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_ i.i%f carácter legal del cumplimiento de la ley sea exi-
"';"tr~ gido por la Constitución. Si se trata de institucio-
.1-'{' nes para la defensa de la Constitución, natural-
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mente sólo se tiene en consideración la defensa
<~ contra las violaciones directas. Los órganos de
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los que tajes violaciones pueden provenlr son ór-
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EL DEFD'SOR DE LA CONSTITUCIÓN 5
• 4 HANS KELSEN
algo que es de una evidencia tan primaria, que ca-
II ganas constitucionales directos y están bajo el
control de la Constitución,
si parece innecesario destacarla en medio de la
discusión de estos últimos años en torno al pro-
El reclamo político-jurídíco 1 de garantías de la
"1;1 blema de la garantía constitucional: si de.:Qe5eI~
Constitución, es decir, de instituciones por medía creado absolutam""~te .!ln ms1JtUllLpormedLcwieI / (.
de las cuales se controla la constitucionalidad del cual sea' coT¡ffOía(1ala constrtlJ.ClOnahdadde CleI.- '-----
comportamiento de ciertos órganos del Estado in- tos actoSde! EstadQ sllbordmaoo..inmooialamGl'lte
¡ mediatamente subordinados a ella, como el Parla- a 'laConstitución, en esgeciaUo_s actos del Parla-
mento o el Gobierno, re~t:lLrin~- m,,-njgo=óeHiübiemo,..de manera que dicho con-
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»cifiCO de la máxima jurlilií'idad de la función es-
tatal, propia del Estado de Derecho. Sobre la
opoffunidad de tal reclamo puede haber muy di-
versas opiniones, según diferentes puntos de vis-
trol no pueda ser transferido al órgano cuyos ac-
tos deben ser controlados., La función política deJ
la--CQnstltuclónes la de poner límites jurídicos al
ejercicio del poder. Garantía constitucional signi-
, ta políticos y frente a dístintas Constituciones. En fica generar la seguridad de que esos límites jurí-
I, ,: ' especial, pueden darse situaciones en las que la dicos no serán transgredidos. Si algo es indudable
Constitución pueda o no pueda aplicarse en pun- es que ninguna otra instancia es menos idónea pa-
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tos esencialcs, por lo que las garantías constitu- ra tal función que aquélla, precisamente, a la que
rI cionales pierden todo sentido, pues se convierten
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'necesariamente en inoperantes. También la pre-
guüta ,écnic.:ojuridica acerca de la mejor organi-
la Constitución confiere el ejercicio total o par-
_ cial del poder y ql¡i,-por ello, tiene en primer lu-
i¡~U gar la ocasión jurídica y el impulso político para
l j'~ zación de esta garantia constitucional puede ser
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violarla, Pues sobre ningún otro principio jurídi-
;' j respondida de diversas maneras, según el carácter co se puede estar tan de acuerdo como que: nadie
:I peculíar de la Constitución y la distribución del
,j' • puede ser juez de su propia causa.
