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“AÑO DEL FORTALECIMIENTO DE LA SOBERANÍA”

UNIVERSIDAD NACIONAL JOSÉ FAUSTINO SANCHEZ CARRIÓN


FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS, CONTABLES Y FINANCIERAS
ESCUELA ACADEMICA DE CIENCIAS CONTABLES Y FINANCIERAS

EL ESTADO PERUANO Y LA
DESCENTRALIZACION Y REGIONALIZACION:
EFECTOS ACTUALES.

CURSO : REALIDAD NACIONAL.


DOCENTE : M(o) CPCC. CHERRES JUAREZ LUIS ENRIQUE.

ESTUDIANTES :
 Torres Vidal, Lilian.
 Poma Ramos, Joel.
 Retuerto Guevara, Kevin.
 Espinoza Quispe, Rodrigo

CICLO : VI A
EL ESTADO PERUANO Y LA
DESCENTRALIZACION Y
REGIONALIZACION

INTRODUCCION

Una característica estructural de la sociedad peruana es la concentración del poder político y


económico, lo que ha generado un profundo desequilibrio entre Lima y las regiones. Se pone
así en evidencia que la exclusión social y económica tiene también una dimensión territorial.

Las regiones tienen el rol de periferia subordinada a un bloque dominante, nacional y


transnacional, que ha sido incapaz de construir un proyecto de desarrollo inclusivo durante
nuestra historia republicana. La forma centralizada y autoritaria de ejercicio del poder ha
facilitado la imposición de una estructura social con profundas inequidades y desequilibrios
sociales.

La exigencia por transformar esta realidad está presente desde nuestra primera Constitución,
en la cual se planteó el debate entre centralismo y federalismo. Desde entonces, los sectores
dominantes han tenido la capacidad y, sobre todo, la fuerza para bloquear y frustrar los
diversos intentos descentralistas, en el marco de la preservación de una sociedad muy
excluyente.

Los desequilibrios territoriales se profundizaron en los años noventa, durante los cuales el
fujimorismo aplicó el modelo neoliberal mediante un régimen político autoritario, que
encontró las condiciones adecuadas para su desenvolvimiento luego del fracaso del gobierno
aprista y la crisis general del sistema de partidos. Para imponerse, el régimen impulsó una
estrategia orientada a debilitar el rol del Estado, de las instituciones básicas de la democracia,
del sistema de partidos y de las diversas formas de organización de la sociedad. La
hiperconcentración del poder fue un aspecto sustancial del modelo autoritario.

El colapso del régimen fujimorista abrió una nueva posibilidad para institucionalizar la
democracia en el Estado y la sociedad peruana. En ese marco favorable, la descentralización
logró abrirse espacio y, junto con la participación, se constituyeron en componentes
significativos del proceso político democrático.

Los cuatro años de transición nos han mostrado los serios problemas que deben enfrentar
nuestras sociedades para avanzar en la consolidación del régimen democrático. La
incapacidad, la debilidad y la falta de liderazgo del gobierno toledista son sin duda algunos
factores, pero son sólo parte del problema. Continúan vigentes los ejes fundamentales del
modelo económico del fujimorismo, con un crecimiento sostenido que es al mismo tiempo
profundamente excluyente y generador de mayor pobreza y desigualdad. Asimismo, nos
encontramos con la persistencia de la crisis del sistema de partidos, sin capacidad de
renovación para superar la profunda brecha que los separa de la sociedad y el ciudadano.
Finalmente está la fragmentación del tejido social y el debilitamiento de las diversas
expresiones organizadas de la sociedad, en particular de los sindicatos.

Se trata, por tanto, de una crisis que va más allá del gobierno y que abarca al conjunto del
sistema político. En este marco se ha logrado que el gobierno cumpla con los plazos
constitucionales y avance hacia las elecciones del año 2006, para la conformación de un nuevo
gobierno. La crisis de la política es tan profunda que la continuidad electoral se vuelve un
logro.

Nos encontramos, además, con un creciente descontento y distanciamiento de la población


respecto de la democracia. En este marco resurgen las tendencias autoritarias, que no son
coyunturales, sino que representan una forma de entender el ejercicio del poder a lo largo de
nuestra vida republicana, en la cual han fracasado los diversos intentos por sustentar la
dinámica política en un marco constitucional.

