilingüismo ha adquirido un papel fundamental en el
siglo XXI.

Aprovechando que a edades tempranas se aprende con


relativa facilidad nuevas palabras, el aprendizaje de idiomas
como el inglés o el francés puede ser de gran ayuda para el
futuro de niños y jóvenes, además de ser poner en práctica la
memoria mediante el aprendizaje de nuevo vocabulario.

Las academias están bien, pero en casa se puede facilitar este


aprendizaje enseñando el nombre de los objetos del hogar en
la lengua que se quiere enseñar.

7. Vídeos y películas
Los medios audiovisuales siempre son atractivos para los
niños. Tras ver una película, podemos pedirle que nos
recuerde todo lo que ha visto, cómo eran los personajes, como
eran las casas o los lugares donde ha pasado la acción.

8. Tarjetas iguales
Es un juego sencillo de entender y practicar, y si no se tiene
uno en casa siempre se puede hacer uno casero.
Se reparten tarjetas, las cuales forman parejas con la misma
imagen. Se giran para que se vea su parte en blanco. El joven
tendrá que girarlas para encontrar las parejas de
imágenes.

Se puede añadir dificultad poniendo parejas de imágenes muy


similares pero con detalles diferentes o bien añadiendo más
tarjetas.

9. Simón dice
Este juego es apto para niños a partir de 5 años. Consiste en
un aparato que va iluminando luces de colores siguiendo
una secuencia, y los participantes deben pulsarlas
siguiendo el mismo orden.

Si no se tiene uno de estos en casa, se puede hacer de forma


manual. Colocando unas cartulinas de colores, cortadas en
forma de triángulos formando un rombo. Uno se encarga de
ser quien se invente las secuencias y el resto deben tocar las
cartulinas siguiendo el mismo orden.

10. Pasear y aprender


Mientras se pasea se puede enseñar lugares históricos de la
ciudad, animales poco comunes o algún sitio llamativo. Al
volver de paseo, se puede pedir al nio que esta vez sea él
quien nos haga de guía, explicándonos con detalle lo que hay
por el camino.

11. Palabras encadenadas


Es ideal para practicar tanto memoria como lenguaje y
aprender nuevo vocabulario.

En esta actividad se ponen en práctica aspectos de la


memoria como es la velocidad de procesamiento y
recuperación de la información.

Lo ideal es que se practique en grupos de 4 o 5 personas. Una


persona dice en voz alta una palabra, y el siguiente tiene que
decir otra que empiece por la misma sílaba que acaba la
anterior. Por ejemplo, si uno dice “casa” el siguiente tiene que
decir una palabra que empiece por “sa”, como “saco”, y luego el
siguiente con “co”, como “comida”.

12. Memorizar las personas de una foto


Se presenta una foto en la que hay varias personas. Luego, se
esconde. Se pide al niño o al adolescente que trate de
recordar cómo eran, qué llevaban, si uno era más alto que el
otro…

13. Repetir frases mentalmente


El juego empieza con uno de los participantes diciendo una
frase. El siguiente debe decir la misma frase y añadir otra,
como por ejemplo “casa grande” y “perro negro”. Y así
sucesivamente. El juego continúa hasta que uno de los
participantes es incapaz de recordar todas las frases.

14. Familias de palabras


Se indica el nombre de una categoría semántica, como pueden
ser animales, ciudades, países, colores…
Cada persona tendrá que decir una palabra que esté
dentro de ese campo semántico, sin repetir las que hayan
dicho los demás. El juego continúa hasta que un jugador es
incapaz de decir una palabra nueva.

15. Cadenas de números


Para trabajar la memoria de trabajo, esta actividad es
realmente buena. Consiste en ir diciendo secuencias de
números y que otra persona trate de recordarlas una vez
se han dicho todas.

Para añadirle dificultad, se pueden hacer las secuencias cada


vez más largas, empezando por secuencias de solo dos
números (p.ej., 1-7) hasta llegar a de diez o más (3-9-8-5-6-7…).

16. Jugar al ajedrez


Una de las ventajas de este juego es que se puede poner
como objetivo ver hasta qué punto los niños se acuerdan
de las reglas y las ponen en práctica. Además de poner a
prueba la memoria, también se practica el razonamiento, las
habilidades visuoespaciales y la estrategia.

17. Poesías, trabalenguas y adivinzanzas


Son buenas formas de poner en práctica la memoria, y se
pueden considerar un nivel de mayor dificultad que el de
memorizar las letras de las canciones.

