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La creación de situaciones lúdicas y de las acciones que de esta ejerce una influencia
constante en el desarrollo intelectual del preescolar. En el juego de roles aprende a
sustituir objetos por otros y asumir diferentes papeles simbólicos , por lo que se desarrolla
la imaginación. El juego también influye en la formación de la personalidad porque los
niños conocen las conductas e interrelaciones de los adultos, y se vuelven el modelo de su
propio comportamiento.
Cuando el juego se utiliza para aprender un significado, proporciona información sobre la
manera en la que el niño aprende de sí mismo, de las personas, de los objetos, los eventos
y de la relación que estos guardan con su mundo a través de interpretar los resultados de
sus propias acciones, así como los deseos, intenciones y creencias.
Aun cuando el juego tiene impacto sobre muchas dimensiones del desarrollo, los aspectos
que más se relacionan con la prevención de problemas psicológicos es la dimensión socio-
afectiva. El juego ofrece valiosas oportunidades para observar las interacciones madre-
hijo.
Al usar la terapia de juego a un nivel remedial, los niños liberan tensiones, aprenden,
crecen, desarrollan capacidades, anticipan cambios y generan recursos para afrontar
problemas.
Nivel pre simbólico y simbólico
La transición al pensamiento simbólico no solo requiere el surgimiento de una nueva
habilidad, sino también una reorganización del pensamiento. Los niños con retardo
profundo o severo tal vez nunca entren al estadio simbólico. Otros niños con discapacidad
se mantienen en el límite de lo pre simbólico por meses o años.