La descentralización –junto con la participación ciudadana– es la única reforma significativa


que se ha logrado instalar en este período. Ha enfrentado grandes problemas y errores en su
implementación, pero está avanzando y estamos iniciando una nueva fase: la regionalización.
En este artículo presentamos un rápido recuento de la descentralización en las últimas
décadas, así como un análisis del actual proceso descentralista, para terminar con una
descripción y un balance de la recién iniciada regionalización.

El proceso de descentralización es una política permanente del Estado que busca el desarrollo
integral del país y que se inició oficialmente el 28 de julio del 2002 con un anuncio hecho por el
presidente Alejandro Toledo durante la asunción del mando. Luego vino la aprobación del
marco legal necesario por parte del Congreso de la República: la modificatoria de los articulas
constitucionales relativos a la descentralización, la Ley de Bases de la Descentralización y la Ley
de Ordenamiento Territorial, la Ley Orgánicas de Gobiernos Regionales, la Ley de Elecciones
Regionales y la Ley Orgánica de Municipalidades.

Se decidió entonces que este nuevo proceso debía ser gradual y asociado a la acreditación de
capacidades de las nuevas autoridades regionales y locales. También que el espacio territorial
de las regiones se basaría en los actuales departamentos para su posterior integración
mediante consultas a la población, y finalmente que la participación de la sociedad civil sería
central en los procesos de concertación para el desarrollo de los planes de desarrollo,
presupuestos participativos, etc.

Este nuevo intento por descentralizar el país, nos abre la posibilidad de tener una mejor
distribución del poder y de acabar con el histórico centralismo peruano. y es que la
descentralización implica mayor eficiencia y equidad cuando de desarrollo se trata. Es una
forma de democracia, que necesita de la participación de todas y todos para lograr el
desarrollo de nuestro país.
¿QUE ENTENDEMOS POR REGIONALIZACION Y DESCENTRALIZACIÓN

La regionalización y la descentralización son procesos distintos pero que tienden a


homologarse con facilidad en el lenguaje común y en el lenguaje político. Más aún es
frecuente escuchar en época de elecciones que se hace alusión a ambos conceptos para
expresar propuestas que no corresponden a las ideas que representan. Algo tienen en común y
es el hecho de que ambos, en la práctica y bien implementados, contribuyen al desarrollo
regional, pero insisto, no significan lo mismo.

La regionalización es la forma que se da un país para ordenarse y organizarse territorialmente,


ya sea como un país federado o unitario, organizado en provincias, departamentos,
comunidades, regiones y/o comunas.

Descentralización es la manera –amplia o restringida- de distribuir el poder (político, fiscal o


administrativo) sobre aquella forma territorial en la que se ha organizado un país.

a. Los primeros pasos hacia las regiones


A dos años de instalados los gobiernos regionales sobre la base de la vieja
demarcación departamental se ha iniciado la que consideramos la dimensión
fundamental y más compleja para la consolidación de la reforma descentralista, que es
la conformación de regiones. En el marco legislativo de la descentralización se señala
que los departamentos son el punto de partida del proceso y se asume como objetivo
la construcción de una nueva demarcación territorial a partir de las articulaciones
económicas, sociales y culturales existentes entre los departamentos y provincias
colindantes.

El enfoque que orienta el proceso es la construcción de nuevas demarcaciones


políticas, lo cual es un paso importante, ya que es evidente que la estructura
departamental actual no es adecuada para modificar los profundos desequilibrios
existentes entre Lima y las regiones, así como entre la costa, la sierra y la selva.

Con un retraso de más de un año en relación con el cronograma del proceso, se


promulgaron la Ley de Incentivos a la Conformación de Regiones y sus reglamentos, lo
cual dio presencia y fuerza al tema de la regionalización. Las características que tendrá
esta nueva demarcación dependerán, en última instancia, de la voluntad democrática
de la población, pues será la que defina con su voto en un referéndum si acepta o no la
región que se le propone.

También es importante resaltar que la consulta sobre las nuevas regiones puede
originarse en los actuales gobiernos regionales de base departamental, los gobiernos
locales o en la sociedad civil. En los dos últimos casos requieren 10 y 25% de firmas de
respaldo a la iniciativa, respectivamente. Si la iniciativa proviene de los actuales
gobiernos regionales, éstos requieren la aprobación de sus 8 Consejos y la consulta a
los Consejos de Coordinación Regional, en los cuales participan los alcaldes
provinciales y representantes de las organizaciones e instituciones de la sociedad civil.