, , poder político que ésta deteri:njna; en especial, si De allí que, cuando los representantes de la
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se da prioridad a garantias préventivas o represi- doctrina constitucional del siglo XIX, guiados por
vas, o si se debe dar mayor importancia a la anu- el así llamado «princípio monárquico», sentaron
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lación del acto anticonstitucional o a la responsa- la tesis de que el natural «defensor de la Constítu-
I r, bilídad personal del órgano actuante, etc. Sobre cíón» era el monarca, se trataba -¿quién podría
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' todos estos temas es posible discutir seriamente. aún hoy dudarlo?- sólo de una ideología dema-
Sólo una cosa parece estar fuera de discusión, siado evidente, una de las tantas ideologias, cuyo
:1 • sistema configuró la así llamada doctrina consti-
I [En la presente versión en español se han escrito con ca-
tucional, mediante la cual y a través de la cual
racteres destacados los términos que en la versión original esta interpretación de la Constitución buscaba
en alemán aparecen con espacios más amplios; por ejemplo ocultar su intención fundamental: compensar la
en este caso: r e e h t s poi ¡ti s e h e figura como político- pérdida de poder que el jefe de Estado había ex-
iurídi<'o (N del T)]
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6 HANS KELSE,V EL DEFENSOR DE LA CONj1f rueJó'" 7
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".! perimentado en el tránsito de la monarquía abso- cia con el poder del Parlamento, Por lo tanto, pa-
'." luta a la monarquia constitucional " Lo .que en re- 'ra hacer posible la idea de que el Gobierno, y
alidad se pretendia -por razones pohllcas cu- ¡ sólo él es el único «defensor de la ConstItu-
1\ yo valor no se pone aq~í ,en debate-,- er~ im- 'cióm>, debe ocultar el carácter de su función, Pa-
pedir una e[¡caz garantIa de la ConslltuclOn" al ra esto sirve la conOCIda doctrIna de que el mo-
menos contra su violación por parte de qUIen narca es la tercera instancia objetiva --;;:n forma
principalmente la ponia en peligro, esto es, del exclusiva o no--, poseedor de un poder neutral
monarca; más precisamente, del Gobierno, es de- (conscientemente establecido por la Constitu-
illI cir, del Monarca junto con los mlmstros que re- ción), más allá de la oposición de dos Jactores de
frendaban sus actos, dado que el monarca n? po- I poder. Pues sólo bajo esta condición parece justi-
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día actuar 'por sí solo, Y esto pertenece lIUnblen al : ficada la idea de que a él, y sólo a el, pertenece
i:" método de la ideo logia constitucional: hablar sólo ! controlar que el ejercicio del poder no sobrepase
del monarca, cuando en realIdad qUIen actuaba era los limites de la Constitución,
un órgano colegiado, una de cuyas partes no au- Ficción de notable audacia, si se tiene en cuenta
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tónomas era el monarca" Dado qu~, no se podia que en el arsenal de la doctrina constitucional tam-
explicar el verdadero obJetIVO POhtICO, cual, era bién se hace alarde de que el monarca es de suyo el
,:1 el impedir garantias efectivas de la ConstItuCIón, único órgano, por ser el más alto, de ejercicio del
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¡:,l se lo disfrazaba con la d?ctrina segú~ I,a cual.la poder estat"1 y sería también específicamente el ti-
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.!¡:~ ganLlltít d~ b C01~sLituclon era tarea Gel jefe Gel ttl}(-lr ¿kl Poder Legislativ0~ de él, y no del P:.trJa-
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~-" Estado. .. mento, proviene el mandato legal, la representa-
La Constitución de la monarquia eonstltuclO- ción del pueblo sólo ejerce influencia en la deter-
nal tiene un explicito carácter dualIsta. Dlstnbuye minación del contenido de la ley. El monarca,
el poder politico entre dos fact09"~: Parlamento y titular de gran parte o de la totalidad del poder del
Gobierno; éste tiene frente a aquel, desde ~I co- Estado, ¿es la única instancia neutral convocada
l'1: i mienzo, una cierta supremacía, que es no solo de frente al ejercicio del poder del Estado y para el
Jacto, sino de jure. No cabe duda de que el Go- control de la constitucionalidad del mismo? La ob-
!t bierno, y en especial el monarca que 10 encabeza,
es un órgano que ejerce el poder del Estado ~l
jeción de que esto seria una contradicción inadmi-
sible parecería estar totalmente fuera de lugar, pues
" igual que el Parlamento e mcluso en mayor medl- :<-se aplicarían categorías del conocimiento czentíji-
da; menos aún puede dudarse de que el poder que . '-co (de las Ciencias del Derecho o del Estado), lo