18. Puzles
Recordar a donde iba un determinado detalle de la imagen
que compone el puzle es una muy buena forma de poner en
práctica habilidades visuoespaciales. Gracias a la gran
variedad de puzles en el mercado, se puede ir incrementando
la cantidad de piezas y entrenar la memoria.

19. Copia y reproducción de figuras


Otra buena forma de practicar la memoria visuoespacial es
este ejercicio. Consiste en ver, copiar y dibujar una figura
geométrica.

Es ideal hacerlo en grupo. Uno de los integrantes dibuja una


figura, ya sea abstracta o una que represente algo real, de la
forma que más le guste pero adaptada al grupo de edad del
resto de miembros del grupo.

Se pide al resto del grupo que la observen bien. Se pide que la


copien teniendo la figura original como modelo.

Después se quita el dibujo, se da papel y lápices y se pide que


dibujen a misma figura de la mejor manera que se acuerden.

20. Buscar las diferencias


Para acabar, uno de los ejemplos más clásicos de ejercicios
para poner a prueba la memoria es el de encontrar las
diferencias entre dos imágenes aparentemente iguales.
Esto ayuda a trabajar la memoria a corto plazo.

Tener buena memoria es algo muy necesario en todas las edades, pero en niños y
adolescentes se vuelve crucial a la hora de enfrentarse a los estudios y a los retos de
aprendizaje.
Está muy extendida la creencia de que una buena capacidad memorística es algo innato,
pero lo cierto es que se puede mejorar mediante la práctica.

 Artículo recomendado: "Cerebro humano: sus partes y funciones principales"

Ejercicios para mejorar la memoria niños y


adolescentes
Vamos a ver 20 ejercicios para mejorar la memoria de niños y adolescentes, además de
entender qué puede perjudicar a la memoria y algunos consejos para los padres.

1. Memorizar letras de canciones


Aprenderse las letras de las canciones es una buena técnica para poner a prueba la
memoria, además de ser divertida. Niños y adolescentes disfrutan siempre de una buena
melodía. Se puede practicar escribiendo las letras en una libreta y cantarlas hasta
memorizarlas.

2. Contar cuentos
A todos los niños les gusta los buenos cuentos. Leerles un cuento y pedir luego que digan
de qué se acuerdan supone un buen ejercicio para fortalecer la memoria.

También, se puede poner a prueba su memoria contando el cuento otra vez y equivocarse a
propósito en alguna parte, para ver si nos corrigen y nos dicen qué pasó realmente.

Además, se puede ir a un nivel más, e inventar un cuento entre los dos, apuntarlo y hacer
que un día sea el adulto quien lo cuenta y otro el niño.

3. Poner objetos en orden


En una mesa se colocan diferentes objetos cotidianos, y se pide al niño que los observe
bien. Luego se esconden estos objetos en una caja y, pasado un tiempo, se pide al niño que
los coloque como estaban en la mesa.

Para incrementar el nivel de dificultad se puede hacer que, al darle los objetos, hayan de
nuevos y ver si el niño se acuerda de si estaban o no.

4. He visto, he visto…
Si vamos a casa de algún conocido o vamos a una tienda, se puede poner a prueba la
memoria del niño o del adolescente preguntándole si se había fijado en algún objeto
de ese lugar.

Así, se puede competir por ver quién se acuerda de más objetos.

5. El juego del teléfono


Este puede ser muy adecuado para adolescentes dado que es muy dinámico y pueden
jugarlo varias personas.

A uno de los jóvenes se les dice una frase, que debe decirle a su compañero tal cual la
recuerda. El compañero debe hacer lo mismo y así sucesivamente, hasta llegar al último
integrante de la cadena.

Al final, se comparará la frase original con la que ha llegado al final. Puede ser muy
divertido ver como la misma frase ha sufrido una evolución a medida que ha ido viajando
por la cadena. Esto pone en práctica la memoria auditiva y de trabajo.

6. Aprender idiomas
El multilingüismo ha adquirido un papel fundamental en el siglo XXI.

Aprovechando que a edades tempranas se aprende con relativa facilidad nuevas palabras, el
aprendizaje de idiomas como el inglés o el francés puede ser de gran ayuda para el futuro
de niños y jóvenes, además de ser poner en práctica la memoria mediante el aprendizaje de
nuevo vocabulario.

Las academias están bien, pero en casa se puede facilitar este aprendizaje enseñando el
nombre de los objetos del hogar en la lengua que se quiere enseñar.

7. Vídeos y películas
Los medios audiovisuales siempre son atractivos para los niños. Tras ver una película,
podemos pedirle que nos recuerde todo lo que ha visto, cómo eran los personajes, como
eran las casas o los lugares donde ha pasado la acción.