La solicitud de integración debe estar acompañada de un expediente técnico que


respalde con información y análisis la viabilidad económica, fiscal, social e institucional
de la región que se quiere conformar. Luego de dos postergaciones de la fecha límite
para la presentación de los expedientes, que requirieron la intervención del Congreso
para efectuar la respectiva modificación legislativa, se presentaron 17 expedientes
técnicos, la mayoría de los cuales no cumplía con los requisitos formales que señala la
ley.

De acuerdo a la Ley de Bases de la Descentralización, un objetivo prioritario del


Consejo Nacional de Descentralización (CND) es la formación de regiones. La
legislación específica de la integración le da la función de aprobar los expedientes
antes de la consulta ciudadana. Una vez que culminó su evaluación en junio, el CND
aprobó cinco expedientes, los cuales serán objeto del referéndum del 30 de octubre
de este año. Será consultado el electorado de 16 de los 25 departamentos, es decir
más de la mitad de la población electoral del país.

b. La descentralización fiscal

El incentivo más directo contenido en la ley de promoción de las regiones es el


incremento de los recursos fiscales. En las nuevas regiones que se formen, el 50% del
Impuesto General a las Ventas, del Impuesto Selectivo al Consumo y del Impuesto a la
Renta de las personas naturales recaudados en la región pasarán directamente a ser
manejados por sus respectivos gobiernos. Al parecer, ésta es la principal razón que ha
llevado a los presidentes regionales a dar el paso hacia 12 la integración, superando la
inercia del poder, es decir haciendo de lado las expectativas de las elites políticas de
cada departamento de mantener su capacidad de gobierno en las actuales
demarcaciones.

Reconociendo la importancia de lo fiscal y de la inversión pública es importante tomar


en cuenta que se trata de una base frágil para apoyar una transformación que
enfrentará tensiones y problemas de gran envergadura. Esto se complica más si
tomamos en consideración que en el diseño del aspecto fiscal de la reforma
descentralista también se han dejado de lado aspectos que deben ser resueltos como
parte de la regionalización.

La dimensión tributaria del Estado peruano es pequeña, pues la recaudación bordea


14% del PBI, cifra muy inferior al promedio de los países de América Latina, que está
ligeramente por encima de 25%. En ese sentido, para dar mayor sostenibilidad a un
proyecto de reordenamiento del territorio, es fundamental incrementar el tamaño
fiscal del Estado, pues sólo así su intervención podrá tener un impacto significativo en
las dinámicas económicas nacionales, regionales y locales.

Como parte de la descentralización de los recursos públicos es necesario asumir


también el objetivo de superar la actual debilidad estructural de las regiones en este
aspecto. Se requiere incrementar sus capacidades para enfrentar los problemas de
evasión, inequidad y limitada base tributaria que caracterizan nuestra realidad fiscal.
Ésta no es una tarea sencilla, pues se trata de mejorar la captación de recursos
tomando
en consideración que el eje de la acción estatal es también dinamizar la actividad
económica, lo cual exige de un adecuado equilibrio en este terreno.
Es importante dar prioridad al criterio de equidad y centrar la atención en los
impuestos directos para que paguen más los que más tienen. En este tema, los
gobiernos regionales pueden tener mayor legitimidad y efectividad, pues su cercanía
les da la posibilidad de mostrar resultados concretos de la mayor captación de
recursos. Un tema adicional es la eficiencia en la cobranza de los impuestos, que debe
lograrse aumentando el número de contribuyentes y reduciendo los costos de la
recaudación.

La mayor captación de impuestos requiere de mayor eficiencia en el gasto y de un


diseño equitativo para la distribución de los recursos en el conjunto del territorio
nacional. Para lo primero es fundamental:
 Fortalecer las capacidades administrativas y de gestión de los gobiernos
regionales
 Mejorar la formulación de los denominados planes de desarrollo, de tal
manera de garantizar su implementación como efectivos instrumentos de
gestión
 Incrementar las capacidades para la identificación y la formulación de
proyectos
 Establecer criterios precisos que permitan definir el carácter nacional, regional
o local de un proyecto de inversión a fin de reducir el riesgo de la
fragmentación.

En cuanto a la equidad territorial, se parte de una realidad de grandes desigualdades


tanto entre los departamentos como en su interior, especialmente 13 entre las zonas
urbanas y rurales. La regionalización y la descentralización deben asumir como
objetivo no sólo una mayor captación de recursos –por ejemplo, incrementando el
pago de canon y regalías por las actividades extractivas–, sino también su distribución
adecuada, priorizando los grupos poblacionales en situación de mayor pobreza y
exclusión, así como los sectores más vulnerables. Esto es de primera importancia para
evitar que la regionalización signifique la profundización de las brechas existentes
entre las diversas regiones y localidades.