se le ha conferí do está en permanente competen-., cual sólo puede ser comprendido como ideologia
politica, En sistema cultural, cuyo fuerte parentes-
~ En mi Allgemeine StaQstslehre (Teoría general del Esta- co con la Teologia no se le oculta ya a nadIe, el
do) (Berlín, 1925), he hecho referencia, en muchas de sus te- príncipio de contradicción no tiene lugar. No se
sis, a esta tendencia de la doctrina c_onstituciona1. trata de si las afirmaciones de una tal teoria de la
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Constitución son verdaderas, sino de si logran sus jo que, con el título Der Hüter der Verfassung [El
fines políticos. Y esto lo han logrado absolutamen- defensor (protector) de la Constitución], está de-
te. En la atmósfera política de la monarquía, esta dícado precisamente al problema de la garantía
doctrina del monarc¡;¡"cclllllO s<dd~Qr de la C,ons- de la Constitución. Más sorprendente empero es
tih\ci...Ól!l>-fu~lJll.a.Le'¡;P!!esta
eficaz,yna contr;arré- que dicho texto exhuma del desván del teatro
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plica.a,l.rf!clam£..pc¡r up Tribunal t;onstitucional constirucional el trasto más viejo, a saber: que el
que ya entonces aparecJa espora~meIIte '. - jefe de Estado, y ningún otro órgano, seria el de-
,JI, fensor natural de la Constitución, con el fin de
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~ n. En la situación política a la que inevitable- poner nuevamente en uso para la República de-
~i~ mente ha ido a parar la Constitución democráti- mocrática en general, y en especial para la Cons-
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co-parlamentaria del Reich alemán, en un mo- titución de Weimar, este requisito verdaderamen-
mento en el que -para su propia defensa, como te cubierto de polvo. Pero lo que sorprende al
esperan sus sostenedores- se ha replegado, por máxímo es que este escrito, que en lo esencial re-
así decirlo, a un único artículo, el 48, y con ello a nueva la doctrina de uno de los más viejos y ex-
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,~j un espacio juridico que es evidentemente estre- periment~os ideólogos de la monarquía consti-
1, cho, de tal manera que mediante esta maniobra no tucional,ja doctrina de Benjamín Constant acer-
Ir
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corra peligro de hacerla estallar, hubiera sido por " ca del <pouvoír neutre!! del monarca, y que sin
.'~ cierto C'-olTIjx'3úsitlt ¡{üe 1" disClLSi6iJ.SObi'~ el pro- O' ni;'5~ü tipo delimitación la aplica al jefe de Esta-
q blema de iasgarantías de ia Consiítucióu ,~ hu-
bies~ dejado de lado hasta nueva orden. Este es l "\do lepublil:ariOl. tiene COll10 autor al profesor de
, Derecho pú51t--:ode la Handelshochschule de
• ".'1 tanto más sorprendente cuanto que una nueva co- Berlin, Carl Schmitt, cuya ambición es «demos-
lección de monografias de Der,í'cho público, los trar que muy diversas fórmulas y conceptos tradi-
¡j «Beitriige zum 6ffentlichen ~chte der Gegen- cionales dependen por entero de situaciones ante-
,11 riores, y no son ya viejos odres para el vino nue-
wart» (<<Contribuciones al Derecho público del
presente») " cnya serie se inaugura con un traba- . vo, sino sólo etiquetas anticuadas y falsas» '; que
ji" nO se cansa de recordar «que la situación de la
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1 3 Naturalmente se trata de la misma ideología, sólo que al
monarquia constitucional del siglo XIX, con su
.'separación de Estado y Sociedad, Política y Eco-
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servicio del principio democrático, cuando se proclama al
nómica, no existe ya}}" y que, por consiguiente,
l .:~ Parlamento como el «protector de la Constitución», pues,
como dice BlumtschE, «el cuerpo legislativo» comporta, eIl
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10 HANS KELSEN
1 EL DEFENSOR DE LA CONS fITUCJÓN 11
I ¡:
mediante el concepto de <<levs ormal
mar ue el monarca podía arar el resu uesto
)' autorizar cre 1 os mediante decretos de necesi-
da como lo prueba, por ejemplo, la praxis y la
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SOS-;-:lJno
J'~o-)'...otx:.o actIvo, y. que el monarca
ú~mente_ej.erce..cl.pas.ÍYlLSólo como pasivo es
un Q9der <<neutral».No se puede ignorar la fic-
, ción que aqui se esconde, al hacer aparecer el po-
!'~ , der del monarca -a quien la Constitución le con-
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teoría del desacreditado párrafo 14, de Austría. . fiere la representación exterior del Estado y en
¡1 Pero la «conciencia histórico-crítica» que nos especial la firma de los tratados internacionales,
.. 1 protege del «formalismo vacío» de comprender
. la sanción de las leyes, el comando supremo del
las disposiciones de la Constitución del Reich «el.
