Está en la página 1de 3

COMPROMISO DE LAS Y LOS HIJOS FRENTE A SU MADRE

“De la forma como una madre consuela, así Dios nos consuela”
Isaías 66,13

Lecturas bíblicas

Isaías 66,13; Proverbio 31,26; Salmo 139,13

INTRODUCCIÓN

En esta oportunidad queremos compartir una breve reflexión bíblica que fortalezca y motive
nuestra responsabilidad como hijas e hijas hacia nuestras madres.

I. Madres (nuestro primer punto demanda comprender qué entendemos por)

Deseo partir abordando la palabra “madre”. ¿Madre solo hay una? Hoy, expresamos que hay
madres, en plural. Madres, quienes nos llevan en el vientre, y aquellas madres quienes nos regalan
de su tiempo, amor y reconocimiento. Entre ellas podemos mencionar a alguna madrina, tía, abuela,
vecina, hermana en la iglesia, maestra de escuela, entre otras. Sin embargo, es necesario insertar las
experiencias de hijos e hijas que crecieron acompañados de su padre, con ausencia de una madre. Una
maestra le preguntó a una estudiante huérfana de madre: ¿no tienes amor materno? Claro que sí tengo
amor materno – respondió la niña, porque mi padre me está maternando, él me consuela, me peina,
me protege, va a todas mis reuniones de escuela, mediante sus acciones diarias me demuestra un
cuidado maternal. Es interesante cómo la palabra madre se puede enriquecer con diversas
experiencias.

II. Hijas e hijos (nuestro segundo punto nos demanda comprender qué entendemos por)

Lo mismo podemos expresar con relación a la palabra hijos e hijas. Ser hijo e hija no está
determinado por tener una familia. ¿Puedo ser hijo e hija si no tengo una madre, padre, u otros
familiares? Claro que sí, porque puedo amar como hijo e hija a mi abuelo, tío, primo, etcétera. La
palabra hijo e hija evoca a la palabra latina filius, sinónimo de feliz, vínculo, dependencia saludable,
relaciones de amor con otra persona. Ser hijo o hija es vivir en búsqueda de la felicidad en comunión,
estrechar vínculos humanos con nuestros padres y madres biológicas y/o con nuestros tíos, abuelos,
primos, maestros, etcétera.

III. Compromiso (nuestro último punto nos lleva a conocer nuestra responsabilidad y)
¿Cuál es nuestro compromiso hacia nuestras madres? Existen muchos compromisos. Hoy, en este
tiempo de pandemia, compartimos el compromiso del amor, el amor mediante la reciprocidad como
acción reconocimiento. Hoy, frente a los miedos y dificultades de nuestro pueblo, tenemos el
compromiso de consolarlas, ya que ellas nos consuelan (Isaías 63,13). Hoy tenemos el compromiso de
tener tiempos de diálogo con nuestras madres, dialogar con sabiduría y paciencia con ellas (proverbio
31,26). Por último, el compromiso de darles cobijo en nuestros brazos, alimentarlas con nuestro amor
en acciones concretas (salmo 139,13).

Para terminar esta reflexión inconclusa, ya que la enseñanza bíblica se sigue enriqueciendo en el
día a día, deseo compartir un verso bíblico. Es un verso bíblico desde la perspectiva de un hijo e hija:
“Cuando un hijo dialoga con su madre, lo hace con sabiduría y la educa con amor” (Proverbio 31,26).

También podría gustarte