Dos temas finales en relación con la descentralización fiscal. El primero se refiere a la


necesidad de precisar los alcances del incentivo fiscal a la formación de las regiones. El
Ministerio de Economía y Finanzas lo interpreta hoy como si se tratara de una simple
sustitución de recursos y no de su incremento, con lo cual es evidente que pierde todo
sentido su carácter de incentivo. De avanzar esta posición se pondrá en riesgo el
proceso de regionalización y se abrirán las puertas a un escenario de tensión e
inestabilidad social en las regiones.

El segundo tema tiene que ver con el punto de partida de la descentralización fiscal.
Actualmente, en las estadísticas se atribuye a Lima una captación de 90% de los ingresos
tributarios y a las regiones un aporte mínimo. Se trata de una distorsión de la realidad, que es
posible porque la legislación autoriza a las empresas la posibilidad de fijar libremente su
domicilio fiscal. Por ello, los impuestos que pagan, por ejemplo, las grandes empresas mineras
y petroleras que operan en las regiones, aparecen como parte de los recursos fiscales
generados en Lima. Es fundamental acabar con esta artificial hiperconcentración, para lo cual
es necesario determinar que las empresas deben registrarse y tributar en el lugar donde
realizan sus actividades económicas. Esto permitiría sincerar el aporte de Lima que, según
algunos estudios, se reduciría de 90 a 50%.

¿DE QUIEN Y A QUIENES?

Del gobierno central hacia los gobiernos regionales y locales. Estos últimos conocidos también
como gobiernos subnacionales.

GOBIERNO
REGIONAL

GOBIERNO
CENTRAL GOBIERNO
LOCAL

FUNCIONES DEL GOBIERNO REGIONAL Y LOCAL:

Gobierno Regional:

• Planificar el desarrollo integral de su región y ejecutar programas socioeconómicos


correspondientes.
• Formular y aprobar el plan de desarrollo regional concertado con las municipalidades y
sociedad civil.
• Aprobar su organización interna y su presupuesto institucional conforme a Ley de
Gestión Presupuestaria del Estado y las leyes anuales de presupuesto.
• Promover y ejecutar las inversiones públicas de ámbito regional en proyectos de
infraestructura vial, energética, de comunicaciones y servicios básicos.
• Diseñar y ejecutar programas regionales de cuencas, corredores económicos y de
ciudades intermedias.
• Promover la formación de empresas y unidades económicas regionales para concertar
sistemas productivos y de servicios.
• Facilitar los procesos orientados a los mercados internacionales para la agricultura,
agroindustria, artesanía, actividad forestal y otros sectores productivos.
• Desarrollar circuitos turísticos que puedan convertirse en ejes de desarrollo.
• Concretar alianzas y acuerdos con otras regiones para el fomento del desarrollo
económico, social y ambiental.
• Administrar y adjudicar terrenos urbanos y eriazos de propiedad del Estado en su
jurisdicción.
 Organizar y aprobar los expedientes técnicos sobre acciones de demarcación territorial
en su jurisdicción, conforme a la ley de la materia
 Promover la modernización de la pequeña y mediana empresa regional, articuladas
con las tareas de educación, empleo y a la actualización e innovación tecnológica
 Dictar normas sobre asuntos y materias de su responsabilidad y proponer iniciativas
legislativas correspondientes.
 Promover el uso sostenible de los recursos forestales y de biodiversidad.

Gobierno Local:

• Planificar y promover el desarrollo urbano de su circunscripción, y ejecutar los planes


correspondientes.

• Normar la zonificación, urbanismo, acondicionamiento territorial y asentamientos humanos.

• Administrar y reglamentar los servicios públicos locales destinados a satisfacer necesidades


colectivas de carácter local.

• Aprobar su organización interna y su presupuesto institucional conforme a la Ley de Gestión


Presupuestaria de Estado y las leyes anuales de presupuesto.

• Formular y aprobar el plan de desarrollo local concertado con su comunidad.

• Ejecutar y supervisar la obra pública de carácter local.

• Aprobar y facilitar los mecanismos y espacios de participación, concertación y fiscalización de


la comunidad en la gestión ambiental.

