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Patología I
Mtra. Cecilia Isabel Marchi Pelayo
CDMX, México.
30 Septiembre 2021
FOBIA SOCIAL
La fobia social se caracteriza por miedo o ansiedad ante determinadas situaciones sociales o
actuaciones en público. La persona afectada a menudo evita estas situaciones, o bien las vive
con mucha angustia.
Las fobias son un tipo de trastorno de ansiedad en el que ciertas situaciones u objetos
provocan miedo y ansiedad en las personas afectadas, lo que da lugar a su evitación. El
miedo y la ansiedad son desproporcionados respecto a la amenaza real. Existen
muchas fobias específicas.
Aunque es normal sentir cierta ansiedad en las situaciones sociales, las personas que tienen
fobia social experimentan ansiedad en tal grado que tratan de evitar dichas situaciones o las
enfrentan con gran malestar. Aproximadamente el 13% de las personas presentan fobia
social en algún momento de su vida. El trastorno afecta con una prevalencia anual cercana al
9% de las mujeres y al 7% de los varones.
Algunos adultos con fobia social eran tímidos cuando eran niños, mientras que otros no
desarrollaron síntomas significativos de ansiedad hasta después de la pubertad.
Las personas con fobia social experimentan preocupación por la posibilidad de que sus
comportamientos o actuaciones en público puedan ser considerados inapropiados. A menudo
les preocupa que su ansiedad resulte evidente (que lleguen a sudar, ruborizarse, vomitar,
temblar o se les quiebre la voz). También les preocupa poder perder el hilo de su
pensamiento o no ser capaces de encontrar las palabras adecuadas para expresarse.
Algunas fobias sociales están ligadas a situaciones públicas específicas, por lo que la
ansiedad aparece únicamente cuando la persona debe realizar un tipo concreto de actividad
en público. La misma actividad desarrollada de forma solitaria no provoca ansiedad. Entre las
situaciones que habitualmente desencadenan ansiedad se incluyen:
Hablar en público
Realizar una actividad en público, como leer un texto en la iglesia o tocar un
instrumento musical
Comer en público
Conocer nuevas personas
Mantener una conversación
Firmar un documento ante testigos
Usar un lavabo o baño públicos
Una variedad más general de fobia social se caracteriza por la aparición de ansiedad en
numerosas situaciones sociales.
En ambos tipos de fobia social, la persona teme que, si su actuación no está a la altura de las
expectativas o es juzgada en interacciones sociales, esto le provoque vergüenza, humillación
o rechazo por parte de otras personas, o incluso que pueda ofender a alguien.
Las personas afectadas pueden ser conscientes o no de que sus miedos son irracionales y
excesivos.
DIAGNÓSTICO
Los médicos llegan al diagnóstico de fobia social cuando la persona afectada presenta miedo
o ansiedad que comporta todos los factores siguientes:
Además, los médicos deben descartar otros trastornos mentales que pueden causar síntomas
similares, tales como agorafobia , trastorno de angustia , o trastorno dismórfico corporal .
TRATAMIENTO
Terapia de exposición
Terapia cognitivo-conductual
Antidepresivos, por lo general inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina
SÍNTOMAS
A diferencia del nerviosismo diario, el trastorno de ansiedad social comprende miedo, ansiedad
y evasión, que interfieren con la rutina diaria, el trabajo, la escuela u otras actividades. El
trastorno de ansiedad social suele comenzar a principios o mediados de la adolescencia,
aunque a veces puede empezar en niños más pequeños o en adultos.
Dejar de hacer algunas actividades o dejar de hablar con ciertas personas por miedo a
sentirte avergonzado
Tener ansiedad en los momentos previos a enfrentar una situación o actividad que te da
miedo
En el caso de los niños, es posible que exterioricen la ansiedad al interactuar con adultos o
pares a través de llantos, berrinches, aferrarse a los padres o negarse a hablar en situaciones
sociales.
Síntomas físicos
A veces, hay signos y síntomas físicos que pueden acompañar el trastorno de ansiedad social
y pueden ser:
Enrojecimiento
Temblores
Sudoración
Mareos o aturdimiento
Las experiencias comunes y de todos los días que pueden ser difíciles de soportar cuando
padeces un trastorno de ansiedad social son, por ejemplo:
Ir al trabajo o a la escuela
Iniciar la conversación
Tener citas
Los síntomas del trastorno de ansiedad social pueden cambiar con el tiempo. Pueden
exacerbarse ante exigencias o situaciones de estrés. Aunque evitar situaciones que produzcan
ansiedad puede hacerte sentir mejor a corto plazo, es probable que tu ansiedad continúe en el
largo plazo si no recibes tratamiento.
Consulta con el médico o tu profesional de salud mental si temes o evitas situaciones sociales
normales porque te causan incomodidad, angustia o pánico.