ejército y la armada, el nombramiento de funcio-
presupuesto se fijará por una ley» y «sólo a base ~ narios y jueces, y otras tareas más- como mera-
mente pasivo s.
1 [Las citas a páginas de La defensa de la Constitllción de
Cad Schmitt corresponden a la versión en español de Ma- ~ Benjamin Constant, originariamente republicado mode~
nuel Sánchez Sarto, publicada por Editorial ¡cenos en 198J.' fado, se vuelve monárquico después de la Revolución, y en
(N del r.)]
1 '•
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12 HANS KELSEN EL DEFENSOR DE LA CONSTITUCIÓN 13
-.Eljl1tento de trasladar la ideol~~q,-Cgl1.\1¡ , ma, sino al mismo niyel de los restantes podIT.eS
acerca del poder neutro del monarca al jefe de Es- , -¡;onsiífu.clº[la!~~Tíi-2ill. Pero simultáneamente
,,\ tado de una Repú15lícaaemocrática se hace espe:: , iffteñta ampliar Hisaliibúciones del Presidente del
'" . sialmente c'üestion'able ~ijal1d~ ap~rece ligadoJ[ . Reich mediante una interpretación más que ex-
laJen¡¡enciá}~x!~IidSJJa com]Je!enCi£Lde.<:ste ór.:- tensiva del articulo 48, de manera que no puede
.gano, de ser posible, Ol¡!S allá del ámbitq ,nol]]lal sino llegar a ser señor soberano del Estado, es de-
deJ.<L.W01petenC.ia de .!!!l..!JJonar>:.Ú911jiti1;UÚonal. cir, a lograr una posición de poder que no dismi-
~: Carl Schmitt, COnel fin de presentar al jefe de fu- nuye por el hecho de que Cad Schmitt no la ca-
,j" tado como.idóneo «defensor duª--.Constitucióm>. ~ racterice como «dictadura»; la cual, en cualquier
, caracteriza el pouvoir neutre de aquél como una caso, no es compatible con la función de garante
1. instancia que no está sobre «los titulares de los de la Constitución, de acuerdo a las manifestacio-
h!
derechos políticos de carácter decisivo o influ- nes citadas.
,ít yente» o como un «tercero, situado por encima de
los litigantes y revestido de un poder político más
Que Carl Schmitt crea poder aplicar sin más la
t~ tesis ideológica del pouvoir neutre del monarca
excelso», ni tampoco como «soberano del Esta- constitucional al jefe de Estado de una República
.1,,
, do», sino como un organismo del mis1!1~nivel. c democrática, electo bajo la fuerte presión de co-
¡Ji c,omo un 20d~ :\q.u~no $..halla;';!!!l!:LQ.Q.]or ence.
I!h rrientes políticas, es algo también extraño por el
l;..:..
11:7 Cocho de '-1:.••••.••••
~ 'lll... • .,,,lT'""'pntp
""""",...ca";....