8. Tarjetas iguales
Es un juego sencillo de entender y practicar, y si no se tiene uno en casa siempre se puede
hacer uno casero.
Se reparten tarjetas, las cuales forman parejas con la misma imagen. Se giran para que se
vea su parte en blanco. El joven tendrá que girarlas para encontrar las parejas de
imágenes.

Se puede añadir dificultad poniendo parejas de imágenes muy similares pero con detalles
diferentes o bien añadiendo más tarjetas.

9. Simón dice
Este juego es apto para niños a partir de 5 años. Consiste en un aparato que va
iluminando luces de colores siguiendo una secuencia, y los participantes deben
pulsarlas siguiendo el mismo orden.

Si no se tiene uno de estos en casa, se puede hacer de forma manual. Colocando unas
cartulinas de colores, cortadas en forma de triángulos formando un rombo. Uno se encarga
de ser quien se invente las secuencias y el resto deben tocar las cartulinas siguiendo el
mismo orden.

10. Pasear y aprender


Mientras se pasea se puede enseñar lugares históricos de la ciudad, animales poco comunes
o algún sitio llamativo. Al volver de paseo, se puede pedir al nio que esta vez sea él
quien nos haga de guía, explicándonos con detalle lo que hay por el camino.

11. Palabras encadenadas


Es ideal para practicar tanto memoria como lenguaje y aprender nuevo vocabulario.

En esta actividad se ponen en práctica aspectos de la memoria como es la velocidad de


procesamiento y recuperación de la información.

Lo ideal es que se practique en grupos de 4 o 5 personas. Una persona dice en voz alta una
palabra, y el siguiente tiene que decir otra que empiece por la misma sílaba que acaba la
anterior. Por ejemplo, si uno dice “casa” el siguiente tiene que decir una palabra que
empiece por “sa”, como “saco”, y luego el siguiente con “co”, como “comida”.

12. Memorizar las personas de una foto


Se presenta una foto en la que hay varias personas. Luego, se esconde. Se pide al niño o al
adolescente que trate de recordar cómo eran, qué llevaban, si uno era más alto que el
otro…

13. Repetir frases mentalmente


El juego empieza con uno de los participantes diciendo una frase. El siguiente debe
decir la misma frase y añadir otra, como por ejemplo “casa grande” y “perro negro”. Y así
sucesivamente. El juego continúa hasta que uno de los participantes es incapaz de recordar
todas las frases.

14. Familias de palabras


Se indica el nombre de una categoría semántica, como pueden ser animales, ciudades,
países, colores…

Cada persona tendrá que decir una palabra que esté dentro de ese campo semántico,
sin repetir las que hayan dicho los demás. El juego continúa hasta que un jugador es
incapaz de decir una palabra nueva.

15. Cadenas de números


Para trabajar la memoria de trabajo, esta actividad es realmente buena. Consiste en ir
diciendo secuencias de números y que otra persona trate de recordarlas una vez se
han dicho todas.

Para añadirle dificultad, se pueden hacer las secuencias cada vez más largas, empezando
por secuencias de solo dos números (p.ej., 1-7) hasta llegar a de diez o más (3-9-8-5-6-
7…).

16. Jugar al ajedrez


Una de las ventajas de este juego es que se puede poner como objetivo ver hasta qué
punto los niños se acuerdan de las reglas y las ponen en práctica. Además de poner a
prueba la memoria, también se practica el razonamiento, las habilidades visuoespaciales y
la estrategia.

17. Poesías, trabalenguas y adivinzanzas


Son buenas formas de poner en práctica la memoria, y se pueden considerar un nivel de
mayor dificultad que el de memorizar las letras de las canciones.

18. Puzles
Recordar a donde iba un determinado detalle de la imagen que compone el puzle es una
muy buena forma de poner en práctica habilidades visuoespaciales. Gracias a la gran
variedad de puzles en el mercado, se puede ir incrementando la cantidad de piezas y
entrenar la memoria.
19. Copia y reproducción de figuras
Otra buena forma de practicar la memoria visuoespacial es este ejercicio. Consiste en ver,
copiar y dibujar una figura geométrica.

Es ideal hacerlo en grupo. Uno de los integrantes dibuja una figura, ya sea abstracta o una
que represente algo real, de la forma que más le guste pero adaptada al grupo de edad del
resto de miembros del grupo.

Se pide al resto del grupo que la observen bien. Se pide que la copien teniendo la figura
original como modelo.