CAUSAS
Como sucede con muchas otras enfermedades de salud mental, el trastorno de ansiedad social
probablemente surge de una interacción compleja de factores biológicos y ambientales. Entre
las causas posibles se incluyen las siguientes:
El entorno. El trastorno de ansiedad social puede ser una conducta adquirida. Algunas
personas pueden desarrollar esta afección después de una situación social desagradable
o incómoda. Además, puede existir una relación entre el trastorno de ansiedad social y los
padres, que modelan un comportamiento ansioso en situaciones sociales y que son más
controladores o protectores con sus hijos.
Factores de riesgo
Varios factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar trastorno de ansiedad social, entre
ellos:
Complicaciones
Prevención
No hay forma de predecir qué hará que una persona padezca un trastorno de ansiedad, pero
puedes tomar medidas para disminuir la repercusión de los síntomas si eres ansioso:
Pide ayuda enseguida. La ansiedad, al igual que muchas otras afecciones de salud
mental, puede ser más difícil de tratar si no buscas ayuda de inmediato.
CASO CLÍNICO
Cristina, una mujer de 27 años que consultó terapia por ataques de pánico que comenzaron
año y medio antes de acudir a la misma y que se agudizaron en el mes previo a la consulta.
Tras cuatro sesiones de evaluación y una entrevista se consideró que se trataba de un
trastorno de ansiedad social.
Los ataques eran desencadenados por situaciones sociales y la paciente temía vomitar delante
de otros y ser evaluada negativamente.
Se aplicó a lo largo de 21 sesiones un tratamiento cognitivo-conductual que incluyó autor
registros, entrenamiento en respiración controlada, entrenamiento en atención, reestructuración
cognitiva, auto exposición en vivo y entrenamiento en asertividad respecto a su pareja, ya que
había sintomatología ansiosa asociada con las discusiones y maltrato por parte de su
compañero. Las puntuaciones obtenidas en las escalas administradas a lo largo del proceso
indicaron una mejora progresiva y clínicamente significativa.
Las razones principales que pueden haber contribuido al éxito terapéutico son la motivación
para el cambio, la sólida alianza terapéutica establecida, la aceptación y aplicación constante
de la técnica de exposición y el entrenamiento asertivo respecto a la pareja.
Recuperado de:
https://www.redalyc.org/pdf/970/97026840007.pdf
CONCLUSIÓN
El trastorno de ansiedad social (TAS) también llamado fobia social, se manifiesta como un
temor excesivo e irracional a enfrentarse a situaciones e interacciones sociales, por miedo a
desempeñar un papel humillante y a ser enjuiciado por los demás. Este temor puede llevar al
sujeto a evitar las interacciones sociales impidiéndole desarrollar una vida normal y generando
muchas veces otras patologías.
El inicio del trastorno suele ser en la adolescencia, aunque hay casos en que podría detectarse
en la infancia. Puede aparecer bruscamente después de una experiencia traumática o de forma
lenta e insidiosa. Es una patología crónica, que difícilmente remite sin tratamiento.
El TAS ha sido de interés para los investigadores sólo a partir de la década de los 80, fecha en
que se consolida el trastorno con su inclusión en el DSM-III. A pesar de ser el tercer trastorno
psiquiátrico más común (Ollendick y Hirshfeld-Becker, 2002), se considera una patología
subdiagnosticada y subtratada debido, entre otras razones, a la falta de información en clínicos
y en la población, a la trivialización de los síntomas, a la naturaleza misma del trastorno que
acentúa la dificultad de pedir ayuda y a la falsa creencia de que sería una condición
inmejorable.
Lo estudios sugieren que el tratamiento farmacológico (ISRS e IMAO) y TCC (terapia cognitivo
conductual) son equiparables en cuanto a resultados, o muestran una sutil ventaja para la
farmacoterapia, pero la TCC ofrece la ventaja de un fuerte mantenimiento de los logros
obtenidos y una prometedora relación costo-beneficio cuando los costos a largo plazo son
considerados.
Otras psicoterapias y fármacos han mostrado ser potencialmente beneficiosos, pero requieren
más investigación.
Muchas fobias se desarrollan en momentos claves como en la infancia ya sea por un evento
traumático o estresante, aunque también puede desarrollarse en edad adulta, pero esto de por
sí puede afectar la funcionalidad de un individuo lo que hace que su diagnóstico y tratamiento
sea una prioridad.
Una fobia se presenta de distintas formas como distorsión del pensamiento frente a ciertos
estímulos aunque los síntomas físicos son más comunes como sudoración, escalofríos y
aceleración del ritmo cardiaco, todo esto puede ser síntomas de una fobia severa a algo en
particular y debe ser tratado.
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