UVJlI.U' ,'p "'0" ,..l').•.i"ad lo'
••••••. ~••.•.• ~•.••.•. H _._ •• ~ ••
1••
q su libro De 1'esprit di! la ccnquéte et de l'usurpation sale en ht:L:j¡ü~rtales que vuelven transpz..rcntc la doctri-
dcftl~Ja Je l:.l L.:otimidad C:b¿::;tic3.. Coa óte escrlw se CO!l- na constitucional del nl.onarca como defensor de
vi.erte en uno de los fundadores de la ideología legitimista. la Constitución. Asi, afirma que en la monarquia
Sin embargo, participa en el intento de/llevar al trono a Ber-
,l' nardotte. Dado que esto fracasa, se d~cide en favor de los
constitucional el peligro de amenaza de una vio-
laciÓn de la ConstituciÓn era originado en el Go-
1fi Borbones. En el Journal des débatl escribe contra Napo-
león, regresado de la isla de Elba: es un Atila o un Gengis bierno, es decir, venia de la esfera del Ejecutivo,
¡l/I Kan. Pocas semanas después es «Miembro del Consejo de ¡hecho que hubiese querido liquidar de raiz la
1 Estado» y redacta, por encargo de Napoleón, las Actas Adi- imagen de un poder «neutra!» del monarca, que
1, " .. di" "dI". '1'-úe i:i .'"j~-
con~d~;,. t ,1L{ ,~~:t,.t~!~10n (' imperiD. :Jt:~l-'UC)
,
,. era tenido como jefe del Gcbi~Ll8 y d~l Eji2cuti-
gunda Restauración es nuevamente partidario de la Charte y
de los Borbones. En 1820 dijo, por ejemplo, en la Cámara de •. va, asi como su funciÓn de defensor de la Consti-
Diputados: <<LesBourbons avec la Charte son! un inmmense ~- tución! Pero aqui Cad Schmitt reconoce el peli-
avantage, paree que e 'est un inmmense avantage qu 'une fa~ gra de amenaza en el siglo XIXpor parte del Go-
mille antique sur rm.trone incontesté.)} Después de la expul~ bierno monárquico, con el fin de afirmar que
sión de Carlos X lo encontramos nuevamente como un celo~
so defensor de la legitimidad de Luis Felipe. Ver: A. M. 00[-
«hoy», en el siglo XX y en la República democrá-
matowsky, Der Parlamentarismus in der Lehre Benjamin tica, el recelo frente a una violación deja Consti-
Constants, Zeitschrift f.d.ges. Staatswissenschaften, 63,. tucióñ se onenta «ante todo contra el legislador»,
Jahg .• 1907, p. 602. e,dctir, no-c(Yntra-er'G65ieITíopresidencial, sino
,
••,
14 IIANS KELSEN EL DEFENSOR DE LA CONSTITUCIÓN 15
l~. el
ta de precisión de dicha fórmula, con la que -se-
gún parece- la función de garantia de la
Constitución es reivindicada no solamente para la
persona del Prcsidente, sino para el colegio cons-
mace clasificación muy significativo desde el
punto de vista teórico-jurídico. Pero de su resolu-
ción -sea ésta afirmativa o negativa- no se sigue
nada que hable a favor o en contra de la transferen-
lir:'1
d
tituido por él y los ministros que refrendan sus ac-
tos. Pero seria bueno no perder de vista que esta
argun1t;:ltacion se trata -l5óio ue uIla í.eoría política
cia de la función señalada a un órgano colegiado, a
. cuyos miembros ------<:onvocados de alf,'1lnamanc-
ra. . les sea garantizada la olena independencia;
1""f del «como si». : una independencia frer¡te 8l Gobierno yaí Parla-
'<j; mento, que se denomina «judicial» porque las
~'" III. Para fundamentar su tesis de que el Presi- . Constituciones modernas acostumbran a confe-
~~
~;'
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If¡"
dente del Reich seria el defen¥,r de la Constitu- rirla a los Tribunales (aunque no sólo a ellos). Del
"I'¡ ción, Carl Schmitt debe enfre¡itar a la institución, concepto de «jurisdiccióm>, sea como fuere con-
promovida de distinta manera y realizada en al- . cebido, no puede deducirse que la institución ca-
¡~ii,
¡i;
l. gunos Estados, de una jurisdicción constitucio- ¡Jacterizada aquí como «Triblmal constitucional»
e nal, por la cual la función de garantia de la Consti- lsea imposible o irrealizable; sería por cierto un tÍ-
i tución sea transferida a un Tribunal independiente. . pico caso de aquella <<jurisprudenciaconceptual»
[ ~q Éste funciona como juriSd~~i~R~n~GiOHal en que hoy puede considerarse superada.
