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Causas

Como sucede con muchas otras enfermedades de salud mental, el trastorno de


ansiedad social probablemente surge de una interacción compleja de factores
biológicos y ambientales. Entre las causas posibles se incluyen las siguientes:

 Atributos hereditarios. Los trastornos de ansiedad suelen ser hereditarios.


Sin embargo, no está completamente claro hasta qué punto pueden deberse
a la genética o a conductas adquiridas.

 Estructura del cerebro. Una estructura del cerebro llamada «núcleo


amigdalino» puede influir en el control de la respuesta ante el miedo. Las
personas que tienen un núcleo amigdalino hiperactivo pueden tener una
respuesta exacerbada ante el miedo, la cual causa un aumento de la
ansiedad en situaciones sociales.

 El entorno. El trastorno de ansiedad social puede ser una conducta


adquirida. Algunas personas pueden desarrollar esta afección después de
una situación social desagradable o incómoda. Además, puede existir una
relación entre el trastorno de ansiedad social y los padres que modelan un
comportamiento ansioso en situaciones sociales y que son más
controladores o protectores con sus hijos.

Factores de riesgo
Varios factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar trastorno de ansiedad
social, entre ellos:

 Antecedentes familiares. Si tus padres biológicos o hermanos tienen


trastorno de ansiedad social, tienes más probabilidades de desarrollarlo.

 Experiencias negativas. Los niños que experimentan burlas, hostigamiento,


rechazo, ridículo o humillación pueden ser más propensos a desarrollar
trastorno de ansiedad social. Además, otros acontecimientos negativos de la
vida, como los conflictos familiares, los traumas o los abusos, pueden estar
asociados a este trastorno.

 Carácter. Los niños que son tímidos, retraídos, introvertidos o reservados al


enfrentar situaciones o personas nuevas pueden tener un riesgo mayor.
 Nuevas exigencias sociales o laborales. Los síntomas del trastorno de
ansiedad social suelen comenzar en la adolescencia, pero conocer a gente
nueva, dar un discurso en público o hacer una presentación de trabajo
importante puede desencadenar los síntomas por primera vez.

 Tener una apariencia o afección que llame la atención. Por ejemplo, la


desfiguración facial, la tartamudez o los temblores debidos a la enfermedad
de Parkinson pueden aumentar la sensación de inseguridad y provocar
trastorno de ansiedad social en algunas personas.

Complicaciones
Si no se trata, el trastorno de ansiedad social puede controlar tu vida. La ansiedad
puede interferir con el trabajo, la escuela, las relaciones o la capacidad para
disfrutar la vida. Este trastorno puede provocar:

 Baja autoestima

 Problemas para ser asertivo

 Diálogo interno negativo

 Hipersensibilidad a las críticas

 Habilidades sociales deficientes

 Aislamiento y relaciones sociales difíciles

 Logros académicos y profesionales deficientes

 Abuso de sustancias, por ejemplo, beber demasiado alcohol

 Suicidio o intentos de suicidio

Otros trastornos de ansiedad y algunos otros trastornos de salud mental, en


particular el trastorno depresivo mayor y los problemas de abuso de sustancias,
suelen acompañar al trastorno de ansiedad social.

Prevención
No hay forma de predecir qué hará que una persona padezca un trastorno de
ansiedad, pero puedes tomar medidas para disminuir la repercusión de los
síntomas si eres ansioso:

 Pide ayuda enseguida. La ansiedad, al igual que muchas otras afecciones


de salud mental, puede ser más difícil de tratar si no buscas ayuda de
inmediato.

 Lleva un diario personal. Llevar un registro de tu vida personal puede


ayudarte a ti y a tu profesional de salud mental a identificar cuál es la causa
del estrés y qué parece ayudarte a sentirte mejor.

 Establece prioridades en tu vida. Puedes disminuir la ansiedad si


administras bien tu tiempo y tu energía. Asegúrate de dedicarle tiempo a
hacer cosas que disfrutas.

 Evita el consumo de sustancias no saludables. El consumo de alcohol y


de sustancias, e incluso de cafeína o nicotina, puede provocar o empeorar la
ansiedad. Si tienes una adicción a estas sustancias, dejarlas puede
provocarte ansiedad. Si no puedes dejarlas solo, consulta con tu proveedor
de atención médica o busca un programa de tratamiento o un grupo de apoyo
que te sirva.

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