• Dictar las normas sobre los asuntos y materias de su responsabilidad y proponer las
iniciativas legislativas correspondientes.

ORGANIZACIÓN DEL GOBIERNO REGIONAL Y LOCAL

Gobierno Regional: Según la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales y la Ley 27902 que regula
la participación de los alcaldes provinciales y la sociedad civil en estos órganos de gobierno, la
estructura básica de los Gobiernos Regionales es la siguiente:

• Consejo Regional: Integrado por el Presidente Regional, el Vicepresidente Regional y los


consejeros elegidos a nivel de las provincias. Son elegidos por un periodo de 04 años.

• Presidencia Regional: Es el órgano ejecutivo del Gobierno Regional. Es elegido por sufragio
directo junto con un vicepresidente.
• Consejo de Coordinación Regional: Es el órgano de consulta y de coordinación con los
gobiernos locales y la ciudadanía, está integrado por los alcaldes provinciales y representantes
de la sociedad civil.

Gobierno Local: En el proceso de descentralización, las municipalidades o gobiernos locales


tienen un reto fundamental:

Según la Ley Orgánica de Municipalidades, Ley 27972, los gobiernos locales están organizados
de la siguiente manera:

• Concejo Municipal: Conformado por el alcalde y el número de regidores que establezca el


Jurado Nacional de Elecciones conforme a la Ley de Elecciones Municipales. Ejerce funciones
normativas y fiscalizadoras.

• Alcaldía: es el órgano ejecutivo del gobierno local. El alcalde es el representante legal de la


municipalidad y su máxima autoridad administrativa.

• Órganos de Coordinación:

CONSEJO DE CONSEJO DE
COORDINACION LOCAL COORDINACION LOCAL
DISTRITAL PROVINCIAL

JUNTA DE DELEGADOS
VECINALES

¿PORQUÉ ES IMPORTANTE LA DESCENTRALIZACIÓN?


Promover un modelo de desarrollo equitativo e incluyente: Frente a las desigualdades
existentes en el país se debe promover un modelo de desarrollo equilibrado, que reduzca las
brechas o diferencias sociales y económicas internas.

Fortalecer la democracia: mediante la ampliación de la base de la toma de decisiones en el


país, es decir, redistribuyendo el poder político. Si antes las grandes decisiones sobre el futuro
del Perú eran tomadas por algunos sectores, la descentralización permite que la mayoría de
ciudadanos y ciudadanas estén informados y participen en esa toma de decisiones.

Construir ciudadanía: es decir promover el derecho de los ciudadanos y ciudadanas para


decidir sobre aquellos aspectos que afectan directamente su desarrollo individual y colectivo.
También significa promover su corresponsabilidad en el desarrollo del país.

Crear nuevas oportunidades para el desarrollo económico: las cuales se lograrán con el
fortalecimiento y articulación de los mercados regionales, en el marco de una estrategia de
desarrollo del país, con proyección al mundo y a la región latinoamericana.

La descentralización busca hacer frente a los problemas - y sus consecuencias - generados por
el centralismo, como, por ejemplo:

 Más de la mitad de la industria se encuentra en Lima


 La mayoría de sedes de los principales poderes y administración pública se concentran
en Lima
 Uno de cada tres peruanos vive en Lima
 Más del 90% de los ingresos está en manos del gobierno central
 Más del 80% de los gastos está en manos del gobierno central
PROPÓSITOS DE LA DESCENTRALIZACIÓN

La descentralización debe hacer del Perú un país de oportunidades para todas y todos sus
habitantes, por lo tanto, cada uno de nosotros, compartimos responsabilidades en su
implementación, directa e indirectamente. Su éxito, depende de nosotros, de todos los
peruanos y peruanas, del gobierno, de las organizaciones sociales y de base, de los partidos
políticos, de los empresarios, de jóvenes, de las autoridades, etc.