1-: , .>
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'<i 1 la medIda en que deba de.6di¿ a ;;;;~s.de-UD pro-o Es de suponer que Carl Schmitt no tenia en
)
'I,¡, j
cedimiento contencioso de artes, sobre la cons- mente plantearse tal argumentación. Con todo, él
:¡.'l':.
, ti ctonaliclatl e actos e Parlam~UlO--( en esp~- , mismo aparentemente se expresa en sentido con-
!~
cial de las leycs , aSI como también del Gobierno j"trario cuando, en su lucha contra la jurisdicción
(c~p-..:cialri¡eñt~dch)~o~_c_n:;tq.~),
(;lirl"ildOlLaY3JTsi~ .~'nn3ti:ucion:11,en un escrito totalmente orientado
r' docuestiOñilclos, anulando tales actos en el caso !, por lo politico-juridico, pone en el ámbito de la
de inconstitucionalidad y cvcntualmentc juzgan- 'J' teoria del Derecho todo el peso del problema so-
,
, ,
,
•:
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¡' .
1'
16 HANS KELSEN EL DEFENSOR DE LA CONSTITUCIÓN 17
'1
bre si la jurisdicción constitucional es «Justicia», ; to de «defensor de la Constitucióm>. Es suficiente
más aún, formulando como problema decisivo si f
para llegar a la conclusión de que los Tribunales,
puede actuar la «Justicia como protectora de la , aun cuando ejerzan el derecho de control, «no han
Constitución». Suena extraño que él crea que ~.de ser considerados defensores de la Constitu-
puede demostrar, con un despliegue relativamen- cióm>. Es una comprobación puramente termino/á-
'1J te grande de medios, que los Tribunales civiles, • gica. Pues Carl Schmitt no puede negar que un Tri-
penales y administrativos, que ejercen un derecho ¡ bunal, cuando rechaza la aplicación de una ley in-
material de control de las leyes que deben aplicar, f constitncional y anula consecuentemente su
Id!, no son «en sentido estricto, protectores de la ~.validez para un caso concreto opera realmente co-
i mo garante dela Constitución, aun cuando no se le
I.,l'
f"J
II
•.t.<.
cuantitativamente, es decir, qu~ en contraposición
a éstos, aquél anula la validez de las leyes inconsti-
"'. Se:.11"Ctlt,
Ios que SleJnple ,,;...-.
.. ')r'~ .,L-':-r_"
....,..l pr~,~,~ti ..,1T~;¡
.I...D",
te que no es «Justicia» la decisión acerca de la in-
, "Lamen
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"
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"01, tncionales no sólo en un caso concreto --'como ha- ~.constitucionahdad de le es acerca de la nulidad I¡
:¡
cen éstos-, sino en todos los casos. Qué valor tie- " de eyes inconstltncionales por parte de 1IU coleo
~:,., 'í
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ne entonces verificar, como hace Carl Schmitt, que giode hombres independientes en un pro9-e,¡1i-
,; ~." la función juridico-constitncional de un defensor 'm1ento contencioso. CarCSchmitt no toma en
ct,.
:; ,
,- L'; de la Constitución radica en «suplir y hacer super-' . , conslderacíónIaposibilidad del control judicial
fiuo ese general y eventnal derecho a la desobe- de otros actos inmediatamente subordinados a la
.,
",,' diencia y a la resistencia», que radica en el ejerci- Constitución. Los argumentos aqui expuestos no
cio del derecho de control material. «Sólo enton- sólo no prueban nada para lo decisivo del proble-
ik ces existe un defensor de la Constitución en ma, o sea, para el problema del Derecho politico,