Después se quita el dibujo, se da papel y lápices y se pide que dibujen a misma figura de la
mejor manera que se acuerden.

20. Buscar las diferencias


Para acabar, uno de los ejemplos más clásicos de ejercicios para poner a prueba la
memoria es el de encontrar las diferencias entre dos imágenes aparentemente iguales.
Esto ayuda a trabajar la memoria a corto plazo.

¿Qué obstáculos pueden afectar a la memoria?


En la vida diaria, hay muchos factores que pueden afectar negativamente a la
memoria de los niños y los adolescentes. Es cierto que pueden deberse a problemas
médicos y, en ese caso, será necesario acudir a un profesional para poder hacer un
diagnóstico y elaborar un tratamiento.

Pero, en la mayoría de ocasiones, se debe a cosas más mundanas pero igualmente


perjudiciales, no únicamente para los estudios, sino también para poder desarrollarse como
personas adaptadas a las exigencias de la vida.

El sobreuso de la televisión, el ordenador y los teléfonos móviles, una mala higiene del


sueño junto con el estrés, pueden llevar a una falta de interés y problemas de concentración
en los estudios, pero también pueden suponer problemas de memoria, especialmente la falta
de sueño dado que favorece que se sienta cansado.

Un estilo de vida desorganizado en los padres, junto con unos malos hábitos de
alimentación, dificultan que el cerebro de los más jóvenes funcione de forma correcta,
manifestándose problemas de memoria.

Consejos para los adultos


Además de realizar los ejercicios que aquí se presentan, es recomendable que los padres
promuevan buenos hábitos de salud.

Incrementar el consumo de frutos secos, pescado azul, verduras y productos


lácteos contribuye a que se den unas buenas funciones cerebrales. También, es
recomendable marcar una hora en la que se deben ir a la cama, y así asegurarse de que
duermen las 8 horas recomendadas. Limitar el uso de los dispositivos electrónicos,
especialmente los móviles, es un buen paso para evitar que se distraigan y presten mayor
atención a lo que los rodea.

Un estilo de vida organizado contribuirá a que se vayan a dormir a la hora, además de


planificarse el día y evitar intromisiones a la hora de hacer los deberes y estudiar. Deben
aprender que cada cosa se debe hacer a su debido tiempo. Ante los descuidos de los jóvenes
se debe optar por una postura firme pero comprensiva. Hay que hacerles ver las
consecuencias de que se olviden algo importante.

Si los jóvenes ya dan muestras de que intentan mejorar su memoria o se esfuerzan por
recordar lo que han aprendido en la escuela, se les debe felicitar y animar. Así se les motiva
para que lo sigan haciendo.

Referencias bibliográficas
 Feldman, Robert S. (2005). Psicología con aplicaciones en países de habla hispana.
México: McGraw Hill.
 García-Allen, Jonathan (2016). «Tipos de memoria: ¿cómo almacena los recuerdos
el cerebro humano?». Psicologiaymente.com
 Kandel, E. (1997). Neurociencia y conducta. Pearson.
 Soprano, Ana María (2007). «La memoria del niño: desarrollo normal y trastornos».

3.    Juegos de memorización


Otro ejercicio muy sencillo que ayuda a ejercitar la memoria es la memorización. Para ello,
por ejemplo, podemos plantear retos como ¿qué objetos hay en el armario del cuarto de
baño? ¿Qué comida hay en la nevera? La idea es que, tras memorizar durante un breve
espacio de tiempo los objetos que se encuentran en un lugar concreto, la persona sea capaz
de recordarlos aportando el mayor número posible de detalles.
Este tipo de juegos ayuda a ejercitar la memoria visual, clave en el proceso de lectura y
escritura pues nos ayuda a relacionar lo visual con lo verbal. También contribuirá al recuerdo
de lugares, caras conocidas…
Otros juegos de memoria visual son, por ejemplo, la búsqueda de diferencias entre dos
imágenes, las parejas de cartas… También disponibles en las apps que antes mencionamos.
4.    Aprender
Por último, aunque no por ello menos importante, aprender y mantener una actitud curiosa
ante la vida es, sin duda alguna, uno de los ejercicios que, como decía Rita Levi-Montalcini,
mantendrá activa nuestra plasticidad cerebral favoreciendo la capacidad cognitiva en general.
Aprende un idioma nuevo, toca un instrumento, aprende canciones nuevas, asiste a clases,
visita museos, charlas u otras actividades culturales, apúntate a un curso de cocina…
Podemos aprender un gran número de cosas en nuestro día a día. ¡Nunca es tarde!

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