MARCO LEGAL DEL PROCESO DE DESCENTRALIZACIÓN

 Ley de Reforma Constitucional del Capítulo XIV del Título IV, sobre Descentralización
(N°27680) Para iniciar el proceso de descentralización en el Perú fue necesario
modificar la actual Constitución del Perú (1993), a fin de contar con un marco legal
adecuado para su implementación. Esta ley modificó el capítulo correspondiente a la
Descentralización.
 Ley de Elecciones Regionales (N°27683) Mediante esta ley se convocó a elecciones
regionales y locales. Permitió regular la organización y ejecución de las elecciones
regionales en concordancia con lo dispuesto por la Constitución Política y la Ley
Orgánica de Elecciones.
 Ley de Bases de Descentralización (N° 27783) Es la ley marco del proceso de
Descentralización y en ella se abordan los aspectos necesarios para implementar dicho
proceso como son la finalidad, principios y objetivos de la descentralización, las
competencias del gobierno nacional, regional y local, los planes y presupuestos
participativos, la participación ciudadana, la conducción e implementación del
proceso, entre otros temas.
 Ley de Demarcación y Organización Territorial (N°27795) Establece definiciones,
criterios y procedimientos para la demarcación territorial, la cual es definida como un
proceso técnico-geográfico mediante el cual se organiza el territorio a partir de la
definición a nivel nacional y que es una función del Ejecutivo.
 Ley Orgánica de Gobiernos Regionales (N°27867) Define la estructura, organización y
funciones de los gobiernos regionales. Complementa y precisa los aspectos generales
señalados en la Ley de Bases de la Descentralización acerca de los gobiernos
regionales.
 Ley que modifica la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales para regular la
participación de los Alcaldes Provinciales y la Sociedad Civil en los Gobiernos
Regionales y Fortalecer el proceso de Descentralización y Regionalización (N° 27902)
La Ley Orgánica de Gobiernos Regionales no incluyó la creación de los Consejos de
Coordinación Regional como instancia consultiva con participación de los alcaldes
provinciales y representantes de la sociedad civil, a pesar de estar establecido en la
Reforma Constitucional y en la Ley de Bases de la Descentralización. Esta ley subsanó
dicho vacío.
 Ley Orgánica de Municipalidades (N°27972) Reemplaza a la anterior Ley de
Municipalidades (N°23853) estableciendo y delimitando los objetivos funciones y
formas de organización de las municipalidades, de acuerdo al nuevo marco
institucional y normativo (descentralización)
 Ley Marco de Promoción de la Inversión Descentralizada Mediante esta ley se
establece el marco normativo para la promoción de la inversión descentralizada,
estableciendo alianzas entre el gobierno central, los gobiernos regionales y locales, los
inversionistas privados y la sociedad civil para promover el desarrollo equitativo y
sostenible. En la ley se establecen las garantías para la inversión privada, las funciones
del gobierno central, regionales y locales, así como los instrumentos para la promoción
de la inversión.

Una descentralización con serios problemas de conducción institucional

El Consejo Nacional de Descentralización –por problemas de diseño y de conducción– ha


mostrado que no está a la altura de los requerimientos de una tarea tan compleja como
conducir la descentralización. En el Consejo Directivo del CND, las regiones y municipalidades
son minoría frente a los representantes del Poder Ejecutivo, pero estos últimos normalmente
no han tenido rango suficiente para tomar decisiones sustantivas con los representantes
regionales y locales. Hay siempre, pues, una mayoría del Ejecutivo y, pese a ello, en muchos
casos no hay capacidad para definiciones. Como resultado, los representantes regionales y
locales ante el CND han sentido que ese no es un espacio en el que se puedan negociar y
tomar decisiones importantes.

Además, el presidente del CND no ha podido ejercer su rango ministerial; en general ha tenido
poco peso en el Gabinete y frente a los ministros de los diferentes sectores. Para complicar las
cosas, en el CND ha habido un equipo técnico bastante heterogéneo en sus calidades técnicas
y con discrepancias importantes respecto de temas sustantivos del proceso, lo que ha llevado
en muchos casos a complejas negociaciones internas que han demorado decisiones
importantes. Dos carencias graves del proceso han sido la ausencia de una estrategia de
comunicaciones que permitiese al CND posicionar la descentralización en la agenda nacional y
la falta de implementación de un Plan Nacional de Asistencia y Capacitación que apuntalase las
capacidades técnicas regionales y locales. Por su parte, los representantes de los presidentes
regionales y de los alcaldes en el CND han carecido de los mecanismos y recursos adecuados
para representar realmente a sus representados, en el sentido de consultarles e informarles
sus puntos de vista y sus decisiones. Particularmente dramático es el caso de los alcaldes
distritales quienes, por su número, ubicación y escasez de recursos, enfrentan tremendos
problemas para reunirse entre ellos y con sus representados. Los delegados municipales no se
han renovado desde que fueron elegidos a inicios del proceso. Los regionales han rotado a
partir de un acuerdo político entre el Partido Aprista y el resto de las fuerzas.
Lamentablemente, varios presidentes elegidos para representar a las regiones en el CND
terminaron procesados por problemas de corrupción. Finalmente, el presidente del CND y su
equipo técnico no han tenido la capacidad de concertar una estrategia descentralista
coherente y consistente con una significativa mayoría de actores institucionales, sociales y
políticos. Como consecuencia de ello han tenido que desarrollar una estrategia de negociación
permanente, a veces estéril, con todos los actores respecto de todos los temas.

