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Franco institucionalizó el régimen de Estado de Derecho mediante la promulgación de las denominadas leyes
fundamentales:
- Ley de Cortes (1942), que diseñó una cámara consultiva de tipo corporativo. Fuero de los españoles (1945),
que contenía derechos cuyo ejercicio no garantizaba. Ley de Referéndum Nacional (1945). Consulta popular
mediante plebiscito o referéndum. Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado (1947), estableciendo la monarquía
autoritaria, con rey propuesto por Franco a las Cortes.
- Ley de Responsabilidades Políticas (1939), Ley sobre supresión de la Masonería y el Comunismo (1940), Ley
de Represión del Bandidaje y el Terrorismo (1947).
El franquismo contó con apoyos institucionales como la Iglesia (Concordato de 1953), ya que el catolicismo
fue declarado religión oficial del Estado, controlando la educación; el Ejército, siempre leal, aunque a partir de
1945 se debilitó su influencia; la Falange, partido oficial, que fue perdiendo influencia en beneficio de otras
familias del régimen, pero que siguió controlando el Mº de Trabajo, el Sindicato Vertical y los periódicos Pueblo
y Arriba. También contó con apoyos sociales como la oligarquía agraria, financiera e industrial, la burguesía
provincial y el campesinado propietario, así como a partir de los años 50 de gran parte de la burguesía
industrial catalana y vasca.
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Paso del nacional-sindicalismo al nacional-catolicismo. Presencia católica Joaquín Ruiz Jiménez (Mº
Educación). Se disfraza a la dictadura con una apariencia democrática: “Democracia orgánica”. La tecnocracia
va desplazando al fascismo. A causa de la “Guerra Fría” (contexto internacional), se establecen nuevas
relaciones con los vencedores del fascismo: acuerdos España-USA (Pacto de Madrid, 1953), admisión en la
ONU, OECE y FMI., restitución embajadores (1951).
Evolución económica:
1939-1951: Autarquía y rígida política de intervencionismo estatal.
Las causas objetivas se pueden atribuir a las pérdidas materiales y humanas por la guerra, a los obstáculos
internacionales, al nacionalismo económico y al estancamiento económico, que a su vez provocan escasez,
hambre y racionamiento de productos básicos. La corrupción y el mercado negro (estraperlo) son práctica
generalizada.
La producción se basó en el predominio del sector primario (intervencionismo estatal, SNT), con el
estancamiento actividad industrial (INI, 1941) y una hipertrofia del sector terciario: funcionarios del régimen
(excombatientes). El fuerte intervencionismo estatal en todos los sectores (Nacionalizaciones: Iberia, Telefónica,
Renfe, Endesa, Enasa, Seat, Ensidesa; fundada en recelos ante una supuesta dependencia de sectores económicos
supranacionales), generó consecuencias inflacionistas y caída de competitividad que se tradujeron en una pérdida
de poder adquisitivo y una inflación galopante por la necesidad de financiación del Estado, lo que llevó a la
acumulación de una gran cantidad de deuda pública en manos de bancos privados.
La pérdida de poder adquisitivo y la nula redistribución positiva de la renta a través de impuestos impulsó las
primeras protestas y huelgas relevantes en 1951 (País Vasco y Barcelona).
Evolución social:
Rígida jerarquización, predominando los valores tradicionales y religiosos y la moral católica.
Se produce una progresiva recuperación a causa de políticas demográficas de protección a natalidad, y continúa
el progresivo éxodo rural con despoblamiento de zonas interiores. La mayoría de la población ocupada lo está en
los sectores agrario y de servicios, sobredimensionados en perjuicio del sector industrial y su pertenencia a las
clases sociales era aproximadamente la siguiente: Alta (0,5 %); Media Alta(16%); Media (26)% ; trabajadores
(57,5 %). En cuanto al nivel de vida, destaca la alta tasa de analfabetismo especialmente en zonas rurales, una
desigual distribución de la renta, con grandes bolsas de pobreza y miseria. Las familias presentaban un déficit de
electrodomésticos, teléfonos y vehículos, a la vez que la red sanitaria era deficiente y Seguridad Social no
generalizada.
La Educación pública fue subsidiaria de la privada y controlada por sectores nacional-católicos, después de la
depuración de docentes de izquierdas y liberales. La pervivencia de rituales ancestrales: procesiones de
penitentes, corridas de toros, fiestas “populares”, se completaba con un férreo control de las familias y de la
institución del matrimonio (solamente válido el canónico) y de la censura en prensa, libros, espectáculos y
educación o el Cine utilizado como medio de propaganda del régimen (NODO: noticiarios y documentales)
Oposición:
Fue muy escasa, debido a la fuerte represión (Ley de Responsabilidades Políticas de 1939: 50.000 fusilamientos
y 300.000 presos). Ley de Supresión de la Masonería y el Comunismo (1940); Ley para la Seguridad del Estado
(1941); Ley de Represión del Bandidaje y el Terrorismo (1947).
En el Exilio, en el Gobierno Republicano y en los autonómicos, persistió la desunión y debilidad de
republicanos y socialistas y una pérdida de influencia de CNT. Los socialistas se aproximan a la solución
monárquica de D. Juan, mientras que el PCE se mantiene aislado en su propuesta de resistencia armada a través
de la guerrilla (maquis) hasta el año 1956 en que propugna la política de “reconciliación nacional”. Juan de
Borbón (heredero de Alfonso XIII) mantiene la presión a Franco (Manifiesto de Lausana, 1945) para la cesión
del poder a la monarquía, como consecuencia se aprobará la Ley de Sucesión para su hijo Juan Carlos.
En el Interior las guerrillas antifranquistas comunistas y algunas partidas anarquistas (maquis) continúan la
resistencia armada, lanzando la invasión sin resultado del valle de Arán con 4000 combatientes, muchos,
miembros de la Resistencia contra el nazismo. Aparecen como resultado de la carestía y de la inflación las
primeras protestas espontáneas en la década de 1950 en el País Vasco y Barcelona (1951, boicot subida del
tranvía). A partir de estas huelgas obreras se generaliza la práctica del entrismo (utilizando los Sindicatos
Verticales) que provocan nuevas huelgas de País Vasco, Madrid y Barcelona (1956-58) y el reconocimiento de
la negociación colectiva (Ley de Convenios Colectivos, 1958). Al mismo tiempo, comienza la desafección de
algunos “hijos del Régimen” y las protestas en la Universidad en 1956: Destitución de Ruiz Jiménez y de
rectores de Madrid y Salamanca (Laín Entralgo y Antonio Tovar).