Los distintos análisis revisados en el balance dan cuenta que el modelo de descentralización
fiscal peruano es una descentralización del gasto financiada principalmente por transferencias
del Gobierno Nacional, de las que destaca los recursos de canon. Asimismo, en el nivel local la
tributación local tiene una incipiente importancia que las municipalidades pueden explotar
para financiar sus gastos. Si bien se ha documentado desde el punto de vista descriptivo, es
relevante contar con evaluaciones de impacto de la descentralización fiscal en los distintos
ámbitos donde esta tiene incidencia.
Competencias y responsabilidades de los gobiernos subnacionales. La descentralización
administrativa constituye aún un aspecto pendiente en el análisis del proceso. El llamado
shock de la descentralización, en 2006, aceleró el proceso de la transferencia de competencias
y responsabilidades, dejando de lado la gradualidad del cambio con que se estaba avanzando.
La política de descentralización necesita evaluar los cuellos de botella de las relaciones
intergubernamentales que no permiten avanzar en este ámbito. Estos hallazgos serán
relevantes para el rediseño del esquema de distribución de competencias y funciones
migrando hacia una más idóneas que clarifique la delimitación de las responsabilidades de
cada nivel de gobierno, que permita alcanzar resultados más eficientes, en términos de
provisión de bienes y servicios públicos a escala regional y local.

ESTRATEGIAS PARA FORTALECER EL PROCESO DE DESCENTRALIZACIÓN

En aras de una gestión más eficiente de los servicios se puede optar por una amplia variedad
de fórmulas entre los niveles descentralizados, tendientes a otorgar más o menos poder al
nivel de gobierno inmediatamente superior, o bien mediante la incorporación del sector
privado en la producción de los bienes y servicios. Además de optar por un modelo de
organización para los servicios, es indispensable la definición de criterios para su prestación,
destinados a maximizar la eficiencia en la provisión. Algunos principios que se deben tomar en
cuenta, además de los definidos por la normatividad como equidad, eficiencia y
subsidiariedad, son:

 Tercerización de tareas y de recursos: Algunas de las tareas que desempeña el Estado,


sobre todo las que sirven de soporte a otros procesos productivos, cumplen
simultáneamente dos características: requieren un alto grado de especialización y no
siempre cuentan con recursos de forma permanente (suelen ser de las primeras a las
que se recorta recursos cuando hay restricciones presupuestales). En estos casos, es
necesario identificar qué parte de estas tareas debe mantenerse en el Estado y
qué parte puede ser trasladada a agentes privados que las desarrollen en condiciones
de mercado. Algunas áreas de especialización podrían ser la elaboración de estudios
de inversión, la evaluación de personal, la evaluación ex post de proyectos, entre
otros, manteniendo en el Estado la definición de necesidades, el financiamiento; y la
supervisión, monitoreo y seguimiento.
El caso de las contrataciones y adquisiciones del Estado es un claro ejemplo en el que
se podría tercerizar algunas funciones, con miras a obtener mejores productos y
servicios a un menor precio, bajo los principios de transparencia y “economicidad”.
Sin cuestionar que la decisión de comprar es indelegable, ello no ocurre con la
operación, por lo que la contratación de externos que administren los procesos de
compras gubernamentales es una alternativa para alcanzar una gestión más eficiente.
 Incentivos a la asociatividad municipal y regional: En vista de la existencia de casi dos
mil municipalidades a nivel nacional, es necesario incentivar las economías de escala y
la administración del territorio por tamaños óptimos. Para ello está prevista la
conformación de regiones, como autoridades administrativas de un territorio mayor
que el departamental. Sin embargo, en el ámbito municipal, se viene produciendo el
efecto contrario ya que los incentivos orientan las decisiones a una división aún mayor
del territorio (municipios delegados). Desde la perspectiva de las autoridades locales y
de la población, estos mecanismos implican un mayor acceso a recursos, que hoy son
recibidos y administrados por las cabeceras de cada distrito o provincia en donde se
centraliza su ejecución. Para revertir esta tendencia será necesario crear incentivos
para la asociación y unión de gobiernos locales, como, por ejemplo, la creación de
fondos de inversión o cofinanciación que premien los proyectos que involucren a más
de un municipio o la inclusión en el sistema de acreditación de incentivos a la
administración compartida de funciones a ser transferidas.
 Buscar economías de escala: Descentralización no debe ser sinónimo de atomización o
fragmentación. El que las competencias y recursos se trasladen a los niveles
descentralizados no debe ser excusa para duplicar (multiplicar) funciones en el Estado,
sino deben encontrarse mecanismos para desarrollar economías de escala.
De hecho, el marco normativo permite una suerte de “delegación hacia arriba” de
funciones entre municipios y de éstos a las Regiones cuando no puedan cumplir con
estas tareas. Sin embargo, esta posibilidad no se ha explotado y no existen incentivos
para recurrir a ella.
 Necesidad de clasificar municipios: Como ya se ha mencionado las reglas de la
administración pública suponen un tamaño y capacidad mínimas de las entidades del
Estado. Hasta el momento no se han hecho distinciones en el proceso de
descentralización respecto a si las competencias previstas en los Planes de
Transferencia deben ser trasladadas en forma homogénea a los municipios. Si se
reconoce la gran heterogeneidad de tamaños, población asignada, recursos humanos,
etc., entre municipios, entonces se requiere hacer distinciones no solo en términos de
brechas de capacidades sino en la viabilidad y sostenibilidad para la prestación. Por lo
tanto, uno de los instrumentos necesarios es una clasificación de municipios que sirva
de base para diseñar los programas de acreditación, capacitación y monitoreo del
proceso a futuro.

Conclusión

Las bases políticas de los gobiernos se sustentan en los anhelos de la población. La democracia,
aun con sus limitaciones, es un instrumento político muy importante. Es un deber fortalecerla,
mejorarla y ponerla al servicio de quienes por naturaleza la fundan (las personas), sosteniendo
con esto sus derechos fundamentales de participación y reconocimiento, articulando en
perfecta armonía los distintos escenarios en una práctica cotidiana de buen gobierno. Para las
autoridades locales, descentralización significa desarrollo regional con crecimiento y equidad.
Afirman que el desafío principal de la descentralización regional es el bienestar de la
población, para lo cual la inversión pública y privada son los medios que gobernantes
nacionales, regionales, locales y sociedad civil deben de utilizar conjuntamente, para
solucionar los principales problemas que impiden alcanzar los objetivos del desarrollo y el
bienestar de la población. Las autoridades y dirigentes de la localidad consideran que para
alcanzar el desarrollo regional y local se debe prestar atención a los indicadores siguientes:

La gente no confía en los partidos políticos, tampoco en ningún poder del Estado como el
Ejecutivo, el Legislativo o el Judicial. La pérdida de confiabilidad es causada no sólo por los
casos de corrupción sino por la misma naturaleza del sistema político que permite una
concentración de poder hegemónico en el Ejecutivo. Un claro ejemplo son los mandatos de los
presidentes durante los últimos veinte años, ellos tuvieron un control de la mayoría del
Legislativo y a la vez ejercieron influencia tanto en el Poder Judicial como en el Consejo de la
Magistratura. Esta tendencia siempre busca concentrar el poder en forma vertical. A todo esto,
se agregan los innumerables casos de corrupción y la pérdida de ética y valores, lo que ha
contribuido a que el pueblo tenga poca confiabilidad en las instituciones políticas. Los
incumplimientos programáticos son también causas de desconfianza, pues hay una distancia
creciente entre promesas electorales y decisiones políticas (del presidente de la República,
presidente Regional y de los alcaldes). Señalan que descentralizar el capital humano que se
concentra en Lima y en las ciudades más grandes, donde está la mayoría de empresarios,
profesionales y técnicos más calificados, es una solución insuficiente y puede ser
contraproducente si no se actúa sobre los otros factores del centralismo.

Bibliografía

Basadre, Jorge 1978 Perú, problema y posibilidad. Lima: Banco Internacional del Perú (edición
facsimilar de la original de 1931). 1980. La multitud, la ciudad y el campo en la historia del
Perú. Lima, Ediciones Treintaitrés y Mosca Azul Editores.
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DAMMERT, MANUEL 2003 La reforma descentralista peruana. Enfoque territorial y


autonómico. Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima. 2001. La democracia
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